Educar en la dimensión personal y social del respeto, para relacionarnos con Dios, con nosotros...

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Educar en la dimensión personal y social del respeto, para relacionarnos con Dios, con nosotros mismos, con los demás y con el entorno. Dimensión personal:

Reconocer y respetar la propia dignidad, como ser único e irrepetible creado a imagen de Dios.

Descubrir que para relacionarnos con Dios, debemos adoptar actitudes y comportamientos de respeto, cuidando espacios, vocabulario y expresión gestual.

Dimensión social: Situarnos frente a los demás desde el diálogo y la tolerancia,

manteniendo una actitud correcta con la autoridad. Desarrollar una conciencia ecológica que fomente actitudes de

cuidado y responsabilidad hacia nuestro entorno.

El RESPETO es la virtud por la cual reconocemos y tenemos

presente de manera habitual la dignidad de las personas, como seres únicos e irrepetibles, con

inteligencia, voluntad, libertad y capacidad de amar; así como sus derechos según

su condición y circunstancias.

• El respeto comienza en la propia persona.

• El estado original del respeto ésta basado en el reconocimiento del propio ser como entidad única , una fuerza vital interior, un ser espiritual, un alma.

• La conciencia elevada de saber “quien soy” surge desde un espacio auténtico de valor puro, de fe en el propio ser, de entereza e integridad en el interior.

• Con la comprensión del propio ser se experimenta el auto-respeto.

Debemos comenzar a conocernos y respetarnos a nosotros mismos

Como es mi caso que tengo hijos debo enseñarle que, cada persona es única y debemos respetar eso .

Aprender a vivir en sociedad respetando nuestras diferencias

Aprender a respetar no solo a los seres humanos, si no también todo lo que forma parte de nuestro ecosistema

Finalmente tomar este valor como uno de los principales.

Porque el respeto es la primera condición para la convivencia entre las personas, e

implica el reconocimiento de la dignidad de cada una. El respeto a los

demás nos ayuda a saber participar y crecer con ellos.

Dar siempre ejemplo de amabilidad y buen trato con todos, independientemente del grado de amistad o simpatía que se pueda tener hacia las demás personas. Propiciar un ambiente de alegría, cordialidad y acogida a todos los que entren en casa.

Saber respetar las decisiones y opiniones de todos los miembros de la familia, siempre y cuando vayan de

acuerdo con su dignidad de personas humanas. Si no es así,

dirigir y proponer con amabilidad. Ser firme al corregir, pero hacerlo de manera suave y respetuosa.

Fomentar actividades de convivencia que ayudan a saber escuchar a los demás, ceder ante nuestros caprichos y

vencer el egoísmo.

Fomentar el respeto a la intimidad, los sentimientos y las cosas de los demás. Tocar a la puerta antes de entrar, no tomar cosas sin pedirlas prestadas, cuidar las cosas de los demás y devolverlas en buen estado.

No permitir por ningún motivo la critica, burla, actitudes prepotentes o juicios a ninguna persona.

Enseñar a cuidar las cosas, mantenerlas ordenadas y utilizarlas como es debido.

Tener un trato especialmente amable y delicado a las personas que trabaja conmigo o para mí. Pedir las cosas por favor, dar las gracias, ayudar en lo que se pueda aunque no sea nuestra obligación o responsabilidad.

  Hablar mucho con los hijos sobre los vicios y todo lo que

puede atentar contra su dignidad. Vigilar los programas de televisión, películas y lecturas y ayudarles a descubrir lo que les hace daño y lo que va de acuerdo con su dignidad como personas.

Respetar a nuestros compañeros. Ser firme al corregir, pera hacerlo de manera suave y respetuosa.

No permitir por ningún motivo la critica, chisme, burla, actitudes prepotentes o juicios ante los compañeros, maestros, personal o cualquier otra persona que se encuentre en la escuela.

Fomentar la integración, la comunicación y el trabajo en equipo ayudándoles a conocerse y valorar la riqueza de cada uno.

Pedir con amabilidad prestadas las cosas que necesitemos, cuidarlas y regresarla a tiempo y en buen estado.

Participar en los juegos respetando las reglas.

Cumplir las Normas de Aula y el Proyecto de Convivencia Escolar, cuidando las instalaciones de la escuela.

Propiciar el respeto a los demás compañeros en el aula. Cuando alguien hable escucharle con atención, respetar el turno para hablar.

Reconocer las cualidades de nuestros compañeros en público y felicitarlos por ellas, ayudando a todos a valorar las cualidades de los demás, respetando sus limitaciones.

Respetar los símbolos patrios. Valorar el trabajo y servicio de las personas que

labora en la institución. Agradeciendo estos pequeños y grandes actos de servicio.

Interacciones donde de forma voluntaria, se provoca, o amenaza con daño o sometimiento a otro.Cumpliendo con las 3 C’s.

Algunos de sus efectos son la deserción y el bajo rendimiento escolar, poca o nula capacidad de socialización, baja autoestima e incluso depresión e intentos de suicido.

NO ES una SITUACIÓN NUEVA, se ha presentado mucho tiempo y en muchas zonas, pero la diferencia es que quizás no había conciencia de la problemática y la mayoría de los niños no carecían de HABILIDADES SOCIALES, lo cual les permitía hacer frente a esas situaciones.

Las HABILIDADES SOCIALES se adquieren en el hogar, como 1ER NÚCLEO SOCIAL, donde los niños aprenden a convivir. Pero problemáticas como la

desintegración familiar, la violencia, falta de límites sanos, y la constante falta de comunicación, no fortalecen la convivencia.

Bullying : “Fenómeno social que comienza en el Hogar”

La AUSENCIA de habilidades sociales, no sólo se refleja en la familia, también se refleja en el ámbito escolar

Como padres de familia y maestros se debe fungir de nuevo como

figuras positivas, modelo a seguir para los niños, en 5 actos:

1. Se amable con los demás.

2. Respeta su forma de pensar es

diferente a la tuya.

3. Evita la discriminación.

4. Resalta el lado positivo de las

personas y las situaciones.

5. Fomenta los límites, “Mi derecho

termina donde empieza el tuyo”.