Post on 12-Jun-2015
FUNCIONES
Concretando y sintetizando las competencias profesionales descritas anteriormente, podemos decir que el/la formador/a ocupacional debe llevar a cabo tres funciones o procesos claves:
1.PROGRAMAR LA FORMACIÓN: El/la formador/a ocupacional ha de programar
las sesiones formativas (también podría programar módulos o curos completos). Para ello, tendrá que especificar y explicitar los siguientes elementos de la programación:• Los objetivos de formación• Los contenidos ha de desarrollar para alcanzar
dichos objetivos• Seleccionar la metodología más adecuada a
emplear• Escoger, diseñar, revisar y/o controlar los
medios que va a utilizar• Plantear las actividades que va a llevar a cabo• Definir los criterios de evaluación
(Todos los puntos de la programación están explicados en el Módulo 2)
2. IMPLEMENTAR LA FORMACIÓN: Nos referimos a la función más conocida por
todos/as como “dar clase”, es decir, impartir las sesiones formativas.
El/la formador/a debe informar a sus alumnos/as presentándoles los objetivos, recapitulando, resumiendo, sintetizando, etc., y utilizando para ello los métodos y procedimientos más adecuados en cada caso.
Por otra parte, no debe olvidar nunca su papel de orientador/a animando al alumnado a resolver sus problemas o situaciones de conflicto por sí mismos/as, orientándolos sobre técnicas de trabajo y estudios, respondiendo a sus peticiones, consultas y dudas, etc.
El/la formador/a deberá, además, organizar el trabajo de sus alumnos/as en grupo, indicando las tareas que han de realizar y regulando la marcha y logro de los objetivos.
3. EVALUAR LA FORMACIÓN: Otra de las funciones que el/la formador/a debe
realizar siendo totalmente consciente de su importancia y comprendiendo de qué manera afecta a la calidad de la formación es la evaluación.
El/la formador/a debe valorar y someter a evaluación a todos y cada uno de los elementos que afectan al proceso de enseñanza-aprendizaje: desde los/as alumnos/as, los contenidos de aprendizaje, los recursos utilizados, las técnicas de evaluación empleadas con su alumnado, etc hasta su propia labor como docente.
Esta evaluación debe servir, en última instancia, al/a la formador/a para comprender la realidad educativa y promover estrategias de auto-reflexión interna para mejorar el desarrollo de la formación; es decir, para contribuir a la calidad de la formación.