Post on 22-Jul-2015
Pedagogía en Historia, Geografía, y Educación Cívica.
Ensayo: Acerca de las
“Dificultades para la enseñanza
de la Historia” Joaquim Prats.
Nombre: Valentina Fuenzalida Orellana.
Docente: Francisco Castillo
Cátedra: Didáctica de la Especialidad I
Fecha: 8 de Octubre 2014.
Este ensayo está basado en el texto de Joaquim Prats, “Dificultades para la enseñanza de la
historia”; primero antes de hablar de lo que plantea el autor, se debe dejar en claro que como
estudiantes de pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica de la Universidad de las
Américas, tenemos un sesgo social dictado por la no acreditación de la Universidad, y que por ende
estamos siempre predispuestos a más criticas de las que se le hacen a estudiantes en formación
de otras universidades chilenas. Dejamos en manifiesto que esto no nos hace menos competentes
al abordar temas tan importantes como la enseñanza histórica dentro de las aulas, ni menos en la
labor docente. Es por ello que hablar dentro de este escenario es una tarea difícil, pero no por ello
lo dejaremos de hacer. Se sabe por conocimiento previo que la figura que tiene la Historia dentro
del Curriculum Nacional está bajo los lineamientos del qué es lo que se espera que los estudiantes
deban saber sobre la Historia, y que en la práctica el estudio de ella se vuelca hacia lo descriptivo y
narrativo; envuelto también por un modelo academicista y tradicionalista de los docentes,
repercutiendo en el desinterés y la fama de poca relevancia que juega la historia en la vida de las
personas y su formación; pero ya sabemos cómo futuros docentes que es todo lo contrario. Una
forma de potenciar para que dé un giro esta concepción errónea es, “enseñar cómo se construye el
conocimiento histórico a través de situaciones de simulación de la indagación histórica, y
centrándose en el aprendizaje de los conceptos fundamentales de la teoría histórica”1. Este cambio
de enfoque tiene estrecha relación con el paradigma de una Historia memorística y acabada, hacia
una Historia didáctica incompleta y activa, que se ayuda de métodos, haciendo que el aprendizaje
de un hecho del pasado, pueda ser reconstruido por medio de una investigación que realice el
estudiante. Cabe dejar en claro como nos dice Prats: la enseñanza de la historia posee dificultades
que van desde el contexto cultural y social, hasta la complejidad y nivel de abstracción que tiene
como ciencia histórica.
El contexto cultural y social se divide en tres factores que convergen entre sí, primero, la visión
social de la historia es que forma parte del legado cultural que se transmite generacionalmente, y
que posee trampas porque los estudiantes asimilan una visión histórica externa de la enseñanza,
esto quiere decir que se piensa en ella como un saber memorístico, y de una serie acontecimientos
aislados. Pero lo que no se piensa de ella, es que la historia explica contextualmente las
conexiones del presente con el pasado, y su incidencia en el presente. En este punto hay que ser
objetivos, pues no estamos diciendo que la historia de nuestro pasado próximo sea el más
importante, si no que todo lo que sucedió en épocas pasadas tiene relación con el “hoy”, no solo la
historia del “ayer” o el “anteayer”. El segundo factor es la utilización política de la historia, puesto
1 La cita hace mención acerca del debate de una enseñanza - aprendizaje nueva de la historia.
que los gobiernos y las acciones institucionales tienen una intencionalidad al condicionar ciertos
contenidos curriculares, como por ejemplo; potenciar el patriotismo o generar en los estudiantes
una adhesión a los partidos políticos. Especial relación tiene esto con los contenidos de
curriculares de la Dictadura Militar durante la década de los 70’ acontecido en Chile, y las
violaciones a los DD.HH. Esto tiene que ver justamente con el tercer factor que es la tradición y
formación de los docentes, si el profesor tiene un pensamiento histórico como una ciencia de
construcción, obviamente dará paso a que los estudiantes vayan desintegrando y a la vez
reconstruyendo un hecho histórico, y el conocimiento de éste, en base a evidencias por medio de
diversas fuentes. Pero sucede que éste pensamiento histórico, no está alojado en la mayoría de
los profesores según Isabel López del Amo, puesto que la mayoría de los estudiantes escuchan
relatos acabados, y no practican una ciencia histórica con hipótesis, resolución de problemas ni
métodos de resolución, generando así una distorsión de la historia; que es labor de los profesores
revertir en cuanto al proceso de enseñanza y aprendizaje. Como ya vimos brevemente las
dificultades contextuales externas a la historia, es momento de abocarnos a las complejidades
internas del estudio de la ciencia histórica y su naturaleza, que es en sí misma rigurosa y difícil de
entender, tanto es así que se requiere adaptarla para su comprensión en los niveles intelectuales
de los estudiantes, y no es que hablemos de una subestimación de las capacidades de ellos, sino
que básicamente hablar de un tema abstracto y cargado de teorización para las personas en
general es difícil, porque requiere especialización y técnica de una ciencia, es por esto razón que el
profesor debe cambiar esta situación para que el aprendizaje se logre más fácilmente y sea
significativo, en palabras del autor seria: “preparar unidades didácticamente aceptables adaptando
a diversas realidades, para salir de una enseñanza memorística o solo comprensiva2”.
Además dentro de la naturaleza de esta ciencia histórica está el problema de las dificultades
específicas, y que se podrían llegar a poner a disposición de los estudiantes, siempre y cuando el
profesor las aplique en su método de enseñanza. El tema es que los conocimientos históricos
tienen varios componentes específicos, como el de conceptos históricos que delimitan al
emplearlos una carga descriptiva e interpretativa, cuyas dimensiones de intensidad, extensibilidad,
temporalidad y de relación, complejizan en mayor medida su utilización y el significado que se le
otorgue, es por esto, que muchas veces un concepto provoca confusiones en los estudiantes al
momento de enfrentar una explicación histórica. Otro conocimiento específico es el del tiempo y las
concepciones temporales, entre tiempo cronológico, y tiempo social. El primero es mucho menos
complejo de entender por los estudiantes por su continuidad, pero el que dificulta aún más la
2 Esta sería una destreza que desafía al profesor a desligarse de la util ización de textos con informaciones acabadas, y promover en el estudiante una participación activa.
comprensión de temporalidad es el tiempo social, puesto que hay una variedad de tiempos infinitos,
como nos habla Koselleck, del “ámbito de la experiencia”, y “horizonte de la expectativa”
interactuando entre pasado, futuro y conciencia colectiva, dando cuenta de la diversidad del tiempo
que camina la Historia. Siguiendo así con las dificultades específicas, podemos hablar de los
elementos interpretativos de causalidad y multicausalidad, que son estructurales dentro del
conocimiento histórico, pero que gracias a las trampas que tiene la historia en las salas de clases
no se considera y hacen que los estudiantes adquieran un aprendizaje discontinuo de esta ciencia
social. La última dificultad que nos menciona Prats, es la localización espacial e identificación de
espacios históricos-culturales; y nos plantea que regularmente en los estudiantes hay una confusión
en las unidades territoriales o de continentes, y que en mayor medida esta confusión se refleja en la
baja delimitación de localización histórico-cultural de las valoraciones occidentales, u euro
centristas al momento de caracterizar un periodo histórico, o un acontecimiento que repercute
hacia diversos aspectos en la historia de vida de las personas; entonces otorgarle una visión dotada
de componentes externos alteran el entendimiento hacia el conocimiento de la ciencia histórica.
Revisado ya todos estos puntos que dificultan la enseñanza de la historia en las aulas, ya sea para
diferentes niveles de aprendizaje. Se hace necesario entonces abordar cuál es la real importancia
de qué se lleve a cabo una historia con métodos didácticos que sean comprensibles; lo primero es
que la Historia aparte de formar un conocimiento de épocas pasadas en las personas, les entrega
la herramienta de decisión, de crítica y de cuestionamientos, ya que al tener variadas perspectivas
de diversas realidades independientes del contexto, crea juicios personales que forman la
capacidad de elegir y debatir. Segundo da la posibilidad de comprender en que se basa el sistema
mundo imperante contemporáneo a una persona y sociedad pudiendo conocer hasta su origen o
las causalidades que lo conllevo. Tercero el desconocimiento de la historia, hace estar desprovisto
de un devenir histórico que ayuda y fomenta a tener una identidad, ya sea personal, nacional y
además de social y cultural.
Concluimos finalmente que las dificultades que plantea Prats son muy certeras, y negarlas
condicionaría a mantener un mismo comportamiento dentro del rol docente y la enseñanza de la
historia, es por tanto que el compromiso de que se supere esto, recae sobre todo en las
metodologías pedagógicas relacionadas con la didáctica, y también con las especificas de la
ciencia histórica, puesto que si el profesor no las maneja, difícilmente habrá un cambio en las
formas de estudio histórico y el interés que cree en los adolescentes.