Post on 27-Jan-2016
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La desnaturalización del movimiento social
Las concentraciones de colectivos sociales acaecidas el sábado 5 de septiembre en
diferentes puntos de la capital salvadoreña significaron la intervención de intereses
político-partidarios deslegitimando cualquier posibilidad de que se percibieran
como agitaciones sociales voluntarias y descontaminadas de las burdas
manifestaciones con las cuales se desestiman los institutos políticos. Fueron pues
movilizaciones estériles sin impacto alguno para la organización masiva de la
consciencia colectiva.
Así pues se informó por diferentes medios de comunicación que las intenciones de
la manifestación del 5S eran protestar en contra de la impunidad y la inseguridad.
No obstante, algunos activistas concentrados mostraron un alto nivel de
intolerancia con determinados sujetos sociales que se expresaron en contra del
expresidente Francisco Flores (ContraPunto, 5 de septiembre) quien cumple con
arresto domiciliar y permaneció durante varios meses prófugo a pesar que Juan
José Portillo, uno de los organizadores, aseguraría que se deben investigar actos de
corrupción de 25 años atrás (El Diario de Hoy, 5 de septiembre).
Por otra parte, en la Plaza Salvador del Mundo un nutrido grupo de ciudadanos
también se hizo presente para defender la gestión administrativa actual de
Salvador Sánchez Cerén (Estratega y Negocios, 6 de septiembre). El reclamo de
una comisión internacional contra la impunidad en el país no estuvo presente en
esta última concentración sino el agradecimiento de la funcionalidad de los
programas sociales a pesar que la impunidad y la infiltración del crimen
organizado en las instituciones del país no han resultado ser de prioridad alguna
para resolver el problema de la seguridad pública, como bien lo planteó José
Miguel Cruz a Séptimo Sentido (La Prensa Gráfica, 6 de septiembre).
En síntesis, ambas concentraciones de colectivos atestiguan las manifestaciones de
dos discursivas político-partidarias adversas que se erigen públicamente para
resultar de aceptación masiva excluyéndose a sí mismas. Mientras la que aplaude
al gobierno central alude directamente a argumentar la viabilidad de los
programas sociales y sus consecuencias positivas, la que supuestamente seguía el
ejemplo de las agitaciones colectivas de Guatemala desnuda la artificialidad de una
narrativa que liga directamente a administraciones gubernamentales anteriores
afín de potenciar al principal partido opositor (ARENA). Ello podría explicar por
qué la movilización colectivo-social no resulta creíble o conveniente para incidir en
la administración gubernamental del bienestar común si únicamente se
instrumentaliza al son de la manifestación de la rivalidad político-partidaria por
vías meramente cuantificables con el objeto de [re]construir una novedosa imagen
electoralmente atractiva.
Referencias:
ContraPunto (2015, 5 de septiembre). Convulsión en una concentración pacífica. Consultado el 6 de septiembre de
2015 de http://www.contrapunto.com.sv/sociedad/sociedad-civil/convulsion-en-una-concentracion-pacifica
El Diario de Hoy (2015, 5 de septiembre). Miles se manifiestan contra la impunidad, la violencia y la corrupción.
Consultado el 6 de septiembre de 2015 de http://www.elsalvador.com/articulo/noticias/miles-manifiestan-
contra-impunidad-violencia-corrupcion-86632
Estrategia y Negocios (2015, 6 de septiembre). El Salvador: dos grupos de indignados enfrentados por creación de
CICIES. Consultado el 6 de septiembre de 2015 de http://www.estrategiaynegocios.net/lasclavesdeldia/876836-
330/el-salvador-dos-grupos-de-indignados-enfrentados-por-creaci%C3%B3n-de-cicies
La Prensa Gráfica (2015, 6 de septiembre). "Grupos de exterminio han existido desde la guerra". Consultado el 7 de
septiembre de 2015 de http://www.laprensagrafica.com/2015/09/06/grupos-de-exterminio-han-existido-desde-
la-guerra