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Maestro: El que orienta. El uso de la psicología educativa en un contexto real
Maestro: El que orienta. El uso de la psicología educativa en un contexto real
Hablar de cambios es evocar la historia humana en todas las actividades que el
hombre realiza, sin posibilidad de excluir alguna ya sea por olvido o eximiendo
menosprecio. Así, es importante observar el cambio que el proceso educativo ha
vivido a lo largo de su existencia en la escena social. Logrando replantear la
actuación de todos los elementos que confluyen para este fin.
Sin embargo, enfocarme a la historia o evolución es adentrarme a una dimensión
inmensa. Por lo que, debo partir no haciendo una división por etapas en este
proceso histórico, sino más bien aterrizando enunciados de diversas teorías de
aprendizaje a la práctica actual. Tomando como referencia que el maestro tiene la
responsabilidad de saber comprender a sus alumnos.
De este modo, el profesor quien en anteriores etapas educativas era el personaje
central del proceso educativo ha dejado para este periodo su protagonismo y ha
trasladado sus aportaciones a la disposición de sus pupilos.
Entonces, la figura del educador ya no se observa como un rector sino más bien
como una persona con necesidades, dispuesto a la sinergia contraída no solo con
sus alumnos dentro del aula sino también con sus compañeros durante la
organización del trabajo magisterial. Esta conciencia sobre los demás permite la
disposición a adoptar estrategias que se dirijan al desarrollo integral de los
escolares a su cargo.
En el presente ensayo me propongo a explorar la función del docente desde un
enfoque humano, observándolo como un ser sensible a las necesidades
educativas presentadas durante su labor educativa.
Para tal efecto, el hilo conductor de este relato se sitúa dentro del marco de la
psicología educativa haciendo una compilación holística acerca de las
innovaciones que se han suscitado a lo largo de los años y que a mi parecer
pueden vincularse en determinados casos, considerando que nada puede ser
descartado.
Maestro: El que orienta. El uso de la psicología educativa en un contexto real
Así, pues con la experiencia aunada a la teoría deseo establecer una serie de
supuestos en donde el maestro debe recurrir a todas sus armas para amortiguar
los caminos por donde conduce su práctica. Los relatos presentados fueron
observados en mi labor educativa a lo largo de mi carrera profesional, lo cual me
permite demostrar que los fenómenos sociales son diferentes en todos los casos.
Maestro: El que orienta. El uso de la psicología educativa en un contexto real
Maestro: El que orienta. El uso de la psicología educativa en un contexto real
Frecuentemente, los maestros nos encontramos con obstáculos grandes que
decrecen el rendimiento escolar y nos hacen tropezar en el cumplimiento de los
propósitos que queremos lograr al finalizar el curso.
Obstáculos que son diferentes en cada alumno y varían según el contexto donde
situemos la práctica docente. Cuantas veces no hemos encontrado a un
estudiante rebelde, que va en contra de las reglas impuestas en la institución
escolar, o quizás alguna vez hemos localizado a un alumno que va muy desfasado
académicamente del resto del grupo; o por el contrario, en ciertas ocasiones lo
que desorienta nuestra práctica es un estudiante que para nuestra sorpresa va
muy adelantado respecto a los demás integrantes.
Y entonces, en nuestra preocupación por decrecer el inconveniente observado,
intentamos dar solución a este. Aunque, para ser francos son pocos aquellos que
ante tal reto deciden desempolvar un libro, acudir a una biblioteca o ver algunos
videos para resolver nuestras dudas. Y para ello, echan mano tanto de las
experiencias profesionales como de las personales para dar solución factible a la
realidad que en ese momento aqueja.
Pero si fuera así, ¿Qué caso tendrían las teorías e investigaciones realizada por
tantos personajes ilustres? ¿Es posible saber más por experiencia que por teoría?
Desde luego, en la época actual el maestro debe ser un innovador, la docencia
más que una profesión es un arte que se debe sobrellevar con dignidad. Cierto es
que los libros ilustran pero uno aprende cuando practica y entiende como
sobrellevar situaciones reales, que muchas veces los textos no exhiben. Entonces,
acertamos en decir que es muy cierto el refrán popular aquel que versa “La
práctica hace al maestro”.
Sin embargo, esto no ocurría en épocas pasadas en donde lo que se prefería era
calificar comportamientos observables, demeritando de alguna manera la calidad
humana tanto del maestro como del alumno.
Maestro: El que orienta. El uso de la psicología educativa en un contexto real
Hoy las cosas han cambiado, para bien, pero también para mal. En mi experiencia
hay situaciones que deben permanecer intactas a favor del respeto hacia los
demás.
Por otro lado, los cambios siempre marcan una ruptura, una separación de lo
cotidiano y lo obsoleto con lo nuevo e innovador. Así, producto de cambios
sociales hemos visto como el hombre ha transformado sus costumbres
propiciando un moldeamiento de las estructuras culturales.
Cuántos de nosotros no crecimos con un maestro que nos castigaba físicamente,
cuantos más no recordamos a aquel mentor que ponía en evidencia a alguien
frente a todo el grupo. Pero, también, somos muchos que recordamos a un
profesor paciente que aclaraba todas nuestras dudas, o aquel personaje que nos
inspiraba confianza y al cual acudíamos en caso de algún problema que
sintiéramos superior.
Recordar es bello dicen los poetas. Pero, volvamos ahora a nuestra realidad.
Ahora nosotros no somos un recuerdo, ahora nosotros tenemos una
responsabilidad que estriba en dejar en nuestros alumnos una huella que si bien
no sea nuestra presencia si recaiga en su aprendizaje y desempeño académico,
esto, cuando nos referimos al presente.
Pero, ¿Qué pasa cuando pensamos en el futuro?.¿Cómo imagina usted a sus
alumnos dentro de diez años? ¿Qué expectativas tiene de ellos? ¿Se detiene
usted en el triunfo académico? ¿O cree que es importante el éxito personal?. La
verdad, a veces nos encariñamos tanto con algunos de ellos que elaboramos
muchas expectativas respeto a su vida futura. Y entonces, solemos relacionar sus
triunfos académicos, con la superación personal.
Maestro: El que orienta. El uso de la psicología educativa en un contexto real
Aunque es bien sabido que a veces el desempeño académico no es un factor
determinante en el triunfo existencial. La felicidad se compone de diversos
aspectos. Las investigaciones de Goleman1 lo delatan, alumnos brillantes
comparados con estudiantes con un desempeño académico mediano pocas veces
alcanzan éxito en su vida personal, entonces, arriba a nuestra labor la
estimulación de la inteligencia emocional2 que permita al alumno motivarse y
actuar de forma prudente en situaciones que pueden ser extremas.
Como lo sugiere Maslow3 la autorrealización es la cúspide de una serie de
necesidades humanas que permitirá al hombre sentir satisfacción por su vida.
Dentro de este contexto es importante mencionar que la educación no solo
predispone para una vida académica sino que también, debe ser el trampolín para
que las personas sean felices en el ámbito personal4.
Debido a lo anterior, es notable el cambio de una escuela tradicional5 en donde las
necesidades del académico no importaban, pues, lo primordial era cumplir con las
expectativas observables. En la actualidad los paradigmas nuevos buscan una
educación integral que reconozca todas esferas del desarrollo humano y haga
hincapié en un aprendizaje para la vida.
1 Daniel Goleman es autor, psicólogo, periodista científico y consultor gerencial de renombre mundial. Es conocido como el autor del best-seller "Inteligencia Emocional", en el cual argumenta que las competencias humanas como auto-conciencia, auto-disciplina, persistencia y empatía, tienen más consecuencias en la vida de la persona que el coeficiente intelectual.2 Goleman, Daniel. (1995) “Cuando lo inteligente es tonto” en La inteligencia Emocional, México, Javier Vergara Editor.3 planteó en su libro Motivation and Personality (Motivación y Personalidad) el concepto de la Jerarquía de Necesidades que fundamenta, en mucho, el desarrollo de la escuela humanista en la administración y permite adentrarse en las causas que mueven a las personas a trabajar en una empresa y a aportar parte de su vida a ella.4 Woolflok, Anita E. (1990) “La motivación en el salón de clases” en Psicología Educativa, México, Prentice Hall.
5 Basada en una pedagogía en donde el maestro es el modelo y el guía, al que se debe imitar y obedecer. La disciplina y el castigo se consideran fundamentales, la disciplina y los ejercicios escolares son suficientes para desarrollar las virtudes humanas en los alumnos. El castigo ya sea en forma de reproches o de castigo físico estimula constantemente el progreso del alumno.
Maestro: El que orienta. El uso de la psicología educativa en un contexto real
Las tendencias magisteriales cambian según el carácter del profesor o según el
clima en el aula6. Pero, también han sido efecto de las diversas corrientes de
aprendizaje que se han adoptado en determinadas épocas.
Ahora bien, situándonos nuevamente en nuestro quehacer docente y viendo a la
escuela como una institución en donde se sucintan relaciones que podemos
interpretar como una maqueta del mundo real. Es inmediato plantearnos la
universalidad de problemas a los que nos enfrentamos cuando somos facilitadores
de los conocimientos que nuestros alumnos desean obtener.
¿Existe alguna fórmula infalible que nos de resultados factibles en la resolución de
problemas en el aula? Debemos partir con el hecho de que cada alumno es un ser
individual y por ende, aprende diferente e interpreta la realidad de manera aislada
al resto de sus compañeros. Encontraremos semejanzas, pero nunca a dos
personas iguales. Enfocándonos al paradigma constructivista psicogenético “el
alumno es un constructor activo de su propio conocimiento y el reconstructor de
los distintos contenidos escolares a los que se enfrenta”7.
Por lo cual, para poder ser apoyo de los pupilos, es necesario tener empatía con
su situación. Muchos maestros minimizan los problemas de los niños y jóvenes
por creer que son muy pequeños para tomarse la vida demasiado en serio.
Cuando la realidad es que ellos viven sus dificultades con mucha intensidad.
A partir de lo anterior, observamos que el maestro no solo forma para la vida
escolar, sino que es un sujeto que “Debe encaminar sus esfuerzos (…) a
promover el desarrollo psicológico y la autonomía de los educandos”8.
6 El clima social es la estructura relacional configurada por la interacción de todo el conjunto de factores que intervienen en el proceso de aprendizaje. Así, el contexto de la escuela y de la clase, las características físicas y arquitectónicas, los factores organizativos, las características del profesor y las características del estudiante, son según Moos, determinantes del clima de clase. La complejidad del clima social del aula pone de manifiesto la necesidad de elaborar instrumentos que faciliten su mediación.
7 Hernández, Rojas Gerardo (1998) “Descripción del paradigma psicogenético y sus aplicaciones e implicaciones educativas” en Paradigmas en psicología de la educación, México, Paidos. Pp: 1938 Ibid p. 196
Maestro: El que orienta. El uso de la psicología educativa en un contexto real
Entonces, si nos evocamos al acercamiento con nuestro chico conflictivo, veremos
que la causa de su rebeldía pueden ser los pleitos entre sus padres. Si una joven
se encuentra con un semblante triste quizás le esté afectando algún altercado en
su vida amorosa o un malentendido con sus amistades.
Cada problema es diferente desde su causa y por ende en su solución. Por ello,
como maestros debemos estar muy sensibles hacia algún cambio en la actitud o
desempeño de nuestros alumnos. Al sentir que son tomados en cuenta, ellos
mismos abren sus percepciones a la relación con su maestro y entonces, la tarea
escolar puede cumplirse de un modo más factible.
Ahora bien, la otra cara de la moneda resulta cuando los estudiantes se reúsan a
compartir con su mentor la responsabilidad áulica. El hecho es evidente. Los
chicos rebeldes de una comunidad solo requirieron una llamada de atención y
pláticas constantes sobre su comportamiento, mientras que los estudiantes de una
escuela urbana parecen hacer caso omiso y a veces se muestran sarcásticos al
acercamiento del docente.
Lo anterior, sale a colación porque a veces el mismo problema puede tener las
mismas causas pero diferentes soluciones. En ambos casos, el origen del
problema es el mismo, la mala relación entre el alumno y sus padres. Aunque los
jóvenes de la comunidad entendieron con una plática y los de zona urbana
necesitan una figura docente más fuerte y rigorosa.
Desembocamos en el hecho de que aunque nuestros intentos se dirijan a una
práctica flexible, muchas veces nuestros alumnos no traen consigo el suficiente
“sentimiento de autoeficacia”9, no solo para su desarrollo académico, sino para
cubrir satisfactoriamente el rubro social y por consecuencia el individual.
Entonces, ante los diversos momentos que se viven en un año lectivo, el docente
debe estar preparado para actuar de la manera más eficaz que pueda. La
9 Schunk, Dale H (1997) “Autorregulación” en Teorías del Aprendizaje México, Prentice Hall p. 259
Maestro: El que orienta. El uso de la psicología educativa en un contexto real
psicología educativa conserva entre sus numerosas investigaciones, un abanico
de posibilidades esperando a ser descubiertos por el profesor.
Si bien es cierto que nos encontramos en un momento en donde se predica con el
respeto de libertades, también es necesario según el contexto retomar algunas
estrategias que la escuela vieja nos heredó.
Seguramente muchos de nosotros nos hemos topado con grupos que se reúsan a
seguir reglas y viven contendidos entre sí, intentamos un acercamiento “por las
buenas”, pero nada funciona. Entonces, optamos por los castigos que para ser
francos a varios nos dan resultados. O bien, existen contenidos en donde el
asociasonismo10 debe retomarse, siempre y cuando exista un intercambio
significativo en el estudio de estas con la vida real.
Es evidente que la adopción de alguna teoría o estrategia tenderá a relacionarse
directamente con la personalidad del maestro, sin embargo considero latente no
limitarse a la aplicación exclusiva y abusar de esta.
Así, pues en la medida que tengamos conciencia sobre el desarrollo emocional,
psicológico y biológico de nuestros alumnos tendremos en nuestras manos la
fuerza potencial para aumentar o bien superar el logro de las expectativas
impuestas hacia nosotros mismos, hacia nuestros alumnos y al desempeño dentro
del aula.
10 Según el diccionario de las ciencias de la educación (2005) Doctrina que tiene como objetivo explicar todo el desarrollo de la vida mental a través e las sensaciones experimentadas por el sujeto y por la producción, en su conciencia, de sensaciones experimentadas.
Maestro: El que orienta. El uso de la psicología educativa en un contexto real
Maestro: El que orienta. El uso de la psicología educativa en un contexto real
La intervención dirigida hacia objetivos claros delata la preocupación que el
profesor siente hacia algún inconveniente que perjudique de alguna manera el
desarrollo académico dentro del aula.
Es en el contexto real donde confluyen el aspecto empírico con la fundamentación
teórica, mención que proyecta a la psicología de la educación como una disciplina
que contesta a las respuestas que la experiencia no cubre.
Su aplicación sugiere no solo limitarnos a seguir las nuevas tendencias
pedagógicas, sino también, induce al análisis de algunos preceptos que pueden
ser útiles según la naturaleza de nuestra problemática.
El maestro contemplado como un ser sensible a las necesidades de sus
educandos, encaminado hacia la empatía y posibilitado con conocimientos
suficientes para estructurar la iniciativa escolar, se ve obligado a adoptar una
conciencia proyectada hacia la orientación de sus alumnos.
Los obstáculos siempre han de existir, sin embargo, para poder encausarlos y
superarlos hace falta sentido común vinculado a teorías que compensen
gradualmente el proceso educativo.
Entonces, considero que ante el auge de nuevas teorías pedagógicas donde se
lleva la bandera de flexibilidad es poco factible dejar atrás aquellas técnicas de
condicionamiento en las que se sometía a los alumnos indisciplinados a los
castigos, si bien, no estoy de acuerdo en la aplicación de sanciones físicas,
considero que de vez en cuando es necesario hacer valer la autoridad, sobre todo
cuando los estudiantes llegan a nosotros con actitud retadora.
La libertad es un acto que asume conciencia y en muchas ocasiones los alumnos
llegan a nosotros con ausencia de esta, quizás no por culpa de ellos, sino por ser
víctimas, como la mayoría de nosotros, de reformas educativas mal planificadas
en las que una misma generación puede ser educada con diversos métodos.
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FUENTES DE CONSULTA
Gadotti, Maocir. (2003) Historia de las Ideas Pedagógicas, España, Editorial siglo
XXI
Goleman, Daniel. (1995) La inteligencia Emocional, México, Javier Vergara Editor.
Hernández, Rojas Gerardo (1998) Paradigmas en psicología de la educación, México, Paidos.
López, Carlos. ttp://www.gestiopolis.com/canales/gerencial/articulos/18/jerarquia.htm
Organización cultural de Chiapas (2005) diccionario magisterio de las ciencias de la educación, México
Schunk, Dale H (1997) Teorías del Aprendizaje México, Prentice Hall
Woolflok, Anita E. (1990) Psicología Educativa, México, Prentice Hall.