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7/17/2019 Bellock
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¿Cómo leer (a la) mejor?
por Bárbara Belloc
“No soy sociable, soy íntima”, dijo Silvina Ocampo a Noemí Ulla en una de sus varias y
sustanciosas entrevistas (ver reseña del libro en esta misma edicin!, y así, en su estilo
epi"ramático, dio a #uien #uiera oír (es decir, a la crítica$ todo oídos paranoicos! una nueva (y
%alsa! clave de interpretacin de sus %icciones& Otra más& 'or #u) no* +dmitámoslo$ la obra de
esta mujer nacida en -./ de 0amona +"uirre y 1anuel Ocampo, la 2ltima de seis 3ermanas de
%amilia terrateniente al uso tradicional ar"entino, ome"a de la 3embra al%a 4ictoria (y por ello su
no tan secreta oponente!, unida de por vida en sociedad conyu"al y literaria a +dol%o Bioy
5asares, pintora y dibujante 3asta sus /. años y lue"o miembro %antasma del selecto "rupo #ue
por entonces se reunía en el triple6 de Santa 7e y 8cuador (el "rupo “de los Bioy”, en el #ue
descollaba el joven 9or"e :uis Bor"es junto a 8duardo 1allea, 1anuel eyrou y los “íntimos”
9os) Bianco y 9uan 0odol%o ;ilcoc<, sin duda sus dos ami"os más a%ines!, esta obra
contundente, sutil, compleja y de%initivamente e6tica al catastro de las letras
3ispanoamericanas, 3a superado con creces cual#uier intento de interpretacin& =e manera másespontánea #ue elusiva, más %iel a su íntima %uer>a #ue a los deberes consabidos&
Se"uramente, por una cuestin de instinto (instinto de escritora sin cultura de personaje
p2blico!, o aun$ por una cuestin de naturale>a, de puro instinto animal& No en vano, a la
“8ncuesta a la literatura contemporánea” de la serie 5apítulo (-?@!, Ocampo respondi sobre
los temas #ue 3abrían de de%inir su escritura$ “Ao creo #ue es el amor, el tiempo, la con%usin de
sentimientos&&& + veces temas #ue no #uisiera abordar, pero #ue vienen a mi encuentro& :os de la
ven"an>a, de los celos, del dominio de un ser sobre otro ser, el en"año, la naturale>a& :a
in%ancia, los animales, la vida animal”& 8n otras palabras$ a#uello #ue escapa a lo #ue de )l se
espera escapa a la carrera (en sentido literal y literario!& 5omo el Cepelín disparatado del relato
“Nueve perros” Dincluido en :os días de la noc3e (un título envidiable de -E.!$ “8l s)ptimo,
Cepelín, era un lebrel barri"n, de color ca%) con lec3e, #ue corría más lentamente #ue cual#uier
perro& 8ra tan tonto, #ue un día, persi"uiendo con otros perros una liebre, corri junto a ella y ladej atrás& 8sta escena me pareci tan inslita #ue la re%erí en un cuento de uno de mis libros&
Nadie lo #uería y )l no #uería a nadie, o bien todo el mundo lo #uería y )l #uería a todo el
mundo, se"2n soplaba el viento& Seis perros lo ultimaron en una >anja& 8n otros tiempos, en
otras tierras, lo 3ubieran coronado en 3onor a =iana”&
1uc3o se 3a dic3o y escrito sobre la curiosa operatoria de Silvina Ocampo con respecto a “lo
menor” (el punto de vista de los niños, el idioma de las mujeres, el modo de vida subalterno, el
brillo brutal de lo dom)stico y la crnica de 3ec3os de improbable verosímil a trav)s del recurso
del diario personal, el epistolario y la 3abladuría, entre otros tpicos %avoritos de la lectura “de
")nero”!, y lo mismo en cuanto a “lo indeseable” (el crimen, la envidia, las bajas pasiones, lo
cruento, lo #ue e6cede a la es%era de lo #ue la moral 3umana reconoce y admite para sí asuntos
sobre los #ue un Bor"es perplejo tent$ “8n los relatos de S& O& 3ay un ras"o #ue no alcan>o acomprender, ese e6traño amor por cierta crueldad inocente u oblicua atribuyo ese ras"o al
inter)s, al inter)s sorprendido #ue el mal inspira en las almas nobles”!&
1uc3o, además, se 3a ensayado en torno a la aparente “incorreccin” de su versin de la
política (un e6tenso malentendido a ser subsanado todavía!, cuando no directamente se atac el
3ec3o de tomar como motivo,en especial en su poesía más temprana, los atributos más riscosos
de la atria$ sus símbolos& Fanto asombro 3a causado esto (el #ue sobre bases tan “de"radadas”
pudiera eri"irse una obra tan cabal!, #ue para volver accesible el %enmeno se acuñaron
%rmulas inteli"entes (como #ue su “e6traña moral de la len"ua” se %unda en una pasin por la
simetría, y de entre el repertorio de las simetrías, particularmente en las inversiones 3iptesis
#ue 1atilde Sánc3e> e6pone en el “rlo"o” a :as re"las del secreto de --!, o bien se
cali%ic su uso del len"uaje de e6a"erado, y por lo tanto corrosivo de los ras"os típicos del
relato realista y así sustento de su propio universo enrarecido, entendido como le6icn de una
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variante de lo “%antástico” (en la ya clásica y en e6ceso celebrada lectura de Sylvia 1olloy,
“Silvina Ocampo, la e6a"eracin como len"uaje” de -G-!&
Otros no dieron el menor rodeo& or citar slo dos casos, +belardo 5astillo anot en la revista
8l "rillo de papel (-G.!$ “Fomás 8loy 1artíne> sospec3a #ue, por lo menos, :a %uria es una de
las colecciones narrativas más intensas #ue 3a dado el país& 8sta sospec3a es sospec3osa& :a
autora de 8spacios m)tricos, sin duda, escribe bien, tiene un estilo particularmente ele"ante,
puede ser astuta, pero no articula con e6actitud el ri"uroso mecanismo del cuento& 8l círculo
má"ico, la inventada realidad donde un narrador introduce al #ue lee, obli"ándolo a creer en
resucitadas, 3orlas o pescadores sin sombra, esa #ue an"ustia en Ha%<a y escuece en 53)jov$ la
atms%era del relato, no aparece a#uí& Iay, es verdad, una constante tenebrosa, malvadísima,
una suerte de %rívolo draculismo #ue se repite en todas las 3istorias, pero la %rivolidad no es
intensa”& A bajo otro si"no, el "ran 8nri#ue e>>oni aport en el “rlo"o” a la reedicin de :a
naranja maravillosa (-?J! una intuicin de lar"o alcance$ “:os personajes de Silvina Ocampo
no parten de una teoría sobre el mundo ni obli"an a la realidad a ajustarse a sus cálculos$ deseo
no es cálculo& ara ellos, la realidad es el instante en #ue la miran$ contemplar es un acto de
creacin y conocimiento, una operacin má"ica sin ambicin de dominio”&
+3ora, la pre"unta es$ 'renovará la crítica su capacidad de leer lo #ue 3asta 3oy 3a visto comoobra cerrada*
Una clara economía de palabras como motor del acto de escritura& 5ontra la pro%usin
co3erente, contra la “productividad” de todo te6to, en Silvina Ocampo se encuentra, radiante,
uno de los principios de la “1etá%ora del ojo” de 0oland Bart3es (8nsayos críticos, -GK!, más
allá de la divisin de ")neros$ “:a novela procede por combinaciones aleatorias de elementos
reales el poema, por e6ploracin e6acta y completa de elementos virtuales”& 8lementos y
procedimientos #ue son capital& A al respecto, un mito o paradoja de ori"en$ “+prendí a contar,
en la literatura y en la vida& 1i primer cuento jamás se public& 8ra una nena cuando lo escribí&
1i pro%esora de in"l)s me 3abía encar"ado una composicin& A yo invent) una 3istoria de dos
príncipes encerrados en una torre& 8ra lar"uísima& :len) doce cuadernos& :a pro%esora #ued
admirada y asustada por la e6tensin& 1e dijo$ L8sto no se debe 3acer& No 3ay #ue escribir tanto& 8s muy caro& Se "asta muc3o papel, muc3a tinta, muc3as plumas y muc3o tiempo para
leerloM& =esde entonces comprendí #ue la literatura debía ser barata y, para eso, 3abía #ue
escribir corto& or eso mis cuentos, en "eneral, son breves& or economía”&
Siendo así, resulta evidente #ue cual#uier interpretacin es prácticamente un lujo, y #ue lo #ue
no debiera ser li"ero es la lectura& :a lectura de los lectores, capaces de re%lejar las cualidades
#ue Silvina Ocampo #uería del escritor$ “8l don de observacin, de concentracin, de
adivinacin, de sensibilidad, de orden, de pasin, al"o de espíritucrítico, una suerte de
misticismo, de entre"a total al trabajo”& :ectores interesados en cierta e6periencia de lectura&
:)ase$ “Ao ten"o sumo inter)s en despojarme de mí misma”&