Post on 02-Jul-2015
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE.
INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITÉCNICO SANTIAGO MARIÑO
MATURÍN- EDO- MONAGAS
Profesora: Alumno:
Mercedes Peña Joan Guilarte C.I: 16.517.568
Higiene y Seguridad Industrial.
Ing. Industrial.
Maturín, 27 de Mayo 2014
El resultado final de un accidente se traduce en pérdidas: de personas
(temporal o permanentemente), tiempo, equipos, dinero, etcétera.
Lamentablemente, muchas veces no se pueden cuantificar las pérdidas, ya sea
porque el sistema contable de la empresa diluye los costos en diversas partidas,
con lo que no se tiene un registro centralizado que permita calcular los costos
reales del accidente, o bien porque simplemente no se lleva un registro de los
accidentes en función de costos.
Para una empresa es evidente que un accidente laboral puede generar
innumerables costos y repercusiones, pero al abordar este tema desde un punto
de vista doméstico, las consecuencias pueden ser mucho más que simplemente
monetarias, pues aquí entra en consideración (sumado a los peligros físicos a
personas anteriormente establecidos) los peligros a personas a las que estamos
apegados emocionalmente, por lo que la seguridad en el hogar debería de ser
tratada con extremo detalle, inclusive mayor al que se merece en una industria
(esto no quiere decir que una vida valga más que otra, si no que se toma en
consideración el apego emocional de las personas en riesgo).
Los costos de los accidentes y enfermedades causadas por una mala
planeación de la seguridad o un mal manejo en la higiene de los ambientes más
comunes son los siguientes:
Para el trabajador:
1) Gastos de transportación y desplazamiento hacia facilidades médicas.
2) Perdidas en percepciones y prestaciones adicionales al salario base.
3) Gastos por la adquisición de algunos materiales complementarios al tratamiento.
4) Las erogaciones con la relación a asesoría jurídica y a la interposición de
demandas de carácter laboral.
Por ello es que la prevención de accidentes, lesiones y enfermedades puede
verse con un objetivo económico, pues tienen costos innegables que no
contribuyen al valor de los productos o servicios de la empresa. Sin embargo, lo
principal es, en todos los casos, el cuidar la integridad física de las personas. Hay
dos tipos de costos, resultados de las lesiones y accidentes de trabajo: directos y
los indirectos.
Para el patrón, los costos directos en el trabajo se refieren a los pagos
realizados de acuerdo con la ley de compensación a los trabajadores, reparación o
sustitución de máquinas y equipos dañados así como los gastos médicos de tipo
común.
Los costos indirectos hacen referencia a los que nos representan una
salida inmediata de dinero pero que se reflejan en un aumento en los costos del
negocio. Aunado a estos costos están algunos costos subjetivos, como son el
sufrimiento de la víctima y el dolor de su familia. Todo accidente significa
sufrimiento de la víctima; además, muchos afectan económicamente a su familia.
Si el accidente es mortal u ocasionan una incapacidad permanente, son una
catástrofe en la vida familiar y más aún si la víctima representaba el único modo
de sustento. Se ha calculado que los costos indirectos de un accidente pueden ser
de cuatro a diez veces mayores que los costos directos, o incluso más.
Sin duda alguna, cada empresa es diferente, por lo cual los costos ocultos
varían mucho. Cabe mencionar que los accidentes sin lesiones también pueden ser
bastantes costosos. En general son causados por la misma clase de condiciones y
prácticas que producen accidentes con lesiones. Por ello es que también deben de
analizarse. En términos generales, los costos de la mayoría de los accidentes o
enfermedades relacionados con el trabajo, tanto para los trabajadores y sus
familias así como para los patrones son muy elevados. Los aspectos económicos
de los accidentes guardan estrecha relación con su prevención: si se
invierte en la prevención, menos hay que gastar a consecuencia de los accidentes.
Además del sufrimiento físico por las lesiones, el trabajador también pierde
dinero cuando ocurren accidentes con lesiones. La pérdida económica real del
trabajador es elevada, en relación con su capacidad para poder soportar la carga
económica extra. Por lo general el trabajador pierde la diferencia entre la paga por
incapacidad y su sueldo regular, si su lesión tiene como resultado una incapacidad
permanente, puede sufrir una pérdida continua de salario durante el resto de su
vida. Si el trabajador se lesiona fuera del trabajo, tendrá que pagar sus gastos
médicos e incurrirá en la pérdida de salario si la lesión lo incapacita para trabajar.
Los incidentes son importantes por su frecuencia. Si acumulamos las
pérdidas de tiempo por incidentes, veremos que son cuantiosas, considerando un
promedio de cinco minutos por incidente, la pérdida de tiempo adicional a cada
accidente incapacitante sería de 3000 minutos, o sea 50 horas; una empresa que
haya tenido 25 accidentes incapacitantes en el año, puede considerar que ha
perdido adicionalmente 1250 horas/hombre por concepto de incidentes, estudio
basado en el análisis de 1 753 498 accidentes reportados por 297 empresas, las
cuales representan a 21 grupos industriales diferentes.
Entre todas emplean 1.750.000 trabajadores que laboraron tres mil Millones
de horas-hombre durante el periodo de exposición analizado, la gran mayoría de
las empresas no prestan atención a los incidentes incluso ni siquiera los investigan,
lamentablemente nuestra mentalidad respecto a los accidentes es
predominantemente correctiva, en vez de preventiva; nos preocupamos por los
accidentes debido a sus efectos, no a sus causas y dado que los incidentes no
producen grandes efectos visibles no nos interesan, y, por lo tanto, no los
perseguimos para corregirlos.
El modo más seguro para disminuir todos los costos por accidentes que
gravan a patronos y trabajadores, es reducir el número de accidentes
implementando los mecanismos de control permanente y capacitación periódica,
recomendando a todos los responsables de industrias, empresas, etc., que
conozcan y verifiquen las condiciones en que se encuentran trabajando sus
empleados, ya que esta situación va a traducirse directamente en la eficiencia y
eficacia de su accionar diario.