Post on 04-Nov-2021
: Análisis de los impactos de desastres en el hábitat construido
a mediano y largo plazo. Propuesta de esquema de análisis.
: Alberto Granela Pérez
: Dr. Arq. Andrés Olivera Ranero
Este documento es Propiedad Patrimonial de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas,
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Dedicatoria
Para todas aquellas personas que trabajan para
reducir los factores de vulnerabilidad y para todas
las personas que sufren los impactos de los
desastres.
Agradecimientos
A mi tutor por su constancia y comprensión, a mi
familia por el apoyo incondicional durante tantos
años, a Amy por su amor, fuerza y seguridad en
todo momento, y para todos los que de una forma
u otra me han ayudado y formado a la persona que
soy hoy.
Resumen
Los desastres de origen natural prosiguen su ocurrencia y recurrencia a nivel mundial,
favorecidos por los efectos del cambio climático, acumulando anualmente cuantiosas
pérdidas, daños y afectaciones de diferente índole.
En Cuba, gracias a su sistema de defensa civil y una gestión de riesgos liderada por el
Estado, con una amplia participación popular, ha reducido las víctimas humanas y el
impacto económico y material; pero son elevados los daños al hábitat construido.
Existen diversos métodos para la determinación del impacto inmediato de los desastres,
los que permiten organizar rápidamente la asistencia y la reconstrucción; pero no se
disponen de enfoques para estudiar adecuadamente los impactos a mediano y largo plazo,
incluso en asentamientos que fueron reconstruidos después del desastre.
El presente trabajo propone un esquema de análisis de los impactos del desastre en el
hábitat construido, en el mediano y largo plazo, basado en indicadores básicos y lo
comprueba en un caso de estudio, donde se sufrieron las consecuencias del huracán, hace
más de 15 años.
Palabras claves: Hábitat construido, impactos de desastres naturales.
Abstract
Natural disasters continue its appearing and recurrence in the world, helped by climate
change effects, gathering abundant and various losses and damages.
Cuba had reduced human victims and economic and material impacts, thanks to its civil
defense system, and the risk management leading by the State with popular participation,
but are growing the damages to built habitat.
There are many procedures to determine the immediate impact of disasters, in order to
organize the fast assistance and reconstruction. However, approaches to study properly
the impacts in the middle and long term is not available, including in settlements rebuilt
after disaster.
The present thesis proposes un analysis scheme of disaster impacts in built habitat, at the
middle and long term, based in basic indicators and are confirmed in the case of study
where was impacted by a hurricane, more of 15 years ago.
Key words: Built habitat, natural disasters impacts.
ÍNDICE Introducción ....................................................................................................................... 1
Capítulo I: Marco conceptual y metodológico para el estudio de los impactos de
desastres de origen natural en el hábitat construido. ........................................................ 7
1.1. Principales conceptos relacionados con el impacto de desastres en la sociedad. . 7
1.2. Actualidad y tendencias del impacto de los desastres de origen natural en el
hábitat construido. ........................................................................................................ 12
1.3. Necesidad y contenido de los estudios de impacto de desastres de origen natural
en el hábitat construido. ............................................................................................... 18
1.4. Análisis de ejemplos nacionales e internacionales sobre estudios de impacto de
desastres en el hábitat construido. .............................................................................. 19
1.5. Factores caracterizadores de la determinación de impactos del desastre en el
hábitat construido. ........................................................................................................ 24
1.6. Conclusiones parciales del capítulo .................................................................... 25
Capítulo II. Esquema de análisis de los impactos del desastre en el hábitat construido a
mediano y largo plazo. .................................................................................................... 27
2.1. Caracterización de los impactos del desastre a mediano y largo plazo. ............... 27
2.2. Indicadores de impacto a mediano y largo plazo. ................................................. 29
2.3. Esquema de análisis de los impactos a mediano y largo plazo en el hábitat
construido. ................................................................................................................... 31
2.4 Consulta al Panel de Especialistas ........................................................................ 32
2.5 Conclusiones parciales del capítulo ....................................................................... 39
Capítulo III. Aplicación del esquema de análisis al Caso de Estudio ............................... 41
3.1. Ratificación del sistema de indicadores para determinación de impactos a mediano
y largo plazo del desastre en el hábitat construido. ..................................................... 41
3.2. Implementación del Esquema de Análisis de impactos a mediano y largo plazo del
desastre en el hábitat construido ................................................................................. 47
3.3. Aplicación en Caso de Estudio ............................................................................ 49
3.4 Conclusiones parciales del capítulo ....................................................................... 61
Conclusiones ................................................................................................................... 63
Recomendaciones ........................................................................................................... 65
Bibliografía ....................................................................................................................... 66
Anexos ............................................................................................................................ 70
1
Introducción
El hombre, desde el comienzo de los tiempos, se ha visto afectado por desastres naturales;
ha visto, sufrido y perdido, tanto bienes como sus seres queridos, por lo que siempre ha
necesitado comprender cuales son las causas y el porqué de estos sucesos. En la
actualidad se ha podido ver un incremento de los desastres naturales en el planeta,
motivado por diferentes causas naturales y según la vulnerabilidad que tienen las
sociedades y la comunidad hacia éstos. Se ha demostrado que en los últimos años el
número de muertes, heridos o damnificados producto de estos acontecimientos ha ido en
aumento, al igual que su recurrencia y los perjuicios que ocasionan.
Los desastres son cada vez más frecuentes y peligrosos, y la aglomeración de personas
en ciudades con el pasar de los años, ciudades cada vez más grandes en su tamaño
vertical y horizontal, hace que se afecte, de forma global, a mayor número de personas.
En esto influye mucho que dichas ciudades tienden a concentrar sus recursos, materiales,
infraestructura, servicios y su economía. Este factor de concentración aumenta de forma
dramática el riesgo y la amenaza de que sea mayor la proporción de daños, tanto humano
como material.
La situación anterior se vincula a la vulnerabilidad de las comunidades afectadas. Una
sociedad vulnerable indica que es más propensa o que contiene mayor riesgo de sufrir
daños. Si no poseen medios de mitigación, conocimientos reales del acontecer mundial o
local del riesgo que se corre, si no se posee un respaldo y ayuda por parte de las
instituciones o por el gobierno para cada caso, así como debilidades en la integración
social y la ayuda mutua, educación, accesos a servicios y recursos, es difícil no decir que
esta acumulación de fragilidades, dificulta y limita la forma y la efectividad con que estas
comunidades se enfrentan a las amenazas naturales. La vulnerabilidad está determinada
por la sociedad y sus carencias para enfrentar cualquier acontecimiento que ponga en
peligro sus modos de vida.
Los desastres provocados por el cambio climático son disímiles y no se conoce con certeza
lo que faltan por conocer. Las inundaciones por lluvias o por el ascenso de los niveles del
mar, las sequías por el alza de las temperaturas y las olas de calor, el deshielo de los
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glaciares, el aumento de las temperaturas oceánicas, y la mayor recurrencia e intensidad
de fenómenos hidrometeorológicos más destructivos, son algunos de los más frecuentes.
El calentamiento global incrementa la aparición de tormentas tropicales y huracanes, así
como su poder destructivo, afectando a mayor número de países en sus recorridos. Cuba
no escapa de esta realidad, siendo una isla del Caribe en una de las zonas más activas
del planeta en la formación de estos eventos climatológicos, volviéndose imprescindible el
estudio de cómo afecta al medio construido y a las personas, a los daños que se ocasionan
y su mitigación.
Lo anterior demuestra que los impactos por los desastres van en aumento, gracias a todas
las condiciones de vulnerabilidad y riesgo que se presentan, a la fuerte incidencia del
cambio climático, a las concentraciones de personas, bienes y recursos. Los impactos
directos de un desastre nos dejan con muertes, heridos, damnificados, personas
necesitadas de ayuda inmediata, con recursos que se pierden, la economía que se ve
dañada por varias esferas, el transporte o los servicios. Es importante buscar maneras de
evitar estos males, o bien pueden ser maneras de adaptarse al problema real, se debe
comenzar a influenciar en los factores del riesgo para poder evitar desgracias innecesarias
e insostenibles.
Pero también existen los impactos a mediano y largo plazo, los cuales son no menos
importantes, que persisten aun cuando se resolvieron los problemas inmediatos de
vivienda, servicios, trabajo, viales, electricidad, agua. Estos problemas se arrastran con el
tiempo, y nos cuenta cómo esas comunidades se adaptan a sus nuevas condiciones de
vida, si están preparados para ese desafío. Es importante que esto sea estudiado a un
nivel científico, porque si bien el Estado, en su buen haber, resuelve muchos de los daños,
los impactos indirectos modifican la conciencia, el modo de vida y las perspectivas
sociales.
El presente trabajo de diploma pretende contribuir a una mejor comprensión de los
impactos a mediano y largo plazo en el hábitat construido, y sus consecuencias en el modo
y calidad de vida de las personas implicadas en procesos post-desastre, aportando
conocimientos y un esquema metodológico para identificar y analizar dichas
consecuencias.
3
Problema de investigación
¿Cómo pueden estudiarse los impactos a mediano y largo plazo que provoca el desastre
sobre el hábitat construido, sobre la base de efectos que influyan en los modos de vida
de los ciudadanos y la comunidad?
Objetivo general
Proponer un esquema metodológico para la determinación de los impactos a mediano y
largo plazo provocados por el desastre en el hábitat construido.
Objetivos específicos
1. Elaborar el marco conceptual para el estudio de los desastres y la determinación de
sus impactos sobre el hábitat construido.
2. Definir un esquema metodológico que permita determinar los impactos a mediano
y largo plazo causados por el desastre en el hábitat construido.
3. Aplicar la metodología de estudio de los impactos a mediano y largo plazo en un
caso específico de hábitat afectado por el desastre.
Hipótesis del trabajo
Es posible elaborar un esquema metodológico para determinar los impactos a mediano y
largo plazo que causa el desastre sobre el hábitat construido, basado en la definición e
interrelación de variables de indagación sobre casos de estudio determinados y su
influencia relativa en los efectos sobre los modos de vida y adaptación de los ciudadanos
y la comunidad.
Método de trabajo
Etapa 1. Marco conceptual: Se elabora el fundamento teórico y conceptual de la
determinación de los impactos del desastre, a partir inicialmente de la precisión de
términos y definiciones, la relación entre los principales conceptos y la problemática. Se
aplicarán métodos de análisis bibliográficos y se profundizará en el estado del arte en los
aspectos claves del tema. Se concluirá con la determinación de las regularidades en
cuanto a la determinación de impactos en el hábitat construido.
4
Etapa 2. Propuesta de esquema de análisis de impactos a mediano y largo plazo: A partir
del marco conceptual elaborado, se determinarán las variables de estudio para la
determinación de los impactos del desastre en el hábitat construido, a mediano y largo
plazo; así como las relaciones entre sí. Se aplicarán métodos de análisis y síntesis y de
deducción e inducción, a partir de información especializada y otras fuentes de
conocimiento. Se concluirá con un esquema metodológico, susceptible de ser aplicado en
casos concretos, para estudiar los impactos a mediano y largo plazo.
Etapa 3. Validación del esquema propuesto en caso de estudio: Constituye la fase
aplicativa y de verificación de las propuestas realizadas. Consistirá en la determinación de
un caso de estudio específico (reparto Michelle, Quemado de Güines, Villa Clara), lugar
donde residen los ciudadanos que en el 2001 resultaron damnificados por el huracán
Michelle, con el propósito de aplicar el esquema de análisis propuesto. En esta etapa se
aplicarán métodos de observación, inferencia de resultados y de validación de propuestas
metodológicas, susceptibles de replicarse o generalizarse en otros contextos, con la
debida adecuación.
En la Figura 1 se presenta el esquema metodológico aplicado.
Aportes del trabajo
De tipo teórico: Profundización del estudio y propuestas conceptuales del impacto del
desastre a mediano y largo plazo en el hábitat construido, que complementa un análisis
de la sostenibilidad de la recuperación post-desastre y permite fundamentar ulteriores
estudios de la adaptación a las amenazas y efectos negativos.
De tipo metodológico: Propuesta de un esquema metodológico que permite determinar los
impactos del desastre, en una perspectiva de mediano y largo plazo, sobre el hábitat
construido.
De tipo práctico: Validación del esquema metodológico en un caso práctico, lo cual permite
su adecuación a otros contextos con diversos fines.
Estructura del trabajo de diploma
El documento del trabajo de diploma contiene primeramente una Introducción, donde se
exponen los fundamentos metodológicos de la investigación, a partir de la definición del
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problema a investigar, sus objetivos y una hipótesis de actuación que guía el desarrollo de
las etapas y tareas del trabajo.
En la parte especial del trabajo se incluyen tres capítulos principales:
Capítulo 1. Marco conceptual de la ocurrencia e impacto del desastre: A partir de
una conceptualización de los principales términos y conceptos sobre el desastre y
sus impactos, se realiza un estudio de ejemplos y prácticas, tanto nacionales como
internacionales, estableciendo regularidades sobre la determinación de impactos
directos e indirectos.
Capítulo 2. Esquema de análisis de impactos del desastre en el hábitat construido:
Se establece un esquema metodológico para la determinación de los impactos a
mediano y largo plazo del hábitat construido, a partir de la definición de las
principales variables que intervienen y su interrelación.
Capítulo 3. Aplicación del esquema de análisis al Caso de Estudio: Se expone el
desarrollo y conclusiones de la aplicación del esquema metodológico en un caso de
estudio del hábitat en la provincia de Villa Clara, obteniendo resultados de la
validación práctica.
Finalmente, se desarrollan las Conclusiones y Recomendaciones, donde se exponen
las conclusiones generales del trabajo, centradas en los aspectos esenciales
demostrados y propuestos. También se presentan recomendaciones finales,
necesarias para continuar la investigación y para extender la aplicación realizada.
Al final se relaciona la bibliografía utilizada, consistente en una relación ordenada de
las diferentes fuentes de información empleadas y consultadas en el trabajo, mediante
el sistema Harvard-APA.
Figura 1. Esquema metodológico de la investigación. Fuente: Elaboración por el autor.
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Capítulo I: Marco conceptual y metodológico para el estudio
de los impactos de desastres de origen natural en el hábitat
construido.
1.1. Principales conceptos relacionados con el impacto de desastres
en la sociedad.
Durante siglos, diferentes culturas en su visión del universo han desarrollado fascinación
por los fenómenos que afectan o inciden directamente en las personas. Es fácil
comprender que la palabra desastre tuviese su origen en la antigua Grecia, donde las
raíces etimológicas del término son “des” y “aster”, que significan negación y astro
respectivamente, donde la negación de los astros a la buena fortuna provoca, por
consiguiente, el inicio de calamidades y fatalidades correlacionadas. Con las religiones
esto pasó a ser atribuido al castigo divino, a la ira de Dios, al castigo de determinada
comunidad por el comportamiento de su gente y el respectivo enojo divino. (Ulloa, 2011)
A pesar de los avances científicos y tecnológicos alcanzados hasta la actualidad, todavía
se hace limitada la capacidad de determinar o pronosticar con exactitud cuándo y dónde
se manifestarán los desastres y con cual intensidad afectarán. (Ulloa, 2011)
No es de extrañar que los desastres se consideren como fenómenos inevitables,
favorecidos por la creencia de que no hay nada que hacer, de que son causas
sobrenaturales o divinas, de que no pueden ser intervenidos y cuando suceden no queda
más remedio que resignarse. En ciertas etapas del desarrollo de la humanidad, los
desastres tuvieron la connotación como “actos de Dios”, encontrándose en legislaciones
con la categoría de “fuerza mayor y caso fortuito”. No se debe desconocer que algunos
políticos hacen alusión a esta forma de verlos ya que ocultan errores en el funcionamiento
de mitigación de estos, separan la culpa del gobierno y de las instituciones encargadas,
dejando todo en el campo de lo inevitable. (Cardona 2003)
Existen varias definiciones de desastres, la Oficina Nacional de Emergencias del Ministerio
del Interior y Seguridad Pública de Chile (ONEMI), basándose en la Oficina de las
Naciones Unidas para la Reducción de Desastre (UNDRO), define al desastre como un
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“evento identificable en el tiempo y el espacio, en el cual una comunidad ve afectado su
funcionamiento normal, con pérdidas de vidas y daños de magnitud en sus propiedades y
servicios, que impiden el cumplimiento de las actividades esenciales y normales de la
sociedad”. Otras definiciones resumidas por Wijkman y Timberlake (1985; citado en
Maskrey, 1993) incluyen el hecho de producirse víctimas humanas y de las pérdidas
materiales. Otros significados incluyen el carácter imprevisto de dichos fenómenos, la
impreparación de los gobiernos para enfrentarlos y los traumatismos sociales o políticos
que pueden ocasionar, entendiéndolos también como desgracias grandes, sucesos
infelices y lamentables.
Una definición adecuada para el desastre, debe incluir la interrupción en el funcionamiento
de una comunidad o sociedad y sus consecuencias en la magnitud de los destrozos,
pérdidas e impactos materiales, económicos y ambientales, que exceden la capacidad de
la comunidad o la sociedad afectada para hacer frente a la situación, mediante el uso de
sus propios recursos.
Por su comienzo, el desastre puede ser un evento de origen natural, tecnológico o
provocado por el hombre, provocando alteraciones en la vida de las personas, los bienes,
los servicios y el medio ambiente. De hecho, es la ocurrencia de fenómenos peligrosos
que como consecuencia de la vulnerabilidad de los elementos expuestos causa efectos
adversos sobre los mismos. (Suárez y Sánchez, 2012)
Éstos no constituyen hechos súbitos y aislados de la vida normal de las comunidades. Es
necesario entenderlos en el contexto del territorio y de los procesos de desarrollo
afectados, de los ecosistemas y de las personas sobre los cuales interviene. (Ulloa, 2011)
Los desastres de origen natural más frecuentes, se deben a los terremotos, las erupciones
volcánicas, los huracanes, tsunamis, el deterioro de cuencas hidrográficas; entendiéndose
que son producto netamente de la naturaleza. Por otra parte, los de origen antrópico o
provocados por el hombre, se concentran en las guerras, procesos de contaminación,
eventos tecnológicos, incendios y otras causas o errores humanos; aunque no falta la
interpretación que interrelaciona ambos orígenes, combinándose los factores naturales y
humanos.
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De acuerdo a lo anterior, lo que no puede obviarse es que un desastre tiene un impacto
desfavorable, que puede estar determinado por términos como volumen, tiempo y espacio
donde se perciba. Algunos significan pérdida de vidas humanas, otros efectos negativos
para millones de personas. Algunos son momentáneos, otros lentos y otros que pueden
durar muchos años. Algunos se localizan en pocos kilómetros cuadrados, mientras que
otros pueden abarcar varios países.
En consecuencia, no solo se puede ver como desastre cuando afecta a la población,
también tiene efectos ecológicos, económicos y sociales. Algunas poblaciones están
habituadas a determinados sucesos que bien pueden llamarse desastres, y estos llegan a
ser partes de su vida, acostumbrándose y adaptándose; mientras a deferencia están las
localidades donde estos sucesos, por intensidad o frecuencia, son considerados como
hechos fortuitos y catastróficos. (Augusta, 1996)
El impacto de estos fenómenos es muy variado. Y está fuertemente caracterizado por la
cantidad de personas que puedan ser afectadas. Puede que algunos estén marcados por
los efectos sobre una población, mientras otros son lo suficiente amplios para cubrir varias
poblaciones. Un accidente aéreo o una erupción volcánica son considerados como
pequeños y discretos, mientras una sequía, hambruna, epidemias o huracanes afectan
grandes superficies, incluso de orden continental, traspasando fronteras políticas.
Como conclusión, el concepto de impacto o desastre a la población es relativo a la manera
como se le califica, dimensión temporal, espacial o de volumen, y también a la valoración
social que la comunidad le asigna.
Todo lo que se ha expuesto hasta este punto, tiene como un factor clave a la vulnerabilidad,
la cual se considera como un proceso, mediante el cual se determina el nivel de exposición
y la predisposición a la pérdida de un elemento o grupo de elementos susceptible a los
efectos dañinos de una amenaza específica, contribuyendo al conocimiento del riesgo.
Determina las características y las circunstancias de una comunidad. (Coca, 2009)
Wilches-Chaux (1989; citado en Cardona 2003) propuso el concepto de vulnerabilidad
global para integrar los diferentes aspectos que caracterizan la vulnerabilidad desde varias
perspectivas. Dichas dimensiones se describen a continuación brevemente:
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Se tiene la dimensión física, donde se expresa las características de la ubicación en áreas
propensas a deficiencias en la resistencia de los materiales o elementos expuestos, como
por ejemplo viviendas cerca de la cota de inundación de un río, casas en laderas
propensas a deslizamientos. Está también la dimensión económica, donde la pobreza
aumenta la vulnerabilidad, a niveles locales o personales significa insuficiencia de
ingresos, desempleo, dificultad de acceso a recursos y servicios, pasando lo mismo a nivel
nacional, países con dependencia económica, restricciones internacionales, políticas
monetarias impuestas.
Mientras más integrada se encuentre una comunidad, mejor podrá prepararse y
recuperarse de un desastre, por lo que la dimensión social se relaciona según cómo
funcionan las personas como grupos organizados, la ayuda entre ellos. Pero la falta de
conocimiento sobre las causas, efectos y razones por la cuales se presentan los desastres,
el desconocimiento de la historia, y de la preparación individual o colectiva en caso de
desastres aumentan la vulnerabilidad, la dimensión educativa define que la comunidad
debe estar informada. La dimensión ideológica está relacionada con las creencias de las
personas sobre el devenir del mundo, las actitudes pasivas, fatalistas y creencias religiosas
que limitan la capacidad de actuar en ciertas circunstancias, la pérdida de motivación, o
simplemente la negación de los hechos debilitan la respuesta de acción.
Como dimensión institucional está la dificultad de las instituciones para responder al riesgo,
a un suceso, o sabiendo el riesgo no desempeña acciones eficientes para reducirlo o
mitigarlo. La dimensión cultural nos habla de cómo los individuos se ven a sí mismos dentro
de la sociedad, estereotipos que no se cuestionan y se consolidan, ayudados en muchos
casos por los medios de comunicación, con informaciones imprecisas sobre la sociedad,
el medio ambiente y los desastres. En la dimensión ambiental se aprecia como el hombre
dependiendo del modelo de desarrollo realiza una explotación inadecuada de los recursos
naturales, deteriorando el ecosistema y aumentando la vulnerabilidad por la incapacidad
de compensar los efectos directos e indirectos de los daños al medio ambiente.
Esta forma de percibir la vulnerabilidad global como un conjunto de factores individuales
facilita su entendimiento, demuestra que tiene una circunstancia dinámica y cambiante,
permite comprender como es un proceso acumulativo de fragilidades, deficiencias o
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limitaciones como factores que inciden en la existencia de dicha vulnerabilidad de mayor
o menor medida.
Un posible ejemplo de vulnerabilidad global es el de deslizamientos de laderas sobre
localidades, como consecuencia la mayoría de las veces los asentamientos de grupos
humanos económicamente son carentes de emprender costosas obras de ingeniería para
la contención o estabilización de estas (vulnerabilidad económica), pero a la par las
instituciones no realizan ningún esfuerzo por mitigar las causas o los posibles problemas
que este riesgo puede presentar (vulnerabilidad institucional), y por ningún medio de
comunicación se transmite de forma adecuada, o de ninguna forma las consecuencias
reales que esta localidad pudiese presentar, provocando mayor desinformación, carencia
de percepción del peligro, o simplemente desconocimiento de formas de evacuación
segura o métodos de acción dado el caso (vulnerabilidad cultural-educativa).
De forma general se puede decir que la amenaza está relacionada con el peligro o
amenaza, cuyo significado radica en la posible ocurrencia de un fenómeno físico de origen
natural, o provocado por el hombre en determinado lugar en un periodo tiempo. Y la
vulnerabilidad no solamente está relacionada con la exposición del contexto material o
susceptibilidad física de los elementos expuestos a ser afectados, sino también a las
fragilidades sociales y la falta de resiliencia de la comunidad, es decir, la capacidad de
responder o absorber el impacto. Ambas definiciones (amenazas y vulnerabilidades), son
factores internos del riesgo, que no es más que la combinación de la probabilidad de que
se produzca un evento y sus consecuencias negativas. (Suárez y Sánchez, 2012)
Es de destacar que vulnerabilidad y amenaza son mutuamente condicionantes una de la
otra como componentes del riesgo, pero son estudiadas de forma conceptual de manera
independientes por efectos metodológicos. Cuando se interviene en cualquiera de las dos
o en ambas se está modificando el riesgo en sí. Pero debido a que la amenaza, en
determinados casos, no puede ser alterada o intervenida, no queda más remedio que
restructurar las condiciones de vulnerabilidad de determinado elemento. Entonces, puede
afirmarse que la vulnerabilidad es la predisposición o susceptibilidad física, económica,
política o social que tiene una comunidad de ser afectada o de sufrir daños en caso que
un fenómeno desestabilizador se manifieste. La diferencia de vulnerabilidad del contexto
12
social y material expuesto ante un fenómeno peligroso determina el carácter selectivo de
la severidad de los efectos de dicho fenómeno. (Cardona, 2003: 64)
Existen diferentes tipos de riesgos que pueden estar ligados o no a desastres naturales,
como son el riesgo laboral, los riesgos geológicos; el riesgo financiero, el riesgo biológico.
Los desastres han comenzado a ser vistos por la comunidad internacional no solo desde
la perspectiva humanitaria o social, sino fundamentalmente desde el punto de vista
económico, ya que este factor es determinante en todos los ámbitos provocados por el
desastre y su posterior reconstrucción.
En los países en desarrollo las pérdidas asociadas a desastres se le son adjudicados la
neutralización del crecimiento económico y la minimización de los avances de desarrollo.
Aunque esto no está demostrado de forma real lo anteriormente planteado, resulta
evidente que el gasto provocados por estos incidentes, gastos que los gobiernos se ven
obligados a realizar para la rehabilitación y reconstrucción, representa siempre un sacrificio
para los países pobres, donde la escasez de recursos es permanente y los gastos
adicionales no programados no son deseables. (Argüello, 2004)
El problema del impacto ocasionado por un desastre se presenta en toda la literatura como
algo irresoluble o inconmensurable, por lo que se menciona como un elemento dado.
En la metodología de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el
impacto se relaciona más con los llamados efectos indirectos. Estos impactos se entienden
como la consecuencia de la desarticulación de las estructuras sociales y económicas
debido a las pérdidas físicas en las unidades de base y los canales de intermediación, esta
desarticulación es el resultado de la obstrucción de los flujos de distribución y de la
interrupción y retardos en los procesos productivos, esto no es el resultado directo del
impacto de un suceso, pero son efectos colaterales.
1.2. Actualidad y tendencias del impacto de los desastres de origen
natural en el hábitat construido.
El impacto de los desastres es la variación significativa de la calidad ambiental, construida
y social. Es una expresión que implica un juicio de valor dado por los afectados o por los
evaluadores y es la consecuencia o producto final de los efectos del desastre, expresados
13
en términos cualitativos y cuantitativos. Los impactos pueden ser positivos y negativos,
aunque su connotación aceptada está en el carácter indeseable de los mismos. (Ruiz, n.d.)
El impacto, además de incluir el factor económico, también considera otros tipos de
variables que no siempre pueden ser medidas en términos monetarios o porque debido a
su naturaleza se hace difícil su medición. Entre ellas se puede mencionar la desarticulación
económica local, la pérdida del patrimonio familiar o individual de sectores marginales
(viviendas que son de construcción precaria, herramientas de trabajo, animales, enseres
domésticos, ropa, etc.), la destrucción de formas de subsistencia de auto-consumo (la
agricultura de subsistencia, etc.), la migración causada por un desastre, además de otros
factores que pueden darse en casos específicos como puede ser la destrucción parcial o
total de sitios y edificios históricos, obras de arte, patrimonio científico y otros. (Cardona,
2003)
Finalmente, la necesidad de establecer el impacto no solo de los grandes sucesos, sino
también de aquellos cuya magnitud, oscila entre el nivel medio y pequeño de daños, con
periodos de recurrencia mucho más cortos y donde el patrimonio de las poblaciones que
lo sufren. La consideración de este tipo de sucesos también se vuelve una parte sustancial
en la determinación de los niveles de impactos de los desastres mayores, debido a que
normalmente la ocurrencia de un suceso de magnitud es antecedida por una serie de
pequeños y medianos desastres que comúnmente son ignorados. (Osorio, 2013)
Es importante aclarar que existe una diferencia entre la ocurrencia de un desastre dado y
el impacto que puede traer consigo. La ocurrencia de un desastre es sin más ni menos
que cuando se produce el hecho catastrófico, cuando se produce el incidente que afecta
a determinado sitio, localidad o país. Mientras que el impacto es aquello que produce ese
desastre en la sociedad, en la cultura, en la economía, tiene que ver con quién vive el
desastre, como le desarticula la cotidianidad o afecta y altera su forma de vida.
La ocurrencia es como su nombre indica la mayor o menor aparición de fenómenos
provocadores de desastres. En la actualidad hay muchos factores de ocurrencia que han
variado con el tiempo en el contexto global, entiéndase como el cambio climático. El
calentamiento global produce un efecto en la ocurrencia de eventos hidrometeorológicos,
con el calentamiento de las aguas de los océanos los huracanes se forman cada vez más
14
rápido y con más frecuencia que hace 50 años, porque dichos fenómenos necesitan de
temperaturas críticas en las aguas y estas van en aumento. Sin embargo, los terremotos
a nivel mundial se mantienen constantes, no han cambiado mucho en el tiempo, la
ocurrencia no ha variado, lo que sí ha variado mucho es sin lugar a dudas el impacto que
producen. Las ciudades cada vez son más grandes y populosas, con edificios más altos y
mayor número de estos, y el mismo terremoto que afectó determinado lugar entre 3 o 4
décadas en el pasado, en la actualidad, el impacto que este produzca será mucho mayor,
y este impacto irá en aumento con el tiempo.
Pero como se ha estado viendo con anterioridad, el desastre en sí puede afectar de formas
muy diferentes a una localidad u otra, todo va dependiendo del nivel de vulnerabilidad de
dichas localidades, y por consiguiente impactos variables. Esto también está fuertemente
ligado con que cada comunidad, ciudad, región o país mide la magnitud del impacto de
formas divergentes según el contexto, tanto físico como social.
Por tanto, el coste, el tamaño, y aún más el impacto de determinado fenómeno peligroso
es relativo y depende siempre de quién vive el hecho, de sus valoraciones, y de sus
posibilidades.
Es la afectación humana el principal impacto provocado por un desastre, la vida de los
seres humanos para el hombre es lo primero y lo principal. Pero este no es el único
impacto, los desastres traen consigo destrucción, perdidas de dinero por impacto directo,
y por el dinero se tiene que gastar para reconstruirlo, esto provoca atrasos en el desarrollo
de localidades y países, la afectación de materiales, en el sector alimenticio, en la
funcionalidad y movilidad de las actividades diarias y la ayuda, todo con un peso
económico intrínseco, pero los daños ambientales también es un impacto a determinar.
Como parámetro de medición de los efectos e impactos que puede ocasionar un desastre,
en cuanto a estadística e indicadores, se toma como referencia la metodología de la
CEPAL, la cual proporciona una estimación del impacto económico con el propósito de
apoyar los procesos de reconstrucción y reducción de los riesgos.
La CEPAL ha sido pionera en la evaluación de desastres y en el desarrollo de una
metodología para tal fin. Esta evaluación incluye tanto la estimación de los efectos del
15
desastre sobre acervos (daños) como sobre flujos (pérdidas y costos adicionales), a esto
se le suma también los impactos económicos, sociales y ambientales.
Esta entidad ha participado en más de 90 estimaciones de estos efectos, desde diciembre
de 1972 cuando se produjo el terremoto en Nicaragua. En estas evaluaciones realizadas
en más de 28 países de la región se han registrado aproximadamente 310 000
fallecimientos y 30 millones de personas afectadas con un coste de 213 000 millones de
dólares a precios de 2000. (Ortíz et al., 2013: 14)
De acuerdo con los datos disponibles en la clasificación en la Base de Datos Internacional
sobre Desastres (EM-DAT), la mayoría de los desastres ocurridos en el mundo entre 1970
y 2011 fueron de origen meteorológico e hidrológico (7650), por lo general provocados por
inundaciones (3719) y por huracanes y tormentas (2977). Los terremotos y las erupciones
volcánicas fueron responsables de 1087 desastres. (Véase el gráfico 1.1)
Gráfico 1.1 Distribución de los desastres ocurridos en el mundo según el tipo de evento que lo originó. Fuente
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de datos de Centro para la
Investigación de la Epidemiología de los Desastres (CRED)/Oficina de Asistencia para Desastres en el
Extranjero (OFDA), Base de Datos Internacional sobre Desastres (EM-DAT).
América Latina y el Caribe es una región muy expuesta a fenómenos meteorológicos e
hidrológicos, pero, a la vez, todas las zonas del continente están expuestas a fenómenos
16
geofísicos (sismos y erupciones volcánicas), responsables de cerca de 367 desastres en
esta región entre 1970 y 2011.
Gráfico 1.2 Distribución de los desastres ocurridos en el mundo según la región afectada. Fuente Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de datos de Centro para la Investigación
de la Epidemiología de los Desastres (CRED)/Oficina de Asistencia para Desastres en el Extranjero (OFDA),
Base de Datos Internacional sobre Desastres (EM-DAT).
El mayor impacto económico sobre el sector productivo tuvo lugar en Centroamérica por
los eventos del fenómeno ENOS (El Niño Oscilación Sur), conocido comúnmente como El
Niño, con un 85,6%, seguido por el mismo fenómeno en América del Sur, con un 68%. En
el Caribe, el perfil de afectación indica que los huracanes y tormentas han repercutido
principalmente en las actividades productivas –agropecuarias y de pesca, de la industria,
el comercio y los servicios, incluido el turismo—, y han ocasionado daños cercanos al
45,4%. Les sigue el sector social, con un 30,2%. (Ortíz et al., 2013: 26)
En los últimos años, el incremento de la frecuencia y los impactos de los peligros de
desastres están incidiendo en las condiciones de riesgos de desastres y obstaculizando el
desarrollo sostenible. Entre éstos peligros se encuentran los de origen natural,
fundamentalmente los hidrometeorológicos y los que se originan como consecuencia del
cambio climático, ambos con efectos devastadores para la sociedad y el medio ambiente.
17
El cambio climático no se puede ver como un sistema de procesos aislados a los desastres
que ocurren en el planeta, pero tampoco constituye la única causa. En la actualidad se
puede ver de forma dramática como la subida del nivel del mar se hace cada vez más
evidente, esto es provocado indisolublemente por el calentamiento global, el alza de las
temperaturas de los mares, el deshielo de los glaciares y los cambios de las circulaciones
oceánicas. (Uribe, 2015)
El período comprendido de 1983-2012 ha sido el más cálido de los últimos 1400 años, los
niveles de hielo y nieve han menguado en casi todo el mundo, el ritmo de elevación del
mar entre 1901-2010 ha sido superior a la media de milenios anteriores y la temperatura
de los océanos ha amentado en 0,11⁰C por decenio, las concentraciones de dióxido de
carbono, metano y óxido nitroso en la atmósfera han aumentado a niveles sin precedentes,
afectando suelos, aire y océanos. (Payueta, 2017)
Los desastres naturales relacionados con el cambio climático son varios, sin contar los que
están por venir. Las inundaciones como resultado de lluvias torrenciales o por la subida
del nivel del agua de los océanos. Olas de frío y calor que van unidas al aumento
generalizado de las temperaturas diarias extremas. Ciclones y huracanes más
devastadores gracias a que los niveles del mar son más altos, los océanos más cálidos y
las lluvias más fuertes. Las sequías en algunas regiones del mundo serán más intensas y
prolongadas, las tormentas han sufrido una tendencia significativa estadísticamente al
nivel de precipitaciones intensas en algunas regiones. Mientras que los incendios
forestales debido a la sequía y aridez de la superficie, será cada vez mayor.
Las inundaciones son la ocupación por parte del agua de zonas que habitualmente están
libres de ésta, bien por desbordamiento de ríos por lluvias torrenciales o por el deshielo,
causando grandes daños a los bienes o seres vivos que pudieran estar expuestos a las
mismas. Diferentes factores climáticos y eventos hidrometeorológicos pueden provocar
inundaciones, pero el hombre con el incremento de su vulnerabilidad, las inundaciones son
uno de los peligros que más daños están causando a la humanidad a nivel mundial. (PENUD, 2014)
Por tanto, los incremento de la actual frecuencia y fuerza destructora de los eventos
hidrometeorológicos extremos, ligados al cambio climático y sus principales
18
manifestaciones destructivas, son las penetraciones del mar, las intensas lluvias, los
fuertes vientos y las posibilidades de desastres tecnológicos y sanitarios (Jones, 2015).
1.3. Necesidad y contenido de los estudios de impacto de desastres
de origen natural en el hábitat construido.
Dejando sentado que los desastres son consecuencia de fenómenos naturales
desencadenantes de procesos que provocan daños físicos y pérdidas de vidas humanas
y de capital, al tiempo que alteran la vida de comunidades y personas, y la actividad
económica de los territorios afectados, debe admitirse que la recuperación después de
dichos eventos requiere de la acción de los gobiernos y, en muchos países, de recursos
externos sin los cuales ésta sería improbable.
Para formular y estimar los requerimientos financieros de la estrategia de recuperación y
reconstrucción, es indispensable contar con información cuantitativa acerca de los efectos
e impactos del desastre y estimaciones del costo económico que estos representan. La
descripción global del impacto y la cuantificación y valoración de los daños, las pérdidas y
los costos adicionales que ocasionan los desastres permiten saber cuáles son los recursos
indispensables para restablecer la funcionalidad de las actividades económicas y sociales
y realizar las inversiones necesarias para fortalecer la resistencia de las infraestructuras
físicas, económicas y sociales ante la amenaza de nuevos eventos, con el propósito de
reducir la vulnerabilidad a largo plazo.
En consecuencia, se requiere de una adecuada coordinación para la formulación de
políticas y para su respectiva ejecución, entre el nivel nacional, provincial y municipal, y
entre los sectores comprometidos en el manejo de aspectos ambientales. Para determinar
la magnitud de los desastres y sus consecuencias se deben tomar medidas, acciones
coherentes y un propósito claro.
Entre estos propósitos se encuentran aspectos tales como: la realización de mapas de
amenaza y determinación de zonas de máximo riesgo; instrumentación y vigilancia de
fenómenos naturales; fortalecimiento institucional y financiero; dotación de centros de
reservas y elaboración de planes de emergencia; educación y capacitación; incorporación
de la prevención en los planes municipales y regionales de desarrollo; análisis de
19
vulnerabilidad y reubicación de vivienda en alto riesgo, recuperación post-desastre y
recuperación de cuencas hidrográficas degradadas. Estos aspectos se vienen
promoviendo a nivel local, provincial y nacional mediante la concertación interinstitucional
de entidades gubernamentales y no gubernamentales (ONG) y el propio Estado, en su
nivel central. (Maskrey, 1993: 73)
Es importante conocer cuáles son los elementos principales a tener en cuenta en la
determinación y estudio de los impactos de los desastres en el hábitat construido. Como
se explicaba con anterioridad las vidas humanas y sus afectaciones directas es lo primero,
luego las pérdidas económicas y materiales, las cuales guardan una estrecha relación
entre sí, los impactos ambientales son también muy importantes a determinar y en
ocasiones los más complejos de resolver.
1.4. Análisis de ejemplos nacionales e internacionales sobre estudios
de impacto de desastres en el hábitat construido.
Sin lugar a dudas, los eventos hidrometeorológicos son los que afectan más fuerte y con
más intensidad el territorio nacional cubano. Éstos traen consigo grandes devastaciones,
tanto para la economía del país como para el fondo habitacional. El Sistema de Medidas
de la Defensa Civil ha demostrado durante casi 40 años, su eficacia y fortaleza en la
preparación y enfrentamiento de fenómenos hidrometeorológicos, haciendo casi nulas las
pérdidas de vidas humanas y reduciendo los daños materiales, aunque en el caso del
territorio y las construcciones, alcanzan aún una magnitud considerable.
A continuación, se citan y analizan algunos ejemplos de desastres y las formas de
determinación de los impactos aplicadas en dichos casos.
En el año 2008, azotó la zona del Caribe y al sur de América del Norte el huracán Gustav,
con una categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, el cual afectó a Cuba en los días finales
del mes de agosto, con mayor impacto los días 30 y 31 de ese mes. Gracias a la acción
de la Defensa Civil no se lamentaron pérdidas humanas en el país, aunque el ciclón dejó
un saldo de 138 muertos entre los países de Haití, República Dominicana, Jamaica y los
Estados Unidos. (UNICEF, sin fecha)
20
En su penetración en territorio cubano y según datos de informes oficiales, el 60% del
territorio de la provincia de Pinar del Río fue severamente dañado y el 40% restante sufrió
daños de menor envergadura, así como efectos de la penetración del mar en la ciudad de
la Habana. Los derrumbes totales y parciales en viviendas ascendieron a 100 000 casas,
se interrumpió el acceso al agua potable, así como el saneamiento. Esto trajo también
como consecuencias efectos a corto y mediano plazo en la alimentación de la población
de manera severa.
A los pocos días del huracán Gustav, el huracán Ike recorre gran parte del país, entrando
por Punta Lucrecia, en la provincia de Holguín, con categoría 3 y retirándose del territorio
cubano por el Oeste de la isla, en la provincia de Pinar del Río, cerca del mismo rumbo
tomado por Gustav. Ambos meteoros dejaron a su paso 320 000 viviendas dañadas, cuyo
10% fueron destruidas totalmente, debiendo evacuarse preventivamente 2.6 millones de
personas y millón y medio de habitantes sufrieron graves problemas en sus viviendas.
(Naciones Unidas, 2008)
La determinación de los impactos en estos casos, se inició a menos de 24 horas de la
afectación de los ciclones, primeramente, a través de reportes solicitados a los Consejos
de Defensa territoriales que se crearon en las zonas afectadas y posteriormente se
implementaron equipos de personal técnico, en todas las provincias, para visitar
directamente las viviendas y edificaciones afectadas y levantar los daños, calculando
también las necesidades para la rehabilitación inmediata.
En el caso del huracán Sandy, que pasó por el Oriente del país a finales de octubre del
2012, afectó más de 150 comunidades de las provincias Santiago de Cuba, Holguín y
Guantánamo, incluyendo sus capitales. Más de 300 000 personas fueron evacuadas y 11
fallecieron. Las pérdidas económicas totales ascendieron a casi 7 000 millones de pesos
convertibles (CUC), la mayor parte en viviendas, agricultura e infraestructura, ya que 194
797 viviendas sufrieron daños de consideración y 32 521 se desplomaron totalmente.
(Ferrario, 2013)
El huracán Matthew con categoría 5 impactó del 4 al 5 de octubre de 2016 cerca de 1.5
millones de personas que habitan en las provincias de Guantánamo y Holguín en el
territorio cubano. Ninguna persona murió en Cuba a causa del huracán. (OCHA, 2016)
21
Como elemento nuevo, en el caso de la determinación de los impactos del desastre, se
aumentó el espectro de instituciones que participaron en el levantamiento de daños y se
enmarcó el período de inmediatez de esta tarea a las primeras 72 horas, debiendo
posteriormente extenderse a una semana. En este caso, se convocó a miembros de la
Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC) y a
personal de las escuelas técnicas y universidades. El caso más crítico fue el de la ciudad
de Santiago de Cuba, por lo extenso de su fondo habitacional y lo complejo de los daños
provocados.
En el caso específico de Cuba, cuando se avecina un huracán o se determina cualquier
desastre que afecte la integridad de la nación, se declara una situación excepcional que
pueden ser la movilización general y el estado de emergencia (Asamblea Nacional del
Poder Popular, 1994). Cuando se determina una situación excepcional el Consejo de
Defensa Nacional es el máximo órgano de poder estatal y político en el país, precedido
por el Presidente del Consejo de Estado, el Vicepresidente, y cinco miembros designados
por el Consejo de Estado a propuesta del Presidente. Los Consejos de Defensa
Provinciales, Municipales y de Zonas de Defensa, de conformidad con el artículo 119 de
la Constitución de la República, se constituyen y preparan desde tiempo de paz para la
dirección de los territorios, y son los máximos órganos de poder estatal y político a su nivel,
asumiendo todas las atribuciones de sus territorios en situaciones excepcionales. Los
presidentes y demás miembros son designados respectivamente por el Consejo de
Defensa del nivel superior. Durante el estado de alarma, en conformidad con el artículo 67
de la Constitución, ante la inminencia de desastres naturales, catástrofes, o situación que
ponga en peligro la seguridad de las personas, se puede disponer de la movilización de la
población en todo el territorio afectado durante su vigencia. Todos los recursos y
actividades del país, independientemente de su naturaleza, podrán ser puestos por el
Gobierno de Cuba en función de satisfacer las necesidades de la defensa nacional durante
las situaciones excepcionales.
A partir de la etapa de planificación, todas las instituciones y organismos, así como de la
comunidad, se participará en conjunto bajo la dirección de la Defensa Civil, en el proceso
de toma de decisiones que incluye tres etapas.
22
Al principio de toda emergencia se debe evaluar la situación, esto está determinado por
las condiciones de amenaza, pero siempre se debe tratar de eliminar ciertas
incertidumbres tales como cuáles son las áreas que serán afectadas, el número de
personas que requieren ayuda, donde se encuentran las personas, en qué condiciones
están, cuáles son sus necesidades. Entonces es cuando se debe elegir e identificar las
alternativas de intervención, ya que según una predicción general de lo que pudiese ocurrir
se puede hacer uso de los recursos disponibles según las necesidades, según el tiempo
del que se dispone y de afrontar determinados problemas en aras de salvaguardar
materiales, alimentos, recursos y vidas humanas. Esto permite a la vez que los planes de
ejecución y desarrollo de las respuestas sean eficientes, ya que en las primeras etapas del
desastre estos datos otorgan la información necesaria para establecer los objetivos de
ayuda en momentos de emergencia, viéndose prioridades de las personas afectadas y
para decidir la correcta utilización de los recursos existentes.
Para la recopilación de datos para la evaluación del desastre, tiene que ser de forma
continua, pues datos incorrectos o atrasados pueden llevar a conclusiones erróneas y a la
pérdida de tiempo y recursos. Esto está comprendido por la información de daños
planeada con anterioridad por las autoridades civiles y militares, en el plan para la
preparación del desastre, y también por la inspección visual y entrevistas realizada por
expertos, vuelos aéreos, muestreos de las áreas dañadas, centralizando esta información
al puesto de mando de la DC para las pertinentes decisiones.
La evaluación inicial se efectúa en el momento inmediato que las condiciones permitan su
desarrollo, de forma que se permita un conocimiento amplio del impacto del desastre, la
afectación a la salud, líneas vitales como son el agua, la energía, comunicación, transporte,
gas, vivienda y edificios públicos, estimando de esta forma la ayuda prioritaria y detectando
puntos críticos para la rehabilitación y reconstrucción. Después se llegará al diagnóstico
final donde se reunirá toda la información a través de una visión global y una
profundización sectorial, constituye un verdadero estudio del caso siendo muy importante
para la capacitación y la planificación. (Navarro, 2007: 145)
En las zonas y consejos de defensa lo primero que se realiza es el levantamiento de daños,
que no es más que la medición de impacto directo, el cálculo de las consecuencias directas
23
materiales que son la fuente para calcular los estragos económicos provocados por el
desastre, y lo más importante el cálculo de los afectados o pérdidas de vidas humanas. En
el caso de Cuba y de muchos países, el cálculo va no solo a los decesos sino también a
los damnificados, esas personas que no tienen vivienda porque la perdieron y que se
encuentra bajo el amparo del estado o de vecinos y familiares que acogieron a los que no
tenían seguridad.
Este levantamiento de daños es realizado tanto por las empresas, como por el Estado,
donde se va casa por casa con un sistema de información y reporte, esta recopilación de
datos ve hacia el próximo nivel y mediante tablas de equivalencia o indicadores se calcula
cuanto es por ejemplo un metro cuadrado de losa de hormigón, y se va conformando en
el tiempo la estimación del monto de dinero equivalente al daño provocado, impacto
directo.
Los ejemplos internacionales confirman la tendencia a la medición de los impactos, sobre
todo en el plano cuantitativo y en las etapas inmediatas a la ocurrencia del desastre:
El huracán Katrina llegó a alcanzar categoría 5 y penetró al sudeste de Luisiana, Estados
Unidos de América, el 29 de agosto del 2005, con vientos sostenidos de hasta 280 km/h y
una presión de 902 milibares (676,4 mm de Hg). Afectó las regiones de Misisipi, Alabama
y Luisiana de forma extrema, causando sus mayores daños en la ciudad de Nueva
Orleans, sobrepasando las 1800 víctimas mortales. Las pérdidas totales se cuantificaron
por encima de los 150 000 millones de dólares americanos (USD), catalogándose como el
huracán más mortífero y costoso de la historia de ese país. (IDEA, sin fecha)
Los impactos del huracán Katrina se evaluaron en una fase temprana, con el procedimiento
clásico del levantamiento de daños directos, los reportes de agencias federales y privadas,
sobre todo para cuantificar el monto de las afectaciones materiales y la estimación de las
pérdidas económicas. Las agencias de seguro también constituyeron un actor clave en la
determinación de impactos, pero centradas también en las etapas post-desastre a corto
plazo y con propósitos ajustados a su función de compensación a los beneficiarios,
naturales y jurídicos.
24
Otros ejemplos internacionales de gran visibilidad en la última década, confirman la
preponderancia de los enfoques inmediatistas y de respuesta rápida de los procedimientos
de determinación de impactos.
Así sucedió posteriormente al fatídico terremoto de Haití del 12 de enero del 2010, donde
perdieron la vida más de 300 mil personas, o con el sismo de Chile que (López y Santana,
2011), al mes siguiente, azotó la zona central y costera al océano Pacífico, con 8.8 grados
de la escala Richter, aunque con una sensible reducción de víctimas mortales respecto al
de Haití, pues la cifra oficial nacional fue de 516 personas fallecidas y 23 desaparecidos.
En estos casos, así como en el reciente terremoto que se produjo en México el 19 de
septiembre del 2017 (EiTB, 2018), la estimación del impacto se centró en sus
consecuencias directas e inmediatas.
El análisis de ejemplos de la práctica institucional cubana, así como de casos de referencia
en el ámbito internacional, confirman la preponderancia de procedimientos comúnmente
aceptados para la determinación de los impactos inmediatos del desastre en la sociedad
y las comunidades, orientado a cuantificar las afectaciones humanas, los daños materiales
y levantar datos e informaciones para la estimación de las pérdidas económicas de primera
mano.
Esta determinación se ejecuta en la fase de emergencia o rehabilitación inmediata
posterior a la ocurrencia del desastre. Sus resultados sirven para implementar las etapas
de asistencia humanitaria, acciones de respuesta y recuperación rápida, así como para
evaluar las necesidades de la reconstrucción en momentos ulteriores.
1.5. Factores caracterizadores de la determinación de impactos del
desastre en el hábitat construido.
Del análisis, profundización y discusión de los planteamientos teóricos, metodológicos y
los ejemplos prácticos en el presente capítulo, pueden identificarse determinadas
regularidades que devienen en los factores caracterizadores de la determinación de los
impactos del desastre en el hábitat construido, los cuales pasan a desarrollarse a
continuación:
25
a) La determinación primaria de los impactos del desastre se realiza en las etapas
inmediatas a su ocurrencia, dirigidas y monitoreadas por agencias, instituciones y
organismos que se ocupan de la emergencia producida por sus efectos.
b) Los objetivos de la determinación de impactos en la etapa de emergencia y
rehabilitación post-desastre, es la de cuantificar, estimar y evaluar de primera mano,
las consecuencias directas, tanto humanas, materiales y económicas; sirviendo de
base a la toma de medidas para la respuesta a los principales problemas.
c) Los métodos, procedimientos y personal que permiten la evaluación de impactos
inmediatos, responden a funciones de levantamiento y registro directo de daños y
afectaciones, para formar una base de información que fluye a los diferentes actores
que intervienen en la rehabilitación emergente de las consecuencias del desastre.
d) La toma de decisiones basada en los impactos primarios determinados en la fase
inmediata al desastre, puede dar lugar a acciones que tienen implicaciones a
mediano y largo plazo, tales como la relocalización o desplazamiento de
poblaciones, viviendas, construcciones e infraestructuras, o la utilización de
materiales, tecnologías y diseños que dan solución a situaciones críticas resultantes
del desastre; pero que tienen un efecto diferente en una perspectiva temporal más
prolongada.
e) No existen normativas o enfoques que se dirijan al estudio de los impactos a
mediano y largo plazo de los efectos del desastre en el hábitat construido, debido a
lo cual es difícil extraer lecciones de las decisiones que se adoptan en las etapas
inmediatas; pero que tienen consecuencias para la sostenibilidad en el tiempo y que
pueden reflejarse en otro tipo de efectos en la calidad de vida o el funcionamiento
urbano y territorial; pero que no encuentran vías para ser asociadas con acciones
emprendidas con anterioridad.
1.6. Conclusiones parciales del capítulo
La determinación de los impactos del desastre es una actividad consustancial con
las acciones de mitigación y reducción de sus efectos y consecuencias en la
sociedad y las comunidades, está bien regulada en el marco legal e institucional de
26
las naciones y posee determinadas instituciones, agencias y organismos del
sistema estatal, que se encargan de su dirección, control y desarrollo.
Los impactos del desastre en la sociedad, la economía y el medio natural y
construido, pueden distinguirse en dos etapas de la línea del tiempo posterior a la
ocurrencia del desastre: una de ellas, inmediata y dirigida a los efectos directos y
otra a mediano y largo plazo, donde afloran o se mantienen consecuencias que
persisten en el tiempo.
Los impactos directos se determinan mediante observación, levantamiento, registro
y la formación de bases de datos e informaciones que permiten acometer las
acciones inmediatas para restañar los daños y pérdidas causados por las variables
destructivas (sismos, fuertes vientos, penetraciones del mar, deslizamientos,
inundaciones, etc.)
Los impactos indirectos pueden manifestarse de diferente manera, abarcando
dimensiones complejas, de tipo social, económico, ambiental e incluso político y
cultural y deben determinarse por otros métodos combinados, tanto cuantitativos
como cualitativos y formas de interpretar los efectos indeseables que surgen en el
mediano y largo plazo.
Deben elaborarse métodos y enfoques propios para determinar y evaluar los
impactos en el tiempo y lograr vías para aprender de los mismos para perfeccionar
todas las etapas del post-desastre, hasta llegar a la normalidad sostenible.
27
Capítulo II. Esquema de análisis de los impactos del desastre
en el hábitat construido a mediano y largo plazo.
2.1. Caracterización de los impactos del desastre a mediano y largo
plazo.
Fijar el entorno temporal de los impactos en el mediano y largo plazo presupone visualizar
sus características de forma diferente a lo concebido usualmente como las consecuencias
directas del desastre. Se traslada el foco de atención desde la emergencia y la respuesta
inmediata hacia un término, en la línea del tiempo, más alejado de la ocurrencia del
fenómeno desencadenante del desastre.
Poner la atención en los efectos negativos de un desastre en un horizonte temporal de
más de cinco años, significa un cambio en la caracterización de sus impactos. Si los
impactos directos se definen en relación con las pérdidas, daños, destrucción y
desestabilización o desarticulación del funcionamiento normal de las comunidades, e
incluso de un país; no tiene igual apreciación cuando se trata de determinar los impactos
que persistan varios años, e incluso décadas después.
Se supone que una vez vencida la fase de emergencia y respuesta o rehabilitación del
desastre, la comunidad y la sociedad haya logrado alcanzar etapas de reconstrucción post-
desastre con mayor estabilidad, se restituyan condiciones de normalidad y se recuperen
condiciones del hábitat construido. Sin embargo, lograr la estabilidad y restañar las
consecuencias negativas inmediatas del desastre no siempre significa que no se
manifiesten problemas en el mediano o largo plazo que limitan la calidad de vida, o el
funcionamiento y desarrollo del hábitat.
Algunas decisiones adoptadas para erradicar los impactos directos del desastre pueden
comprometer el futuro del hábitat construido, en lo territorial, lo urbano o en el plano de las
viviendas de la población afectada, que si bien recibió los beneficios de la asistencia y la
reconstrucción, puede haber sufrido determinadas desventajas, en relación con sus
aspiraciones y necesidades. (Olivera y González, 2010)
28
Los decisores ponen la prioridad en erradicar las condiciones de riesgo y vulnerabilidad
directa que llevaron al desastre y adoptan medidas que tienen consecuencias al cabo de
los años, como pueden ser las de reasentamiento de poblaciones, la introducción de
tecnologías de construcción poco apropiadas a los contextos locales donde se aplican o
diseños urbanos y de las viviendas no totalmente adecuados a las necesidades de los
residentes. (Olivera y González, 2012)
Determinar esos impactos requiere de enfoques diferentes a los que se aplican en la
evaluación de los impactos directos, eminentemente de levantamiento, registros y
estadística de daños y pérdidas.
Los impactos del desastre a mediano y largo plazo pueden manifestarse a diferentes
escalas, entendiéndolas como:
Territorial – consecuencias en el territorio, que pueden mantenerse, a incluso
generarse, riesgos de desastres no resueltos, o que se manifiesten limitaciones y
problemáticas para los asentamientos y comunidades relativas a su adaptación al
contexto territorial, sobre todo cuando ha habido acciones de relocalización.
Urbana – cambios en la morfología de las ciudades y asentamientos, en el
equipamiento urbano y la infraestructura, el funcionamiento del hábitat y la dotación
de servicios básicos, la movilidad y otros elementos que pueden verse afectados
en el mediano y largo plazo por las consecuencias del desastre.
Vivienda – daños no resueltos, causados por el desastre, reconstrucciones no
sostenibles, afectaciones en la calidad de vida y de uso de las viviendas por los
habitantes.
Estos impactos requieren de formas de determinación diferentes, combinando la
observación directa y el análisis in situ de las consecuencias del desastre en la vida y uso
de los territorios y espacios; aplicando métodos cualitativos y otros esquemas de análisis
y evaluación de tales efectos.
29
2.2. Indicadores de impacto a mediano y largo plazo.
Las escalas territorial, urbana y de la vivienda, pueden ser caracterizadas a través de
indicadores observables y determinables, cuantitativa o cualitativamente. Este proceso de
convertir las variables en indicadores es lo que se conoce como la operacionalización.
Un Esquema de Análisis adecuado para la determinación de los impactos a mediano y
largo plazo que deja el desastre sobre el hábitat construido, requiere de partida definir el
conjunto de indicadores claves que permitan operacionalizar el estudio de sus
manifestaciones en un caso dado.
Los indicadores de partida pueden relacionarse a continuación:
En la escala territorial (tabla A):
Menor movilidad a centros urbanos: resultado de haber relocalizado población
afectada por desastre en nuevos territorios más distantes a los centros urbanos y
de servicios reconocidos, o con servicios de movilidad en desventaja respecto a sus
necesidades u otras limitantes que lastran la comunicación y articulación del hábitat
con focos territoriales de empleo, servicios y otras disponibilidades.
Mayor vulnerabilidad territorial: cuando en las zonas de asentamiento del hábitat
afectado por el desastre surgen nuevos riesgos o vulnerabilidades, o cuando,
producto de su reasentamiento del lugar original, ocupa zonas que mantienen
condiciones de riesgo no resueltas.
En la escala urbana (tabla B):
Menor disponibilidad de servicios comunales: puede vincularse la menor dotación
de servicios comunales básicos (recolección de residuos sólidos, gestionamiento
del espacio público, equipamiento urbano y otros) con las consecuencias del
desastre.
Reducción de facilidades de movilidad: los ciudadanos tiene menor movilidad
pedestre o peatonal, la red viaria es menor, los recorridos son mayores, respecto a
los flujos urbanos necesarios de recorrer (empleo, servicios de educación y salud,
otros) o surgen barreras adicionales a las intenciones de movilidad de la comunidad.
30
Mayor distancia a los servicios básicos: cuando se dificulta, por la distancia, acceder
a escuelas de educación primaria y media, a los servicios primarios de salud, los
comercios y mercados de productos básicos, a la comunicación y otros, ya sea
porque los itinerarios se ven variados como consecuencia de los desastres o se
adoptaron soluciones no integrales de relocalización de la comunidad.
Mayor distancia a zonas céntricas urbanas: es una especificación del indicador
anterior; pero responde a la vida urbana centralizada que persiste en las ciudades
y asentamientos, donde diversos servicios institucionales, económicos y toda
índole, se ofertan en los centros, los que también son objeto de otras acciones que
atraen a la población urbana. Como resultado del desastre, pueden manifestarse
impactos en las dificultades de acceso a estas zonas céntricas.
Menos infraestructura urbana: dado por la limitación, inhabilitación o no
construcción oportuna de la infraestructura de urbanización de primera necesidad,
como consecuencias del desastre: abasto de agua, saneamiento, electricidad,
comunicación y otros.
En la escala de la vivienda (tabla C):
Materiales más vulnerables: las viviendas rehabilitadas o reconstruidas después del
desastre, reciben materiales y técnicas más vulnerables que las que tenían, o al
menos mantienen rasgos de vulnerabilidad o nuevos riesgos, que las hacen menos
seguras ante desastres recurrentes.
Materiales menos durables: las viviendas rehabilitadas o reconstruidas reciben
materiales con un menor tiempo de vida útil, o que requieren de acciones de
mantenimiento sistemático más frecuentes.
Techos menos seguros: las viviendas rehabilitadas o reconstruidas después del
desastre no logran techos seguros ante los riesgos, sea por su diseño arquitectónico
y estructural, por sus materiales o por las técnicas de construcción y colocación de
los mismos. Dada la importancia de la seguridad de techos ante los huracanes, este
indicador se caracteriza aisladamente.
31
Espacios menos confortables: las viviendas tienen una disposición y dotación
espacial interior que no satisface totalmente las necesidades funcionales, higiénico-
ambientales y otras básicas de sus habitantes.
Peores condiciones ambientales: los parámetros ambientales de las viviendas,
sobre todo de tipo térmico, de ventilación interior, aislamiento del intemperismo,
aislamiento acústico y otros, tienen condiciones no confortables según lo necesario.
Menos privacidad: cuando la configuración espacial interior lleva a concesiones en
la privacidad, o cuando la vivienda reconstruida, rehabilitada o relocalizada se
encuentra en emplazamientos que no le dan privacidad suficiente respecto a otras
construcciones y espacios exteriores.
Peor estado técnico-constructivo: lesiones y desperfectos de las viviendas, no
resueltos adecuadamente en la actuación post-desastre, se agravan o aumentan, o
surgen nuevos problemas constructivos debido al diseño, ejecución o tipo de
materiales empleados en la vivienda rehabilitada o reconstruida.
Menor acceso al agua: se dificulta el acceso al agua, en término de potabilidad,
volumen de agua recibida o acceso por la distancia.
2.3. Esquema de análisis de los impactos a mediano y largo plazo en el
hábitat construido.
Una vez definidas las escalas de actuación de los impactos a mediano y largo plazo, que
hacen el papel de dimensiones de la problemática y de propuestos un conjunto de
indicadores básicos, que permiten operacionalizar la manifestación de los impactos en un
contexto dado, es factible interrelacionar estos elementos en un Esquema de Análisis de
los impactos, que tiene la función de permitir su determinación y evaluación en el hábitat
construido.
Este esquema parte de la definición de las escalas en territorial, urbana y de la vivienda y
en la sistematización de sus características a través de los indicadores, todo lo cual es el
punto de partida teórico-metodológico.
Este conjunto requiere de un elemento de interface o conexión con el objeto de estudio o
el caso concreto que será objeto de análisis. Este elemento es el medio de
32
implementación, consistente en un instrumento metodológico que permite la aplicación del
esquema de análisis.
Finalmente, después del procesamiento de resultados, se deben definir los aspectos que
permitirán la interpretación y evaluación de los resultados, es decir, la determinación y
valoración de los impactos del desastre, a mediano y largo plazo, en un contexto específico
del hábitat construido.
Esto se muestra en el siguiente gráfico:
Gráfico 1.3. Esquema de Análisis de los impactos del desastre a mediano y largo plazo en el hábitat construido. Fuente: Elaboración por el autor.
2.4 Consulta al Panel de Especialistas
a) Integración del panel
La investigación bibliográfica realizada ha permitido establecer el conjunto de indicadores
de impactos del desastre, a mediano y largo plazo, en el hábitat construido, clasificados
en tres niveles o escalas principales: territorial, urbana y vivienda. Dentro del instrumental
científico que se empleará para arribar a juicios más confiables, se aplicará el método de
la consulta al panel de especialistas.
Según De Arquer (sin fecha), el juicio de expertos permite tener estimaciones
razonablemente buenas, las mejores conjeturas, a falta de cifras más exactas y como
33
forma de contrastar con criterios autorizados determinadas conclusiones preliminares
sobre un problema en particular.
La aplicación de un procedimiento riguroso de expertos en toda su manifestación,
presupone seguir patrones comúnmente aceptados, como es el caso del Método Delphi,
que requiere de pasos y procesos de consulta y procesamiento, como puede encontrarse
en Astigarraga (2000) y Godet (2000).
En el caso de este trabajo, no se despliega todo el proceso de los métodos de expertos,
sino que se emplea un procedimiento de integración y consulta a un Panel de
Especialistas, herramienta también utilizada como forma de análisis cuali-cuantitativos a
partir de los criterios y las opiniones de personas con suficiente competencia sobre el tema
en cuestión, tal como se aplicó por Artiles (2007).
A tales efectos, se integró un panel de cinco especialistas, seleccionados por su dominio
del tema y experiencia en problemas vinculados con el mismo, el cual se relaciona a
continuación:
Álvarez López, Arnoldo. Arquitecto. Doctor en Ciencias Técnicas. Departamento de
Arquitectura, Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas.
Arner Reyes, Erly. Arquitecta. Doctora en Ciencias Técnicas. Departamento de
Arquitectura, Universidad de Oriente.
González Camacho, Gonzalo. Arquitecto. Máster en Ciencias. Departamento de
Arquitectura, Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas.
Martirena Hernández, Fernando. Ingeniero civil. Doctor en Ciencias. Centro de
Investigación y Desarrollo de Estructuras y Materiales (CIDEM), Universidad Central
“Marta Abreu” de Las Villas.
Sánchez Rodríguez, Fernando. Arquitecto. Doctor en Ciencias Técnicas. Profesor
Consultante del Departamento de Arquitectura, Universidad Central “Marta Abreu”
de Las Villas.
No obstante el reconocimiento que los miembros del panel poseen la comunidad científica
y profesional en Cuba, se aplicó el procedimiento común de Mesa y Zatsiorky para
34
determinar el Coeficiente de Competencia (Kc) de cada integrante, así como del panel en
su conjunto, a partir de la determinación de los coeficientes de Dominio teórico (Kd),
Experiencia profesional (Ke) y Publicaciones sobre el tema (Kp). Se realizó una
modificación de adecuación del mencionado procedimiento para el caso en específico,
considerando que los niveles de competencia serán: Alto (Kc entre 9 y 10), Medio (Kc
mayor de 6 y menor de 9) y Poco (Kc menor de 6).
En la tabla 1.1 se aprecia que para un valor máximo de Kc de 10, el promedio para el panel
es de 9,56, resultado de la elevada competencia de cada uno de los seleccionados.
Tabla 1.1: Determinación del Coeficiente de Competencia (Kc) de los integrantes del Panel de Especialistas
según el método Mesa.Zatsiorky modificado. Fuente: Elaboración por el autor.
Especialista
Dominio
Teórico
(Kd)
Experiencia
profesional
(Ke)
Publicaciones
sobre el tema
(Kp)
Coeficientes x Factor importancia relativa
Coeficiente de Competencia
(Kc) Kd(0.4) Ke(0.4) Kp(0.2)
Álvarez 9 9 8 3.6 3.6 1.6 8.8
Arner 10 10 10 4.0 4.0 2.0 10.0
González 10 9 10 4.0 3.6 2.0 9.6
Martirena 10 10 10 4.0 4.0 2.0 10.0
Sánchez 10 10 7 4.0 4.0 1.4 9.4
b) Objetivos e instrumento de la consulta
La consulta a los especialistas persiguió los siguientes objetivos:
Convalidar las propuestas de indicadores de impacto propuestos.
Obtener una evaluación de la importancia relativa de los indicadores propuestos.
Conocer nuevas propuestas de indicadores que realicen los especialistas.
Acorde con tales propósitos, se elaboró una matriz o cuadro de encuesta semi-
estructurada, donde se listan en una columna los 15 indicadores de impactos a mediano y
largo plazo del desastre en el hábitat, agrupados según las tres escalas propuestas:
territorial, urbana y vivienda. Se añadió también una columna donde, en correspondencia
con cada indicador, se detallan los elementos que caracterizan el indicador, a fin de lograr
una mejor comprensión por parte del panel.
35
En el instrumento se introdujo una escala ascendente del Cero, como valor mínimo, hasta
el Cinco, como máximo, de tal forma que cada especialista consultado coloque su opinión
cualitativa de la pertinencia del indicador y de su importancia relativa, de tal manera que
su consideración desde “ninguna importancia” o “no procede” se represente por el valor
mínimo (Cero) y a partir de ahí tenga margen de cualificar cada propuesta, hasta el tope
establecido.
Además, en cada una de las tres escalas, se habilitaron espacios vacíos, para que cada
especialista pudiera añadir nuevos indicadores en cada una de ellas, a partir de aportes
que deseara hacer, según sus criterios. El cuestionario de consulta se incluye en el Anexo
II.
El procedimiento que se empleó para la consulta fue impersonal, a través del correo
electrónico. Esta forma de encuestamiento persiguió el objetivo de evitar influencia del
autor sobre las opiniones del especialista, así como evitar las influencias de éstos entre sí.
c) Resultados primarios de la consulta
La consulta funcionó adecuadamente, dado que todos los especialistas expresaron su
factibilidad de respuesta a los elementos solicitados sin necesidad de recibir aclaraciones
adicionales. Las respuestas se recibieron por la propia vía del correo electrónico,
recibiendo la primera de las mismas al tercer día de circulado el instrumento y la última a
los 12 días.
Todos los cuestionarios resultaron válidos, se respondieron en todos sus puntos, lo que
evidencia la buena formulación y legibilidad.
Por otra parte, tres de los cinco especialistas del panel, propusieron indicadores nuevos,
lo cual demuestra su interés y disposición a aportar a la investigación. De tal manera, se
recibieron 6 nuevas propuestas (1 en la escala territorial, 3 en la urbana y 2 para la escala
vivienda), las que fueron analizadas, según criterios que se exponen en partes
subsiguientes de este capítulo.
En este epígrafe se expone el resultado del procesamiento primario de los resultados de
la consulta, ya que más adelante se realizan las consideraciones conceptuales que
requieren las respuestas del panel de especialistas.
36
En una tabla simple se vertieron las opiniones dadas por los especialistas al cuestionario,
manteniendo la propia redacción de los nuevos impactos que aportaron algunos de ellos,
que en ese caso se señalaron en rojo, como se aprecia en la Tabla 1.2:
Tabla 1.2: Identificación de las respuestas dadas por los especialistas a los indicadores encuestados (en rojo
las nuevas propuestas). Fuente: Elaboración por el autor.
Indicadores propuestos
Opinión cualitativa (escala ascendente)
0 1 2 3 4 5
Escala territorial
Menor movilidad a centros urbanos
Sánchez Martirena Álvarez
Arner González
Mayor vulnerabilidad territorial
Sánchez Martirena Álvarez Arner González
Migraciones territoriales
González
Escala urbana
Menor disponibilidad de servicios comunales
González Sánchez Martirena
Arner Álvarez
Reducción de las facilidades de movilidad
Sánchez Arner González Martirena
Álvarez
Mayor distancia a servicios básicos
Sánchez Martirena Álvarez Arner González
Mayor distancia a zonas céntricas urbanas
Sánchez Martirena Arner Álvarez
González
Menos infraestructura
Martirena Álvarez Arner González Sánchez
Pérdida de elementos físicos identitarios
Arner
Cambio de la morfología urbana
González
Mayor niveles de ruido y contaminación por ruido, gases y polvos
Álvarez
Escala vivienda
Materiales más vulnerables
Álvarez Sánchez Martirena
Arner González
Materiales menos duraderos
Martirena Álvarez
Arner González Sánchez
Techos menos seguros
Martirena Álvarez
Arner González Sánchez
Espacios menos confortables
Martirena Sánchez Arner González Álvarez
37
Peores condiciones ambientales
Martirena Arner González Sánchez Álvarez
Menos privacidad Martirena Sánchez
Alvarez Arner González
Peor estado técnico-constructivo
Sánchez Martirena Álvarez
Arner González
Menor acceso al agua
Martirena Sánchez Arner González Álvarez
Soluciones temporales de viviendas (visto en el mediano y largo plazo)
González
Tecnologías constructivas ajenas al contexto local
González
Cada respuesta se llevó en cada escaque de la tabla anterior a una expresión cuantitativa,
multiplicando el valor asignado en la escala de 0 a 5 por la cantidad de especialistas que
coincidieron en cada una, a fin de poder obtener la suma por cada fila y su promedio, lo
que permite tener un criterio de agrupación de la votación y arribar también a un orden de
coincidencia de las respuestas por parte de los integrantes del panel.
El resultado de ese procesamiento se muestra en la Tabla 1.3, en el cual no se tuvieron
en cuenta los nuevos indicadores propuestos por algunos especialistas, ya que los mismos
no fueron circulados previamente.
Tabla 1.3: Procesamiento cuantitativo de las respuestas de los especialistas, señalando niveles de
importancia relativa (según escala de Ninguna, Poca, Media y Mucha). Fuente: Elaboración por el
autor.
Indicadores propuestos
Ninguna Poca Media Mucha Suma
por
filas
Prome-
dio 0 1 2 3 4 5
Escala territorial
Menor movilidad a
centros urbanos
3 8 10 21 4.2
Mayor vulnerabilidad
territorial
2 3 4 10 19 3.8
Escala urbana
Menor disponibilidad
de servicios
comunales
9 10 19 3.8
Reducción de las
facilidades de
movilidad
3 12 5 20 4
38
Mayor distancia a
servicios básicos 0 3 4 10 17 3.4
Mayor distancia a
zonas céntricas
urbanas
0 2 6 5 13 2.6
Menos
infraestructura 3 4 15 22 4.4
Escala vivienda
Materiales más
vulnerables 3 8 18 29 5.8
Materiales menos
duraderos 6 15 21 4.2
Techos menos
seguros 8 15 23 4.6
Espacios menos
confortables 2 3 15 20 4
Peores condiciones
ambientales 2 4 15 21 4.2
Menos privacidad 2 6 4 5 17 3.4
Peor estado técnico-
constructivo 12 10 22 4.4
Menor acceso al
agua 3 4 15 22 4.4
Suma por columnas 0 0 10 42 81 173 306 4.08
Porcentaje 0.0 0.0 3.3 13.7 26.5 56.5 100.0
En la tabla 1.3 se han identificado por colores los niveles de importancia relativa,
apreciándose preliminarmente que la absoluta mayoría de las respuestas confirman los
indicadores encuestados, en los niveles de media a mucha importancia. Esto se corrobora
por el promedio general de 4.08 que tiene el conjunto de las respuestas.
A partir de los resultados anteriores, pueden ordenarse descendentemente los 15
indicadores de impacto encuestados, según las evaluaciones cuali-cuantitativas recibidas
por el panel de especialistas:
Tabla 1.4. Ordenamiento descendente de la importancia relativa de los indicadores de impacto
encuestados, según evaluación del panel de especialistas. Fuente: Elaboración por el autor.
1 Materiales más vulnerables 5.8
2 Techos menos seguros 4.6
3
Peor estado técnico-constructivo
4.4 Menor acceso al agua
Menos infraestructura
39
4
Menor movilidad a centros urbanos
4.2 Materiales menos duraderos
Peores condiciones ambientales
5
Reducción de las facilidades de movilidad
4 Espacios menos confortables
6 Mayor vulnerabilidad territorial
3.8 Menor disponibilidad de servicios comunales
7 Mayor distancia a servicios básicos
3.2 Menos privacidad
8 Mayor distancia a zonas céntricas urbanas 2.6
2.5 Conclusiones parciales del capítulo
Los impactos a mediano y largo plazo que ocurren en el hábitat construido a causa
de los desastres, pueden representarse mediante un conjunto de indicadores, los
cuales permitirán su aplicación en casos concretos, a fin de orientar determinadas
acciones y medidas, susceptibles de adoptarse para mejorar los procesos de
reconstrucción post-desastre.
Los impactos se producen en todas las dimensiones en que se realizan los procesos
de explotación, construcción y reconstrucción del hábitat, tanto de índole social,
como económica, ambiental, cultural, técnica y en otros ámbitos.
En los campos de acción vinculados con la arquitectura y el urbanismo, los impactos
del desastre a mediano y largo plazo, pueden definirse en tres escalas básicas, que
abarcan lo territorial, lo urbano y la vivienda.
En una primera aproximación y partiendo de la literatura y los ejemplos de
referencia, se definieron 15 indicadores en las escalas territorial, urbana y de la
vivienda.
Mediante la consulta a un panel de especialistas de alta competencia en los temas
que se abordaron, se logró una confirmación preliminar del conjunto de indicadores
propuesto, tanto en su pertinencia, como en la importancia relativa de los mismos.
40
Los especialistas consultados propusieron nuevos indicadores, que junto con el
análisis cualitativo de la encuesta, están en condiciones de ser valorados e incluidos
dentro del esquema final para los impactos del desastre sobre el hábitat construido,
en una perspectiva al mediano y largo plazo.
41
Capítulo III. Aplicación del esquema de análisis al Caso de
Estudio
3.1. Ratificación del sistema de indicadores para determinación de
impactos a mediano y largo plazo del desastre en el hábitat construido.
El sistema de indicadores desarrollado en las tres escalas definidas, que actuaron a
manera de dimensiones de su manifestación, fueron ratificados mediante la técnica del
Panel de Especialistas, que como se apuntó en el capítulo anterior, contó con un
coeficiente de competencia promedio (Kc) de 9.6, totalmente válido y de gran confiabilidad.
No obstante, dado el carácter semi-estructurado del instrumento de consulta aplicado al
panel, que tuvo la ventaja de permitir su aporte creativo respecto a los aspectos en análisis,
se produjeron 6 propuestas de nuevos indicadores, que serán objeto de análisis en el
presente epígrafe.
En la Escala Territorial, el especialista González, G. propuso el indicador de “migraciones
territoriales”1, el cual define como “el impacto en las migraciones (forzadas o voluntarias)
hacia zonas seguras y/o de mejores condiciones económicas”.
En la Escala Urbana, el panel propuso tres indicadores nuevos:
“Pérdida de elementos físicos identitarios”, por parte de Arner, E., quien lo definió
como “el impacto por pérdida de elementos construidos que formaban parte de la
identidad local (hitos)”.
“Cambio de la morfología urbana”, por parte de González, G., definido como “se
aplican soluciones de viviendas aisladas con poca densidad que impactan
desfavorablemente en los códigos urbanísticos y de aprovechamiento del suelo, así
como en la expansión urbana como nuevas zonas de desarrollo”.
“Mayores niveles de ruido y contaminación por ruido, gases y polvos”, a cargo de
Álvarez, A., el que lo define como “impacto por mayor contaminación acústica, por
déficit de control de vehículos, control de uso de claxon, ruido por gases y polvos,
1 La denominación de los indicadores propuestos por los especialistas, así como su definición, se presentarán textualmente, según la redacción empleada por sus proponentes.
42
por falta de barreras para control de velocidad, falta de señalizaciones, por
industrias en ámbitos urbanos”.
En la Escala Vivienda se produjeron dos adiciones por parte de González, G.:
“Soluciones temporales de viviendas (visto en el mediano y largo plazo)”, definido
como “el impacto en la calidad de vida de las familias que son asistidas con
viviendas temporales y que pueden llegar a ser soluciones con carácter
permanente”.
“Tecnologías constructivas ajenas al contexto local”, lo cual define mediante la
argumentación de que “en ocasiones se implementan modelos de viviendas con
tecnologías constructivas de poco conocimiento y posibilidades de intervención
futura (flexibilidad y mantenimiento); ejemplos: Petrocasas, edificios Gran Panel,
sistema FORSA”.
A continuación, se realiza el análisis individual de cada una de las proposiciones de nuevos
indicadores formuladas por el Panel de Especialistas:
1. Indicador propuesto: Migraciones territoriales.
El especialista basa su propuesta en el caso de los desplazamientos o
reasentamientos del hábitat como consecuencia, directa o indirecta, del desastre,
presuponiendo que ello se realiza hacia zonas seguras y de mejores condiciones.
En primer lugar, la redacción utilizada por el proponente para el indicador refiere
más bien un efecto de probable ocurrencia, en lugar de un impacto de connotación
negativa para la calidad de vida de los habitantes, en una proyección temporal a
mediano o largo plazo. Por otra parte, los otros dos indicadores propuestos por el
trabajo para la Escala Territorial (menor movilidad a centros urbanos y mayor
vulnerabilidad territorial), pueden también interpretarse como consecuencia de
relocalización de los emplazamientos originales del hábitat en análisis.
Acorde con estas consideraciones, se entiende válido no ratificar la propuesta
formulada.
2. Indicador propuesto: Pérdida de elementos físicos identitarios.
43
La especialista se refiere a elementos físicos de la edificación que tenían un
significado estético-simbólico para la identidad local, entendida como de tipo
cultural, idiosincrático o popular que, por su condición de hitos, presupone que
hayan sido de reconocimiento general y representativos.
El autor del presente trabajo considera que esta condición está reservada, por tanto,
a determinadas edificaciones que, por sus particulares características, historia y
otros elementos de índole subjetiva, reúnan valores locales y a escalas superiores,
para considerarse como hitos de identidad.
El propósito del Esquema de Análisis que se propone en el presente trabajo, para
determinar los principales impactos de los desastres a mediano y largo plazo,
pretende que sean los mínimos indispensables y se refieran a casos de mayor
ocurrencia.
Entendiendo que esta problemática en particular responde a situaciones
específicas, que se dan en circunstancias y lugares determinados, se opta por no
ratificar como definitiva la propuesta formulada por la especialista.
3. Indicador propuesto: Cambio de morfología urbana.
En la definición aportada por el especialista que propone el nuevo indicador, se
apela a diversos problemas, tales como el desaprovechamiento del suelo, dadas
causales de poca densificación, la expansión urbana y otros.
El autor considera que es procedente la propuesta, por cuanto resulta en un impacto
urbano que se verifica en el mediano y largo plazo, sobre todo en la ejecución de
planes de reubicación de viviendas y de creación de zonas para las nuevas
edificaciones que sustituyan a las destruidas en el desastre.
No obstante, entiende que procede reformular su redacción, dándole una mayor
precisión y enfocándolo al uso del suelo.
Acorde con esto, se asumirá el indicador propuesto bajo la denominación de
“Desaprovechamiento del suelo edificable”.
4. Indicador propuesto: Mayores niveles de ruido y contaminación por ruido, gases y
polvos.
44
La fundamentación del especialista hace mención a factores de tránsito vehicular y
contaminación industrial, como causas del impacto que propone. Estos son
elementos casuísticos y específicos, con grandes posibilidades de ser mitigados por
acciones de control; por lo cual se considera no ratificar la propuesta.
5. Indicador propuesto: Soluciones temporales de viviendas (visto en el mediano y
largo plazo).
En primer lugar, huelga la aclaración del plazo temporal, ya que la encuesta
sometida al Panel de Especialistas presuponía, como elemento de entrada la
referencia a impactos en el mediano y largo plazo.
En la argumentación del especialista que propuso el indicador, establece una
relación de impacto entre la habilitación de viviendas temporales y la calidad de vida
de las personas, si dicha temporalidad se convierte en permanencia.
El autor considera que el resto de los indicadores definidos en el presente trabajo,
respecto a la escala de la vivienda (materiales más vulnerables y menos duraderos,
techos menos seguros, espacios menos confortables y otros) son totalmente
adaptables al caso que el especialista propuso. El establecimiento de una relación
entre el hecho de dejar como permanente una solución temporal para los
damnificados, podrá ser eventualmente analizado en el momento de determinar las
causales de los impactos; dados estos elementos, se considera no ratificar la
propuesta realizada.
6. Indicador propuesto: Tecnologías constructivas ajenas al contexto local.
La situación que lleva a la propuesta de este nuevo indicador radica en la
introducción de soluciones tecnológicas para la construcción de nuevas
edificaciones en sustitución de las destruidas por el desastre, las cuales no son
apropiadas al contexto específico en que se utilizan y que, a la vez, dificultan
intervenciones futuras.
Es de señalar que la selección de tecnologías para la reconstrucción sostenible del
medio construido es un proceso complejo y multifactorial. Errores o insuficiencias
en ello da lugar a múltiples impactos en el mediano o largo plazo, que tienen que
45
ver con disparidades entre las necesidades y aspiraciones de los habitantes con las
soluciones arquitectónicas de sus viviendas, dificultades con el mantenimiento y
conservación de dichos sistemas o soluciones, problemas de durabilidad en las
condiciones propias del entorno y otros factores.
El autor entiende que así formulado, es un indicador de difícil determinación, dada
su complejidad y diversidad de elementos causales y casuales incidentes.
Acorde con esto, se considera no ratificar este indicador.
Una vez tomadas las decisiones resultantes del análisis de las nuevas propuestas de
indicadores realizadas en el proceso de consulta al Panel de Especialistas, puede
concluirse con la ratificación del siguiente sistema de indicadores según las escalas
previamente definidas:
Escala Territorial
1. Menor movilidad a centros urbanos
2. Mayor vulnerabilidad territorial
Escala Urbana
3. Desaprovechamiento del suelo edificable
4. Menor disponibilidad de servicios comunales
5. Reducción de facilidades de movilidad
6. Mayor distancia a servicios básicos
7. Mayor distancia a zonas céntricas urbanas
8. Menos infraestructura
Escala Vivienda
9. Materiales más vulnerables
10. Materiales menos duraderos
11. Techos menos seguros
12. Espacios menos confortables
13. Peores condiciones ambientales
14. Menos privacidad
15. Peor estado técnico-constructivo
46
16. Menor acceso al agua
Además de la ratificación de los 16 indicadores, es necesario tener un criterio de la
importancia relativa de los mismos, respecto al impacto del desastre en el mediano y largo
plazo. Esto fue objeto también de consulta al Panel de Especialistas, lo que permitió hacer
un ordenamiento por importancia, que aparece en la Tabla 4 (Capítulo II, epígrafe 2.4,
inciso c), lo cual resultó en ocho niveles, con valor de importancia máximo de 5.8 puntos y
menor de 2.6.
Con el propósito de ganar en operatividad y simplificar la apreciación de la importancia
relativa de los indicadores, se propone clasificarlos en tres niveles de importancia relativa,
que pueden responder a escalas de grande, media y reducida, quedando como sigue:
Gran importancia:
Materiales más vulnerables (escala Vivienda)
Techos menos seguros (escala Vivienda)
Peor estado técnico-constructivo (escala Vivienda)
Menor acceso al agua (escala Vivienda)
Menos infraestructura (escala Urbana)
Importancia Media:
Desaprovechamiento del suelo edificable (escala Urbana)
Menor movilidad a centros urbanos (escala Urbana)
Materiales menos duraderos (escala Vivienda)
Peores condiciones ambientales (escala Vivienda)
Reducción de las facilidades de movilidad (escala Urbana)
Espacios menos confortables (escala Vivienda)
Menor importancia:
Mayor vulnerabilidad territorial (escala Territorial)
Mayor distancia a servicios básicos (escala Urbana)
Menos privacidad (escala Vivienda)
Mayor distancia a zonas céntricas urbanas (escala Territorial)
Menor disponibilidad de servicios comunales (escala Urbana)
47
Como se aprecia en el listado anterior, el nuevo indicador aceptado, a partir de la propuesta
del Panel de Especialistas (Desaprovechamiento del suelo edificable), fue considerado
como de Importancia Media.
3.2. Implementación del Esquema de Análisis de impactos a mediano y
largo plazo del desastre en el hábitat construido
Según el Esquema 4 (Capítulo II, epígrafe 2.3), el Esquema de Análisis de los impactos
consta de tres elementos fundamentales para su implementación práctica:
a) Indicadores básicos
b) Instrumento de aplicación
c) Elementos para la evaluación de los impactos
Los indicadores ya fueron ratificados en un cuerpo de 16 indicadores agrupados en las
escalas territorial, urbana y de la vivienda; procede entonces fundamentar el Instrumento
de Aplicación.
a) Instrumento de aplicación
En el instrumento aplicativo, cada uno de los indicadores debe tener las vías y métodos
de ser determinados en la práctica concreta, lo que requiere de los siguientes aspectos:
Indicador “x”
Vía de determinación
Fuente de determinación
Información a obtener
Como Vía de Determinación se entiende cuáles serán las manifestaciones prácticas que
expresan la ocurrencia del impacto en cuestión.
La Fuente de Determinación consiste en el método mediante el cual se logrará adquirir la
información que caracteriza al impacto.
La Información a Obtener es el parámetro que será objeto de determinación cuantitativa o
cualitativa para precisar la ocurrencia y magnitud del impacto.
Este esquema puede entenderse mejor si se apela a un ejemplo:
48
Indicador: Techos menos seguros.
Vía de determinación: Predominan soluciones constructivas en los techos de mayor
vulnerabilidad a las variables de peligro que se consideran para el tipo de desastre.
Fuente de determinación: A través de la observación directa de las soluciones
constructivas de los techos analizados.
Información a obtener:
Característica y calidad de los materiales utilizados
Tipos de soluciones constructivas
Tipología de los techos de la edificación
Se realizó la operacionalización tabulada de cada una de los impactos, lo que se muestra
en el Anexo III.
b) Evaluación del impacto
La determinación del impacto gana en valor metodológico al introducir factores de
evaluación, lo cual permita también establecer una gradación en los casos y compararlos
entre sí.
El principio de evaluación se basará en la apreciación calificada del especialista que realice
la determinación de los impactos y en una especie de algoritmo evaluativo que permita
arribar a conclusiones cualitativas de la situación integral del objeto de evaluación.
Para ello, se propone un sistema relativamente sencillo, que refleje conclusiones de la
evaluación de cada caso. Dicho sistema presupone que el evaluador califique el estado
que aprecie en el impacto determinado en una escala de tres niveles, que pudieran
equivaler a calificaciones de Alto, Medio, Bajo, correspondiente a valores simbólicos de 3,
2 y 1, respectivamente.
Dado que también se hace una clasificación por importancia relativa de cada uno de los
indicadores de impacto, igualmente en tres niveles (importancia, grande, media y menor),
puede establecerse un sencillo algoritmo para integrar el grado de impacto a mediano o
largo plazo en un caso dado, haciendo corresponder a cada nivel de importancia un
coeficiente que se multiplique por el valor simbólico otorgado por el evaluador.
49
Estos coeficientes serán de 0.8, 0.6 y 0.4, según la importancia sea de grande, media o
menor. Si no existiera impacto, se daría una evaluación nula.
Lo explicado anteriormente puede evidenciarse mejor en un ejemplo esquemático:
Indicador
evaluado
Apreciación
calificada Valor simbólico
Coeficiente de
importancia
relativa
Valor obtenido
Indicador 1 Alto 3 0.8 2.4
Indicador 2 Medio 2 0.4 0.8
Indicador 3 Bajo 1 0.6 0.6
… …
Indicador “n” Nula 0 0.4 0
TOTAL Suma columna
El valor total servirá para tener una idea cuali-cuantitativa del grado de impacto a mediano
o largo plazo del caso que sea objeto de evaluación y eventualmente podrá servir para
comparar dos o más casos entre sí, o para determinar variaciones en el tiempo de un
mismo caso, si se hace una evaluación de impactos en dos momentos determinados.
Siguiendo un principio de proporcionalidad, teniendo en cuenta que son 16 indicadores y
que los mismos pueden adquirir valores entre 2.4 como máximo y 0,4 como mínimo
(además del nulo, cuando no hay impacto), según su importancia relativa, la suma de los
mismos puede hacerse equivaler a los criterios evaluativos siguientes:
Alto impacto… valor de 20 o más
Impacto medio… valor entre 16 y menor de 20
Impacto reducido… valor menor de 16
3.3. Aplicación en Caso de Estudio
Para la validación práctica de las propuestas metodológicas del presente trabajo, se realiza
la aplicación de las mismas en un Caso de Estudio, susceptible de servir de modelo para
confirmar la validez y aplicabilidad.
El caso a estudiar es un pequeño sector urbano, creado a partir de la construcción de
viviendas para alojar permanentemente a familias damnificadas de un desastre natural
ocurrido hace más de 15 años. Estas condiciones de singularidad, unidad de localización
50
y tiempo transcurrido, permiten un adecuado estudio de aplicación de las propuestas
realizadas.
a) Caracterización del Caso de Estudio
El caso de estudio se encuentra ubicado en la cabecera del municipio de Quemado de
Güines, al Este de la provincia de Villa Clara, donde la actividad económica fundamental
es la agropecuaria. En los días 4 y 5 de junio de 2001 el huracán Michelle penetra en suelo
cubano causando innumerables destrozos en la zona central y occidental del país,
producto de esto, en la etapa de recuperación se decide construir un nuevo asentamiento
para restituir las viviendas de forma permanente a aquellas familias que perdieron las
suyas, conocido como el reparto Michelle.
El Michelle fue clasificado como el peor huracán que azotara la isla en más de 50 años
producto a su magnitud y destrozos, dejando una cifra de 5 muertes tras su paso por Cuba.
Más de 700.000 personas fueron evacuadas, y las pérdidas por concepto económico
fueron cuantiosas. (El País, 2001)
El reparto Michelle es la fusión de varios planes de urbanización y de reasentamiento
comunitario, que aparte de la construcción de viviendas para los damnificados, las
restantes no guardan relación con el hecho catastrófico al que se le hace referencia; es
por ello que en dicho barrio existen construcciones por el Plan de la CTC, viviendas de la
FAR, otras procedentes de planes del MININT, algunas por esfuerzo propio, al darle tierras
Figura 1.2 Localización del Barrio Michelle. Fuente: Elaboración propia
51
a las personas para que construyan. Esto conforma un barrio con diferentes estilos
constructivos que ha ido evolucionando con el pasar de los años.
Las viviendas entregadas a los damnificados son menos vulnerables que las originales,
que resultaron destruidas, debido a los materiales en techo y paredes y a las tecnologías
en la estructura, sistema Sandino y ladrillo cocido, donde la cubierta es de canalón de
fibrocemento. Sin embargo, el asentamiento carece de acueducto y alcantarillado, como
también de redes exteriores como aceras, viales, ni espacios públicos de acceso social.
Las viviendas interiormente son reducidas y no se ajustan al modo de vida y trabajo de los
ocupantes, los cuales han tenido que ir haciendo variaciones para poder adaptarlas a sus
comodidades.
Las viviendas tienen una mala terminación constructiva, apareciendo fisuras y grietas a los
pocos meses de haber sido entregadas. En dos de los casos, no se realizaron un
dormitorio que tenían por proyecto. Producto de la desviación inadecuada de materiales
debido al descontrol administrativo en las brigadas, las construcciones se resintieron por
Figura 1.3 Imagen de una de las viviendas construidas para el reasentamiento de los
damnificados por el huracán Michelle. Fuente: Elaboración propia
52
no recibir la cantidad de cemento y otros materiales en las dosificaciones y cantidades
debidas, provocando así diversos defectos y deterioros tempranos en elementos
estructurales y de terminación. La carpintería tuvo que ser cambiada al poco tiempo por
su baja calidad, y ninguna vivienda poseía divisiones interiores entre dormitorios o baño;
en varios casos no se terminó de poner el piso.
b) Desarrollo de la aplicación
Con apoyo del Gobierno Municipal de Quemado de Güines, y del coordinador del Proyecto
Hábitat en el municipio, se llevó a cabo la aplicación de los métodos y herramientas de
indagación, donde se le concede a los criterios de la población un significado especial y
relevante. Solamente se le fue aplicado el método a los damnificados por el huracán
Michelle, excluyéndose de la muestra el resto de las familias que conviven en el reparto;
debido a que su casa fue fruto de otros planes de construcción. De igual forma, con el
pasar de los años varias familias han abandonado el barrio y se han trasladado hacia otras
zonas, no llevándose a cabo la aplicación para los actuales moradores de la vivienda, dado
que no tienen antecedentes vinculados con el desastre. En total se aplicó el método al
60% de las viviendas que fueron construidas para los damnificados.
El promedio de edad de la población residente en el reparto Michelle es de 48 años,
observándose un gran número de ancianos con problemas de salud o con alguna
discapacidad física. Todas las personas participaron de una forma u otra en la indagación
realizada y accedieron de forma voluntaria a responder cada una de las preguntas
realizadas.
Figura 1.4 Imágenes tomadas durante la realización del método de indagación a los
damnificados por el huracán Michelle. Fuente: Elaboración propia
53
Todas las personas estudiadas fueron reasentadas en el barrio. El 40% provinieron de la
comunidad costera de Carahatas, 30% de la propia cabecera municipal de Quemado de
Güines, un 10% del poblado de Lutgardita, y el restante 20% de otras localidades y barrios,
como Palo Prieto, Flor de Cuba, La Serpa, Perejil, entre otros.
c) Resultados primarios de la aplicación
Como resultado de la aplicación y teniendo como base las escalas de trabajo, se pudo ir
captando y registrando la información correspondiente a los diferentes indicadores de
determinación de impactos a mediano y largo plazo.
La formulación de los indicadores demostró que se ajusta a las problemáticas que se
propusieron representar. Las vías aplicadas para la captación de los datos fueron las de
la observación por parte del aplicador del esquema y mediante el testimonio de los
residentes seleccionados. Se confirmó la opinión del panel de especialistas que validó el
conjunto de indicadores, por cuanto los mismos permitieron reunir un total de información
representativa para ulteriormente basar en ellos la determinación de los impactos del
desastre en el hábitat.
La aplicación del procedimiento contempló un primer recorrido del personal aplicador por
el sector urbano seleccionado, en este caso el reparto Michelle y la confirmación en la
práctica de cuáles viviendas integraron la muestra, al ajustarse al requisito de haber sido
construida en respuesta a la recuperación del desastre, tal como ya se explicó en este
mismo capítulo.
El tiempo invertido en la entrevista e intercambio con los residentes fue no mayor de los
20 minutos, como promedio. Los encuestados comprendieron adecuadamente la
información solicitada para llenar los indicadores, existió una buena disposición para
cooperar y ampliar la información y se demostró la viabilidad del procedimiento previsto.
La muestra utilizada en la aplicación ascendía inicialmente a 18 viviendas, que fueron
construidas para los damnificados del huracán Michelle del 2001. Como ya se apuntó, el
reparto contiene un total de 109 casas, por lo que el resto, respondieron a propósitos
diferentes al de solucionar afectaciones del ciclón. De la muestra pre-seleccionada, se
incluyeron en la aplicación 11 viviendas. La diferencia respondió a las siguientes causas:
54
Por no encontrarse los residentes en su vivienda… 3
Por no estar el residente en capacidad de ser entrevistado… 1 (persona mayor
enferma)
Por haberse mudado los residentes originales y no tener vivencias relacionadas con
el desastre de los ocupantes actuales… 3
El personal aplicador (en este caso el autor, con la cooperación del Coordinador del
Proyecto Hábitat) organizó previamente sus recorridos por el reparto y se basó en
información previa suministrada por la Dirección de Planificación Física, así como en fotos
satelitales del lugar.
A continuación, se presentará por escala lo observado y asimilado en el caso de estudio.
Escala Territorial:
Indicador 1. Menor movilidad a centros urbanos
La decisión adoptada en la fase de rehabilitación post-desastre en el municipio Quemado
de Güines, de producir una relocalización total de las familias a las cuales sus viviendas
fueron destruidas, tuvo dos riesgos. Uno de ellos el de desarraigar de la comunidad original
a los reasentados y el otro, someterlos a un hábitat con condiciones diferentes.
En este caso en concreto, los beneficiados radicaban en zonas rurales y costeras, con
malas vías de comunicación y difícil movilidad. El cambio de lugar les brindó mejores
condiciones de movilidad, puesto que fueron trasladados a la cabecera municipal, lugar
donde se concentran los servicios y las opciones y de donde es más factible trasladarse a
otros lugares claves del territorio.
Impacto: Nulo.
Indicador 2. Mayor vulnerabilidad territorial
No existe impacto a mediano o largo plazo en este indicador. Dado que los habitantes
reasentados provenían de lugares de elevada vulnerabilidad, como es la comunidad de
Carahatas o el poblado rural de Lutgardita, en lo fundamental, encuentran en Quemado
de Güines un asentamiento definitivo seguro.
Impacto: Nulo.
55
Escala Urbana:
Indicador 3. Desaprovechamiento del suelo edificable
Es un indicador de compleja determinación. En todos los casos muestreados, residían en
viviendas populares, dispuestas en zonas sin restricciones de superficie, aunque en
algunos casos era suelo destinado a otros usos, como puede ser agrícola o de valor
económico. Una vez trasladados definitivamente al reparto Michelle, éste es producto de
un planeamiento urbano de una zona de la cabecera municipal y el trazado del mismo y el
emplazamiento de las viviendas, responden a un concepto modular. Las parcelas son de
dimensionamiento mínimo, ocupándose por las viviendas en un 80%, quedando
determinadas áreas posteriores a las mismas con función de patio.
Impacto: Nulo.
Indicador 4. Menor disponibilidad de servicios comunales
Los servicios comunales son eminentemente urbanos. No se organizan en las zonas
rurales o semi-rurales, donde operan otros conceptos en cuanto a este tipo de servicios.
En la ciudad, son vitales los servicios de higienización y de recogida y disposición de los
desechos sólidos. Dada la concentración urbana, no existen zonas que permitan la
evacuación o destrucción de los desechos y residuos, por lo que se depende del servicio
público. En las zonas rurales y costeras, de donde provienen los habitantes de la muestra,
tenían soluciones locales para este tipo de servicio. Vivir en zona urbana tiene la ventaja
de ser usuario del servicio público de recogida de basura; pero el inconveniente de la
Figura 1.5 Imágenes que muestran la colocación de los desechos sólidos en los frentes de
las viviendas para su posterior recolección. Fuente: Elaboración propia
56
dependencia total al mismo. En el caso se comprobó el funcionamiento con falta de
sistematicidad, trayendo como consecuencia malestar y acumulación de los sacos y
recipientes frente a las casas.
Otros servicios que se prestan comunalmente en la organización urbana, son los de
cuidado y desarrollo de las áreas y espacios públicos; así como de limpieza y
mantenimiento de la red vial.
En donde residían los beneficiados del reparto Michelle, esto no existía o se brindaban
muy insuficientemente; pero en su situación actual, tampoco están al tope de satisfacción.
En el reparto no existen espacios públicos de uso comunitario, tampoco se brindan
servicios de fomento y cuidado de las áreas verdes, todo lo cual es asumido por los vecinos
de forma irregular, ya que unos mantienen su vivienda y zonas aledañas en buen estado
y otros no lo logran de igual manera.
Impacto: Medio (2)
Indicador 5. Reducción de facilidades de movilidad
Este indicador se refiere, sobre todo, a la facilitad de movilidad urbana, es decir, en la
movilidad cotidiana que pueden realizar los habitantes para satisfacer las diferentes
necesidades que se le presenten dentro de su vida cotidiana y en función de otros
intereses.
Con la ubicación del reparto Michelle, dentro del tejido urbano de la cabecera municipal,
esto supera las condiciones originales que afectaban a los habitantes antes del traslado a
la nueva ubicación.
Impacto: Nulo.
Indicador 6. Mayor distancia a servicios básicos
Los servicios básicos considerados en este indicador son aquellos relacionados con la
educación primaria y media, los servicios asistenciales médicos primarios, el comercio
esencial de los productos de primera necesidad, facilidades deportivas básicas y otros de
similares propósitos.
57
En este caso particular, y sobre todo por la ubicación periférica territorial de los
asentamientos originales de los habitantes, previo al desastre y a la relocalización hacia la
cabecera municipal, no existen niveles de impacto.
Impacto: Nulo.
Indicador 7. Mayor distancia a zonas céntricas urbanas
Esta situación es similar a la anterior. Impacto: Nulo.
Indicador 8. Menos infraestructura
En anteriores planteamientos, se ha hecho hincapié en que la calidad de vida de los
habitantes objeto del estudio en este caso, estaba marcada por la ubicación del hábitat en
que residían antes del desastre, tanto costero (Carahatas), como rural (Lutgardita, Palo
Prieto, Flor de Cuba, La Serpa y otros), por tanto, la infraestructura disponible era
elemental y mínima.
Sin embargo, en la actual situación pueden evidenciarse algunos impactos a mediano y
largo plazo. En primer lugar, a pesar de estar ubicado en zona urbana, no posee acueducto
municipal ni local. Por otra parte, el reparto carece de vías asfaltadas y de aceras.
En cuanto a la infraestructura de saneamiento de los residuales domésticos, la solución
que predomina en el barrio es la de las fosas sépticas, ya que tampoco existe al
alcantarillado, tanto municipal como local para dicha zona.
Impacto: Medio (2).
Escala Vivienda:
Indicador 9. Materiales más vulnerables
La destrucción de las viviendas existentes a causa del huracán Michelle, en el 2001, se
debió fundamentalmente a la vulnerabilidad de sus materiales fundamentales, además de
la ubicación de las mismas en zonas de riesgo.
Las nuevas casas edificadas en el reparto Michelle brindan una mayor seguridad ante el
desastre, con paredes de ladrillo y estructura de muros de carga, así como el resto de la
tipología constructiva de menor vulnerabilidad, respecto a la situación anterior.
58
Impacto: Nulo.
Indicador 10. Materiales menos duraderos
El tiempo de vida útil es mayor que los que originalmente tenían las viviendas, así como
son mejores las facilidades de mantenimiento y conservación, por lo cual no existen
impactos en este indicador.
Impacto: Nulo.
Indicador 11. Techos menos seguros
Los techos son mejores que los que tenían las viviendas que en su momento fueron
destruidas o dañadas severamente por el huracán Michelle; sin embargo, algunas
tipologías actuales no brindan una condición de plena seguridad. Predominan las cubiertas
construidas a partir del canalón de fibrocemento, que si bien poseen una correcta
colocación, no resuelven la invulnerabilidad ante algunas de las variables de los
fenómenos naturales causantes de desastre, como los fuertes vientos, sobre todo por la
ubicación geográfica del municipio.
Impacto: Medio (2).
Indicador 12. Espacios menos confortables
En las nuevas viviendas, el dimensionamiento espacial interior cumple con los mínimos
admisibles según lo normado; pero según los testimonios de los habitantes consultados y
otras observaciones, se constata que en sus viviendas originales disfrutaban de otros
espacios y con mayor amplitud, acorde con sus necesidades e intereses.
Por otra parte, en dos de las viviendas muestreadas, se comprobó que no se completó la
inclusión de un dormitorio, según el proyecto aprobado; así como se dejaron de colocar
algunas ventanas y puertas y terminaciones de pisos.
Impacto: Medio (2).
Indicador 13. Peores condiciones ambientales
Las viviendas originales de los habitantes actuales del reparto Michelle, tenían condiciones
ambientales propias de la arquitectura vernácula de zonas rurales y costeras cubanas,
59
dadas por los puntales interiores y dimensiones de los espacios, así como posiblemente
por la ubicación de vanos en relación con la orientación de las casas.
El 80% de los habitantes encuestados en el estudio admitieron peores condiciones
ambientales en sus viviendas, en comparación con las condiciones anteriores, sobre todo
por una mayor sensación térmica interior, agravado por los efectos del cambio climático,
que arrojan niveles de temperatura ambiente superiores a los que se detectaban en
décadas anteriores.
Impacto: Alto (3).
Indicador 14. Menos privacidad
La privacidad interior de las viviendas se evaluó como peor que en las condiciones de vida
anteriores, ya que las casas no dispusieron originalmente de puertas interiores en
dormitorios y baños, lo que resultó de percepción negativa por sus habitantes. Esto motivó
que los propios vecinos buscaran soluciones propias para restituir la privacidad perdida.
No se detectó afectación a la privacidad inter-viviendas, ya que su ubicación y disposición
de diseño impiden una interferencia o afectación visual indeseable.
Impacto: Medio (2)
Indicador 15. Peor estado técnico-constructivo
El estado técnico actual no se encuentra en relación con desperfectos producidos por el
desastre y que no hayan tenido solución o hayan producido efectos diferidos. Tampoco se
detecta un estado técnico-constructivo negativo; aunque se percibe falta de mantenimiento
y conservación de los inmuebles, sobre todo por poca gestión de sus habitantes.
Impacto: Nulo.
Indicador 16. Menor acceso al agua
En primer lugar, existen insuficiencias infraestructurales en cuanto al abasto de agua. El
reparto Michelle no está cubierto por acueducto local o municipal. Tampoco está disponible
el acceso al agua mediante pozos, por lo que, en lo fundamental, el alcance al agua potable
depende del servicio público utilizando pipas y todo esto permite una cobertura de servicio
60
que no es diario y llega a dilatarse en varios días, lo que reduce la satisfacción de los
habitantes en un aspecto de primera necesidad.
Impacto: Medio (2).
Con todos estos apuntes determinados en la aplicación se procedió a establecer los datos
en el sencillo algoritmo que integra el grado de impacto a mediano o largo plazo en el
barrio Michelle, explicado anteriormente en el epígrafe 3.2. Los resultados de la aplicación
del esquema de análisis se muestran en la Tabla 1.5.
Tabla 1.5. Procesamiento cuantitativo de los resultados obtenidos en la aplicación del método de
indagación en el caso de estudio: Reparto Michelle, en Quemado de Guines. Fuente: Elaboración
propia.
Indicador de impacto Apreciación calificada
Coeficiente importancia
Valor simbólico
determinado
Valor obtenido
1. Menor movilidad a centros urbanos Nulo 0.4 0 0
2. Mayor vulnerabilidad territorial Nulo 0.4 0 0
3. Desaprovechamiento del suelo edificable Nulo 0.6 0 0
4. Menor disponibilidad de servicios comunales Medio 0.4 2 0.8
5. Reducción de facilidades de movilidad Nulo 0.6 0 0
6. Mayor distancia a servicios básicos Nulo 0.4 0 0
7. Mayor distancia a zonas céntricas urbanas Nulo 0.6 0 0
8. Menos infraestructura Medio 0.8 2 1.6
9. Materiales más vulnerables Nulo 0.8 0 0
10. Materiales menos duraderos Nulo 0.6 0 0
11. Techos menos seguros Medio 0.8 2 1.6
12. Espacios menos confortables Medio 0.6 2 1.2
13. Peores condiciones ambientales Alto 0.6 3 1.8
14. Menos privacidad Medio 0.4 2 0.8
15. Peor estado técnico-constructivo Nulo 0.8 0 0
16. Menos acceso al agua Medio 0.8 2 1.6
Total 9.4
d) Conclusiones de la Evaluación de Impactos
El caso de estudio tuvo una peculiaridad básica, consistente en que se refirió a un barrio
o reparto de viviendas creado expresamente para dar cabida a las nuevas edificaciones
de los damnificados del huracán Michelle que perdieron sus viviendas. También resultó en
una característica propia del caso, el hecho de que los damnificados se colocaron en esa
situación debido a la elevada vulnerabilidad de sus viviendas originales, sea por lo inseguro
61
e inadecuado de sus casas anteriores y/o por el emplazamiento en zonas de alto riesgo,
como sucedió en los residentes en la comunidad de Carahatas.
Quiere esto decir, que el caso estaba destinado a arrojar un resultado que no evidenciara
un amplio margen de impactos a mediano y largo plazo, a una distancia de más de 15
años de sucedido el impacto principal.
No obstante, la clasificación de Impacto Reducido (valor de 9.4) es coherente con
decisiones adoptadas en la etapa post-desastre de reconstrucción, donde innegablemente
dotaron a los habitantes de condiciones mejores a las que tenían en su ubicación original;
pero no tuvieron en cuenta algunos factores que influyeron, y siguen actuando, para crear
algunas insatisfacciones de calidad de vida.
Los elementos más influyentes en la evaluación de impacto obtenida son la falta de
acueducto y alcantarillado, unido a insuficiencias en el acceso al agua por otras vías, el
empleo de materiales de techos de vulnerabilidad a los fuertes vientos (canalones de
asbesto cemento) y las condiciones ambientales de las viviendas. En esto tiene que ver la
mayor importancia relativa de la infraestructura y los techos, así como la de la garantía de
agua potable, que actualmente es débil al depender de un servicio de acarreo por pipas,
susceptible de empeorar ante un conjunto de variables problemáticas.
3.4 Conclusiones parciales del capítulo
Tras el estudio de los indicadores incorporados por los especialistas, se ajusta el
método de aplicación para la determinación de nuevos parámetros que conlleven a
un mejor desarrollo de compilación de información, logrando con mejor precisión el
análisis de las afectaciones reales.
Mediante la representación de indicadores los impactos relacionados con las
afectaciones a mediano y largo plazo en el hábitat construido pueden ser
determinados, analizados y evaluados, gracias a la caracterización cuantitativa y
cualitativa de los mismos, permitiendo a la vez comparaciones con otros casos que
se estudien.
Se corrobora mediante la práctica que puede ser aplicado el método y que es de
fácil entendimiento por las personas encuestadas, no se hace necesario grandes
62
esfuerzos para la determinación de los datos y permite al entrevistador analizar
cada punto de forma directa.
Se concluye que el reparto Michelle mejoró de forma general la calidad de vida de
todas las personas que fueron reasentadas en el mismo, existiendo aún puntos de
inflexión negativos para el correcto desarrollo del hábitat construido y social.
Mediante la aplicación de este método se determina cuáles son los parámetros que
deben ser modificados o variados para alcanzar un total bienestar de las personas
damnificadas, en momentos de la recuperación y reconstrucción.
Se hace necesario de un mejor control por parte de la dirección encargada de la
construcción de las viviendas para damnificados por desastres naturales.
63
Conclusiones
La tesis siguió un enfoque investigativo, a partir de seleccionar un problema de estudio
complejo y no totalmente compartido, o reconocido, el cual parte de afirmar la existencia
de impactos a mediano y largo plazo de los desastres de tipo natural sobre el hábitat.
En términos de recuperación de desastres, una concepción difundida y aceptada, entiende
que la misma se proyecta sobre todo en el corto plazo, ya sea en la etapa de emergencia
y rehabilitación inmediata de los daños y perjuicios directamente causados por el
fenómeno, así como en un plazo subsiguiente, que se trata que sea el más breve a toda
costa (y a todo costo). Sin embargo, no es común tener una mirada hacia un horizonte
temporal más extendido y concebir que también los desastres dejan impactos a más larga
data.
El asunto radica en que muchos de estos impactos no son percibidos, incluso por quienes
lo sufren. En primer lugar, porque dichas comunidades y personas han sido directamente
afectadas por condiciones traumáticas y los beneficios que reciben en la recuperación,
siempre son bien reconocidos y agradecidos. Por otra parte, debido a que la mayor parte
de los daños y destrucción causada por los fenómenos que provocaron el desastre,
tuvieron lugar en el hábitat más vulnerable, deteriorado e insuficiente; y en ese caso,
también los damnificados que reciben los beneficios de las acciones post-desastre, tienen
un patrón de comparación positivo hacia las condiciones en que pasan a vivir.
Si estas visiones cortoplacistas se imponen, pueden impedir extraer lecciones aprendidas
de los efectos que se siguen manifestando en el medio y largo plazo, o que surgen durante
ese tiempo. También la prueba del tiempo es una enseñanza importante para las
soluciones post-desastre que se ejecutan por los organismos institucionales y otros
agentes.
Puede concluirse entonces, que la hipótesis inicialmente planteada logró ser cumplida por
el trabajo, aunque no exenta de complejidades. La investigación tuvo que partir de los
impactos inmediatos al desastre; pero cuando pasó a profundizar en los impactos a mayor
plazo, debió interpretar múltiples enfoques y extraer lo esencial de la literatura a su
alcance, que no siempre estaba evidente.
64
Se logró un esquema de análisis basado en indicadores claves, en lo que debió intervenir
un panel de especialistas, que en el futuro puede incrementarse para seguir avanzando
en estos puntos de vista.
La aplicación final realizada por el propio autor, en un caso de estudio seleccionado,
perteneciente a un municipio de recurrente afectación por fenómenos hidrometeorológicos,
arrojó resultados consecuentes con las aristas que tiene este problema. Como la muestra
respondió a un sector habitacional surgido como respuesta al huracán, para edificar
nuevas viviendas a un grupo de las familias que perdieron sus casas a causa del ciclón
Michelle, es lógico que los impactos directos fueran resueltos y que estas personas hayan
encaminado su vida en condiciones totalmente mejores que las que tenían antes de recibir
las afectaciones.
Sin embargo, aun en esas condiciones, fue posible detectar impactos que afectan la
calidad del hábitat, lo que corrobora la posición teórica y metodológica que el trabajo
sustenta.
Quizás una parte de quienes entren en conocimiento con el presente trabajo entiendan
que un esquema que centre su análisis en impactos a una distancia de 5, 10 o más años,
tiene un valor relativo, ante las urgentes necesidades de los efectos directos que los
desastres provocan; pero el perfeccionamiento de las medidas, enfoques y conceptos de
recuperación sostenible, deben abarcar todas las escalas y cuestionar los resultados,
como forma de avanzar hacia soluciones más eficaces y eficientes.
65
Recomendaciones
En la investigación y en la conformación del método aplicativo para la determinación de
los impactos a mediano y largo plazo, se indagan diversos puntos y se les concede niveles
de importancia según los apuntes de los expertos seleccionados. Se propone seguir
estudiando otros factores, que muestren una mejor comprensión de la problemática, en
cuanto a vías de funcionamiento de la aplicación, como políticas y regulaciones que
determinen las labores constructivas evaluadas.
Producto a condiciones de tiempo y alcance del proyecto investigativo, se analizó un
número reducido de casos de forma práctica, aunque el resultado fuera el esperado, se
recomienda expandir la experiencia hacia otras comunidades que permita un espectro más
amplio del tema.
Mediante la aplicación de este método por parte de las autoridades provinciales y
municipales, de la Planificación Física y del Gobierno, puede mejorar la metodología de
investigación de las problemáticas que aquejan los damnificados por desastres con el
pasar de los años, así como para erradicar de forma temprana problemas constructivos o
de gestión del que son fruto las incomodidades, como la repetición de los errores, y que
son reflejados en aplicaciones del mismo en otros asentamientos.
66
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70
Anexos Anexo I. Especificación de los indicadores de impacto a mediano y largo plazo de desastres en el hábitat
construido. Escala Territorial
Indicador de impacto Definición del indicador Vías de determinación
Menor movilidad a centros urbanos
Impacto en la cobertura de transporte público a
ciudades y asentamientos de mayor importancia
política, económica y social, según la estructura
político-administrativa y las condiciones de las vías
terrestres que sirven de comunicación.
Reducción del nivel de servicio público de transportación respecto al existente antes del desastre.
Empeoramiento de las condiciones técnicas y funcionales de carreteras, calles y otras vías de transportación terrestre.
Mayor vulnerabilidad territorial Impacto en la generación o aumento de los riesgos
de desastre asociados al emplazamiento territorial.
Aparición o agravamiento de riesgos específicos en el territorio que afectan a la población y las construcciones del lugar.
Escala Urbana
Indicador de impacto Definición del indicador Vías de determinación
Menor disponibilidad de servicios comunales
Impacto en la accesibilidad adecuada a recolectores de basura, existencia y eficacia de la limpieza de calles e higienización general, jardinería y cuidado de áreas verdes y exteriores
Empeoramiento de la infraestructura urbana para la gestión de los desechos sólidos.
Reducción del nivel de los servicios comunales de higienización y áreas exteriores.
Reducción de las facilidades de movilidad Impacto en la movilidad de los ciudadanos, respecto a los principales flujos urbanos previstos.
Reducción de las alternativas de movilidad de los ciudadanos.
Aparición de barreras y/o aumento de las distancias según los flujos urbanos.
Mayor distancia a servicios básicos Impacto por mayor distancia a: escuelas primarias y secundarias, tiendas generales y mercados de alimentos, hospitales y puestos estomatológicos, zonas wifi, zonas de gastronomía pública
Aumento de la distancia a: o escuelas primarias y de enseñanza
media, o puntos de atención primaria y cuerpos de
guardia médica, o mercados de alimentos básicos.
Mayor distancia a zonas céntricas urbanas
Impacto por mayor distancia al centro principal de ciudad reconocido, según el caso
Aumento de la distancia respecto al existente antes del desastre.
Menos infraestructura Impacto por menor cercanía peatonal razonable a espacios públicos en buen estado, por déficit en la existencia y condiciones técnicas y funcionales de los viales vehiculares y peatonales, déficit en redes técnicas de abasto de agua y de drenaje o alcantarillado de residuales, alumbrado público
Empeoramiento de la infraestructura:
vial y peatonal,
de abasto de agua,
de saneamiento y residuales,
de espacios públicos.
71
apropiado, áreas verdes o exteriores en estado aceptable
Escala Vivienda
Indicador de impacto Definición del indicador Vías de determinación
Materiales más vulnerables Impacto por mayor vulnerabilidad en los materiales de estructuras, paredes exteriores, cierres de vanos y cubiertas.
Predominio de materiales menos resistentes a variables del peligro natural en: o cubiertas, o estructura portante vertical, o elementos de cierre exterior.
Materiales menos duraderos Impacto por materiales menos duraderos en estructuras, paredes exteriores, cierres de vanos y cubiertas.
Predominio de materiales menos de menor durabilidad en: o cubiertas, o estructura portante vertical, o elementos de cierre exterior.
Techos menos seguros Impacto en por materiales y soluciones constructivas menos seguros, sobre todo para resistir los vientos y las fuertes lluvias.
Predominio de soluciones constructivas más vulnerables a las variales del peligro en techos.
Espacios menos confortables Impacto en cuanto a funcionalidad, áreas mínimas necesarias.
Reducción del espacio interior de las viviendas.
Peores condiciones ambientales Impacto en ventilación e iluminación naturales, sensación térmica interior.
Reducción del aislamiento térmico de las cubiertas.
Reducción de las áreas de vanos en las paredes exteriores (ventanas).
Menos privacidad Afectaciones por demasiada proximidad o contigüidad a otras edificaciones y espacios; e internamente, por menor privacidad en dormitorios y servicios sanitarios.
Distancias menores a las recomendables entre las viviendas y respecto a otras edificaciones.
Reducción de la privacidad funcional en servicios sanitarios y dormitorios.
Peor estado técnico-constructivo Impacto por empeoramiento de lesiones y desperfectos causados o agravados por el desastre, o el surgimiento de otros que puedan imputárseles.
Aparición o agravamiento de síntomas y manifestaciones de daños y deterioros en la construcción.
Menor acceso al agua Impacto por déficit en disponibilidad sistemática y aceptable de agua para las funciones básicas de la vivienda.
Mayores dificultades de acceso al agua par las viviendas.
Abasto de agua menor que el indicador mínimo admisible por habitante.
72
Anexo II. Cuestionario para el Panel de Especialistas
Nombre del especialista: _____________________________________ Profesión:
_______________________________
Grado científico (marcar): Doctor en Ciencias____ Doctor en Ciencia
específica____(especificar) Máster____
Centro en que trabaja:
__________________________________________________________________________
_____
Labor que realiza: _____________________________________________
Fecha en que responde el cuestionario: ____________________________
Orientación: Marcar una cruz en la columna correspondiente. En cada nivel se dejan
espacios por si quiere proponer hasta 3 nuevos impactos que no aparezcan en el
cuestionario.
Impacto según niveles Elementos a tener en cuenta
para su definición
Opinión cualitativa (escala
ascendente)
0 1 2 3 4 5
Escala territorial
1. Menor movilidad a centros urbanos
Impacto en la cobertura de transporte público a ciudades y asentamientos de mayor importancia política, económica y social, según la estructura político-administrativa y las condiciones de las vías terrestres que sirven de comunicación.
2. Mayor vulnerabilidad territorial Impacto en la generación o aumento de los riesgos de desastre asociados al emplazamiento territorial.
Escala urbana
1. Menor disponibilidad de servicios comunales
Impacto en la accesibilidad adecuada a recolectores de basura, existencia y eficacia de la limpieza de calles e higienización general, jardinería y cuidado de áreas verdes y exteriores
2. Reducción de las facilidades de movilidad
Impacto en la cobertura de transporte público, existencia y condiciones de calles, carreteras y vías peatonales
3. Mayor distancia a servicios básicos
Impacto por mayor distancia a: escuelas primarias y secundarias, tiendas generales y mercados de alimentos, hospitales y puestos estomatológicos, zonas wifi, zonas de gastronomía pública
73
4. Mayor distancia a zonas céntricas urbanas
Impacto por mayor distancia al centro principal de ciudad reconocido, según el caso
5. Menos infraestructura Impacto por menor cercanía peatonal razonable a espacios públicos en buen estado, por déficit en la existencia y condiciones técnicas y funcionales de los viales vehiculares y peatonales, déficit en redes técnicas de abasto de agua y de drenaje o alcantarillado de residuales, alumbrado público apropiado, áreas verdes o exteriores en estado aceptable
Escala vivienda
1. Materiales más vulnerables Impacto por mayor vulnerabilidad en los materiales de estructuras, paredes exteriores, cierres de vanos y cubiertas
2. Materiales menos duraderos Impacto por materiales menos duraderos en estructuras, paredes exteriores, cierres de vanos y cubiertas
3. Techos menos seguros Impacto en por materiales y soluciones constructivas menos seguros, sobre todo para resistir los vientos y las fuertes lluvias
4. Espacios menos confortables Impacto en cuanto a funcionalidad, áreas mínimas necesarias
5. Peores condiciones ambientales
Impacto en ventilación e iluminación naturales, sensación térmica interior
6. Menos privacidad Impacto externamente, por demasiada proximidad o contigüidad a otras edificaciones y espacios; e internamente, por menor privacidad en dormitorios y servicios sanitarios
7. Peor estado técnico-constructivo
Impacto por empeoramiento de lesiones y desperfectos causados o agravados por el desastre, o el surgimiento de otros que puedan imputárseles
8. Menor acceso al agua Impacto por déficit en disponibilidad sistemática y aceptable de agua para las funciones básicas de la vivienda
74
Anexo III. Operacionalización de los impactos a mediano y largo plazo por los desastres
en el hábitat construido
Indicador de impacto Vías de determinación Fuente de
determinación Información a obtener
Menor movilidad a centros
urbanos
Reducción del nivel de servicio público de transportación respecto al existente antes del desastre.
- Observación - Testimonial
Rutas y/o viajes que se hayan reducido.
Aumento de la distancia y/o del tiempo de recorrido.
Empeoramiento de las condiciones técnicas y funcionales de carreteras, calles y otras vías de transportación terrestre.
- Observación - Testimonial
Características técnicas de las carreteras y calles.
Estado técnico de las vías existentes.
Mayor vulnerabilidad
territorial
Aparición o agravamiento de riesgos específicos en el territorio que afectan a la población y las construcciones del lugar.
- Observación - Testimonial
Viviendas y otras construcciones emplazadas en zonas de riesgo.
Acciones antrópicas visibles que generen o aumenten los riesgos.
Menor disponibilidad de servicios comunales
Empeoramiento de la infraestructura urbana para la gestión de los desechos sólidos.
- Observación Carencia de supiaderos o instalaciones
propias para vertimiento y/o eliminación de los desechos.
Reducción del nivel de los servicios comunales de higienización y áreas exteriores.
- Testimonial Carencia o insuficiencia de sistemas
públicos de recolección de desechos sólidos.
Reducción de las facilidades de movilidad
Reducción de las alternativas de movilidad de los ciudadanos.
- Testimonial Carencia o insuficiencia de ofertas en
servicio público para la movilidad.
Aparición de barreras y/o aumento de las distancias según los flujos urbanos.
- Observación Dificultades para transitar peatonalmente
hacia lugares de interés o necesidad local.
Mayor distancia a servicios básicos
Aumento de la distancia a: o escuelas primarias y de
enseñanza media, o puntos de atención primaria y
cuerpos de guardia médica, o mercados de alimentos básicos.
- Observación -Testimonial
Mayor distancia entre la vivienda y los establecimientos de primera necesidad.
Mayor distancia a zonas céntricas urbanas
Aumento de la distancia respecto al existente antes del desastre.
-Testimonial Distanciamiento mayor a zonas céntricas
urbanas.
Menos infraestructura Empeoramiento de la infraestructura:
vial y peatonal,
de abasto de agua,
de saneamiento y residuales,
-Observación -Testimonial
Calidad y estado de las infraestructuras
75
de espacios públicos.
Materiales más vulnerables
Predominio de materiales menos resistentes a variables del peligro natural en: o cubiertas, o estructura portante vertical, o elementos de cierre exterior.
-Observación -Testimonial
Materiales que por su estructura no prevengan los riesgos de peligros naturales.
Capacidades estructurales inferiores a las necesarias para prevenir derrumbes por fuertes vientos y lluvias.
Materiales menos duraderos
Predominio de materiales menos de menor durabilidad en: o cubiertas, o estructura portante vertical, o elementos de cierre exterior.
-Observación
Calidad de los materiales.
Menor resistencia al intemperismo.
Menor resistencia a esfuerzos mecánicos.
Techos menos seguros
Predominio de soluciones constructivas más vulnerables a las variables del peligro en techos.
-Observación
Calidad de los materiales
Calidad de la conformación y solución constructiva.
Tipología de techos ligeros
Espacios menos confortables Reducción del espacio interior de las
viviendas.
-Observación -Testimonial
Espacios mínimos necesarios para los afectados.
Peores condiciones ambientales
Reducción del aislamiento térmico de las cubiertas.
Reducción de las áreas de vanos en las paredes exteriores (ventanas).
-Observación
Materiales con menor absorción térmica en la cubierta y paredes.
Menor circulación de la ventilación natural.
Permeabilidad de la cubierta.
Deficiencia de evacuación de desechos orgánicos.
Menos privacidad
Distancias menores a las recomendables entre las viviendas y respecto a otras edificaciones.
Reducción de la privacidad funcional en servicios sanitarios y dormitorios.
-Observación -Testimonial
Existencia de incomodidad por visibilidad entre viviendas aledañas y pérdida de la privacidad.
Falta de cierres o desperfectos que proporcionan visibilidad entre dormitorios y servicios sanitarios.
Peor estado técnico-constructivo
Aparición o agravamiento de síntomas y manifestaciones de daños y deterioros en la construcción.
-Observación -Testimonial
Aparición de desperfectos constructivos en elementos estructurales en la vivienda.
Agravamiento y aumento perjudicial de antiguos deterioros constructivos en al vivienda.
Menor acceso al agua
Mayores dificultades de acceso al agua para las viviendas.
Abasto de agua menor que el indicador mínimo admisible por habitante.
-Observación -Testimonial
Mayor distancia de recorrido, o dificultades en el trayecto para obtener agua.
Menor cantidad de agua por habitantes.
76
Anexo IV. Encuesta aplicativa para la captación de los indicadores.
Evaluación y determinación de impactos a mediano y largo plazo en Cuba
Cuestionario a nivel comunitario
Evaluación y determinación de impactos indirectos de mediano y largo plazo en Cuba.
Nombre del origen del desastre: ______________________________________________
Fecha del impacto directo: _____/_____/________ Fecha actual: _____/_____/________
Nombre del Encuestador: ____________________________________________________
Encuesta número: ___________ Comunidad: ____________________________________
Municipalidad: ___________________________ Provincia: _________________________
Nota: Marcar con una (X) en caso de ser afirmativa la respuesta
Definición del encuestado
1. Procedencia:
a) El encuestado ha vivido en la comunidad desde antes de pasado el desastre ___
b) El encuestado ha sido reubicado en la comunidad después de pasado el desastre, producto de
afectaciones en su vivienda de procedencia___
c) El encuestado vive en la comunidad debido a otras situaciones ajenas al impacto del desastre
___
Parte A. Escala Territorial
1. Movilidad a centros urbanos: - Impacto en la cobertura de transporte público a ciudades y asentamientos de mayor importancia política, económica y
social, según la estructura político-administrativa y las condiciones de las vías terrestres que sirven de comunicación.
a) Los viajes en transporte se han reducido ___
b) Aumento de las distancias ___
c) Tiempos de espera de transporte prolongados ___
d) Otro(s): ___________________________________________________________
2. Vulnerabilidad territorial: - Impacto en la generación o aumento de los riesgos de desastre asociados al emplazamiento territorial.
a) Viviendas ubicadas en zonas de riesgo ___
b) Mal estado de las vías existentes ___
c) Otro(s): ___________________________________________________________
Parte B. Escala Urbana
1. Disponibilidad de servicios comunales:
a) Falta de recolectores de basura ___
b) Mal estado de los contenedores de desechos ___
c) Insuficiencia en la recolección de desechos ___
77
d) Descuido de áreas verdes y espacios públicos ___
2. Reducción de las facilidades de movilidad:
a) Insuficiencia en el transporte público ___
b) Dificultad para transitar peatonalmente a lugares de interés ___
3. Mayor distancia a servicios básicos:
a) Mayor distanciamiento entre la vivienda y los servicios de primera necesidad ___
b) Mayor distancia entre la vivienda y las escuela ___
c) Mayor distancia a centros de salud ___
d) Mayor distancia víveres y alimentos ___
4. Mayor distancia a zonas céntricas urbanas: ___
5. Menos infraestructura:
a) Mala calidad y estado de las vías ___
b) Mala calidad y estado de las aceras peatonales ___
c) Mala calidad y estado del abasto de agua ___
d) Mala calidad y estado del saneamiento y recogida de residuales ___
e) Mala calidad y estado de espacios públicos ___
Parte C. Escala Vivienda
1. Materiales vulnerables: - Impacto por mayor vulnerabilidad en los materiales de estructuras, paredes exteriores, cierres de vanos y cubiertas.
a) Materiales que por su estructura no prevengan los riesgos de peligros naturales ___
b) Baja capacidad estructural ___
c) Insuficiente ante fuertes vientos y lluvia ___
2. Materiales menos duraderos: - Impacto por materiales menos duraderos en estructuras, paredes exteriores, cierres de vanos y cubiertas.
a) Mala calidad de los materiales ___
b) Menor resistencia a agentes exteriores ___
c) Menor resistencia a esfuerzos mecánicos ___
3. Techos menos seguros:
a) Mala calidad de los materiales ___
b) Mala calidad en la conformación y la solución constructiva ___
c) Tipología de techos ligeros ___
d) Mala resistencia a fuerte vientos y lluvia ___
4. Espacios menos confortables:
a) Espacios mínimos según normas cubanas ___
b) Espacios mínimos según necesidades reales ___
5. Condiciones ambientales:
a) Materiales con mala absorción térmica en: cubiertas ___ paredes ___
b) Mala circulación de ventilación natural ___
c) Permeabilidad de la cubierta ___
d) Mala evacuación de desechos orgánicos ___
e) Mala iluminación natural ___
6. Menos privacidad:
a) Incomodidad por visibilidad entre viviendas aledañas ___
78
b) Falta de cierres o puertas permitan mayor privacidad dentro de dormitorios y servicios
sanitarios ___
7. Estado técnico-constructivo:
a) Aparición de desperfectos constructivos en elementos estructurales ___
b) Agravamientos de desperfectos constructivos ___
c) Peligro de derrumbe parcial o total por desperfectos constructivos ___
8. Menor acceso al agua:
a) Mayor distancia para obtener agua ___
b) Mayor dificultad en el trayecto ___
c) Menor cantidad de agua por habitantes ___
d) Mala calidad del agua potable ___