Post on 03-Dec-2014
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La Madre ha escrito esta Circular a partir de la experiencia vivida en el
Seminario Mariano que tuvo lugar en Roma del 23 al 28 de septiembre del
2013.Este Seminario se hizo como
continuación del Congreso Mariano desarrollado en Roma del 27 al 30 de
diciembre del 2004 con el tema: «Yo te daré la Maestra. El valor de educar en
la escuela de María»
elemento que interpela la identidad
mariana de la FMA
Todas estamos llamadas a ser «verdaderas
imágenes» de la Virgen, como
quería M. Mazzarello,
«auxiliadoras» sobre todo entre los y las jóvenes. En nosotras está viva la certeza
que «María Santísima es la inspiradora de
nuestro Instituto y que continúa
siendo la Maestra y la
Madre.
Es María quien sostiene la Iglesia y el
Instituto en el camino de la fe y de la Nueva
Evangelización, la que está
activamente presente en la
historia
Os invito a compartir algunas ideas fuerzas sobre nuestra identidad de FMA a fin de que pueda brillar una luz nueva en la Iglesia, en la sociedad y particularmente entre las
generaciones jóvenes.
El Amor a María es grande en
todas nosotras y Ella tiene un
puesto especial en la historia de
nuestra vocación, en las diferentes
etapas de nuestra vida y nuestra misión
educativa.
Tenemos necesidad de un conocimiento más
profundo para ser siempre lo que
estamos llamadas a ser: Hijas de una
Madre que continúa a generarnos como
Hijas.Queremos
matricularnos en la «escuela» de María
para experimentar de nuevo la alegría de
sentirnos sus Hijas y transmitirla con
valentía, entusiasmo y gratitud.
La reflexión hecha en el Seminario mariano sobre la «filialidad» nos ha hecho ver un proceso presente en el Instituto desde los inicios, que debe traducirse en una renovada experiencia de fe para aportar a la misión
evangelizadora de las generaciones jóvenes con nuestro propio estilo.
Hemos hecho la experiencia de un
retorno a las fuentes, al núcleo
esencial de la experiencia
cristiana: ser Hijas en el Hijo que es
Jesús. La «filialidad» es una realidad que parte
del Proyecto de Dios, es un don que
recibimos de Él. Estamos llamadas a ser signo para los
jóvenes y las jóvenes de todos
los tiempos y todas las realidades.
El retorno a nuestras raíces
carismáticas nos hace crecer en la conciencia de que nuestro Instituto educativo tiene una identidad fuertemente mariana que
atraviesa toda su historia
Ser FMA es el nombre que D. Bosco nos ha dado desde el primer esbozo de las Constituciones y que ha sido por él
confirmado el 5 de agosto de 1872¨»Vosotras pertenecéis a una Familia Religiosa que es toda de María…»
Tened como una gloria vuestro bello título de
FMA y pensad a menudo que vuestro Instituto debe ser el «monumento vivo de
la gratitud de D. Bosco a la gran Madre de
Dios, invocada bajo el título de Auxilio de los
Cristianos». (Cronohistoria I, 305-
306)
Volviendo a recorrer el camino de M.
Mazzarello descubrimos desde su juventud una fuerte
espiritualidad mariana. Su relación filial con María encuentra sus
raíces en la familia, en su formación
catequística, en su pertenencia a la
Asociación de «Hijas de la Inmaculada», hasta el paso a ser
FMA
El Amor a María ha plasmado su identidad, ha sostenido el ritmo de su madurez humana y religiosa, ha orientado su
vida a una relación plena con Jesús, a una segura pertenencia a la Comunidad y a la responsabilidad del
acompañamiento a las Hermanas y a las jóvenes.Su ser «Esposa de Jesús» e Hija de María se traduce en
solicitud educativa y maternidad espiritual.
El enlace entre «filialidad, sororidad y maternidad» resplandece en toda su existencia y se refleja en la vida de
sus Hijas con transparencia, credibilidad y entusiasmo.
En nuestra Familia Religiosa encontramos encarnada en la vida
de tantas Hermanas la conciencia de ser Hijas
y por lo tanto «Hermanas y Madres». También hoy encuentro FMA que en el silencio del diario vivir gozan de una experiencia
intensamente mariana y misionera atrayente
y contagiosa.
Hermanas que con la valentía del «Da mihi
animas coetera tolle» abren con audacia nuevas
fronteras misioneras en
situaciones precarias,
difíciles, hasta poner en riesgo la propia vida
para encarnar el carisma allí donde los
jóvenes llaman y esperan un futuro más humano y cristiano.
¿De dónde proviene tal valentía?
De la convicción interior de ser
llamadas por el Señor a su seguimiento y de
sentirse Hijas y Hermanas que creen
en la presencia constante de la Virgen y son testimonios de esta presencia con la
lógica del Amor, con la pedagogía de los gestos concretos,
como nos está enseñando el Papa
Francisco
En el Seminario mariano estuvieron presentes tres figuras espléndidas de FMA: Sor Laura Meozzi, Sor María Romero, Sor Nancy Pereira. De modo diferente se dejaron guiar por
María siendo colaboradoras asiduas de niños y jóvenes, cuidando de los más débiles e indefensos, defendiendo los
derechos de los pobres, de las mujeres, sanando enfermedades del cuerpo y del espíritu. Verdaderas
Madres y Hermanas que lo han demostrado con la Vida.
El aspecto mariano de la identidad de
estas Hermanas era signo de una
profunda relación con el Señor y de un
particular vínculo con María. No
era una identidad
estática, pasiva sino dinámica,
atenta a los signos de los
tiempos, disponible para
dejarse involucrar en una fidelidad
creativa
¿Está viva en mí la conciencia de ser FMA con lo que esta identidad implica? ¿En mi corazón vibra la alegría de ser Hija llamada a ser Madre? El Papa Francisco a menudo dice a las
Religiosas: «La Iglesia os quiere así: Madres, Madres, Madres, personas que saben dar vida»
¿Me siento llamada a ser con
la Vida un Magnificat por las
cosas grandes que el Señor ha hecho en mí, en
la vida de las Hermanas y de
los jóvenes, en la historia del
Instituto, en la Iglesia, en el
Mundo? ¿Busco mirar el
Mundo con la mirada de María?
Nuestra existencia está llamada a ser
profética y a expresar la alegría
de ser infinitamente
amadas
¡Cómo sería de hermosa nuestra vida si fuera un canto de alegría aún en las
fatigas, en los sufrimientos, en la
oscuridad que a veces encontramos en la
vida diaria: la alegría del misterio pascual donde se realiza la
Alianza de Amor que Jesús establece con
nosotras!
El Seminario nos ha ayudado a
abrirnos, a tener una nueva
actitud como Hijas, nos ha hecho sentir mujeres de
memoria que acogen
seriamente en casa a María. En
Ella nos espejamos y con
Ella somos regazo seguro
para las nuevas generaciones,
generando vida en Cristo.
Con la solicitud de María
podemos llegar a las periferias existenciales
para asumir el cuidado de los
más pequeños y de los más
pobres como repetidamente solicita el Papa
Francisco.
El empeño de una Nueva
Evangelización nos implica y nos
empuja a encontrar en
María la vía más actual y segura
para llegar a Jesús y en Él «ser con los jóvenes
Casa que evangeliza» a
partir del testimonio de la
vida
Es nuestra tarea prioritaria es ser
Madres que generan Vida,
auxiliadoras de la Vida en primer lugar en nuestra Comunidad para irradiar Vida en
las personas que encontramos. No se puede dar lo que no se vive
con Amor y gratuidad.
Donde juntas buscamos
construir la Casa, invocando con
confianza el Amor filial, hay
fecundidad apostólica,
eficacia educativa, comunión de
intentos, fraternidad auténtica,
compromiso concreto en el camino de la
santidad, Amor a la Palabra de Dios,
vocaciones sólidas.
¿No es esto generar Vida?
La novedad de la cual tanto se habla hoy está
en nuestro modo de ser verdaderas
«imágenes» de María,
promotoras de la Vida
desarrollando la confianza filial
que es el secreto para
regenerar nuestras
Comunidades y la sociedad con
términos propositivos
Donde está María hay escucha de
Jesús, hay Casa y Familia donde resplandece la luz nueva de la
confianza recíproca de la
que tanta necesidad
tenemos. En algún caso
renace la Vida en quien se siente desanimada, inútil, pobre y marginada.
Busquemos ser generosas en hacer gestos de cercanía y de cuidado, de compasión y de ternura hacia quien tiene
necesidad: Hermanas, jóvenes, familias.
Permitamos a la Virgen habitar
constantemente en nosotras, en
nuestras Comunidades,
para abrir caminos nuevos
de evangelización y
de educación. Ella es experta en las nuevas
fronteras misioneras , camina con nosotras.
Debemos salir con valentía del
silencio inoperante y del anonimato para
participar nuestra fe y
nuestra pertenencia a
María que en la historia del
pueblo de Dios tiene un papel significativo. Con María es
posible salir de la invisibilidad
para testimoniar el Evangelio en la sociedad y en
la Iglesia hoy.
La Encíclica «Lumen fidei»
subraya las etapas
fundamentales de la vida de
María, evidenciando su disponibilidad
para acoger con todo el ser la
Palabra de Dios, para que en Ella se hiciera carne y fuera Luz para la humanidad. En Ella la fe ha
dado fruto, se ha hecho portadora
de Vida.
El Papa Francisco nos asegura que María está siempre cerca de nosotros y nos precede. Tenemos necesidad de su
mirada tierna, llena de compasión y de cuidado. Ella nos enseña a tener una mirada que acoge, acompaña,
protege. Nosotros tenemos miedo – dice el Papa – de salir y mirar a nuestros hermanos con la mirada de María.
Las palabras del Papa penetran
en nuestro corazón y nos estimulan a superar toda
forma de superficialidad espiritual para recuperar una
conciencia renovada de nuestro ser
Hijas, Hermanas y Madres, mujeres
portadoras de ternura, de
esperanza y de Amor para que
los jóvenes y las jóvenes se abran
a la Vida.
En el Seminario mariano hemos
percibido la complejidad y la urgencia de la misión como
FMA responsables de
educarnos y educar a la
«filialidad» en un tiempo de
crisis de identidad y
reconsiderar a esta luz nuestra
misión en la Iglesia y en la
Familia Salesiana.
La experiencia de sabernos hijas e hijos
amados, buscados,
sostenidos y animados por
Ma. Auxiliadora, hoy ¿qué
caminos se podrían abrir en el campo de la educación y del
anuncio?
¿Cómo profundizar el misterio de la
«filialidad y de la Maternidad
educativa» para las jóvenes
generaciones necesitadas de
Vida, de esperanza y de futuro y para las familias, cuando
las corrientes filosóficas y
antropológicas que las tocan, no tienen en cuenta
el Proyecto de Dios sobre la
persona humana?
María está presente en las grandes acontecimientos de la historia y también lo está hoy. Es la «aurora» de una nueva humanidad. Ella, Hija, Hermana y Madre, icono de fe perfecta, puede indicarnos el camino para educar a la «filialidad» los jóvenes y ayudarlos a ser, ellos mismos, generadores de Vida a través del respeto a la creación como obra espléndida de Dios, pero que el descuido puede hacerla sujeto de una catástrofe ecológica.
El Papa recordando a San Francisco de Asis, insiste
sobre la importancia y la
urgencia de expresar el
Amor por toda la creación, por su armonía, el
respeto por todo lo que Dios ha
creado.
Las jóvenes y los jóvenes de hoy y
también las generaciones futuras
tienen derecho de gozar de la belleza y la
integridad de lo creado; saborear la
alegría de una humanidad
respetuosa de los derechos humanos,
formada por los valores de la libertad,
la gratitud, la gratuidad, tienen el
derecho de experimentar el calor
de la familia como lugar de afecto
auténtico donde la filialidad, la
fraternidad, la maternidad y la
paternidad expresan la armonía del Creador
En la Familia Salesiana
tenemos una responsabilidad específica: la de hacer presente visiblemente a
María Auxiliadora y de abrir caminos de
educación evangelizadora
con Ella, inspirándonos
en Ella.
Dos eventos nos acompañan en este
recorrido:1. la Jornada
Mariana 12 y 13 de octubre de 2013.
2. La III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos del 5 al 19 de octubre del 2014 con el tema: «Desafíos pastorales de la familia en el contexto de la Evangelización»
Es providencial que el Sínodo extraordinario se desarrolle durante el CG
XXIII.Dejémonos guiar con
humildad y alegría por María en los caminos de la Nueva Evangelización
para que nuestros ambientes puedan ser
«Casas» donde resplandece la
dimensión misionera de la vocación cristiana y
salesiana.Concluyo con el
augurio: que siempre, en momentos de prueba, podamos
sentirnos felices de ser FMA.