Post on 17-Feb-2016
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Podemos esperar un viaje, podemos sa-ber lo que las noticias de mañana nos di-rán, podemos esperar la invitación a algún evento e incluso a veces sabemos cuán-do llegará el rechazo; pero las memorias, esas no las esperamos. Simplemente nos entonamos con un punto en el pasado y nuestra mente comienza a vibrar con el ar-mónico de ‘aquel día en aquel lugar’.
Las memorias pueden quitarle sorpresas a la vida. Pero quien no recuerda es porque nunca ha tenido una vida.
Esta es una colección de obras sin título, expuestas como estímulos para extraer memorias.
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En ocasiones, son los momentos más or-dinarios los que se hayan conservados en ámbar.
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La gente no puede ser ni será; es.
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