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Curso de Gestión Ambiental en la Empresa Unidad Didáctica Nº 2
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LA GESTIÓN AMBIENTAL DE LA EMPRESA
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2.1 ¿QUÉ ES LA GESTIÓN AMBIENTAL EMPRESARIAL?
La gestión ambiental, o gestión del medio
ambiente de la empresa, son el conjunto
de acciones y decisiones tomadas por una
organización sobre los aspectos que
puedan afectar a nuestro entorno. Se basa
en la forma de actuar en base al desarrollo
sostenible y la preocupación por el medio
ambiente durante el desarrollo de nuestra
actividad empresarial.
Es un proceso, dentro de la Gestión Empresarial, de planeación, ejecución,
control y mejoramiento continuo, que comprende los procesos, los procedimientos,
las prácticas y los recursos utilizados por una empresa.
De esta forma, el objetivo de la Gestión Ambiental Empresarial consiste
en reducir al máximo el impacto ambiental que posee nuestra actividad, para
que pueda seguir desarrollándose sin problemas ni consecuencias negativas para
el entorno. Entre algunos de los puntos clave de la gestión ambiental podemos
encontrar la gestión de residuos, la contaminación, el reciclaje, ruidos y muchos
otros aspectos que nos den la posibilidad de mejorar el lugar en el que vivimos.
Hoy en día, la gestión ambiental en el ámbito de la gestión empresarial, es
un factor crucial que influye decisivamente en la imagen corporativa de la empresa,
la calidad del producto, el costo de la comercialización y la competitividad. La
gestión ambiental ha pasado de ser un sueño a un hecho, las empresas cada vez
más enfocan su gestión a la satisfacción de los clientes como objetivo primordial
ante las amenazas de la competencia.
La empresa es un sistema abierto formado por un conjunto de elementos
relacionados entre sí y está en continua relación con su entorno, siendo influido por
éste, pero a la vez influyendo en él.
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La EMPRESA: contribuye al deterioro del medio ambiente por 3 razones:
1. Consume, como parte de sus inputs, recursos naturales escasos a un ritmo que supera sus tasas de regeneración.
2. Genera, como parte de sus outputs, emisiones contaminantes y residuos a unos niveles superiores a las tasas de asimilación de la propia naturaleza.
3. Al comercializar los productos desarrolla actividades de marketing que
pueden fomentar un consumo excesivo por parte de la sociedad, dando lugar a nuevos consumos de recursos naturales y nuevas emisiones y residuos.
En este sentido, es necesario entender que la Gestión Ambiental de la Empresa
parte de la Responsabilidad Ambiental de la empresa, en donde se busca darles
respuesta a las siguientes preguntas:
¿Cómo generar menos y manejar los residuos? ¿Cómo identificar alternativas de sustitución de materia prima de impacto nocivo para la sociedad y los ecosistemas? ¿Cómo responder a la responsabilidad pos-consumo de los productos puestos en el mercado? ¿Cómo prevenir la contaminación de los ecosistemas? ¿Cómo incrementar la eficiencia en el manejo de los recursos naturales? ¿Cómo implementar la responsabilidad ambiental?
Por tanto, los perfiles de la Gestión Ambiental de la Empresa, se enmarca en lo:
a) Social: Comunica los resultados de su Gestión Ambiental mediante
publicaciones y mejora su imagen corporativa como “Empresa Verde”.
b) Político: Cumple con las normas legales vigentes y con las normas
internacionales. Además, normas voluntarias como la ISO 14001. c) Científico: Aplica técnicas científicas para el mejoramiento continuo de sus
procesos industriales. d) Económico: Realiza de manera eficiente sus procesos organizacionales
mejorando su clima laboral, productividad y competitividad a nivel local e
internacional. Participa de mercados y negocios verdes porque con el SGA
puede ser parte de una cadena de ecoeficiencia.
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2.2 ¿Cómo realizar la gestión ambiental de la empresa?
Históricamente parece que el cuidado del medio ambiente y la actividad
empresarial han ido en dirección contraria. Esto se debe a que se tenía la idea que
la actividad empresarial era dañina para el lugar en el que vivimos y, por otro lado,
el cuidado del medio ambiente era un freno al desarrollo económico y empresarial.
Sin embargo, debemos saber que cada una de las partes precisa de la otra para
que podamos avanzar en la sociedad. Por ello, queremos mostrarle en qué consiste
y cómo podemos realizar una buena gestión ambiental en la empresa. Para poder llevar una correcta gestión del ambiente en nuestra compañía es
necesario conocer toda la normativa que existe acerca de este tema. Pero no
todo acaba ahí. Debemos recordar que existen algunas cuestiones que no están
reguladas y que depende de la voluntad de la empresa ponerlas en marcha, o no.
Por suerte, cada vez son más las compañías que se preocupan por el medio
ambiente y qué puede hacer para dañar lo más mínimo.
Para realizar el proceso podemos seguir las siguientes cuatro etapas:
1. Se determina una actividad o proceso. 2. Identificar los aspectos ambientales de este proceso. 3. Identificar los impactos ambientales asociados a este proceso. 4. Evaluar todos los impactos para determinar cuáles son significativos y
cuáles no.
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¿Cómo afecta el medio ambiente en la empresa? Las fábricas contaminan el aire a través de emisiones de restos de combustible. Éstas incluyen dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. La combustión crea estos contaminantes tóxicos. Aunque todas son sustancias que se producen naturalmente, lo que causa preocupación es su alto nivel de emisión.
El Sistema de Gestión Ambiental (SGA) es un conjunto de procesos y prácticas que permiten a una organización reducir sus impactos ambientales y aumentar su eficiencia operativa. Las mayores ventajas que podemos encontrar a la hora de implementar un Sistema de Gestión Ambiental basado en la norma ISO 14001, son las siguientes: • Aumento de la eficacia ambiental. • Disminución de costos durante el tratamiento. • Reducción en la utilización de materias primas y energía.
Beneficios de la Gestión Ambiental en la Empresa
• Mejora la imagen corporativa ante proveedores y clientes. • Facilitar la comercialización del producto ("lo verde vende"). • Ahorro y racionalización de recursos. • Prevención y corrección de los riesgos ambientales.
Son muchos los beneficios que aporta la gestión ambiental de la empresa.
Debemos recordar que si queremos seguir obteniendo recursos para nuestra
actividad es necesario cuidar el lugar en el que vivimos. Si quieres saber cómo
llevar a cabo una buena gestión ambiental, amplia tu información en:
− Estrategias de gestión ambiental en la empresa
− ¿Qué es un sistema de gestión ambiental de una empresa?
− Finalidad de los sistemas de gestión ambiental
− Auditoría ambiental
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2.3 LA POLÍTICA AMBIENTAL DE LA EMPRESA
La política ambiental es la preocupación
por ayudar a mejorar y cuidar el medio
ambiente, conservar los principios
naturales de los humanos y fomentar el
desarrollo sostenible, a través de marcarse
objetivos claros a corto y largo plazo
relacionados con todo este conjunto. A
nivel de empresa, es un requisito de los
sistemas de gestión ambiental en la
Norma ISO 14001.
Además, se pueden definir las políticas ambientales como las estrategias que se realizan desde las diferentes instituciones, tanto nacionales como
internacionales, que, a través de la elaboración y aplicación de diferentes
normativas ambientales, buscan hacer frente a los problemas ambientales existentes.
Principios de las Políticas Ambientales
A modo de resumen, los principios de las políticas ambientales para un
desarrollo sostenible para lograr un crecimiento económico limpio y ecológico son:
• El principio de responsabilidad medioambiental: todos podemos mejorar nuestro entorno.
• El principio de prevención: mejor prevenir que corregir desastres ecológicos. • El principio de sustitución de sustancias peligrosas por otras menos
contaminantes y procesos de alto consumo energético por otros más eficientes. • El que contamina paga en los casos que no se puede prevenir el daño
ambiental. • El principio de la coherencia que requiere la coordinación de las políticas
ambientales con otros departamentos y la integración de objetivos ambientales. • Principio de la cooperación en grupos sociales que trabajen con objetivos de
mejora ambiental y su realización es indispensable. • Las políticas ambientales deben basarse siempre en los resultados
de investigaciones científicas.
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¿Cómo debe ser la política ambiental?
La política ambiental es un modelo de administración adoptado por una entidad
o empresa para relacionarse con el medio ambiente y los recursos naturales.
Esta debe empezar por un compromiso ambiental, un documento que deberá regir
toda actividad en la empresa y que debe reflejar los puntos básicos de la política
medioambiental.
Algunos de los puntos que deben incluirse en este compromiso ambiental que
guiará la política de la empresa son:
• Siempre se actuará según las leyes y normas de la gestión ambiental.
• Se minimizará en lo posible todo impacto ambiental.
• Se minimizará en lo posible los residuos generados.
• Se abogará por la reutilización y reciclaje.
• Se prevendrán los riesgos a nivel patrimonial, ocupacional y ambiental.
• Periódicamente se realizarán auditorías ambientales para asegurarse que se
cumplen los puntos establecidos.
Política Ambiental según la Norma ISO 14001
La ISO 14001: 2015 es la norma en la que se estipulan los contenidos que deben
estar presentes en la Política Ambiental de una empresa. Marca los puntos que la
dirección debe implantar, mantener y hacer cumplir en torno a la política
medioambiental en su empresa. Entre las cosas que impone la norma es que:
• En la política ambiental se deben establecer los principios y las intenciones de
la empresa a la hora de establecer cuál será su actuación ambiental.
• La política ambiental tiene que estar adecuada a la naturaleza, la magnitud y los
impactos ambientales significativos realizados por las actividades, los productos
y los procesos de la organización, además se tienen que identificar durante la
revisión ambiental inicial y el registro de los aspectos ambientales.
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• La política ambiental tiene que incluir el compromiso de mejora continua y de
prevención de la contaminación, está basado en una metodología de utilización
de tecnología mucho más limpia.
• En la política ambiental se tiene que incluir el compromiso de cumplir con la
legislación y con todas las regulaciones ambientales que se encuentran
estrechamente relacionadas con los aspectos ambientales significativos
identificados en la organización y con sus correspondientes impactos
ambientales, además tiene que cumplir con todos los requisitos que se
encuentran suscritos a su empresa.
• La política ambiental debe estar documentada, implantada, se tiene que
mantener y revisarse, y darla a conocer a todos los trabajadores de la
organización.
• Dicha política tiene que contar con el respaldo de la gerencia de la empresa.
• La política ambiental tiene que estar a disposición de todas las personas que
deseen acceder a ella.
• En la política se tiene que asegurar la comunicación y la revisión, tanto de los
objetivos como de las metas de la empresa.
• La política se debe escribir en un lenguaje claro, conciso y no técnico, para que
pueda ser entendida por cualquier persona, interna o externa a la organización,
que desee revisarla.
• En la misma política ambiental se tiene que incluir el compromiso de la
organización a desarrollar e implementar un Sistema de Gestión Ambiental en
su empresa.
• La política ambiental tiene que incluir también el compromiso de la organización
de desarrollar y aprobar todos los requisitos de la norma ISO14001.
• En la política ambiental se tiene que introducir un enfoque del impacto de las
actividades, los productos y los procesos de su empresa que se encuentren
basados en el análisis del ciclo de vida.
La importancia de la política ambiental
La política ambiental no difiere mucho de concepto de política, la única
diferencia que podemos encontrar entre política y política ambiental es que la
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segunda se encuentra encaminada a la mejora del medio ambiente. Dicha política
ambiental se encuentra fundamentada en la mejora ambiental y el cumplimiento de
la legislación relacionada, además de ayudar a conseguir el éxito del Sistema de Gestión Ambiental.
La política ambiental se tiene que realizar una vez se ha completado la
revisión ambiental inicial. En el caso de cualquier organización, todos los principios
detallados en la política ambiental son incluidos para conseguir la mejora ambiental
de una forma constante, se pretenden minimizar todos los impactos ambientales
significativos provenientes de las actividades, de los productos y los procesos
realizados por la organización.
Aunque muchas personas pueden entender que la política ambiental es un
simple documento que se encuentra colgado de una pared, lo cierto es que esto no
es así. Para que un Sistema de Gestión Ambiental ISO14001 funcione
correctamente y obtenga la mejora continua deseada con respecto a su actuación
ambiental, tiene que respetar todos los principios e intenciones nombrados en la
política ambiental. Para poder llegar a conseguir todo esto es fundamental que la
organización tenga un algo nivel de compromiso.
Cuando se lleve a cabo la política ambiental, se tiene que fomentar la
participación y se debe tener en cuenta todas las aportaciones que pueden realizar
los trabajadores y las personas interesadas. Es necesario incidir en que la política
ambiental tiene que ser relevante a la hora de realizar las actividades, los servicios
y lo productos de la empresa con el fin de poder hacer llegar el mensaje de que se
conocen los aspectos ambientales significativos.
La política ambiental se puede utilizar como documento guía para realizar
la mejora ambiental corporativa, la persona encargada de otorgar la certificación
querrá conocer si la política se ha desarrollado contando con los aspectos
ambientales significativos y los impactos ambientales generados por la
organización, verificando que la política ambiental no ha sido copiada de otra
organización.
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2.4 ¿Cuáles deben ser los fines de una empresa para mejorar el medio ambiente? El abanico de fines y acciones que puede llevar a cabo nuestra empresa
para mejorar el medio ambiente es muy grande, y el sector al que pertenezca la
empresa será clave. Al fin y al cabo, no es lo mismo una empresa que se dedica a
la construcción que una asesoría o una clínica dental, cada uno tendrá sus objetivos y sus posibilidades a la hora de ayudar al medio ambiente.
Aun así, hay una serie de objetivos generales que podemos utilizar como
punto de partida para establecer los objetivos medioambientales.
Dos de los objetivos estrella son la reducción del consumo de papel y de
electricidad. Para reducir el papel que utilizamos en el trabajo tenemos alternativas
como utilizar impresoras de doble cara o un papel de menor densidad. Como no,
puedes reutilizar el papel para tus borradores, y sobra decir que instalaremos
papeleras específicas para el papel, igual que haremos para los plásticos o incluso
para el vidrio. El hecho de reciclar, reutilizar y optar por el uso de materiales reciclados ayuda a lograr los objetivos ambientales de tu empresa.
La reducción del consumo eléctrico no solo ayudará al medio ambiente, también
es interesante desde el punto de vista económico. Entre las medidas que podemos
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introducir, están la sustitución de equipos o bombillas por otros más eficientes, lo que podría ser un excelente punto de partida en nuestro objetivo. En
este sentido, podemos hablar también del uso del aire acondicionado y la calefacción: hay que hacer un uso racional, mantener una temperatura ideal y no
abusar de ellos, lo que aumenta la emisión de CO2 y perjudica la salud de los
trabajadores.
También es interesante calcular la huella de carbono e intentar reducirla, ya sea
recurriendo a las energías limpias o con otras medidas como fomentar el uso del transporte público o compartido entre los trabajadores, introducir la iluminación
LED en la oficina, apostar por los productos locales cada vez que organices una
reunión o tengas que agasajar a un cliente o reducir el consumo de agua. Con
medidas como estas reducirás la huella de carbono, y estarás más cerca de cumplir
los objetivos medioambientales.
Como vemos cada empresa debe marcarse sus propios objetivos medioambientales en función de su actividad y sus posibilidades. Sin embargo, es
necesario que poco a poco se vayan cumpliendo algunas de las metas que nos
permitan asegurar los recursos que adquirimos de la naturaleza por mucho
tiempo. Estos no dejan de ser una parte de los objetivos empresariales que se van
definiendo año tras año, por lo que debemos tenerlos en cuenta constantemente.
5 acciones que pueden hacer las empresas para cuidar el medio ambiente • Reduzca el consumo energético y de agua. ...
• Mejore la gestión de los materiales y residuos peligrosos. ...
• Optimice los envases de sus productos. ...
• Tome en consideración el medio ambiente y haga que sea una parte
importante de la gestión de su empresa.
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2.5 ESTRATEGIA DE GESTIÓN AMBIENTAL EN LA EMPRESA
Podemos definir la estrategia ambiental como un plan cuya finalidad es mitigar los
efectos sobre el medio ambiente de las
operaciones de la empresa y sus
productos.
Los efectos ambientales incluyen aquellos relacionados con el agotamiento
de los recursos naturales, los relativos a la acumulación y emisión de residuos, y
también, los efectos colaterales del uso de materiales no saludables.
Estrategias, motivaciones y valores son parte de la cultura e identidad de la
empresa, lo que da lugar a los diversos planteamientos que adoptan las empresas
con respecto a las cuestiones ambientales, si bien es cierto que el debate sobre la
estrategia ambiental de la empresa se ha planteado tradicionalmente en términos
de confrontación entre estrategias defensivas y proactivas.
La estrategia ambiental resulta una tarea básica para los próximos años, que
debe ser elaborada con la participación de las instancias técnicas en todos los
campos y orientada por el equipo técnico especializado en el ambiente.
Para la elaboración de la estrategia se debe tener en cuenta elementos
claves que están influyendo en el entorno como: la concientización del cliente, la
normativa ambiental nacional e internacional, las exigencias de las comunidades y
el uso alternativo de los recursos.
La elaboración de la estrategia ambiental es un proceso interactivo,
participativo y creativo que debe llevar a orientar de forma clara el accionar de la
institución, así como el compromiso que se debe asumir en el futuro, a partir de la
elaboración de planes, programas y proyectos de corto, mediano y largo plazo, los
cuales deben ser compartidos de forma asegurada por toda la organización.
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Tipos de estrategias ambientales para empresas Según el papel que juegue la empresa, podemos hablar de hasta cuatro
tipos de estrategias de gestión ambiental para las empresas: hiperactiva, proactiva, reactiva y seguidora. A ellos habría que añadir la inactiva, que
realmente no es un tipo de estrategia concreta, ya que la empresa considera que
no tiene ningún problema en este sentido, que sus procesos productivos no
contaminan y son respetuosos con el medio ambiente y por tanto no desarrollan ningún trabajo específico en este sentido.
Hiperactiva: es una necesidad
Las empresas que sienten la necesidad de luchar por la defensa del medio ambiente, que consideran una necesidad este trabajo y definen la agenda
verde son las que llevan a cabo una estrategia ambiental hiperactiva. Ven en ello
nuevas oportunidades de negocio y una serie de ventajas competitivas que pueden
aprovechar, y para ello pretenden influir en la regulación ambiental buscando
siempre su beneficio haciendo lobby para ello.
Proactiva: una responsabilidad propia
La estrategia ambiental proactiva guarda ciertas similitudes con la
hiperactiva, ya que se considera que las políticas ambientales son una oportunidad
de negocio que no se puede dejar pasar, y que si no se trabaja en este sentido la
empresa será inviable a largo plazo. Si las hiperactivas trataban de influir en las
políticas ambientales, las empresas con una estrategia ambiental proactiva tratan de ir por delante anticipándose tanto a las nuevas regulaciones como en la búsqueda de nuevas tecnologías que le permitan estar a la vanguardia de
las tendencias y de lo que exige la normativa ambiental.
Reactiva: lo que diga la normativa ambiental
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Si las dos estrategias que hemos visto hasta ahora consideran la cuestión
medioambiental como una oportunidad de negocio más, las empresas que
apuestan por una estrategia ambiental reactiva son aquellas que ven el medio ambiente como un coste adicional a su actividad a minimizar, pero no como una oportunidad de negocio. Aquí podemos incluir desde las empresas que
conforman los lobbys y grupos de presión para bloquear y paralizar las regulaciones
ambientales a las que no informan sobre sus emisiones o se niegan a reducirlas. Seguidora: adaptarse a la normativa
A caballo entre las empresas que se toman en serio las políticas de
protección ambiental y las que intentan torpedear la normativa de protección
ambientales nos encontramos con esas empresas cuya estrategia de gestión ambiental se limita a adaptarse a lo que diga la ley. Si se incluyen cambios en
la normativa, se adaptan a ellos para evitar multas, asegurar mercados o mantener su reputación y competitividad empresarial, pero no introducirán una
política ambiental mucho más activa.
¿Cuál es la mejor estrategia de gestión ambiental?
Esta es una de las preguntas más difíciles de contestar, ya que depende
del objetivo ambiental que tengas. Si una de tus preocupaciones es el medio
ambiente y pretendes crecer de la mano del entorno, y no a costa suya, parece
claro que las estrategias hiperactivas y proactivas son las ideales, e incluso te
permiten presionar en busca de una normativa ambiental que te beneficie. En
cambio, una estrategia reactiva o de seguimiento primará el beneficio económico al
ambiental. Al final, la decisión está en manos de los gestores de la empresa, que decidirán qué tipo de estrategia de gestión ambiental seguir.
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2.6 OBJETIVOS AMBIENTALES DE LA EMPRESA Los objetivos ambientales son los fines generales que marca la empresa
para mejorar la actuación ambiental. Los objetivos ambientales pueden ser
“disminuir el uso de agua” o “mejorar la eficiencia energética”. Las metas
ambientales son las medidas de actuación que se establecen para alcanzar
un objetivo dado. La norma ISO 14001 2015 tiene el objetivo principal de proporcionar a las
empresas un marco de protección para el medio ambiente y responder a
condiciones climáticas cambiantes, siempre en equilibrio con las necesidades
socioeconómicas. ¿Cuáles son los objetivos ambientales de una empresa?
Desde la gestión ambiental de la empresa se puede fijar unos objetivos ambientales y aportar vuestro granito de arena en la protección del planeta.
Cada cierto tiempo, generalmente de forma anual, la empresa debería fijar
sus objetivos ambientales y valorar si hasta el momento se ha cumplido con ellos.
En este sentido, la Norma ISO 14001:2015 apareció para ofrecernos unas líneas
maestras a partir de las que podemos diseñar unas políticas de empresas
relacionadas con el medio ambiente. Según esta normativa, la política ambiental
debería poder medirse y seguirse, y todos los trabajadores deberían conocer y comprender los objetivos verdes de la empresa.
Así, dentro de los objetivos ambientales deberían figurar las acciones que
vais a hacer, los recursos humanos, materiales y económicos necesarios y el plazo
para cumplir con ese objetivo. Una vez lleguemos a la fecha de finalización hay que
evaluar los resultados, aunque cada cierto tiempo haremos un análisis de
seguimiento. También debes tener claras las prioridades en las acciones medioambientales, ya que por muchas medidas que queramos tomar no siempre
las puedes llevar todas a cabo.
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OBJETIVOS AMBIENTALES EN LA NORMA ISO 14001:2015
Al momento de implementar un Sistema de Gestión Ambiental basado en
la Norma Internacional ISO 14001:2015, una clave para el éxito del proceso es
que la organización posea un claro conocimiento de sus objetivos y sus metas ambientales.
Los objetivos ambientales deberían establecerse al nivel más alto de la
organización y a otros niveles y funciones en donde se llevan a cabo actividades
importantes para cumplir los compromisos de la política ambiental y las metas
globales de la organización.
Además, los objetivos ambientales deberían definirse teniendo en cuenta:
• Aspectos ambientales significativos de la organización
• Requisitos legales y otros requisitos asociados
• Riesgos y oportunidades.
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Estos objetivos ambientales deberían también ser coherentes con la política ambiental de la organización, de forma tal de integrarlos dentro de las decisiones
estratégicas de la empresa para mejorar el Sistema de Gestión Ambiental y el
entorno natural en el que se desempeña la empresa y que afecta y se ve afectado
por su actividad.
GENERACIÓN DE OBJETIVOS AMBIENTALES EN ISO 14001:2015
La generación de objetivos ambientales constituye la esencia misma de
la gestión ambiental, ya que para obtener resultados es necesario que la empresa
plantee objetivos que sean específicos y alcanzables dentro del contexto de la organización.
De la propia política ambiental deberían desprenderse de forma lógica una serie
de objetivos de mejora relacionados con las áreas clave de la organización. Por
ello, conviene repasar los compromisos adquiridos en la política como, por ejemplo,
la orientación a la prevención de la contaminación.
No existe ningún criterio categórico sobre el nivel de exigencia que deberá asumir
la organización en sus objetivos, aunque es necesario que la organización
establezca sus objetivos ambientales considerando una serie de aspectos como,
por ejemplo: los recursos financieros, y teniendo en cuenta cuestiones tales como
las siguientes:
• Priorizar los objetivos relacionados con la actuación ambiental de la organización y especialmente con el cumplimiento de la legislación y con
los aspectos ambientales considerados significativos.
• Es conveniente tener en cuenta tanto la legislación vigente como las posibles
exigencias ambientales futuras.
• Definir objetivos capaces de aportar valor a la organización en términos de
ahorros económicos cuantificables o de satisfacción de los clientes.
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• En la medida de lo posible, vincular los objetivos ambientales con la adopción
de nuevas tecnologías.
Adicionalmente conviene también establecer objetivos sobre temas que hagan
referencia al propio sistema, como puede ser la formación, la comunicación con las
partes interesadas y otros elementos de la gestión ambiental.
PLANIFICACIÓN DE OBJETIVOS AMBIENTALES EN ISO 14001:2015
Una vez definidos los objetivos ambientales, el paso siguiente consiste en
efectuar la correspondiente planificación de los mismos, lo que implica establecer
un programa que incluya definiciones sobre los siguientes aspectos:
• Acciones a realizar para alcanzar los objetivos ambientales
• Recursos necesarios para llevarlos a cabo
• Responsabilidades para llevar a cabo las distintas acciones
• Plazos establecidos
• Priorización de las acciones
• Indicadores de seguimiento
Todo este proceso de planificación debe concretarse en forma de un programa de gestión ambiental de la organización, el cual representa el “motor” que
impulsará al Sistema de Gestión Ambiental hacia la consecución de una mejor
actuación ambiental.
El programa es un elemento clave para la implantación adecuada de un Sistema
de Gestión Ambiental y debería aclarar cómo se conseguirán los objetivos de la
organización, incluyendo su planificación en el tiempo y el personal responsable
para la implantación de la política ambiental de la organización.
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2.7 INDICADORES AMBIENTALES PARA VALORAR LA GESTIÓN DE LA EMPRESA
¿Qué es un Indicador Ambiental? Un indicador ambiental es una medida que puede ser de origen físico,
químico, biológico, social o económico, que permite evaluar toda aquella información ambiental disponible, con el fin de reflejar las condiciones en las que
se encuentra el medio ambiente o un factor ambiental particular, en un tiempo y en
un lugar determinados.
Pueden ser cuantitativos o cualitativos dependiendo de cómo son medido y
apreciado. Los indicadores ambientales cuantitativos se basan en parámetros
con los que dan información sobre un fenómeno. En cambio, los indicadores ambientales cualitativos se centran más en las observaciones y percepciones.
Los indicadores ofrecen una visión de las condiciones y presiones
ambientales y respuestas de la sociedad o gobierno, son sencillos, fáciles de
interpretar y capaces de mostrar las tendencias temporales, responden a cambios
en el ambiente y las actividades humanas relacionadas, proporcionan una base
para las comparaciones internacionales y son aplicables a escala nacional o
regional.
Características
Los indicadores ambientales deben tener ciertas características y cumplirlas,
ya que son un instrumento que influye en la evaluación para tomar desde
decisiones políticas sobre el medio ambiente, hasta en el manejo de una empresa
para llegar a ser lo más sostenible posible.
Entre las características de los indicadores ambientales están:
• Deben evaluar datos de calidad y fiables.
• Ser fáciles de manejar y comprender.
• Que puedan predecir si habrá alguna evolución negativa.
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• Su coste debe estar equilibrado con su efectividad.
• Ser sensibles a los cambios.
• Ser específicos con el objetivo de que no se den diferentes interpretaciones.
Tipos de indicadores ambientales
Los indicadores ambientales, en función de los datos que están disponibles,
se pueden clasificar en distintos tipos. Estos son los tres tipos de indicadores ambientales que hay:
• Tipo I: para este tipo de indicadores los datos están siempre disponibles ya que
son obtenidos gracias a un monitoreo permanente.
• Tipo ll: se basan en cálculos de datos que provienen del monitoreo permanente,
pero necesitan datos adicionales ya que los datos pueden estar total o
parcialmente disponibles.
• Tipo lll: no tienen ninguna base matemática ni están basados en datos que
estén disponibles. Son indicadores conceptuales.
Ejemplos de los indicadores ambientales
Ahora que ya conoces bien qué son los indicadores ambientales, sus
características y tipos vamos a mostrar algunos de ellos. Estos son
algunos ejemplos de los indicadores ambientales:
• Índice de bienestar económico sostenible (IBES).
• Índice de desarrollo humano (IDH).
• Índice de sostenibilidad ambiental (ISA)
• Índice de desempeño ambiental (EPI).
• Índice global de economía verde (GGEI).
• Huella ecológica (HE).
• Índice de planeta vivo (LPI).
• Huella de carbono.
• Huella hídrica
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Clasificación de Indicadores ambientales
Los indicadores ambientales pueden dividirse en tres grandes grupos.
Dependiendo de si describen el impacto ambiental de una empresa
(comportamiento medioambiental), las actividades de gestión medioambiental, o la
situación del medio ambiente externo de la empresa, pueden diferenciarse los
siguientes grupos (véase la figura):
• Indicadores de comportamiento medioambiental.
• Indicadores de gestión medioambiental.
• Indicadores de situación medioambiental.
Cualquier empresa puede usar los indicadores de comportamiento medioambiental como punto de partida.
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Ventajas de los Indicadores Ambientales
Los indicadores ambientales resumen extensos datos ambientales en una
cantidad limitada de información clave significativa. Por lo tanto, aseguran una
rápida evaluación de las principales mejoras y de los puntos débiles en la protección
ambiental de la empresa para aquellos que han de tomar las decisiones. Además,
permiten determinar objetivos ambientales cuantificables que pueden utilizarse
para medir el éxito o fracaso de las actuaciones. Trabajar con instrumentos de
control directivo tradicionales no sólo es un requisito para controlar la
contaminación ambiental, sino también para determinar las oportunidades
ambientales rentables.
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2.8 ¿Qué hacen las empresas para cuidar el medio ambiente?
Proteger el medio ambiente es cosa de todos, de cada uno en su casa y
de la sociedad en general a partir de las acciones que puedan llevar a cabo
instituciones, comunidades de vecinos o empresas, que también tienen mucho que
ver en esta cuestión. Al fin y al cabo, la actividad industrial genera una serie de
emisiones perjudiciales para nuestro entorno, aunque cualquier empresa de cualquier sector puede poner en marcha una serie de medidas ecológicas para reducir el impacto ambiental de su actividad. Esto es lo que se conoce
cómo Gestión Ambiental de las organizaciones.
¿Cómo ayudar al medio ambiente desde la empresa?
Adoptar un enfoque verde se antoja como la mejor forma de ayudar al medio
ambiente desde una empresa. Muchas compañías se limitan a adaptarse a la
normativa relacionada con el medio ambiente para evitar sanciones por su
actividad, pero esto no es suficiente. Hay que ir un poco más allá de lo que diga la
legislación y asumir desde la empresa ese compromiso individual relacionado con
el cuidado y el respeto del entorno en el que operamos. Es una cultura de empresa responsable, que debe llegar a todos los trabajadores.
Los responsables de la empresa son los que deberían promover ese compromiso ambiental entre los trabajadores, a partir de pequeños hábitos o
prácticas que darán paso a una actividad mucho más responsable con el medio
ambiente. Es necesario definir unos objetivos medioambientales y trabajar para
cumplirlos.
Te presentamos varias acciones que pueden llevar a cabo las empresas para
mejorar la calidad del medio ambiente:
Ahorro energético
Entre estas medidas destaca el ahorro de energía, algo tan fácil como cambiar los
equipos de iluminación o climatización a favor de otros de bajo consumo o la
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desconexión de los aparatos electrónicos cuando no están funcionando. Avances
como la tecnología led nos ayudan a cumplir con él. La eficiencia energética es
clave para cuidar el medioambiente y, además, nos permite reducir costes.
Cuidar el uso de agua
Otro punto muy importante para cuidar el medio ambiente, pero del que todavía
no somos muy conscientes es del cuidar del uso del agua… Todavía seguimos
dejando grifos abiertos y utilizando agua en la fabricación sin ningún tipo de
limitación.
Políticas de reciclaje
Otra cuestión interesante es el diseño de una política de reciclaje.
Independientemente del sector al que se dedique tu empresa, seguro que generan
una serie de residuos o desperdicios. A parte de reciclar correctamente el papel o
el plástico en la oficina, a lo largo de la cadena productiva seguro que se generan una serie de desperdicios que hay que reciclar correctamente. Pero
no nos quedamos aquí, cuando se produzca una renovación de equipos o
mobiliario, también hay que tratar de reutilizar y reciclar todo lo posible.
La gestión de residuos es fundamental para reducir el impacto en nuestro entorno.
Por un lado, pueden ser reutilizados. Por otro lado, pueden ser tóxicos, por lo que
deben respetarse los procesos que se exigen para no contaminar.
Eficiencia en los recursos
También hay que hablar del uso eficiente del papel, un recurso que muchas veces
desperdiciamos de forma totalmente arbitraria, y que tiene un gran impacto
ecológico. No basta con utilizar papel reciclado, que también es una medida a tener
en cuenta, también podemos reutilizar las hojas que solo están escritas por una
cara, instalar puntos de reciclaje en diferentes puntos de la oficina, etc. Y además
de reutilizar y reciclar tenemos la tercera R, reducir el consumo de papel, algo muy fácil gracias a los formatos digitales.
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Oficinas sostenibles
Más allá de estas acciones que puedes poner en marcha en tu día a día, también
tienes la opción de crear una oficina verde. Si vas a levantar el edificio de cero,
puedes recurrir a materiales reciclados o renovables para la construcción, además
de apostar por los principios de la arquitectura bioclimática, en busca de sacar el
máximo partido a la luz solar o a la climatización natural para así ahorrar en
electricidad o gas. Ese espacio físico de trabajo debe ser un ejemplo más de las
medidas ecológicas adoptadas por la empresa.
Reducir el impacto
Finalmente hay que hablar de la huella que deja nuestra actividad. En este
sentido, podemos tomar medidas para incentivar el uso del transporte público, la bicicleta o el coche compartido entre los trabajadores de la empresa,
evitando que cada uno venga en su coche. También procuraremos utilizar materias
primas y recursos de proximidad, de forma que tengan el menor impacto posible
y podemos proteger el medio ambiente también en los ineludibles desplazamientos
del día a día.
Disminuir emisiones CO2
Otra de las grandes máximas en lo que a cuidar el medio ambiente se refiere. Y
es que, si queremos evitar el calentamiento global, tendremos que reducir los gases
de efecto invernadero. Es por ello que cada vez más organizaciones, sobre todo
del sector de la logística y el transporte, optan por medios de transporte eléctricos.
De esta manera, las organizaciones deben comprometerse en este tipo de
acciones para asegurarnos los recursos naturales y no reducir el número de años
que le quedan a nuestro planeta.
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2.9 BUENAS PRÁCTICAS AMBIENTALES EN LA EMPRESA
Las “Buenas Prácticas Ambientales” son un conjunto de recomendaciones y
actuaciones sencillas y respetuosas con el medio ambiente y con la propia gestión
empresarial.
Su fin es, además de preservar el entorno natural, ayudar a que las personas
y organizaciones asuman el medio ambiente como un factor positivo de cara a
optimizar la productividad y ahorrar tiempo y recursos.
Por tanto, la puesta en práctica de este tipo de actuaciones redundará en
beneficio de estas empresas y en el buen funcionamiento de las mismas.
Las buenas prácticas ambientales no requieren, en general, cambios
técnicos en un establecimiento, ya que pueden ser implantadas de una manera
fácil, rápida y sencilla.
Por otra parte, la legislación es cada vez más exigente en lo relativo a
normativa medioambiental, por lo que las buenas prácticas ambientales suponen,
en muchos casos, el cumplimiento gradual de la legislación vigente, y en muchos
otros, el de la legislación futura.
En definitiva, los beneficios que se obtienen compensan sobradamente el
esfuerzo y costo económico iniciales que puedan suponer.
Así: desde un punto de vista medioambiental, la puesta en marcha de
buenas prácticas permite:
• Promover la mejora continua de la actividad en relación con el medio ambiente.
• Reducir el consumo de agua y energía.
• Disminuir y facilitar la retirada de los residuos y vertidos.
• Eliminar ruidos innecesarios.
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Desde un punto de vista empresarial, la aplicación de buenas prácticas
ambientales implica:
• Reducir los costos derivados de una gestión inadecuada de los recursos
naturales.
• Mejorar la imagen de la empresa y aumentar su competitividad.
• Optimizar los procesos industriales
El objeto de las Buenas Prácticas Ambientales es reducir las pérdidas
sistemáticas o accidentales de materiales y de residuos o emisiones, y de esta
manera aumentar la productividad sin necesidad de recurrir a cambios en
tecnología, materias primas o productos, sino centrándose principalmente en los
factores humanos y organizativos de la producción.
Las áreas operativas comunes a todas las industrias que mejor se prestan a
cambios en sus prácticas organizativas se centran en:
• Control de inventarios o seguimiento de materias, residuos y emisiones:
control en compras, mejora de localización en almacén, seguimiento de la
caducidad, etc.
• Mejoras en la manipulación de materiales: concienciación de los empleados,
se reduce la probabilidad de accidentes, etc.
• Mejoras en la producción: planificación secuencias orientadas a reducir
frecuencias de limpieza, reciclaje, etc.
• Prevención y control de fugas y derrames: adoptar procedimientos
apropiados, protección contra salpicaduras, etc.
• Mantenimiento preventivo: inspección, revisión y limpiezas periódicas.
• Empleo de guías de utilización de materiales y equipos, orientadas a
disminuir la generación de residuos y emisiones.
• Separación selectiva de residuos y emisiones: según su naturaleza y
características para facilitar su reciclaje y recuperación.
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En la mayoría de los casos se trata de medidas que no requieren apenas
cambios técnicos en los equipos, sino solamente en la actitud de las personas y la
organización de las operaciones tras una revisión de los procedimientos existentes.
Por ello las buenas prácticas ambientales pueden implantarse rápidamente, con
una baja inversión, con lo que su rentabilidad suele ser alta y tienen un riesgo muy
bajo.
Actualmente, los empresarios están tomando conciencia de su
responsabilidad en materia de medio ambiente, y esta conciencia ecológica ha sido
motivada, en parte, por las presiones continuas de la Administración y de la opinión
pública, por lo que tienden a minimizar los daños ambientales derivados de sus
actividades y de su producción.
Por otra, cada día los consumidores son más exigentes con la atención que
reciben, con la limpieza y la calidad de los productos. Así mismo, son cada vez más
conscientes de la necesidad de conservar el entorno natural que les rodea y valoran
muy positivamente que se apliquen las buenas prácticas ambientales.
En consecuencia, este sector tiene una enorme actividad productiva y un
gran número de empleados, por lo que se hace necesario implantar medidas de
carácter ambiental y de aplicación general en toda su estructura, estableciendo una
serie de compromisos ecológicos en defensa y protección del entorno natural.
Para poner en marcha unas buenas prácticas ambientales en una empresa,
es necesario implantar un Sistema de Gestión Ambiental ya que es una
herramienta que asegura el nivel de comportamiento ambiental de sus
instalaciones, empleados, actividades, productos y servicios acorde con su política
ambiental y con sus correspondientes objetivos y metas.