Post on 16-Oct-2018
Versículo clave: Stg. 5:16
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La
oración eficaz del justo puede mucho.
Stg 5:16
INTRODUCCIÓN: La oración eficaz es aquella que prevalece y que obtiene buenos resultados.
Existe una serie de elementos que permiten la eficacia en nuestras oraciones. Es importante
identificar estos elementos a la luz de la Palabra de Dios y llevar a la aplicación práctica en la vida
de oración.
La oración es una de las armas poderosas dadas por Dios para resistir a nuestro adversario.
Necesitamos, por lo tanto, conocer los obstáculos que pueden impedir la eficacia en nuestras
oraciones.
DESARROLLO
1) Obstáculoss que impiden un aoración eficaz: Existen algunos obstáculos que pueden
impedir que nuestra oración sea eficaz. En primer lugar tenemos los motivos incorrectos, en otras
palabras pedir cosas egoístas y carnales (Stg 4:3). Dios no responde las oraciones de los que
tienen ambiciones egoístas, aman el placer y desean honra, poder y riquezas. Dios sólo escucha
las oraciones de los justos, de los que de veras se arrepienten y se humillan y de los que piden
conforme a la voluntad divina.
También están los pecados ocultos sin confesar (1 Jn 1:7-9; Pr 28:13). Encubrimos nuestros
pecados cuando no los confesamos y no lo reconocemos como pecado. Estos pecados impiden
acercarnos a Dios y que Él pueda escuchar nuestras oraciones. Debemos confesar nuestros
pecados, arrepentirnos y apartarnos de ellos para obtener el perdón de Dios (2 Cr 7:14).
La falta de perdón (Mr 11:25-26). Una condición para que la oración sea efectiva es un espíritu
perdonador. Si no perdonamos a los demás, tampoco Dios nos perdonará. Dios nos perdona por
su gran misericordia. Ya que hemos sido perdonados, actuaremos de igual modo con otros. Los
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que no están dispuestos a perdonar no llegan a ser uno con Cristo. Él estuvo dispuesto a
perdonar aun a los que lo crucificaron (Ef 4:32).
Como cuarto obstáculo tenemos la duda y falta de fe (He 11:6). Quienes con sinceridad buscan a
Dios a través de la oración, deben hacerlo con diligencia y desear ansiosamente su presencia. No
hay lugar para la duda porque la duda debilita nuestra fe y quita las ganas de perseverar en la
oración.
Como último obstáculo tenemos las vanas repeticiones y palabrerías (Mt 6:7-8). Algunas personas
piensan que repetir las mismas palabras una y otra vez, como un encantamiento, hará que Dios
les Oiga, o también el orar como otros siervos oran repitiendo lo mismo. No es incorrecto
acercarnos a Dios con la misma petición; Jesús nos anima a elevar oraciones de manera
persistente; pero condena las repeticiones triviales que no se realizan con un corazón sincero.
Nunca se ora demasiado si las oraciones son sinceras, aunque sean las mismas.
2) Consejos para una oración eficaz: Si queremos que nuestra oración sea eficaz y veamos
resultados, sería bueno que tomemos estos consejos de la Palabra:
a) Orar en el nombre de Jesús. Jesús es nuestro intercesor ante el Padre, recibiremos si pedimos
en Su Nombre (Jn 14:13-14). Tengamos en cuenta que orar en su Nombre no es simplemente
mencionarlo al terminar nuestra oración. Orar en el Nombre de Jesús, es orar en sus meritos, lo
que Él hizo por nosotros y confiando que el Padre lo escucha.
b) Orar con alabanza y acción de gracias (Sal 100:4). Este salmo nos invita a recordar la bondad
y la fidelidad de Dios; a adorarlo con acción de gracias y alabanza.
c) Orar proclamando las promesas de Dios sobre nuestras vidas y la de los demás (2 Cr 6:14-17).
Nuestras oraciones son más eficaces cuando oramos con la Palabra de Dios. Hay mayor fuerza y
convicción cuando le recordamos a Dios las promesas que Él nos ha hecho (Is 43:26).
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d) Orar con fe, creyendo que recibiremos la respuesta a nuestras oraciones (Mr 11:24). Creer es
vital en la oración, puesto que sin ella no solo que no recibiremos lo que pedimos sino que sin fe
es imposible agradar a Dios (cf. He 11:6)
e) Estar en obediencia para que Dios oiga y responda (1 Jn 3:22). Estamos en obediencia cuando
guardamos sus mandamientos. Una vida de obediencia nos habilita para acercarnos a Dios sin
temor y con la confianza de que escuchará nuestras peticiones.
f) Orar conforme a la voluntad de Dios (1 Jn 5:14). Si deseamos hacer la voluntad de Dios, hay
cosas que no pediremos. Él nos oirá y nos responderá si nuestras oraciones están de acuerdo con
su voluntad (cf. Stg 4:3)
APLICACIÓN:
Muchas veces ignoramos los obstáculos que impiden la respuesta a nuestras oraciones, por lo
tanto, necesitamos examinar si en nosotros existen estos obstáculos y decidir eliminarlos.
Debemos acercarnos a Dios a través de su Hijo Jesucristo para disfrutar de su comunión y su
bendición.
Cuando oramos debemos: pedir que la voluntad de Dios sea hecha en nuestra vida; confesar la
Palabra de Dios con fe y reconocer con gratitud que todo proviene de Él (1 Cr 29:10-12). Si
nuestra conciencia está limpia, podemos acercarse a Dios sin temor y confiados que escuchará
nuestras peticiones.
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