La Reconciliación

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La Reconciliación. Algunas razones por las que tenemos que confesarnos. Porque Jesús dio a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados. "Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados, a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar“. - PowerPoint PPT Presentation

Transcript of La Reconciliación

Porque Jesús dio a los Apóstoles

el poder de perdonar los pecados.

Porque Jesús dio a los Apóstoles

el poder de perdonar los pecados.

"Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados, a los que no se los

perdonen, les quedarán sin perdonar“. (Juan 20, 22-23).

"Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados, a los que no se los

perdonen, les quedarán sin perdonar“. (Juan 20, 22-23).

Porque la Sagrada Escritura

lo manda explícitamente.

Porque la Sagrada Escritura

lo manda explícitamente.

"Confiesen mutuamente sus

pecados" (Santiago 5, 16).

"Confiesen mutuamente sus

pecados" (Santiago 5, 16).

Entonces, nos confesamos con un sacerdote por obediencia

a Cristo.

Entonces, nos confesamos con un sacerdote por obediencia

a Cristo.

De manera que no soy yo quien decide cómo conseguir el perdón, sino Dios el que decidió (hace dos mil años de esto…) a quién tengo

que acudir y qué tengo que hacer para que me perdone.

De manera que no soy yo quien decide cómo conseguir el perdón, sino Dios el que decidió (hace dos mil años de esto…) a quién tengo

que acudir y qué tengo que hacer para que me perdone.

Porque en la confesión te encuentras con Cristo. Porque en la confesión te encuentras con Cristo.

Te confiesas con Jesús, el

sacerdote no es más que su

representante.

Te confiesas con Jesús, el

sacerdote no es más que su

representante.

El sacerdote, no hace más

que «prestarle» al

Señor sus oídos, su voz y

sus gestos.

El sacerdote, no hace más

que «prestarle» al

Señor sus oídos, su voz y

sus gestos.

Porque en la confesión te reconcilias con la

Iglesia.

Porque en la confesión te reconcilias con la

Iglesia.

El pecado no sólo ofende a

Dios, sino también a la

comunidad de la Iglesia.

El pecado no sólo ofende a

Dios, sino también a la

comunidad de la Iglesia.

Tiene una dimensión

vertical (ofensa a Dios)

y otra horizontal (ofensa a los hermanos).

Tiene una dimensión

vertical (ofensa a Dios)

y otra horizontal (ofensa a los hermanos).

El perdón es algo que «se recibe». El perdón es algo que «se recibe».

Yo no soy el artífice del

perdón de mis pecados: es Dios

quien los perdona.

Yo no soy el artífice del

perdón de mis pecados: es Dios

quien los perdona.

Cuando se trata de sacramentos, hay que recibirlos de

quien corresponde: quien los puede

administrar válidamente.

Cuando se trata de sacramentos, hay que recibirlos de

quien corresponde: quien los puede

administrar válidamente.

Necesitamos vivir en estado de gracia. Necesitamos vivir en estado de gracia.

El pecado mortal destruye la vida de

la gracia.

El pecado mortal destruye la vida de

la gracia.

Y la recuperamos en la confesión. Y la recuperamos en la confesión.

Necesitamos dejar el mal que hemos hecho.

Necesitamos dejar el mal que hemos hecho.

El reconocimiento

de nuestros errores es

el primer paso de la

conversión.

El reconocimiento

de nuestros errores es

el primer paso de la

conversión.

Sólo quien reconoce que

obró mal y pide perdón, puede

cambiar.

Sólo quien reconoce que

obró mal y pide perdón, puede

cambiar.

La confesión es vital en la lucha para mejorar. La confesión es vital en la lucha para mejorar.

Una persona en estado de gracia

–esta es una experiencia

universal– evita el pecado.

Una persona en estado de gracia

–esta es una experiencia

universal– evita el pecado.

La misma persona en

pecado mortal tiende a pecar

más fácilmente.

La misma persona en

pecado mortal tiende a pecar

más fácilmente.

Necesitamos paz interior. Necesitamos paz interior.

Sólo quien reconoce su culpa está en condiciones

de liberarse de ella.

Sólo quien reconoce su culpa está en condiciones

de liberarse de ella.

Necesitamos aclararnos a nosotros mismos. Necesitamos aclararnos a nosotros mismos.

La confesión nos "obliga" a hacer un examen profundo de nuestra

conciencia.

La confesión nos "obliga" a hacer un examen profundo de nuestra

conciencia.

Todos necesitamos que nos escuchen. Todos necesitamos que nos escuchen.

El decir lo que nos pasa, es una primera liberación. El decir lo que nos pasa,

es una primera liberación.

Necesitamos una protección contra el

auto-engaño.

Necesitamos una protección contra el

auto-engaño. Cuando

tenemos que contar

los hechos a otra persona,

sin excusas, con sinceridad,

se nos caen todas las caretas.

Cuando tenemos que

contar los hechos

a otra persona, sin excusas,

con sinceridad, se nos caen

todas las caretas.

Y nos encontramos con nosotros

mismos, con la realidad que

somos.

Y nos encontramos con nosotros

mismos, con la realidad que

somos.

Todos necesitamos perspectiva. Todos necesitamos perspectiva.

Cuando "salimos" de nosotros por la sinceridad, ganamos la perspectiva necesaria para juzgarnos

con equidad.

Cuando "salimos" de nosotros por la sinceridad, ganamos la perspectiva necesaria para juzgarnos

con equidad.

Necesitamos objetividad. Necesitamos objetividad.

Y nadie es buen juez en causa propia. Y nadie es buen juez en causa propia.

Necesitamos saber que hemos sido perdonados. Necesitamos saber que hemos sido perdonados.

Cuando recibimos la absolución, sabemos que el sacramento ha sido administrado, y como todo sacramento recibe la eficacia de

Cristo.

Cuando recibimos la absolución, sabemos que el sacramento ha sido administrado, y como todo sacramento recibe la eficacia de

Cristo.

Tenemos derecho a que nos escuchen. Tenemos derecho a que nos escuchen.

La confesión personal más que una obligación es un

derecho.

La confesión personal más que una obligación es un

derecho. http://www.unav.es/capellania/fluvium/textos/lectura/lectura263.htmhttp://www.unav.es/capellania/fluvium/textos/lectura/lectura263.htm

Señor Mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser quien eres y porque te amo sobre

todas las cosas, a mí me pesa de todo corazón, haberte ofendido. Propongo

firmemente nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderte, confesarme,

y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

Señor Mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser quien eres y porque te amo sobre

todas las cosas, a mí me pesa de todo corazón, haberte ofendido. Propongo

firmemente nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderte, confesarme,

y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

Te ofrezco mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados;

y confío que por Tu bondad y misericordia infinitas me los perdonarás, por los

méritos de Tu Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me darás gracia, para

enmendarme y perseverar en Tu Santo Servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

Te ofrezco mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados;

y confío que por Tu bondad y misericordia infinitas me los perdonarás, por los

méritos de Tu Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me darás gracia, para

enmendarme y perseverar en Tu Santo Servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

 Te invito a conocer y difundir:

"Pequeñas Semillitas"

 http://peque-semillitas.blogspot.com/ 

"Juan Pablo II inolvidable"

http://juanpabloinolvidable.blogspot.com/

 

Felipe de UrcaUn pps de Yadira Mora

Alfaro