La persona no puede ser reducida al ejercicio de sus facultades o funciones. El espíritu se comunica con la Presencia Divina ya que esta siempre buscando algo más para el ser humano.

Todos los actos que realiza el ser humano tienen una justa dirección y sentido. En todos sus actos hay un “más” que se considera para ayudar a dar dirección y sentido a todo lo que el hombre hace.

Para ayudar a un ser humano, debemos tener en cuenta la definición de su ser, no limitarnos a su conducta, a su modo de pensar o de actuar.

La persona definida como ser espiritual recibe los caracteres de las racionalidad, la libertad y la responsabilidad. Comunicabilidad y unión caracteres fundamentales de una persona.

La esencia del ser humano es el diálogo con el Sujeto Absoluto, se puede incrementar o dejar esto depende de la libertad de respuesta de la persona.

La Dignidad humana no depende de la condición social, del nivel de inteligencia, ni de la autosuficiencia; depende únicamente de Dios que lo ha constituído así.

El ser humano tiene una estructura abierta, puesto que no hablamos de “ser”; sino de “ser +”, indicando con el “más” que el ser tiene una apertura abierta a otra realidad.

ESTRUCTURA DEL SER HUMANO El ser humano es espiritual, jamás puede ser definido en base a sus características físicas o psíquicas, siempre definido en referencia al espíritu.

El cuerpo y la psique son parte integrante del complejo humano, la persona es un espíritu psico-somatizado. Lo que caracteriza a la persona es su libre y consciente comunicabilidad.

DIVINA PRESENCI

A CONSTITU

TIVA

CUERPOALMAESPÍRITU

La presencia inhabitante del acto divino es lo que constituye a la persona humana; en todo ser humano esta la presencia de Dios. El acto humano es el acto con el que el espíritu recibe la acción divina.