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DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
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INDICE GENERAL Página
Introducción 3
Metodología 5
1.EL PUEBLO JIW 14
2.EL LARGO PROCESO DE PERDIDA TERRITORIAL DEL PUEBLO JIW 17
2.1. Huyendo de La Violencia 23
2.2.La garantía de derechos fundamentales para el pueblo Jiw 27
2.2.1. Derecho a la salud 28
2.2.2. Derecho a la educación 31
2.2.3. Derecho a la alimentación 32
2.3. Huyendo del conflicto armado 34
2.3.1. Violación de los derechos individuales y colectivos del pueblo Jiw 35
3. SITUACION ACTUAL POR RESGUARDOS 49
INDICE DE TABLAS Página
Tabla 1. Encuentros comunitarios del pueblo Jiw 2008-2010 6
Tabla 2. Encuentros comunitarios del pueblo Jiw año 2011. Proceso de revisión y
actualización del diagnóstico comunitario
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Tabla 3. Composición poblacional del pueblo Jiw - 2011 18
Tabla 4. Resguardos legalmente reconocidos al pueblo Jiw 19
Tabla 5. Asentamientos de comunidades Jiw en situación de desplazamiento 20
Tabla 6. Distancia de las comunidades respecto a la cabecera municipal más cercana 27
Tabla 7. Trayectorias del desplazamiento forzado del pueblo Jiw 1999-2011 44
INDICE DE MAPAS
Página
Mapa 1. Resguardos legalmente reconocidos al pueblo Jiw 19
Mapa 2. Resguardos expulsores 40
Mapa 3. Resguardos receptores 41
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INTRODUCCION
Este documento presenta la situación actual del Pueblo Jiw, antes conocido como Guayabero.
Este pueblo habita en la actualidad en siete resguardos ubicados en los municipios de San José
del Guaviare, Puerto Concordia y Mapiripán; estos dos últimos situados al sur del departamento
del Meta, en torno al Río Guaviare. Además de los resguardos legalmente reconocidos, existen
en este momento diez asentamientos de población Jiw conformados por familias víctimas de
desplazamiento forzado.
Ancestralmente, los Jiw han ocupado un territorio que abarca las sabanas del sur del Meta y el
área de transición selvática en torno a los ríos Ariari, Guayabero y Guaviare, hasta el Raudal de
Mapiripana, como se observa en el siguiente mapa:
FOTO 1. �TERRITORIO ANCESTRAL DE LA ETNIA JIW� A través de este mapa, los líderes del Pueblo Jiw expusieron en el Encuentro de Pueblos de Tradición Nómada realizado en julio de 2009 en San José del Guaviare, lo que es su territorio ancestral. E el extremo occidental se ubica la confluencia de los ríos Ariari /JAERLATH/ y Guayabero /NAWEL MUX DALTH/, que se unen para formar el río Guaviare /NAWEL/. En el extremo oriental se sitúa el Raudal de Mapiripana; límite natural del territorio. La flecha roja muestra cómo los Jiw han ido moviéndose desde mediados del siglo anterior, hasta ocupar los territorios que hoy les son reconocidos como resguardos y de los cuales han tenido que desplazarse en la última década como consecuencia del conflicto armado.
En enero de 2009, a través del Auto 004 la Corte Constitucional llamó la atención sobre la
situación de riesgo y de extrema vulnerabilidad en que se encuentran los pueblos indígenas en
Colombia; entre ellos el pueblo Jiw. El Tribunal Constitucional llegó a esta conclusión luego de
escuchar la voz de las mismas comunidades, que en una audiencia realizada en el segundo
semestre de 2007 pusieron de presente cómo la violencia estaba acabando con ellas.
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Tras valorar los testimonios presentados por las comunidades, consultar documentos de
organizaciones indígenas, organizaciones defensoras de los derechos humanos y organismos
internacionales, la Corte ordenó al Gobierno Colombiano tomar acciones urgentes para hacer
frente a la grave situación de los pueblos indígenas. De manera particular, la Corte llamó la
atención sobre 34 pueblos que se encuentran en riesgo de desaparecer como consecuencia no
sólo de la violencia, sino del abandono del Estado y los intereses que se ciernen sobre sus
territorios para la explotación de recursos naturales y el desarrollo de grandes proyectos
económicos. El pueblo Jiw �identificado como Guayabero en el Auto 004- hace parte de la
larga lista de comunidades indígenas en Colombia que están en grave riesgo en este momento.
A través de este diagnóstico, se busca dar cuenta de lo dicho por la Corte Constitucional en
relación con el Pueblo Jiw. Para su elaboración, se ha consolidado la información surgida de los
ejercicios de reflexión comunitaria en torno a los diferentes factores que afectan a estas
comunidades en la actualidad. Con base en lo anterior, se ha llegado a una conclusión que
constituye el argumento central de este documento; la situación actual del pueblo Jiw no puede explicarse solamente por las consecuencias que el conflicto armado ha tenido sobre éste en la última década. Se trata de un largo proceso de violencia y despojo territorial que atraviesa la historia de la región de los Llanos Orientales, y que, permite comprender la magnitud del impacto que han sufrido los pueblos indígenas que allí habitan, quienes han sido sistemáticamente desplazados de sus territorios ancestrales; con lo cual el acceso a los recursos básicos para garantizar su subsistencia se ha hecho cada vez más limitado.
Esta visión de largo plazo permite comprender patrones de violencia y pérdida territorial más
profundos que han determinado la historia de este pueblo y que hacen parte de la narración
comunitaria a partir de la cual los Jiw explican su situación actual.
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METODOLOGIA
Este diagnóstico recoge las reflexiones planteadas por los Jiw en diferentes espacios de
encuentro que se han realizado desde diciembre de 2008, cuando, luego de sucesivos
desplazamientos que afectaron a más de la mitad la población y dejaron a familias enteras sin
poderse encontrar, se propició el �Primer Encuentro por la Vida del Pueblo Guayabero�. Este
encuentro contó con el acompañamiento de un grupo de instituciones de orden nacional e
internacional1 que luego de conversar con los líderes y autoridades tradicionales, evidenciaron
la necesidad de generar un espacio de dialogo y reflexión para pensar sobre lo que estaba
pasando, y los impactos que la agudización del conflicto armado en la zona alta y media del río
Guaviare han tenido sobre estas comunidades.
Es necesario señalar que si bien el encuentro realizado en diciembre de 2008 se denominó
�Primer Encuentro�, allí mismo se recordó que desde el año 2002 los Jiw se reunieron para
conversar sobre la problemática que ya para entonces comenzaba a afectarles; principalmente
a las comunidades de los resguardos ubicados en la zona media del río Guaviare. Así, entre el
21 y el 23 de mayo de 2002 se llevó a cabo un primer encuentro en el Resguardo Mocuare, con
participación de los líderes y autoridades tradicionales de los resguardos Barranco Colorado,
Barranco Ceiba � Laguna Arahuato y Mocuare2. Durante este encuentro, se propuso la
conformación de la Organización Tradicional Mitiva como instancia de representación de este
pueblo a nivel regional y nacional. La agudización del conflicto armado en la zona hizo que este
proceso de reflexión comunitaria se interrumpiera; debido principalmente a que se empezaron a
producir sucesivos hechos de desplazamiento masivo de comunidades que a partir de entonces
tuvieron que abandonar sus territorios.
En este sentido, el encuentro realizado en diciembre de 2008 fue en primer término una
oportunidad para volver a reunir a un pueblo que como consecuencia del desplazamiento
forzado había sido violentamente dispersado, y propiciar un espacio para retomar discusiones
que ya se habían dado, pero que ahora tenían ingredientes nuevos; principalmente aquellos
referidos a las consecuencias del desplazamiento forzado sobre las diferentes comunidades.
1 Defensoría del Pueblo, Pastoral Social, CODHES, ACNUR, PNUD, ICBF, ONIC. 2 Una reseña de los temas tratados en este encuentro se encuentra en: MORENO SANTANA, John Henry. �Algunas consideraciones sobre el quehacer etnoeducativo con y para la etnia Guayabero de los departamentos del Guaviare y Meta� Coordinación de Educación Contratada del Guaviare � Secretaría de Educación Departamental del Guaviare. Villavicencio, noviembre de 2002. Documento sin publicar.
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Una vez terminado este encuentro, que se convirtió en una fiesta por la defensa de la vida del
Pueblo Jiw; se concluyó que era necesario tener este tipo de espacios para dialogar y tomar
decisiones sobre los diferentes asuntos que afectan la vida y la permanencia de las
comunidades en su territorio. Así, durante los años 2009 y 2010, se llevaron a cabo encuentros
en cada uno de los resguardos y asentamientos de población en situación de desplazamiento
acompañados por la Defensoría del Pueblo, Pastoral Social, CODHES y ACNUR, en los cuales
se empezó a profundizar la reflexión sobre el territorio y los diversos impactos que el conflicto
ha tenido sobre el Pueblo Jiw.
Tabla 1. Encuentros comunitarios del Pueblo Jiw 2008-2010 FECHA LUGAR ENCUENTRO PARTICIPANTES
Diciembre 11-14 de 2008
Resguardo Caño Ovejas � Mapiripán
Primer encuentro por la vida del Pueblo Guayabero
Delegados de todos los resguardos y comunidades en situación de desplazamiento
Julio 2 y 3 de 2009 Centro de Encuentros Nazareth
Encuentro de Pueblos de Tradición Nómada
Líderes y representantes de resguardos y comunidades en situación de desplazamiento
Julio 20-22 de 2009 Finca El Hatico Encuentro de sabedores
Capitanes, líderes, payés, docentes y representantes de resguardos y comunidades en situación de desplazamiento
Agosto 18 y 19 de 2009
Resguardo Barrancón Encuentro Resguardo Barrancón
Comunidad Resguardo Barrancón
Agosto 29 y 30 de 2009
Resguardo La María Encuentro Resguardo La María
Comunidad Resguardo La María
Septiembre 1 y 2 de 2009
Resguardo La Fuga Encuentro Resguardo La Fuga
Comunidad Resguardo La Fuga
Septiembre 29 y 30 de 2009
Finca Zaragoza � Asentamiento El Delirio
Encuentro comunidades en situación de desplazamiento ubicadas en Finca Zaragoza
Familias en situación de desplazamiento asentadas en Finca El Delirio
Octubre 28 de 2009
Asentamiento Puerto Cacao
Encuentro comunidades en situación de desplazamiento ubicadas en Finca Puerto Cacao
Familias en situación de desplazamiento asentadas en Puerto Cacao
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Octubre 31 de 2009
Resguardo La Sal Encuentro Resguardo La Sal
Comunidad Resguardo La Sal
Noviembre 2 de 2009
Resguardo Barranco Colorado
Encuentro Resguardo Barranco Colorado
Comunidad Resguardo Barranco Colorado
Noviembre 4 de 2009
Inspección Puerto Alvira
Encuentro comunidades en situación de desplazamiento ubicadas en inspección de Puerto Alvira
Familias en situación de desplazamiento asentadas en Puerto Alvira
Noviembre 28 y 29 de 2009
Resguardo La María Encuentro de líderes, capitanes, médicos tradicionales y sabedores
Capitanes, líderes, payés, docentes y representantes de resguardos y comunidades en situación de desplazamiento
Mayo 18 y 19 de 2010
Resguardo La Fuga Pre Encuentro
Capitanes, líderes, payés, docentes y representantes de resguardos y comunidades en situación de desplazamiento
Junio 30 de 2010 Resguardo Mocuare Encuentro Resguardo Mocuare
Comunidad Resguardo Mocuare
Agosto 17-21 de 2010
Resguardo La Fuga Tercer Encuentro del Pueblo Jiw
Capitanes, líderes, payés, docentes , delegados de todos los resguardos y comunidades en situación de desplazamiento
En cada una de estas reuniones y encuentros, los Jiw empezaron a poner de presente que la
afectación sobre su territorio y el riesgo sobre sus comunidades había empezado hace muchos
años. No era sólo el conflicto armado lo que les afectaba; se habló entonces del Territorio
Ancestral, y la pérdida a él asociada como la problemática que desde hace varias décadas ha
afectado a este pueblo.
En el Tercer Encuentro de Pueblo, realizado en el mes de agosto de 2010 en el Resguardo La
Fuga, se decidió la conformación de la Organización NAXAEN, como instancia de
representación del Pueblo Jiw ante las diferentes instancias e instituciones de nivel local y
nacional.
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A partir de estas discusiones y del escenario propiciado por el pronunciamiento de la Corte
Constitucional a través del Auto 004 de 2009; se dio inicio a un ejercicio de dialogo entre las
autoridades del Pueblo Jiw y los representantes del Gobierno Nacional, en dirección a construir
un plan de salvaguarda que recoja las aspiraciones y necesidades de estas comunidades, con
base en la comprensión de los problemas que les han afectado y que en este momento
constituyen los principales factores de riesgo y amenaza para su supervivencia física y cultural.
Un primer resultado de esta reflexión se presentó ante las instituciones de orden local y
nacional en octubre de 2010, a través del �Diagnóstico Comunitario del Pueblo Jiw�, en el que
se da cuenta de las principales problemáticas que han impactado a estas comunidades y que
deben ser consideradas urgentemente por las instituciones responsables de garantizar sus
derechos.
Luego de la presentación del Diagnóstico Comunitario del Pueblo Jiw, se dio inicio a un proceso
de concertación con el Gobierno Nacional, en cabeza del Ministerio del Interior, para avanzar en
la formulación del Plan de Salvaguarda Étnica en los términos ordenados por la Corte
Constitucional.
Este proceso ha contado con el acompañamiento, por solicitud de las autoridades del Pueblo
Jiw, de la Defensoría del Pueblo �regionales Meta y Guaviare, el Secretariado Regional de
Pastoral Social Sur Oriente, la Pastoral Social Guaviare, la Consultoría para los Derechos
Humanos y el Desplazamiento �CODHES- y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Refugiados �ACNUR-; quienes han actuado como facilitadores de un dialogo
entre las instituciones gubernamentales y las comunidades indígenas, en dirección a que las
demandas y planteamientos de éstas últimas sean realmente consideradas y atendidas por el
Estado Colombiano, en los términos ordenados por la Corte Constitucional.
Como parte del compromiso de acompañamiento asumido por este equipo interinstitucional,
durante el año 2011 se llevaron a cabo una serie de encuentros en los resguardos y
asentamientos del Pueblo Jiw, en los cuales se avanzó en la revisión y actualización de la
primera versión del Diagnóstico Comunitario, con el propósito de tener una versión más
completa y detallada del mismo, que sirva como insumo para la formulación del Plan de
Salvaguarda Étnica. Este documento responde a este compromiso.
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La revisión y actualización del Diagnóstico Comunitario se adelantó a través de reuniones en
los resguardos y asentamientos de población Jiw en situación de desplazamiento forzado. Vale
decir que en esta oportunidad, los encuentros no pudieron realizarse en la totalidad de
resguardos y asentamientos debido a las restricciones de acceso que se presentan en la zona
media del río Guaviare, como consecuencia del conflicto armado que persiste en la región. En
los resguardos Barranco Colorado, Barranco Ceiba � Laguna Arahuato y Mocuare, así como el
asentamiento de Puerto Alvira no fue posible realizar encuentros en esta fase del proceso, y la
situación de estas comunidades debe ser objeto de atención particular debido a la persistencia
de graves factores de riesgo asociados directamente con la confrontación armada que allí tiene
lugar.
Tabla 2. Encuentros comunitarios del Pueblo Jiw año 2011 Proceso de revisión y actualización del Diagnóstico Comunitario
FECHA LUGAR ENCUENTRO PARTICIPANTES
Agosto 15-17 Asentamiento Zaragoza 1
Taller de revisión y actualización del diagnostico comunitario
Familias en situación de desplazamiento ubicadas en asentamientos Zaragoza 1 y Zaragoza 2
Agosto 17-19 Asentamiento Zaragoza 4
Taller de revisión y actualización del diagnostico comunitario
Familias en situación de desplazamiento ubicadas en asentamientos Zaragoza 3, Zaragoza 4 y Casa Indígena
Agosto 23-25 Resguardo La Sal Taller de revisión y actualización del diagnostico comunitario
Comunidad Resguardo La Sal
Agosto 26-27 Resguardo La Fuga Taller de revisión y actualización del diagnostico comunitario
Comunidad Resguardo La Fuga
Agosto 29-30 Resguardo La María Taller de revisión y actualización del diagnostico comunitario
Comunidad Resguardo La María
Septiembre 2-3 Resguardo Barrancón Taller de revisión y actualización del diagnostico comunitario
Comunidad Resguardo Barrancón
Septiembre 5-6 Asentamiento Barrancón Libertad
Taller de revisión y actualización del diagnostico comunitario
Familias en situación de desplazamiento ubicadas en asentamientos Barrancón Libertad, Barrancón Mocuare y
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Barrancón Barranco Colorado.
Septiembre 7-8 Asentamiento Puerto Arturo
Taller de revisión y actualización del diagnostico comunitario
Familias en situación de desplazamiento ubicadas en asentamiento Puerto Arturo � Finca María Luisa
Con el propósito de consolidar la información necesaria para complementar la primera versión
del diagnóstico comunitario, se realizaron ejercicios de dialogo en cada una de estas
comunidades a partir de una metodología participativa que incluyó las siguientes herramientas
de trabajo:
ÿ Cartografía social
A fin de identificar las principales
características de la situación
territorial del Pueblo Jiw, se
realizaron ejercicios de cartografía
social en cada una de las
comunidades; en los cuales se
propició la participación activa de
los niños y niñas, mujeres y
hombres.
En cada uno de los mapas, los
participantes identificaron los recursos existentes, así como los riesgos y las amenazas que
perciben en el mismo. Dada la alta incidencia del desplazamiento forzado en el Pueblo Jiw, en
los encuentros realizados con familias ubicadas por fuera de los resguardos, se trabajaron dos
mapas: uno del resguardo que tuvieron que abandonar y otro del lugar de asentamiento actual.
Este ejercicio permitió comparar el acceso a recursos antes y después del desplazamiento, así
como los cambios percibidos por la comunidad en cuanto a riesgos y amenazas. Con base en
los mapas elaborados es posible identificar las transformaciones que han ocurrido en el
territorio y la forma en que éstas han impactado a las comunidades.
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ÿ Línea de tiempo
A través de la construcción de líneas de tiempo en cada uno de los resguardos y
asentamientos, se busco puntualizar los hechos que han impactado sobre las comunidades, y
que son relevantes para la memoria colectiva del Pueblo Jiw.
En este sentido, se orientó a los participantes en cada una de las reuniones para que
identificaran cuáles han sido los hechos que han afectado a su comunidad; tratando de señalar
el momento en que ocurrieron; en lo posible mes y año, o por lo menos año. Estos hechos se
pusieron por escrito con el apoyo del grupo de facilitadores; respetando las fechas de inicio y de
finalización que la misma comunidad estableció; la descripción de los hechos y la connotación
asociada a los mismos.
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ÿ Entrevistas a profundidad
Las entrevistas a profundidad permiten recabar mayor información sobre la situación de la
comunidad, a través de un dialogo detallado con personas claves de la misma; en este caso,
líderes, capitanes, sabedores, docentes, entre otros.
Para ello se empleó la �Pauta de observación en terreno para pueblos indígenas en riesgo y/o
en situación de desplazamiento� del Grupo Sur Oriente como guía para la realización de
entrevistas a profundidad con por lo menos dos líderes de cada comunidad.
Esta Pauta de Observación está diseñada como instrumento de recolección de información que
permite dar cuenta de la situación actual de las comunidades; los riesgos a que se encuentra
expuesta; los hechos de violencia de los que ha sido víctima y, cuenta con un módulo especial
de preguntas dirigidas a comunidades en situación de desplazamiento.
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Una vez compilada la información de las diferentes comunidades, se procedió a la síntesis de la
misma y a la redacción de este documento. Con el propósito de brindar un contexto más amplio
de la situación del Pueblo Jiw se recabó información en textos producidos por investigadores
expertos en la región y conocedores de este pueblo; de manera que se pueda tener una mayor
comprensión de los procesos que han afectado a estas comunidades en los últimos años y la
interrelación de factores que permiten explicar la situación actual de las mismas.
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1. EL PUEBLO JIW
El pueblo Jiw hace parte de la familia lingüística Guahibo, y es nombrado de diversas maneras
en las crónicas y estudios etnográficos existentes. Las principales denominaciones que se
registran son Mitua ó Mitiva, Cunimia y Guayabero.
Mitua era una denominación corriente en el siglo XIX y fue empleada por uno de los primeros
cronistas que da cuenta de la ubicación de este pueblo en las sabanas del sur del Meta, en
torno a los ríos Guayabero y Ariari y sus afluentes. Se trata de la crónica de Fray José de
Calazans Vela3 que recorrió este territorio en el año 1889 y dedicó una parte de su escrito a
�Los Indios Mituas�
De acuerdo con el investigador Augusto Gómez, la Comisión Corográfica entre 1855 y 1856
estimó la población de los Mitua en 900 personas4. A su vez Riena del Kondo, aclara que �Mitúa
es un nombre piapoco y guahibo vichadeño para los hoy día guayaberos, y el nombre tinigua
para ellos es mítiva�5
En el siglo XX se empleaban las denominaciones asociadas con lugares de referencia
geográfica, según la ubicación de las comunidades. Así, aparece el nombre Cunimia, vinculado
con el caño que lleva el mismo nombre, afluente del río Ariari. Posteriormente, y por hallarse en
proximidad al río Guayabero, este pueblo recibió tal denominación.
Vale decir que estos nombres fueron asignados por los misioneros y colonizadores de la región,
quienes, en ocasiones se refieren a este pueblo con denominaciones indistintas. Por ejemplo,
en el censo de 1938, según referencia de Riena del Kondo, se mencione la existencia de mituas
y guayaberos como dos grupos diferentes ubicados en la región del río Ariari, en los caños Nare
y Ovejas los primeros; y en la sabanas de Pororio, río Ariari y río Cafre los segundos. Todos
estos lugares son referenciados por los Jiw actualmente al hablar de su territorio ancestral,
como se observará más adelante.
3 VELA, Fray José de Calazans. �Memoria de un viaje por los ríos Guaviare y Orinoco hecho en 1889� En: Dos Viajes por la Orinoquía Colombiana 1889-1988. Bogotá, Ediciones Fondo Cultural Cafetero. 1988 4 GOMEZ, Augusto. Indios, colonos y conflictos. Una historia regional de los Llanos Orientales. 1870-1970. Pontificia Universidad Javeriana, Instituto Colombiano de Antropología. Siglo XXI Editores. Bogotá, 1991. 5 KONDO, Riena de. En pos de los Guahibos: Prehistóricos, históricos y actuales. Bogotá: Editorial Alberto Lleras Camargo, 2002.p.35
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En un proceso de recuperación de su nombre propio, este pueblo ha empezado a
autodenominarse como Jiw en los últimos años. Por lo anterior, en este documento se utiliza
éste como el nombre que corresponde a lo afirmado por ellos mismos. En los apartados en los
que se haga referencia a crónicas o textos en los que la denominación empleada sea alguna de
las ya señaladas, se respetará la misma a efectos de incurrir en anacronismos.
De acuerdo con las descripciones etnográficas existentes6, se afirma que los Jiw son un pueblo
de tradición seminómada, que basa su subsistencia en la caza, pesca, horticultura y
recolección. Estas actividades son desarrolladas por los diferentes miembros de la comunidad
a partir de un esquema de división del trabajo en el que los hombres se encargan de la caza y
la pesca; mientras que la horticultura, principalmente referida al cultivo de yuca brava para la
elaboración de casabe y mañoco, así como la recolección de pepas de monte son actividades
reservadas para las mujeres.
La organización social está basada en tres figuras de autoridad centrales: los payés o médicos
tradicionales, los cantores y los capitanes. Estos últimos se encargan de la interlocución con los
�blancos� /jiama/; principalmente con los representantes de instituciones y entidades estatales.
Entre tanto, los médicos tradicionales y cantores son un referente de autoridad en términos de
preservación de las tradiciones culturales.
Al interior de cada comunidad, existen figuras de autoridad que no necesariamente
corresponden a los capitanes; son los jefes de familias extensivas que juegan un rol de
cohesión central para los Jiw. Esta característica se observa en los patrones de desplazamiento
que se describirán más adelante, en los cual se identifican grupos completos que se mueven en
torno a un líder y que permanecen juntos de forma constante. Amparo Muriel Bejarano,
describe esta característica de la organización social de los Jiw en los siguientes términos:
6 Ver: MURIEL BEJARANO, Amparo. (1993) �Guayabero o Cunimia� En: ROMERO MORENO, María Eugenia; CASTRO AGUDELO, Luz Marina y MURIEL BEJARANO, Amparo. Geografía humana de Colombia. Región de la Orinoquía. Tomo III Volumen I. Colección Quinto Centenario. Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura Hispánica. ARANGO, Raúl y SANCHEZ, Enrique. (2004) Los Pueblos Indígenas de Colombia en el umbral del nuevo milenio. Población, cultura y territorio: bases para el fortalecimiento social y económico de los pueblos indígenas. Bogotá, Departamento Nacional de Planeación. Disponible en: http://www.dnp.gov.co/Programas/DesarrolloTerritorial/OrdenamientoyDesarrolloTerritorial/Grupos%C3%89tnicos.aspx
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Cada maloca está conformada, por lo regular por dos o más familias extensas, unidas por vínculos matrimoniales. El jefe de cada familia, es decir, el padre o el hijo mayor �cuando el padre está anciano- tiene cierta autoridad sobre los demás. Pero suele pasar que en cada maloca hay una familia más importante o reconocida como tal por los demás miembros de su familia, generalmente en razón de la primera posesión del sitio de vivienda. Si el jefe de esta familia principal tiene autoridad no solo sobre su familia, sino también sobre el grupo. Con él se discuten los temas de interés para el grupo, tomando decisiones por deliberación y convencimiento, mas no por imposición7.
A partir de los anteriores planteamientos se concluye que si bien los capitanes tienen un papel
relevante dentro del Pueblo Jiw en términos de autoridad, su designación tiene una fuerte
vinculación con el hecho de ser una persona que cuenta con una mayor competencia para
comunicarse con los jiama, pero en todo proceso de toma de decisiones debe tomarse en
consideración la organización tradicional; según la cual, al interior de las comunidades, los
jefes de familia extensa, los médicos tradicionales y cantores son referentes de autoridad
fundamentales.
7 MURIEL BEJARANO, Op. Cit. p. 300
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2. EL LARGO PROCESO DE PÉRDIDA TERRITORIAL DEL PUEBLO JIW
En Barrancón nos hicieron una descripción realmente dramática de la situación de
la tierra de los guayabero. El Gobierno Nacional reconoce en reciente publicación, que ha titulado a estas comunidades más de sesenta mil hectáreas. En la realidad el indígena no se ha dado cuenta de tal acción. Las casi veinticinco mil hectáreas de Barranco Ceiba están prácticamente perdidas; la reserva de La María o Venezuela se extinguió porque los indígenas murieron a causa de una epidemia de tuberculosis; de la reserva de La Sal; que tenía tres mil setecientas hectáreas, les fueron robadas mil quinientas por un empresario de la coca; la comunidad de La Fuga, otrora fuerte, fue diezmada por Dumar Aljure en los años cincuenta y luego prácticamente destruida por una invasión de tukanos en los años sesenta. En La Fuga quedan hoy sólo dos familias guayaberas. La comunidad de Tril-a emigró cuando el lugar se transformó en �embarcadero de merca�. Total, sólo queda completa la reserva de Macuare. Sumando las tierras guayaberas, el total es inferior a las veinticinco mil hectáreas8.
El texto precedente nos ofrece una síntesis de la situación territorial del Pueblo Jiw a finales de
la década de los ochenta, y nos permite enunciar los factores que han afectado a estas
comunidades y que son abordados en este documento. Las enfermedades, la invasión sobre su
territorio, la explotación de mano de obra para las diferentes bonanzas extractivas que han
tenido lugar en la región; son factores que han llevado a estas comunidades casi al borde de
desaparecer.
A pesar de ello, el Pueblo Jiw ha logrado resistir huyendo de la violencia. Diferentes autores
hacen referencia a la tendencia que este pueblo tiene a escapar como forma de evitar los
conflictos. Así, a mediados del siglo anterior los Jiw huyeron de la persecución de Dumar Aljure
y Hernando Palma, luego huyeron de la presión de la colonización y, en los últimos años han
tenido que huir del conflicto armado que se ha instalado en sus territorios. En medio de estas
circunstancias, los Jiw conservan en alto grado sus tradiciones y prácticas culturales, lo que
constituye una de sus principales fortalezas como pueblo. La mayor parte de los Jiw hablan
principalmente en su lengua propia /Jiw Jame/; la transmisión de prácticas culturales a los
menores se realiza en su lengua; las uniones matrimoniales conservan el patrón de endogamia
y se conservan las celebraciones y prácticas tradicionales.
8 MOLANO, Alfredo. �Aguas abajo. Memorias de un viaje por los ríos Guaviare y Vichada hecho en 1988, en honor del Padre José de Calazans Vela, O.P�. En: Dos Viajes por la Orinoquía Colombiana 1889-1988. Bogotá, Ediciones Fondo Cultural Cafetero. 1988, p. 202
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El pueblo Jiw está integrado en la actualidad por una población aproximada de 2.261 personas9
(ver Tabla 3), que habitan en el curso alto y medio del Río Guaviare, donde le han sido titulados
siete resguardos cuya área total es de 68.200 hectáreas (ver Tabla 4). Además de los territorios
reconocidos bajo la figura de resguardo, y como consecuencia del desplazamiento forzado, en
los últimos años los Jiw han conformado diez asentamientos que se ubican en proximidad a los
municipios de San José del Guaviare y Mapiripán: en el Resguardo Barrancón y en dos fincas
alquiladas por la Gobernación del Meta para su reubicación temporal. (Ver Tabla 5).
Adicionalmente los Jiw han ocupado la Reserva Caño Ceiba, situada en el Parque Nacional
Natural La Macarena y la Reserva Caño Mina; territorios que el pueblo reclama como
ancestrales, y cuyos procesos de reconocimiento han sido truncados por el desplazamiento de
que han sido víctimas quienes allí habitaban.
TABLA 3. Composición poblacional del Pueblo Jiw 2011 Rango etareo Mujeres % Hombres % TOTAL %
Menos de 1 año 13 0,6% 32 1,4% 45 2,0%
1 a 5 años 181 8,0% 182 8,0% 363 16,1%
5 a 14 años 345 15,3% 325 14,4% 670 29,6%
15 a 25 años 196 8,7% 207 9,2% 403 17,8%
26 a 44 años 182 8,0% 215 9,5% 397 17,6%
45 a 59 años 55 2,4% 73 3,2% 128 5,7%
Más de 60 años 30 1,3% 52 2,3% 82 3,6%
SIN DATOS 82 3,6% 91 4,0% 173 7,7%
TOTAL 1.084 47,9% 1.177 52,1% 2.261 100,0%
Fuente: Revisión de censos comunitarios. Agosto � octubre de 2011
9 Consolidado de población a partir de la revisión de censos comunitarios realizada en el marco del proceso de revisión y actualización del Diagnóstico Comunitario efectuada entre agosto y octubre de 2011.
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
19
TABLA 4. Resguardos legalmente reconocidos al Pueblo Jiw RESGUARDO RESOLUCION EXTENSION MUNICIPIO DEPARTAMENTO
Barranco Ceiba � Laguna Arahuato
049 del 21 de julio de 1983
24.940 hectáreas San José del Guaviare
Guaviare
Mocuare 054 del 21 de julio de 1983
24.000 hectáreas Mapiripán Meta
Barrancón 068 del 16 de agosto de 1988
2.500 hectáreas San José del Guaviare
Guaviare
Barranco Colorado 046 del 17 de octubre de 1995
9.327 hectáreas San José del Guaviare
Guaviare
La Sal 023 del 24 de mayo de 1996
3.275 hectáreas Puerto Concordia
Meta
La Fuga 047 del 10 de diciembre de 1997
3.680 hectáreas San José del Guaviare
Guaviare
La María 021 del 29 de julio de 1998
478 hectáreas San José del Guaviare
Guaviare
TOTAL 68.200 hectáreas Fuente: Resoluciones expedidas por el INCORA, actual INCODER
MAPA 1. Resguardos legalmente reconocidos al Pueblo Jiw
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
20
TABLA 5. Asentamientos de comunidades Jiw en situación de desplazamiento ASENTAMIENTO SITUACION
TERRITORIAL MUNICIPIO DEPARTAMENTO HABITANTES
Barrancón Mocuare
Asentamiento en Resguardo Barrancón
San José del Guaviare
Guaviare Población desplazada de Resguardo Mocuare
Barrancón Libertad
Asentamiento en Resguardo Barrancón
San José del Guaviare
Guaviare Población desplazada de Resguardo Barranco Ceiba Laguna Arahuato
Barrancón Barranco Colorado
Asentamiento en Resguardo Barrancón
San José del Guaviare
Guaviare Población desplazada de Resguardo Barranco Colorado
Finca María Luisa Finca alquilada para reubicación temporal
San José del Guaviare
Guaviare Población desplazada de Reserva Caño Ceiba
Zaragoza 1 Finca alquilada para reubicación temporal
Mapiripán Meta Población desplazada de Resguardos Mocuare y Barranco Colorado
Zaragoza 2 Finca alquilada para reubicación temporal
Mapiripán Meta Población desplazada de Resguardo Barranco Ceiba � sector Laguna Barajas
Zaragoza 3 Finca alquilada para reubicación temporal
Mapiripán Meta Población desplazada de Resguardo Barranco Ceiba - Laguna Arahuato
Zaragoza 4 Finca alquilada para reubicación temporal
Mapiripán Meta Población desplazada de Resguardos Mocuare y Barranco Colorado
Casa indígena Ubicación temporal en cabecera municipal
Mapiripán Meta Población desplazada de Resguardo Mocuare
Puerto Alvira Ubicación en casas abandonadas del caserío
Mapiripán Meta Población desplazada de Resguardo Barranco Ceiba Laguna Arahuato
Los Jiw han sufrido un proceso de pérdida territorial que se acentuó desde mediados del siglo
XX y que ha implicado profundos impactos sobre este pueblo de tradición semi nómada, que
tradicionalmente había desarrollado un patrón de adaptación al ecosistema de transición
selvática basado en la ocupación y uso semi intensivo del suelo que, a través de la rotación,
permite intervalos temporales de recomposición del mismo; garantizando con ello la obtención
de recursos necesarios para el sostenimiento de la comunidad, a través de la caza, pesca y
recolección de frutos. Esta forma de relación con el territorio se ha transformado violentamente
desde la década de 1950, al punto de que en la actualidad el acceso a recursos básicos es
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
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cada vez más limitado, lo que se traduce en un fuerte deterioro de las condiciones nutricionales
de la población. Este proceso de largo plazo, sumado a los impactos desproporcionados del
conflicto armado en la última década; que ha ocasionado la expulsión violenta de por lo menos
el 60% de los Jiw de sus resguardos y reservas, constituye el escenario en que se materializa
una situación que amenaza directamente la supervivencia de este pueblo.
El Pueblo Jiw ha habitado ancestralmente territorios de sabanas y selvas de los actuales
departamentos de Meta y Guaviare; en torno a los ríos Ariari, Guayabero y Guaviare. Durante
los últimos sesenta años la presión ejercida por La Violencia10, la colonización y el conflicto
armado han provocado una fuerte pérdida territorial que se traduce en la dificultad de acceso a
recursos necesarios para garantizar la subsistencia de las comunidades.
Si bien las comunidades indígenas en Colombia y en particular en los Llanos Orientales, fueron
profundamente impactadas en su vida y en su relación con el territorio desde la llegada de los
colonizadores en el siglo XVI; de manera que muchas de ellas incluso desaparecieron durante
el período colonial, se enfatiza aquí en las últimas décadas debido a que como lo han
argumentado expertos en la historia regional es la colonización del siglo XX el proceso histórico
que produjo una transformación más profunda en la dinámica del poblamiento, la ocupación del
territorio y las relaciones sociales en los Llanos Orientales11.
Al hablar de su origen, el Pueblo Jiw señala las sabanas de San Martín -l Meta como su lugar
de procedencia; del cual han tenido que huir en los últimos sesenta años por la presión ejercida
sucesivamente por La Violencia, la colonización y el conflicto armado.
Como se observa en el mapa del territorio ancestral �Foto 1-, los Jiw identifican como tal al área
comprendida entre las sabanas de San Martín � Meta y el Raudal de Mapiripana. Crónicas
como la de Fray José de Calazans Vela quien recorrió este territorio en el año 1889 corrobora la
existencia de �indios Mituas� en el área señalada.
El territorio ancestral abarca entonces desde las sabanas de San Martín en el actual
departamento del Meta, aun cuando en algunos relatos los Jiw referencian haber llegado allí
10 Con el término La Violencia se hace referencia al proceso histórico que abarca el período entre 1946 y 1964, durante el cual se desataron una serie de manifestaciones de violencia partidista a nivel regional que por sus características �partió en dos el siglo XX colombiano� 11 GOMEZ, Op. Cit.
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
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desde Villavicencio, (Kondo, 2002:31). En el extremo oriental el límite está dado por el Raudal
de Mapiripana, que constituye un límite natural con el territorio de otros pueblos indígenas. Al
respecto se refiere la crónica de Calazans Vela como �la región montañosa que divide el río en
alto y bajo Guaviare,
El último día (10 de abril) por la tarde dimos vista a un cerro situado en la banda norte del río y que ya forma parte de la serranía de Maquiripana que viene a ser una continuación de la de Tunahí; este primer cerro tiene el nombre de Liñal y en él termina la región habitada por los mituas y empieza la de los piapocos12
Así, puede afirmarse a partir de la narración de las mismas comunidades y el examen de
documentos de conocedores de la región, que los Jiw han habitado tradicionalmente el territorio
de las sabanas del sur del Meta y el norte del Guaviare, en torno a los ríos Ariari, Guayabero y
Guaviare, a partir de un patrón de ocupación que les ha permitido garantizar su reproducción
física y cultural hasta nuestros días.
La comprensión de los límites del territorio ancestral permite explicar la ruta de movilidad de que
ha tenido el Pueblo Jiw cuando desde mediados del siglo XX empieza a desplazarse huyendo
de La Violencia; particularmente de aquella que contra estas comunidades ejercieron Dumar
Aljure y Hernando Palma.
Los Jiw fueron huyendo hacia el oriente, y en la década de los años ochenta cuando se
producen las titulaciones de la mayor parte de sus resguardos, la mayor cantidad de población
se ubicaba en el extremo oriental del territorio ancestral, en Barranco Colorado, Barranco Ceiba
� Laguna Arahuato y Mocuare.
Cuando la presión del conflicto armado les obligó a abandonar estos territorios, la movilidad se
hizo en sentido contrario; y desde los mencionados resguardos la población se desplazó aguas
arriba hacia las cabeceras de Mapiripán y San José del Guaviare; luego de pasar en ocasiones,
por los resguardos que se sitúan en proximidad a éstas.
12 VELA, Op. Cit.p. 63
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
23
2.1. Huyendo de La Violencia
El impacto que tuvo sobre el Pueblo Jiw la violencia política de mediados del siglo XX aparece
reiteradamente en los relatos de las comunidades. En todos ellos son mencionados personajes
como Dumar Aljure y Hernando Palma, quienes con sus actos de violencia contra este pueblo
causaron una migración forzada de estas comunidades que les obligó a buscar refugio en
territorios más apartados. Al respecto, Alfredo Molano13, al recorrer en 1988 la misma zona que
fue visitada por Fray José de Calazans Vela un siglo antes, se refiere directamente a la
desaparición de poblados sobre las vegas del río Ariari que fueron reseñados por el padre Vela.
Señala Molano: �Sumando la población que Vela encontró entre el punto de partida de su viaje
(hoy Puerto Limón) hasta Viso- Mutop, aproximadamente San José del Guaviare, la población
indígena era de unos mil individuos. ¿Qué pasó en un siglo con ellos?14�
Tratando de responder a esta pregunta, Molano da cuenta de tres procesos históricos que
tuvieron lugar en el siglo que separa la expedición de Vela de su viaje: la cacería de indígenas
que tuvo lugar con la fiebre del caucho, la colonización en la región del Ariari y las matanzas
cometidas a mediados del siglo en la zona. Sobre estas últimas señala Molano:
hemos recogido testimonios que dan cuenta de las matanzas que Hernando Palma y Dumar Aljure llevaron a cabo a fines de los años cincuenta en el Guayabero y en la región de Mapiripán. La motivación de estos genocidios no es muy clara; unas versiones, en el caso de Palma, hablan de venganzas; otras, en el caso de Aljure, de simple crueldad. Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que tanto uno como otro terminaron fundando haciendas con mano de obra indígena15
En otro texto, el mismo Molano, presenta con mayor detalle la crueldad con la que Hernando
Palma actuó contra los Jiw en aquellos años:
Palma no se estableció con carácter permanente en el Guaviare sino que remontó el Guayabero con 5 ó 6 hombres armados. En El Raudal hizo un campamento, y desde allí se dio a la tarea de imponerse a sangre y fuego sobre la débil y escasa población indígena. Palma vivía de las contribuciones de los nativos en trabajo y en especie: lo que equivalía en la práctica, a la esclavitud. Asesinaba sin reticencias a quien desconociera sus leyes y a bala limpia redujo los contados asentamientos indígenas en el Guayabero.
13 MOLANO, Alfredo. Op. Cit. 14 Ibídem, p. 195 15 Ibídem. p. 195
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
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En un sitio llamado La Sombra, en la margen izquierda del río, vivía una india que gustó a Palma. Amarrada la condujo al campamento y allí trató de hacerla su mujer. Pero la india, fiel a su gente, quiso envenenar a Palma y así vengar sus crímenes y abusos. No obstante, su raptor descubrió el plan y asesinó a la india y a todos los indígenas que quedaban en la región. A partir de estos hechos, Palma desató la guerra a muerte contra los Guayabero16.
Los ataques cometidos contra las comunidades indígenas, entre los que se recuerdan episodios
de crueldad como la Masacre de la Rubiera y la Masacre de Planas, lejos de ser hechos
aislados, aparecen como la constante en un proceso de disputa territorial entre grupos sociales
que tienen concepciones en torno al territorio, su ocupación y usufructo radicalmente opuestas.
Se trata de un conflicto interétnico entre colonos e indígenas que tiene lugar desde mediados
del siglo anterior y cuyas consecuencias y expresiones son evidentes en la actualidad.
la prosperidad de la colonización de los Llanos con base en la ganadería extensiva, ha restringido en el largo plazo el espacio vital de los grupos indígenas cazadores recolectores, disminuyéndose drásticamente entres éstos las posibilidades de consumo de proteína animal (por el agotamiento de la fauna silvestre) viéndose así obligados a desaparecer como grupo y/o a reproducirse precariamente bajo otros sistemas adaptativos relacionados con la horticultura y el sedentarismo en los estrechos límites de las �Reservas� y �Resguardos� establecidos allí por el Estado17.
Así, la colonización como proceso histórico estrechamente vinculado con La Violencia de las
décadas de los años cincuenta y sesenta, constituye un hito en la historia regional de ocupación
del territorio en la región sur oriental, al incorporar bastas porciones de tierra a la explotación
agrícola y ganadera. Estas tierras, que hasta entonces eran ocupadas por pueblos indígenas de
tradición nómada y seminómada empiezan a ser disputadas en un proceso de apropiación
privada de la tierra en el que las comunidades que habitaban el territorio ancestralmente van
quedando reducidas a porciones cada vez más limitadas del mismo.
Las consecuencias de este proceso, además de la fuerte pérdida territorial que se materializa
con la constitución de resguardos que no garantizan el espacio suficiente para la reproducción
física y cultural de las comunidades, se hacen evidentes en las transformaciones de los
16 MOLANO, Alfredo., et al. La colonización de la Reserva La Macarena: yo le digo una de las cosas. Bogotá: Fondo FEN, Corporación Araracuara. 1989. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/mac/indice.htm 17 GOMEZ, Op. Cit. P. Introducción, p. VI
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
25
patrones alimentarios que producen un deterioro de las condiciones de vida de la población.
Este aspecto es resaltado por Amparo Muriel a partir de los estudios realizados en la región en
la década de los años ochenta.
Según planteamientos hechos por los mismos indígenas, anteriormente era más fácil conseguir carne y en todas sus comidas estaba presente en abundancia y variedad. En la actualidad, �ya vino mucho blanco quitando tierra y monte y no sirve ya para mariscar; también pescado está acabado� � Por este motivo, entre los Guayabero de hoy, el régimen alimenticio-nutricional es bastante deficiente en proteínas18.
Así, el proceso de contacto de los Jiw con la sociedad dominante; particularmente acelerado a
partir de la segunda mitad del siglo XX, ha implicado un fuerte proceso de pérdida territorial que
ha conducido a una fuerte restricción en el acceso a los recursos básicos para garantizar la
subsistencia de las comunidades.
Los diferentes ciclos de intervención sobre dicho territorio, acentuados en las últimas décadas
a través de la colonización, han impactado de forma particular a los pueblos indígenas, en la
medida en que han producido una fuerte disminución en las condiciones de acceso a los
recursos necesarios para su reproducción física y cultural, y han menoscabado en forma
drástica su población, en buena medida a partir del ejercicio de la violencia directa. Tal situación
era reconocida ya en 1978 como se reseña en la resolución de constitución de la reserva
Mocuare, en el sur del Meta, en la que se afirma con respecto a los Guayabero:
Estos indígenas, antiguamente, ocupaban un hábitat o territorio que cubría las márgenes de los ríos Guayabero, Guejar, Ariari y Guaviare, con una numerosa población. Como efecto del avance colonizador dicho territorio se ha venido disminuyendo hasta quedar reducido al límite actual y, como efecto del mismo fenómeno, y de las enfermedades introducidas por los �blancos�, el volumen de la población aborigen se fue diezmando hasta casi el límite de su desaparición19
En síntesis al iniciar la década de los noventa, el Pueblo Jiw se encontraba ubicado en los
resguardos y reservas que para ese momento les habían sido titulados. Ya para entonces, su
situación era bastante desventajosa, debido a la fuerte restricción territorial que había implicado
la colonización y la violencia desatadas desde mediados del siglo, de manera que ya algunos
de los conocedores de la región hablaban de riesgo de extinción,
18 MURIEL BEJARANO, Op. Cit.p. 291 19 INCORA. Resolución 0015 de 1978. Por la cual se constituye la Reserva Indígena Mocuare
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
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los guayabero están en peligro de extinguirse definitivamente. Fundamentalmente porque la colonización blanca, basada en la coca y en la ganadería, les ha robado sus tierras, aún las del Resguardo. Los guayaberos � como la mayoría de los indígenas de la Orinoquía -Amazonia combinan en forma muy sabia el uso de la selva y el llano, y el blanco les arrebata una y el otro; el trabajo asalariado y el cultivo comercial de la coca los amenaza porque no han logrado adaptarse a ellos, y por último, la acción del Estado es débil y medrosa20
A partir de lo anterior, se comprende la afirmación hecha por los Jiw en los diferentes ejercicios
de reflexión realizados en cada una de las comunidades. El conflicto armado, que durante los
últimos quince años ha generado graves y sistemáticas violaciones a los derechos individuales
y colectivos de estas comunidades; y los ha hecho víctimas de reiteradas infracciones al
derecho internacional humanitario cometidas por todos los actores armados que operan en la
región, es la fase más actual de un largo proceso de violencia cometido contra este pueblo. Por
ello, las consecuencias humanitarias del conflicto armado sobre este pueblo deben leerse en un
contexto más amplio de violencia que ha producido una fuerte desestructuración del proceso
comunitario y ha llevado en el largo plazo a una pérdida territorial que explica la situación actual
del Pueblo Jiw.
El desplazamiento forzado constituye la manifestación más concreta de este largo proceso de
pérdida territorial. Desde mediados del siglo XX los Jiw huyeron de La Violencia siguiendo el
curso del río Guaviare, hasta ubicarse en los territorios que luego les fueron titulados bajo las
figuras de reservas y resguardos. Desde el año 2000, cuando el conflicto armado se agudizó en
la zona media del río Guaviare, el desplazamiento tomó la dirección inversa. Esta vez los Jiw
buscaron protección en las cabeceras municipales de San José del Guaviare y Mapiripán �
Meta; principalmente en los resguardos ubicados en proximidad a estas localidades.
20 MOLANO, Op. Cit.p. 203
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
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2.2. La garantía de derechos fundamentales para el Pueblo Jiw
Si bien el conflicto armado constituye una de las principales amenazas para la pervivencia del
pueblo Jiw, tal como lo ha señalado la Corte Constitucional en el auto 004 de 2009; la débil
prestación de servicios básicos a cargo del Estado en las comunidades indígenas implica,
además de una violación a los derechos fundamentales de las mismas, un factor adicional de
vulnerabilidad que en el marco de situaciones de conflicto incrementa el riesgo al que se ven
expuestas.
En términos generales, la prestación de servicios básicos en las áreas rurales de los
departamentos de Guaviare y sur del Meta es precaria. Dado que es principalmente allí donde
se ubican los resguardos y asentamientos del pueblo Jiw, el acceso que estas comunidades
tienen a los servicios básicos que garanticen los derechos a la alimentación, salud, educación y
programas de apoyo para niños y adultos mayores es igualmente limitado.
Tabla 6. Distancias de las comunidades respecto a la cabecera municipal más cercana COMUNIDAD CABECERA
MUNICIPAL MAS CERCANA
FORMA DE TRANSPORTE EMPLEADA POR LA
COMUNIDAD
TIEMPO APROXIMADO DE TRASLADO
Resguardo Barrancón
San José del Guaviare Caminar 2,5 horas
En carro 30 minutos, dependiendo de las condiciones de la vía
Resguardo La María
San José del Guaviare Caminar 2,5 horas
En carro 30 minutos
Resguardo La Fuga
San José del Guaviare Caminar 6-8 horas
En carro 1,5 horas, dependiendo de las condiciones de la vía
Resguardo La Sal
Puerto Concordia Caminar 6-8 horas
En carro 1 hora, dependiendo de las condiciones de la vía
Resguardo Barranco Colorado
Mapiripán Vía fluvial 30 minutos en lancha con motor de 200 hp. 5 horas en canoa
Resguardo Barranco Ceiba
Mapiripán Vía fluvial 1 hora en lancha con motor de 200 hp. 10 horas en canoa
Resguardo Mocuare
Mapiripán Vía fluvial 2 horas en lancha con motor de 200 hp 16 horas en canoa
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Asentamiento Puerto Arturo
San José del Guaviare Caminar 2,5 horas
En carro 40 minutos
Asentamientos Finca Zaragoza
Mapiripán Caminar 2,5 horas
En carro 30 minutos
Asentamiento Puerto Alvira
Mapiripán En carro 3 horas
Vía fluvial 45 minutos en lancha con motor de 200 hp 8 horas en canoa
2.2.1. Derecho a la salud
Como se observa en la Tabla 6, la mayor parte de las comunidades se encuentran alejadas de
las cabeceras municipales y no cuentan con medios de transporte y de comunicación
necesarios para trasladarse ó informar sobre situaciones de emergencia, y de manera más
amplia para acceder a servicios de salud básicos; consulta médica general, actividades de
promoción y prevención en salud, programas de vacunación y actividades de los planes de
intervención colectiva en salud. Esta limitación constituye un factor de vulnerabilidad que se ha
traducido en muchos casos en complicaciones graves por la dificultad de acceso y la
imposibilidad de transportar pacientes en estado delicado.
El acceso a la salud es limitado entre otras por la debilidad en la red prestadora de servicios en
las áreas rurales; la escasa capacidad resolutiva de las instituciones que en ocasiones carecen
de personal médico, equipos adecuados, medios de comunicación y de transporte, así como un
alto déficit en materia de provisión de medicamentos en forma suficiente y oportuna.
Tratándose de comunidades indígenas es necesario tener presente que las condiciones de
salud no solamente se afectan por la prestación de servicios médico asistenciales, sino que
deben ser comprendidas a partir de la visión de lo que significa salud para las mismas
comunidades. En este sentido, el creciente proceso de desestructuración territorial que vive el
pueblo Jiw, caracterizado por el desplazamiento forzado y el confinamiento en que se
encuentran algunas de las comunidades que permanecen en su territorio, genera
consecuencias en este aspecto.
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
29
En dos de los resguardos Jiw no se cuenta con médico tradicional, con lo cual además de las
consecuencias en materia de atención se genera una pérdida cultural que impacta
negativamente a las comunidades. En el caso del Resguardo Mocuare la ausencia de médico
tradicional se explica por el desplazamiento de que fue víctima y que lo obligó a abandonar su
territorio junto con su familia extensiva en el año 2006.
Así, a la débil prestación de servicios a cargo del Estado en los resguardos indígenas, se
suman los impactos que el conflicto armado y en particular, el desplazamiento forzado tienen
sobre las condiciones de vida de las comunidades. El desplazamiento forzado ha implicado
para los médicos tradicionales la imposibilidad de acceder a las plantas necesarias para
desarrollar sus labores, con lo cual su lugar en la comunidad se ve afectado y se genera una
perdida cultural significativa.
En el año 2006, el médico Javier Maldonado presentó una síntesis de los determinantes
intrínsecos y extrínsecos que permiten comprender el deterioro de las condiciones de salud de
los pueblos indígenas de tradición nómada que habitan en la zona media del río Guaviare;
quienes han tenido que modificar de forma drástica sus patrones de asentamiento y uso del
territorio debido a las presiones de la colonización y el conflicto armado en las últimas décadas.
Dicho análisis pone de presente cómo las transformaciones que han sufrido pueblos como los
Jiw impactan de forma directa sus condiciones de bienestar físico. Al respecto destaca
Maldonado21:
- La instauración y crecimiento desordenado de poblaciones colonas carentes de infraestructura sanitaria básica dentro de territorios que hacían parte de los corredores de movilidad de estas comunidades, determinó la contaminación de fuentes de agua, lo que condujo a la diseminación y transmisión de enfermedades de origen infeccioso.
- La explotación por parte de los campesinos colonos de recursos naturales como la madera y la consecuente deforestación que esta actividad de origen extractivo trajo, alteró la dinámica ecológica de los vectores transmisores de enfermedades como la malaria y la leishmaniasis.
- El encuentro de estas comunidades con enfermedades desconocidas para las cuales sus sistemas inmunológicos no guardaban memoria y que no pudieron ser tratadas por sus sistemas médicos tradicionales originaron disminuciones demográficas importantes.
- La consolidación y el avance de los frentes de colonización obligó a estas comunidades a disminuir su movilidad y a establecer asentamientos permanentes
21 MALDONADO FIGUEREDO, Javier. Tres mundos nómadas: Guayaberos, Sikuanis y Nukak. Contacto y supervivencia. Bogotá, 2006. Documento sin publicar.
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
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en donde empiezan a ser parte del ciclo de transmisión de muchas enfermedades y a enfrentar los problemas de hacinamiento y falta de infraestructura propios del sedentarismo.
Y en los últimos años, como consecuencia directa de la agudización del conflicto armado:
- Limitaciones aún mayores para la movilidad dentro de sus territorios lo que dificulta el acceso a recursos alimenticios.
- Desplazamientos masivos de miembros de estas comunidades hacia zonas en cercanías a cascos urbanos, en donde se enfrentan condiciones de vulnerabilidad extrema, empezando a ver comprometida su seguridad alimentaria, entrando a ser parte de los sectores marginados de la población general y viviendo en condiciones de hacinamiento y salubridad precarias.
En el mismo estudio, el médico Maldonado identifica en el Resguardo Barrancón las principales
patologías que presentan sus habitantes; destacando una alta incidencia de enfermedades que
ratifican las anteriores afirmaciones, y que por su carácter de prevenibles muestran la relación
con factores exógenos asociados con las condiciones de vida de las comunidades. Entre otras
se encontraron: infecciones respiratorias agudas, poliparasitismo intestinal, enfermedad
diarreica aguda, desnutrición y anemia.
En el año 2009, el médico Albeiro Riaño22 analizó las condiciones nutricionales de la población
Jiw del Resguardo Barrancón, encontrando datos que reafirman los planteamientos de
Maldonado y muestran la gravedad de una situación que no ha sido atendida de forma efectiva.
El índice de desnutrición aguda en esta comunidad llega a ser de 15,6%; 12 veces superior al
índice que se maneja para la población colombiana en general que es de 1,3%. Entre tanto, la
desnutrición crónica se ubica en un 83,5%, muy superior a la media nacional que es del 12%.
En igual sentido, la desnutrición global se ubica en 53,2%, casi 10 veces superior a la media
nacional de 5,8%
Dada la correlación de factores asociados al desencadenamiento de estas patologías, y su
estrecha relación con determinantes medio ambientales; en su resolución se requiere una
acción interinstitucional que permita incidir en la transformación de los mismos, y por esta vía en
la mejoría de las condiciones de vida de la población. La alta incidencia de estas enfermedades
en la población infantil remite adicionalmente a una situación que de no atenderse de forma
22 RIAÑO, Albeiro. Informe sobre la salud y la nutrición en los pueblos indígenas Nukak Makú y Jiw (Guayabero). De la selva y el nomadismo al territorio de la indiferencia. Bogotá, Organización Nacional Indígena de Colombia �ONIC. Diciembre de 2009. Documento sin publicar.
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
31
efectiva producirá deterioros irreversibles en el proceso de desarrollo físico y cognitivo de los
menores, y con ello reproducirá el círculo de exclusión de estas comunidades.
2.2.2. Derecho a la educación
En todas las comunidades Jiw se presentan niveles de escolaridad muy bajos. Si bien no se
cuenta con datos completos que permitan dar cuenta de la dimensión exacta de esta
problemática; al indagar en cada uno de los resguardos y asentamientos se observan bajos
niveles de escolaridad y altos índices de deserción entre los menores. En todo el pueblo Jiw
sólo existen tres personas que cuentan con estudios de secundaria completa. Ningún miembro
del pueblo Jiw ha accedido a la educación superior. Esta situación contribuye de forma directa
a reproducir los esquemas de exclusión a los que históricamente han estado sometidas estas
comunidades.
Los principales factores que inciden en esta situación son: la débil infraestructura existente en
las comunidades indígenas para el desarrollo del proceso educativo, la necesidad de incorporar
a los integrantes de la comunidad tempranamente a actividades productivas, la escasez de
docentes dentro del mismo pueblo Jiw y la inexistencia de un proyecto etnoeducativo propio.
Dentro de las comunidades se imparte el ciclo de formación primaria, en tanto que para el
acceso a otros niveles educativos, los estudiantes deben trasladarse a las cabeceras
municipales; donde se vinculan a un sistema de educación que no atiende a sus características
culturales, y por ende, implica una fuerte ruptura frente a los referentes de la comunidad.
Dada la escasa pertinencia del proceso educativo y su débil articulación con las necesidades y
expectativas de las comunidades, se presentan altos niveles de deserción entre las
comunidades. Se observa que en la mayor parte de los resguardos y asentamientos, los
menores abandonan la escuela una vez tienen la edad suficiente para conformar parejas y para
apoyar en el desarrollo de actividades que puedan representar un ingreso económico ó apoyar
la subsistencia de su familia.
Las condiciones de las aulas destinadas al proceso educativo en la mayoría de los resguardos y
asentamientos Jiw son muy precarias, y los materiales de que disponen son escasos y
desactualizados. Esta situación es más grave en los resguardos más apartados de las
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cabeceras municipales, que son a su vez aquellos que han sido más impactados por el conflicto
armado, se presenta una grave situación en términos de infraestructura para el proceso
educativo. En el resguardo Mocuare la escuela se cayó y el docente desarrolla sus labores en
un salón adaptado por él mismo en su casa. En los Resguardos Barranco Ceiba y Barranco
Colorado, las condiciones para el desarrollo del proceso educativo no corresponden con las
expectativas de la comunidad y de los propios docentes. Adicionalmente, en el Resguardo La
Fuga la inversión en infraestructura educativa realizada por la administración local se hizo en un
sector ocupado por colonos, en tanto que los indígenas reciben clases en pequeño salón
adaptado por la comunidad, el cual no cumple con los requerimientos básicos para este fin.
En el Resguardo Barrancón algunos de los menores asisten a la escuela ubicada dentro de la
base de la Escuela de Fuerzas Especiales del Ejército Nacional, lo cual, además de las
consecuencias que tiene en materia de vulneración al derecho a la educación propia, constituye
una clara infracción a los principios básicos del Derecho Internacional Humanitario.
A pesar de lo anterior, el pueblo Jiw cuenta con la fortaleza de tener entre sus líderes un grupo
de docentes que se ha esforzado por continuar ejerciendo su trabajo, en ocasiones a pesar de
estar por fuerza de su territorio y sin las condiciones mínimas para desarrollar una labor que
responda a las necesidades de la población escolar y de las comunidades. En los resguardos
Mocuare y Barranco Colorado, los docentes fueron objeto de amenazas y señalamientos que
ocasionaron su desplazamiento y el asesinato de uno de ellos en el año 2000.
2.2.3. Derecho a la alimentación
El derecho a la alimentación en las comunidades Jiw está fuertemente amenazado debido a las
condiciones actuales de acceso a los recursos básicos dentro del territorio. Todas las
comunidades Jiw tienen en la actualidad restricciones para el acceso a alimentos, asociadas
con dos factores principalmente: el conflicto armado y la presión de la colonización sobre sus
territorios23. Como consecuencia de ello, todas las comunidades manifiestan que en los últimos
años han tenido que modificar su dieta tradicional y destacan las dificultades para obtener
alimentos; principalmente proteínas.
23 Pauta de observación en terreno aplicada en los diferentes resguardos y asentamientos entre agosto y septiembre de 2011.
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33
En relación con el conflicto armado, las restricciones impuestas por los grupos armados han
afectado de forma significativa las posibilidades de desarrollar labores de caza, pesca y
recolección, que son la base de las prácticas tradicionales para la consecución de alimentos
dentro del pueblo Jiw. La ocurrencia de combates, bombardeos y hostigamientos, así como la
instalación de minas y trampas han limitado de forma considerable la movilidad de los indígenas
por su territorio, hasta llegar a situaciones de confinamiento como la que se presenta
actualmente en el Resguardo Mocuare, donde la comunidad se ha visto obligada a cultivar en
proximidad al caserío, dada la imposibilidad de circular por amplias zonas del resguardo, que es
el segundo más grande del pueblo Jiw (24.000 hectáreas). La sobreexplotación de recursos que
implica por ejemplo, pescar en uno solo de los caños disponibles en el resguardo, hace que se
afecten las prácticas tradicionales de la comunidad y que la seguridad alimentaria esté en alto
riesgo.
En los resguardos más próximos a las cabeceras municipales, en los que la situación de
conflicto es menos grave, la vulneración del derecho a la alimentación se asocia con otros
factores, como por ejemplo la escasa disponibilidad de suelos aptos para desarrollar cultivos,
como es el caso del Resguardo La María, de apenas 478 hectáreas, ubicado en una zona
altamente inundable que no permite el sostenimiento alimentario de la comunidad. En el
resguardo Barrancón, las dificultades están asociadas con las condiciones para acceder a la
pesca en el Río Guaviare; debido a la alta presencia de pescadores que a través de técnicas
más sofisticadas explotan los recursos existentes, así como la degradación de ecosistemas que
soportan la fauna y permiten la cacería en este territorio.
En lo referente a las comunidades que se encuentran en situación de desplazamiento, una
situación particularmente grave enfrentan las familias ubicadas en la inspección de Puerto
Alvira �Meta, quienes al estar habitando en un caserío, cuentan con muy pocas posibilidades
de desarrollar sus labores de cultivo, pesca, cacería y recolección de frutos. Solamente han
podido establecer algunos cultivos en un pequeño terreno que le ha sido facilitado por los
indígenas Sikuani en el Resguardo Caño Jabón, colindante con la zona en que están
asentados.
La dificultad que tienen en la actualidad las comunidades Jiw para proveerse de sus propios
alimentos tiene como consecuencia directa los bajos niveles nutricionales que afectan a toda la
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34
población, y de forma particular a los niños y niñas. Esta situación constituye uno de los
principales efectos de la pérdida territorial que ha sufrido el Pueblo Jiw y que ha sido expuesta
en este diagnóstico.
En conclusión, la garantía de los derechos fundamentales del pueblo Jiw se encuentra
gravemente amenazada, no sólo por el impacto del conflicto armado sobre sus territorios, sino
además por la débil prestación de servicios a cargo del Estado que no se proveen en forma
oportuna y ajustada a las necesidades y expectativas de las comunidades.
2.3 Huyendo del conflicto armado
Como ya se ha señalado, �la estrategia tradicional de los guayaberos ha sido el mudar para
evitar los conflictos�24. Desde finales de la década de los noventa, los Jiw se vieron nuevamente
forzados a huir para salvar su vida y ésta vez tuvieron que abandonar los territorios que les
habían sido reconocidos años atrás como resguardos. Los Jiw fueron obligados a desplazarse
como consecuencia del conflicto armado que se agudizó en la región; afectando principalmente
a los resguardos situados en la franja media del río Guaviare, como se verá más adelante.
Durante las dos últimas décadas, como consecuencia de agudización del conflicto armado en la
zona media del río Guaviare, los Jiw han sido fuertemente impactados y hoy en día, la situación
del pueblo; sobre el cual se da cuenta en este documento, se puede resumir de la siguiente
manera:
-Cerca del 60% del pueblo ha sido víctima de desplazamiento forzado.
-Nueve miembros del Pueblo Jiw han sido víctimas de homicidio, entre ellos dos docentes, un
promotor de salud, un capitán y dos menores de edad.
-Tres Jiw han sido víctimas fatales de accidentes con mina antipersonal, entre ellos dos
menores.
24 KONDO, Op. Cit. p.31
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
35
-Trece integrantes del Pueblo Jiw han sido víctimas de en un accidentes con municiones sin
explotar halladas en el resguardo Barrancón, colindante con la Escuela de Fuerzas Especiales
del Ejército Nacional.
-Diecisiete Jiw han sido víctimas de desaparición forzada, entre ellos un docente.
-En los resguardos Barranco Ceiba y Barranco Colorado se han presentado retornos irregulares
de familias que habían sido desplazadas. Estos retornos han sido motivados por la falta de
atención integral efectiva por parte de las instituciones responsables.
-Se presentan situaciones de confinamiento en los resguardos Mocuare, Barranco Colorado y
Barranco Ceiba, ocasionadas por las restricciones a la movilidad impuestas por los actores
armados en el marco de la agudización del conflicto armado en sus territorios.
2.3.1 Violación de los derechos individuales y colectivos del pueblo Jiw
La principal consecuencia que han tenido las diferentes formas de violencia que han afectado a
los indígenas Jiw en las últimas décadas, es la pérdida del territorio como derecho colectivo. La
percepción que tienen las comunidades cuando se aborda su situación en perspectiva histórica
es que han sufrido una pérdida territorial que se expresa en un espacio cada vez más reducido
para el desarrollo de sus actividades habituales; con los consecuentes daños en términos de
violación a la autonomía, al gobierno propio, así como la afectación de sitios sagrados.
Esta pérdida territorial se ha materializado en el paso de ser ocupantes de amplias zonas de
sabanas adyacentes a los ríos Guayabero y Ariari, de donde fueron obligados a desplazarse a
mediados del siglo anterior como consecuencia de la violencia que tuvo lugar en dicho período,
a ocupar hoy en día pequeñas porciones de terreno dentro de los resguardos, debido al
confinamiento a que se encuentran sometidos, a la vez que casi la mitad de la población se
ubica por fuera de su territorio.
A partir de los años ochenta, un factor adicional se agrega a la historia de violencia que ha
tenido que afrontar este pueblo. Algunos de ellos recuerdan el año 1986 como el momento de
llegada de �grupos organizados� a algunos de sus resguardos. Si bien, en los primeros años la
presencia de éstos grupos no generó un impacto directo sobre las comunidades, desde finales
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
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de la década de los noventa, cuando la confrontación armada se acentúo en la zona, tras la
llegada de grupos paramilitares a Mapiripán y Puerto Alvira (Meta), las presiones sobre los
indígenas por parte de los grupos armados se hicieron frecuentes; y las restricciones a la
movilidad y al desarrollo de actividades habituales empezaron a tener impacto directo.
A partir de este momento, se estableció una frontera del conflicto en Mapiripán � Meta; de
manera que la movilidad de los indígenas y los colonos por el Río Guaviare quedo limitada por
la dinámica de la confrontación armada. Hasta Mapiripán ejercían dominio los grupos
paramilitares, y de ahí en adelante era territorio controlado por la guerrilla. Las acusaciones de
ser colaborador de uno u otro grupo se hicieron frecuentes desde entonces, y para los
indígenas esto implicó una limitación para el desarrollo de gestiones ante las administraciones
municipales de Mapiripán y San José del Guaviare, dependiendo de la jurisdicción a la que
perteneciera su resguardo. Algunos de ellos recuerdan el contenido de la amenaza que se hizo
frecuente en esos años: �los que se fueran a Mapiri no vuelven al resguardo�
Una de las principales consecuencias de la agudización del conflicto armado en la zona sur del
departamento del Meta y norte del Guaviare, en la que se ubican los resguardos del Pueblo Jiw,
ha sido la ocurrencia de diferentes hechos que constituyen graves violaciones contra los
derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario.
De forma particular, los indígenas Jiw han sido víctimas de señalamientos, asesinatos,
amenazas y hostigamientos, confinamiento, controles al tránsito de alimentos, medicamentos y
personas, irrespeto a las autoridades tradicionales, reclutamiento forzado, accidentes por minas
antipersonales y municiones sin explotar, desaparición forzada, desplazamiento forzado y
utilización de las comunidades como escudo por parte de los diferentes actores del conflicto
armado.
Señalamientos, amenazas y hostigamientos
Como ya se ha indicado, los señalamientos en contra de los indígenas se convirtieron en una
práctica frecuente por parte de los actores armados en el momento en que la confrontación
armada se agudizó en el Río Guaviare. La disputa entre grupos paramilitares, guerrilla y Fuerza
Pública fijó límites para la movilidad de las comunidades y el hecho de transitar de un lugar a
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otro, principalmente hacia las cabeceras municipales, se convirtió en motivo de señalamiento y
amenaza en contra de los Jiw, al ser acusados de ser informantes de uno u otro actor armado.
En repetidas ocasiones este tipo de señalamientos e intimidaciones, dirigidas de forma
particular contra capitanes, docentes y líderes de las comunidades, derivaron en amenazas que
condujeron al desplazamiento forzado de numerosos grupos familiares.
Controles al tránsito de alimentos, medicamentos y personas
La fuerte confrontación armada que se ha instalado en la zona del Río Guaviare desde finales
de la década anterior ha generado además episodios de desabastecimiento que han puesto en
riesgo a las comunidades indígenas que allí habitan. Esto debido a la implantación de una
práctica recurrente por parte de los actores armados; quienes en directa contravención de la
normatividad humanitaria imponen restricciones a la circulación de bienes básicos como
alimentos y medicamentos, así como de las mismas personas.
Irrespeto a las autoridades tradicionales
La mayor presencia de actores armados en el territorio y la utilización del mismo como
escenario para la confrontación, ha generado un permanente atropello contra la autonomía de
las comunidades y contra el ejercicio de la autoridad y el gobierno propio. Los capitanes,
docentes y otros líderes se convirtieron en blanco de amenazas e intimidaciones, y su autoridad
quedó limitada por las reglas de los actores de la guerra.
Accidentes e incidentes con minas antipersonales y municiones sin explotar
Al convertirse el territorio indígena en un escenario de la confrontación armada, una de las más
graves consecuencias que se observa en los resguardos situados en la franja central del Río
Guaviare es la creciente siembra de minas antipersonales, trampas y otros artefactos instalados
por todos los actores del conflicto para cerrar el paso del bando contendiente. Esta es una de
las principales causas de confinamiento y desplazamiento entre el Pueblo Jiw. Los resguardos
principalmente afectados por esta situación son Mocuare, Barranco Ceiba y Barranco Colorado;
que son a su vez los resguardos más grandes del Pueblo Jiw, pero cuya ocupación efectiva por
parte de las comunidades se ha limitado drásticamente en los últimos años como de la siembra
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indiscriminada de minas antipersonales y la instalación de trampas en las que han caído los
mismos indígenas, en episodios como el que generó el desplazamiento masivo del Resguardo
Barranco Ceiba � Laguna Arahuato en el año 2008.
Otra modalidad de afectación por este tipo de artefactos es la que se ha generado en el
Resguardo Barrancón, al lado del cual se instaló la Escuela de Fuerzas Especiales del Ejército
Nacional, invadiendo una porción de territorio indígena, y donde se han producido accidentes e
incidentes como consecuencia del abandono de municiones sin explotar por parte de la Fuerza
Pública; además de la afectación que ha generado para la comunidad la constante práctica de
polígono y demás ejercicios de entrenamiento que han reducido la movilidad de las
comunidades y con ello, el desarrollo de actividades básicas para la supervivencia.
Según la información consolidada por el Programa presidencial para la acción integral contra
minas antipersonal -PAICMA- de la Vicepresidencia de la Republica, el Pueblo Jiw es el
segundo pueblo indígena más afectado por los accidentes e incidentes con minas
antipersonales y municiones sin explotar en la última década, después del Pueblo Awá25.
Reclutamiento de menores
El reclutamiento de menores ha sido uno de los delitos que más ha afectado al Pueblo Jiw
desde finales de la década de los noventa. De forma particular, la guerrilla de las FARC ha
extendido esta práctica contraria a las normas del Derecho Internacional Humanitario;
produciendo con ello profundos daños sobre las comunidades indígenas de la región.
De acuerdo con la información compilada hasta el momento, las comunidades que han sido
más afectadas por el reclutamiento de menores son las ubicadas en los resguardos más
alejados: Mocuare, Barranco Ceiba � Laguna Arahuato y Barranco Colorado. Varios eventos de
desplazamiento están asociados al reclutamiento de menores de la comunidad, así como al
riesgo de ser víctima del mismo.
En años recientes, las comunidades que se encuentran en proximidad a San José del Guaviare
han sido víctimas de reclutamiento de menores por parte de grupos paramilitares no 25 Ver: COLOMBIA. VICREPRESIDENCIA DE LA REPUBLICA. Programa presidencial para la acción integral contra minas antipersonal. Situación de la acción integral contra minas antipersonal. Bogotá, mayo 27 de 2011. Disponible en: www.accioncontraminas.gov.co
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desmovilizados que operan en la zona, concretamente el ERPAC. Este tipo de hechos se han
presentado incluso con familias en situación de desplazamiento, lo cual pone de presente la
escasa capacidad de protección que brinda el Estado aún cuando las comunidades ya han sido
victimizadas.
Desplazamiento forzado
El desplazamiento forzado constituye una violación sistemática y masiva de los derechos de los
pueblos indígenas, que ha generado fuertes impactos sobre la pervivencia física y cultural de
estas comunidades. Adicionalmente, la debilidad en la respuesta institucional ha llevado a que
en algunos casos las familias retornen a sus resguardos de forma irregular, sin ningún apoyo
institucional, teniendo que volverse a desplazar posteriormente ante la recurrencia de
amenazas y otros factores que propiciaron el abandono de los territorios. Los retornos
irregulares se han presentado en los dos últimos años hacia los resguardos Barranco Colorado
y Barranco Ceiba � Laguna Arahuato, y la falta de garantías ha ocasionado que hoy día estas
familias hayan salido nuevamente de su territorio.
El desplazamiento forzado del Pueblo Jiw se ha concentrado en los Resguardos que se ubican
a mayor distancia de los municipios de San José del Guaviare y Mapiripán: Resguardos
Mocuare, Barranco Ceiba � Laguna Arahuato y Barranco Colorado, situados en la franja media
del Río Guaviare, que como ya se ha señalado constituye un escenario de disputa entre la
Fuerza Pública y los grupos armados que hacen presencia en la zona. Otros lugares de
expulsión son las reservas Caño Ceiba y Caño Mina, sobre las cuales el pueblo Jiw adelantaba
procesos de reclamación, al ser sitios de ocupación ancestral indígena. Caño Ceiba se ubica en
el Parque Nacional Natural de La Macarena; mientras que Caño Mina se sitúa en la franja
media del Río Guaviare.
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MAPA 2. Resguardos expulsores
A su vez, la llegada de familias víctimas de desplazamiento forzado se ha concentrado en los
resguardos más próximos a las cabeceras municipales y el municipio de Mapiripán. Se trata
principalmente de los Resguardos Barrancón, La María y La Fuga en San José del Guaviare; La
Sal en Puerto Concordia � Meta. En el municipio de Mapiripán, la recepción se ha concentrado
en la cabecera municipal y el corregimiento Puerto Alvira; adicionalmente, en su momento el
Resguardo Caño Ovejas del Pueblo Sikuani también sirvió como espacio para dar albergue a
familias Jiw en situación de desplazamiento, en el marco de un acuerdo inter étnico en tal
sentido.
Es necesario anotar en lo referente a la llegada de familias a los mismos resguardos del Pueblo
Jiw, que si bien en su momento los resguardos La María, La Fuga y La Sal han sido espacios
de acogida; la mayor recepción de población victima de desplazamiento se ha concentrado en
el Resguardo Barrancón, que a su vez es uno de los más pequeños del pueblo Jiw, con apenas
2.500 hectáreas; en el cual se presenta un alto deterioro en los ecosistemas necesarios para la
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consecución de recursos básicos para el sostenimiento de una población que en la última
década se ha incrementado en más del doble.
MAPA 3. Resguardos receptores
En los eventos de desplazamiento del Pueblo Jiw durante la última década, pueden observarse
tres características distintivas. En primer término, se trata en su mayor parte, de eventos de
desplazamiento masivo que afectan a comunidades enteras o familias extensas; en segundo
lugar, en un alto porcentaje se trata de desplazamientos que afectan de forma particular a los
líderes y autoridades tradicionales de las diferentes comunidades; y, en tercer término, se
presentan con frecuencia múltiples desplazamientos que afectan a un mismo grupo familiar.
El primer aspecto nos remite a las formas de organización tradicional que habían sido
presentadas en otra sección de este documento. Se trata de núcleos completos de familias
extensas que se mueven en torno a un líder reconocido por todos. Este patrón permite rastrear
las dinámicas de movilidad tradicional de los Jiw, y en la última década se observa también en
el desplazamiento forzado. En la Tabla 7 se recoge la relación de los diferentes eventos de
desplazamiento forzado que ha vivido el Pueblo Jiw durante la última década; para lo cual la
información se organizó a partir de la categoría de familias extensivas.
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
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El segundo aspecto nos pone de presente el alto grado de vulnerabilidad a que han estado
sometidos los líderes y autoridades tradicionales del Pueblo Jiw; lo cual los ha hecho objeto de
amenazas y señalamientos que los han obligado a abandonar su territorio. Algunos eventos de
desplazamiento se han producido como consecuencia directa del asesinato y las amenazas
directas de un líder de la comunidad.
En tercer término, varias de las familias extensas del Pueblo Jiw han sido víctimas de diversos
eventos de desplazamiento, lo cual pone de presente la falta de protección efectiva por parte
del Estado aún cuando las personas ya han sido víctimas de este delito. Estrechamente
vinculado con este aspecto se encuentran los retornos irregulares que se han dado hacia
algunos resguardos, como consecuencia de la falta de atención en los lugares de recepción. En
varias oportunidades estos hechos han conducido a una revictimización de la población; que es
nuevamente objeto de amenazas y hostigamientos, e incluso de asesinato como fue el caso del
promotor de salud del resguardo Barranco Colorado en el año 2002.
A continuación se hace una reseña de los hechos de desplazamiento que han afectado a más
de la mitad del pueblo Jiw en los últimos años, y que constituyen una vulneración sistemática y
masiva de sus derechos.
TABLA 7. TRAYECTORIA DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO DEL PUEBLO JIW. 1999-2011 GRUPO FECHA LUGAR DE EXPULSION LUGAR DE
RECEPCIÓN TIPOLOGÍA CAUSAS
Familia extensiva
1999 Resguardo Barranco Colorado
Resguardo La Sal � Bello Horizonte
Amenazas de reclutamiento forzado
Familia extensiva
Enero 22 de 2000 Resguardo Barranco Colorado
Resguardo Barrancón Desplazamiento masivo / 4 familias
Amenazas de reclutamiento forzado
Familia extensiva
Junio de 2001 Resguardo Mocuare Resguardo Barrancón Desplazamiento masivo / 4 familias
Señalamientos y amenazas.
Desplazamiento inter resguardo.
Abril de 2011 Resguardo Barrancón Mapiripán � casa indígena-
Conflictos internos.
Toda la comunidad
2002 Resguardo Barranco Colorado
Resguardo Mocuare, Resguardo Barranco Ceiba � Laguna Arahuato, Resguardo Charco Caimán, Resguardo Siare, Resguardo Corocoro
Desplazamiento masivo
Homicidio del promotor de salud de la comunidad. Miedo generalizado
Desplazamiento inter resguardos
Família Noviembre de 2003
Resguardo La Sal Resguardo Barrancón Desplazamiento inter resguardo
Amenazas posteriores al homicidio de un miembro de la comunidad.
Familia extensiva
Junio de 2004 Resguardo Mocuare Resguardo Barrancón Desplazamiento inter resguardo.
Señalamientos y acusaciones contra integrantes de la comunudad. Desplazamiento de
líderes y autoridades indígenas.
Diciembre de 2006 Resguardo Mocuare Mapiripán Desplazamiento hacia cabecera municipal
Amenazas directas.
2006 Resguardo Barrancón Resguardo Caño Ovejas � Nuevo Morichal
Concertación con capitán Sikuani para que �prestara� un pedazo de tierra.
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2009 Resguardo Caño Ovejas - Nuevo Morichal
Finca El Viso Por conflictos con el pueblo Sikuani salen de Caño Ovejas y ocupan la finca El Viso
Diciembre de 2008 Finca El Viso Finca Zaragoza Reubicación por parte de administración departamental y municipal
Familia extensiva
Diciembre de 2004 Resguardo Barranco Ceiba- Laguna Arahuato
Resguardo Caño Negro Desplazamiento unifamiliar / 13 personas.
Amenazas directas hacia el Capitán. Restricciones a la movilidad.
Desplazamiento de líderes y autoridades indígenas. Desplazamiento inter resguardo
Marzo de 2005 Resguardo Caño Negro San José del Guaviare (casa indígena)
Desplazamiento de líderes y autoridades indígenas.
Persistencia del riesgo por presencia de la guerrilla en la zona.
Desplazamiento hacia cabecera municipal
Junio de 2005 San José del Guaviare (casa indígena)
Resguardo Barrancón � sector Libertad
Desplazamiento de líderes y autoridades indígenas.
Ante la falta de atención, buscan ayuda en otro resguardo.
Desplazamiento inter resguardo
Toda la comunidad
Agosto de 2005 Reserva Caño Ceiba Puerto Concordia Desplazamiento masivo
Homicidio del capitán Nebio Gil y de Albeiro Gil, en el momento en que se desarrollaba el sepelio del primero
Desplazamiento hacia cabecera municipal
Agosto de 2005 Puerto Concordia Resguardo La Sal El grupo se divide, y ante la falta de atención por parte del Estado buscan ayuda en otros resguardos.
Agosto de 2005 Puerto Concordia Resguardo Barrancón
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2008 Resguardo Barrancón Resguardo La Sal Traslado por conflictos internos generados en el Resguardo Barrancón
2009 Resguardo La Sal Finca Puerto Cacao Reubicación por parte de administración departamental y municipal
Junio de 2011 Finca Puerto Cacao Finca María Luisa (Puerto Arturo)
La comunidad debe ser trasladada como consecuencia de la inundación ocurrida en Puerto Cacao
Familia extensiva
Noviembre de 2006
Resguardo Mocuare Resguardo Barrancón Desplazamiento de líderes y autoridades indígenas.
Reclutamiento de un integrante de la comunidad. Amenazas y señalamientos.
Desplazamiento inter resguardo
Familia extensiva
Enero de 2007 Resguardo Barranco Colorado
Resguardo Barrancón Desplazamiento de líderes y autoridades indígenas
Amenazas y señalamientos contra el docente
Familia extensiva
Marzo de 2008 Resguardo Barranco Ceiba- Laguna Arahuato / sector Laguna Barajas
Mapiripán. Finca Macuare.
Desplazamiento masivo /81 personas.
Presencia de grupos armados en el territorio.
Desplazamiento hacia cabecera municipal.
Restricciones para el desarrollo de actividades básicas. Confinamiento desde el año 2004.
Desplazamiento de líderes y autoridades indígenas.
Amenazas directas contra el capitán. Restricciones a la movilidad.
Amenazas e intimidaciones contra promotores y docentes por gestionar ante administración.
2007: �se prohibía ir al pueblo. se prohibía ir al monte�
Junio de 2008 Mapiripán Resguardo Caño Ovejas
Traslado por parte de la Alcaldía Municipal
Diciembre de 2008 Mapiripán Resguardo La Fuga Conflictos con el pueblo Sikuani
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
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Junio de 2009 Resguardo La Fuga Mapiripán Escasez de recursos en el Resguardo La Fuga
Agosto de 2009 Mapiripán Finca Zaragoza Reubicación por parte de administración departamental y municipal
Familia extensiva
Julio 5 de 2008 Resguardo Barranco Ceiba - Laguna Arahuato
Caño Mina Desplazamiento masivo / 45 personas.
Presencia de minas antipersonales, control a la movilidad en el territorio, prohibición a la pesca. Confinamiento.
Enfrentamientos Ejército � guerrilla.
Agosto 16 de 2008 Caño Mina Mapiripán Desplazamiento masivo
Falta de atención
Desplazamiento hacia cabecera municipal
Septiembre de 2008
Mapiripán Resguardo Cachivera de Nare
Desplazamiento masivo
Reubicación por parte de administración municipal.
Desplazamiento a resguardo
Noviembre de 2008
Resguardo Cachivera de Nare
Resguardo Barrancón Desplazamiento masivo
Amenazas directas.
Desplazamiento inter resguardos
Septiembre de 2009
Resguardo Barrancón Mapiripán (isla) Desplazamiento masivo
Falta de atención
Enero de 2010 Mapiripán -isla Mapiripán (casa indígena)
Desplazamiento masivo
Inundación
Julio de 2010 Mapiripán Finca Zaragoza Reubicación por parte de administración departamental y municipal
Toda la comunidad
Octubre 5 de 2008 Resguardo Barranco Ceiba - Laguna Arahuato
Puerto Alvira Desplazamiento masivo
Muerte de dos menores de la comunidad (de 16 años y 8 meses
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
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Desplazamiento hacia centro poblado
de edad) al activar una mina antipersonal en el puerto de Barranco Ceiba.
Familia extensiva
Octubre de 2008 Resguardo Barranco Colorado
Caño Mina Desplazamiento masivo / 60 personas.
Amenazas y señalamientos, luego del homicidio de un miembro de la comunidad.
Septiembre de 2010
Caño Mina Mapiripán Desplazamiento masivo
Amenazas directas.
Desplazamiento de líderes y autoridades indígenas. Desplazamiento hacia cabecera municipal
Enero de 2011 Mapiripán Finca Zaragoza Reubicación por parte de administración departamental y municipal
Familia extensiva
2008 Resguardo Mocuare Resguardo Barrancón Desplazamiento masivo
Restricciones a la movilidad. Amenazas y señalamientos.
Desplazamiento de líderes y autoridades indígenas. Desplazamiento inter resguardos
Tres sectores del Resguardo La Sal
Agosto de 2011 Resguardo La Sal - sectores
San José del Guaviare Desplazamiento masivo
Amenazas
Desplazamiento de líderes y autoridades indígenas. Desplazamiento hacia cabecera municipal
Fuente: reconstrucción a partir de líneas de tiempo y pauta de observación en terreno aplicadas en cada uno de los resguardos y asentamientos entre agosto y septiembre de 2011
3. SITUACION ACTUAL POR RESGUARDOS
RESGUARDO MOCUARE /MOKUER LAJT/
El resguardo Mocuare se ubica en el sur del departamento del Meta, y es, de los resguardos
titulados al Pueblo Jiw el que se encuentra a mayor distancia con respecto a las cabeceras
municipales de San José del Guaviare y Mapiripán, que son los dos puntos de referencia para
la prestación de servicios básicos a las comunidades.
Mediante la resolución 0015 del 18 de enero de 1978 fue constituido como una de las primeras
reservas reconocidas al Pueblo Jiw, y en 1983, a través de la resolución 054 del 21 de julio se
elevó a la categoría de resguardo con un área total de 24.000 hectáreas.
Sobre la llegada de la población que actualmente habita este resguardo, Riena de Kondo
recoge el relato �Historia de la comunidad Mocuare� de Felipe González:
Nosotros no vivíamos en un solo sitio, andábamos por muchos sitios. Antiguamente vivíamos en San Martín. Por la violencia (en esos días fue que mataron a Jorge Eliécer Gaitán), nos fuimos a vivir a Puerto Lleras que tiene nombre en nuestro idioma; anteriormente nosotros lo llamábamos Zemato. Llegó entonces la violencia de Aljure. Por esos días vivíamos en una tierra que llamamos Pororio, allí vivía el abuelito del actual promotor de salud de nuestra comunidad, se llamaba Marcos Pororio. Cuando el Aljure llegó, mató al abuelo y nos hizo salir de ahí. Por culpa de ese hombre, bajamos por este río. Nos vinimos por el río Ariari y entramos y vivimos un tiempo en el río Guejar. Luego en caño la Sal, la Fuga, Mapiripán, Jabón, Nare� (� ) Casi que es la violencia la que nos ha hecho correr tanto26.
En la última década, Mocuare ha sido uno de los mayores resguardos expulsores de población
indígena, debido a que su ubicación lo hace un sitio estratégico en el marco de la disputa que
sostiene la Fuerza Pública con la guerrilla de las FARC en el sur del Meta y norte del Guaviare.
Esta situación ha generado que desde el año 2001 los indígenas que allí habitaban empezaran
a desplazarse hacia las cabeceras municipales de San José del Guaviare y Mapiripán. El
desplazamiento ha afectado en total a una población aproximada de 300 personas; de manera
26 KONDO. Op. Cit. p. 176
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
50
que hoy en día la población que habita el resguardo es de apenas 103 personas -24 familias-,
luego de que a comienzos de la década la misma superaba los 400 habitantes.
Actualmente, la población que permanece en Mocuare se encuentra en situación de
confinamiento. La porción del territorio que pueden utilizar efectivamente es muy restringida,
debido a la presencia de grupos armados, la siembra de minas antipersonales y trampas, y la
ocurrencia de combates en proximidad al resguardo.
Como se indicó en la primera parte de este documento, durante la fase de actualización del
diagnóstico comunitario no se pudo visitar esta comunidad debido a las restricciones de orden
público existentes en el momento. Por lo anterior, la situación de esta comunidad debe
considerarse de forma especial debido a la persistencia de factores de riesgo que amenazan la
vida e integridad de las familias que han permanecido en este territorio.
RESGUARDO BARRANCO CEIBA /TIP-ONO/ � LAGUNA ARAHUATO /ARAMPUKA/
El resguardo Barranco Ceiba es el más grande de los siete resguardos reconocidos legalmente
al Pueblo Jiw y se organiza en cuatro sectores: Barranco Ceiba, Laguna Arahuato I, Laguna
Arahuato II y Laguna Barajas.
Fue reconocido como reserva a través de resolución 004 del 13 de febrero de 1980, y elevado a
la categoría de resguardo en el año 1983 mediante resolución 049 del 21 de julio con un área
total de 24.940 hectáreas.
En enero de 2005, como consecuencia de amenazas e intimidaciones se desplazó el capitán
junto con su familia. En un primer momento se ubicaron en el resguardo Caño Negro del pueblo
sikuani, y posteriormente se trasladaron al resguardo Barrancón.
A pesar de que desde comienzos de la presente década su población empezó a ser afectada
por la presencia de grupos armados, combates y restricciones a la movilidad; el grueso de esta
comunidad resistió al desplazamiento hasta el 5 de octubre de 2008, cuando abandonaron
completamente su territorio presionados por el miedo generalizado que ocasionó el accidente
en que María Cristina Meléndez de 16 años de edad, junto con su hija de 8 meses de edad
perdieron la vida al activar una mina antipersonal instalada en proximidad al puerto de acceso a
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la comunidad. Este hecho propició el desplazamiento masivo de toda la comunidad, hacia el
corregimiento Puerto Alvira del municipio de Mapiripán; donde permanecen hasta este
momento.
Actualmente se encuentran en el resguardo 12 familias integradas por 52 personas que luego
de haber sido desplazadas retornaron por sus propios medios con el propósito de ocupar
nuevamente su territorio tradicional. Esta población enfrenta fuertes restricciones para su libre
movilidad y para la ocupación y explotación efectiva de la totalidad del resguardo, debido a la
alta presencia de grupos armados ilegales que emplean éste territorio como corredor de
movilidad estratégica entre el río Guaviare y el río Inírida. En estrecha relación con lo anterior,
en varias zonas del resguardo se han instalado minas antipersonales y trampas que constituyen
un factor de riesgo directo para la población que allí habita.
Este resguardo tampoco pudo visitarse en el proceso de revisión y actualización del Diagnóstico
Comunitario debido a la situación de orden público existente en la zona media del río Guaviare.
RESGUARDO BARRANCO COLORADO /KARNUM/
En una ruta ascendente por el Río Guaviare, el tercer resguardo que se ubica es Barranco
Colorado, reconocido como tal mediante Resolución 46 del 17 de octubre de 1995, con una
extensión total de 9.327 hectáreas.
Desde el año 1999 la población de Barranco Colorado empezó a desplazarse como
consecuencia de las frecuentes amenazas y señalamientos por parte de los grupos armados
que operan en la zona. Entre los años 2000 y 2002 fueron asesinados el docente Saúl Enrique
Niño y el promotor de salud Luis Carlos González. Luego de cada uno de estos hechos se
propiciaron eventos de desplazamiento forzado desde este resguardo.
La amenaza de reclutamiento de los jóvenes de la comunidad ha sido una de las principales
motivaciones para el desplazamiento de familias que han salido de Barranco Colorado desde el
año 1999.
En agosto de 2002, toda la comunidad se desplazó tras el asesinato del promotor de salud a
manos de la guerrilla de las FARC y el temor generalizado derivado de este hecho. Ante la
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imposibilidad de trasladarse hacia Mapiripán o San José del Guaviare, toman el curso del Río
Guaviare y se ubican en el resguardo Mocuare, luego en el resguardo Barranco Lindo Siare (del
pueblo Sikuani), posteriormente en el resguardo Corocoro; de donde regresan a su territorio en
el año 2004, siendo obligados a desplazarse nuevamente en el 2007, esta vez hacia el
resguardo Barrancón.
En julio de 2007, otros habitantes de la comunidad se desplazaron tras el temor generalizado
que se instala en la zona tras los combates entre la Fuerza Pública y la guerrilla; las amenazas
derivadas de la mayor confrontación y el temor ante el reclutamiento de menores. Este grupo
también se ubicó en el Resguardo Barrancón.
Tras algunos retornos irregulares, actualmente se encuentran en este resguardo cerca de 46
familias que han sido afectadas durante el último año por los constantes enfrentamientos entre
la Fuerza Pública y las FARC dentro y en proximidad al territorio indígena. Como consecuencia
de lo anterior, se ha producido el desplazamiento de algunas familias que se han ubicado en el
Resguardo Barrancón y en la Finca Zaragoza.
RESGUARDO LA FUGA /CHAR-ON-LAJT/
Ubicado en inmediaciones del Caño La Fuga, fue reconocido como reserva indígena a través
de resolución 0066 del 13 de junio de 1979 y elevado a la categoría de resguardo mediante
resolución 0047 del 10 de diciembre de 1997, con una extensión de 3.680 hectáreas. En dicha
resolución, el INCORA presenta un censo de 145 personas agrupadas en 28 familias sin
especificar su pertenencia étnica. Sin embargo en la resolución de 1979 se reconocieron
iguales derechos a indígenas Guayabero, Desano y Piritapuyo.
Los Jiw de La Fuga señalan que proceden de las sabanas de La Fuga, de donde fueron
violentamente expulsados por las presiones de la colonización y de La Violencia de mediados
del siglo XX, hasta ocupar el sitio actual. Recuerdan que tras un episodio de confrontación con
indígenas Tucano Oriental procedentes del Departamento del Vaupés en la década de los
sesenta; en el que murió un Jiw y varios más quedaron heridos, perdieron una parte de su
territorio, quedando restringidos a la zona que se conoce como Sector Fanas. Esta afirmación
es confirmada en la ya citada crónica de Alfredo Molano, quien recorrió la zona en 1988 y
encontró sólo dos familias guayaberas en La Fuga.
DIAGNÓSTICO COMUNITARIO DEL PUEBLO JIW. Noviembre de 2011
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Actualmente habitan en este resguardo aproximadamente 24 familias Jiw. La mayor parte del
territorio es ocupada por familias Tucano Oriental, en tanto que otra porción del mismo es
ocupada por colonos organizados en las veredas La Taguara, El Limón y El Recreo; lo cual
constituye una fuerte amenaza para los Jiw que ven restringido sus posibilidad de ocupación
efectiva del resguardo y con ello limitado el acceso a zonas de pesca y cacería necesarias para
garantizar la provisión de bienes básicos para la comunidad.
RESGUARDO LA SAL /MASAL/
Este es el único resguardo del pueblo Jiw ubicado en jurisdicción del municipio de Puerto
Concordia � Meta, y fue conformado como reserva mediante resolución 206 del 12 de
noviembre de 1975 y elevado a la categoría de resguardo en 1996 a través de la resolución 23
del 24 de mayo de 1996, con un área total de 3.275 hectáreas.
Actualmente habitan en este resguardo 61 familias, organizadas en 6 sectores: Tayrona, Centro
La Sal, La Ye, Santa Rita, Caño Bejuco y Caño Guio.
En agosto de 2011 se produjo el desplazamiento masivo de los habitantes de los tres primeros
sectores, por amenazas proferidas por grupos armados al margen de la ley que operan en la
zona. Estas familias estuvieron durante varias semanas en la cabecera municipal de San José
del Guaviare, y recientemente se produjo el retorno de la mayoría de ellas, en tanto que un
grupo que no pudo retornar se ubicó en el resguardo Barrancón.
RESGUARGO LA MARIA /WUEJ-LAJT/
Este resguardo fue conformado en el año 1998 mediante resolución 0021 del 29 de julio y es el
resguardo más pequeño del pueblo Jiw, con apenas 478 hectáreas. Actualmente se encuentra
habitado por 12 familias, integradas por 66 personas.
La mayor parte del terreno corresponde a áreas que se permanecen inundadas durante varios
meses al año y, por ello no son aptas para el desarrollo de cultivos. La carencia de tierras aptas
para cultivar ha llevado a que incluso en ocasiones, parte de los habitantes del resguardo La
María deban trasladarse al resguardo Barrancón para sembrar yuca brava y preparar casabe.
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La comunidad de La María señala haber planteado solicitudes de ampliación y saneamiento de
su resguardo ante el INCODER, sin haber recibido respuesta alguna a este respecto.
RESGUARDO BARRANCON /BAKAM/
El Resguardo Barrancón tiene una extensión de 2.500 hectáreas, y se sitúa a 6 kilómetros de la
cabecera municipal de San José del Guaviare. Habitan allí aproximadamente 598 indígenas
Jiw, distribuidos en tres sectores de población raizal que suman 410 habitantes, y tres sectores
de población en situación de desplazamiento que suman 188 habitantes.
Barrancón fue reconocido como reserva indígena a través de la resolución 230 del 26 de
noviembre de 1975, y se le reconoció el carácter del resguardo en 1988 mediante resolución
068 del 16 de agosto.
Los Jiw ubican su llegada al sitio actual hacia mediados del siglo XX, tras haber salido del
actual San José y haberse trasladado a Bocas de Agua Bonita. Esta narración coincide con el
planteamiento de Alfredo Molano respecto al crecimiento de San José del Guaviare y el
desplazamiento del asentamiento indígena hacia el actual resguardo Barrancón:
San José del Guaviare comenzó a crecer espontáneamente como puerto sobre el Guaviare desde principios de los años treinta, al lado de un asentamiento indígena guayabero. Todo hace pensar que esa comunidad fue la misma que el padre Vela llamó Viso � Mutop. (� ) Con la Segunda Guerra Mundial llegó la Rubber Development Corporation al Vaupés, abrió la trocha que queda dicha (de San José a Calamar) y estableció un puesto de compra y una bodega al lado del cuartel de Policía. A medida que la inspección se fue poblando, el asentamiento indígena se fue desplazando hacia el lugar donde se encuentra en la actualidad, Barrancón27.
En la crónica de Molano también se hace referencia a la pérdida de territorio que refieren los
Jiw de Barrancón entre la extensión reconocida en la constitución de la reserva en el año 1975
y la titulación del resguardo en 1998.
Barrancón es hoy una reserva de dos mil quinientas hectáreas con unos cientos veinta individuos. Los indígenas se quejaban de que durante la bonanza perdieron tres mil quinientas hectáreas que les fueron arrebatadas por colonos. A pesar de
27 MOLANO. Op. Cit. p. 198
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que el Incora les había asignado seis mil hectáreas, sólo les escrituró dos mil quinientas, convalidando el desalojo28.
En términos territoriales, los pobladores del Resguardo Barrancón identifican dos factores de
afectación que han causado un grave impacto sobre esta comunidad en los últimos años. El
primero es la instalación de la base de la Escuela de Fuerzas Especiales del Ejército al lado del
Resguardo; el segundo es la masiva llegada de población Jiw en situación de desplazamiento
desde el año 2000.
La proximidad con la Escuela de Fuerzas Especiales ha implicado graves impactos sobre la
comunidad del Resguardo Barrancón, entre otros la imposibilidad de desarrollar sus actividades
cotidianas en la totalidad del territorio, debido principalmente al abandono de municiones sin
explotar. En el año 2007 se presentó un episodio en el que varios miembros del pueblo fueron
heridos con este tipo de artefactos, abandonados en proximidad al sitio en el que se ubica el
polígono de la EFE;
el 21 de febrero de 2007, 16 indígenas de la etnia Guayabero resultaron heridos al explotar un artefacto explosivo que se encontraba en su maloka, (� ) un sector de población desplazada que se encuentra refugiada en el resguardo de Barrancón en el municipio de San José del Guaviare. De acuerdo con fuentes locales, los indígenas recogieron el artefacto luego de una práctica que se llevó a cabo en días anteriores en el Centro de Entrenamiento de las Fuerzas Especiales del Ejército, ubicado en la base militar de Barrancón. La ONIC, Organización Nacional Indígena de Colombia, informó que el remanente explosivo de guerra fue encontrado por una joven indígena en una chagra dentro del resguardo. El Ejército, por su parte, afirmó que los indígenas entraron a una zona de práctica militar a recoger restos metálicos para venderlos como chatarra. Por el mismo hecho, 9 niños y 7 adultos resultaron gravemente heridos, de acuerdo con autoridades de salud de San José del Guaviare29.
Recientemente se ha dado inicio a un proceso de diálogo entre las autoridades del Estado
Colombiano y las autoridades del resguardo Barrancón, dirigidas a tomar decisiones dirigidas a
disminuir los impactos que la presencia de la base militar ha tenido para esta comunidad.
28 Ibídem, p. 201. 29 OFICINA PARA LA COORDINACIÓN DE ASUNTOS HUMANITARIOS / SALA DE SITUACIÓN HUMANITARIA. Informe Febrero � Marzo 2007. Vol. 6. No. 2. En: http://www.colombiassh.org/temp/informes.php
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El segundo factor de afectación territorial que se presenta en este resguardo se asocia con la
llegada de cientos de víctimas de desplazamiento forzado que en la última década han buscado
refugio en este territorio. Las autoridades del resguardo Barrancón han permitido la llegada de
quienes han tenido que huir como consecuencia del conflicto armado. Sin embargo, esta
situación, sumada a la errática acción institucional generó en un primer momento que afloraran
dificultades y diferencias entre los diferentes grupos que llevaron incluso a episodios de
violencia.
La necesidad de vivir en grupos muy amplios, y compartir un territorio que pronto resultó
insuficiente para proveer la subsistencia de toda la población que se asentó en el resguardo
Barrancón, condujo a una serie de situaciones que derivaron en confrontaciones entre los
diferentes grupos, y fue necesaria la intervención institucional para trasladar a algunas familias
a otros lugares.
Actualmente permanecen cerca de 35 familias en situación de desplazamiento en este
resguardo; la mayor parte de las cuales no considera cercana la posibilidad de retornar a sus
territorios de origen. Entre tanto, sus condiciones de vida son bastante precarias debido a la
escasez de recursos en el territorio de ubicación actual, que se ha visto sometido a una fuerte
sobreexplotación en los últimos años.
RESERVA CAÑO MINA
Caño Mina es un asentamiento reclamado por el Pueblo Jiw como territorio ancestral indígena;
allí se encontraban algunas familias que ya habían sido desplazadas de los resguardos
Mocuare, Barranco Ceiba y Barranco Colorado. Como consecuencia de las presiones y
amenazas de que han sido objeto, a principios de septiembre del 2010 tuvieron que
desplazarse hacia la cabecera municipal de Mapiripán � Meta, donde se encuentran ubicados
actualmente.
Cabe señalar que en el caso de las familias procedentes de los resguardos Barranco Ceiba �
Laguna Arahuato y Barranco Colorado, se trata de familias que durante los años 2009 y 2010
habían retornado de manera irregular a sus territorios, obligados por la falta de atención
recibida tras los primeros desplazamientos. Estas familias volvieron a salir en los últimos meses
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de sus resguardos, se situaron en Caño Mina; donde volvieron a ser objeto de amenazas que
los condujeron finalmente a buscar protección en el municipio de Mapiripán.
RESERVA CAÑO CEIBA
La reserva Caño Ceiba se sitúa en inmediaciones del Parque Nacional Natural La Macarena, y
es territorio ancestral reclamado por el pueblo Jiw.
Entre noviembre de 2001 y mayo de 2003 se presentaron los primeros desplazamientos
ocasionados por el temor al reclutamiento forzado y la situación de confinamiento a que venía
siendo sometida la comunidad.
En agosto de 2005 se produjo el desplazamiento de la totalidad de familias y el abandono
completo de la reserva, como consecuencia del asesinato del capitán Nebio Gil, y del joven
Albeiro Catón en el momento en que se desarrollaba el sepelio del primero. Estas familias se
ubicaron en los resguardo La Sal y Barrancón, de donde posteriormente fueron trasladadas a la
Finca Puerto Cacao, en el municipio de Puerto Concordia.
En junio de 2011 como consecuencia del invierno, la Finca Puerto Cacao se inundó y la
población debió ser trasladada a Puerto Arturo, en el costado opuesto del río Guaviare,
jurisdicción del municipio de San José del Guaviare.
Actualmente este grupo está integrado por 60 familias que han sido ubicadas en la Finca María
Luisa, y que han sido víctimas de la discriminación de los vecinos de algunas fincas en los que
se ha dispuesto su ubicación ante la necesidad de brindar un terreno apto para el desarrollo de
las actividades básicas de esta población. En episodios que evidencian las profundas raíces de
la discriminación, los habitantes de la zona se han opuesto de forma reiterada a que los Jiw
sean reubicados en proximidad a sus predios.
Esta situación reviste una particular gravedad debido a que el territorio que abandonó este
grupo en el año 2005 no está reconocido como resguardo, y las circunstancias que se han
presentado tras el desplazamiento han hecho que estas familias no puedan tener un espacio en
el que habitar en condiciones dignas, y realizar las actividades necesarias para garantizar su
subsistencia de forma autónoma.
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CONCLUSIONES
A partir de los planteamientos presentados en este documento se pueden extraer las siguientes
conclusiones:
El Pueblo Jiw ha vivido un largo proceso de desestructuración territorial, asociado con el
impacto que sobre estas comunidades han generado los diferentes ciclos de violencia que han
tenido lugar en la zona inter fluvial que han ocupado ancestralmente.
La comprensión de este proceso de largo plazo permite situar en su real dimensión los impactos
que el conflicto armado, agudizado en la región en las últimas décadas, ha tenido sobre estas
comunidades.
En este sentido, el conflicto armado constituye la fase más reciente de un proceso de
desestructuración territorial que ha acentuado las ya frágiles condiciones del pueblo Jiw; lo que
implica un riesgo real de exterminio de estas comunidades.
Durante los últimos diez años, los Jiw han sido víctimas de violaciones graves y manifiestas de
normas internacionales de derechos humanos e infracciones al derecho internacional
humanitario, que ponen en riesgo su existencia física y cultural como pueblo indígena.
Con particular intensidad, el pueblo Jiw ha sido víctima de desplazamiento forzado,
reclutamiento de menores, amenazas y hostigamientos contra líderes y autoridades
tradicionales, accidentes e incidentes con minas antipersonales y municiones sin explotar.
En cuanto al desplazamiento forzado se trata en su mayoría de eventos de desplazamiento
masivo, ocasionados como consecuencia de amenazas, hostigamientos y homicidios de líderes
y autoridades tradicionales; reclutamiento de menores y accidentes con minas antipersonales.
Los Jiw se han desplazado principalmente atendiendo al patrón de familia extensiva, de
acuerdo con la cual un grupo de familias se mueven en torno a un líder reconocido por todos.
Estos clanes han permanecido juntos en términos generales, y ello evidencia la fuerte cohesión
comunitaria al interior del pueblo Jiw en torno a esta figura.
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Otros factores que dan muestra de la fortaleza cultural del pueblo Jiw son la persistencia del
patrón de unión endogámica, la defensa de sus tradiciones culturales, evidenciada entre otras
en el uso prevalente de su propia lengua en todas las comunidades, y su empleo como canal de
transmisión cultural a los niños y niñas; quienes se comunican cotidianamente en /Jiw Jame/.
La fortaleza del pueblo Jiw, y su decisión de hacer frente a las graves situaciones que les han
impactado en los últimos años, se ha hecho evidente en cada uno de los encuentros
comunitarios realizados desde el año 2008. Allí, se ha puesto de presente que la organización
comunitaria constituye el principal referente para el fortalecimiento del pueblo Jiw y su avance
hacia la reclamación efectiva de sus derechos.
Corresponde al Estado garantizar los derechos fundamentales del pueblo Jiw, así como reparar
de forma efectiva los daños causados con ocasión de los episodios de violencia que han
afectado a estas comunidades. Este proceso sólo podrá desarrollarse a partir de un dialogo
permanente con las autoridades del pueblo Jiw, que avance en el reconocimiento efectivo de su
autonomía y derechos. Para ello, el camino habilitado para la construcción de un plan de
salvaguarda étnica en los términos ordenados por la Corte Constitucional, constituye un paso
de gran importancia.