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El Colegio del Estado de HidalgoPolíticas Públicas y Desarrollo SustentableDr. Ignacio César Cruz Islas
Impactos ambientales de la dispersión habitacional en Mineral
de la Reforma
Tito Armando Cruz Aguirre
Los promotores inmobiliarios se han convertido en los principales estructuradores del
urbanismo en Mineral de la Reforma con la complicidad del gobierno estatal y municipal e
impulsados por la legislación vigente. Este urbanismo mercantilizado es el generador de un modelo
especulativo y depredador del territorio que no responde al interés común de la sociedad, sino al
enriquecimiento rápido de unos pocos gracias a las grandes reclasificaciones de terrenos rústicos.
Dicha situación se manifiesta en la tendencia hacia modelo desarrollista, expansivo y horizontal,
caracterizado por unidades habitacionales de vivienda unifamiliar de uno o dos niveles; Mineral de
la Reforma se precipita hacia un modelo de ciudad difusa, dispersa y fragmentada, en donde las
urbanizaciones se desparraman como múltiples manchas de pintura sobre el lienzo territorial,
separando cada vez más las diferentes actividades generando nuevos retos y dificultades para la
gestión urbana.
El modelo disperso y fragmentado no solo conlleva impactos sociales, económicos y
políticos, también representa significativos impactos y costos en materia ambiental sobre el entorno
en el que se inserta. Este trabajo plantea acercarse a los impactos ambientales directos e indirectos
que tiene el acelerado crecimiento del parque de vivienda en unidades dispersas y fragmentadas en
el territorio del municipio hidalguense de Mineral de la Reforma a través de las perspectivas y
experiencias internacionales que han arrojado los estudios sobre este tema.
Introducción
La preocupación mundial por la actual -pero ya añeja- crisis ambiental que se manifiesta en
el deterioro del medio ambiente, la destrucción de ecosistemas y el agotamiento de los recursos
naturales como resultado de su explotación irracional en favor del “crecimiento” y el “desarrollo”
que privilegia el aspecto económico, la mercantilización de los recursos y el consumismo, ha
propiciado la introducción del tema ambiental a las agendas políticas y urbanas de los gobiernos de
varios países. La producción de numerosos informes y estudios científicos mostraban la gravedad
1
de los problemas ambientales y proyectaban un futuro poco prometedor, los temas centrales de
estos trabajos se centraban en los límites físicos del crecimiento y la expansión al igual que en
propuestas sobre crecimiento cero. A raíz de esta situación surgieron diversos movimientos
ambientalistas apoyados por organizaciones no gubernamentales e instituciones internacionales; no
fue sino hasta la aparición del Informe Burtland en 1987, fruto de la Comisión Mundial de Medio
Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, cuando la ONU consolida y define el concepto de
desarrollo sustentable como un llamado para cambiar los modelos y políticas de desarrollo para
alcanzar la estabilidad social y ecológica que permita mantener el funcionamiento de la sociedad.
De acuerdo al Informe Burtland el desarrollo sustentable o desarrollo sostenible “[…] es un
desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de futuras
generaciones de satisfacer sus propias necesidades”.
El concepto de desarrollo sustentable se ha integrado en diferentes ámbitos, desde el
económico, el social, el tecnológico hasta el urbano, esto implica reconocer que las ciudades tienen
una dimensión ambiental a partir de una visión integral sobre la relación entre ciudad y medio
ambiente, dentro de esta visión integradora se asume que el desarrollo urbano genera impactos
sobre el paisaje y los entornos en los que se inserta y con los que interactúa, dichos impactos son
resultado de los procesos de producción, intercambio y consumo de la misma ciudad y se
manifiestan en modificaciones en la calidad del aire, el agua, el suelo de la ciudad y su periferia,
estos impactos muchas veces están vinculados a las condiciones socioeconómicas del entorno. La
idea de sustentabilidad integrada en los modelos urbanos conlleva la interrelación de las acciones
territoriales de la configuración de la ciudad con los elementos ambientales, paisajísticos, de una
gestión óptima de los recursos naturales, y del fomento de la cohesión social y la participación
ciudadana, no es posible actuar en una parte del mosaico urbano, sin tener en cuenta las
repercusiones en el resto de los ámbitos (Marín Cots, 2005). Esta mirada sobre los modelos urbanos
y la morfología de las ciudades no se limita únicamente a una perspectiva territorial, más bien es un
enfoque integral al reconocer que la organización del territorio tiene una influencia directa tanto en
la movilidad como en la gestión de los recursos naturales, la eficiencia energética o los aspectos
relativos a la cohesión social y el desarrollo económico.
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El desarrollo urbano en Mineral de la Reforma
Para tener una mejor referencia del crecimiento que ha tenido la zona urbana de Mineral de
la Reforma debemos remitirnos al proceso de transición rural-urbano por el que ha atravesado el
municipio. Desde su erección como municipio en 1920 y hasta principios de la década de los
ochentas se registraba que la población del municipio era totalmente rural, no fue sino hasta 1990
cuando repentinamente pasó a tener predominancia de población urbana con el 78 por ciento, es
decir, aproximadamente 80 de cada 100 habitantes se localizaban en zonas consideradas urbanas;
para el año 2010 el porcentaje de población que reside en espacios urbanos aumentó, de modo que
90 de cada 100 habitantes eran urbano y los 10 restantes permanecían como rurales. 1
Tabla 1. Porcentaje de población urbana y rural de Mineral de la Reforma y del estado de Hidalgo, periodo 1930-2010.Categoría / Año Mineral de la Reforma Hidalgo
% Urbana % Rural % Urbana % Rural1930 63 37 17 831940 0 100 18 821950 0 100 21 791960 0 100 26 741970 0 100 28 721980 0 100 35 651990 78 22 45 552000 78 22 49 512010 88 12 52 48
Fuente: Elaboración propia con datos censales de INEGI de los años 1930, 1940, 1950, 1960, 1970, 1980, 1990, 2000 y 2010.
Gráfica 1. Proceso de transición rural-urbano en Mineral de la Reforma y en el estado de Hidalgo, periodo 1930-2010
Fuente: Elaboración propia con datos censales de INEGI de los años 1930, 1940, 1950, 1960, 1970, 1980, 1990, 2000 y 2010.
Evidentemente, el incremento poblacional es uno de los principales factores que incentivan
la construcción de vivienda, y ésta a su vez representa un elemento que colabora en la expansión y
estructuración física de la ciudad. En Mineral de la Reforma se ha experimentado un acelerado
crecimiento demográfico, este boom poblacional inicio en la década de los ochenta pero se
consolido en 1990, y a partir de ese año incrementó en más de cien mil habitantes para que en 2010
existieran 127 mil 404 habitantes en el municipio. Las tasas de crecimiento poblacional en cada
decenio se han incrementado de forma alarmante para el municipio en cuestión, presentando tasas
1 De acuerdo a INEGI se considera como rural a aquellos centros poblacionales que tienen entre 0 y 2 mil 499, de modo que los que tienen más de 2 mil 500 habitantes se establecen como urbanos.
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1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 20100
20
40
60
80
100
120
Mineral de la Reforma
Urbano
Rural
1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 20100
10
20
30
40
50
60
70
80
90
Hidalgo
Urbano
rural
que superan el 10 por ciento anual; tan sólo para el periodo 2000-2010, la tasa de crecimiento
poblacional promedio anual fue de 11.68 por ciento, es decir, a raíz de esta situación el municipio
triplico su población al cabo de 10 años lo cual claramente indica que en el municipio se estaban
desarrollando fuerzas centrípetas que atraían a la población.
Tabla 2. Población total de Mineral de la Reforma y del estado de Hidalgo, periodo 1930-2010.
Año Mineral de la Reforma Hidalgo
1930 7,292 677,7721940 9,218 771,8181950 4,961 850,3941960 4,224 1,186,7161970 5,315 1,193,8451980 7,142 1,547,4931990 20,820 1,888,3662000 42,223 2,235,5912010 127,404 2,674,391
Fuente: Elaboración propia con datos censales de INEGI de los años 1930, 1940, 1950, 1960, 1970, 1980, 1990, 2000 y 2010.
Gráfica 2. Tendencia de las tasas de crecimiento geométrico de población para Hidalgo y Mineral de la Reforma, periodo 1930-2010.
Fuente:
Elaboración propia con
datos censales de
INEGI de los años 1930,
1940, 1950, 1960, 1970,
1980, 1990, 2000 y 2010.
Otro
factor
importante que está determinado el crecimiento de este municipio es la migración interestatal e
intermunicipal, cada vez más la migración interna es el principal determinante de los cambios
demográficos en el país, las ciudades de tamaño medio se han posicionado como de polos de
atracción para la movilidad poblacional lo cual ha detonado el crecimiento estas ciudades. Para el
año 2010, el censo de población y vivienda registró que en Mineral de la Reforma habitaban 35 mil
048 personas nacidas en otra entidad, cantidad que representa el 8 por ciento de la población total a
nivel estatal y el 28 por ciento del total poblacional del municipio; este panorama se constata al
considerar que Hidalgo es el segundo estado en importancia como receptor de población nacida en
otra entidad dentro de la Región Centro del país, sólo por debajo de Querétaro; el Estado de México
es la principal entidad de origen de estos nuevos residentes desde el año 2006. La explosión
demográfica en el municipio no sólo se alimentó de la migración interestatal, sino que la migración
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1930-1940 1940-1950 1950-1960 1960-1970 1970-1980 1980-1990 1990-2000 2000-2010
-10.00
-5.00
0.00
5.00
10.00
15.00
intermunicipal también impactó de manera significativa, de acuerdo a datos del Consejo Estatal de
Población (COESPO) el 20 por ciento de la población contabilizada en 2010 residía en otro
municipio en 2005.
El dramático incremento poblacional trajo consigo, como era de esperarse, una seria
demanda de espacios donde asentarse; entre la década de los cincuenta y los setenta el total de
viviendas habitadas en Mineral de la Reforma no excedía de mil; el aumento de la ocupación
urbana, como poblacional, se dio a partir de 1980 para continuar con notables incrementos en las
décadas siguientes, dichos fenómenos coinciden con la declaración de la ZMP, lo que implicó una
focalización de políticas públicas y de inversión económica en la región.
Tabla 3. Total de Viviendas Habitadas en Mineral de la Reforma y porcentaje de participación en el total estatal, 2010
Año Viviendas Habitadas
Porcentaje de participación estatal
1950 996 0.581960 768 0.421970 867 0.411980 1,216 0.441990 4,419 1.202000 10,314 2.092010 35,924 5.37
Fuente: Elaboración propia con datos censales de INEGI de los años 1950, 1960, 1970, 1980, 1990, 2000 y 2010.
Las tasas de crecimiento en cuanto viviendas habitadas también fueron exorbitantes,
inclusive fueron considerablemente superiores que las de crecimiento poblacional, tan solo en el
periodo comprendido entre los años 2000 y 2010 la tasa de crecimiento promedio anual de la
población fue del 11.68 por ciento, mientras que el valor para el crecimiento en el total de viviendas
habitadas fue de 13.29 por ciento. Esta situación implica que está creciendo más el parque de
vivienda que la misma población, evidenciando la tendencia desarrollista promovida por políticas
permisivas -o la inexistencia de las mismas- que impulsan la construcción masiva de casas así como
la perspectiva que ubica a la vivienda como una mercancía o un activo económico cuyo valor y
expansión queda supeditado al valor del suelo.
Gráfica 3. Tendencias de las tasas de crecimiento de viviendas habitadas y de población por decenios para el municipio de Mineral de la Reforma, periodo 1950-2010.
Fuente: Elaboración propia con datos censales de INEGI de los años 1950, 1960, 1970, 1980, 1990, 2000 y 2010.
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Tan
solo en
Mineral de la Reforma 93 de cada 100 habitantes residen en viviendas independientes, mientras que
solo 4 de cada 100 vive en departamentos en edificio evidenciando que en el municipio el
crecimiento del parque habitacional se caracteriza por la horizontalidad de los grandes complejos
unifamiliares. Otra forma para corroborar la expansión física de la ciudad se logra comparando el
crecimiento de la mancha urbana del municipio, para el año 2000 la zona urbana tenía una
extensión aproximada de 17.17 km2 con una densidad media urbana de 2 mil 459 hab/km2; en el año
2010 se registró que el área urbana tenía una extensión de 27.35 km2 presentando una densidad
media urbana de 4 mil 658 hab/km2. Se observa que se dio un incremento en la mancha urbana de
10.18 km2, es decir, un aumento del 59 por ciento con respecto a la superficie del año 2000; por
otro lado el incremento en la densidad media urbana también tuvo un drástico aumento del 89 por
ciento en relación a la registrada en el año inicial.
La percepción que tiene la población hacia el desarrollo vertical es una limitante que no
permite la legitimización de transformaciones en los reglamentos de construcción o de proyectos
inmobiliarios de edificios de departamentos. La cultura patrimonialista del mexicano es tectónica,
es decir, traduce en la vivienda el arraigo a su tierra, a su historia y a su origen; por otro lado, el
sentimiento de privacidad es un factor de preferencia de las viviendas unifamiliares sobre los
edificios departamentales.
Plan de Desarrollo de Mineral de la Reforma y su perspectiva sustentable
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1 9 5 0 - 1 9 6 0 1 9 6 0 - 1 9 7 0 1 9 7 0 - 1 9 8 0 1 9 8 0 - 1 9 9 0 1 9 9 0 - 2 0 0 0 2 0 0 0 - 2 0 1 0
-4.00
-2.00
0.00
2.00
4.00
6.00
8.00
10.00
12.00
14.00
16.00
En relación al aspecto urbano, el Plan de Desarrollo de Mineral de la Reforma (PDMR) contempla
un eje temático denominado “Desarrollo Integral y Visión Metropolitana”, en el cual integra cinco
aspectos principales:
1. Servicios públicos
2. Desarrollo urbano
3. Obra pública
4. Municipio con perspectiva metropolitana
5. Ecología y medio ambiente
El enfoque sustentable en el primer aspecto se centra en la preocupación por el incremento y el
control de la generación de residuos sólidos como uno de los principales problemas ambientales que
han surgido a partir del acelerado -y disperso- crecimiento habitacional que se ha dado en los
últimos años en el municipio. En cuanto al segundo punto, la normatividad para la administración
del suelo urbano cobra un papel importante para impulsar el crecimiento ordenado de los
asentamientos humanos. En el aspecto referente a obra pública se considera promover el uso de eco-
tecnologías en la construcción de obra pública que privilegien la recarga de los mantos acuíferos.
Cabe destacar que dentro de estos primeros 3 aspectos no se menciona en ningún momento la
palabra sustentabilidad.
El desarrollo metropolitano, representado en el punto cuatro, es un asunto de vital importancia para
Mineral de la Reforma; en este apartado se intenta posicional al municipio como un polo para la
atracción de inversión, de hecho las líneas de acción buscan promover la inversión privada y de
instituciones internacionales para consolidar el crecimiento urbano.
En cuanto a ecología y medio ambiente se establece como objetivo principal el “Preservar y
resguardar el medio ambiente, con visión de sustentabilidad e integralidad metropolitana”. Para
alcanzar este objetivo se plantean las siguientes líneas de acción:
a. Implementar acciones para el manejo adecuado de residuos sólidos urbanos.
b. Instrumentar convenios y programas con dependencias y organismos nacionales e
internacionales, que proporcionen alternativas de financiamiento.
c. Realizar campañas para promover programas de concientización y educación ambiental.
d. Crear mecanismos de producción y mantenimiento de especies arboladas y plantas de
ornato para las áreas verdes.
e. Mejorar la imagen urbana municipal mediante el rescate e incremento de áreas verdes.
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f. Aplicar normatividad para el manejo de las aguas residuales domésticas, pluviales e
industriales.
Se hace evidente la inexistencia de la palabra sustentabilidad en las líneas de acción planteadas,
aunado a esta carencia también se nota la errada concepción que se tiene de la sustentabilidad, lo
sustentable no sólo es lo ambiental, sino que conlleva una serie de factores sociales y políticos que
delinean la actuación sobre el territorio urbano; y es aquí cuando se debe aclarar que sustentabilidad
no sólo son áreas verdes, reforestación o árboles plantados, para que exista la verdadera
sustentabilidad deben contemplarse las características específicas del entorno social, político y
económico de modo que se contemple una visión a largo plazo que integre a los diversos actores
sociales involucrados en la producción, consumo y uso de la ciudad.
Consecuencias ambientales de la dispersión
El panorama anterior evidencia que el territorio de Mineral de la Reforma se transformó
repentinamente, modificando también su estructura morfológica en los últimos 10 años hacia una
configuración urbana dispersa, este modelo de dispersión urbana se concentra principalmente en la
periferia de la ciudad. El crecimiento descontrolado es una amenaza que implica un impacto
económico, social y ambiental para las ciudades y los espacios rurales que la rodean, el modelo
expansivo y desarrollista que impulsa la dispersión y fragmentación urbana es la manifestación
física de un desarrollo urbano no planificado que se hace evidente en la nula visión sustentable y de
perspectiva de largo plazo en su actual plan de desarrollo municipal.
A pesar del relativo consenso sobre los impactos negativos sobre la dispersión urbana, no
existe una única definición de dispersión urbana. En general, esta cimentado en un enfoque
estadounidense, en donde el término dispersión urbana o urban sprawl suele equipararse con
cualesquiera de las formas que pueda adoptar el crecimiento de una ciudad, en Europa tiende a
utilizarse de forma más acotada, con énfasis en el carácter caótico y aleatorio del modelo de
ocupación del suelo (European Environment Agency, 2006). Diversos trabajos y estudios sobre
dispersión urbana coinciden en una serie de aspectos morfológicos que la caracterizan, se distinguen
cinco dimensiones principales que ponen en riesgo e equilibrio ecológico:
a) Incremento unitario de los precios de construcción, conservación y utilización del
territorio urbanizado.
b) Demanda de grandes infraestructuras de urbanización, suministro de agua, drenaje
electricidad, telecomunicaciones, etc.
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c) Especialización funcional y homogeneización de los fragmentos espaciales
urbanos.
d) Crecimiento exponencial de las distancias recorridas en los desplazamientos
cotidianos, casi todos mecanizados, y la desaparición de los recorridos a pie.
e) Consumo creciente de suelo y de contaminación urbana.
La problemática en torno a la expansión habitacional de baja densidad se intensifica ante el
reconocimiento de los impactos y los costos que conlleva este tipo de desarrollo urbano para la el
medio ambiente y la sociedad.
Suelo
Resulta lógico pensar que una urbanización que promueve el desarrollo horizontal de
viviendas unifamiliares ocupa más suelo por vivienda y por persona que aquella que es compacta,
en la que existe un mayor número de complejos habitacionales verticales y que el número de
viviendas y personas es mayor un unidad de superficie. El desarrollo expansivo y acelerado se
apoya de la transformación de suelo rustico en suelo urbano, con el cambio de uso de suelo también
se generan transformaciones en la calidad del aire, del agua, de paisaje y pérdida de biodiversidad
(Henry, 2007). Algunos estudios determinaron que aquellos municipios con menor densidad
también se caracterizaban por destinar mayor superficie a carreteras demostrando que los
desarrollos de baja densidad son un despilfarro del suelo disponible, un recurso escaso y limitado.
Siendo el territorio un recurso natural limitado difícil de renovar, se debe considerar como
un bien escaso tanto en términos cuantitativos como cualitativos tanto para la sociedad que lo habita
como de su organización social, su entorno político, su cultura, su visión de desarrollo y el
entorno que lo envuelve, por lo que es imperante su preservación; sin embargo, el suelo
disponible se debe proteger integrando múltiples perspectivas como su valor ecológico,
paisajístico, histórico, artístico, cultural, social y económico.
La preservación de suelo no sólo es importante para administrar el principal recurso de la
expansión urbana, también es importante debido a los múltiples elementos naturales que lo
componen, el suelo contiene agua y nutrientes que son utilizados por los seres vivos, se
depende de él para la producción de alimentos, crianza de animales, plantación de árboles,
obtención de agua y recursos minerales entre otros, en él se condicionan todo el desarrollo del
ecosistema y las actividades del hombre usando los elementos de la naturaleza -vegetación,
fauna, agua, minerales y suelo- (Zapata, 2012). La dispersión puede traducirse en la ocupación
de espacios de gran valor agrícola, ecológico o paisajístico, poniendo en peligro el delicado
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equilibrio ambiental e inclusive transformando las actividades económicas de un espacio como
resultado de las transformaciones de uso de suelo.
Ahora bien, el territorio no sólo es amenazado por la construcción habitacional, también la
construcción de infraestructura vial es un depredador de este escaso recurso, el elevado peso de la
vialidad en los costos energéticos y en el uso de suelo es otro aspecto que pone en tela de juicio la
sustentabilidad de un modelo disperso. No se puede ignorar el costo económico que representa la
construcción de ejes viales de grandes longitudes para conectar espacio habitaciones periféricos con
el centro de la ciudad.
Consumo de energía
Diversos estudios internacionales han concluido que una urbanización de baja densidad
consume más energía con respecto a una más compacta, normalmente se hacen estudios
comparativos entre zonas de densidades medias o altas versus complejos de baja densidad
considerando tres elementos significativos en el desarrollo urbano:
a) La producción de materiales para la construcción.
b) Usos domésticos (calefacción, enfriamiento, electricidad y agua potable).
c) Movilidad
En este aspecto cabe hacer una importante aclaración, los casos estudiados en estos trabajos
normalmente consideran ciudades europeas o de estados unidos en donde el concepto de dispersión
se asocia a la descentralización de grupos sociales de mayor poder económico hacia las periferias;
para el caso de este trabajo la perspectiva sobre la dispersión refiere únicamente a la discontinuidad
espacial ocasionada por la implantación de unidades habitacionales en zonas poco urbanizadas. No
obstante, El consumo energético también puede abordarse a partir del gasto energético ligado a los
procesos de desarrollo urbano. Cepeda y Mardaras (2204) realizaron un estudio en el que se analiza
la energía consumida por vivienda construida, este es un aspecto que se puede rescatar para el caso
de Mineral de la Reforma, es decir, el análisis del gasto energético inherente a los procesos de
construcción de las unidades habitacionales como resultado de peso significativo que tiene el
transporte de los recursos y la planificación para su utilización. En el estudio de estos autores se
encontró que el consumo energético tanto en los procesos de construcción como en las obras de
urbanización es tres veces mayor en el desarrollo de unidades unifamiliares que la vivienda en
bloque.
Tabla 4. Costo de construcción por densidad habitacional
10
Fuente: Cepeda y Mardaras (2004)
A lo anterior habría que integrar la ineficiencia energética, dado que en muchas ocasiones
los servicios en estos asentamientos son insuficientes o de mala calidad derivada de la necesidad de
llevar estos servicios a lo largo de grandes distancias para abastecer con el servicio a las nuevas
urbanizaciones. La urbanización dispersa provoca el despliegue de más infraestructura o
equipamiento para que los servicios lleguen en la cantidad y calidad necesaria, un ejemplo muy
común es la necesidad de crear estaciones de bombeo de agua potable pues las grandes distancias
provocan la pérdida de presión necesaria para que el recurso llegue a los asentamientos situados
sobre cerros o muy separados del área central. Ahora bien, el costo económico de dotar de
infraestructura a estos asentamientos es un condicionante para el desarrollo de infraestructura, en el
mejor de los casos estas localidades cuentan con los servicios básicos porque existen otras que su
misma dispersión ocasiona que el gobierno aplace la dotación de infraestructura básica dados los
altos costos que esto implica. Ante esta situación, la utilización de energías renovables aparece
como una alternativa que permitiría abastecer de servicios a localidades dispersas sin la necesidad
de la construcción de grandes redes de infraestructura o por lo menos la disminución de la
capacidad y en consecuencia de los costos económicos, opciones como “huertos solares” o campos
eólicos pueden utilizar los tejados de las casas para aprovechar la energía solar y eólica; la
integración de tecnologías sustentables en las viviendas así como la arquitectura bioclimática
pueden ser elementos que contribuyan al consumo eficiente de energía y que mitiguen los altos
consumos energéticos.
Consumo de agua
Entre los diversos argumentos en contra de la ciudad dispersa se encuentra la postura que
propone un mayor consumo de agua en la tipología residencial unifamiliar con respecto a un
multifamiliar de construcción vertical. Entre los principales motivos de este uso diferenciado es la
utilización del agua en el exterior de la vivienda, específicamente para jardines y piscinas; la
condición socioeconómica y la tipología de vivienda son factores que determinan el mayor
consumo en los conjuntos unifamiliares, pues las familias de altos ingresos exacerban el uso de este
recurso en el exterior de la vivienda.
11
Es prudente volver a recordar que el análisis de los impactos ambientales de la dispersión
urbana tiene fuertes raíces estadounidenses y europeas, por lo que contemplan las condiciones
socioeconómicas de su estructuración física. Si bien dentro de Mineral de la Reforma no existen
diferencias residenciales tan marcadas no podemos descartar el uso irracional del agua en jardines
habitacionales como medida para disminuir la imagen árida del territorio municipal.
Generación de contaminantes
Como ya se mencionó anteriormente, el modelo de urbanización dispersa se fundamenta en
la utilización exacerbada del automóvil como principal medio de transporte derivado del aumento
de las distancias; por otro lado, dentro de una perspectiva sustentable se ve más benéfico y eficiente
un sistema de transporte urbano en una ciudad de estructura compacta. La expansión urbana genera
muchos impactos ambientales adversos que repercuten directamente en la calidad de vida y la salud
humana en las ciudades, como la calidad del aire deficiente y los elevados niveles de ruido que
superan a menudo los límites establecidos para la seguridad humana.
El crecimiento disperso aumenta también la duración de los viajes necesarios para recoger
los residuos urbanos para su procesamiento en plantas de tratamiento de residuos cada vez más
alejadas. Desafortunadamente la falta de un servicio de recolección de residuos eficiente o constante
promueve actitudes nocivas de los ciudadanos sobre el medio ambiente, muchas veces éstos optan
por tirar la basura en terrenos abandonados bajo el cobijo de la nula vigilancia sobre estos espacios;
este tipo de actitudes no solo pone en peligro la calidad ambiental del sitio sino que lo convierte en
un foco de infecciones y de plagas que pueden atentar contra la salud de otras personas.
Salud
Como ya se mencionó las ciudades dispersas se basan en el uso extensivo del automóvil, esta
necesidad no fomenta la actividad física pues las ciudades de este tipo no son caminables ni
transitables en absoluto ya sea por las largas distancias que se deben recorrer o por la peligrosidad
que implica respirar el aire contaminado al realizar alguna actividad física; de acuerdo a lo anterior
se identifican dos aspectos principales. Primero, la dependencia al automóvil causa un estilo de vida
sedentario ocasionando problemas como obesidad, hipertensión o diabetes poniendo en riesgo la
salud de los ciudadanos, por otro lado, el tiempo perdido en los largos traslados disminuye el
tiempo que se puede destinar a actividades físicas, sociales o familiares, disminuyendo también las
posibilidades de crear lazos de cohesión con la comunidad. En segundo lugar se encuentra la
imposibilidad del ciudadano para transitar su ciudad debido a los altos niveles de contaminación en
el aire; en México se utiliza el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA) el cual
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informa a la población sobre los niveles de contaminación atmosférica, un valor IMECA entre 0 y
50 indica una condición buena que permite llevar actividades al aire libre, valores entre 51 y 100 es
una condición regular en la que presentan posibles molestias, valores entre 100 y 200 representan
una condición mala o muy mala que causan efectos adversos y complicaciones graves sobre las
personas.
Conclusiones
La integración de la sustentabilidad al desarrollo urbano plantea una serie de retos que cuestionan
los modelos de desarrollo predominantes en las ciudades latinoamericanas; no obstante, los estudios
y metodologías que abordan la problemática ambiental de la dispersión no son adecuados para la
realidad latinoamericana, una realidad caracterizada por la precariedad, la pobreza, la irregularidad,
y la falta de conciencia ciudadana.
Desafortunadamente, México carece de indicadores específicos en materia ambiental lo que
dificulta el análisis de las implicaciones del desarrollo urbano en el medio ambiente en el que se
inserta; aunado a la carencia generalizada de medios para la contabilización del consumo energético
y la emisión de contaminantes, las políticas públicas, los planes y programas referentes al desarrollo
urbano carecen de una verdadera perspectiva sustentable que contemple el largo plazo. El aspecto
ambiental en los temas urbanos en Hidalgo como en país se queda en el papel, en propuestas
desvinculadas de la realidad local, y detenidas por la inoperatividad de los mecanismos
institucionales; no cabe duda de que los modelos desarrollistas son un atentado directo contra la
preservación ambiental, pero también crean nuevos retos para la gestión de una ciudad dispersa y
fragmentada.
Aunque la urbanización dispersa por si misma representa un peligro para el cuidado y la
preservación ambiental en el estado en que se concibe actualmente, con una correcta gestión y
administración de los asentamientos periféricos es posible convertirlos en centros sustentables que
aprovechen las energías renovables o en subcentros que disminuyan los desplazamientos en
automóviles.
Mineral de la Reforma aparece como un municipio en auge urbano, es como un niño que abre sus
ojos por primera vez y no sabe qué hacer o a dónde ir, limitándose a imitar el accionar de otras
ciudades que ahora se encuentran en crisis. Este municipio aún está a tiempo de trazarse un rumbo
sustentable y responsable de su crecimiento, es por eso que es necesario seguir investigando para
13
entender su comportamiento y lograr proponer alternativas adecuadas a su realidad y su entorno sin
dejar de lado la influencia de las externalidades y presiones generadas por el resto de las ciudades.
Bibliografía
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