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Escuela de Trabajo SocialUniversidad Nacional de Córdoba, Argentina.
29 de junio al 1 de julio de 2006
Eje Temático:
Debates disciplinares y proyectos profesionales.
Título de la ponencia:
“LA CONSTRUCCIÓN Y CONQUISTA DE LA AUTONOMÍA DE LOS
TRABAJADORES SOCIALES” REFLEXIONES EN TORNO A LA PRACTICA
PROFESIONAL DESDE EL ESPACIO LABORAL DE LAS ONGS.
Autores:
Aquin Nora1
Custo Esther2
Lucero Yohana3
1 Docente e investigadora. Profesor titular de Trabajo Social IV. Escuela de Trabajo Social. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Córdoba. Argentina2 Docente e investigadora. Profesor titular de Trabajo Social II. B. Escuela de Trabajo Social. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Córdoba. Argentina3 Lucero Yohana: Auxiliar Alumna de la Escuela de Trabajo Social Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Córdoba. Argentina..
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Introducción:El presente trabajo recupera información significativa de la investigación que
se viene desarrollando en la escuela de Trabajo Social de UNC.4
Para introducirnos en el tema resulta pertinente una conceptualización de las
categorías de autonomía y heteronomía. Para ello hemos seguido a Mario
Heler5, quien sostiene que el profesional está fabricado socialmente –
socializado en su profesión- lo cual implica responder a la ley que define su
ocupación como un campo profesional. Que esta ley –y su mayor o menor
autonomía- es producto de las relaciones de fuerza que se fueron
estableciendo en el proceso de profesionalización, y que han ido definiendo la
estructura del campo específico, siendo interiorizada por los miembros de la
profesión en su formación y en la experiencia de su desempeño. En este
marco, pensar la autonomía equivale a pensar en el ejercicio responsable de la
libertad, lo cual conlleva la capacidad –y el poder- tanto de dar respuesta a la
pregunta del por qué de nuestras decisiones y acciones, como de hacernos
cargo de sus consecuencias. A su vez, la heteronomía implica que asumimos
una ley que nos ha sido dada sin injerencia de nuestra decisión, impuesta por
un poder diferente, ajeno, y que corresponde a la ley que hemos interiorizado
en el proceso de socialización, convirtiéndonos en consumidores de ciertos
patrones.
Tanto en el campo interno del Trabajo Social, como en su contexto,
encontramos componentes que marcan límites y posibilidades de 4 Nos referimos al proyecto denominado ”La Intervención Profesional en la actual relación Estado – Sociedad: el caso del Trabajo Social.”.Parte II Este proyecto cuenta con subsidio de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba, y con evaluación externa en el marco del Programa de Incentivos. Directora Nora Aquín . Codirectora Patricia Acevedo Integrantes: Nelly Nucci, Nora Britos, Gabriela Rotondi, y Esther Custo y auxiliares alumnas Lucero Yohana, Cocha Florencia y Brarda Maria Eugenia5 Heler M., coordinador (2002): Filosofía Social y Trabajo Social. Elucidación de un campo profesional. Editorial Biblos, Buenos Aires. También Heler M. (2001): Ética y Trabajo Social Una reflexión desde la mirada de Mario Heler . Entrevista realizada por la Lic Sabrina Bermudez En revista Conciencia Social . Nueva Época Nº 1. Publicación de la Escuela de Trabajo Social. Córdoba.
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intervención. El Trabajador Social no posee todos los medios -técnicos y
financieros- necesarios para el ejercicio profesional autónomo. Depende de
recursos previstos en los programas y proyectos de la institución que lo
requiere y lo contrata.. Por lo tanto, la condición de trabajador asalariado no
solamente encuadra al Trabajador Social en la relación salarial, sino que
también moldea su inserción socio-institucional en la sociedad. Por más que
disponga de autonomía relativa para concretizar su trabajo, el Trabajador
Social para organizar sus actividades depende del Estado, empresa o entidad
no gubernamental, las que posibilitan que los interesados accedan a sus
servicios, provean los medios y recursos para su realización, establezcan
prioridades, interfieran en la definición de papeles y funciones que componen el
cotidiano del trabajo institucional. Por eso, la institución no es un condicionante
más del desempeño del Trabajador Social. Ésta organiza el proceso de trabajo
donde éste participa6. De ahí que a lo largo de este trabajo, cuando hagamos
referencia a la autonomía, lo haremos reconociendo que ésta es siempre
relativa, y que, en términos de Bourdieu7 expresa el grado en que un campo
social es capaz de retraducir a su propia dinámica, a sus propios términos, las
demandas y coacciones externas.
6Iamamoto M. (2003): El Servicio Social en la contemporaneidad. Trabajo y formación profesional. Cortez Editora, Sao Paulo.7 “…el problema de la autonomía, el problema de cómo lograr actuar por nosotros mismos y no ser actuados por nuestros usos y costumbres morales y policiales… El problema es que los usos y costumbres nos conminan, nos actúan, conduciéndonos frente a encrucijadas que nos reponen siempre en el mismo camino recto, aceptado, instituido, establecido…” Heler, M. (2005): La reflexión ética en las acciones de desarrollo: una incomodidad necesaria. Conferencia dictada en el I Seminario Internacional: Ética para el Desarrollo. Villa Hermosa, México.
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La autonomía y heteronomía desde las condiciones y disposiciones de los agentes profesionales.El profesional considerado individualmente, también es un producto social,
socializado en un campo profesional en medio de relaciones de fuerza que se
fueron estableciendo en el proceso de profesionalización, proceso en el que se
fueron estructurando leyes interiorizadas por los miembros de la profesión, a
través de la formación y el desempeño profesional. Estos procesos han
generado también expectativas de comportamiento tanto al interior como fuera
del campo profesional, que también juegan un papel importante a la hora de
definir la autonomía o heteronomía en el ejercicio profesional. Hay un rasgo
que se mantiene en los profesionales insertos en las ONGs relacionados con la
fuerza del origen: aunque con relatos de otro signo ideológico, el compromiso
social –con sus componentes de abnegación, sensibilidad y otros, asumiendo
serias dificultades para poner límites a la multiplicidad de demandas, y en la
aceptación casi resignada de bajo salarios, o la multiplicación de las horas de
trabajo. Se mantiene, de alguna manera, lo que Susana Cazzaniga 8denomina
como “moral sacrificial
Una mayor autonomía profesionalHemos encontrado, si comparamos con la situación de los profesionales
insertos en el ámbito estatal, mayor autonomía para crear, reflexionar y
proponer en el campo de las ONGs, ya que las relaciones de poder al interior
de las instituciones no gubernamentales son menos marcadas –al menos en
términos de poder coactivo-, y por tanto es menor la supeditación de las
prácticas profesionales a dicha relación, lo cual mejora las posibilidades de
fundamentación de los objetos de conocimiento y de intervención, como así
también la posibilidad de expansión de la profesión..
8 Cazzaniga, S.( 2003) Trabajo Social y las nuevas configuraciones de lo social. Editorial Espacio. Buenos Aires.
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Pero si los límites a la autonomía no se derivan de marcadas relaciones de
poder, sí encuentran límites provenientes de las agencias financiadotas. En la
actualidad, el financiamiento de algunas ONGs aparece como flexible, sin
embargo en ciertos momentos de la vida de las organizaciones constituye un
factor condicionante de las prácticas de los Trabajadores Sociales en el sentido
de que el financiamiento define en qué área es posible contar con recursos
económicos para intervenir en determinadas temáticas focalizadas.
Por lo tanto, el profesional debe asumir su responsabilidad, que si bien es
compartida con el resto del colectivo, exige responder por su accionar como si
actuara personalmente en forma autónoma. Esto se hace más evidente para
los profesionales que son contratados por programas, y que deben hacer jugar
sus capacidades desde el inicio del proceso, en tanto también interviene en la
competencia por capturar fondos de financiamiento.
A diferencia de lo relevado en el sector estatal, muchos de los profesionales
entrevistados muestra una clara conciencia de esta tensión, y una asunción –
aunque con críticas- comprometida con la gestión de recursos, en tanto de ello
depende también la propia ocupación profesional.
La exigencia institucional de un determinado capital militante.
Entendido como el conjunto de los saberes incorporados en el curso de
experiencias políticas, este capital se reconvierte en las ONGs proporcionando
lo que Zampani9 denomina como plus adicionado a la práctica requerida al
profesional, relacionado con la identidad de estas organizaciones, identidad
que las lleva a requerir un tipo de actuar definido Se trata de un capital que,
teniendo su origen en prácticas y representaciones políticas, disminuye su
labilidad al ser transferido a otros campos, y a la vez, permite a los
profesionales una suerte de compensación simbólica frente a la precariedad
9 Zampani R. (2003): Trabajo Social en ONGs . Nuevos espacios laborales: nuevos desafíos. UNR Editora, Rosario.
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laboral provocada por la privatización, por el origen de los financiamientos, en
momentos de restricciones muy serias de los puestos de trabajo estatales ya
legitimados10.
Esta necesidad de legitimación tendrá un conjunto de consecuencias efectivas.
Digamos por ahora siguiendo a Zampani11, que el plus del compromiso
militante –con los derechos humanos, con alguna perspectiva religiosa, con
posiciones políticas, con la perspectiva de género, entre otros- se sitúa en la
convergencia entre la necesidad de poner en acto una posición ideológica, la
necesidad del salario, la existencia de destrezas profesionales innovadoras y
creativas, y el compromiso democrático. Son muy claras las dificultades para
discriminar entre la práctica de militancia y la práctica profesional. Ejemplo de
ello son las ONGs que se desempeñan desde marcos referenciales
confesionales, donde el tema de la autonomía está atravesado por el
componente religioso: institucionalmente se busca que los profesionales
manifiesten espíritu de voluntariado, una identificación con la misión
institucional al margen de lo profesional.
La representación institucional de la existencia de causas trascendentales –
sean éstas religiosas, ideológicas o políticas- atempera el malestar existente
derivado de que en todos los casos, las ONGs ofrecen vínculos laborales
parciales, y esto ocurre no sólo con los Trabajadores Sociales12 .
10 “Ilusiones, desilusiones, mitos y leyendas que se tienen sobre el trabajo en ONGs. En el devenir de los relatos y en su posterior análisis, encontramos cierta dificultad conceptual para explicar por qué frente a condiciones adversas en el trabajos, los profesionales entrevistados aceptan el desafío de trabajar en estas condiciones. Cuestiones ideológico-políticas, afinidad en el tipo de práctica, intervenciones innovadoras, etc., conforman parte de esta totalidad plena de determinaciones”. Zampani H., op cit., pág. 73.11 Zampani, Op. cit.12 Netto J.P. (1996): Transformaçoes societarias e Serviço social: notas para uma analise prospetiva da profissao no Brasil. Revista Serviço Social e Sociedade Nº 50 – Sao Paulo, Cortez Editora.
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Producción de conocimiento y autonomía relativa En general los relatos dan cuenta de una sólida perspectiva teórica en la
identificación y comprensión de los problemas sociales que son objeto de su
acción profesional, y una perspectiva de totalidad que da cuenta de los
procesos sociales generadores o reproductores de la exclusión y la pobreza, de
la comprensión de las dinámicas sociales y culturales, y de la capacidad de
desarrollar acciones autónomas estratégicamente direccionadas. Encontramos
asimismo en la mayoría de los entrevistados –frente a una minoría del ámbito
estatal- reflexividad capaz de cuestionar el sentido de sus acciones, de
interrogar sus saberes, sus prácticas y representaciones, una reflexividad que
pone en movimiento los capitales adquiridos en el tránsito académico.
En este sentido podemos apelar a los aportes de Heler13 quien plantea que
para la conquista de una mayor autonomía relativa al campo profesional es
elemental preguntarse por la producción de conocimiento en el campo del
Trabajo Social : es decir quien produce, qué y cómo produce , y para quién
produce el Trabajo Social De esta manera cada pregunta hará posible pensar
la practica desde distintos aspectos posibilitando conocer la complejidad de un
quehacer particular.
Resulta entonces importante señalar que la formación pasa a ser relevante
dentro del universo estudiado para desafiar el proceso de construcción de
autonomía. Si bien es cierto que la formación en el campo profesional
garantiza cierta autonomía, también se constituye en un condicionante y una
limitación para la intervención y para construir nuevos sentidos en la práctica
profesional.
Por otra parte, pareciera que la falta capacitación y formación profesional no
sólo depende de la disposición profesional, sino también de los espacios que
las organizaciones ofrezcan a sus profesionales. Hemos observado que las 13Heler . M. (2004) “Sentido y direccionalidad: Proyectos éticos-políticos en Trabajo Social. La producción del conocimiento en el Trabajo Social y la conquista de la autonomía ” en revista Escenarios N° 8 septiembre. Editorial Espacio . Buenos Aires
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mismas van dejando de apostar a la formación y capacitación de sus
profesionales, dificultando que se posean teorías e instrumentos pertinentes a
la realidad actual. En algunos casos , el no registro de su intervención - por
parte de los profesionales- paraliza la producción de conocimientos y la
comunicación de saberes, no logrando hacer visible su producción ,
contribuyendo en alguna medida que la autonomía profesional se pierda
progresivamente.
En cuanto a las posibilidades de autonomía en el campo profesional ligado
fundamentalmente a las capacidades, formación y compromiso, se situá en los
aspectos operativos .
Como señala Mario Heler14 “ elucidar el trabajo de trabajo social conlleva
hacer preguntas inquietantes preguntas que podrían ser fructíferas
precisamente por no dejarnos cómodamente instalados en repuestas
naturalizadas. “... vengo a descubrir lo que mas sastifacción me da es
pensar...” Advertimos , en cierta manera a través del relato la elucidación15 de
la práctica como proceso de construcción de conocimiento y en este caso
conquistando una autonomía relativa en la institución
Por último es posible –aunque serían necesario nuevas investigaciones para
confirmarlo- que el carácter territorializado de la acción profesional –que implica
que los agentes profesionales desarrollan su intervención en los barrios, y por
lo tanto resultan intrusos en un espacio que no es el propio- impulse mayores
compromisos y competencias, por la necesidad cotidiana de relegitimación en
su condición de agente externo. A ello se agrega el hecho de que la decisión
en torno a los recursos, su distribución y movilización es concertada en un
equipo multidisciplinario, con una organización de asambleas, miembros plenos
y miembros aportantes –constitutivos de la organización no gubernamental- e
inclusive en algunos casos con participación de los vecinos, lo cual incrementa
14 Heler, M. (2004) Ibid.15 Castoriadis define al termino elucidación como pensar en lo que hacemos y saber lo que pensamos.
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la necesidad de producción de argumentos, en interlocución con vecinos, con
otros miembros profesionales, con socios, con las entidades financiadoras.
De esta manera se eleva la exigencia de capital social, cultural y simbólico
para los profesionales, pero al mismo tiempo se refuerzan los patrimonios
sociales y culturales de los sujetos de la acción profesional.
A modo de conclusión
En los espacios de las ONGs hemos encontrado una mayor autonomía, a
diferencia del espacio publico- estatal de inserción laboral del trabajador social.
En este último, y como expresión del juego de la correlación de fuerzas
institucionales, los profesionales se encuentran mas identificados con las
normas instituidas de corte más fiscalizador y disciplinador. En este sentido
hemos advertido diferencias centrales entre la lógica proyectista y la lógica
normativa
Estas afirmaciones no deben entenderse como la defensa de las
intervenciones profesionales radicalmente desvinculadas de las normas
institucionales, ya que reconocemos una autonomía siempre relativa,
constreñida por ciertos procedimientos de control. Solamente conjeturamos que
aquellos profesionales dispuestos a una intervención de corte crítico-
emancipatorio, tendrían en algunas de estas organizaciones del espacio
público-societal, mayores posibilidades de fuga de los mecanismos
disciplinadores inherentes a las instituciones16. Aquí, los agentes de las ONGs
ponen en juego sus saberes como refuerzos de un poder institucional en
construcción. De ahí la evidencia de construcciones teóricas explícitas sobre
las prácticas profesionales recuperadas en las distintas áreas de inserción, con
mayor exposición de los conocimientos de las Ciencias Sociales, y como
16 en la perspectiva de Foucault9
prolongación de un ejercicio reflexivo y crítico iniciado en la academia. Esto se
encuentra más diluido en el espacio público estatal, que constriñe y burocratiza
a los agentes profesionales.
Por otra parte , a mayores niveles de institucionalización, tiende a desdibujarse
la identidad profesional del Trabajador Social, y la intervención tiende a
identificarse con los lineamientos institucionales , en desmedro de la
especificad profesional y de construcción de autonomía .
Aparece recurrentemente en la narrativa la tensión que provoca en los
profesionales la misión expresa de las organizaciones de pertenencia, que es
el trabajo con base en los derechos humanos, y al mismo tiempo operar en el
marco de la acción social con lógicas y parámetros empresariales. Se señala
además en algunos casos la imposibilidad de .participación en decisiones de
tipo administrativo, y de injerencia en la toma de decisiones a nivel directivo.
Resulta considerable la sobrecarga de actividades –ligada con lo que más
arriba denominábamos como “misión sacrificial”, que se significan como
dificultades “para decir que no”, se asocian a las representaciones que tienen
de la profesión y con una de las invariantes estructurales: el carácter de
profesión de servicio, ligada a las funciones asistenciales y urgentes asignadas
al trabajador social.
Por otra parte, hemos advertido que en el espacio de las ONGs, la función del
profesional se encuentra delimitada por una “lógica proyectista” particular de
éste ámbito situando “lo normativo” en un posición secundaria / no prioritaria.
Esta “lógica proyectista” de igual manera limita las posibilidades de adquirir
autonomía ya que el profesional está excesivamente determinado en su función
por canales de control y seguimiento desarrollados por esa “lógica proyectista”
Ahora bien, las posibilidades de autonomía relativa en el campo profesional
ligado fundamentalmente a las capacidades, formación y compromiso se situá
en los aspectos operativos , es decir en la línea de trabajo de los talleres , su
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organización , las técnicas. Pareciera , entonces, que la autonomía es posible
en algunos aspectos básicamente en el nivel operativo, como por ejemplo
realizar una reunión en el barrio , diseñar cartillas y otros instrumentos,
conquistando cierta libertades en el proceso de toma de decisiones, aunque
para algunos casos, la posibilidad de decidir con libertad se remite a la
planificación.
Por cierto que los procesos de autonomía en la institución se pueden ir conquistando pero siempre depende de cada profesional, y como se posiciona , luchando por hacerse necesario con su conocimientos, habilidades y compromiso en la organización.En síntesis , nos arriesgamos a argumentar que este sujeto profesional
atravesado por su historia personal, sus proyectos, su ideología, sus deseos,
construyen ciertas particularidades lo que en términos de Zampani 17 lo
denomina como plus adicionado a la práctica requerida al profesional,
relacionado con la identidad de estas organizaciones, identidad que las lleva a
requerir un tipo de actuar definido En efecto, este grupo estudiado de
profesionales trabajadores sociales producen y construyen una particular
subjetividad contemporánea , como así también estilos y modalidades de
practicas profesionales en el marco político- económico – social de estas
organizaciones.
Finalmente, las reflexiones planteadas en este trabajo nos llevan a pensar que
potencialmente la autonomía es algo que se construye y que se conquista por
lo tanto el problema ya no es el acatamiento y la aplicación de los usos y
costumbres, sino el logro de una mayor libertad e igualdad. En términos de
Heler18 “ quienes la conquistan ya no son actuados, actúan por si mismos”
Para la conquista de estas practicas autónomas, quizás se requiere apostar a
la reflexión sobre nuestros hábitos de pensamiento, certezas e 17 Zampani, R.(2001) “La ONGS como espacio laborales para los Trabajadores Sociales” en revista Confluencia N° 40. Diciembre. Córdoba 18 Heler Mario ( 2005 La reflexión ética en las acciones de desarrollo: una incomodidad necesaria” 1 Seminario Internacional: Ética para el desarrollo Villa Hermosa .Estado de Tabasco. México. octubre
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incertidumbres, arriesgando la construcción de nuevos sentidos en torno a la
practica profesional y a la consolidación de una posición ético- política en los
actuales escenarios sociales.
Si este Encuentro que nos convoca pretende reflexionar en torno a las
prácticas universitarias, es deseable que la práctica docente considere con
fuerza la cuestión de la autonomía y heteronomía en el ejercicio profesional del
Trabajo Social, en el camino de la construcción de una mayor conciencia de
nuestra autonomía relativa, para no ser meramente actuados, sino para actuar
libre y responsablemente por nosotros mismos.
12
BibliografiaNora Aquin, Patricia Acevedo, Nelly Nucci, Nora Britos, Gabriela Rotondi,
Esther Custo y auxiliares alumnas Lucero Yohana, Cocha Florencia y Brarda
Maria Eugenia
“La Intervención Profesional en la actual relación Estado – Sociedad: el caso
del Trabajo Social.”Parte II Este proyecto de investigación cuenta con subsidio
de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de
Córdoba, y con evaluación externa en el marco del Programa de Incentivos.,
Cazzaniga, S.( 2003) Trabajo Social y las nuevas configuraciones de lo social.
Editorial Espacio. Buenos Aires.
Heler M., coordinador (2002): Filosofía Social y Trabajo Social. Elucidación de
un campo profesional. Editorial Biblos, Buenos Aires.
-----------(2001): Ética y Trabajo Social Una reflexión desde la mirada de Mario
Heler . Entrevista realizada por la Lic. Sabrina Bermudez . En revista
Conciencia Social . Nueva Época Nº 1. Publicación de la Escuela de Trabajo
Social. Córdoba.
----------- (2004) :Sentido y direccionalidad: Proyectos éticos-políticos en
Trabajo Social. La producción del conocimiento en el trabajo social y la
conquista de la autonomía. en revista Escenarios N 8 septiembre. Editorial
Espacio . Buenos Aires
---------. (2005): La reflexión ética en las acciones de desarrollo: una
incomodidad necesaria. Conferencia dictada en el I Seminario Internacional:
Ética para el Desarrollo. Villa Hermosa, México.
Iamamoto M. (2003): El Servicio Social en la contemporaneidad. Trabajo y
formación profesional. Cortez Editora, Sao Paulo.13
Netto J.P. (1996): Transformaçoes societarias e Serviço social: notas para uma
analise prospetiva da profissao no Brasil. Revista Serviço Social e Sociedade
Nº 50 – Sao Paulo, Cortez Editora.
Zampani R. (2003): Trabajo Social en ONGs. Nuevos espacios laborales:
nuevos desafíos. UNR Editora, Rosario.
---------------(2001) “La ONGS como espacio laborales para los Trabajadores
Sociales” en revista Confluencia N 40. Diciembre. Córdoba
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