Post on 12-Oct-2018
La Alcazaba De Málaga
Recorrido Historico
Sergio Franco Mora
Facultad de Geografía e Historia, Universitat de
Valencia
Hay un monumento que describe y narra a la perfección la historia de la
ciudad de Málaga. Ha sobrevivido, ha sido ampliado, utilizado para diversos
fines y a la vez nos sirve como reflejo para conocer algunos secretos de la
ciudad. Este edificio ha sobrevivido hasta la actualidad, y nos sirve como dato y
fuente fiel para saber la tradición islámica, ya que es el edificio más
emblemático de este estilo arquitectónico en la ciudad: nos referimos a la
Alcazaba de Málaga.
Realizaremos aquí un estudio de este monumento basándonos en un
recorrido histórico del edificio y siguiendo paralelamente la evolución histórica a
lo largo del tiempo, resaltando las diversas incidencias formales y cambios
estilísticos, así como los diversos cambios de uso producidos en la Alcazaba.
Buscaremos así, crear una historia del monumento en su totalidad,
alejándonos del típico estudio histórico de los estudios y tipologías artísticas y
arquitectónicas, buscando revelar el edificio en su totalidad, y no tan solo como
una pieza artístico-arquitectónica. Buscaremos, de la misma manera exponer
las fases de conservación del patrimonio y las diversas restauraciones que ha
sufrido el edificio islámico.
Es sabido que el monumento que conocemos y podemos observar en la
actualidad, es un monumento que ha sufrido varios cambios, restauraciones e
incluso daños a lo largo del tiempo. En la actualidad conocemos el monumento
tal como lo podemos observar, pero la verdadera imagen de este edificio no ha
sido siempre la misma, ha variado a través del tiempo, al igual que sus usos,
funciones y estructura, tema del que nos ocuparemos en este texto.
La Alcazaba de Málaga junto con el castillo de Gibralfaro, tienen un
papel dominante en las vistas de la ciudad, ya que son los monumentos mas
significativos en cuanto a imagen de la ciudad. Este edificio es de tanta
importancia en la ciudad de Málaga, que se ha convertido en un emblema de
esta, y es por esta razón que desde el año de 1494, después de la reconquista,
los Reyes Católicos la han incluido en el escudo de la ciudad, junto con el
castillo de Gibralfaro. (Hoy en día aparece incluso en el escudo del equipo de
futbol de la ciudad).
Además de este hecho, la Alcazaba, junto con el castillo, además de su
valor histórico, son un gran ejemplo de la variedad de tipologías arquitectónicas
que se concentran en España, siendo así un gran ejemplo de lo que se conoce
como la España musulmana.
La Alcazaba es un compendio de edificaciones de diversos estilos que
se han ido superponiendo unos a otros, por lo cual no podemos otorgar una
fecha exacta para su edificación. El edificio que conocemos en la actualidad se
creo bajo unas ruinas de la ciudad fenicia y romana que existía anteriormente y
has se le han añadido muchas construcciones a lo largo de su historia.
Saber cuando fue construida la Alcazaba es una tarea muy difícil, ya que
hay un vacío en cuanto a las fuentes, pero según E-Levi- Provenzal, se le
atribuye al emir Mu’ awiya b. Salih al-Himsi la construcción de la primera
mezquita de la Alcazaba, entre los años 754 y 755. Se sabe además, según lo
que escribe J. Bosch Vilá, que entre los años 904 y 910 hubo una expedición
de Abd Allah sobre la ciudad de Málaga, que trajo una destrucción y el incendio
de los arrabales. Durante estos periodos no se habla y no hay fuentes de
ningún tipo que hagan referencia a la Alcazaba, por lo que se piensa que pudo
estar inhabilitada durante este periodo.(nota 223). Concorde a esto podemos
citar las órdenes de Abd al –Rahman III escritas en sus crónicas que dicen lo
siguiente:
“caídes con diversos contingentes a todas las fortalezas de la cora
de Rayya, con orden de destruirlas todas, derribar sus muros y
derruir sus alcazabas, quitándoles los cimientos, y dispersando
sus piedras” (nota 224)
Solo a partir del siglo XI se empiezan a tener fuentes completamente
fiables sobre la historia de la Alcazaba y es en este momento en el que se sabe
que la fortaleza que conocemos hoy en día, comenzó a ser edificada al menos
desde el siglo X, pleno periodo islámico, en el cual se suceden tres periodos, la
etapa califal, la época taifa (s. XI), y el periodo nazarí (s. XIII – XIV). Los dos
últimos de gran importancia por la actividad constructiva, ya que tienen gran
relevancia para los restos que se conservan en la actualidad. Se cree también
en una influencia bizantina en cuanto a algunos rasgos n la estructuración y la
planificación del edificio en incluso en la fabrica de algunas partes de este, que
tienen un aspecto oriental y que se relacionan con la vinculación que el imperio
bizantino tuvo con el sur de la península ibérica hacia mediados del s. VI.
Algunas de las características de ascendencia Bizantina que podemos
encontrar, son la estructuración circular y concéntrica de murallas, algunas
puertas en forma de codo, o algunos aparejos que combinan la piedra y el
ladrillo.
Hacia el año 1040 se desmiembra el califato de Málaga, y será
gobernado por un reino taifa de la dinastía Hammundí. Debido a esto se
conservan algunos rasgos de la arquitectura omeya cordobesa y de medina Al-
zahara en el oeste de la construcción.
Algunos historiadores musulmanes afirman que el rey taifa de Granada,
Badís ben Habús, ordenó construir la Alcazaba, entre el 1057 y el 1063,
utilizando gran parte de las estatuas y mármoles de un teatro romano cercano
que se conservaban en buen estado de conservación. (121). en este lugar se
encontraron restos en el año de 1915 de una antigua villa romana de la época
bajo imperial. (121).
En principio la alcazaba fue construida bajo una función, la función
político administrativa de gobernar el califato de Málaga, con funciones
militares.
La obra se realizó con sillares de caliza nummulítica, que fueron
extraídos de las canteras que quedaban cerca al mar Mediterráneo. De gran
utilidad, esta piedra proviene de la familia de las fósiles, en consecuencia su
composición es muy débil y de fácil descomposición. A causa de esta
naturaleza de la piedra, ayudada además por las inclemencias del tiempo como
la humedad del ambiente costero, la alcazaba tendría que recibir importantes
reparaciones y restauraciones a lo largo de su historia. La más importante en
los siglos XIII y XIV.
La estructura de esta edificación defensiva es bastante compleja. Se
compone por dos recintos amurallados, de los cuales el recinto inferior rodea
y circunscribe al recinto superior. Estos dos recintos se separan por una puerta
fuertemente defendida. Además de esto, el acceso al recinto inferior esta
también fuertemente defendido por lo que se denomina como Fortificaciones de
ingreso, denominadas así por Torres Balbás. Esta fortificación de acceso se
comunica por el lado oriental con el otro monumento de la ciudad, el castillo de
Gibralfaro.
La fortificación de ingreso se compone por una serie de torres y puertas
en donde se encuentran algunas edificaciones importantes como lo pueden ser
la Puerta de la Bóveda que es una puerta en forma de codo en la cual se han
conservad restos de las primeras edificaciones del siglo XI. Seguida de esta
encontramos la Puerta de las Columnas. Esta puerta recibe este nombre
porque tiene fustes acanalados a la manera de los fustes de las columnas
dóricas griegas.
El recinto inferior tiene un acceso a través de la puerta en forma de codo
llamada Arco del Cristo. Construida en el siglo XIII pero que como se ha
investiga, mantiene en sus jambas, restos de sillares del arco del s XI sobre el
cual fue construido. En frente de la salida del Arco del Cristo, hacia al interior
de la fortaleza, se encuentran y se conservan restos de unas antiguas albercas
o termas de origen romano que se encontraban excavadas en la piedra de
pizarra que se encontraba en la colina donde la edificación esta ubicada. Un
poco mas hacia el oeste, encontramos la Plaza de Armas. En este lugar se ve
la panorámica de toda la ciudad. Esta plaza de armas ha cambiado a lo largo
del tiempo: Esta plaza fue utilizada para instalar toda artillería del ejercito
cristiano cuando conquisto la ciudad de Málaga, dándole una función militar, al
igual que otorgándole el nombre de Plaza de Armas, pero además tiempo
después se utilizo como jardín, el cual se conserva hasta la actualidad, dándole
un uso nuevo, un uso lúdico.
Continuando con el recinto inferior encontramos la muralla del recinto
superior que se extiende a lo largo de todo el recinto inferior, formando su
centro, y una torre importante llamada la torre del Homenaje, que se encuentra
en un lugar importante, ya que sirve de protección a la puerta que comunica el
recinto inferior con el castillo de Gibralfaro.
El Recinto Superior se distingue por ser una mezcla de zona palaciega,
con zona residencial. En la zona palaciega podemos encontrar restos de un
edificio del siglo XI en conservación, y otro edificio de s XIII – XIV. Además de
esta zona palaciega encontramos un barriecillo de viviendas, que se
reservaban para la servidumbre el palacio.
Solo y únicamente se puede acceder al recinto superior atravesando una
grandiosa puerta llamada la Puerta de los Cuartos de Granada o la Puerta de
los Arcos. Esta puerta ha tenido mucha importancia en la historia de la
Alcazaba debido a que es una puerta que fue derribada completamente en el s
XX, pero que ha sido reconstruida como el resto de los Cuartos de Granada.
Este hecho es lamentable, puesto que vemos aquí una gran perdida de
destrucción del patrimonio, ya que a pesar de estar reconstruida, no podemos
ver la original, no sabemos como pudo ser ni aunque sea una copia fiel de la
puerta original.
Esta puerta reconstruida da paso a un gran terreno cuadrangular que en su
periodo de auge era un patio central, pero que actualmente ha perdido su
función de patio, para convertirse en un jardín, con función lúdica. A pesar de
esto, el jardín, hoy en día recibe el nombre de Patio de la Mazmorra, ya que
bajo él se ha descubierto una mazmorra, en la que lo presos eran encerrados,
dando lugar a otra función del patio, de calabozo.
La parte central de este recinto superior se encuentra los ya mencionados
Cuartos de Granada, que era la zona de residencia de los gobernadores,
puesto que como habíamos aclarado anteriormente, este recinto tenía
funciones político administrativas. Después de unas vastas excavaciones se
han podido diferenciar dos palacios, el primero construido por el ya
mencionado Badís, en el siglo XI y el otro de época nazarí, construido encima.
Se ve así una destrucción del patrimonio para la creación de un nuevo edificio,
reutilizando los cimientos y la piedra de la construcción primera. De esta
construcción primera quedan restos en el Patio de los Surtidores. Estos restos
son un salón, al que se entra por medio de una puerta con una fachada de tres
arcos de herradura cerrados, con decoración de ataurique y un pequeño
pabellón de planta cuadrada que tiene algunos arcos lobulados que se
entrecruzan.
Lo que se conserva en la actualidad, y la razón por la cual se destruyo el primer
palacio, es el palacio de época nazarí, que se organiza en torno a tres ejes
paralelos que son tres patios, que se alinean en dirección norte-sur.
Como ya hemos mencionado, el primero de estos patios es el patio de los
Surtidores, del cual solo se ha podido reconstruir el pórtico sur, ya que los
restos que se encuentran no permiten la reconstrucción de más: esto puede ser
causa del expolio, o la simple reutilización de los sillares, demostrando así que
la conservación del patrimonio nunca fue un objetivo perseguido en la época
islámica. Desde este patio se accede aúna terraza a través de una sala
llamada la sala del s XI. Esta terraza tiene la presencia de dos torres, una en
cada extremo.
A continuación encontramos otra sala llamada la Sala del siglo XVI, la cual esta
cubierta con una armadura de lazo que contiene varias maquetas, entre ellas
una del mismo edificio: La Alcazaba.
Hay otros dos patios que completan la zona de los Cuartos de Granada, que
son el Patio de los Naranjos, y el Patio de la Alberca. Estos dos patios han sido
gravemente afectados por las inclemencias del tiempo y es por esta razón que
han sido reconstruidos tanto en decoración como en altura, siguiendo el
modelo de la Alhambra de Granada. Esta zona del palacio ha sido reutilizada y
ha adquirido diferentes funciones, pero en la actualidad, y desde el 1949 es
una sede que recoge y se encarga de conservar y albergar la sección de
arqueología del Museo de Málaga. Se ve aquí la funcionalidad del edificio, la
importancia que tiene y encima podemos observar los cambios de usos dados
a este edificio a lo largo de su historia.
El barrio de viviendas se encuentra a continuación, es una zona residencial que
se utilizaba en el pasado, pero que hoy esta completamente restringida al
publico. Del siglo XI es una zona donde se alojan 8 viviendas las cuales han
sido restauradas solo parte de ellas, y se encuentra también unos baños. El
taller de restauración del museo de Málaga ocupa actualmente algunas de
estas viviendas.
En cuanto a las funciones del edificio en la historia podríamos referirnos a la
tesis de M. Laza Palacio, la cual dice que las relaciones entre el castillo de
Gibralfaro y la alcazaba eran muy estrechas, pero que la alcazaba no cumplía
funciones defensivas, a diferencia del castillo, sino que cumplía la función
político administrativa de la jurisdicción territorial, aunque menciona que muy
secundariamente poseía carácter militar.
Se puede hablar ya plenamente de una función militar y defensiva a lo largo de
los siglos XIII y XIV ya que estos siglos representan un periodo de turbulencia
general en la zona de Al- Ándalus a causa de sus numerosas invasiones por
parte de pueblos norteafricanos. En este periodo, Málaga y su fortaleza tienen
un importante papel en referencia a sus funciones defensivas y militares. Se
puede ver en algunas fuentes información sobre esta función de la Alcazaba
cuando en el año de 1278 Abu Yusuf toma posesión de la ciudad y entra en la
Alcazaba. La ciudad seria tomada por los mariníes durante un año, y en 1279
volvería a mano de los nazaríes, los cuales realizaran intervenciones
importantes para el futuro histórico de la Alcazaba.
Tenemos fuentes que nos cuentan de la función religiosa que cumplía la
Alcazaba durante la posesión nazarí bajo el reino de Muhammad II, ya que la
mezquita principalmente era un gran centro de recogimiento espiritual y acogía
gran cantidad de público en la Alcazaba. Esta mezquita tenia funciones propias
e independientes a las de la aljama de la ciudad.
Durante los año de 1333 y 1354, Ibn al-Jatib, comenta que sus textos que el
sultán Yusuf I, comenzó obras para unir el castillo de Gibralfaro con la
Alcazaba. Estas obras de fortificación, formaban parte de un plan de
fortalecimiento del territorio nazarí del siglo XIV.
En los años de 1465 se cita la alcazaba en un libro de viajes de Abd al-Basit,
como un edificio con función gubernamental que denota las intervenciones y
las restauraciones que se hicieron en la fortificación con el gobierno meriní,
dato importante para el patrimonio:
“el mismo día (19 Dic 1465) subí a la qasaba de Málaga, o sea a
su ciudadela, sede del gobierno. En aquellos tiempos estaba sin
habitantes, no teniendo en aquel momento gobernador… con
grandiosos monumentos restaurados por el gran sultán meriní
Abu-l-Hasan, rey de Magrib” (nota 269).
De libros biográfico podemos inducir también alguna fuentes importantes
para el patrimonio artístico de la Alcazaba y sus restauraciones e
intervenciones: se hace mención en una noticia hecha por al- Himyari,
geógrafo andaluz, que en el siglo VIII se había construido una nueva planta a
la mezquita de la Alcazaba, sobre la planta anterior fundada por el ya citado
Mu’awiya b. Salih al-Himsi.
Según encontramos en el libro de Javier Ordoñez Vergara, la palabra
qasaba utilizada muchas veces en las fuentes de carácter musulmana de los
siglos XIII y XIV, puede tener una connotación comercial, dotando a la
Alcazaba de una nueva función, en relación a la actividad comercial, a causa
de su importante posición geográfica estratégica.
Gracias a las fuentes árabes podemos aclarar muchos datos de la
fortaleza, pero no podemos saber con exactitud su forma un si extensión, ni
aclarar con exactitud su función, ya que se yuxtaponen informaciones diversas
que no concuerdan del todo, o que son muy ambiguos. La única precisión
sobre su configuración la podemos encontrar hasta el siglo XIV, en el cual se
habla de su triple cerco amurallado, y la existencia de un camino que conecta
la Alcazaba con el castillo.
Estos siglos XIII y XIV fueron muy importantes para el estado de
conservación actual de la alcazaba y además para las restauraciones
posteriores, ya que fue un periodo en el que debido a ataques, remodelaciones,
cambios de mandato, entre otros, se renovaron muchas puertas y torres y se
rehacen y restauran gran parte de los cimientos y paramentos que estaban ya
construidos. En esta éstos siglos se refuerza la Alcazaba ya que con el nuevo
uso de la pólvora, su construcción se volvía vieja y perecedera, y no soportaba
del todo nuevos ataques enemigos.
En esta poca se interviene también en los cuartos de Granada, ya
citados anteriormente, los cuales fueron intervenidos y restaurados para evitar
el paso del tiempo y la erosión. Se suplantan algunas construcciones y de
destruyen algunos estilos y tipologías artísticas que no tenían cabida en la
nueva religión que gobernaba Málaga.
Se sigue la tipología del modelo habitual nazarí, que suponía viviendas
en torno a los patios, con plantas rectangulares y con pórticos que se
enfrentaban en las extremidades, donde se decoraban con agua y vegetación,
ornamentos típicos de la cultura musulmana.
En el año de 1487 Málaga, y a su vez la Alcazaba, es conquistada por la
castilla, restituyendo el control cristiano, y expulsando el control islámico
musulmán. Tras la conquista la Alcazaba mantiene su función representativa y
como sede administrativa, ya que los cuartos de granadas, citados en el
párrafo anterior, son reformados y convertidos en estancia y residencia
permanente del alcalde de las fortalezas malagueñas.
La Alcazaba en esta época adquiere también una función residencial, ya
que su emplazamiento defensivo, sus características militares y sus lujosas
vistas daban a este recinto prestigio y dignidad, siendo así residencia temporal
de gobernadores y delegados extranjeros o de otros lugares de España, que
visitaban Málaga. Además de suntuosidad y lujo palaciego, las estancias en el
recinto superior eran perfectas para salvaguardar las vidas de importantes
personajes que pasaban por Málaga: un caso importante es el del rey Felipe
IV, que se instalo en los palacios de la alcazaba durante un periodo de tiempo
en el cual visitaba Málaga para cuestiones diplomáticas.
La alcazaba continuaría siendo lo que era hasta el momento y durante
casi toda la Edad Moderna, periodo en el cual tuvo muy pocas reformas y
continúo con su función civil, administrativa y residencial. Una de las razones
por las cuales en este periodo la Alcazaba no recibió ninguna intervención ni
reformas durante esto este periodo histórico se debió al hecho de que la
Corona Real no invirtiera en este edificio, ya que esta veía la Alcazaba como
un edificio con una capacidad casi nula o muy obsoleta para recibir funciones
defensivas o militares, ya que como habíamos aclarado anteriormente sus
sillares sufrían mucho la erosión y las inclemencias del tiempo, además de que
creían que solo podía ofrecer una protección parcial a el área que rodea el
puerto.
Algunas fuentes nos indican que en este periodo histórico conocido
como la Edad Moderna, existieron muchas quejas por parte de los alcaldes
hacia la Corona sobre el estado de conservación y mantenimiento de la
Alcazaba de Málaga. Muchas de las denuncias y quejas fueron también por la
escasa dotación de armamento y material defensivo del edificio, que estaba
llevando a la Alcazaba a un estado obsoleto como construcción militar y
defensiva.
Estas fuentes nos sirven para deducir las intenciones reivindicativas y
algunos atisbos de búsqueda de conservación del edificio por parte de algunos
alcaldes, los cuales querían reivindicar el mantenimiento de sus derechos, y el
cobro de el diezmo que la Alcazaba recibía desde la conquista por ser una
institución militar y protectora.
En esta época además, la mayoría del personal militar que defendía la
Alcazaba se había ido trasladando hacia la ciudad, puesto que en este periodo
se vivía en relativo estado de paz. Por esta razón, a parte del alcalde, su
guardia personal, y el servicio de su palacio, no quedaba nadie más en la
Alcazaba. Es así como las puertas de la Alcazaba permanecían mal
custodiadas, y abiertas la mayor parte del tiempo, siendo objeto de saqueos y
robos. La población civil se va asentando a sus faldas ocupando torres,
jardines y algunos edificios y es así como se va perdiendo esa función que
tanto había caracterizado a este edificio, la función militar y defensiva.
A finales del siglo XVIII la residencia del alcalde se ve desplazada a la
parte inferior, la parte más baja y cercana a la ciudad. Esto se debe a que el
recinto superior se ve afectado de tal manera que se vuelve inhabitable.
Junto al nuevo palacio del alcalde se habría de instalar un nuevo edificio
destinado a una función administrativa: la Comandancia de Ingenieros. Esta
comandancia estará en las instancias de la Alcazaba, emplazada más
específicamente en la plaza de la Aduana, hoy en día jardín, y perduraría hasta
bien entrado el siglo XX, momento en el cual el ejército abandonaría
definitivamente la Alcazaba de Málaga.
En el mismo siglo XVIII la Alcazaba estaba en un grave estado de
deterioro: había perdido también la parte occidental de las defensas o murallas.
La Alcazaba cede esta parte para crear la Aduana, y se comienzan los
proyectos de reconvertir el solar de la fortaleza en un espacio para la
edificación de cuarteles. También en este espacio se crea una urbanización
civil.
Se crea el proyecto de desmontar la colina donde estaba la Alcazaba,
para llevar el mar al casco histórico de la ciudad, pero no se concreta. A pesar
de esto, podemos ver que en esta época la Alcazaba estaba en decadencia, y
se quería de cualquier manera, reutilizar este lugar tan privilegia del que
disponía la Alcazaba, ya que estaba en decadencia, y la población que
habitaba en ella estaba empobrecida. Prueba de esto son las casas que se
encontraban en el interior de las murallas, que mostraban en el siglo XIX un
aspecto parcialmente derruido. Causa de este deterioro fue que el municipio no
facilito los servicios de aguas o el alcantarillado, desatando este hecho, la
huida de las clases medias hacia otros lugares mas habitables y mas cómodos.
En 1931 se declara la Alcazaba de Málaga como monumento nacional,
con la intención de rescatar este edificio histórico. Se declara también el castillo
de Gibralfaro, y la catedral de Málaga. Se declara monumento nacional, pues
en esta época la Alcazaba era un conjunto de edificios semi destruidos por las
inclemencias del tiempo, además de su pésimo estado de salubridad.
Con este decreto, que preveía intervenciones y restauraciones en la
parte baja de la edificación, el rumbo de la Alcazaba retomaría el prestigio
vivido años anteriores, y dejaría ese periodo oscuro de casi 2 siglos al que fue
sometido.
Se pretende hacer una rehabilitación arquitectónica, más no funcional,
del antiguo dispositivo militar que existía en la Alcazaba y que representa el
mayor testimonio físico de la fortaleza. A pesar de esto solo se pretende
recuperar su estructura arquitectónica milita, dejando de lado la recuperación
global del edificio.
Las declaraciones de rehabilitación hablan de hacer las primeras obras
basándose en justificar las reconstrucciones con el fin de recuperar un ejemplo
perdido de la arquitectura hispanomusulmana, pero esta idea seria
prontamente suplantada por la idea de reconstruir el entorno de culturización y
de expansión territorial para rescatar a la población de una situación de
degradación social. Citamos a Torres Balbás, para hacernos una idea del
aspecto y del estado de la Alcazaba en los momentos de la restauración:
“el barrio de su interior, completamente abandonado –sin
urbanización ninguna, amontonando, año tras año, capas de
inmundicia y detritus de población miserable- llego a nuestros días
en vergonzoso estado. Las familias modestas que allí habitaban
bajaron a la ciudad urbanizada, siendo sustituidas por gentes de
escasísimos recursos y menores necesidades. Y las viviendas
siguieron, naturalmente, la decadencia de sus ocupantes. Las
pocas que se conservaron de hace medio siglo –modestas, pero
cuidadas y limpias entonces- están hoy sucias y ruinosas. La
mayoría de las existentes son verdaderas chozas, edificada a
capricho, con ladrillos cogidos del suelo o desprendidos de los
muros, y completadas con tablas y latas, donde viven las gentes
prodigiosamente amontonadas, unas sobre otras, en reducidísimo
espacio. A pocos pasos de la población moderna, limpia y
progresiva; al lado de los barios de gentes acomodadas,
permanece, pues, el miserable de la Alcazaba, dominando a los
demás y ocupando el mejor emplazamiento, con una vista
esplendida sobre la ciudad.”
Vemos gracias a esta cita del historiador, el pésimo estado de conservación en
el que se encontraba el edificio, tan famoso de una época, pero que en ese
periodo era un lugar para mendigos y pobres. Estas palabras hablan muy mal
de la conservación de patrimonio histórico y de porque fueron necesarias las
intervenciones realizadas en esta época.
Temboury habla también del estado de conservación refiriéndose a la Alcazaba
de esta manera:
“se hace guardia miserable de maleantes, rameras y gentes del
mas bajo vivir, que fueron amontonando durante siglo y medio,
año tras año, capas de inmundicia sobre la montaña… Se han
derribado treinta y una viviendas, liberando totalmente el recinto
de la fortaleza de todos sus mugrientos habitantes”.
Esta cita aporto otro dato de relativa importancia: el autor habla de la
destrucción de treinta y una viviendas. Esto implica la destrucción del
patrimonio histórico artístico, en pro de una reconstrucción. Es lamentable que
para poder restaurar y rehabilitar haya sido necesario destruir ya que no solo
las arquitecturas son historia. Parte del pasado y del patrimonio que puede
llegar a tener la Alcazaba, es el hospedaje que dio durante casi dos siglos a
personas de escasos recursos. Acaso, ¿Eso no entra dentro de su patrimonio
como edificio histórico?
Dejando esta cuestión de lado, el desalojo fue seguido por las campañas de
exploración, excavación expropiación, limpieza y reparación y reconstrucción
que comenzaron el 1933. Estos trabajos fueron especialmente activos durante
la década de los treintas y los cuarentas, guiados por Ricardo de Orueta,
director general de Bellas Artes y nacido en Málaga, que contaba con el
servicio de Torres Balbás, ya mencionado, o González Edo.
LA reconstrucción y restauración se convirtió en un instrumento de propaganda
oficial, pretendiendo la reconstrucción nacional, por lo que el monumento
restaurado se convertiría en sede de los movimientos oficiales y folclóricos de
intención ideológica de la ciudad de Málaga.
En la actualidad salvo unas pequeñas huellas en algunos trozos de la muralla,
la arquitectura musulmana fue casi totalmente opacada y todo lo que se
encontraba construido antes de 1487, periodo de la conquista, ha desaparecido
casi totalmente. Lo que sabemos de estos periodos, lo podemos saber solo a
través de algunos grabados y fotografías que sobreviven a la reconstrucción
de 1933.
En conclusión, la Alcazaba de Málaga es un edificio que en la actualidad existe
y conserva su historia, por la memoria colectiva, por una serie de antiguos
grabados o fotografías inéditas que se han podido encontrar a través de los
años, pero no es, como se indica, una construcción hispanomusulmana. Con
esto queremos decir que no es que no lo fuera en un principio, sino que debido
a las inclemencias del paso del tiempo, a la destrucción, expropiación, y
lamentable restauración, entre otras causas, la Alcazaba de Málaga representa
actualmente un porcentaje muy reducido de la cultura islámica bajo la cual fue
edificada, y esto es una gran perdida para el patrimonio histórico y mundial.
Lamentablemente en el momento de la restauración se considero solo lo noble,
dejando de lado otros aspectos de folclore y de valor histórico.
A pesar de esto se conserva partes de la edificación medieval, ya que se
busco, con las últimas restauraciones, conservar algo de la historia de la
Alcazaba, buscando que perdura en la historia. No se puede hacer mucho mas,
pues en la época la manera de restaurar era esa, completamente diferente a lo
que entendemos en este presente nuestro por restaurar.
Siguiendo esto, y viendo la irreversibilidad de las restauraciones realizadas,
tenemos que considerar también que aunque la mayor parte de los trabajaos
de restauración hayan sido forzados, son producto de unas circunstancias
únicas del momento en el que fueron llevadas a cabo, y por lo tanto constituyen
un dato mas a la nuestra investigación histórica sobre el edificio, aunque no se
corresponden con la manera de pensar en nuestro tiempo, cabe resaltar, que
son intervenciones que forman parte de la escancia del ese edificio: La
Alcazaba de Málaga.
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