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LA URBANIZACIÓN Y EL SISTEMA SOCIOHÍDRICO COMPLEJO DE LAS
FUENTES EN CUERNAVACA, MORELOS
Cipriana Hernández Arce1
Sergio Vargas Velázquez2
Alejandra Peña García3
Resumen
Este trabajo busca entender desde la ecología política cómo las relaciones sociohídricas del
manejo del agua en el módulo Las Fuentes reflejan la vinculación que existe entre el
crecimiento urbano de Cuernavaca y su zona conurbada, con la vida productiva rural
subsistente.
Abstract
This paper seeks to understand –from a political ecology perspective– how the hidrosocial
relations of water management in the Las Fuentes module reflect the linkage that exists
between the urban growth of Cuernavaca and its suburbs, with the rural productive life that
still exists in this area.
1. Introducción
La ciudad de Cuernavaca está conformada por una zona conurbada con los municipios de
mayor crecimiento y concentración poblacional del Estado de Morelos: Cuernavaca,
Temixco, Emiliano Zapata y Jiutepec; municipios que en conjunto sumaban una población
de 796,094 habitantes en 2015, lo que representaba el 42% de la población total del Estado
de Morelos y más del 70% de la población que habita en la cuenca hidrológica del río
Apatlaco (Censo de Población y Vivienda, Encuesta Intercensal 2015, INEGI). Desde hace
25 años la Zona Conurbada de Cuernavaca (ZCC) ha experimentado un crecimiento
acelerado que absorbió ejidos, pueblos y sistemas de riego, urbanizando la cuenca a la que
pertenece hidrológicamente, y produciendo un gran desequilibrio estructural que se refleja
en la contaminación, el deterioro general de sus fuentes de agua y en relaciones sociohídricas
desiguales (Hernández, 2016).
En este trabajo nuestro interés se encuentra en la interface constituida mediante la
urbanización de zonas de riego contiguas a la ciudad, específicamente la parte alta del módulo
de riego Las Fuentes, del distrito de riego No. 16 Estado de Morelos, el cual se ha urbanizado
con base en fraccionamientos cerrados para población de altos y medianos ingresos,
conservando cultivos con agua residual y encapsulando terrenos agrícolas.
1 Investigadora independiente. cipri1970@hotmail.com 2 Universidad Autónoma del Estado de Morelos. sergio.vargasvme@uaem.edu.mx 3 Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, alejandra_pg@tlaloc.imta.mx
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El trabajo primero presenta cómo se entiende el sistema sociohídrico complejo desde la
ecología política, luego se presenta el diseño metodológico de la investigación, para después
documentar la evidencia empírica y dar resultados. Se discuten los hallazgos y se finaliza con
algunas conclusiones.
2. El sistema sociohídrico complejo desde el enfoque de la ecología política
La ecología política brinda una línea de pensamiento orientada a entender la compleja y
dinámica interacción que constituyen los sistemas hídricos, considerando cómo la sociedad
se vincula con el agua, a través de la mediación tecnológica, es decir, como una construcción
social en la que se destacan las relaciones de poder, dado que es a través de una determinada
organización social jerarquizada, con diversos niveles de complejidad, como se “accede” a l
agua (Forsyth, 2003).
En general, esta corriente de pensamiento surge como una crítica a la concepción “neutral”
y “aséptica” de las ciencias ambientales y la tecnológica, y sostiene que la producción de
conocimiento y de artefactos tecnológicos son actividades sociales. La idea central es
emancipar a la ciencia y la tecnología de su carácter natural y neutral, cuestionando su rol
privilegiado en la configuración de la sociedad, viéndolas como áreas de actividad social,
sujetas a fuerzas sociales.
En esta línea de pensamiento se encuentran un grupo amplio de enfoques caracterizados por
el uso de conceptos que integran lo social y lo físico/natural/técnico que han influido
considerablemente a esta aproximación respecto a la relación agua-sociedad: sistemas
sociotécnicos (Mollinga, 1998; Vincent, 2001), redes hidrosociales (Wester, 2008),
socionaturalezas (Swyngedouw, 2004), ciclos hidrosociales (Linton y Budds, 2014),
tecnonaturalezas (White, 2006), entre otros.
Estos enfoques estudian críticamente las relaciones sociohídricas configuradas en torno al
flujo y control del agua, los intereses y las relaciones de poder entre los actores involucrados,
y cómo estas interacciones resultan en determinados ordenamientos sociales y naturales
dinámicos (socio-naturales) en espacio y tiempo. La configuración de estas relaciones en
torno al agua no está limitada o enmarcada por delimitaciones biofísicas o políticas (cuenca,
sistema de riego, límites municipales), que, si bien cumplen un rol importante en su
concepción, no son determinantes para su configuración, y muchas veces terminan
atravesando muchos de estos niveles espaciales de organización.
A partir de este pensamiento se considera que, pasar de un paradigma en el que la ciudad era
lo opuesto de la naturaleza, a otro en donde la ciudad sirve como epicentro del uso y control
regional de los recursos naturales (especialmente del agua) es necesario explorar la forma en
que los procesos –social e hídrico- conforman un sistema complejo que, de acuerdo a la
definición de Rolando García, es un recorte de la realidad que se estudia desde diferentes
disciplinas bajo una misma mirada. Este sistema es abierto, porque se concibe bajo una idea
de interacción entre flujos o intercambios de materia, energía e información con el ambiente
a través de sus fronteras (García, 2004: pp. 19-27); pero a la vez cerrado debido a que tiene
límites en la intervención y transformación que producen los humanos o los grandes eventos
naturales.
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De esta manera se plantea como concepto central el “control de agua”, a partir del cual se
analizan los procesos al interior de los sistemas de riego y sus conexiones con el contexto
amplio en el cual están insertos: ciudades y su urbanización. De acuerdo a Mollinga (1998,
2014), el control de agua tiene tres dimensiones: 1) el control técnico que implica el manejo
físico de los flujos de agua por medio de infraestructuras; 2) el control organizacional que
regula el comportamiento humano; y 3) el control socio-político y económico que se vincula
con las formas de dominación más generales y otros procesos sociales. Las tres dimensiones
del control de agua, describen las características de un mismo fenómeno, por lo que cambios
en una dimensión resultan en cambios en las otras dos dimensiones, y todas están sujetadas
por las relaciones de poder, por lo que determinadas formas de organización y de
infraestructura hidráulica son la materialización de relaciones sociales de poder específicas,
y del otro lado, las relaciones sociales de poder en un sistema de riego son la expresión de
determinadas formas de organización y de infraestructura hidráulica específicos. En
consecuencia, el control de agua es definido como un ejemplo de uso de un recurso natural
políticamente disputado.
3. Metodología de trabajo
Para realizar el análisis se utilizó como referente metodológico el estudio de caso. El módulo
Las Fuentes se define como un sistema con un funcionamiento particular dentro de la cuenca
del Apatlaco y con un patrón de conducta específico, pero restringido a ciertos límites
(Tarrés, 2013). Dado que los estudios de casos no están limitados a una orientación de
investigación, es decir, pueden emplearse tanto metodologías cuantitativas como cualitativas,
en esta investigación se empleó la encuesta para la obtención de información
complementándola con información secundaria y, en algunos casos, con entrevistas y
recorridos de campo.
La encuesta utilizada fue intencionada se aplicó a 70 usuarios del módulo (25 de la zona alta,
11 de la media y 34 de la baja) y se diseñó y aplicó en 2014 con el objetivo de establecer un
panorama general de la relación de los habitantes de la zona de estudio con el agua, su
organización y funcionamiento. Los resultados se procesaron con el programa SPSS. La
asociación de variables se realizó aplicando la prueba Chi-cuadrado de Pearson resultando
con un nivel de significancia en los casos que se muestran menor a 0.05 lo que indica que
existe asociación entre variables.
La información obtenida ayudó a determinar los factores que favorecen la opinión de los
usuarios entorno al manejo del agua en la zona, algunas de las variables analizadas fueron:
la ubicación, la superficie sembrada (de acuerdo al tamaño de sus parcelas); y aspectos
relativos la urbanización, entre otras. La información se complementa con entrevistas a
ejidatarios y funcionarios. Así como con recorridos de campo. Las herramientas posibilitaron
la descripción de las zonas y permitieron establecer relaciones de asociación entre variables
nominales. En cada caso la información se categorizó y definió para los fines de este trabajo.
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4. El sistema sociohídrico complejo de la parte alta del módulo de riego Las Fuentes
en la ZCC
El módulo de riego Las Fuentes es uno de los tres módulos ubicados en la cuenca del río
Apatlaco del Distrito de Riego 016 Estado de Morelos, los otros dos son: Alto Apatlaco y
Agrosiglo XXI.
Este módulo opera a través de la representación de su asociación la Unión de Usuarios
Cuenca Las Fuentes (UUCLF). No se le reconocen obras de cabecera (presas), pero a decir
del presidente del ejido Emiliano Zapata existe una pequeña presa que no funciona y se tiene
el proyecto de rehabilitarla. Comprende una superficie de 4,265 hectáreas y un padrón de
2,609 usuarios según datos oficiales. El padrón de usuarios no ha sido actualizado por lo
menos desde hace 30 años, de acuerdo con el presidente ejidal de Tlacholoaya, y puede variar
en la práctica operativa del módulo, lo mismo que el volumen concesionado, que oficialmente
es de 67 millones de metros cúbicos anualmente4.
Figura 1. Módulo Las Fuentes y zonas que lo conforman
Fuente: Elaboración propia.
4 Datos proporcionados en entrevista con el Jefe del DR016.
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El módulo se conforma por 17 ejidos que son abastecidos de agua para riego, a través de
canales a cielo abierto y tuberías, provenientes de los manantiales: Chapultepec, Cuahuchiles,
Las Fuentes, Palo Escrito, La Ciénega, San Ramón, Salado Santa Rosa; y de los ríos Dulce
y Palo Escrito (barranca Tlahuapan). Cada ejido se organiza a través de un presidente,
secretario y tesorero.
La distribución de agua de los ejidos pasa de norte a sur por el territorio de los municipios de
Jiutepec, Emiliano Zapata, Xochitepec y Tlaltizapán. El control y manejo del agua de la
mayoría de los manantiales está a cargo de los ejidatarios del módulo con algunas
excepciones (figura 1).
Líderes de los usuarios de este módulo han sido voceros del rescate del río Apatlaco desde
1990, forman parte de la Comisión de Cuenca del Río Aptlaco (CCRA) conformada en el
2008 para su rescate y se coordinan con los otros dos módulos de riego de la región: Alto
Apatlaco y Agrosiglo XXI, para acuerdos.
El módulo fue trasferido a los usuarios en la década de los noventa y trabaja a través de su
asociación, ha mantenido su actividad agrícola, pese a ser receptor del agua contaminada que
se genera en la ZCC, y de considerarse por autoridades federales y estatales como uno de los
puntos más críticos de contaminación de agua del río Apatlaco desde entonces (Hernández,
2016).
El sistema sociohídrico complejo de Las Fuentes se ha subdividido en tres zonas: alta, media
y baja para facilitar su análisis y comprensión. En este trabajo sólo se abordará la zona alta,
de la que se describirá y caracterizará el “control técnico y organizativo del agua”.
4.1 Zona Alta. Chapultepec-Las Fuentes-Cuauchiles
Esta zona comprende 7 ejidos del módulo: Tejalpa, Jiutepec, Progreso, Chapultepec,
Acapantzingo, Atlacomulco y San Gaspar, y se ubica dentro de los municipios de Cuernavaca
y Jiutepec; sus principales fuentes de abastecimiento son los manantiales: Chapultepec, Las
Fuentes y Cuauchiles (figura 2).
El control del agua de los manantiales Las Fuentes y Cuauchiles se encuentra a cargo de los
ejidatarios, mientras que el manantial Chapultepec es manejado por el gobierno estatal. Esta
zona es la más urbanizada de todo el módulo de riego. Su superficie regable representa el 42
por ciento de toda la superficie del módulo5. Sus fuentes de abastecimiento se ubican en
Cuernavaca, capital del estado, y en el municipio de Jiutepec (que es como ya se dijo el más
densamente poblado de todo el estado)6. Dentro de este municipio se localiza además el
parque industrial CIVAC, el más grande de Morelos, con alrededor de 150 empresas,
principalmente farmacéuticas, de alimentos y una planta armadora de autos. En esta zona
5 Dato calculado de acuerdo a la superficie de las parcelas de riego del módulo obtenidas de la base georeferenciada, proporcionada por la jefatura del DR016 (año de actualización de la información1992). 6 La densidad de población es de alrededor de 3,581 personas por kilómetro cuadrado. Este cálculo es con base a información
del Marco Geoestadístico Municipal (superficies municipales) y datos de población del Censo de Población y Vivienda 2010 del INEGI.
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domina el cultivo de plantas de ornamento y algunos invernaderos que siembran jitomate u
otras hortalizas.
Figura 2. Esquema de distribución y usos de agua por manantial: Zona Alta
Fuente: Elaboración propia.
El agua en la parte alta del módulo se distribuye a través de tubería para evitar la
contaminación por descargas domésticas, principalmente, y del rastro ubicado en la cercanía
(comentarios de entrevistas). La distribución del agua comienza en el manantial Chapultepec,
uno de los más importantes de esta zona. De él existe una derivación directa hacia la colonia
Las Granjas para abastecer al balneario La Cascada; a partir de aquí la distribución del agua
se lleva a cabo a través de tuberías. La conducción del agua a los ejidos de Tejalpa y Jiutepec
por tuberías es reciente. En el caso de Tejalpa, su colocación tiene aproximadamente 10 años,
y actualmente se encuentra en funcionamiento, pero para su construcción los ejidatarios se
endeudaron, por lo que venden el agua a pipas para solventar los gastos (entrevista presidente
ejidal de Tejalpa). La colocación de la tubería para Jiutepec fue motivo de un conflicto con
el ejido de Atlacomulco y una promesa de campaña incumplida, por parte del gobernador
Marco Adame Castillo.
La urbanización de la zona hace difícil visualizar el entramado de canales y apantles, ya que
atraviesan casas y fraccionamientos. No obstante, se sabe que estos canales y apantles son
utilizados para desalojar también las aguas residuales de casas, comercios y
fraccionamientos. Las barrancas y algunos canales permanecen a cielo abierto, pese a su
contaminación.
Manantial Chapultepec
Manantial Cuauchiles
Manantial Las Fuentes
Ejido Progreso
Público urbano
Ejido Acapantzingo
Ejido Atlacomulco
Balneario “La Cascada”
Ejido Tejalpa
Ejido Jiutepec
Ejido Chapultepec
Zonas residenciales
Estación Hidroeléctrica
Balneario “Las
Fuentes”
Ejido Emiliano Zapata
Ejido San Gaspar
Público urbano
Pipas
Pipas
Pipas
ECCACIV PTARLa Gachupina
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El manantial Las Fuentes, que es el segundo más importante de esta zona, tiene una
construcción de compuertas y canales que desembocan aguas abajo, alimentando los ejidos
de Jiutepec, San Gaspar (o Cliserio Alanis) y Emiliano Zapata. A partir de este punto, la
distribución del agua se hace a través de canales de tierra a cielo abierto. El canal principal
que nace en este lugar va a desembocar al río Yautepec en el oriente del estado.
El presidente ejidal de Jiutepec comenta que “se vende el agua que está dentro de la dotación,
ya que, a menos tierras, queda agua, para que no se pierda. Los beneficios de la venta son
para los ejidatarios y el balneario también. El agua es un bien nacional y el ejido es parte del
gobierno”, señala. Entre los proyectos que tienen como organización, está el continuar con
el entubamiento en las zonas donde reciben aguas contaminadas de barrancas y canales, y
convertir al manantial Las Fuentes en una reserva ecológica.
El manantial Cuauchiles, por su parte, se encuentra ubicado en la colonia del mismo nombre,
en medio de casas habitacionales. Se encuentra rodeado de malla para evitar el robo de la
infraestructura (tubos, compuertas, válvulas), y es custodiado por el comisariado ejidal de
Progreso. Este manantial es la única fuente de abastecimiento del ejido de Progreso. Hace
diez o quince años se gestionó y entubó, desde su nacimiento hasta las parcelas de riego, a
fin de evitar la contaminación. El presidente del ejido de Progreso, aseguró que el proyecto
fue financiado por el gobierno del estado, y que ellos sólo contribuyeron con su mano de
obra. En este lugar no se vende el agua porque la dotación apenas les alcanza para el poco
riego que realizan.
En cuanto al tratamiento, aquí se encuentran dos plantas de tratamiento de aguas residuales
(PTAR) importantes. La primera, ECCACIV7, es la única planta tratadora industrial de su
tipo en Morelos, con una capacidad de 210 litros por segundo. Recibe las aguas residuales
provenientes de CIVAC, y parte del agua residual de origen doméstico de Jiutepec. La
segunda es la planta de tratamiento “La Gachupina” que fue puesta en operación en 2009,
pero se mantuvo sin funcionar por varios años, debido a los altos costos de energía eléctrica,
reanudando su operación en abril de 20158. Recibe entre un 30 y 40 por ciento de las aguas
residuales del centro de Jiutepec; es una PTAR de lodos activados y tiene una capacidad de
240 litros por segundo, pero trabaja al 55 por ciento de su capacidad (CONAGUA, 2013).
5. Resultados
Con los datos obtenidos de la encuesta, se llevó a cabo un análisis asociativo considerando
la ubicación de los encuestados con otro tipo de variables relacionadas al manejo del agua en
el módulo como son: la superficie de riego utilizada, la actividad productiva, los cambios que
ha tenido el agua en los últimos años, entre otras. Es decir, estos resultados corresponden a
la asociación de la variable ubicación de los usuarios dentro del módulo, con variables que
pueden ayudar a explicar las complejidades del sistema sociohídrico. Como se mencionó
desde un inicio los resultados tienen validez estadística de asociación.
7Esta planta entra en operaciones en 1979 con un proceso biológico de tratamiento, y en 1993 se instaló un sistema de torres
biológicas/Krofta(PROCIVAC, 2016). 8 Datos del comunicado de prensa del Gobierno municipal de Jiutepec del 19 de abril de 2015.
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La primera asociación es la ubicación de los usuarios en el módulo con la superficie de riego
utilizada. La muestra indica que más de la mitad de los agricultores siembran en menos de
una hectárea, lo que influye en la cantidad de agua requerida y hasta la calidad de la misma.
Cuadro 1. Relación de la superficie de riego utilizada con la ubicación de los usuarios
Zona Superficie para riego utilizada
Total Menos de 1 Ha
Más de 1 Ha
Alta 22.5% 12.7% 35.2%
Baja 11.3% 4.2% 15.5% Media 18.3% 31.0% 49.3%
Total 52.1% 47.9% 100.0% Fuente: Elaboración propia.
La segunda asociación es la actividad productiva a la que se destina el uso del agua. Los
resultados muestran que poco más del 75% de los agricultores entrevistados utilizan el agua
para la actividad agrícola: siembra de maíz y caña, entre otros cultivos. La zona alta sobresale
por su bajo porcentaje en uso agrícola, resaltado la utilización de agua para plantas de
ornamento u otras actividades, como el llenado de pipas y balnearios.
Cuadro 2. Relación de la actividad productiva utilizada con la ubicación de los usuarios
Zonas Actividad principal del uso de agua
Total Agrícola Ornamentales Otras
Alta 13.7% 15.1% 6.8% 35.6%
Baja 15.1% 0.0% 0.0% 15.1%
Media 46.6% 1.4% 1.4% 49.3%
Total 75.3% 16.4% 8.2% 100.0%
Fuente: Elaboración propia.
Otra asociación importante es en relación a los cambios que se han registrado en la zona de
riego en los últimos años. En este sentido, el cambio más importante ha sido en el uso y las
características del agua; es decir, en el módulo se identifica cómo principal cambio la
disminución del volumen de agua que se tiene para regar y, en segundo lugar, la
contaminación del agua. No obstante, la zona alta es la excepción.
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Cuadro 3. Relación del cambio en los últimos años con el agua y la ubicación de los
usuarios
Zona
En los últimos 20 años cómo ha cambiado el uso y características del agua
Total
Mayor contaminación
Disminución del volumen
Cambio en la infraestructura (canal-tubería)
Aumento en el
volumen
Alta 0.0% 5.7% 25.7% 2.9% 34.3%
Baja 8.6% 14.3% 0.0% 0.0% 22.9%
Media 25.7% 17.1% 0.0% 0.0% 42.9%
Total 34.3% 37.1% 25.7% 2.9% 100.0% Fuente: Elaboración propia.
Por último, la opinión de los agricultores sobre el trabajo que desempeña la Asociación de
Usuarios para ellos que en general parece indicar que es regular (47%), existiendo
nuevamente una excepción en lo que respecta a los usuarios de la zona alta del módulo en la
que se indica en su mayoría que esta asociación es buena.
Cuadro 4. Relación de la opinión de la AU y la ubicación de los usuarios
Zona Asociación de usuarios
Total Mala Regular Buena
Alta 0.0% 15.7% 21.6% 37.3%
Baja 7.8% 7.8% 0.0% 15.7% Media 17.6% 23.5% 5.9% 47.1%
Total 25.5% 47.1% 27.5% 100.0% Fuente: Elaboración propia.
6. Discusión
En el trabajo de campo resulta claro un proceso de expansión urbana sobre áreas de regiego,
en las que se percibe un cambio de estrategias productivas –de la producción de cultivos
tradicionales de la región como arroz y caña de azúcar- ahora tenemos un giro hacia los
cultivos ornamentales (zona alta). Los agricultores se ajustan a variación en la disponibilidad
de agua, lo que los lleva a cambiar sus orientaciones productivas antes que realizar acciones
colectivas por el agua, orientadas a redistribuir el agua. Su problema principal ha sido la
calidad, pero, de acuerdo a entrevistas e información de campo, su principal preocupación es
la cantidad. Sin embargo, no han logrado pasar a una subjetivación política que defina
responsables y exija la acción pública efectiva más que en el contexto de la prohibición de
las hortalizas por efectos de contaminación y de la epidemia de cólera a principios de la
década de 1990. El sistema de dominación sobre los regantes se presenta entonces a través
de las relaciones económicas que los reorienta a cambio de cultivos y eventualmente la venta
de terrenos para la urbanización, y por el otro, una estructura política corporativa que
funciona como doble flujo. Les ha permitido expresarse en un momento crítico, pero los
mismos representantes se han incorporado al juego político local, sin que esto implique un
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proceso de subjetivación política contestatario, sino más bien un ciclo de búsqueda de
autonomía como regantes y de subalternidad ante contexto más complejo y dificultades para
lograr acciones colectivas coherentes.
6.1 Cómo se ejerce el control técnico de los flujos de agua
Formalmente es la Conagua, a través de Organismo de Cuenca del Río Balsas y en particular
la Jefatura de Distrito, quien define a través del plan de riegos, la inversión pública en el
sistema y la operación de sólo un número reducido de infraestructuras, la cantidad de agua y
el número de riegos por sección. Esto es formalmente ya que en el sistema prevalecen varios
manantiales y fuentes de abastecimiento relativamente independientes, por lo que el flujo de
agua es continuo, naturalmente con sus variaciones estacionales, teniendo por lo tanto una
demanda libre de agua. A diferencia de los sistemas de riego del Bajío o del norte del país,
aquí no existe una infraestructura mayor que controlar, por lo que ejercicio de autoridad de
cuánta agua toca a cada sección corresponde a la organización local.
Asimismo, la toma de agua a lo largo del sistema es con base en la organización local,
generalmente un comité y responsables por toma, estos generalmente coinciden con la
división de ejidos, por lo que el manejo del agua persiste en cuanto al control local, por laxo
que sea, bajo un arreglo comunitario-ejidal.
El proceso de urbanización de la cuenca se presenta como una dinámica difusa a la
organización de los agricultores, ya que las decisiones de muchos de ellos para la venta de
terrenos, no pasa por la organización del riego, y en todo caso se ha dado de forma progresiva
pero constante. Esto afecta de forma también progresiva el funcionamiento de los canales,
por lo cual van perdiendo operatividad secciones de riego, como ocurre en canales cerca de
vías de paso, donde se les entuba, o se les instalan descargas, generalmente clandestinas.
6.2 Cómo las organizaciones de usuarios de agua regulan el uso
Entre las mismas organizaciones de regantes se ha mantenido prácticas institucionalizadas
de manejo de compuertas, tiempos de riego y sanciones. Lo que no han podido sostener es
una organización integrada de todo el módulo, ya que pesa aquí las formas de representación
corporativa en donde la presidencia del módulo ha correspondido a individuos que se destaca
por su incorporación al juego político local, su vinculación con partidos políticos y, en gran
medida su diferenciación del resto de agricultores. Sin embargo, uno de los puntos centrales
son los pequeños conflictos cotidianos que tratan de solventar a partir de pequeñas acciones
colectivas de impugnación a los cortes de agua, la existencia de descargas urbanas en los
canales a lo largo de la trayectoria de los principales canales, así como conflictos puntuales
en lo que han tenido que actuar colectivamente, como fue el entubamiento de las descargas
de CIVAC y la construcción de plantas de tratamiento, y posteriormente en los 1990, la lucha
contra la prohibición de hortalizas y su posterior adaptación hasta su relativa resolución en
el uso de aguas mezcladas –provenientes de planta de tratamiento con la de distintas fuentes
de abastecimiento-, sin que se resuelva definitivamente la calidad, entrando en una etapa de
subalterinización del movimiento de agricultores organizado.
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6.3 Cómo se ejerce el control socio-político y económico sobre los regantes
Los procesos sociopolíticos de las últimas dos décadas reflejan la vinculación entre el espacio
urbano que se expande y el entorno periurbano y rural que sostiene de diversas maneras a
Cuernavaca. Entre 1989-1995 emerge a la luz pública el problema de contaminación del agua
en la cuenca del río Apatlaco, a través de un proceso de construcción social exitoso, con
repercusiones económicas y productivas a través de la aplicación de una normatividad para
la prevención de enfermedades ante el cólera desde lo gubernamental, el cual prohíbe la
siembra de hortalizas en Morelos. La contestación se distingue por varias movilizaciones que
tienen amplia participación social y apoyo, las cuales llevan a negociaciones entre los
sectores y actores involucrados. Surgen organizaciones como el Movimiento Ciudadano en
Defensa del Medio Ambiente, Mocedma que ofrece intermediación y dialogo, que dan cauce
a soluciones y finalmente el proceso se institucionaliza por medio de la organización del
“Programa Salvemos al río Apatlaco”.
Posteriormente en el 2002, las movilizaciones sociales parecen perder fuerza ante el
problema y la opinión pública se ve captada por mecanismos institucionales como los comités
técnicos de cuenca, que se utilizan para dirigir recursos a proyectos productivos canalizando
de esta manera las disputas. Un punto importante que hay que destacar aquí es que estas
iniciativas no provienen de las autoridades del agua, como la Comisión Nacional del Agua
(Conagua) o la Comisión Estatal del agua (CEA), sino del sector productivo y social. Las
acciones colectivas se han ido conformando a partir de la inclusión de los intereses
organizados, grupos de poder al interior de los agricultores, dentro de un esquema de
incorporación política, sea a partidos como a nivel de gobierno local, cámara de diputados
local y federal, al tiempo que nuevas propuestas les permiten sostener el riego con agua
mezcladas de la planta de tratamiento, con variaciones importantes de una parte a otra del
módulo. El sistema de dominación es evidentemente multidimensional y diversificado, al
actuar sobre distintos aspectos de la acción y subjetividad de los agricultores
Conclusiones
En la ecología política del agua en contextos urbanos confluye la significación política del
agua respecto a su uso o como condición de existencia de los seres humanos y la
biodiversidad. Uno de los puntos centrales ha sido el estudio de cómo la distribución de agua
ha sido moldeada por las relaciones de poder y un análisis de cómo el agua misma forma esas
relaciones. A medida que el agua llega a encarnar y expresar las relaciones sociales, resulta
crucial para la producción y reproducción de las formas de dominación y poder en el mundo.
La expansión urbana de Cuernavaca se dio sobre ejidos y comunidades, las cuales en algunos
casos cedieron sin mayor resistencia, en otros se han conservado parte de sus actividades
económicas con base en la adaptación del espacio al nuevo contexto. De esta manera
encontramos un entreverado de campo/ciudad en el cual fluyen relaciones de poder y
dominación en torno al agua. El corte entre agua urbana y agua para uso rural resulta artificial,
en tanto la dinámica hidrológica en esta cuenca está enmarcada por las relaciones entre ambos
extremos de un mismo sistema sociohídrico.
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La cuenca del río Apatlaco es ahora una cuenca urbanizada, el proceso de expansión de
construcciones sobre el área de riego lo ha reducido considerablemente, estableciendo
puntualmente procesos de cambio de uso de agua en la forma de externalidades negativas
para los agricultores, al expandirse las extracciones de agua potable –vía pozos que afectan
el volumen de manantiales y resurgencias que utilizan los agricultores- para los nuevos
fraccionamientos y colonias populares, fragmentar las áreas de riego e inducir cambios en el
patrón de cultivos, reducirse los volúmenes disponibles para cultivo. La gestión de varias
secciones que han sido engullidas por la ciudad es realizada ya con la expectativa de la
presión inmobiliaria, como ocurre con las zonas de riego con agua del Manantial de
Chapultepec, del Ejido de Tejalpa, unas 124 hectáreas rodeadas ya de casas. La agricultura
aquí se convierte en una actividad de resistencia. Una de las estrategias una vez ya perdido
una superficie considerable para cultivos, es conservar el título de concesión de agua y seguir
obteniendo algún recurso económico a través de la venta de agua en pipas, o bien de cobro
de cuota de agua a las zonas por donde pasan los canales, como ocurre en el hotel de Sumiya.
Referencias
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