Post on 22-Jan-2018
CONSTRUYENDO CONCEPTOS Y EXPERIENCIAS EN EDUCACIÓN AMBIENTAL
Maryela Paola Bolaño Lara
Deisy Figueroa Vargas
Ingrid Alarcón Diaz
John Harvy Tobón Gómez
Maestría en Desarrollo Sostenible y Medio ambiente
Electiva Educación Ambiental
Octubre de 2017
La Educación Ambiental (EA) es un proceso democrático, dinámico y participativo, que
busca despertar en el ser humano una conciencia, que le permita identificarse con la problemática
socio ambiental, tanto a nivel general, como del medio en el cual vive; identificar y aceptar las
relaciones de interacción e interdependencia que se dan entre los elementos naturales allí presentes
y mantener una relación armónica entre los individuos, los recursos naturales y las condiciones
ambientales, con el fin de garantizar una buena calidad de vida para las generaciones actuales y
futuras. La educación ambiental debe garantizar que los seres humanos afiancen e incorporen en su
vida conocimientos, actitudes, hábitos, valores que le permitan comprender y actuar en la
conservación del medio ambiente, trabajar por la protección de todas las formas de vida y por el
valor inherente de la biodiversidad biológica, étnica, cultural y social colombiana (Rengifo,
Quitiaquez & Mora, 2012).
Asimismo,“la Educación Ambiental debe ser considerada como el proceso que le permite
al individuo comprender las relaciones de interdependencia con su entorno, a partir del
conocimiento reflexivo y crítico de su realidad biofísica, social, política económica y cultural para
que, a partir de la apropiación de la realidad concreta, se puedan generar en él y en su comunidad
actitudes de valoración y respeto por el ambiente” (Ministerio de Medio ambiente y Ministerio de
Educación, 20020) (Congreso de Colombia, 2012). La educación ambiental puede y debe ser un
factor estratégico que incide en el modelo de desarrollo establecido para reorientarlo hacia la
sustentabilidad y la equidad. “Para contribuir con eficacia a mejorar el ambiente, la acción de la
educación debe vincularse con la legislación, las políticas, las medidas de control y las decisiones
que los gobiernos adopten, en relación con el ambiente humano” (UNESCO, 2004).
Dado su carácter integrador, la EA permite la materialización de proyectos educativos
integrales, que conjuguen diferentes áreas del conocimiento, mejorando el proceso pedagógico y la
calidad de la educación misma (MinAmbiente & MinEducación, 2005). Las nuevas generaciones,
quienes tomarán las decisiones políticas que les regirán en el futuro, son la clave en el impacto a
largo plazo. No obstante, los retos actuales demandan rápidas soluciones, es allí donde este modelo
debe trascender lo no formal, hacia niveles y espacios que abarquen la sociedad en general.
Pon tanto, la EA debe impulsarse porque permitirá una construcción colectiva de valores y
garantiza un cambio de actitud de los habitantes a largo plazo, frente al estado actual de los ámbitos
sociales, económicos y ambientales, a través de la construcción de procesos de sensibilización,
concientización, participación y así fortalecer su accionar frente a la naturaleza, haciendo un
aprovechamiento sostenible de los recursos con que se dispone y se tiene acceso fomentando una
cultura participativa para apropiar y legitimar los procesos de gestión ambiental y desarrollo
regional y territorial (Torres Carrasco, 2007).
En nuestra sociedad colombiana se ve la necesidad de una EA que persista en los
conocimientos, actitudes, comportamientos y hábitos frente al ambiente orientados a conseguir que
la humanidad cambie su clásica concepción de que la naturaleza es un elemento pasivo y
complaciente, que se regenera automáticamente, porque es un bien infinito, siempre disponible para
satisfacer los caprichos del ser humano. Este cambio debe producirse mediante un concepto que
considere a la naturaleza como un elemento activo, que responde y reacciona ante los estímulos de
las personas. La educación ambiental deberá buscar que la sociedad aprenda a interpretar y analizar
las reacciones de la naturaleza, a conocer que el entorno natural tiene capacidad limitada de
regeneración y que muchos de sus elementos, al ser utilizados por el ser humano, se convierten en
recursos finitos (Rengifo, Quitiaquez & Mora, 2012).
Es así que desarrollar propuestas de EA implica en principio ubicarse desde lo colectivo,
donde en un proceso de construcción colaborativa se reconozca el contexto y la realidad, y así
generar líneas estratégicas de forma participativa, que reconozca los saberes, conocimientos y
experiencias mismas de las comunidades. Implica trabajar desde procesos vivenciales y prácticos,
que en un primer momento invite a reconocer las problemáticas, su origen, sus consecuencias, y se
pueden aprovechar la ciencia, la tecnología y la innovación para generar acciones colectivas
La EA debe ser un proceso que genere aprendizajes mediante la construcción y
reconstrucción de conocimientos, como resultado del estudio de las complejas interacciones
sociedad-ambiente, lo que ha de generar conciencia en la ciudadanía de su papel como parte
integrante de la naturaleza, para que desarrollen nuevas relaciones, sentires, actitudes, conductas y
comportamientos hacia ella. Un programa de EA debe tener en cuenta el ambiente en su totalidad:
natural y cultural; social, político, económico, tecnológico, social, legislativo, y estético. Debe
hacer hincapié en una participación integral y activa, en la prevención y resolución de los problemas
concretos y generales. Además, debe considerar todo desarrollo y crecimiento en una perspectiva
ambiental; pedagógicamente, fomentar el valor y la necesidad de la cooperación local, nacional e
internacional (Meza Aguilar, 1992).
Como lo menciona la Política Nacional de Educación Ambiental, para el desarrollo de
propuestas de EA, debe haber una integración entre los diferentes entes partiendo desde los
Ministerios de Ambiente y Desarrollo sostenible (MADS) y de Educación, pasando por las
Corporaciones Autónomas Regionales hasta diferentes niveles formales e informales, con el fin de
buscar la complementariedad en los procesos formativos y de capacitación de las comunidades. El
desarrollo de propuestas de EA debe hacerse desde la incorporación de los planes elaborados por
los Comités Técnicos Interinstitucionales de Educación Ambiental, departamentales y locales a los
planes de desarrollo, de manera que se vea la dimensión ambiental como eje transversal y como
elemento de transformación y cambio de las relaciones sociedad, naturaleza y cultura, en los
distintos escenarios del país. A través de estos planes se buscan obtener recursos financieros que
garanticen la sostenibilidad de la propuesta, en el contexto de la descentralización y de la autonomía
local.
Desde el sector formal, con la inclusión de la dimensión ambiental y el reconocimiento de
la problemática ambiental local y de la formulación de proyectos integrales e interdisciplinarios
desde la escuela a través de proyectos escolares (PRAES) y la construcción de escuela abierta, con
proyección comunitaria. En cuanto a la educación no formal, a través de los proyectos ciudadanos
de Educación Ambiental (PROCEDAS), como estrategia importante para el trabajo comunitario en
el campo de la problemática ambiental. Estos proyectos están íntimamente relacionados con la
transformación de las dinámicas socioculturales de las diferentes colectividades de una comunidad
local, alrededor de la intervención ambiental.
Las propuestas de EA, se deben desarrollar a través de iniciativas particulares, desde cada
uno de los sectores, buscando siempre la interdisciplinariedad y complementariedad entre éstos.
Para ello se debe acudir a mecanismos de asociación, concertación y gestión entre los mismos, con
el fin de lograr los impactos requeridos en lo que se refiere a formación de ciudadanos y ciudadanas
éticos y responsables en el manejo del ambiente (Política Nacional de Educación Ambiental). Se
requiere además vincular de manera rigurosa a las comunidades que están fuera de un sistema
escolar formal, y que están asentados en espacios urbanos, pues son múltiples los esfuerzos en lo
rural y en los sistemas de educación, pero no es evidente procesos de educación ambiental para los
habitantes de las ciudades, más allá de algunas campañas aisladas.
Finalmente y teniendo como base la crisis actual que nos confronta desde nuestras
relaciones económicas y sociales en las que hemos asentado nuestra civilización. Hemos reducido
el ambiente a simples valores contables a los que hemos llamado servicios, como una forma de
controlarlos y apropiarlos. La EA, se convierte en un escenario de desprendimiento y
resignificación que reconfigure el paradigma actual y vuelva a lo esencial, pero desde una
transformación profunda de sociedad. Es allí donde se deben fortalecer la EA, porque representa,
un cambio verdadero y un giro que evite nuestra destrucción y la de quienes nos acompañan en la
biosfera; el desafío es construir una sociedad con educación orientada hacia la sostenibilidad
ambiental, la cual permitirá fortalecer el respeto hacia el ambiente, el desarrollo de valores,
finalizando con ciudadanos renovados en sus comportamientos y relaciones con la naturaleza
Experiencia en EA: Cambio verde: “Intercambiamos alimentos por reciclaje”
La Región Administrativa Planificación Especial-RAPE, viene
impulsando en Boyacá, Cundinamarca, Meta, Tolima y Bogotá la
estrategia “Cambio Verde” mediante el cual los ciudadanos podrán
intercambiar residuos sólidos aprovechables por alimentos frescos y
saludables, beneficiando de esta manera a comunidades vulnerables, como
un aporte a la seguridad alimentaria y al desarrollo de las comunidades.
Esta es una estrategia de reciclaje y a la vez de seguridad
alimentaria. La iniciativa para el caso del departamento de Boyacá es
apoyada por la Secretaría de Fomento Agropecuario del municipio de
Chiquinquirá, en cual se identificaron asociaciones de productores agropecuarios que ofrecen sus
productos para vender; la RAPE como entidad organizadora compra estos productos, los pone a
disposición de las personas que llevan reciclaje y de esta forma se hace un intercambio; dichos
productos son cultivados orgánicamente así que el ambiente se beneficia con el reciclaje y la
reutilización.
Las RAPE le apuesta decididamente al Cambio Verde por varias razones. Primero es una
manera sencilla y fácil de promover el cuidado del planeta. Segundo, está orientado a mejorar el
acceso de alimentos de la población más vulnerable. También beneficia a los productores rurales y
promueve la participación ciudadana, lo cual fortalece en los habitantes la dimensión y el saber
ambiental. Adicionalmente, articula el eje estratégico ambiente, desarrollo rural y seguridad
alimentaria. El fin del programa es la protección y conservación del medio ambiente a través de
una adecuada recolección y aprovechamiento máximo de los residuos. Dentro de las debilidades
que se establecen actualmente es la falta de recursos por parte de la administración municipal para
la adquisición de los productos para el intercambio verde, y la puesta en marcha de un incentivo
para los habitantes que reduzcan la producción de residuos sólidos en sus hogares.
BIBLIOGRAFÍA
Caduto, M. (1992). Guía para la enseñanza de valores ambientales. Programa Internacional de
Educación Ambiental. Madrid, España: UNESCO-PNUMA.
Congreso de Colombia. (5 de julio de 2012) "Por medio de la cual se fortalece la
institucionalización de la Política Nacional de Educación Ambiental y su incorporación
efectiva en el desarrollo territorial". [Ley 1549 de 2012]. DO: 48.482.
Meza Aguilar, L. (Nov.-Dic., 1992). Educación Ambiental… ¿para qué? Nueva Sociedad, 122,
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Rengifo, B., Quitiaquez, L. y Mora, F. (2012). La educación ambiental una estrategia pedagógica
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www.ub.edu/geocrit/coloquio2012/actas/06- B-Rengifo.pdf.
Torres Carrasco, M. (2007). Educación Ambiental Política Nacional (pp. 31-46). Bogotá: Programa
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