Henry Bedoya - Poemas del sueño

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Noviembre 2012 Editorial Subpoesía

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Editorial Subpoesía

Henry Bedoya

Poemas del sueño

Poemas del sueño

Henry bedoya

Hernan id iota@hotmail . com .ar

Ed itor ial Subpoes ia

Buenos A ires , Nov i embre 2012

ed itor ialsubpoes ia@gmail . com

5

poemas invisibles

I.

(Sombra en la ventana)

-Muerde el pecado,

será invisible.

Todo un recorrido.

(Figuras del instinto

caen desde los años

de alegría).

6

II.

Azotando las aguas,

asombrando a las madres,

tomando desprevenidos

a tipos precavidos.

Así es tu estilo mujerviento

mujerdios

ama del molde humano.

Sobre el sueño

todos son sueños.

Eleva tu magní# co poder.

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III.

Duerme.

Doma el sueño.

Emana.

No estás solo, ríe.

Se caballero,

haz la mueca a la dama.

Invítala.

¡Déjanos libre de la melancolía!

Sube al risco

la cornisa no es problema.

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IV.

Todos saben de mí aquí,

ya no soy sospechoso.

Monto mi pesado ser

sobre mi cuerpo.

Fantasmal espacio.

Ya no soy seguro.

Los ruidos se extinguieron

tras el cierre

del teatro de otoño.

Noche sin actrices.

Terrazas disfrazadas en la altura.

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V.

Voz de los ejecutantes:

¡Ustedes, los que ejecutan!

Han sido persuadidos.

(Empiezan a montar sus leones

porque nunca andan a pie).

Voz de los ejecutantes:

¡Ustedes, los ebrios ejecutantes,

ellos beben vinagre con los muertos!

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VI.

Combinaciones.

Flujos incesantes sobre los médanos

que albergan todo lo que se dilata

en nuestros grandes

pequeños

corazones.

Combinaciones,

dosis de humo, aceite, perdición.

Recuerdos fríos sobreviven aún

al verano mas terrible.

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VII.

El eterno ! nal es tibio,

latente.

Sobre las colinas del pueblo,

cenizas.

Un tiempo y uno ilusorio

no menos real.

Voy a buscar mi corazón,

la piel de la piel,

de la sangre

y del amor.

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VIII.

Las palabras se caen;

ya no son tan poderosas

como pensabas.

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IX.

A 1 hay otro.

A un mundo, 7.

Haz la vida

y las posiciones

observa las plantas,

las constelaciones

y el fuego.

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LOS POEMAS de las canciones

I.

Empieza la función

para vos, para unos, para mí.

Invisible telón abre su boca

al atardecer.

¡Oh, mujer mágica, todo da vueltas!

Duende sin bosque

trepa por el banco,

de improvisado

teatro sin horario.

Risas y alucinar,

nuevo acto.

La ciudad parece tan lejana,

tan alta desde aquí,

desde el trapecio de los sueños.

-¡Allí esta quien nunca se va!

Siempre cerca del equilibrio

pues el camino es así.

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II.

El sol brilla en la nada de mi corazón,

reluce la sonrisa de aquel niño

que junta colores sin tiempo,

que pierde el tren y una # or,

que aún en el ocaso

siente correr por las venas

que los vidrios rotos de unas copas

no es todo lo que he juntado.

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III.

Volver para descifrar aquel misterio.

Tan sólo contemplar

desde un puente

el abismo (mirador).

Quizás puedas cargar con el secreto,

el de los árboles más viejos

de este bosque.

Se abre el cielo,

es el sol,

soñar y despertar.

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IV.

No tenemos tantos anhelos,

no es tan fácil

pero lo intentamos.

Habrá canción para cubrirnos

una madrugada,

con las primas sombras

brotando.

V.

Niño, ven a descansar.

Niño ven, si es que del amor te vas.

Las estrellas han salido ya,

niña,

volar y soñar,

llorar ya no da para más.

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VI.

Ser del universo

de andar errante,

la vida es todo

aún en el mal viaje.

LLegará tu alma a cruzar el puente.

Bebe una ilusión

en la púrpura neblina.

Mira su cuerpo en este sitio extraño;

puedes compartir el buen humor.

¡Despierten espíritus de espíritus!