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El LIBRERÍAMINUTO DE DIOS
¿Cómo pastorear?
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Colección Crecer
Con su estilo pedagógico, el padre Diego Jaramillo retorna la imagen bíblica del buen Pastor para invitar a los coordinadores y servidores de grupos y comunidades y, en general, a quienes tienen alguna responsabilidad de acompañamiento y guía espiritual sobre otras personas en la Iglesia, a ser pastores según el Corazón de Dios.
Con textos bíblicos, citas de autores espirituales y ejemplos, elpadre Jaramillo analiza los rasgos de ese buen Pastor y propone cómo pastorear hoy.
Orientaciones, citas bíblicas y cantos complementan cada tema, de
manera que el lector realiza todo un ejercicio de apropiación,
experiencia y oración para configurarse con Jesús y trabajar con
entusiasmo en la construcción del Reino de Dios.
Diego Jaramillo, cjm
1-J
¿Cómo pastorear?
Cuarta edición
Colección Crecer No. 16 Corporación Centro Carismático Minuto de Dios
Bogotá, D.C., Colombia 2014
EL SENORES M PASTOR
Con las debidas licencias© Corporación Centro Carismático Minuto de Dios • 2014
Carrera 73 No. 80-60PBX: (571) 7343070Bogotá, D.C., ColombiaCorreo electrónico: info@libreriaminutodedios.comwww.libreriaminutodedios.com
ISBN: 978-958-735-148-4
Cuarta edición: 29 de abril de 2014
Impreso en Colombia por Grupo Alba Impresores
Ltda. Impresión de 500 ejemplares
Reservados todos los derechos.Prohibida la reproducción total o parcial de este libro, por cualquier medio.
DIEGO JARAMILLO, CJM
rEn los grupos de oración, en las comunidades
carismáticas y en la Iglesia Católica en general se
utilizan los nombres de "pastor" y "pastoreo" y con ellos
se designa al ministerio de acompañamiento y guía
espiritual. Normalmente, el nombre de pastor se reserva
a los obispos y a los párrocos. Por extensión y en un
sentido más amplio, lo referimos aquí a las personas
que en la Iglesia ayudan a sus hermanos a crecer en la
gracia y el conocimiento del Señor.
Comencemos recordando algunos textos bíblicos importantes
que nos permitan conocer el oficio de los pastores y que nos
ayuden a comprender el servicio de pastoreo en los grupos
carismáticos.
LOS LIBROS HISTÓRICOS
En el Antiguo Testamento, el pastorear rebaños era una
actividad propia de los patriarcas, y su uso frecuente revela
que no sólo ellos, sino muchas gentes de su tiempo vivían de
la ganadería en Palestina. Recordemos algunos ejemplos.
Abel ofrecía a Dios sus mejores ovejas en sacrificio (cf Gén
4, 4); Yabal o Jabel es considerado padre de los que
habitan en tiendas y crían ganado (cf Gén 4, 20); Abraham
poseía numerosos ganados y lo mismo se dice de su
sobrino Lot (cf Gén 12, 16; 13, 1-12). También eran
ganaderos los parientes de Abraham: Labán, Betuel y
Rebeca (cf Gén 24, 15-26).
Las vidas de Jacob y de Esaú se desarrollan en el cuidado de
las ovejas y las cabras (cf Gén 31, 1-21; 32, 14-22). Con razón
DIEGO JARAMILLO, CJM
Jacob, recordando su experiencia, la elevará al plano
espiritual y exclamará: "Dios ha sido mi pastor desde que
existo hasta el presente día" (Gén 48, 15). Dios es el pastor
(cf Gén 49, 24).
La esclavitud en Egipto, que duró cuatro siglos, no cambió
las prácticas de Oriente. Moisés ocupaba su tiempo
apacentando los rebaños de su suegro (cf Éx 3, 1).
Recordando quizá sus experiencias, cuando ya se acerca su
fin, ora así a Yahvé: "Que Dios ponga un hombre al frente de
esta comunidad, uno que salga y entre delante de ellos y que
los haga salir y entrar para que no quede la comunidad de
Yahvé como rebaño sin pastor" (Núm 27, 16-17).
Avanzando en el correr de los años, vemos a David, quien
cuando era un muchacho cuidaba los rebaños y se
enfrentaba con osos y leones para defender sus ovejas (cf
1 Sam 16, 11; 17, 34-38). Dios se lo recuerda: "Yo te he
tomado del pastizal, de detrás del rebaño, para que seas
caudillo de mi pueblo Israel" (cf 2 Sam 7, 8; Crón 17, 7).
DIEGO JARAMILLO, CJM
MENSAJE DE LOS PROFETAS
Los profetas se sirvieron con frecuencia de la realidad pastoril
de Israel para dar sus mensajes y reprochar al pueblo su
infidelidad o para anunciar al buen Pastor que habría de
venir. Citemos algunos textos, empezando por el profeta
Isaías:
Is 40, 11: "Como un pastor, pastorea su rebaño; recoge en
brazos los corderitos, en el seno los lleva y trata con cuidado
a las paridas".
Is 53, 6: "Todos nosotros, como ovejas errantes, cada uno
marchó por su camino. Yahvé descargó sobre él la culpa de
todos nosotros. Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la
boca. Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja
que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la
boca".
Is 63, 14: "Cual ganado que desciende al valle, el espíritu de
Yahvé los llevó a descansar".
¿Cómo pastorear? El Señor es mi pastor
De los datos que aparecen en los libros del Antiguo
Testamento, se puede deducir que entre los hebreos un
rebaño solía contar con veinte cabezas de ganado, como
mínimo, y hasta unas quinientas en los mayores. Un rebaño
de trescientas ovejas ya era importante. Se dice que Job tenía
siete mil ovejas, tres mil camellos, mil bueyes y quinientas
burras (cf Job 1, 3) y esos animales después le fueron
duplicados (cf Job 42,12).
Muchas ovejas y novillas debería haber en Israel, pues se
dice que Salomón inmoló ciento veinte mil (cf 2 Crón 7, 5) y
que se sacrificaron un día setecientos bueyes y siete mil
ovejas (cf 2 Crón 15,11).
El profeta Jeremías repite parecidos mensajes, con énfasis en
los malos pastores:
Jer 11, 19: "Yo estaba como cordero manso llevado al
matadero, sin saber lo que intrigaban contra mí".
Jer 23, 1-4: "Ay de los pastores que dejan perderse y
desparramarse las ovejas de mis pastos... Así dice Yahvé,
tocante a los pastores que apacientan a mi pueblo: Ustedes
han dispersado las ovejas mías, las empujaron y no las
atendieron. Pues voy a pasarles revista por sus malas obras...
Yo recogeré el resto de mis ovejas de todas las
DIEGO JARAMILLO, CJM DIEGO JARAMILLO, CJM
tierras adonde las empujé, las haré tornar a los pastos,
criarán y se multiplicarán. Y pondré al frente de ellas pastores
que las apacienten, y nunca más estén medrosas ni
asustadas, ni faltará ninguna".
Jer 31, 10: "El que dispersó a Israel lo reunirá y lo guardará
cual un pastor su hato".
Jer 50, 6.17: "Ovejas perdidas era mi pueblo. Sus pastores las
descarriaron, extraviándolas por los montes. De monte en
collado andaban, olvidaron su aprisco... Rebaño disperso es
Israel, leones lo ahuyentaron".
Quizá es Ezequiel el profeta que con mayor amplitud usa la
comparación del pueblo de Israel con un rebaño regido por
malos pastores. Es famoso el capítulo 34 de sus profecías,
en donde se suceden: la diatriba contra los malos pastores
(cf Ez 34, 1-10), la promesa del pastoreo que hará el mismo
Dios (cf Ez 34, 11-16), la promesa de un pastor,
personificado en David, que apacentará el rebaño. Todo se
puede resumir en esta frase: "Ustedes, ovejas mías, son el
rebaño humano que Yo apaciento, y Yo soy su Dios" (Ez 34,
31).
El profeta Miqueas también usa esa imagen en varias ocasiones:
Miq 4, 6-7: "Yo reuniré a la oveja coja, reuniré a la
descarriada y a la que Yo he maltratado. Con las cojas
formaré un resto; con las alejadas, una nación fuerte".
Miq 5, 1-3: "Belén Efratá... de ti saldrá el gobernador de
Israel... Pastoreará firme con la fuerza de Yahvé...".
10 ¿Cómo pastorear? El Señor es mi pastor 11
El libro primero de los Reyes nos narra unas palabras de
Miqueas: "He visto todo Israel en desbandada por los montes,
como rebaño sin pastor..." (1 Rey 22, 17). De Amós se cuenta
que era pastor (cf Am 1, 1).
Veamos, finalmente, el mensaje del profeta Zacarías.
Habla del pastor que reúne al rebaño con sus silbidos (cf
Zac 10, 5-8), luego habla del comercio que hacen los
pastores, del pastor malo y el pastor bueno (cf cap 11) y
concluye con una profecía mesiánica, recordaba por el
evangelio de san Mateo: "Hiere al pastor, que se dispersen
las ovejas; yo volveré mi mano contra los corderos" (Zac
13, 7).
LOS LIBROS SAPIENCIALES
El tema del rebaño aparece en los Proverbios, por ejemplo en
el capítulo 27, 23-27: "Conoce bien el estado de tu ganado y
presta atención a tus rebaños; porque la riqueza no es eterna
ni la fortuna dura siempre. El heno asoma, el pasto aparece y
se recoge la hierba de los montes; los corderos te darán
vestido; los cabritos, dinero para un campo; y las cabras,
leche abundante para tu alimento, para alimentar a tu familia
y mantener a tus criadas".
El libro del Eclesiástico, por su parte, afirma que "Dios
reprende, adoctrina y enseña y guía, como un pastor a su
rebaño" (Eclo 18,13).
Pero son los salmos lo que abundan en bellas afirmaciones
y súplicas. De modo especial, el salmo 23, uno de los más
preciosos del salterio, que vale la pena recordar en su
primera parte:
DIEGO JARAMILLO, CJM
"Yahvé es mi pastor, nada me falta. En verdes prados me hace recostar. Me conduce a fuentes tranquilas, allí reparo mis fuerzas. Me guía por cañadas seguras, haciendo honor a su nombre. Aunque fuera por valle tenebroso, ningún mal temería, porque Tú vienes conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan".
Es Dios el que nos guía y nos conduce por sendas rectas. Cuando hay valles tenebrosos, Él va adelante, sólo hay que seguirle. Él lleva su vara fuerte y gruesa para defendernos, y su cayado largo para apoyarse y para guiarnos.
En otros salmos, el autor inspirado pregunta a Dios por qué está airado contra su rebaño (cf Sal 74, 1), si Él sacó a Israel como a un ganado y lo guió por el desierto como un rebaño (cf Sal 78, 52). "Nosotros, dice el salmista, somos ovejas de tu pasto" (Sal 79, 13). Y llama a Dios "Pastor de Israel", que guía a José como a un rebaño (cf Sal 80, 2). Somos el rebaño de sus pastos (cf Sal 95, 7); esa idea se repite luego (cf Sal 100, 3). El salmo 119 concluye con esta frase: "Me he descarriado como oveja, ven en busca de tu siervo" (119, 176).
DIEGO JARAMILLO, CJM
CONCLUSIÓN
Podríamos resumir las ideas anteriores, diciendo:
El término "pastor" se aplicaba a quien apacentaba rebaños de ovejas, cabras y ganado en general.
Servía también ese término para aludir a los jefes de los pueblos, sea en el ámbito político, sea en el ámbito religioso o de guías espirituales.
El gran Pastor de Israel es Dios.
Dios pastorea a su pueblo a través de pastores o guías religiosos.
Con frecuencia los guías religiosos defraudan a Dios, pues en vez de cuidar, descuidan el rebaño.
Dios eliminará a los malos pastores y suscitará a un buen Pastor, que cuide de su pueblo.
El buen Pastor cuidará a las ovejas enfermas y débiles, y reunirá el rebaño de Dios.
CÓMO PASTOREAR HOY
12 ¿Cómo pastorear? El Señor es mi pastor 1
Reconocer que todo pastor es oveja de Dios (cf Sal 23).
Pedir al Señor buenos pastores para su Iglesia (cf Jer 3,
15).
Acoger con respeto a los pastores de la Iglesia: papa, obispos, párrocos (cf 1 Tim 4, 12-16).
Suplicar a Dios sabiduría para dirigir a su pueblo (cf 1 Rey 3, 5-14).
LITERATURA GRECO-ROMANA
También la literatura extra bíblica usó las figuras del pastor y del rebaño para referirse a los reyes y a los pueblos. A los jefes, la Ilíada los suele llamar "pastores de hombres". Para los griegos, era hermoso cuidar animales, aunque se tratase de cerdos. Así, a Eumeno se le da el título de porquerizo divino, porque vigilaba las piaras de Ulises'. En las Bucólicas de Virgilio, son famosos los diálogos entre los pastores Títiro y Melibeo.
1. Odisea, canto 14.
Eres mi Pastor
Eres mi Pastor, oh Señor, nada me faltará si me llevas Tú.
En tus verdes campiñas me hiciste reposar, y en tus límpidas aguas, mi sed puedo calmar.
Senderos de justicia trazaste para mí; ellos son el camino para llegar a Ti.
Hazme volver
Preparas un banquete frente a los que me odian. La mesa está ya lista, la copa se desborda.
Bondad, misericordia me siguen por doquier. Habite yo en tu casa por los siglos. Amén.
EL BUEN PASTOR
iHa7me volver a tu río, Señor!
iHazme beber de tu río, Señor!
iHazme vivir de tu río, Señor!iHazme volver! iHa7me beber! iHazme vivir!
Volviendo estoy a tu río, Señor.
Bebiendo estoy de tu río, Señor.
Viviendo estoy en tu río, Señor.
iVolviendo estoy, bebiendo estoy, viviendo estoy!
DIEGO JARAMILLO, CJM
JESÚS, PASTOR
Las figuras de los pastores y de las ovejas, tan comunes en
los libros de la Antigua Alianza, siguieron usándose en los
escritos del Nuevo Testamento, para aludir sea a Jesús, sea a
sus discípulos.
Jesús nace en su pesebre y es visitado por pastores (cf Luc 2,
1-8). Viene a salvar las ovejas perdidas de la casa de Israel
(Mt 10, 6); esa misión suya se expresa bellamente en la
parábola de la oveja perdida, a la que busca el pastor,
dejando las noventa y nueve que no extraviaron, y por la que
siente, al hallarla, una gran alegría (cf Mt 18, 12; Luc 15, 3-7).
Como de paso, se menciona que Jesús hizo un milagro junto a
la puerta de las ovejas (cf Jn 5, 2) o que expulsó del templo a
los vendedores de ovejas (cf Jn 2, 14).
En el pueblo de Israel, ansioso de escuchar la Palabra de
Dios, ve Jesús un rebaño sin pastor (cf Mc 6, 34; Mt 9, 36). Por
eso, para reunirlo, guiarlo, alimentarlo y defenderlo, Jesús se
comporta como un pastor bueno, perfecto, cabal. Es el Pastor
hermoso, el modelo, el ejemplo de pastores, de acuerdo con
las expresiones que, para describirlo, emplea el evangelio de
san Juan (cf Jn 10, 1-18).
Jesús está dispuesto a morir para congregar a su rebaño (cf Jn
11, 52); cuando es apresado, ve que sus discípulos se
dispersan como lo hacen las ovejas cuando cae el pastor (cf
Mc 14, 27: Mt 26, 31-32). Con un cordero se compara Jesús,
silencioso y sin protestar, cuando es llevado a la muerte (cf
Hech 8, 32). Pero al resucitar, congrega a su rebaño, al que
juzgará un día según las leyes del amor, separando las ovejas
de las cabras (cf Mt 25, 31).
DIEGO JARAMILLO, CJM
Esos acontecimientos de la vida del Señor los recordamos los
cristianos, representando en cada diciembre escenas de
navidad en los "pesebres", de los que no pueden faltar
algunos rebaños con sus pastores; o entonamos villancicos
que evocan sucesos pastoriles: "Los zagales y zagalas al Niño
vamos a ver...", "Vamos, pastores, vamos...", ¿Dónde será,
pastores...?".
Son múltiples las imágenes de Jesús que ha representado el
arte cristiano y, entre ellas, una muy frecuente y popular es
la del buen Pastor que guía a su rebaño o que busca a la
oveja extraviada.
Lastimosamente, algunas de esas imágenes son muy
sentimentales y de mal gusto. Con razón Van Allmen
escribió: "Es preciso deshacerse de la imaginería ridícula,
que nos hace creer fácilmente que el oficio de pastor es
una actitud acaramelada y que la pertenencia a un rebaño
es una invitación a balar como un tierno corderillo".
LOS DISCÍPULOS Y EL PASTOREO
Algunos discípulos de Jesús fueron invitados a participar
en la función pastoral de su Maestro. Él lo había
manifestado a sus seguidores, al decirles: "No he sido
enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de
Israel" (Mt 15, 24).
Ya resucitado, Jesús confió a Pedro la misión de pastorear y
apacentar a su rebaño. El apóstol participaría así de la
misión de Jesús, pero los corderos y las ovejas seguirían
perteneciéndole a Jesús. Por eso le dice: "Apacienta mis
corderos", "Pastorea mis ovejas" (Jn 21, 15-17).
DIEGO JARAMILLO, CJM
Jesús seguirá siendo el gran Pastor de las ovejas (cf 1 Ped 2,
25), el supremo Pastor y Príncipe de los pastores (cf 1 Ped
5, 4), el Pastor y Guardián de las ovejas, antes descarriadas
y ahora reunidas en el redil (cf Heb 13, 20-21). Él es el
Pastor que apacienta, apoyado en su vara de hierro (cf Ap
2, 27; 12, 5; 19, 15). El que está en medio del trono será el
Pastor que conduzca "a las ovejas hasta las fuentes" (Ap 7,
17).
Él es el Pastor de quien bellamente escribió fray Luis de
León: "No ocupa su cargo por caso o por suerte, sino
nacido y destinado por el Padre para ello; no guarda el
ganado que halla, sino que Él mismo se hace su rebaño, y
de animales fieros nos torna ovejas; murió por nosotros y
no nos da otro pasto que a Sí mismo; Pastor, finalmente,
ahora y siempre por los siglos de los siglos".
Con ese modelo de Pastor, los discípulos recuerdan que
Dios mismo había anunciado que daría a su pueblo
pastores que le fuesen fieles y que ejerciesen su oficio
con inteligencia y sabiduría (cf Jer 3, 15) y reconocen que
a algunos de ellos les competía ejercer ese ministerio de
pastoreo a favor del rebaño del Señor (cf Ef 4, 11) y que
el mismo Jesús, por su Espíritu, les confiaba esa faena (cf
Hech 20, 28-31).
Si concentramos nuestra mirada en los escritos del
Nuevo Testamento, podemos decir que en ellos la
palabra "pastor" aparece 18 veces; y el verbo
"pastorear", once veces. Las voces "rebaño" y "rebañito"
se encuentran cinco veces cada una. El verbo
"apacentar", dos veces. El sustantivo "oveja", 35 veces
en los evangelios y dos veces más en las epístolas; el
diminutivo "ovejita", dos veces; y "corderito", una vez. A ello podríamos
18 ¿Cómo pastorear? El buen Pastor 19
20 ¿Cómo pastorear? El buen Pastor 21
añadir la palabra "Cordero", aplicada a Cristo, que aparece
16 veces. "Ese Cordero, que está junto al trono de Dios,
será el Pastor. Bajo su guía, las ovejas no pasarán hambre
ni se fastidiarán con el calor del sol y el bochorno, sino que
irán a las fuentes de agua viva" (Ap 7, 17).
Todos esos términos antes citados suelen referirse a
pastores, propiamente dichos, a Dios, a Jesucristo, a la Iglesia
y a los jefes de la comunidad cristiana.
¿UNA METÁFORA SUPERADA?
Algunos escritores han sugerido que las figuras de pastores
y rebaños eran propias de una civilización rural ya
prácticamente desaparecida y, por lo tanto, no podrían decir
nada al hombre moderno, que se mueve en un mundo
urbanizado y técnico. Aceptan que en algunos lugares del
planeta todavía hay ovejas y rebaños, pero que son
explotados a gran escala y con métodos que nada tienen
que ver con el pastoreo de los antiguos. Es cierto que en
algunos campos todavía se ven campesinos que poseen
ovejas, pero viven en lugares alejados del gran público.
Por eso opinan que para comunicar el pensamiento bíblico,
transmitido con imágenes pastoriles, ha de buscarse un
vocabulario diferente que hable de Dios con ideas y
palabras propias del siglo XXI, y sugieren voces como
"general", "presidente", "gerente"; y hasta algún autor
habla de un celador de parqueadero para referirse a la
oveja perdida y al pastor que quiere hallarla, como si se
tratase de un automóvil robado que la policía busca hasta
que lo recupera.
Dentro de esa línea, Harvey Cox opinaba que "el que se
empeña en seguir llamando a Dios pastor, en una sociedad
industrializada, podrá parecer religioso, pero es en
realidad incrédulo como el que más".
A pesar de reconocer la buena fe de esos pensadores,
creemos que la imagen del buen Pastor es y será
insustituible. La literatura y el arte eclesiales y las
oraciones litúrgicas la han grabado en la conciencia de la
Iglesia, desde las catacumbas hasta nuestros días. Por eso,
las palabras dichas en abril de 1953 por Pío XII parecen
conservar toda su fuerza: "La Iglesia es comparada a un
edificio, a un reino, a un cuerpo. Mas, para mí, la metáfora
más grata es la del rebaño y el Pastor".
CONCLUSIÓN
Cuando en la Biblia se usa la palabra "pastor", a veces
designa a un grupo de trabajadores rurales ("los pastores
de Belén") o al Dios Padre amoroso del cielo ("Tú eres mi
pastor", Sal 23) o a Jesús, buen Pastor (cf in 10, 1-10) o a
los jefes de la comunidad (cf Ef 4, 11; Jn 21, 16; Hech 20,
28; 1 Ped 5, 1-2).
En el Nuevo Testamento, se usan con frecuencia las
palabras "pastor" y "ovejas" para aplicarlas a las
realidades cristianas.
Jesús aparece como el buen Pastor; los textos del Antiguo Testamento que afirman que Dios es nuestro Pastor se le pueden aplicar a Jesús.
Ser pastor es un oficio difícil y comprometedor; no un clisé sentimental.
CANTOS
Jesús es mi Pastor_____________________)
Jesús es mi Pastor,
yo voy con Él hasta el fin
(2). Con Él yo voy,
yo voy con Él hasta el fin (2).
Jesús salva mi alma...
Jesús es el camino...
Jesús nos lleva al
Padre... Jesús nos da
su Espíritu
Algunos discípulos de Jesús reciben de su Maestro el encargo de pastorear a los demás discípulos.
La imagen del pastor sigue siendo actual para hablar de Jesús,
pues está arraigada en la mente y en el lenguaje de los cristianos.
CÓMO PASTOREAR HOY
Tener los ojos fijos en Jesús, autor de nuestra salvación (cf 2 Tim 2,
8-13; Heb 12, 2; Col 1, 15-20).
Orar y suplicar a Jesús la gracia para dirigir el rebaño (cf 2 Cor 1, 3-
7; Ef 3, 14-19).
Prestar su servicio no como dominadores, sino como siervos de Jesús
(cf 1 Ped 5, 1-4).
22 ¿ Cómo pastorear? El buen Pastor 23
Esforzarse hasta que todos, pastores y rebaño, alcancen la meta (cf 1 Ped 2, 21-25).
El pastor guiará a sus ovejas en la lectura de los
evangelios como ruta ideal para conocer a Jesús.
He decidido seguir a Cristo
(3) sin retornar (2).
La cruz delante y el mundo atrás (3)...
¡Jesús es grande! ¡Jesús real!
(3) ¡Jesús es bueno: es la
bondad!
Y gloria, gloria y aleluya (3).
Esta alabanza no ha de
acabar.
DIEGO JARAMILLO, CJM
/ amos a analizar algunos comportamientos de Jesús como buen Pastor. Esas conductas del Señor serán la base de las que cualquier pastor debe asumir en la guía del rebaño que Dios le ha confiado.
En el evangelio de Juan leemos: "Las ovejas le siguen porque conocen su voz" Un 10, 4) y "Yo soy el buen Pastor y conozco mis ovejas y las mías me conocen a Mí como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre" Un 10, 14-15).
Jesús nos conoce personalmente por nuestro nombre. Esa es una hermosa realidad. En la Biblia se habla del conocimiento que Dios tiene de los hombres. El salmo 139 dice que el Creador nos conoce desde que se está tejiendo nuestro cuerpo en las entrañas maternas. Él sabe en detalle toda nuestra vida, nuestras entradas y nuestras salidas, estemos sentados o estemos de pie, sea de día o de noche, que vayamos a las alturas o a los abismos. Él conoce nuestros pensamientos antes de que nuestros labios los puedan expresar.
Él es el que todo lo crea, el que todo lo sabe, el que todo lo puede, el que todo lo da y todo lo perdona. Él es el Pastor que conoce su rebaño. Esa revelación que el Antiguo Testamento hizo del Padre celestial el Nuevo Testamento la aplica a Jesús, el buen Pastor.
Jesús nos conoce para liberarnos. San Agustín lo comentó con estas frases: "A veces se encuentran muchas ovejas de Cristo sin que ellas mismas lo adviertan, siendo así que Dios, en los secretos de su predestinación las ha elegido. Deshonestos que serán futuros castos, blasfemos de Cristo que después creerán en Él. Cristo los conoce a todos".
Un clásico español, fray Luis de León, se ocupó de un tema parecido de la siguiente manera: "Rige y apacienta, acomodándose a la
Jesús conoce a sus ovejas 27
DIEGO JARAMILLO, CJM
necesidad de cada uno, por lo que puede decir que conoce por su nombre a sus ovejas. Que Cristo tiene su estilo con los flacos y el suyo con los crecidos... La perfecta gobernación es la luz viva, que se ajusta siempre a lo particular. Sólo Cristo, con su infinita bondad y sabiduría, puede gobernar de ese modo...".
DIEGO JARAMILLO, CJM
Esa reacción de la gente ante quien los identifica la podemos
tener con Jesús, que no tiene necesidad de pedirnos la cédula
para leer nuestros datos, pues Él sabe lo que hay en el
hombre (cf in 2, 24-25).
28 Cómo pastorear? Jesús conoce a sus ovejas 29
IMPORTANCIA DE CONOCERSE
En las relaciones humanas, es muy importante conocer a las personas, saber sus nombres. Por eso suelen repartirse tarjetas, escarapelas o gafetes, en donde se resalta el nombre del que la lleva, de modo que quien se encuentre con esa persona pueda hablarle, llamándola apropiadamente. Ese sistema lo suelen emplear en las Fuerzas Armadas, para los soldados, y en muchas empresas, para identificar a los empleados y oficinistas.
Esa es una excepción, porque el mundo actual favorece el anonimato. Las personas se hunden en la marea humana, en donde nadie es conocido ni nadie conoce.
Nemo noscit: nadie conoce, era la expresión latina para aludir a los desconocidos. "NN" es la sigla con la que se designa a las personas de las que nada se sabe. Así clasifican a los cadáveres no identificados en la morgue, mientras a los presos de las cárceles o a los enfermos de los hospitales los rebautizan con un número.
Quizá muchos hayan percibido las expresiones de agrado o las de sorpresa que manifiestan algunas personas cuando un desconocido las llama por su propio nombre. Es tanta la extrañeza de algunos, que hasta preguntan cómo hicieron para conocerlos, sin darse cuenta de que ellos mismos llevan su nombre escrito con caracteres legibles, colgado del cuello o prendido al pecho.
Los discípulos de Jesús conocen su voz. No sólo su llamado, el
silbido con que convoca su rebaño, sino que conocen a Jesús
y creen en Él: en su divinidad y su humanidad, en su vida y
su doctrina, en su amor y su misericordia, en su sabiduría y
su poder.
El evangelio nos habla de cómo Jesús fue conocido por los
pastores (cf Luc 2, 16) y por los magos (cf Mt 2, 11) que lo
adoraron, cómo lo recibieron Simeón y Ana (cf Luc 2, 26-
38). Cómo la Virgen María conservaba todas las cosas
cuidadosamente en el corazón (cf Luc 2, 51), cómo los
apóstoles fueron llamados por Jesús (cf Mc 1, 16-20; 2,
14), cómo la samaritana descubrió que Jesús era el Mesías
(cf Jn 4, 25-26), cómo Zaqueo se oyó llamado por su
nombre (cf Luc 19, 5-6), cómo un ladrón fue invitado al
paraíso (cf Luc 23, 43), cómo el centurión romano se dio
cuenta de que Jesús era en verdad Hijo de Dios (cf Mt 27,
54), cómo María Magdalena escuchó la voz inconfundible
de su Pastor (din 20, 16), cómo lo reconocieron los dos
discípulos que iban a Emaús (cf Luc 24, 30-31), cómo se
dio cuenta el discípulo amado de que era Jesús el
desconocido que hablaba desde la playa y orientaba a los
siete pescadores frustrados, que estaban pasando la
noche en vano (cf Jn 21, 7).
Esa experiencia fue similar a la de Pablo cuando, caído en
tierra, escuchó: "Yo soy Jesús, a quien tú persigues" (Hech 9,
5).
CANTOS
O ¿ Cómo pastorear? Jesús conoce a sus ovejas 31
Me llamaste, Jesucristo
Me llamaste, Jesucristo,
tras de Ti a caminar,
a dejar barcas y redes
sin volver la vista atrás.
iCuán largo que es el camino,
qué gran trecho a recorrer!,
mas al atardecer
en el cielo yo estaré.
Jesucristo, me has
enviado tu evangelio a
predicar: un mensaje
de alegría, de justicia,
amor y paz. ¡Cuán
intensa es mi faena:
todo un mundo por
salvar!, mas al
Esa es la misma experiencia espiritual que pueden tener hoy los seguidores de Jesús, que escuchan en el corazón la voz del Pastor y reconocen que es Él quien los llama, para que estén con Él y caminen con Él.
CONCLUSIÓN
El evangelio nos dice que Jesús conoce a sus ovejas y es
conocido por ellas.
Como Dios, su Padre, también Jesús nos conoce
individualmente. Para Jesús, no somos seres anónimos,
sino personas concretas.
Los cristianos debemos tener la experiencia de conocer a
Jesús, como lo hicieron muchos personajes del evangelio.
Jesús nos invita a que estemos con Él y caminemos con Él.
CÓMO PASTOREAR HOY
Conocer las ovejas (cf Jn 10, 14-15).
Trabar relaciones personales con los fieles (cf Rom 15, 22-
29; Col 4, 10-18).
Estar disponibles al diálogo espiritual (cf 1 Tes 3, 6-13).
Discernir los carismas que Dios ha dado a cada uno (cf 1
Tes 5, 19-21).
El pastor recomendará la lectura de buenos libros de
doctrina y espiritualidad que contribuyan al crecimiento
espiritual de sus ovejas.
2 ¿Cómo pastorear?
Enséñame a conocerte
Enséñame a conocerte,
oh mi buen Jesús.
Enséñame a vivirte, oh
mi buen Jesús.
Enséñame a predicarte,
que tu voz sea mi voz y
tu aliento mi existencia,
oh mi buen Jesús.
JESÚSES NUESTRO GUÍA
DIEGO JARAMILLO, CJM
Jesús es el buen Pastor que guía a su rebaño. Él sabe de dónde venimos y para dónde vamos. Él conoce el camino y, como buen conductor, orienta a su grey, que es la Iglesia, hacia la meta definitiva, la patria celestial.
Él llega hasta el redil, empuja y abre la puerta porque no es un salteador que escala los muros o fuerza las ventanas. Él es el Pastor-portero, que no necesita de llaves ni de candados. Él mismo es la Puerta del redil. Él entra y sale cuando quiera. No es un extraño. Por eso las ovejas no huyen de Él (cf in 10, 2-3).
Jesús se compara con los pastores palestinos. A éstos les correspondía conducir sus rebaños a través de las tierras áridas y desérticas de Judea hasta que encontrasen valles de hierba verde. En el yermo, el sol de medio día es abrasador; los pastores debían conocer los caminos que les permitiesen llegar a las aguas claras para abrevar la sed de sus ganados. Ellos no podían darse el lujo de extraviarse en los calientes arenales.
Como esos pastores de Oriente, Jesús conoce los caminos de la vida. Él mismo es el Camino que conduce hasta el Padre. Él no se contenta con indicar la ruta, sino que encabeza la marcha. Él va delante de su rebaño, sin dejarse rebasar por las ovejas; éstas sólo tienen que seguir tras sus pisadas, sin aventurarse en senderos peligrosos. Como dice el profeta Isaías: "Ese es el camino, vayan por él" (Is 30, 21).
Él es el Pastor que llama a las ovejas, y éstas lo escuchan y lo siguen. Es "el que los guía, el que irá a la cabeza, abrirá el camino y pasarán por la puerta de salida; su Rey irá primero y
DIEGO JARAMILLO, CJM DIEGO JARAMILLO, CJM
Las ovejas de Cristo se sienten atadas a su Guía como por correas de amor (cf Os 7). Él las orienta. Él les marca siempre el norte que es Dios. Su cayado encamina a las descarriadas, atrae a las desviadas y aguijonea a la tropa cuando aminora la marcha. Eso lo hace, como dice el salmo 23, "llevando a su rebaño por cañadas seguras, haciendo honor a su nombre".
EL COMPROMISO DE JESÚS
Para cumplir su oficio, Jesús recorrió el "valle tenebroso" y el "camino estrecho" que lo llevó hasta la cruz y hasta la muerte, pues "convenía que Aquel, por quien es todo y para quien es todo, llevara muchos hijos a la gloria, perfeccionando mediante el sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación" (Heb 2, 10).
Ese lenguaje bíblico nos presenta a Jesús como el pastor, el líder, el jefe, la cabeza del rebaño. Las palabras pueden variar, pero el sentido no cambia. Todas esas expresiones quieren decir que Jesús es quien manda, que Él tiene la autoridad, que es el Rey y el Señor, que no se contenta con meras sugerencias o consejos, que no es un asesor, sino el timonel, el superior, el principal.
Él habla y las ovejas le oyen, Él camina y el rebaño le sigue, É dispone y la manada acata sus indicaciones. Pero su señorío no es dominio, sino servicio. La orientación que da no es fruto de un capricho, sino expresión de su compromiso con el Padre, que lo envió, y con los hombres, a quienes quiso salvar.
Él no es un ciego que guía a otro ciego (cf Luc 6, 39). Él es Dios, que nos guía para siempre (cf Sal 48, 15). Él es el que nos conduce por el camino eterno (cf Sal 139, 24).
36 ¿ Cómo pastorear? Jesús es nuestro guía 37
"Dime Tú, amor de mi vida, dónde estás descansando, dónde llevas el ganado a medio día, para que yo no ande perdida por los rebaños de tus compañeros... Si no lo sabes tú, sigue el rastro de las ovejas y lleva a pastar los cabritos junto a las chozas de los pastores", son comentarios a las palabras del Cantar de los Cantares (1, 7-8).
A ese Pastor que siempre nos guía le podemos decir, con el
poeta mexicano Amado Nervo:
Pastor, te bendigo por lo que me
das. Si nada me das, también te
bendigo. Te sigo, riendo, si entre
rosas vas. Si vas entre cardos y
zarzas, te sigo. iContigo en lo
menos, contigo en lo más y
siempre contigo!
CONCLUSIÓN
Jesús nos guía por sendas seguras, como un pastor que conduce su rebaño.
Él es el único Pastor. Los que no actúan en su nombre son ladrones y salteadores.
Jesús es la Puerta y es el Camino: por Él y sólo por Él, llegaremos hasta el Padre.
El liderazgo de Jesús no es dominación, sino servicio; no es capricho, sino compromiso.
Oír y seguir a Jesús Pastor es la vocación de los cristianos.
38 ¿ Cómo pastorear?
Jesús es nuestro guía 39
CÓMO PASTOREAR HOY
Orientar a todos y a cada uno hacia la perfección
espiritual (cf Heb 13, 17-19; Filp 1, 3-11).
Impulsar y timonear a la comunidad cristiana (cf Éx 18,
13-26).
Formar en el discipulado (cf 1 Tim 1, 18-20; Tit 3, 8-11).
Enviar a la misión (cf Hech capítulos 8, 9,10 y 11; Mt 28, 19-20).
El pastor procurará que sus ovejas frecuenten el
sacramento de la penitencia en actitud de
arrepentimiento y conversión.
CANTOS
Tomado de la mano
Tomado de la
mano con Él yo
voy (3) por donde
Él va.
Si Jesús me
dice: "Amigo,
deja todo y ven
conmigo", yo
mi mano
p
o
n
g
o
e
n
l
a
s
u
y
a
y
v
o
y
c
o
n
É
l
.
Muéstrame, Señor
Muéstrame, Señor, tus caminos.
Haz que tus sendas pueda encontrar; porque yo ya
estoy cansado de los míos y no quiero ya luchar.
Si quieres venir conmigo____________________________.)
Si quieres venir conmigo a una tierra más feliz,
vende todo lo que tienes, pon tus ojos sólo en Mí. Si quieres venir conmigo, si quieres seguirme a Mí.
Caminaremos los dos a un mundo de paz,construiremos los dos el amor.
Si te pesa lo que tienes, si te cuesta decidir, te libero de la carga, te regalo el primer sí. Si te pesa lo que tienes, si te cuesta decidir.
Abandona la tristezay comienza a sonreír,que, aunque con tu cruz a cuestas,Yo te quiero hacer feliz.Si por Mí pierdes la vida,Yo te enseñaré a vivir.
DIEGO JARAMILLO, CJM
a palabra "grey" significa rebaño y se aplica a la Iglesia,
pastoreada por Jesús. Los feligreses son los fieles que
configuran la grey eclesial.
De la palabra "grey" se derivan también las voces:
"congregar", que significa reunir en un grupo o congregación:
"agregar", que quiere decir añadir a un rebaño; y los verbos
opuestos: "disgregar" y "segregar", que expresan separación.
Igualmente, la voz "gregario", que se aplica, a veces en
sentido peyorativo, a los integrantes de los grupos, y el
adjetivo "egregio", que se refiere a quien emerge del común y
sobresale entre sus semejantes.
Entre sus faenas más importantes, un pastor debe reunir a
las ovejas y congregarlas en la grey. Esa función se le
atribuye a Jesús y la realizan también quienes, en nombre
del supremo Pastor, guían a los feligreses.
En el Antiguo Testamento se oyen quejas contra los pastores
que permiten a las ovejas dispersarse. Así lo escuchamos de
Jeremías: "Ay de los pastores que dejan perderse y
desparramarse las ovejas de mis pastos" (Jer 23, 1).
Felizmente, Dios interviene a favor de su pueblo: "Yo
recogeré el resto de mis ovejas, de todas las tierras adonde
las empujé, las haré tornar a sus pastos, criarán y se
multiplicarán. Y pondré al frente de ellas pastores que las
apacienten, y nunca más estarán medrosas y asustadas, ni
faltará ninguna" (Jer 23, 3-4).
Parecido es el vaticinio del profeta Miqueas: "Yo te reuniré,
Jacob, todo entero reuniré el resto de Israel; los reuniré como
rebaño en
DIEGO JARAMILLO, CJM
el aprisco, como rebaño en la pradera, y no tendrán miedo de
nadie" (Miq 2, 13).
Cuando Dios interviene, el pueblo, agradecido, reconoce a su
único Pastor (cf Sal 79, 13; 95, 7; 100, 3; Is 40, 11).
JESÚS, BUEN PASTOR
Lo que en el Antiguo Testamento se vaticinaba se realizó
plenamente en tiempos de Jesús. De Él se nos dice que sentía
compasión por las gentes que andaban como ovejas sin
pastor, dispersas y abatidas (cf Mc 6, 34; Mt 9, 36). Para
atender a esas ovejas perdidas
o enfermas, Jesús se compara con un pastor que busca a las
extraviadas y se empeña en reunirlas. Sabe que hay ovejas
que no están en su redil. A esas las quiere guiar de modo que
no haya sino un solo rebaño y un solo Pastor (cf in 10, 16).
Para lograr su empeño, Jesús se enfrenta a la muerte. Él
anuncia que cuando lo aprisionen, sucederá como cuando
hieren al pastor: entonces se dispersan las ovejas. Así lo
afirma el señor Jesús en san Marcos y san Mateo (cf Mc 14,
27; Mt 26, 31). Esos textos son cita del profeta Zacarías (13,
7).
El evangelista Juan presenta como objetivo de la muerte de
Jesucristo el congregar en la unidad a todos los hijos de
Dios, que andaban dispersos (cf Jn 11, 52). Esa es la
explicación del discípulo ante la profecía de Caifás: "Es
necesario que muera un hombre para conseguir la
salvación del pueblo".
Al morir, Jesús cumple su oficio de unificar, de congregar a su
rebaño.
DIEGO JARAMILLO, CJM
UN REBAÑO UNIDO
A imitación de Jesús, los pastores de la Iglesia deben ser
factores de unidad, procurando el diálogo, la comprensión y
el entendimiento entre los feligreses.
Lograr la unidad del rebaño debe ser uno de sus propósitos
básicos. La unión es un signo privilegiado de los discípulos
de Jesús. Cuando a la palabra "Iglesia", que significa "la
congregada, la reunida", le añadimos el adjetivo de
"católica", estamos diciendo que ella es universal, abierta
a todos, sin importar razas, idiomas
o culturas.
Para lograr esa unidad espiritual, no sólo a nivel de todo el
orbe, sino en cada diócesis, en cada parroquia, en cada
comunidad cristiana, en cada grupo de oración y en cada
familia, hay que controlar los elementos disociadores, las
divisiones y el egoísmo, que debilitan la grey y son
antitestimonio ante los no creyentes.
Por eso se pide a los pastores que no tomen posiciones que
favorecen a unos partidos en detrimento de los otros, salvo
cuando se vulneran aspectos de la fe o del amor. Entonces
sí, su deber pastoral los obliga a empuñar el cayado y
evitar que se perjudique al rebaño.
El pastor debe ser el hombre de la unión y de la paz, el que
escucha a todos, atiende a todos, ayuda a todos. Su principal
carisma debe caracterizarlo como un artesano de la unidad.
A edificar la Iglesia
A edificar la Iglesia (2),
A edificar la Iglesia del Señor.
Hermano, ven, ayúdame
(2) a edificar la Iglesia del
Señor.
Yo soy la
Iglesia, tú eres
la Iglesia,
somos la Iglesia del Señor.
Los pobres son la Iglesia,
los ricos son la Iglesia,
somos la Iglesia del
Señor.
Los blancos... los
Jesús da la vida para congregar a los hombres en la
unidad. La Iglesia es el rebaño de Jesús, congregado por
Él.
Jesús sentía compasión por su pueblo, que comparaba a
un rebaño sin pastor.
Un trabajo importantísimo de los pastores de la Iglesia es
procurar la unidad, la comprensión y el entendimiento
entre todas las ovejas de Cristo.
Todo pastor en la Iglesia debe ser factor de unión y de paz.
CÓMO PASTOREAR HOY
• Fomentar la vida comunitaria (cf Hech 2, 42-47; 4, 32-37).
• Procurar el amor y la unidad (cf in 13, 34-35; 17, 20-21; Ef 4, 1-6).
• Crear un clima de perdón (cf Mt 18, 21-35; in 21, 15-17).
• Procurar a todos el bautismo en el Espíritu Santo (cf Luc 11, 13;
Hech 1, 5-8).
Renovar el ejercicio de los carismas (cf 1 Cor 12, 31; 1
Tim 4, 1-4; 2 Tim 1, 6).
El pastor fomentará la vida comunitaria, a base de
comprensión, perdón y amor, y descubrirá los carismas y
ministerios de cada uno.
JESÚS ALIMENTA
SU REBAÑO
48 ¿Cómo
pastorear?
juntos para soñar
Juntos para soñar
nuevas eternidades,
juntos para marcar
ritmos de eterno
amor.
Juntos miramos la vida,
juntos al amanecer,
juntos formamos la espiga
del día nuevo que va a nacer.
Juntos alzamos la copa
llena hasta el borde de
luz, juntos bebemos
estrellas en brindis
nuevo de juventud.
Juntos marchamos en vida
como escuadrón del amor,
juntos templamos en forja
la paz de un mundo nuevo y mejor.
Juntos tendemos los ojos
sobre el espejo de Dios,
juntos sentimos la tierra
mientras cantamos: Dios es amor.
DIEGO JARAMILLO, CJM
I salmo 23 nos cuenta que Dios, como buen Pastor del
pueblo elegido, conduce a su rebaño hacia las aguas
frescas y las hierbas abundantes. Esas ideas del Antiguo
Testamento se aplican en la Nueva Alianza a Jesús, en
quien reconocemos al Pastor que el Padre celestial nos dio.
Es Jesús quien nos lleva a pastar en los más verdes y frescos
pastos. Esas son figuras poéticas para expresar que Dios
Padre y Jesús cuidan de nosotros. Fray Luis de León, un monje
agustino del siglo XVI, expresó esa idea del siguiente modo:
"Su regir es dar gobierno y sustento y guiar siempre a los
suyos a las fuentes del agua, que es, en la Escritura, la gracia
del Espíritu, que refresca y cría y engruesa
sustenta".
E. pasto que da nuestro Maestro es la gracia del Espíritu
Santo, y también la Palabra revelada, la ley del amor y los
sacramentos de la Iglesia.
De manera concreta, nos cuenta san Marcos que al ver Jesús
a la multitud hambrienta del pan material y del espiritual,
enseñó muchas cosas y, luego, hizo recostar a la gente por
grupos sobre la hierba verde (cf Mc 6, 34 sgs).
PASTOR Y PASTO
Para nutrir a sus ovejas hambreadas, Jesús mismo se hizo
alimento. uiso ser un pastor comido por sus ovejas. Para
lograrlo nos dio su Cuerpo y su Sangre en forma de pan y
vino.
DIEGO JARAMILLO, CJM
"El Buen Pastor, decía san Gregorio de Nisa, se hace hierba de pasto, agua fresca, alimento, tienda, guía, todo": Él no ofrece hierbas malas ni pasto resecado por el ardiente sol de Canaán, ni hace beber en cisternas fangosas, sino en el manantial claro del agua de su Espíritu (cf Jn 4, 10-14; 7, 37-39).
Esa idea recuerda lo anunciado por el profeta Isaías: "No tendrán hambre ni sed, ni les dará el bochorno ni el sol, pues el que tiene piedad de ellos los conducirá, y a manantiales de agua los guiará" (Is 49, 10). Ese es un texto que el Apocalipsis aplica a Jesús, al afirmar: "Ya no tendrán hambre ni sed; ya no les molestará el sol ni bochorno alguno, porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los manantiales de la vida" (Ap 7, 16-17).
DIEGO JARAMILLO, CJM
donde me subió tu amor; si prenda quieres mayor, mis obras hoy te la den.
Pasto al fin yo tuyo hecho, ¿cuál dará mayor asombro, el traerte yo en el hombro, o traerme tú en el pecho? Prendas son de amor estrecho que aun los más ciegos las ven.
Oveja perdida, vensobre mis hombros; que hoy no sólo tu pastor soy, sino tu pasto también.
52 Cómo pastorear? Jesús alimenta su rebaño 53
Eso lo había vivido el Maestro, cuando hizo recostar a la gente en un sitio donde había mucha hierba y en donde multiplicó los panes y los peces. Luego, en Cafarnaúm, comentando el anterior suceso, dijo que Él es "un pan vivo, bajado del cielo" y que su carne "es verdadera comida" y su sangre "verdadera bebida" y que quien coma y beba de esos alimentos vivirá para siempre (cf Jn 6, 53-58).
El gran poeta Luis de Góngora lo expresa en estos versos:
Oveja perdida, vensobre mis hombros; que hoy no sólo tu Pastor soy, sino tu pasto también.
Por descubrirte mejor cuando balabas perdida, dejé en un árbol la vida,
EL BUEN PASTO DE JESÚS
Los pastores, puestos por el Espíritu Santo para pastorear el rebaño de Cristo (cf Hech 20, 28) deben ser instrumentos para que el Señor Jesús continúe su misión de alimentar a sus ovejas.
Jesucristo escogió a quienes quiso y los envió para gobernar, guiar, enseñar y nutrir a su rebaño. Por supuesto que esos pastores no podrán escoger otro alimento que el establecido por el Pastor supremo. Es decir, que habrán de servir a los feligreses, por manjar, al mismo Señor Jesús.
Por eso, invitarán a su rebaño a que se renueve en la gracia del Espíritu Santo, quien necesariamente lleva a conocer a Jesús, creer en Él, testimoniar de Él y transformarse en Él.
DIEGO JARAMILLO, CJM
Movidos por ese Espíritu divino, procurarán los pastores de
la Iglesia que el pueblo cristiano beba de la Palabra
revelada, en sus dos copas, la del Antiguo y la del Nuevo
Testamento, porque en la primera Jesús está de manera
latente, y de modo patente en la segunda.
Esa Palabra, leída en sus textos originales, comentada por
los maestros y doctores, aplicada a la vida concreta por la
autoridad eclesial, hecha fuente de espiritualidad en los
libros de los escritores santos, y explicada en detalle por los
catequistas, nutre la fe del pueblo de Dios. En el manantial
de la Revelación, los cristianos pueden informarse,
formarse, reformarse y transformarse según el querer
divino.
DIEGO JARAMILLO, CJM
las dos mesas en las que podemos participar del Cuerpo y de
la Sangre del Cordero inmolado.
Los cristianos, conocedores de la Palabra, podrán dar
razón de su fe, sabrán con Quién se han comprometido, y
abrirán su corazón a la voz del Maestro interior, que
escribirá allí la ley del amor, de manera más perfecta e
indeleble que lo fue la ley de Dios en las tablas de piedra
grabadas por Moisés.
También ellos, nutridos con el pan de los ángeles, sembrarán
en su espíritu semillas de inmortalidad y se irán asemejando
a Jesús hasta tener sus sentimientos y poder exclamar que ya
no son ellos los que viven, sino Cristo Jesús el que vive en
ellos (cf Gál 2, 20).
CONCLUSIÓN
Jesús nos alimenta con la gracia del Espíritu, con su
Palabra viva, con el pan de su cuerpo y su sangre.
Jesús es Pastor y Pasto, es quien nos nutre y quien se
hace alimento para todos.
Los pastores, a imitación de Jesús, deben nutrir al pueblo
cristiano con la Palabra revelada.
La vida sacramental es un objetivo que los pastores
deben buscar para sus feligreses.
Todo alimento espiritual debe orientarse hacia la
participación eucarística.
Jesús alimenta su rebaño 55
Esa Palabra viva conduce a los sacramentos, que son fuente
de gracia y encuentro privilegiado con el Señor Jesús; al
bautismo, puerta de ingreso en la Iglesia; a la confirmación,
don del Espíritu Santo; a la reconciliación, sacramento de la
alegría y del reencuentro; a la unción, oración de fortaleza y
de salud. También a los sacramentos del servicio social, que
son el orden sagrado y el matrimonio. Pero de manera
especial, la Palabra de Dios lleva al creyente hacia la
eucaristía, "sagrado banquete en el cual comemos a Cristo,
hacemos memoria de su pasión, el alma se llena de gracia y
recibe una prenda de la gloria futura".
DEBER DE LOS PASTORES
Todo pastor debe velar porque los fieles conozcan la
Palabra revelada y se nutran sacramentalmente de la
eucaristía. Esas son
54 ¿Cómo pastorear?
56 Cómo pastorear? Jesús alimenta su rebaño 57
DIEGO JARAMILLO, CJM
CÓMO PASTOREAR HOY
Partir el pan de la Palabra (cf 1 Tes 2, 13; 1 Ped 2, 2-3;
Heb 5, 11 - 6, 2).
Fomentar la vivencia eucarística y sacramental (cf in 6,
41- 58; in 3, 5).
Formar en la oración (cf Luc 11, 1-13; Ef 6, 18-20; Col 4, 2-6).
DIEGO JARAMILLO, CJM
CANTOS
Él me invitó a su banquete
Él me invitó a su banquete,
su signo sobre mí es amor
(3). Su signo sobre mí es
amor.
Crear un clima de amor y servicio (cf Hech 2, 44-46; 4, 32; Él me conduce hasta las aguas
claras...1 Tes 3, 12-13). Él me alimenta con la hierba verde...
Él me regala con su eucaristía...
Coordinar y organizar la comunidad (cf Hech 6, 1-7). Él enseña palabras de vida... Él me transporta a lugares celestiales...
Dar ejemplo (cf 1 Cor 11, 1; Ef 5, 1; Filp 3, 12-17; Ahora no hay condenación... 1 Tim 4, 12-13).
El pastor invitará a sus ovejas para que se alimenten asiduamente con el pan eucarístico. Yo soy el pan de vida
Yo soy el pan de vida.
El que viene a Mí no tendrá
hambre, el que cree en Mí no
tendrá sed. Nadie viene a Mí,
mientras mi Padre no lo acepte.
Yo lo resucitaré
(3) en el día
final.
58 ¿Cómo
pastorear?
JESÚS BUSCAA SUS OVEJAS
DIEGO JARAMILLO, CJM
El pan que yo daré
es mi cuerpo, vida del
mundo. El que coma de mi
carne tendrá vida eterna
(2).
Mientras no comas
el cuerpo del Hijo del
Hombre y bebas de su
sangre (2), no tendrá vida Él
en ti.
Yo soy la
resurrección, Yo soy
la vida.
El que cree en
Mí, aunque
muera (2), tendrá
vida eterna.
Sí, Señor, yo creo
que Tú eres el
Cristo, el Hijo de
Dios, que vino al
mundo para
salvarnos.
DIEGO JARAMILLO, CJM
Una de las escenas evangélicas que más ha impresionado a
pintores, músicos y poetas es la que presenta a Jesús como
pastor que busca a la oveja extraviada y la rescata de las zarzas y
del abismo, para luego, radiante de gozo, devolverla al redil.
La historia de la oveja perdida se cuenta en estos versos:
Yo soy la oveja perdida, la
que Tú buscas, Pastor; me
alejé de la majada,
creyendo que era mejor
andar sola y extraviada,
expuesta al lobo feroz o
enredarme entre zarzales
lacerada con dolor.
Con sed y con frío peno,
con hambre estremecedor;
de un ovil no tengo abrigo
ni un cayado protector.
¡Cómo lamento la huida que
en mala hora emprendí!
Hoy me siento lastimada,
triste, sola e infeliz.
Yo quisiera, Jesucristo, me
salieras a buscar. Me
llevaras en tus hombros, me
volvieras al corral,
DIEGO JARAMILLO, CJM DIEGO JARAMILLO, CJM
y luego me condujeras
al agua del manantial
donde bebe tu rebaño,
lo mismo que al
pastizal de verdes
hierbas y gramas
cultivadas con amor.
Me llamaras por mi
nombre, (iCómo anhelo
oír tu voz!) y me dijeras
muy quedo, hablándome
al corazón, que me sanas
y perdonas porque Tú
eres mi Pastor.
Podríamos citar muchos más poemas que aluden a una
bella parábola de Jesús, transmitida hasta nosotros por san
Mateo y san Lucas. Cuentan esos evangelistas que un
pastor tenía cien ovejas y que una de ellas se extravió. Al
darse cuenta de esa pérdida, el pastor dejó las 99
restantes en los montes, como dice san Mateo, o en el
desierto, como explica san Lucas, y se va a buscar a la
ovejita ausente (cf Mt 18,12-14; Luc 15,4-5).
Por esa oveja, única para el cariño del Pastor, comenta
san Hilario de Poitiers, "hay que entender al hombre, y en
ese hombre único hay que ver la totalidad de los
hombres. Cristo es el que busca, y en Cristo volverá el
hombre perdido a encontrar la alegría del cielo".
El padre La Puente, en sus meditaciones espirituales,
comenta así el drama de la oveja perdida: "No conoce a su
pastor ni los
62 Cómo pastorear? Jesús busca a sus ovejas 63
bienes que tiene Él, ni hace estima de lo que es estar debajo
de su protección y en compañía de los justos. Además,
hácesele pesado oír su voz y guardar sus mandamientos,
teniéndolos por duros; siente mucho seguir los pasos del
Pastor, que son escabrosos, de cruz y mortificación.
"Tiene hastío del pasto de doctrina y sacramentos, y
gusta de los pastos del mundo y de la carne y,
finalmente, quiere para sí la lana, la leche y las crías,
ordenando la hacienda, dignidades, oficios y todas sus
obras para su honra y provecho, amándose a sí misma
con amor propio y desordenado, rehusando dar algo de
esto a Dios. Por estas causas, o algunas de ellas, se sale
del rebaño y se pone en peligro de condenación eterna,
dando en la boca de los lobos infernales, que andan
rabiando por despedazarla y tragarla".
LA ALEGRÍA DE DIOS
La acción abnegada y generosa de Jesús expresa a mil
maravillas el cuidado de Dios por su pueblo escogido. El
Antiguo Testamento nos presenta a nuestro Padre celestial
preocupado por su rebaño, figura poética que representa
al pueblo de Israel y que en las páginas de la Nueva
Alianza se aplica a los discípulos de Jesús, buen Pastor.
En la Biblia abundan los adjetivos que describen a las
ovejas de Israel desoladas, angustiadas, desorientadas,
vejadas, abatidas, enfermas, heridas, dispersas,
desparramadas, errantes y perdidas.
DIEGO JARAMILLO, CJM
"Todos nosotros, como ovejas, andábamos errantes, cada
cual siguiendo su propio camino", leemos en el profeta Isaías
(53, 6).
"Yo mismo cuidaré de mi rebaño y velaré por él. Como
un pastor vela por su rebaño cuando se encuentra en
medio de sus ovejas dispersas, así velaré Yo por mis
ovejas. Las recobraré de todos los lugares donde se
habían dispersado en día de nubes y brumas... Buscaré
a la oveja perdida, tomaré a la descarriada, curaré a la
herida, confortaré a la enferma", dice Ezequiel (34, 11-
12.16).
"Yo recogeré el resto de mis ovejas de todas las tierras a
donde las empujé, las haré tornar a sus pastos, criarán y se
multiplicarán", escribe el profeta Jeremías (23, 3).
La historia de la salvación es la de un Pastor que busca a sus
ovejas, las encuentra, las reúne, las guarda y las alimenta.
Esa es la historia de nuestra eterna relación con Dios.
Cuando el pastor encuentra a la oveja extraviada, se llena
de alegría y se congratula con sus amigos. Así es la
alegría de Dios en el cielo por cada pecador perdonado.
Dios es alegre y su gozo estalla cuando el cordero perdido
retorna al redil. Parece una felicidad absurda, sólo
comprensible si se piensa en la fuente de donde brota: la
inmensa misericordia que Dios siente por nuestra miseria.
No parece lógico que esa emoción supere el gusto por los
99 que no se extraviaron. Quizá porque todos lo han
hecho alguna vez, porque ninguno es verdaderamente
justo, y por ello la misión que el Padre confía a su Hijo es
salvar ovejas y manifestarles la misericordia divina. Él
vino a buscar y salvar lo que se había perdido (cf Luc 19,
10).
64 ¿Cómo
pastorear?Jesús busca a sus ovejas 65
DIEGO JARAMILLO, CJM
LOS PASTORES DE LA IGLESIA
Jesús estableció en la Iglesia pastores que cuidasen de su
pueblo. Él es el único Pastor. Las ovejas son siempre
suyas, pero Él quiso que, en su nombre, hubiese quienes
pastoreasen a sus discípulos. Así lo dijo después de
resucitar (cf in 21, 15-17), así lo manifiesta Pablo (cf
Hech 20, 28), así lo leemos en la carta a los efesios (cf Ef
4, 11) y también en la primera carta de Pedro (cf 1 Ped 5,
2-4).
Un pastor que ejerce su ministerio en nombre de Jesús debe
realizar las funciones que el Señor desempeñó, y una de
ellas, muy importante, es la de buscar a las ovejas
extraviadas y alegrarse al hallarlas.
Esta tarea no está reservada sólo al romano pontífice o
a los obispos o presbíteros, sino a toda la Iglesia,
guardadas las debidas responsabilidades. En ese oficio
pastoral participan también los laicos, los que animan
grupos y comunidades, los que orientan los
movimientos apostólicos, los padres de familia en su
hogar y cada cristiano que debe velar por todos sus
hermanos en la fe.
Qué bueno es lograr que un pecador retorne al redil. Para
eso hay que tenderle puentes de plata para que salve la
brecha que lo separa de Dios, y acogerlo en la comunidad
cristiana con la fiesta y la música con que el hijo pródigo
fue recibido cuando retornó al hogar.
CONCLUSIÓN
Un bello conocimiento de Jesús es ver en Él al buen Pastor.
La misericordia y el amor de Dios se expresan
excelentemente en la parábola del pastor que busca una
oveja extraviada.
El retorno al redil de la oveja perdida causa alegría a
Dios: esa es la historia de lo que sucede con el pecador
que se arrepiente.
A ejemplo de Jesús, los pastores de la Iglesia deben
preocuparse en buscar a quienes han desertado de la
comunidad cristiana.
CÓMO PASTOREAR HOY
Orar por todos y cada uno de los fieles (cf 2 Cor 13, 5-10;
Col 1, 9-14).
Pedir por la sanación integral de cada uno (cf Mc 16, 17-
18; Luc 10, 9; Hech 10, 38).
Dedicar tiempo y energías al diálogo con los que se
fueron (cf 2 Cor 2, 1-11).
Acoger con amor y alegría a los que retornan (cf Luc 15,
11- 32; Film 10-21).
Buscar la renovación permanente de todos (cf Tit 3, 1-7).
El pastor procurará que sus ovejas sean bautizadas en el
Espíritu Santo, lo que les dará fuerza y entusiasmo para
vivir como cristianos.
66 ¿Cómo pastorear?
CANTOS
Eran cien ovejas
Eran cien ovejasque había en el rebaño.
Eran cien ovejasque amante cuidó.Pero en una tarde
al contarlas todas,le faltaba una (2)
y triste lloró.
Las noventa y nueve dejó en el aprisco, y por la montaña a buscarla fue; la encontró gimiendo, temblando de frío, ungió sus heridas (2) y al redil volvió.
Esta misma historia
vuelve a repetirse. Todavía hay ovejas
que errabundas van. Vagan por el mundo, sin Dios, sin consuelo (3) y sin su perdón.
Jesús busca a sus ovejas 67
JESÚS DEFIENDEA SUS OVEJAS
68 ¿Cómo pastorear?
En Jesús puse toda mi esperanza
En Jesús puse toda mi
esperanza. Él se inclinó hacia
mí y escuchó mi clamor (2).
Me sacó de la fosa fatal,
del fango cenagoso, puso
mis pies sobre la roca,
mis pasos consolidó.
Puso en mi boca un canto
nuevo, una alabanza a nuestro
Dios. Muchos verán y creerán y
en Jesús confiarán.
En ti se gozan y se alegran
todos los que te buscan.
Te gritan sin cesar:
iQué grande es nuestro Dios!
DIEGO JARAMILLO, CJM
Un pastor debe velar por su rebaño. Es decir, vigilar para
que no sobrevenga ningún mal a sus ovejas y, si se presenta
algún peligro, estar presto a defenderlas.
En la Biblia se habla de pastores que debían enfrentar a
diversas fieras que rondaban queriendo devorar ovejas y
corderos. Para eso se armaban de la vara o garrote de que
habla el salmo 23 (22). Con esa arma arremetían contra los
depredadores.
En el primer libro de Samuel se transcriben unas valientes
palabras de David, dirigidas al rey Saúl: "Cuando tu siervo
apacentaba las ovejas de su padre, y venía un león o un oso
y se llevaba una oveja del rebaño, yo lo perseguía, lo
golpeaba y se la arrancaba de la boca. Si venía contra mí, lo
agarraba por el cuello, lo golpeaba y lo mataba. Tu siervo
ha matado al león y al oso" (1 Sam 17, 34-37).
Esa realidad la asume Jesús, el buen Pastor, hijo de David.
Él afirma que no trabaja como los mercenarios y por eso no
huye, sino que está dispuesto a enfrentar al lobo para
defender al rebaño. En el evangelio de san Juan leemos: "El
asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las
ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el
lobo hace presa de ellas y las dispersa, porque es
asalariado y no le importan las ovejas" (Jn, 12-13).
En otros pasajes del evangelio se narra la solicitud de Jesús
por su rebaño, pues es tal el amor que siente por nosotros,
que nada nos puede separar de Él (cf Rom 8, 35.39). Sus
ovejas no perecerán, pues nadie las puede arrebatar de su
mano (cf Jn 10, 28). Él las asirá fuertemente con sus manos
DIEGO JARAMILLO, CJM
le dará el reino (cf In 10, 29; Luc 12, 32). De nuestra parte
sólo se requiere tomar su mano y no soltarla.
Jesús sabía las dificultades que habrían de sobrevenir a sus
discípulos. Sin embargo, los envió como ovejas en medio
de lobos (cf Mt 10, 16) aunque éstos, para facilitar su
ataque, se disfrazaran de ovejas (cf Mt 7, 15).
De hecho esos ataques de la jauría de los lobos vinieron y
siguen viniendo sobre el rebaño, en arremetidas crueles y sin
cuartel (cf Hech 20, 29), pero Cristo logra la victoria final. Con
razón el poeta Gaspar de los Reyes escribió:
Riesgo mortal ha tenido por
ser Cordero inocente,
Cordero, mas tan valiente
que huye el lobo a su balido.
Jesús fue el pastor insomne (cf Nahúm 3, 18); el que vela, sea
mediodía o medianoche (cf Gén 31, 40), a pesar de que el
ataque de las fieras es duro, pues "como ruge el león y el
cachorro sobre su presa, y cuando se convoca contra él a
todos los pastores, de sus voces no se intimida ni de su
tumulto se apoca" (cf Is, 31, 4).
Con razón Miguel de Cervantes invocó así a Jesús:
A Ti me vuelvo, gran Señor, que
alzaste, a costa de tu sangre y de tu
vida, la mísera de Adán primer caída, y
a donde él nos perdió, Tú nos cobraste.
DIEGO JARAMILLO, CJM
A ti, Pastor bendito, que buscaste de
las cien ovejuelas la perdida, y,
hallándola del lobo perseguida,
sobre tus hombros santos la llevaste.
A Ti me vuelvo en mi aflicción amarga,
y a Ti toca, Señor, el darme ayuda, que
soy cordera de tu aprisco ausente.
Y temo que a carrera corta o larga,
cuando a mi daño tu favor no acuda, me
ha de alcanzar esta infernal serpiente.
VIGILANTES Y DEFENSORES
Desde los primeros tiempos cristianos, a los pastores de la
Iglesia se les designó con el nombre de obispos, que en su
forma original griega significa: vigilantes, custodios.
A los obispos y a sus colaboradores corresponde vigilar
para que su rebaño no se vea atacado. De ellos se puede
decir lo que afirma el profeta Ezequiel acerca de los
centinelas: "Si el centinela ve venir la espada y no toca el
cuerno, de suerte que el pueblo no es advertido y la
espada sobreviene y mata a alguno de ellos, perecerá éste
por su culpa, pero de su sangre yo pediré cuentas al
centinela. A ti, hijo de hombre, te he hecho Yo centinela de
la casa de Israel. Cuando oigas una palabra de mi boca, les
advertirás de mi parte" (Ez 33, 6-7).
DIEGO JARAMILLO, CJM
CONCLUSIÓN
Oficio de un pastor bueno es defender a su rebaño de
cualquier peligro.
Jesús defendió de tal modo a los suyos, que nadie los
pudo arrebatar de sus manos.
Como Jesús, los pastores de la Iglesia deben ser
centinelas insomnes que velen por su rebaño y lo
defiendan.
Toda falla contra la fe o contra el amor debe ser
denunciada por los pastores celosos de su oficio.
Un pastor celoso impide que los criterios mundanos
envenenen su rebaño.DIEGO JARAMILLO, CJM
Como esos centinelas insomnes, siempre alertas deben ser
los pastores de la Iglesia y, guardadas las proporciones, los
líderes de las comunidades y los responsables de los
grupos. Deben ser como perros guardianes que ladran
cuando se aproxima un desconocido, como las alarmas
electrónicas que se activan al ser tocadas por los ladrones.
A ejemplo de Cristo, deben defender a las ovejas del
ataque del lobo. Es lo que san Pablo advierte
pormenorizadamente a sus discípulos Tito y Ti moteo.
Ello implica protestar contra cualquier error doctrinal que se
pueda ofrecer al rebaño. En los grupos, so pretexto de
ecumenismo, se deslizan errores contra la tradición católica
en temas como la presencia eucarística, la intercesión de
CÓMO PASTOREAR HOY
Observar y vigilar (cf Hech 20, 28-31; 1 Tes 5, 12-22).
Denunciar los peligros (cf 2 Tes 3, 6-15; 1 Tim 1, 3-7; Tit 1, 9-14).
Cuidar a los débiles (cf Hech 2, 45; 4, 34-35; Luc 4, 18 sgs).
Proteger del lobo (cf Hech 4, 8; 5, 1-11).
¿Cómo pastorear? Jesús defiende a sus ovejas 75
María y de los santos, el culto a las imágenes, el papel del
papa y los obispos, el sacramento de la reconciliación, etc.
Además, suelen darse divisiones, que son faltas contra el
amor, promovidas por el orgullo, la envidia, la soberbia. El
dividir el rebaño de Jesús es una falla grave, porque Jesús
mismo oró por la unidad. Cuando falsos pastores huyen
del rebaño, llevándose muchas ovejas, el dolor es grande
y la ofensa todavía mayor.
La falla contra las costumbres abre las puertas del redil para
que se infiltre el ambiente nefasto del pecado en los ámbitos
familiares y sociales, o para posibilitar que el mundo infiltre
sus falsos criterios en la comunidad cristiana. Al buen pastor
le corresponde vigilar, advertir y defender.
El pastor procurará que sus ovejas den testimonio de su fe y corregirá con amor las faltas y la relajación de costumbres.
DIEGO JARAMILLO, CJM
DIEGO JARAMILLO, CJM
CANTOS Cristo está conmigo
j
76 ¿Cómo pastorear?
Yo quiero ser un pastor
Yo quiero ser un pastor
según el Corazón de
Dios.
Servidor incansable
de la gracia de Dios,
fuente viva e
inagotable
que nos brinda el Salvador.
Árbol de vida plantado
en la Iglesia del Señor;
árbol por Cristo
sembrado, cuyo fruto
es el amor.
Lámpara que arde
incesante de amor a la
Trinidad, lámpara de luz
radiante que inflama en
caridad.
Testigo fiel del evangelio,
mensajero de la paz,
grande apóstol para el
pueblo al que anuncia la
verdad.
Jesús defiende a sus ovejas 77
Cristo está conmigo, junto a mí va el Señor, me acompaña siempre en mi vida hasta el fin.
Ya no temo, Señor, la tristeza; ya no temo, Señor, la soledad, porque eres, Señor, mi alegría; tengo siempre tu amistad.
Ya no temo, Señor, a la noche; ya no temo, Señor, la oscuridad, porque brilla tu luz en las sombras, ya no hay noche. Tú eres luz.
Ya no temo, Señor, los fracasos; ya no temo, Señor, la ingratitud, porque el triunfo, Señor, en la vida, Tú lo tienes, Tú lo das.
Ya no temo, Señor, los abismos; ya no temo, Señor, la inmensidad, porque eres, Señor, el camino y la vida y la verdad.
Ya no temo, Señor, a la muerte; ya no temo, Señor, la eternidad, porque Tú estás
allá esperando que yo llegue hasta Ti.
DIEGO JARAMILLO, CJM
jesús dijo que el buen Pastor da la vida por sus ovejas (cf
Jn 10, 11.18.28). Esas palabras no expresaban una ilusionada
exageración, sino que preanunciaban lo que habría Jesús de
realizar. Él fue el Pastor valiente que ofreció su sangre para
salvarnos, porque nos amó. Él antepuso su rebaño a su
propia persona y murió para rescatar a su pueblo y para
reunir en la unidad a todos los hijos de Dios que andaban
dispersos (cf Jn 11, 52).
Él se entregó libremente. Nadie le podía arrebatar la vida.
Sólo Él tenía poder para darla y para recobrarla. Aunque era
el Pastor, se comportó como una oveja silenciosa llevada al
matadero (cf Is 53, 7; Jer 11, 19; Hech 8, 32).
No huyó ante la muerte, porque no era un mercenario,
pues éste "no puede permanecer en el peligro de las
ovejas, pues no las ama, sino que busca su ganancia;
mientras se abraza con el honor, se alegra con las
comodidades temporales y tiembla de oponerse al
peligro para no perder lo que tanto ama", dice san
Gregorio.
Cuando Jesús fue herido, se dispersaron las ovejas, pero Él
llegó hasta la muerte. Y desde la cruz comenzó a atraernos,
pues todas las miradas se fijan en Aquel a quien traspasaron.
A ese Pastor divino, crucificado por los hombres, le cantó
Lope de Vega:
Pastor que con tus silbos
amorosos me despertaste del
profundo sueño; Tú, que hiciste
DIEGO JARAMILLO, CJM
vuelve los ojos a mi fe piadosos, pues te confieso por mi amor y dueño, y la palabra de seguir, te empeño, tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, Pastor, que por amores mueres: no te espante el rigor de mis pecados, pues tan amigo de rendidos eres;
espera, pues, y escucha mis cuidados; pero, ¿cómo te digo que me esperes, si estás, para esperar, los pies clavados?
Pasados el suplicio y la victoria de la cruz, el Pastor resucitó y congregó a sus ovejas y las sigue reuniendo hasta que sólo haya un único rebaño bajo un solo Pastor (cf Zac 13, 7; Mt 14, 27; Jn 10, 16).
EL CORDERO DE DIOS
Desde entonces a Jesús lo llamamos Cordero de Dios, Cordero que quita los pecados del mundo (cf Jn 1, 29.36), Cordero inmolado, Cordero degollado que nos apacienta y que es digno de abrir los sellos del libro (cf Ap 5, 6.12; 6, 16; 7, 1-17; 12, 11; 13, 8; 14, 1.4; 17, 14; 19, 7; 21, 9.23; 22, 3). Él es el Cordero pascual al que no le quebrantaron los huesos.
Él nos adquirió como posesión suya, pagando una factura muy costosa. Fuimos comprados a gran precio (cf 1 Cor 6, 20; 7, 23). "Fuimos rescatados de la vida estéril, heredada de los
mayores, no con bienes perecederos como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, el Cordero sin tacha ni defecto" (1 Ped 1, 18-19).
82 ¿Cómo pastorear?
DIEGO JARAMILLO, CJM
En esa sangre preciosa, las ovejas pueden bañar sus vellones
que, por enlodados que estén, quedarán purificados como si
fueran de nieve (cf Ap 7, 14).
EN LA ESCUELA DEL PASTOR
Resucitado, Jesús confió sus ovejas y sus corderos al
apóstol Pedro (cf Jn, 21, 15-18). Subido al cielo, el Señor
estableció pastores para apacentar el rebaño adquirido al
precio de su sangre (cf Hech 20, 28-30). Él quería
defender a sus ovejas, contra las que vendrían lobos
rapaces. Pero no quería mercenarios, sino pastores según
su corazón.
"No es pastor, sino mercenario, el que apacienta las
ovejas del Señor no por amor sincero, sino por la
ganancia temporal. Es mercenario quien está en lugar del
pastor, pero no busca el provecho de las almas", decía el
papa san Gregario, quien añadía que "algunos pierden el
nombre de pastores, si estiman más a su hacienda que a
las ovejas" y que "debemos entregar en primer lugar
cuanto tenemos a nuestras ovejas y, si es necesario,
llegar hasta la muerte".
El buen Pastor busca pastores que sean como Él, que amen
hasta el extremo, que defiendan y busquen y conozcan y
congreguen y guíen a su rebaño, no por la paga, sino por
amor (cf Ef 4, 11).
Pastores que, como san Pablo, se gasten y se desgasten por
los fieles (cf 2 Cor 12, 15). Pastores que sean valientes y no
huyan ante el peligro. "Huiste porque te has callado, callaste
porque temiste. El temor es la fuga del alma", dijo san
Agustín.
Jesús muere por las
ovejas 83
DIEGO JARAMILLO, CJM
Por lo tanto, Cristo quiere pastores que sean capaces de enfrentar a los lobos, a los hombres injustos y raptores que atacan el rebaño, a los que siembran errores en la doctrina, a los que fomentan divisiones y maltratan la unidad, a los que propician la indisciplina y la desobediencia.
Para ser buen pastor se requiere mirar a Jesús. Aprender del celo con que buscó la oveja perdida, del cariño con que guió a su rebaño, del interés que puso en nutrir con hierbas verdes y aguas frescas a su manada. Todo pastor debe contemplar al gran Pastor de las ovejas (cf Heb 13, 20-21), al Príncipe de los pastores (cf 1 Ped 5,4), al Pastor y guardián de nuestras vidas (cf 1 Ped 2, 25), y necesita decirle a Jesús como le dijo Pedro: "Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo" On 21, 17).
Cuentan de un famoso declamador, de voz tan sonora y pronunciación tan impecable, que cuando recitaba algún poema, resaltaba la belleza poética como si descubriera perlas en un arenal. Un día recitó el salmo 23, y los oyentes estaban entusiastas ante la imagen del buen Pastor que ese hombre presentaba con acentos, emoción y dicción perfectos. Luego, tocó el turno de rezar el mismo salmo a un sacerdote anciano, que al leerlo tartamudeó varias veces. Sin embargo, al concluir la plegaria, alguien dijo: "El artista supo leer el salmo de modo maravilloso, pues conoce el idioma, el valor de cada palabra y su musicalidad, pero el sacerdote demostró que conoce personalmente a ese buen Pastor".
Eso es lo que se necesita para ser buen pastor: ante todo, conocer personalmente a Jesús; sólo así, el anuncio se vuelve testimonio y adquiere una fuerza excepcional; pero ojalá
también se pudiera proclamar el mensaje de la manera más perfecta posible. Eso sería presentar manzanas de oro en bandejas de plata.
84 ¿Cómo
pastorear?Jesús muere por las ovejas 85
DIEGO JARAMILLO, CJM
CONCLUSIÓN
1. Jesús amó a los suyos hasta el extremo de dar la vida por ellos.
2. Jesús entregó la vida porque no era un mercenario, sino el verdadero dueño del rebaño.
3. Los pastores que pastorean en nombre de Jesús deben gastarse y desgastarse por su grey.
4. Para ser buen pastor, hay que amar a Jesús, hay que conocerlo personalmente y comprometerse con Él sin medida, hasta la muerte.
CÓMO PASTOREAR HOY
Dar testimonio, a ejemplo de Cristo y de muchos discípulos (cf Heb 12, 1-4; 1 Ped 5, 8-10).
Ser fieles hasta el fin (cf Jn 21, 18-23; Ap 2, 1-7).
No pretender ser mayores que el Maestro (cf Mt 10, 16-25).
Conf iar p lenamente en e l Espí r i tu Santo de Dios (c f Rom 15, 14-19) .
El pastor despertará en su rebaño anhelos de evangelizar, y animará proyectos encaminados a la
edificación del Reino de Dios, aunque consuman su tiempo, sus energías y sus bienes.
86 ¿Cómo pastorear?
¿Cómo pastorear? 87
DIEGO JARAMILLO, CJM
CANTOS CONTENIDO
Al subirlo a la cruz El Señor es mi pastor.................................................. 5
Los libros históricos......................................................... 7Al subirlo a la cruz, estabas tú (2) Mensaje de los profetas................................................... 9
pensando siempre en Él, tiemblo, tiemblo. Los libros sapienciales..................................................... 11
Al subirlo a la cruz, estabas tú. Literatura greco-romana................................................. 12Conclusión ..................................................................... 13
Al clavarlo en la cruz, estabas tú...Cómo pastorear hoy.........................................................Cantos..............................................................................
1314
Al morir en la cruz, estabas tú...
Al clavarle la lanza, estabas tú... El buen Pastor............................................................ 15Al llevarlo a la tumba, estabas tú...
Jesús, Pastor...................................................................... 17Los discípulos y el pastoreo............................................. 18¿Una metáfora superada?............................................... 20Conclusión ..................................................................... 21
Cordero de Dios Cómo pastorear hoy........................................................ 22
Cantos............................................................................. 23
Cordero de Dios
que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de
nosotros...
Jesús conoce a sus ovejas............................................
Importancia de conocerse.................................................
25
28
Danos la paz. Mis ovejas me conocen a Mí............................................ 29Conclusión ..................................................................... 30Cómo pastorear hoy........................................................ 30
Aleluya, aleluya, aleluya. Cantos............................................................................. 31Aleluya, aleluya, aleluya (3)
El Cordero de Dios viene ya. Jesús es nuestro guía.................................................. 33
Él perdona el pecado del mundo (3)...El compromiso de Jesús...................................................Conclusión ......................................................................
3637
Él concede la paz a los hombres (3)... Cómo pastorear hoy........................................................ 38Cantos............................................................................. 38
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Jesús congrega su rebaño............................................ 41
Jesús, buen Pastor............................................................. 44Un rebaño unido............................................................. 45Conclusión .................................................................... 46Cómo pastorear hoy....................................................... 46Cantos............................................................................ 47
Jesús alimenta a su rebaño.......................................... 49
Pastor y pasto ............................................................... 51El buen pasto de Jesús.................................................... 53Deber de los pastores ................................................... 54Conclusión .................................................................... 55Cómo pastorear hoy....................................................... 56Cantos............................................................................ 57
Jesús busca a sus ovejas.............................................. 59
La alegría de Dios........................................................... 63Los pastores de la Iglesia................................................ 65Conclusión .................................................................... 66Cómo pastorear hoy....................................................... 66Cantos............................................................................ 67
Jesús defiende a sus ovejas......................................... 69
Vigilantes y defensores.................................................. 73Conclusión .................................................................... 75Cómo pastorear hoy....................................................... 75
Cantos............................................................................ 76
Jesús muere por las ovejas.......................................... 79
El Cordero de Dios.......................................................... 82En la escuela del Pastor.................................................. 83Conclusión ...................................................................... 85Cómo pastorear hoy........................................................ 85Cantos............................................................................. 86