Post on 20-Jul-2015
LA IRA Y EL ODIO
PROVERBIOS 29:22 El hombre iracundo levanta contiendas, Y el furioso
muchas veces peca.
PROVERBIOS 15:1 La blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera
hace subir el furor.
COLOSENCES 3:8 Mas ahora dejad también vosotros todas estas cosas; ira,
enojo, malicia, blasfemia, palabras sucias de vuestra boca.
Es muy peligroso vivir muy cerca de personas iracundas y violentas. Uno nunca sabe el
momento en el cual van a explotar y cometer un desastre. La ira es una reacción exterior de
violencia de lo que hay en nuestro interior.
La causa de la ira en la vida de las personas tiene por cierto muchas causas. Muchos de
ellos han sido rechazados en el pasado por sus familiares, amigos o han atravesado
circunstancias donde fueron abusados emocionalmente. Todo ese "volcán" interior de
frustración se canaliza en las explosiones de ira hacia los demás.
La persona iracunda es una creadora de problemas y constantemente vive en el fango del
pecado. Como cristianos podemos dominar y eliminar de nuestras vidas a la ira. Una cosa
es airarse un momento, otra muy distinta es darle lugar al diablo para que descontrole la
ira. Camine en cada momento controlado por el Señor.
La ira puede aparecer en cualquier momento en la vida del cristiano descuidado y hacer
estragos. Muchas discusiones empiezan en forma acalorada, luego se transforman en
explosiones de ira y terminan con violencia física.
Como cristianos tenemos que ser portadores de paz y no de ira, pues Dios nos ha hecho
herederos de bendición para dar a otros bendición. Examine su carácter en este día y note
la frecuencia de sus explosiones de ira que lo ha llevado a los serios problemas que está
teniendo últimamente. Con Cristo siempre hay tiempo para empezar de nuevo. Entréguele
al Señor aquellas situaciones que le hacen explotar en ira y renuncie a ellas en el Nombre
de Jesús. Pídale al Espíritu Santo que le de un nuevo carácter, el carácter de Cristo, para
que dentro de un tiempo pueda mirar atrás y notar que la ira descontrolada ya es cosa del
pasado gracias al obrar del Señor.