Post on 25-Mar-2016
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El Blog de Carlos Biurrun / http://blogdecarlosbiurrun.es
2011
Las flores de las
montañas Naturaleza, Espacios abiertos y Creatividad Javier López
Amigo Carlos: Posiblemente te hayas percatado de que las montañas no dejan a nadie
indiferente. En su presencia, la mayoría de los humanos siente un estremecimiento.
Hay algo misterioso, que nos seduce y nos impulsa a trepar por ellas, como en un intento
por alcanzar el lejano azul del cielo.
Y la montaña es muy gratificante.
Sabe premiar el esfuerzo que supone coronarlas
y a su manera, te lo devuelve con creces.
En el placer de sus paisajes, el gozo de los
horizontes, la umbría de los bosques, el frescor
de los manantiales, los amplios pastizales, el
cantar de los arroyos o el perfume de las flores.
Porque de eso quiero hablarte hoy, Carlos,
de las flores que voy encontrando en mis
excursiones montañeras.
Ya ves que tu “prima” la Carlina Acaulis me Valeriana Officinalis
va dando pie para un par de artículos. A raíz de encontrarla primero en la subida al
Bisaurín, más tarde clavada en las puertas y hoy, con toda su cohorte de acompañantes.
Rhododendron Ferrugineum Campanula Alpina
Porque la montaña es un hábitat especial, en el que se desarrollan multitud de flores.
Tienen en común su capacidad para adaptarse a la altura y a los rigores del clima, y yo
creo que aprovechan la estrecha ventana temporal que la naturaleza les brinda para
reproducirse más velozmente que las de la costa. Tienen prisa. Y a veces se les nota,
porque florecen con tal profusión, que llenan de color los flancos de la montaña.
La vida arbórea termina cerca de los dos mil
metros, pero las florecillas son mucho más
trepadoras y aún las puedes encontrar por
encima de los tres mil trescientos. Ya sabes…
la peculiar fortaleza de lo pequeño.
Muchas veces intentan alegrar con su color
la incomodidad del esfuerzo y yo siempre se
lo agradezco, tomando alguna foto (que me
sirve para descansar con disimulo). Y así he
Eriophorum y el Wetterhorm conseguido reunir una numerosa colección.
Ya comentamos que la segunda parte de este tipo de fotografía,
consiste en localizar luego en casa el nombre científico de la
florecilla en cuestión, lo cual tiene una gran satisfacción añadida.
Pulsatilla Alpina Gentiana Verna Gentiana Lutea
En las flores de montaña como en todos los estamentos sociales, hay sus categorías.
Unas son tan frágiles y delicadas que parece que fueran a romperse con la mirada y
otras más fuertes y sufridas, exhiben una aparente dureza a prueba de temporales.
Androsace Villosa ….Sabe Dios….
En nuestras correrías, podemos encontrarnos con la aristocracia de las flores de
montaña, el mítico Edelweis, la famosa flor de nieve de los Alpes o la Estrella de las
Nieves, el símbolo emblemático de Sierra Nevada, unas plantas nobles y distinguidas.
Leontopodium Alpinum Plantago Nivalis
O también podemos tropezar con ejemplares menos ilustres y algo más agresivos, cual
guerreros acorazados para resistir la dureza de su hábitat.
Carduus Carlinoides Cirsium Eriophorum
Para sacar este tipo de fotografía actualmente no hay que disponer de equipo especial,
ya que todas las máquinas, incluso las menos sofisticadas, tienen la función macro. Un
botoncito que está señalizado por el icono de una flor. Esa utilidad permite sacarlas de
muy cerca sin que la foto quede desenfocada. A veces, en vez de enfocar la florecilla,
se enfoca la hierba que hay detrás, pero si nos tomamos el trabajo de revisar lo que
hemos sacado- la mejor herramienta de la fotografía digital- no hay problema, la
repetimos y ya está. No es como antes, que el disgusto te lo llevabas cuando te las
revelaban en la tienda de fotos.
Crepis Aurea Campanula Cenisia
Digitalis Purpurea
La diversidad de flores de montaña no es tan grande como a nivel del mar, ya que el frío
de las cumbres limita la expansión de algunas especies, que no han
conseguido adaptarse a las duras condiciones que la altura impone.
Trifolium Alpinun Tussilago Farfara Polygonum Bistorta
Pero el encuentro con alguna de estas variedades aporta una nota de complicidad y de
emoción que las de la costa desconocen. Allá arriba, donde las condiciones son adversas
y exigen del visitante un fuerte desgaste, la nota de color, la fragancia, parecen un
estímulo amable, una recompensa al esfuerzo que supone la conquista de la altura.
Trifolium Pratense, rosa Doronicum Clusii Sempervivum Tectorum
Y al observarlas de cerca, cuando ya más tranquilos las vemos en casa, en la pantalla del
ordenador, a gran tamaño, caemos rendidos a la finura de sus colores, a la genialidad de
sus diseños a la perfección de sus simetrías. Epilobium Angustifolium
Linaria Alpina Eriophorum Scheuchzeri
Bueno amigo, seguiría con el tema, pero no quiero alargarme.
Ya te habrás dado cuenta de que no siempre
consigo encontrar el nombre científico de la
florecilla inmortalizada, y que además en algún
caso puedo haberme equivocado al adjudicarlas
la denominación.
Si alguno de tus numerosos lectores pudiera
orientarme, sabes que se lo agradecería mucho.
El trabajo de localizarlas en los libros o en
Internet, no es tarea fácil, pero ya hemos
apuntado en otras ocasiones que en esas tardes
invernales, en las que no apetece mucho salir, es
un método eficaz para estar ocupado y entretenido. Eritrichium Nanum
Recibe Carlos, como siempre, el saludo más afectuoso de tu viejo amigo
Javier
Ranunculáceas, en el Hoyo de Liordes
Me gustaría, con tu permiso, dedicar este pequeño artículo a nuestro buen amigo Xavier Aguirre, que tras cuarenta y
cuatro años de trabajo, ha decidido, por fin, jubilarse.
Como sé que estará buscando alternativas a la vida ajetreada que ha tenido que llevar, es para mí un placer sugerirle
esta actividad, ya que estoy seguro de que le puede aportar numerosas alegrías.