Post on 06-Aug-2015
Universidad del Valle Cesar Andrés Guerrero Cuero – 1325530 Docente: Jorge Zapata – Geografía humana y de la población
Reflexión
Históricamente Colombia es uno de los primeros países a nivel regional, que aprueba uno
de los adelantos más significativos para protección de los derechos de la minorías en
materia legislativa, aunque en las normas y en especial la Ley 70 de 1993 que hasta el día
de hoy lleva 21 años, se amparan, se protegen y promueven unos derechos de múltiples
beneficio que como comunidades negras gozamos hoy, en donde se promulga “inclusión” ,
en donde se busca garantizar los derechos de las comunidades minoritarias, vemos que el
contexto es otra cosa, claro está sin negar que han habido grandes avances, pero la realidad
es que cada día estos derechos tan anhelados y necesarios tienden a perder alcance y
quedan como ideales inalcanzables “Una cosa es la norma escrita y otra es la norma
practicada en la vida cotidiana”1. Dichas promesas que podrían garantizar plenamente
nuestro derechos están lejos de ser cumplidas, debido al histórico conflicto armado
regímenes de terror impuestos por grupos paramilitares, guerrilla, el ejército colombiano y
al narcotráfico que ha atravesado y permeado nuestra sociedad y por ende nuestro país,
además la actuación de manos ambiciosas sobre el territorio, su impacto capitalista hacia la
región, las lógicas económicas de un capital plasmados en la expansión de proyectos de
agricultura y minería amenazan cada día con lo que hasta el momento se ha podido
conseguir. Los últimos diez años han sido tituladas colectivamente con valiosos niveles de
movilización casi cinco millones de hectáreas, tierras en donde se evidencian procesos
intensos de territorialización por parte de comunidades negras en el Pacífico colombiano.
Por otro lado, procesos de des-territorialización de las comunidades negras, son procesos
completamente opuestos a la territorialización, la fragmentación territorial es resultado del
terror y de la guerra que se desencadena entre grupos insurgentes y el ejército colombiano
ocasionan el desplazamiento masivo a los grandes asentamientos urbanos como; Satinga,
Medellín, Bogotá y en especial a la ciudad de Cali, que cada día van en aumento, De los
más de 2 millones de desplazados internos una tercera parte es de ascendencia Afro en
Colombia, o sea, alrededor de 700.0003, desplazados en condiciones de vida deplorables.
Estos y otros casos son un claro ejemplo de la ineficiencia la cual califico de negligente o
en su peor de los caso de no interés por parte del estado a nuestras comunidades, Un estado
inestable al compromiso, que ha incumplido en la implementación de leyes, para proteger y
respetar la diversidad cultural.
El estado esa órgano garante de nuestro derechos hoy es el principal culpable de que
aquellas leyes que promulga estén lejos de ser aplicadas, y es uno de las actores decisivos
para acabar con el conflicto que diariamente viven las comunidades negras, en especial el
conflicto armado, que ha acabo con muchas vidas, y más aún en donde todo responde a un
interés de terceros, donde está en medio el capital, la apertura de nuevos medios de
extracción y explotación de la naturaleza, los grandes proyectos de desarrollo de negocios
en el agro como los contratos de la industria maderera y los cultivos de aceite de palma,
han contribuido al deterioro del territorio, sin importar las consecuencias no solo sociales
si no ambientales del territorio que ha pertenecido por miles de años a los ancestros de la
minorías negras. Pero para muchos somos comunidades invisibilizadas en la sociedad, que
nos aferramos a una ley que brinda muchas garantías, que busca proteger una tierra que
goza de innumerables riquezas, pero la cual no se planea desarrollar en pro de las
comunidades y solo queda en pocas manos todos los beneficios que ella ofrece.
La discriminación, que implanta el gobierno colombiano consiste en elaborar sanciones
destinadas a prevenir todo tipo actos segregativos, mientras tanto continúan de manera
innegable, sus formas van desde aquellas que son evidentes y descaradas en los
estereotipos raciales que cada día vemos en los medios de comunicación colombianos, a
otra discriminación más sutil, a veces casi invisible. Los problemas de discriminación racial
van más allá de casos individuales de maltrato basado en la raza. La discriminación en
contra de los afrocolombianos está en que se nos trata como pobres y marginalizados. Una
discriminación que no constituyen sólo violaciones de nuestros derechos, sino que también
aseguran muchos de los obstáculos persistentes para el desarrollo de nuestras vidas diarias
como la solicitud de empleo, realidades como estas persistentes junto con la
marginalización, pobreza e iniquidades organizadas, que son percibidas por las
comunidades afrocolombianas y que cada vez son más marcadas pero con nuevos medios
que en ocasiones pasan por desapercibidos.
Además de proveer derechos de tierra comunales y regulaciones medioambientales, se
necesita implementar de manera equitativa las leyes existentes, Para que no se vulneren los
derechos del territorio. También se hace necesario hacer valer la importancia de nuestra
identidad y cultura afrocolombiana. La Ley 70, de igual manera, prohíbe explícitamente
todos los actos de intimidación, segregación, discriminación y racismo en contra de las
comunidades afrocolombianas, en el sector público, los medios masivos y en la educación,
también se estipulan derechos a la salud, a los servicios sociales y al desarrollo profesional.
Pero ¿qué hace el estado frente a la vulneración de estos casos?, que son demasiado
evidentes, ¿qué hace cuando aparecen denuncias sobre estos casos?, pues absolutamente
nada, en el mayor de los casos se toman medidas arbitrarias que no solución nada y los
esfuerzos que hacen las minorías negras a favor de este fin no han coincidido con la
voluntad institucional y política para que solo mente no se implementen estos derechos, si
no que garanticen y se protejan
Una ley que promete pero que no cumple, que exige la colaboración estatal, que crea
mecanismos para la participación, pero en realidad hace que los procesos de Mecanismos
de participación queden cortos, sean lentos y no tengan gran alcance en todos los niveles y
tipos de proyectos de desarrollo. Territorios olvidados con índices de violencias
demasiados altos, Unas minorías que reclaman a gritos ser escuchadas, que quieren impedir
a toda costa que su territorio, que consideran propio no se desangre, que sus riquezas no
sean explotadas, comunidades con alto sentido de pertenencia de su territorio, que utilizan
un sistema de aprovechamiento en el cual se sustentan todos y buscan usar una especie y
sostenerla, que buscan estar en armonía con el territorio que los rodea.
Encontramos una lucha viva que rechaza y persisten mostrando su arraigo al territorio, se
evidencia formas de resistencia local de las comunidades negras de la región del Pacífico
colombiano frente a la guerra que se ha desencadenado en los últimos años en esta región..
Frente a procesos como estos, no se trata de construir una lucha «anti-globalización», sino
que se busca crear la globalización de resistencia, globalización de solidaridades, de
justicia, y de paz. Como señala Oslender, quien además propone que las resistencias sean
globales y locales contra la guerra que están viendo un cambio en su énfasis y lógica
dominante desde lo geopolítico hacia lo geo-económico, que desafíen las representaciones
dominantes del espacio, el interés de los conflictos caracterizados por una lógica geo-
económica, se pueden dar frecuentemente entre actores no-estatales y son sobre el acceso a
recursos económicos y su explotación.
En otras palabras, Oslender nos invita a globalizar la resistencia y de ver lo global como
oportunidad recomiendo, aconseja que el uso del Internet es crucial en estas formas de
acción y movilización, que se trata de construir redes y alianzas en contra de la guerra en
las cuales se descubren además las confluencias que existan con las luchas de otros
pueblos, grupos y comunidades, tenemos que crear un espacio de convergencia para
organizaciones de base y activistas de todo el mundo en que se articulan prácticas de
resistencia contra el nuevo orden mundial neoliberal. Las luchas que emergen de lugares
concretos como en el caso del pacifico colombiano, deben de estar conectadas a través de
estas alianzas y colaboraciones más allá de las diferenciaciones de género, clase, y
etnicidad. Termino con la consigna que las minoría proclamamos “el territorio es de la
gente y para la gente”
BIBLIOGRAFÍA
1. V. S. EDWIN (2013) La igualdad de oportunidades más allá de las leyes Revista semana http://www.semana.com/opinion/articulo/la-igualdad-oportunidades-mas-alla-leyes/355485-3 Especialista para el Desarrollo Master en Democracias, Federalismo y Multiculturalidad.
2. Promesas incumplidas y obstáculos persistentes para la realización de los derechos de los afrocolombianos . Un reporte sobre el desarrollo de la Ley 70 de 1993. Presentado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos .Julio 18, 2007 (versión revisada) (Traducción del Original en Inglés). http://www.utexas.edu/law/centers/humanrights/projects_and_publications/afro-descendant%20reports/colombia-esp.pdf
3. O. ULRICH (2004). CONSTRUYENDO CONTRAPODERES A LAS NUEVASGUERRAS GEO-ECONÓMICAS: caminos hacia una globalización de la resistencia. http://www.revistatabularasa.org/numero-2/oslender.pdf
4. https://www.youtube.com/watch?v=vw35Xn5fNIw