La explotación infantil

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LA EXPLOTACIÓN INFANTIL.

En los países en vía de desarrollo, las causas esenciales de este

fenómeno son el atraso económico, vinculado en algunos casos al

dominio coloquial que casi todos sufrieron, la supervivencia de estructuras socioeconómicas

arcaicas, el brusco descenso del índice de escolaridad de los niños a partir de los 11 o 12 años de edad, y

el aumento de la población.

• Existen en el mundo alrededor de 40 millones de menores que trabajan en fábricas, en la agricultura, en la minería, en pequeñas industrias, en talleres de artesanía, en hostelería y tiendas o como vendedores ambulantes.

• La trata de niños, sea esta interna, entre países o entre continentes, está muy relacionada con la demanda de mano de obra barata, dócil y maleable en algunos sectores y entre algunos empleadores.

• En Latinoamérica, la industria de la minería y los lavaderos de oro se enriquece con el esfuerzo de miles de niños de 5 a 17 años, a quienes pagan tres euros al día. Asimismo, la extracción artesanal del oro, los secadores de piedra pómez y la fabricación de ladrillos son el destino de gran parte de los 17 millones de menores que trabajan la región.

• Las condiciones de trabajo y el tratamiento a que son sometidos los niños y niñas violan sus derechos humanos, ya sea porque se trata de ambientes inaceptables o porque los niños y niñas realizan trabajos peligrosos para su salud y desarrollo.

• La iluminación, la ventilación y las condiciones sanitarias son casi siempre muy deficientes, y las precauciones de seguridad son mínimas. Todo ello se agrava especialmente en las minas.

• El trabajo infantil es muy común en las curtidurías, existen miles en esta zona, donde no se respetan las más mínimas medidas de seguridad e higiene, y los niños están expuestos a contraer enfermedades como la tuberculosis, anemia, úlceras pépticas, problemas respiratorios y abscesos.

• Las largas jornadas y las penosas condiciones en que estos niños realizan su trabajo impiden su acceso a la educación, los agota física e intelectualmente y, al mismo tiempo, provocan en esos países graves efectos socioeconómicos, como el aumento del desempleo en la población activa, pues estos menores ocupan el puesto de trabajo de la población adulta.

• Sigue en aumento la cifra de niños explotados laboralmente, quienes ganan hasta diez veces menos que un adulto.

• En el sur de Asia trabajan más de 100 millones de niños, de los que un 20% hacen jornadas de 13 horas diarias por un sueldo de entre 15 y 20 euros al mes.

• La explotación laboral infantil sigue en aumento. En los países más pobres hay 300 millones de niños explotados laboralmente, una situación que exige garantizar que los productos procedentes del Tercer Mundo sean elaborados en unas condiciones dignas de trabajo, salario y edad.

• En Latinoamérica, donde trabajan 17 millones de niños de entre 5 y 17 años, las ganancias de estos menores suponen del 10 al 20% de los ingresos de sus familias.

• El sur de Asia presenta los peores índices de explotación laboral infantil, con más de 100 millones de menores en esta situación. En esta región, el 20% de los niños obligados a trabajar hacen jornadas de 12,13 y más horas al día, y ganan solo entre 15 y 20 euros al mes.

• No tiene una solución fácil, ya que el salario de estos niños representa un importante porcentaje de la balanza de pagos de muchos países pobres.

• La explotación infantil es un hecho que azota en especial a países en vías de desarrollo, pero en el mismo se ven implicados los países industrializados.

• Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT),"el trabajo forzoso, la esclavitud y el tráfico criminal de seres humanos en especial mujeres y niños están creciendo en el mundo y adoptando nuevas e insidiosas formas".

• Por otra parte más de 50 países reclutan a menores de 18 años y los arman para la guerra.

• En América Latina se estima que cerca del 70% de niños y niñas que trabajan lo hacen en el sector rural. Si bien la agricultura, ya sea familiar de subsistencia o comercial, puede no ser una actividad peligrosa en sí misma, hay muchos niños, niñas y adolescentes que trabajan en este sector en situación de riesgo y en muchos casos de extrema explotación.

• Realizado por María Cumbres Tena.