La sociedad feudal

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LA SOCIEDAD FEUDAL

En la sociedad medieval

había grupos privilegiados y

no privilegiados. Los primeros constituían una

minoría y correspondían a la

nobleza y al orden

eclesiástico.

La gran mayoría,

formada por

campesinos, carecía de

privilegios y estaba

sometida al poder de los

señores.

1. Clero

2. Nobleza

3. Campesinos.

Era una sociedad estamental, en la cual

se reconocían tres órdenes o

estamentos:

En esta sociedad, cada uno de los estamentos

poseía roles muy definidos:

“LOS QUE TRABAJAN”: LOS CAMPESINOS

Eran la mayor parte de

la población.

Dependían de la tierra

que le arrendaban los

señores nobles, al cual

debían realizar

diversos pagos:

generalmente

productos y

prestaciones de

trabajo.

Algunos campesinos tenían la categoría de siervos.

Poseían mayor dependencia del señor que los campesinos libres.

No podían abandonar la tierra, por ello se denominaban “siervos de la gleba”.

Para heredar y casarse debían tener la autorización del señor y pagarle.

La Iglesia los acogía a

través del párroco que los

bautizaba, los casaba, los

visitaba si estaban

enfermos y los consolaba

en sus pesares, dándoles

la esperanza de una mejor

vida después de la muerte.

“LOS QUE COMBATEN”: LOS NOBLES

Los nobles constituían

un grupo privilegiado.

Eran dueños de los

feudos, por lo que

también se le llama

nobleza feudal.

Además, eran

guerreros,

conformando la

caballería.

La guerra era la

actividad

fundamental de los

señores feudales.

La causa podía ser

la irrupción de

pueblos

invasores, la

ruptura de una

alianza con otro

señor feudal o la

codicia de nuevas

tierras.

“LOS QUE ORAN”: EL CLERO

Compuesto por el clero

secular y regular, era

un grupo privilegiado

por su gran valoración

social, así como por el

hecho de estar exento

de pagar impuestos y

contar con tribunales

especiales.

Además de su poder

espiritual, la Iglesia

Católica tenía

influencia en la vida

política y poder

económico, pues

recibía el diezmo y

poseía numerosas

tierras que se

incrementaban con las

donaciones.

Hubo obispos y

abades que

recibieron feudos y,

por tanto, se

convirtieron en

vasallos del rey o

de grandes nobles.

A causa de esto, se

presentaron

numerosas

irregularidades.

Además de las labores

pastorales, La Iglesia se

preocupó, además, de

promover la paz, a través

de la llamada Paz de

Dios o Tregua de Dios la

cual prohíbe la práctica

de cualquier tipo de acto

violento en cualquier

punto del territorio donde

se declara.