Post on 10-Jul-2015
NUESTRA MISIÓN ES, VIGILAR.
Queridos Amigos: Comenzamos el tiempo de Adviento: tiempo para vivir nuestra misión de evangelizadores con esperanza.
Puede que nos venga bien avivar nuestra esperanza ante tantas desilusiones, desencantos, descalificaciones o engaños.
Si nuestra misión es avivar la esperanza, tal vez tenemos que intensificar nuestra vigilancia.
Hemos de vigilar, ya que lo que mejor hay en nosotros sigue esperando la luz y el crecimiento.
Hemos de vigilar, porque el Señor es imprevisible y sorprendente: “No sabéis el día ni la hora”. (Mt. 24, 42).
Hemos de vigilar, porque el Espíritu del Señor sopla donde y cuando quiere.
¿Para qué hemos de vigilar?
• No sólo para defendernos del mal, sino también para quitar obstáculos que nos impiden acercarnos y aproximarnos a Dios, a los demás y a nosotros mismos.
• Necesitamos vigilar para descubrir nuestra realidad y ver qué es lo que nos impide encontrarnos con ella; qué es lo que nos hace intolerantes e insolidarios:”Caminemos a la luz del Señor”. (Isa. 2, 5).
• Necesitamos vigilar para descubrir nuestras inconsciencias, nuestros aturdimientos, nuestras dificultades y todo aquello que nos hace sufrir o hace sufrir a los demás. San Pablo nos dice: “Daos cuente del momento que vivís”. (Rom. 13, 11).
• Necesitamos vigilar para no perder la paciencia ni la esperanza.
La paciencia nos ayuda a crecer, a madurar, a fortalecernos y no cesar.
La esperanza aviva en nosotros el deseo, la súplica, la misericordia, la justicia y la paz.
• Necesitamos vigilar a la luz de la fe, de la esperanza y del amor
Preparemos nuestras lámparas, durante este tiempo de Adviento, para que nos ayuden a descubrir y cumplir nuestra misión, que es VIGILAR.
Gabriel.
1º. Domingo de Adviento. Ciclo. A. Madrid. 1 de Diciembre de 2013.