Post on 07-Apr-2016
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CUARESMA - PASCUA
2015 – ciclo B
GARIZUMA - PAZKOA
Mirada a la realidad
Mirada bíblica
Oraciones-reflexiones
La Mesa de la Palabra
Antífonas de salmos responsoriales
Obispado de Bilbao
Delegación de Liturgia
Bilboko Gotzaitegia Liturgiarako Ordezkaritza
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MIRADA A LA REALIDAD
¿VOTAR?
2015 va a ser un año con varias elecciones: municipales y forales (24 de mayo), autonómicas, salvo
en algunas comunidades (Cataluña, Galicia y Euskadi), y posiblemente también las generales
(¿noviembre?). La sociedad llega muy decepcionada a esas elecciones por las consecuencias de la
larga crisis económica y social. Aunque la economía está mejorando, sus efectos todavía no han
llegado a millones de parados y sus familias. Y entre los que han encontrado trabajo, muchos
tienen contratos laborales de muy baja calidad.
La decepción también está causada por los escándalos de la corrupción. El prestigio de los
políticos está muy bajo y ese mismo desprestigio se extiende a directivos de bancos y empresas
importantes, a los que también salpica la acusación de corrupción.
Como novedad ha surgido un nuevo partido de estructura asamblearia, que capitaliza el des-
contento social. Los analistas señalan que muchos de los que dicen que van a votar a esa nueva
opción lo hacen, sobre todo, por el decepcionante comportamiento de los actuales partidos.
También comentan que esta nueva formación va a romper el actual mapa político. Donde existen
algunas dudas es sobre su permanencia. Hay analistas que opinan que es un episodio puntual,
mientras que la mayoría cree que puede tener un largo recorrido.
A la hora de fijar criterios sobre a quién votar, un primer paso es desacralizar a los partidos y
desmitificar a sus líderes. A todos, sin excepción. Sobre los partidos veteranos conviene pre-
guntarse cuál ha sido el nivel del cumplimiento de sus promesas en anteriores elecciones, en qué
medida están implicados en casos de corrupción y cómo han reaccionado.
¿A QUIÉN VOTAR?
Es una decisión personal, que debe ser muy bien reflexionada y contrastada por cada persona. En
principio, ningún partido ofrece todos los requisitos de idoneidad. A título meramente orientativo,
algunas pistas, entre otras, pueden ser, por ejemplo, preguntarse quiénes se preocupan más por
las personas en situaciones difíciles, como parados y excluidos sociales; quiénes ofrecen educación
y sanidad de calidad para todos. También quiénes no discriminan a los inmigrantes. Y quiénes
ofrecen una política familiar seria y, sobre todo, apoyan a las familias en situaciones difíciles. A no
olvidar tampoco a quienes se comprometen a ayudar a los países del Tercer Mundo.
Las elecciones son un tema importante, sobre el que merece la pena invertir tiempo para
contrastar datos, reflexionar y actuar en conciencia. Lo que no vale es refugiarse en la pereza o en
la rutina. O no tomarse en serio las elecciones.
NUESTROS HERMANOS LOS MUSULMANES
También entre nosotros, las distintas actuaciones yihadistas, entre ellas los atentados en París, han
provocado reacciones de todo signo. Hay quienes juzgan a todos los musulmanes con una gran
dureza por las actividades de unos grupos radicales. Equivocadamente adjudican las acciones
terroristas de unos grupos violentos a todos los musulmanes sin excepción. Esa actitud recuerda a
los que, todavía no hace muchos años, afirmaban que “todos los vascos eran de ETA”, sin aportar ningún otro argumento, que no fuera la cerrazón mental o los prejuicios de quienes hacían esa
afirmación, tan irresponsable como equivocada.
Otras personas más razonables, distinguen perfectamente entre los militantes yihadistas y el resto
del mundo islámico. Saben que la gran mayoría de los musulmanes que viven y trabajan con
nosotros son personas pacíficas. Sin embargo, prefieren no intervenir en las conversaciones que se
suscitan sobre esta cuestión por “no meterse en líos”.
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Afortunadamente hay personas más positivas y, cuando este tema surge en las conversaciones,
diferencian las actividades terroristas de los yihadistas del resto de los musulmanes. También
defienden con argumentos los derechos de personas de otros países, entre ellos los musulmanes,
a vivir y trabajar entre nosotros. Y si lo necesitan, y cumplen los requisitos legales, tienen todo el
derecho a participar de las ayudas sociales, a las que tienen acceso ciudadanos nacionales o de
otros países, sin tener en cuenta su lugar de nacimiento, el color de su piel o la religión que
profesan.
La aceptación o rechazo de los inmigrantes siempre ha sido un tema controvertido, sobre todo en
los momentos de crisis. Ahora parece que se hace más agudo con la presencia de algunas minorías,
entre ellas la de los musulmanes.
Una lectura del Evangelio, hecha con ojos limpios, sin prejuicios, y un corazón abierto, nos dice
que todos somos hijas e hijos del mismo Padre y miembros de una familia universal, con derechos
iguales para todos. A veces nos olvidamos de las cosas más sencillas y humanas, quizá porque
influyen en nosotros, mucho más de lo que creemos, el egoísmo, el miedo, los prejuicios, incluso
el racismo. También entre los que nos confesamos cristianos.
TRAGEDIAS DE AYER, TRAGEDIAS DE HOY
En algunos medios de comunicación se ha recordado recientemente el 70 aniversario de la
liberación del campo de concentración de Auschwitz (Polonia), un complejo de varios campos de
exterminio nazi, en el que fueron asesinados más de un millón de judíos y unos 190.000 gitanos.
Murieron en las cámaras de gas y posteriormente sus cuerpos fueron incinerados en crematorios.
Todavía impresionan hoy la injusticia de sus detenciones, las dramáticas condiciones de su traslado
en vagones de ganado, el trato humillante y vejatorio que sufrieron, sus muertes tan ignomi-
niosas…
La geografía de los campos de aniquilación fue muy amplia. Junto al nombre de Auschwitz se hi-
cieron trágicamente conocidos los de Mauthausen, Dachau, Buchenwald, Bergen Belse, Tre-
blinka… Las condiciones de vida fueron inhumanas. Algunos campos proporcionaron mano de
obra a empresas alemanas. Otros campos sirvieron para que médicos nazis hicieran experimentos,
utilizando a hombres, mujeres y niños, como cobayas humanas.
Según algunos autores, el balance del Holocausto fue de doce millones de personas muertas,
aproximadamente la mitad judías y el resto de otros grupos, como gitanos, presos comunes, ho-
mosexuales, discapacitados, disidentes políticos, católicos…
Algunos pensaron que al terminar la II Guerra Mundial, en 1945, después de la derrota nazi y los
procesos de Nuremberg, los dirigentes de las naciones se iban a dar una oportunidad para avanzar
en una convivencia pacífica. Pero no fue así. El mundo siguió conociendo nuevas tragedias: las
guerras de descolonización en Asia y Africa; la guerra fría entre las grandes potencias; los campos
de concentración soviéticos; las dictaduras de derechas y de izquierdas, en América Latina; las
guerras en Europa: Croacia, Serbia, Bosnia…; las guerras por el control del petróleo en Oriente
Medio. Actualmente, los nuevos conflictos en Irak, Siria, Nigeria…
Paralelamente a esos escenarios bélicos, el mundo también ha conocido crisis económicas y so-
ciales, hambrunas, que han sufrido, sobre todo las clases más populares en las sociedades occi-
dentales, y en el Tercer Mundo.
El mundo sigue preguntándose hoy cómo en el corazón de una Europa civilizada, avanzada y culta,
de los años cuarenta del siglo pasado, pudo producirse el genocidio judío. La misma pregunta cabe
hacérnosla hoy, ante tantos conflictos actuales, cuyas raíces muchas veces son económicas y de
dominio estratégico, y que están produciendo millones de víctimas inocentes.
Un cristiano no puede encerrarse en su casa o en su pueblo, cerrar los ojos, y no querer ver tanta
injusticia. Hay que abrirse al dolor y a las necesidades del mundo. Un primer paso es procurar
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informarse bien, para no ser manipulados. Y, junto con otras personas, denunciar las injusticias y
solidarizarnos con los que sufren. Los compromisos que tomamos en nuestra sociedad, son
compatibles con los que adquirimos con otras partes del mundo, donde hay injusticias, guerras y
mucho dolor.
NUESTROS CRUCIFICADOS
Una mirada a la realidad, en el marco de la Cuaresma de 2015, obliga a pararnos ante los cru-
cificados. Todos tienen en común la dureza de su vida y, a veces, la soledad y la incomprensión de
la que viven rodeados. Nuestros crucificados necesitan buenos samaritanos.
Parados. Se ha convertido en un drama para millones de personas. La falta de trabajo les afecta en
sus condiciones de vida y en su dignidad. También, a sus familias. Las únicas respuestas son la
solidaridad y el compromiso por conseguir mayor justicia.
Enfermos de larga duración, enfermos crónicos, enfermos terminales… Viven situaciones
humanas límites. Necesitan nuestro amor, nuestra comprensión, nuestra compañía, nuestra
disponibilidad…
Inmigrantes. Trabajar en un país diferente al que se ha nacido, es una dificultad. El problema se
agrava, si los inmigrantes son de raza y religión diferentes o si sobre ellos existen otros prejuicios.
Los inmigrantes necesitan sentirse tratados con justicia, dignidad y respeto. También con hu-
manidad, con cercanía.
Ancianos. Soledad, sensación de inutilidad, problemas de salud, pérdida de prestigio social… son
algunas de las impresiones que tienen de sí mismas muchas personas mayores. Necesitan aten-
ciones, comprensión y compañía… La respuesta la tienen, en primer lugar, sus familiares y amigos.
Pero también la sociedad.
Privados de libertad. Ocupan uno de los últimos lugares en el aprecio de la sociedad. Cualquiera
que haya sido el delito que cometieron, tienen derecho a que se les posibilite su reinserción. Se
deben vencer las tentaciones de los prejuicios, del odio, de la venganza…
Mujeres maltratadas. Las noticias sobre los maltratos cada vez son más frecuentes. Afortu-
nadamente se ha pasado del “mirar para otro lado”, a la denuncia y a la ayuda. Pero todavía se
necesita más compromiso y más implicación por parte de toda la sociedad.
Prostitutas. Están en los escalones más bajos en la consideración social. La mayoría proceden de
la inmigración clandestina. Necesitan menos condenas sociales y más ayudas para salir de la
explotación a la que son sometidas y para que encuentren posibilidades de un trabajo digno.
Marginados, excluidos de la sociedad, drogodependientes y afectados por otras
adicciones… Hay miles de personas en los márgenes de la sociedad. Todos necesitan ayuda,
comprensión, compromiso para que puedan salir de los márgenes de la sociedad. El voluntariado
de Cáritas y otras organizaciones con proyectos solidarios, también la ayuda económica, son
algunos de los cauces para colaborar en el acompañamiento a estos crucificados.
¿”HINCHAS” DEL PAPA? SEGUIDORES DE JESÚS
El viaje del Papa Francisco a Filipinas desbordó todas las previsiones. Las explicaciones que dieron
algunos periodistas a este éxito se repiten con las de viajes anteriores: la sencillez y profundidad
de sus mensajes; su actitud de cercanía con los asistentes, que le hace romper protocolos y
medidas de seguridad, para estar más próximo a las personas que le quieren saludar; su
autenticidad evangélica, que va más allá de las palabras y que se traduce en gestos de auténtica
cercanía con los pequeños, los débiles, los que sufren, también el profundo respeto que manifiesta
por las tradiciones culturales de los distintos lugares que visita.
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Sin duda, el Papa es una de las personalidades que concita hoy más simpatías y admiración en todo
el mundo, más allá del ámbito católico. Sin embargo, para las comunidades cristianas esta actitud
es insuficiente, si se queda en la mera admiración humana, sin ninguna implicación, ni respuesta
personal ni comunitaria.
En algunos momentos de la historia, un error de algunos grupos cristianos fue convertir la simpatía
y admiración por el Papa en una actitud exagerada de admiración, hasta rayar con la “papolatría”,
una actitud infantil que termina haciendo un mal servicio al Papa y a la Iglesia.
Afortunadamente, ni la personalidad del Papa Francisco, ni su teología, ni el entorno de sus cola-
boradores más próximos, favorecen la creación de esa corriente.
El Papa es nuestro hermano mayor en la fe y es el vicario de Pedro en la tierra. Con su palabra y
su testimonio, anima y acompaña a las comunidades cristianas en el seguimiento de Jesús. Subraya
deficiencias, señala riesgos, abre debates que parecían definitivamente cerrados, indica nuevos
caminos… También anima a los cristianos y cristianas a adoptar compromisos más exigentes por
los pobres, los marginados, los que más sufren, los que están en las periferias, como una de las
expresiones más genuinas de nuestra fe.
El Papa Francisco ya se ha hecho presente en la Cuaresma a través de un documento para este
tiempo (“Fortalezcan sus corazones” en el que se reflexiona sobre la globalización de la indiferencia), en
el que nos pide que reaccionemos contra las situaciones de miseria. También para que tengamos
“un corazón misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga
en el vértigo de la indiferencia”.
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MIRADA BÍBLICA
INTRODUCCIÓN
Vivimos muy de prisa. Nos movemos de un lado para otro, erráticamente, sin estar seguros de ir a
alguna parte. Así va pasando el tiempo sin ton ni son, sin sentido. Por eso, necesitamos hacer un
alto en el camino para tomarnos el pulso vital, para darnos cuenta de lo que tenemos entre
manos, para vivir humanamente. Para poner nuestra vida en orden, los cristianos dedicamos cada
año un tiempo de cuarenta días (Cuaresma) a encontrarnos con Dios, con los demás, con nosotros mismos, con la realidad, con la naturaleza. Se trata de una ocasión gratificante, de una
oportunidad inmejorable. Es un itinerario que nos conduce al culmen, al centro de nuestra fe que
cristaliza en la muerte y resurrección de Jesucristo. Desde ahí, todo se ilumina. La mirada creyente
nos ayuda a organizar nuestra existencia. Aprovechemos la ocasión.
MIÉRCOLES DE CENIZA (18 Febrero 2015)
ACTITUDES
Conviértete. Cree en el evangelio.
Que tu sí, sea sí y tu no, sea no.
Mostrarnos como somos.
Alto en el camino.
Evangelio (Mt 6,1-6.16-18) Sermón del Monte
“No practiquéis vuestra religión delante de los demás solo para que os vean. Si hacéis eso, no obtendréis
ninguna recompensa de vuestro Padre que está en el cielo.
“Por tanto, cuando ayudes a los necesitados no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas
en las sinagogas y en las calles para que la gente los elogie. Os aseguro que con eso ya tienen su
recompensa. Tú, por el contrario, cuando ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu más
íntimo amigo. Hazlo en secreto, y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu recompensa.
“Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las
esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Os aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Pero
tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora en secreto a tu Padre. Y tu Padre, que ve lo que
haces en secreto, te dará tu recompensa.
“Cuando ayunéis, no pongáis el gesto compungido, como los hipócritas, que aparentan aflicción para que
la gente vea que están ayunando. Os aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando
ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no advierta que estás ayunando. Solamente lo
sabrá tu Padre, que está a solas contigo, y él te dará tu recompensa.
COMENTARIO
Los miércoles de ceniza solemos pararnos a valorar nuestra vida cristiana. Es una ocasión, una
oportunidad para poner en orden toda nuestra existencia. Nuestra vida supone una multitud de
relaciones personales con Dios (oración), con los demás (limosna) y con uno mismo o con una
misma (ayuno). Esas relaciones pueden humanizarnos o deshumanizarnos, pueden resultar
beneficiosas o frustrantes. En ello nos jugamos el sentido de nuestras vidas. El evangelio de hoy
nos pone en guardia ante la hipocresía que suele colorear nuestras vidas. “No practiquéis vuestra
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religión delante de los demás solo para que os vean. Si hacéis eso, no obtendréis ninguna recompensa de
vuestro Padre que está en el cielo” (Mt 6,1).En efecto, todos, incluidos los cristianos, tenemos peligro
de aparentar, de querer dar la imagen que no corresponde con nuestra realidad.
Repensemos nuestras relaciones con Dios. Hay gente piadosa que se encuentra de verdad con
Dios en la oración pero también se dan personas proclives a simular una actitud devota, falsa, de
fachada. Por otra parte, hay también personas que se dicen cristianas y que no oran. La oración es
básicamente un encuentro íntimo, un diálogo personal con Dios, de tú a tú, cara a cara. Nos en-
contramos con un Dios Padre con entrañas de Madre. Eso es lo esencial. Luego, las circunstancias
de la oración es algo muy secundario.
Este texto evangélico nos orienta en nuestras relaciones personales. Los cristianos sabemos que
todos somos hermanos puesto que Dios es Padre de todos. Ello debiera traducirse en una autén-
tica fraternidad. Con la limosna no se trata de quedar bien dando la imagen de que somos gene-
rosos sino de respetar a todos con exquisita dignidad, teniendo en cuenta en todas sus
necesidades. La limosna (tener piedad) pasa por encima de lo legal, va más allá de la justicia, nos
pide emplear nuestros bienes y capacidades en favor de nuestros hermanos más débiles, con
cariño fraternal, viendo en cada persona la imagen de Jesucristo (cfr. Mt 25, 35-46).
Por fin, el relato evangélico, mediante el tema del ayuno, nos coloca frente a nuestro yo. Nos
enfrenta con nuestra propia responsabilidad. Nos insta a ser honrados, honestos, auténticos, a
formar nuestra conciencia y, luego, seguirla hasta el fin. Nos interroga sobre el estilo de nuestra
vida. Nos interpela sobre el empleo de nuestro tiempo, de nuestras capacidades, de nuestros
bienes.
Este triple escenario de oración, limosna y ayuno nos coloca en la rampa de salida para la prueba,
para el camino de la Cuaresma.
1er DOMINGO DE CUARESMA (22 Febrero 2015)
ACTITUDES
Tentación: Lo malo con aspecto de bueno.
Hago lo que detesto. No hago lo que deseo.
No nos dejes caer en la tentación.
Líbranos del mal.
Evangelio – Mc 1,12-15 –Tentaciones.
Después de esto, el Espíritu llevó a Jesús al desierto. Allí vivió durante cuarenta días entre las fieras, y fue
puesto a prueba por Satanás; y los ángeles le servían. Después que metieron a Juan en la cárcel, Jesús fue
a Galilea a anunciar las buenas noticias de parte de Dios. Decía: “Ha llegado el tiempo, y el reino de
Dios está cerca. Volveos a Dios y aceptad con fe sus buenas noticias.”
COMENTARIO
La tentación es algo consustancial al ser humano. El mal se nos suele presentar con aspecto de
bien. Jesús fue humano. Por eso, se sintió tentado. El ser Hijo de Dios, con su misión mesiánica, no
le privó de las pruebas y sufrimientos propios de la existencia humana.
El escenario en que Marcos presenta las tentaciones de Jesús es el desierto donde fue tentado
precisamente el pueblo de Dios en su paso del desierto a la tierra prometida. Así se resalta el
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contraste entre la respuesta infiel de Israel y la de Jesús que superó las tentaciones. Asimismo, se
nos invita a no caer en la tentación a imitación de Jesús. “No nos dejes caer en la tentación”.
Aquí no se nos concretan esas tentaciones. Irán apareciendo a lo largo del evangelio cada vez que
alguien o algo le apartan a Jesús del camino trazado por el Padre en su misión de Mesías servidor,
sencillo, humilde. Una tentación es como el deporte de la sokatira en que dos equipos tiran de una
soga cada uno hacia sí hasta arrastrar al contrario. Hay en cada uno de nosotros dos fuerzas que
tiran de nosotros en direcciones contrarias. Se da una lucha interna en la que el Espíritu y los
ángeles (presencia de Dios) nos acompañan frente a la fuerza de Satanás y de las fieras.
Superadas las tentaciones, Jesús de Nazaret comienza su vida pública. A lo largo de la tarea de su
misión mesiánica, se verá cómo va venciendo todas las tentaciones que se le ponen en medio, a su
paso.
Al igual que Jesús, nosotros somos tentados en mil circunstancias de nuestra vida. Se da un
combate que San Pablo describe admirablemente. “Realmente no acabo de entender lo que me
pasa: quisiera hacer lo que me agrada, pero hago lo que detesto…Yo sé, por tanto, que no es el
bien lo que prevalece en mí…ya que, estando a mi alcance querer, me resulta imposible realizarlo.
Quisiera hacer el bien que me agrada y, sin embargo, hago el mal que detesto” (Cfr. Rm 7,15-19).
Jesús fue tentado pero no cayó en la tentación. Por eso él nos propone rezar a Dios Padre
pidiéndole su ayuda: “No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal” (Mt 6,13).
2º DOMINGO DE CUARESMA (1 Marzo 2015)
ACTITUDES
Nuevo Testamento, plenitud del Antiguo.
Jesús, verdadero hombre, verdadero Dios.
Subir al monte. Bajar al tajo
Experiencia mística.
Evangelio – Mc 9,2-10 – Transfiguración
Seis días después, Jesús se fue a un monte alto, llevando con él solamente a Pedro, Santiago y Juan. Allí, en
presencia de ellos, cambió la apariencia de Jesús. Sus ropas se volvieron brillantes y blancas, como nadie podría dejarlas por mucho que las lavara. Y vieron a Elías y Moisés, que conversaban con Jesús. Pedro le
dijo a Jesús: –Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para ti, otra para
Moisés y otra para Elías. Es que los discípulos estaban asustados y Pedro no sabía qué decir. En esto vino
una nube que los envolvió en su sombra. Y de la nube salió una voz: –Este es mi Hijo amado. Escuchadle.
Al momento, al mirar a su alrededor, ya no vieron a nadie con ellos, sino sólo a Jesús. Mientras bajaban
del monte les encargó Jesús que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre
hubiera resucitado. Así que guardaron el secreto entre ellos, aunque se preguntaban qué sería eso de
resucitar.
COMENTARIO
En el mundo de la informática usamos unos vocablos peculiares tales como configurar, formatear.
Se trata de darles figura o forma a los diversos programas para el empleo que queremos realizar.
Hoy en el evangelio se nos cuenta que Jesús adquirió una figura, una forma que va más allá que lo
superficial de su persona. Denominamos a este relato: la “transfiguración” del Señor “Trans”
significa más allá. Y “figura” se refiere a lo que se ve a simple vista. Esta palabra compuesta es
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un rasgo más de los que aparecen en los evangelios en que se afirman, a la vez, los aspectos
divinos y humanos de Jesús de Nazaret.
Aquí aparece subrayado el aspecto transcendente de Jesús. Se trata de la experiencia mística que
los discípulos descubrían en él y que nos la trasmitieron. El escenario es un monte (el Tabor) que
recuerda, a su vez, la experiencia mística que experimentó Israel, el pueblo de Dios en el Sinaí
cuando selló la alianza y que se resume en esta frase tan repetida en el Antiguo Testamento: “Yo
seré vuestro Dios; vosotros sois mi pueblo”.
En esta cuaresma este relato de la transfiguración nos invita a hacer un alto en el camino para en-
contrarnos con Jesús que sigue siendo humano, cercano, amigo y, a la vez, divino, transcendente,
que nos puede ayudar existencialmente.
El escenario montañoso nos habla de subida, de alto en el camino, de perspectiva. Así como el
montañero contempla el valle desde otra dimensión, así se nos invita a descubrir la realidad desde
una visión creyente, cristiana. Como consecuencia de esta experiencia miramos nuestra vida desde
otra perspectiva que nos hace pensar en nuestra conversión, en nuestro cambio de vida. Es un alto
en el camino para descubrir el camino, su profundo sentido.
Jesús aparece con Moisés y Elías, representantes respectivamente de la ley y de los profetas. Jesús
de Nazaret asume el Antiguo Testamento y lo supera. Al final se queda solo al desaparecer Moisés
y Elías. Esa es la perspectiva desde la que debemos leer el Antiguo Testamento. No he venido a
abolir la Leu y los Profetas sino a completarla. “No penséis que yo he venido a anular la Ley de Moisés
o las enseñanzas de los profetas. No he venido a anularlas sino a darles su pleno significado” (Mt 5,17).
Termina este relato con una proclamación o teofanía de Dios Padre con respecto a Jesús: “Este es
mi Hijo amado; escuchadle”. A lo cual Marcos, el evangelista, añade, dirigiéndose a los discípulos,
el encargo de que no cuenten esta vivencia hasta después de la resurrección. Pues cabe el peligro
de que se queden en la montaña, en las nubes, sin pisar tierra. Es el riesgo de seguir a un Mesías
triunfalista en lugar de a un Mesías servidor, humilde, sencillo. Es la recomendación que se nos
hace a nosotros en esta cuaresma.
3er DOMINGO DE CUARESMA (8 Marzo 2015)
ACTITUDES
Anuncio y denuncia.
A Dios, lo que es de Dios.
No se puede servir a Dios y al dinero.
Por este orden: Dios, personas y cosas.
Evangelio – Jn 2,13-25 – Expulsión del Templo
Como se acercaba la fiesta de la Pascua de los judíos, Jesús fue a Jerusalén; y encontró en el templo a los
vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los que tenían puestos donde cambiar el dinero. Al ver
aquello, Jesús hizo un látigo con unas cuerdas y los echó a todos del templo, junto con las ovejas y los
bueyes. Arrojó al suelo las monedas de los cambistas y les volcó las mesas. A los vendedores de palomas
les dijo: –¡Sacad eso de aquí! ¡No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre! Sus discípulos recordaron
entonces la Escritura que dice: “Me consumirá el celo por tu casa.” Los judíos le preguntaron: – ¿Qué
prueba nos das de que tienes autoridad para actuar así? Jesús les contestó: –Destruid este templo y en
tres días lo levantaré. Le dijeron los judíos: – Cuarenta y seis años tardaron en construir este templo, ¿y tú
vas a levantarlo en tres días? Pero el templo al que Jesús se refería era su propio cuerpo. Por eso, cuando
resucitó, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho y creyeron en la Escritura y en las palabras de
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Jesús. Jesús conoce el corazón humano Mientras Jesús estaba en Jerusalén, en la fiesta de la Pascua,
muchos creyeron en él al ver las señales milagrosas que hacía. Pero Jesús no confiaba en ellos, porque los
conocía a todos. No necesitaba ser informado acerca de nadie, pues él mismo conocía el corazón de cada
uno.
COMENTARIO
De Dios no se ríe nadie. Dios es serio en denunciar el mal e implantar justicia: “...Yo Yahvé, tu Dios,
soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación
de los que me odian. (Ex 20,5) Siguiendo la trayectoria de los profetas de Israel Jesús denuncia el
mal y lucha contra él. No se puede callar cuando se conculcan sobre todo, los derechos de los
demás. En este caso, los derechos de Dios. En Israel se ha destronado a Dios y, ocupa su lugar el
negocio, el dinero. “Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien
se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero”. (Mt 6,24)
Sin embargo, ese Dios justo y celoso siempre ofrece una nueva oportunidad: “pero tengo mise-
ricordia por mil generaciones con los que me aman y guardan mis mandamientos” (Ex 20,6). La
misericordia de Dios “pesa” mucho más, una vez asegurada la justicia.
Dice Jesús: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra.” (Jn 4,34)
Nuestro objetivo creyente también es poner a Dios en el centro de nuestras vidas. Luego, va
encajando todo lo demás (personas y cosas). Cada cosa en su sitio. De lo contrario, endiosamos
las cosas y a las personas, convertimos lo relativo (dinero, prestigio, fuerza, sexo, violencia, como-
didad, patria,…) en ídolos que suplantan al Dios de Jesucristo. Esto es lo que está en juego en el
relato de la expulsión del templo.
¿Qué prueba nos das de que tienes autoridad para actuar así? Jesús les contestó: –Destruid este templo y
en tres días lo levantaré (Jn 2,18-19). Los judíos le piden cuentas a Jesús por su conducta agitadora
en el templo y él se defiende. Lo hace presentándose como el Mesías, el enviado de Dios, en
intimidad filial con Dios Padre, y rodeado de señales milagrosas. Jesús aparece como el enviado de
Dios. Ese Dios a quien los judíos habían suplantado mediante el mercado del templo. “Le dice
Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con
vosotros y no me conoces, Felipe? el que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jn 14,8-9). Así pues, la
actitud que tomamos ante Jesús es vital para nuestra fe en Dios. Jesús nos muestra a su Padre Dios.
4º DOMINGO DE CUARESMA (15 Marzo 2015)
ACTITUDES
Creer, fe en Jesús.
Elección responsable.
Luz acogida o rechazada.
Vida eterna: vida en plenitud.
Dios nos entregó a su Hijo.
Verdad que ilumina.
Evangelio – Jn 3,14-21 – Jesús con Nicodemo
Dijo Jesús a Nicodemo como Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del
hombre, para que todo el que crea tenga en él la vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a
su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no
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ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree
en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo
unigénito de Dios. Y el juicio está en que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que
la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para
que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto
que sus obras están hechas según Dios.»
COMENTARIO
Nuestro Dios tiene un corazón de carne y no de piedra. “Yahvé tu Dios es un Dios misericordioso: no
te abandonará ni te aniquilará, y no se olvidará de la alianza que con juramento concluyó con tus padres.”
(Dt 4,31) En el colmo del amor, pone en nuestras manos a su Hijo. Luego, su Hijo, entregado al
mundo, será crucificado, aunque terminará resucitado. No cabe generosidad mayor.
Además, a Jesucristo, su Hijo, nos lo ofreció Dios, su Padre, para que fuera nuestro salvador si
colaborábamos con él, siguiendo sus pasos, confiando en su persona. Salvar es sacarle a uno de un
peligro del que quiere salir pero que, por más que se empeña, no lo consigue. Entonces, pide
ayuda y alguien, cercano a él, que quiere y puede, le echa una mano y lo libra de dicho peligro.
Nosotros, los seres humanos, necesitamos salvarnos. En efecto, nuestro peligro es existencial.
Deseamos conseguir la felicidad plena a toda costa pero por más que nos esforzamos no lo lo-
gramos. Entonces tendemos la mano a alguien o a algo que nos pueda ayudar. Ante esta situación,
los creyentes reconocemos en Jesús al enviado de Dios que nos lo manda para hacer realidad
nuestro sueño más radical: la vida eterna, la plenitud completa, la felicidad perfecta. Por eso,
declaramos a Jesús como nuestro Salvador.
Todo esto viene presentado a lo largo de los evangelios, sobre todo en Juan, cuando se nos habla
de Jesús como la vida eterna, la luz que ilumina, la verdad que salva. De todas formas, ante Jesús
hay división de opiniones. Por una parte, muchos creyeron en él resume la actitud de los creyentes:
“Mientras estuvo en Jerusalén, por la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver los signos
que realizaba.”(Jn 2,23) Por otra parte, la frase: vino a los suyos y los suyos no lo recibieron (Jn 1,11)
caracteriza la postura de los que rechazan a Jesús de Nazaret. Esta es una constante a los largo de
la historia que sigue hasta nuestros días. La fe en Jesús o su rechazo nos interpela vitalmente hoy a
cada uno de nosotros. ¿Por dónde nos decantamos?
5º DOMINGO DE CUARESMA (22 Marzo 2015)
ACTITUDES
La verdad os hará libres.
La fe: confianza total en Dios.
La luz: ilumina nuestro camino.
Queremos verte, Señor, que yo vea.
Evangelio – Jn 12,20-33 – Queremos ver a Jesús
Entre la gente que había ido a Jerusalén a adorar a Dios en la fiesta, había algunos griegos. Estos se
acercaron a Felipe, que era de Betsaida, un pueblo de Galilea, y le rogaron: – Señor, queremos ver a Jesús.
Felipe fue y se lo dijo a Andrés, y los dos fueron a contárselo a Jesús. Jesús les dijo: – Ha llegado la hora en
que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Os aseguro que si un grano de trigo no cae en la tierra y
muere, seguirá siendo un solo grano; pero si muere, dará fruto abundante. El que ama su vida, la perderá;
pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna. Si alguno quiere servirme,
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que me siga; y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre le honrará.
Jesús anuncia su muerte “Siento en este momento una angustia terrible, pero ¿qué voy a decir? ¿Diré:
„Padre, líbrame de esta angustia‟? ¡Pero si precisamente para esto he venido! ¡Padre, glorifica tu nombre!”
Entonces vino una voz del cielo, que decía: “¡Ya lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez!” Al oír esto, la
gente que estaba allí decía que había sido un trueno, aunque algunos afirmaban: – Un ángel le ha
hablado. Jesús les dijo: –No ha sido por mí por quien se ha oído esta voz, sino por vosotros. Ahora va a ser
juzgado el mundo. ¡Ahora va a ser expulsado el que manda en este mundo! Pero cuando yo sea levantado
de la tierra, atraeré a todos a mí. Con esto daba a entender de qué forma había de morir.
COMENTARIO
Es la fiesta de la Pascua y llegan a Jerusalén gentes de todas partes (judíos y griegos, entre otros).
Pues bien, son precisamente unos extranjeros griegos quienes se interesan por Jesús. Para cuando
se escribe el evangelio de Juan, hacia finales del siglo I, las comunidades cristianas ya están
formadas por muchos gentiles. Jesús se relacionó, sobre todo, con los judíos pero ello no le
impidió acercarse a los paganos o gentiles en varias ocasiones. Como muestra este ejemplo: una
mujer cananea acude a Jesús implorando su ayuda para su hija endemoniada. Jesús le responde que
su misión se circunscribe ante todo, a Israel y a los judíos. Ella insiste confiando en Jesús quien
accede a la súplica de la mujer (cfr. Mt 15,21-28). La misión de Jesús ya estaba abierta a lo
universal. Israel era simplemente el mediador.
Aquellos griegos acertaron con lo sustancial del mensaje de Jesús: su persona. “Queremos ver a
Jesús” Quieren estar junto a él. Felipe y Andrés, como antes, Juan el Bautista, son meros
intermediarios. Hoy en día, nosotros también, tenemos como misión orientar a la gente a ponerse
en contacto con la persona de Jesús. No nos hemos de predicar a nosotros mismos. La meta, el
centro es Jesús. Querámoslo o no, somos ejemplo para los demás, para bien o para mal.
Utilizando un símil taurino, los creyentes ponemos en suerte a Jesús ante los demás.
Encontrarse con Jesús es para todos nosotros una ocasión de oro, una oportunidad decisiva. Es lo
que, sobre todo, el evangelio de Juan nos refiere con aquello de “ha llegado la hora” (Mt 26,45; Jn
2,4; 7,30; 8,20; 12,23.27; 13,1; 16,21; 17,1). En esta cuaresma, Jesús se nos hace el encontradizo en
el camino y nos interpela a creer en él y a seguirlo. Su misión es nuestra misión. Él predicaba el
evangelio del Reino de Dios y actuaba luchando contra el mal (expulsaba demonios) y haciendo el bien (curaba enfermos). Los cristianos ya tenemos trazado nuestro camino, el de Jesús de Galilea.
La persona y el mensaje de Jesús nos invitan a confiar en él, a una vida de servicio, de sencillez, de
entrega a los demás. “Os aseguro que si un grano de trigo no cae en la tierra y muere, seguirá siendo un
solo grano; pero si muere, dará fruto abundante”. La vida egoísta nos pierde. Amar siempre es un
acierto. Al final de la vida seremos juzgados por el amor. Nos pondrán un solo examen con una
sola pregunta que es esta: ¿qué has hecho de tu hermano? Con una vida volcada hacia los otros
ganamos (nos glorificamos) todos: Dios Padre y su Hijo Jesús y nosotros, sus hijos, hermanos
entre nosotros.
DOMINGO DE RAMOS (29 Marzo 2015)
ACTITUDES
Pueblo sencillo y dirigentes arrogantes.
A favor o en contra.
Acogida y rechazo.
Éxito y fracaso.
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Evangelio – Mc 11,1-11 – domingo de Ramos
Cuando se aproximaban a Jerusalén, cerca ya de Betfagé y Betania, al pie del monte de los Olivos, envía a
dos de sus discípulos, diciéndoles: «Id al pueblo que está enfrente de vosotros, y no bien entréis en él,
encontraréis un pollino atado, sobre el que no ha montado todavía ningún hombre. Desatadlo y traedlo. Y
si alguien os dice: ` ¿Por qué hacéis eso?', decid: `El Señor lo necesita, y que lo devolverá en seguida'.»
Fueron y encontraron el pollino atado junto a una puerta, fuera, en la calle, y lo desataron. Algunos de los
que estaban allí les dijeron: « ¿Qué hacéis desatando el pollino?» Ellos les contestaron según les había
dicho Jesús, y les dejaron. Traen el pollino ante Jesús, echaron encima sus mantos y se sentó sobre él.
Muchos extendieron sus mantos por el camino; otros, follaje cortado de los campos. Los que iban delante y
los que le seguían, gritaban: « ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que
viene, de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!» Y entró en Jerusalén, en el Templo, y después de
observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania.
COMENTARIO
Es llamativo cómo comienza este relato que refiere la entrada de Jesús en Jerusalén. Es una
preparación para lo que viene a continuación. Parte de una historia anodina. Con la petición de un
burro para Jesús y para una ocasión concreta, el evangelista nos prepara para entender el sig-
nificado profundo y el estilo peculiar de su mesianismo justo y victorioso pero de modo sencillo y
campechano.
En efecto, en el Antiguo Testamento aparece esta cita que puede dar sentido a este relato.
¡Alégrate mucho, ciudad de Sión! ¡Canta de alegría, ciudad de Jerusalén! Tu rey viene a ti, justo y
victorioso, pero humilde, montado en un asno, en un burrito, cría de una asna (Zac 9,9). Se da una
paradoja: victoria pero en burro. En la antigüedad los emperadores vencedores entraban en la
ciudad montados en un hermoso caballo pero Jesús escoge un medio mucho más humilde.
Es toda una lección. La insistencia en buscar y traer un pollino, unido al diálogo con los de la aldea,
indica el interés del evangelista para que quede claro que, por encima de todo, ha de ser un burro
la cabalgadura que Jesús iba a montar y que ello estaba ya predicho, que así estaba en el guión. Por
una parte, Jesús se muestra como Mesías justo y victorioso: entra aclamado por el pueblo humilde.
Pero, por otra parte, lo hace sobre un burro lo cual señala el estilo de Mesías humilde. Justicia y
victoria en un estilo llano y sencillo.
Otro pasaje también del Antiguo Testamento, el de la burra de Balaán (Nm 22), muestra la
predilección de Dios que elige lo menos inteligente del mundo para confundir a los sabios. En
efecto, la burra interpreta mejor que su amo los signos de los tiempos y la presencia de Dios. Dios
ama lo pequeño, lo sencillo.
En la misma dirección apunta esta cita de Pablo: Y es que, para avergonzar a los sabios, Dios ha
escogido a los que el mundo tiene por tontos; y para avergonzar a los fuertes ha escogido a los que el
mundo tiene por débiles. Dios ha escogido a la gente despreciada y sin importancia de este mundo, es
decir, a los que no son nada, para anular a los que son algo (1 Cor 1,27-28).
La liturgia de hoy nos presenta ya el panorama y el escenario que viviremos a lo largo de esta
Semana Santa: sonrisas y lágrimas, muerte y vida, cruz y resurrección. Por el abajamiento de la
cruz hasta la exaltación de la gloria.
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DOMINGO DE RESURRECCIÓN (5 Abril 2015)
ACTITUDES
Tras la tempestad, la calma.
El Crucificado, Resucitado.
Felicidad plena.
Viva la vida.
Evangelio – Jn 20,1-9 – Pascua de Resurrección
El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro,
y ve la piedra quitada del sepulcro. Echa a correr y llega a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús
quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.» Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió
por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio los lienzos en el suelo; pero
no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve los lienzos en el suelo, y el
sudario que cubrió su cabeza, no junto a los lienzos, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró
también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó, pues hasta entonces no
habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos.
COMENTARIO
Cristo murió. Ninguno de sus seguidores lo pudo negar. Hemos llegado aparentemente al final. El
estilo de vida de Jesús le granjeó enemistades y oposiciones que lo llevaron a la muerte. Él murió,
mejor dicho, lo mataron. Aparentemente, todo acabó en fracaso. Parecía que los poderes del mal
salieron triunfadores. Si fuese así, la persona de Jesús y su mensaje del Reino de Dios se vienen al
traste. ¿Qué es de ese Padre Dios del que Jesús de Nazaret tanto predicó? ¿En qué quedan los
valores del Reino: perdonar, compartir, servir, amar…? ¿Qué sentido posee esta vida? ¿Hay algo
tras la muerte? …
Pero no todo acabó ahí. Se dieron unas experiencias de resurrección. Jesús ya predijo su resu-
rrección tras su muerte. “Comenzó Jesús a enseñarles que el Hijo del hombre tenía que sufrir mucho, y
que sería rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Les dijo
que lo iban a matar, pero que resucitaría a los tres días” (Mc 8,31).
Muchos de los seguidores de Jesús hallaron corrida la piedra que tapaba la entrada al sepulcro;
descubrieron vacío el sepulcro con los lienzos y el sudario con que había sido envuelto su cadáver,
su cuerpo. La primera reacción fue la de exclamar: “Se han llevado al Señor”.
Luego vendrán las experiencias de las apariciones. “Se ha parecido el Señor”. De Juan el apóstol
dice el relato del evangelio: “Vio y creyó”. Aquello cambió de arriba abajo. Sus seguidores inter-
pretaron toda la vida de Jesús desde la luz de la resurrección. De ahí surgieron el testimonio de
vida y la misión de anunciarlo por todas partes y en todo momento.
El mensaje de la resurrección de Jesús de Nazaret no cierra los ojos al mal, al dolor, al sufrimiento,
a la muerte, tan presentes en nuestro mundo. Sin embargo, lo negativo no tiene la última palabra,
no es lo definitivo. La vida triunfa sobre la muerte. El balance final es positivo pero para llegar a la
resurrección hay que pasar por la muerte. Jesús ha salido victorioso. Desde ahí es creíble la
persona y el mensaje de Jesús. El Crucificado ha resucitado.
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ORACIONES CUARESMALES Y PASCUALES
(para orar en privado o en asamblea dominical tras la comunión)
MIÉRCOLES DE CENIZA (18 Febrero 2015)
Señor, otra vez más nos concedes una oportunidad para hacer un alto en el camino para valorar
nuestra vida y para reflexionar sobre nuestra conducta. Queremos ser honrados y honestos
contigo y con nosotros mismos.
Padre que estás en el cielo, decimos creer en Ti, pero no siempre te tenemos en cuenta. Nos
olvidamos de ti. Ayúdanos a establecer relaciones filiales para contigo, a sentirnos acogidos y
queridos por Tí. Queremos responder a tu amor con amor. Deseamos tomar la mano que Tú nos
tiendes.
A veces, nuestras relaciones con los demás son frías, poco afables, nada fraternas. Ayúdanos a ser
conscientes de que Tú eres nuestro Padre y Madre, de que nosotros somos tus hijos y de que,
entre nosotros, debemos vivir como hermanos pues lo somos.
Nos has regalado este universo que es nuestro piso para que lo habitemos. Todo lo has puesto
para todos. Señor, ayúdanos a compartirlo con los empobrecidos; haz que a nadie le falte lo que
necesita para vivir con dignidad porque nos atrevemos a compartirlo como hermanos.
(fórmula abreviada para la poscomunión)
Señor, gracias por esta cuaresma; es otra oportunidad para poner en orden mi vida.
Padre del cielo, ayúdanos a sentirnos hijos tuyos, acogidos y queridos por Tí.
Dios, Padre con corazón de Madre, ayúdanos a convivir como hermanos, nosotros tus hijos.
Este universo con todas sus cosas las has puesto para todos; ayúdanos a compartirlo.
DOMINGO 1º DE CUARESMA – Tentaciones (22 Febrero 2015)
No sé qué me pasa, Señor. Hago el mal que no quiero y no hago el bien que deseo. Hay dentro de
mí dos fuerzas que tiran de mí en dos direcciones contrarias. Y es una lucha sin cuartel, continua,
implacable. Es como si dos caballos desbocados empujasen del carro de mi existencia. Y yo…, me
siento tan débil.
Hay días en que te encuentro por todas partes, a todas horas. Es como un día de sol brillante.
Pero hay otros momentos en que se interponen nubes negras en que el sol no aparece. Entonces
me asalta la tentación y hasta llego a dudar de ti. Perdóname, pero es así.
De mis relaciones con los demás ¿qué quieres que te diga? No puedo vivir sin los demás. Es que
Tú nos has hecho individuos sociales. No somos islas. Necesitamos de los demás. La amistad con
los demás ya la cultivo pero… con frecuencia, me encuentro con personas tan distintas que se me
hacen insoportables y me vienen ganas de prescindir de ellas.
Me has adornado de muchos dones. Cuento con tiempo, con bienes, con capacidades. Pero, en
lugar de emplearlo en el servicio a los demás, lo dedico en gran parte solo para mí. Ayúdame a no
caer en la tentación del egoísmo y hazme más generoso. Tú, Señor Jesús, que superaste las
tentaciones, acompáñame.
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(fórmula abreviada para la poscomunión)
Señor, cuento con tiempo, con bienes, con capacidades. Que sea generoso y no egoísta.
No sé qué me pasa, Señor. Hago el mal que no quiero y no hago el bien que deseo.
Dios Padre, hay días en que no te encuentro. Sal de entre las nubes y brilla como el sol.
No puedo vivir sin los demás. Pero me cuesta amar a algunos. Que todos seamos hermanos.
DOMINGO 2º DE CUARESMA – Transfiguración (1 Marzo 2015)
Señor Jesús, tú nos invitas a subir y a bajar. Me llamas para ascender de esta vida ramplona que
llevo a otra existencia de altura, más coherente. Me propones altas miras. Para eso, tengo que
transfigurarme, cambiar de estilo en mi conducta. Menos mal que tú me acompañas en esa costosa
ascensión. Además, tú tienes buena mano para ayudarme en la conversión. Tú que te
transfiguraste, me podrás ayudar a cambiar mi figura, mi persona, mi corazón.
Pero, tú no quieres que me quede arriba, en las nubes. Me quieres abajo, en el tajo, en la realidad
cotidiana. Tu estilo no es triunfalista sino cercano, no es paternalista, sino responsable. Amas a los
sencillos y a los humildes. Tú también bajas con nosotros a pisar tierra, a comprometerte y a
invitarnos a ser corresponsables. Jesús, enséñame a mirar para arriba pisando tierra fuerte aquí
abajo.
Transfigúrame en mis relaciones contigo, Señor. Que te sienta cercano y que, desde ti, descubra el
valor de los que tengo a mi lado y lo mucho que tú me quieres. Conviérteme a los demás. Que
vea en todos, en especial, en los más pobres, a hermanos míos. Transfórmame en mi interior,
Señor, que mis sentimientos se adecúen a los valores del evangelio.
(fórmula abreviada para la poscomunión)
Señor Jesús, transfigurarme para cambiar el estilo ramplón de mi vida. Yo colaboraré.
Menos mal que tú, Señor, me acompañas en esa ascensión hacia una vida de entrega.
Jesús, enséñame a contar contigo, rezando, y a pisar tierra aquí abajo, trabajando.
Conviérteme a los demás. Que vea en todos, sobre todo, en los pobres, a mis hermanos.
DOMINGO 3º DE CUARESMA – Expulsión del templo (8 Marzo 2015)
Dios, lleno de ternura y de misericordia, quiero aceptarte y respetarte tal como eres. Ayúdame a
dejar que tú seas tú. No quiero aprovecharme y servirme de ti. A veces, casi sin darme cuenta, te
manipulo por querer salir con la mía. En lugar de servirte, pretendo domesticarte, meterte en el
bolsillo. Tú sabes mejor que yo lo que me conviene.
Tú Hijo, Jesús, nos dijo que su alimento era cumplir la voluntad de Dios, su Padre. Yo también
deseo ponerte a ti, Padre Dios con corazón de Madre, en el centro de mi vida. Ojalá fueses el
motor de mi existencia y el sentido de toda mi vida siempre y en todas partes.
Señor Jesús, tú que denunciaste el mercado y el negocio del templo, expulsa de mi todo lo que
huela a ídolos que ocupan el puesto de Dios y que nos esclavizan. Que nunca ocupen el lugar de
Dios ni el dinero, ni la violencia, ni el prestigio, ni la patria, ni la raza, ni los partidos,…
Jesús, tú como los profetas, anunciabas la alianza de Dios con su pueblo y denunciabas lo que se
oponía a dicha alianza, acompáñame para que sepa proclamar el evangelio que conforta y condenar
el mal que esclaviza. Que yo acoja tu persona y tu mensaje con alegría.
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(fórmula abreviada para la poscomunión)
Dios mío, ayúdame a dejar que tú seas tú. No quiero aprovecharme y servirme de ti.
Deseo cumplir la voluntad de ti, Padre. Quiero que tú seas el centro de mi vida.
Señor, expulsa de mí lo que huela a ídolos que destronan a Dios y que nos esclavizan.
Jesús, que yo te acoja con alegría y cariño y que anuncie la buena noticia del evangelio.
DOMINGO 4º DE CUARESMA – Jesús con Nicodemo (15 Marzo 2015)
Padre Dios, gracias por el regalo que nos has hecho de enviarnos a tu Hijo y de ponerlo en
nuestras manos. ¡Cuánto nos tienes que querer para llegar a entregarnos a tu único Hijo! Él pasó
su vida haciendo el bien; vino no a ser servido sino a servir. Ayúdame a entregarme al servicio de
mi prójimo, del que me necesite. Que sepa superar mi egoísmo, mi cerrazón en mí.
Jesús de Nazaret, toda tu persona y tu mensaje se orientan a lograr nuestra felicidad. La misión a la
que Dios, tu Padre, te envió a este mundo, no consistió en juzgar y en condenar sino en salvar.
Que yo empiece por ver las virtudes de los demás y mis propios defectos. Luego, ya se harán
presentes mis virtudes y sus defectos.
Señor, a veces, no doy con mi camino; no acierto a ver claro a qué carta quedarme; todo se me
vuelve tinieblas. Hay tanto que decidir, existen tantos problemas que dilucidar. En medio de tantos
apuros, busco una luz que me clarifique, un faro que me oriente en la noche, en la tormenta. Te
abro la puerta de mi corazón para que entres en mí y para que, así, tu luminosidad inunde todo mi
ser.
(fórmula abreviada para la poscomunión)
Ayúdame a entregarme al servicio de mi prójimo, del hermano que me necesite.
Tú, Jesús, pasaste tu vida haciendo el bien. Que sepa superar mi cerrazón egoísta en mí.
Señor, viniste no a ser servido sino a servir; que yo sea feliz haciendo felices a los demás.
A veces todo se me vuelve negras tinieblas. Acércate a mí, Jesús; sé tú mi sol brillante.
DOMINGO 5º DE CUARESMA – Grano de trigo (22 Marzo 2015)
Queremos estar contigo, Jesús. En ti encontramos vida, luz, salvación, verdad, perdón, amor. Tú
nos tiendes tu mano. Ayúdanos a tomarla entre las nuestras. Tú nos has mostrado cómo hay que
andar por la vida para que tenga sentido de verdad. Tú nos ofreces como ejemplo un grano de
trigo. Solo si entra en tierra, si se gasta, se desgasta y muere, produce fruto. Solo desviviéndose
por los demás, uno mismo descubre el significado profundo de la vida. El que vacía su vida amando,
la llena de sentido y de alegría.
No quiero fracasar en mi vida, Señor, encerrándome en mí solo. Quiero acertar, ser fecundo,
mejorar este mundo. Tú me dices que la mejor forma de ser feliz es hacer felices a los otros.
Dame el coraje de creérmelo y de llevarlo luego a la práctica.
Aparentemente es una gran paradoja: que cuanto más das, más recibes. Parece el mundo del revés.
Sucede como con el juego de cartas, llamado, el ganapierde que, precisamente, gana el que pierde.
Señor, Jesús, abre mi corazón para que salga hacia Ti y hacia los otros. Así, tendré más sitio libre,
habrá más espacio disponible para que tú y los demás puedan llenar ese mi corazón. Dios Padre,
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que resucitaste a Jesús, haz que surja una explosión de vida en mí y en todos los demás. Viva la
vida.
(fórmula abreviada para la poscomunión)
Queremos estar contigo, Jesús. Tú nos tiendes tu mano. En ti encontramos vida.
Solo desviviéndose por los demás, uno mismo descubre el significado profundo de la vida.
Jesús, me dices que contigo seremos felices. Dame el coraje de creérmelo de verdad.
Señor, Jesús, que yo vacíe mi corazón. Así, habrá más sitio para ti, para mí y para otros.
DOMINGO DE RAMOS (29 Marzo 2015)
Señor Jesús, has llegado al final de tu camino. Ya estás en el centro de Jerusalén. Tu viaje te ha
llevado a la boca del lobo, a la capital donde te esperan unos, la gente del pueblo, para aclamarte,
acogerte y recibirte pero otros, los dirigentes, para eliminarte, para quitarte de en medio. Tú
podías haberte quedado en el camino o haberte dado media vuelta. Sin embargo, fuiste fiel hasta
llegar a la meta, obedeciendo a la misión de Dios, tu Padre.
A mí también me asaltan dudas, se me presentan muchas tentaciones que me incitan a dejarlo
todo, a desentenderme de mis convicciones, a mirar hacia otra parte ante los más desfavorecidos
y a mandarlo todo a paseo.
Ayúdame, Señor a responder que sí a tu llamada como lo hizo la gente humilde del pueblo en
Jerusalén, extendiendo alfombras por el camino y batiendo palmas en señal de acogida a tu
persona y a tu mensaje. Ablanda mi corazón de piedra. Ponlo a remojo. Conviértelo en corazón
de carne. Que no te rechace como lo hicieron los poderosos de la ciudad.
Déjame subirme contigo, Jesús, en este burrito sencillo, humilde que tú montas. Que no me
considere como superior a los demás, como si fuera a lomos de un regio caballo bajo el arco de
triunfo del orgullo presuntuoso y de la soberbia altanera. Quiero ser tu compañero de viaje junto
a los demás.
(fórmula abreviada para la poscomunión)
Señor Jesús, has llegado al final de tu camino. Acompáñame para no desfallecer nunca. Señor Jesús, quiero mandarlo todo a paseo, haz que no caiga en esa tentación.
Señor Jesús, ablanda mi corazón de piedra. Quiero recibirte como la gente de Jerusalén.
Déjame subirme contigo a ese burro humilde. Señor, lo prefiero a ese caballo rumboso.
DOMINGO DE PASCUA (5 Abril 2015)
Señor Jesús Resucitado, que has vencido la muerte. Comunícanos tu plenitud de vida. Ayúdanos a
vivir a tope, con ilusión. Viva la vida a tope. Que se haga realidad el sueño de Dios y el nuestro:
formar de toda la humanidad la gran familia de hijos de Dios.
Unidos a ti, Señor, amigo de la vida, queremos dar muerte a la muerte que nos ronda por doquier
en forma de egoísmo, de orgullo, de indiferencia, de venganza, de odio… A veces, no tenemos
ganas de nada; nuestro escenario social cuenta con situaciones negativas: pobreza, desahucios,
paro, violencia de todo tipo. Todo ello nos desanima. Por eso, con más razón, nos echamos en tus
manos.
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Padre Dios, que has resucitado a Jesús, conviértenos a una vida en plenitud, de servicio, de
perdón, de generosidad, de entrega, de amor. Que nuestra ansia de felicidad total se vaya haciendo
realidad en todos y cada uno de los seres humanos.
Tú no nos fallas; nos atiendes y nos ayudas siempre. Gracias. Pero nosotros, con frecuencia,
vivimos muertos, sin ganas, sin ánimo, de modo ramplón. Resucítanos para que te sigamos a las
duras y a las maduras, en tu muerte y en tu resurrección. Transfórmanos para que respondamos a
tu llamada. Conviértenos para que nos volquemos en ti y en los otros. Que tu vida de Resucitado
se nos contagie por todos nuestros poros.
(fórmula abreviada para la poscomunión)
Señor, ayúdanos a vivir a tope, con ilusión. Que estalle la vida plena para todo el mundo.
Unidos a ti, Señor, amigo de la vida, queremos dar muerte a todo tipo de muerte.
Dios Padre, ábrenos a una vida en plenitud llena de servicio, perdón, entrega y amor.
Jesús, que tu vida de resucitado nos contagie para que, a su vez, la sepamos contagiar.
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LA LITURGIA CRISTIANA,
UN ENTRAMADO DE PALABRAS, GESTOS Y SÍMBOLOS
LA MESA DE LA PALABRA
“La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo, pues
sobre todo, en la sagrada liturgia nunca ha cesado de tomar y repartir a sus fieles el pan de vida que
ofrece la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo” (DV 21).
La LECTURA de la Palabra.
La Escritura procede de la Palabra y está hecha para volver a ser Palabra. “Cristo está presente en su
palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura es él quien habla” (SC 7).
Una Asamblea que se reconoce Con-Vocada por el Señor para celebrar el Domingo, necesita
poner a punto las actitudes y gestos que se corresponden con la ESCUCHA, como son:
En la Asamblea:
un clima de silencio orante y abierto al misterio del Dios que nos dirige su Palabra;
la posición de „sentados‟, propia de quien escucha a alguien que habla;
la desconexión mental y material de libros, hojas, móviles, preocupaciones…
En las personas que han sido escogidas para leer:
una preparación „orada‟ del texto;
un conocimiento suficiente de las „leyes‟ de la lectura en público;
la conciencia práctica de estar prestando su voz a otros que ya no están allí y
que, a veces, utilizan palabras extrañas o desconocidas, y se refieren a acontecimientos
que los oyentes ignoran.
La escucha tiene lugar en el oído interno del corazón, pero necesita pasar por el oído
externo del cuerpo. De ahí, la necesidad de no ahorrar en medios materiales y en técnicas
de comunicación.
1. La Primera lectura: Desde la EXPERIENCIA CREYENTE de nuestros hermanos mayores en la fe es Cristo quien se te acerca.
Una convicción nos ayuda a practicar la escucha atenta e interesada: nos están transmitiendo la
historia de nuestros hermanos mayores en la fe, la del pueblo judío. Un pueblo que, al igual
que nosotros, ha buscado a Dios y se ha dejado encontrar por él. En realidad, es nuestra
propia historia santa la que nos proponen descifrar.
Desde la Liturgia, el Cristo de la fe es la culminación y el principio de interpretación de toda la
Escritura. Por eso decimos: ¡ESCUCHA! es Cristo quien se te acerca.
2. El salmo como Respuesta: nos hace contemporáneos de Jesús
En lenguaje poético, los salmos narran la historia vivida por los hombres y mujeres a la largo
de la historia. Experiencias luminosas y oscuras del ser humano, talladas y pulidas por el dolor
y la confianza, nos prestan palabras para dirigirnos a Dios.
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Poemas cantados o, al menos, recitados en tono poético, los salmos nos hacen
contemporáneos de Jesús. Con ellos, Jesús hablaba con su Padre y nuestro Padre. Una
antífona cantada en la Asamblea puede acompañarnos a lo largo de día, como palabra „rumiada‟
en el corazón.
La iniciación a la oración con los salmos requiere un proceso de formación.
3. La Segunda lectura: Cartas de los primeros compañeros de Jesús
Pablo, Pedro, Santiago, Juan, Lucas… o algún desconocido en su identidad, forman parte de los
primeros llegados a la fe, testigos vivientes de que el encuentro con el Resucitado transforma la vida y la pone en la dirección del Reinado de Dios.
Una buena lectura, con una breve monición si fuera necesaria, puede invitarnos a sintonizar
con aquella experiencia original y originante de la fe cristiana.
4. La Buena Noticia-Evangelio: nos desvela el misterio de la vida de Cristo
Escuchamos de pie, con la postura de Cristo Resucitado de entre los muertos. El Evangelio es
PROCLAMADO.
No se trata de dar a conocer una historia desconocida, sino de proclamar un acontecimiento
que tiene lugar HOY y AQUÍ, en esta celebración, ante esta asamblea a la que nos ha convocado el Señor Resucitado.
Jesús no es un libro, sino una Palabra hecha Noticia Buena. En ella se nos desvela el
MISTERIO de la vida de Cristo. “La fe surge de la proclamación, y la proclamación se verifica
mediante la palabra de Cristo” (Rom 10,17). “Quien tenga oídos para escuchar, que escuche” (Mc
4,23).
Aclamamos la Palabra:
de pie, con todo el cuerpo vuelto a la mesa de la Palabra,
cantamos: ¡Alleluia! ¡Cristo vive!
signamos con la cruz del crucificado-resucitado, el libro, la frente, la boca y el pecho
(Dt 30,14).
respuesta y beso del leccionario
5. La Homilía: “Esta palabra de la Escritura, que acabáis de oír, se cumple hoy aquí” (Lc 4,21).
“El Dios invisible se dirige a los hombres en su sobreabundante amor como a unos amigos, se
entretiene con ellos para invitarles y admitirles a compartir su propia vida” (DV 2). La homilía ayuda
a pasar de la Palabra que escuchamos a aquello que produce y realiza en nuestras vidas: “Mi
palabra, que sale de mi boca, no volverá a mí vacía, sin haber hecho lo que yo quiero” (Is 55,11).
La homilía no explica un contenido, una enseñanza; revela un Alguien, levanta el velo sobre la
acción misteriosa de Dios en la vida de su pueblo, en los acontecimientos del mundo y en cada
una de nuestras historias de vida. Su función es „mistagógica‟: conduce a la „inteligencia‟ del
misterio; reproduce la experiencia de los discípulos de Emaús: “¿No ardía nuestro corazón
mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?” (Lc 24,32).
Un silencio, breve, pero habitado de presencia, permite recoger algunos de los „ecos‟ de la
Palabra que han resonado en el corazón desde la proclamación del Evangelio hasta la
terminación de la homilía.
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6. El Símbolo de la fe de la Iglesia: proclama la fe de Ayer, Hoy y Mañana
Un Símbolo es una pieza de barro cocido y roto en dos pedazos; dos familias o dos ciudades
guardan cada uno el suyo y, al juntarse, se expresa el cumplimiento del contrato o alianza
hecho.
El Credo es un símbolo porque es un acto de comunión: la fe que profesamos no procede de
nosotros y no vive sólo en nosotros. Tiene que poder unirse a la de los otros creyentes, como
un símbolo a su otra mitad.
7. La Plegaria Universal: cumbre del diálogo entre la Asamblea y Dios
En ella, el pueblo de Dios ejerce una función sacerdotal de súplica, ofrecimiento y acción de
gracias, ejerciendo el sacerdocio bautismal en nombre de toda la Iglesia, al servicio de toda la
humanidad (OGMR 69<45>). De ese modo, la Palabra es:
Actualizada, situando la oración de la Iglesia en el hoy y sus circunstancias.
Anunciada, pidiendo que el Reino de Dios crezca allí donde ya está implantado y se
implante allí donde aún no lo está.
Universalizada, haciendo salir de sí misma a la comunidad, hacia la Iglesia universal, hacia
los gobernantes públicos, hacia todas las personas necesitadas (OGMR 70<46>.)
Anotaciones a la hora de ejercer esta función:
no se ruega por ideas, sino por personas;
las intenciones cortas son siempre las mejores;
tener en cuenta las necesidades concretas, mundiales y locales;
orar pidiendo por mediación de Cristo, compromete, a quien pide, ante Cristo y ante
la comunidad.
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SALMOS RESPONSORIALES
Miércoles de Ceniza: Salmo 50
Domingo 1º de Cuaresma: Salmo 24
Tus sen-das, Se-ñor___, son mi-se-ri-cor-dia_y le-al - tad.
Domingo 2º de Cuaresma: Salmo 115
Ca- mi- na- ré en pre-sen-cia del Se- ñor.
Domingo 3º de Cuaresma: Salmo 18
Se - ñor, tú tie - nes pa - la- bras de vi-da_e-ter - na.
Domingo 4º de Cuaresma: Salmo 136
Que no me_o vi- de de ti, Se - ñor.
San José: Salmo 88
Can-ta- ré e- ter-na- men- te las mi- se- ri- cor-dias del Se - ñor.
Domingo 5º de Cuaresma: Salmo 50
Oh Dios, crea_en mí un co-ra- zón pu___ -ro.
Domingo de Ramos: Salmo 21
Dios mí-o, Dios mí-o, ¿por qué me_has a-ban-do - na___-do?
- 24 -
Jueves Santo: Salmo 115
El ca- liz que bende - ci- mos es la co-mu-
-nión de la san_-gre de Cris- to.
Viernes Santo: Salmo 30
Pa__- dre, a tus ma- nos en- co-
mien-do mi_es - pí - ri - tu.
Vigilia Pascual: Salmo 103
En- ví- a tu_Es- pí - ri - tu, Se - ñor, y re-
-nue- va la faz de la tie__- rra.
Vigilia Pascual: Salmo 15
Pro- té- ge-me, Dios mí- o, que me re - fu-gio en ti.
Vigilia Pascual: Ex 15
Can-ta - ré___ al Se -ñor, su- bli-me_es su vic- to__- ria.
Vigilia Pascual: Salmo 29
Te_en-sal- za - ré, Se - ñor, por-que me_has li- bra- do.
Domingo de Resurrección: Salmo 117
Es -te_es el dí-a_en que_ac-tu- ó el Se- ñor:
se - a nuestra_a- le- grí -a_y nuestro go - zo.
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Domingo 2º de Pascua: Salmo 117
Dad gra-cias al Se - ñor por-que_es bue__-no,
por-que es e - ter- na su mi -se -ri - cor - dia.
Domingo 3º de Pascua: Salmo 4
Haz bri-llar so-bre no-so-tros el res-plan- dor de tu ros-tro.
Domingo 4º de Pascua: Salmo 117
Es el Se- ñor quien lo_ha he - cho.
Domingo 5º de Pascua: Salmo 21
El Se- ñor es mi_a-la- ban-za en la gran a-sam-ble__- a.
Domingo 6º de Pascua: Salmo 97
El Se- ñor re - ve- la_a las na - cio- nes
su sal- va- ción.
Ascensión del Señor: Salmo 46
A- cla-mad al Se- ñor, tierra_en-te- ra.
Pentecostés: Salmo 103
En- ví - a tu_Es- pí-ri - tu, Se - ñor, y re-
-pue - bla la faz de la tie___- rra.
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Hauts Eguna: 50. Salmoa
Garizuma aldiko 1go. domeka: 24. Salmoa
Lei- a- la za- ra zin-tzo-e- kin. I- tu_-na gorde da-be-ne- kin.
Garizuma aldiko 2. domeka: 115. Salmoa
I - bi-li-ko naz zu-re aurrean, bi- zi di-re-nen lur za-ba-le-an.
Garizuma aldiko 3. domeka: 18. Salmoa
Zu- re hi-tzak, Jau-na, es- pi- ri- tu e - ta bi- zi di - ra.
Jau-na-ren Hi-tza gu- re ar- gi- a, gu- re bi-de- a, gu-re bi- zi- a.
Garizuma aldiko 4. domeka: 136. Salmoa
Je-ru-sa-len, zu ez bes-te-rik, e-zin i-zan nik poz bi- de- rik.
Garizuma aldiko 5. domeka: 50. Salmoa
Zuk e-mon, Jau-na, ar-nas ba-rri. Sor-tu_ ni-re-gan, bihotz gar- bi.
Erramu domeka: 21. Salmoa
Ni- re Jainko-a, nun za-goz Zu? Zergatik es-ku-tik i- tzi no- zu.
Eguen Santua - 115. Salmoa
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Bariku Santua - 30. Salmoa
Pazko Gaubela – 103. Salmoa
Zu-re ar-na- sa bial-du gu-ga- na, ta lur a- za- la ba-rri- tu, Jau-na!
Pazko Gaubela – 103. Salmoa
Zu- re ar- na- sa bi- dal gu- ga- na ta lur a- za-
-la ba - rri- tu, Jau- na. Zu- -rri-tu, Jau - na.
Pazko Gaubela – 15. Salmoa
Zeu za - ra, Jau - na, ni - re on- da- re - a.
Pazko Gaubela – Ex 15
Lur o- so- a, e- gi- o- zu i - rrin- tzi Jain-ko-a- ri.
Pazko Gaubela – 29. Salmoa
Es-ke-rrak Jau-na- ri, Ha-ren mai-ta-su- na be- ti-ko-a bai-ta.
Pazko Eguna - 117. Salmoa
Hau e__- gu -na hau, Jau- nak_ e- gi - na, gu-
-re__ po-za ta gu - re a- tse-gi - na.
- 28 -
Pazko aldiko 2. domeka: 117. Salmoa
Es–ke- rrak Jau-na-ri, Haren maita-su-na be- ti- ko-a bai-ta.
Pazko aldiko 3. domeka: 4. Salmoa
Jau-na- ri kan- ta___, o-na da - ta___, hain da haundi-
-a be- re be- ti - ko___ e- rru- ki - a.
Pazko aldiko 4. domeka: 117. Salmoa
Kan- ta Jau- na- ri kan- tu ba- rri, e-
-gin bait di- tu hain- bat ha- rri- ga- rri.
Pazko aldiko 5. domeka: 21. Salmoa
Be-dein-ka- tu- a Jau- na, gu- re Jain-ko- a.
Pazko aldiko 6. domeka: 97. Salmoa
I- ku- si da- be lur mu- ga da - nak
gu-re Jain-ko a___- gan-di- ko ga-rai- pe - na.
Jaunaren Igokundea: 46. Salmoa
Lur o- so- a, e- gi- o- zu i - rrin_-tzi Jain-ko-a- ri.
Mendekoste: 103. Salmoa
Zu- re ar- na- sa bi- dal gu-ga- na ta lur a- za-
-la ba- rri-tu, Jau- na. Zu- -rri-tu, Jau - na.