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Querétaro, Qro., 11 de abril del 2011
LIC. ARACELI VEGA AVILA
JUEZ PRIMERO DE PRIMERA INSTANCIA
PENAL, PRIMER DISTRITO JUDICIAL DEL
ESTADO DE QUERÉTARO
Por este conducto me permito dar cumplimiento a la comisión ordenada por el C. Mtro.
Jaime Eleazar Rivas Medina, Director de la Facultad de Psicología de la Universidad
Autónoma de Querétaro, en atención a la solicitud de la titular del Juzgado Primero de
primera instancia penal, Primer distrito judicial del Estado, LIC. ARACELI VEGA AVILA.
Rendimos el informe correspondiente al peritaje psicológico practicado a Acela Lozano
Jiménez, en auxilio de la administración de la justicia, cumpliendo con lo ordenado por la
C. Juez 1º. De 1ª. Instancia penal Lic. Araceli Vega Ávila, en el oficio número 822, con
fecha del 25 de febrero del 2011.
El presente peritaje se lleva a cabo dentro de las instalaciones del Centro Preventivo de
Ejecuciones de Sanciones Penales Femenil en el Estado de Querétaro.
FICHA DE IDENTIFICACIÓN
Nombre Acela Lozano Jiménez
Fecha de nacimiento 25 noviembre del 1965
Edad 45
Religión Católica
Estado Civil Unión libre, una hija (8 años)
Escolaridad Secundaria
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Ocupación Ama de casa
Dirección anterior Cerrada de Moscú #226, Fracc.
Tejeda, Corregidora, Qro.
Dirección Actual Centro preventivo de ejecuciones de
sanciones penales femenil del Estado
de Querétaro, Sn José el Alto, Qro.
Qro.
Lugar de origen. San Miguel El Alto, Jalisco.
Nombre del Perito Mtro. Hugo Pedroza Falcón
Cédula Prof. 5067497
Fecha de inicio de aplicación 4 de marzo 2011
Fecha de Entrega 11 abril 2011
OBSERVACIONES
Acela es una mujer de estatura media, complexión robusta, cabello corto teñido en rubio,
ojos grisáceos, test blanca. A las entrevistas se presentaba limpia, pero sin arreglo
personal, con uñas largas y bien cuidadas. Ubicada en espacio (sabe que se encuentra
privada de su libertad) y parcialmente en tiempo, sabe que día de la semana es y el mes,
pero ignora la fecha exacta. En todo momento se mostró cooperadora y accesible en el
desarrollo de las entrevistas y aplicación de pruebas, su lenguaje es fluido y se mostró
muy atenta a las preguntas que se le hacían, aunque sus respuestas eran muy
reiterativas y parecían ya pre-elaboradas, su actitud ante la ejecución de las pruebas
psicológicas al inicio fue resistente a las mismas, pero terminaba accediendo y realizaba
su mejor esfuerzo.
Durante todo el tiempo que duro el proceso de evaluación psicológica no se observaron
evidencias de alucinaciones o cambios bruscos de conducta.
Su actitud ante el aplicador era de sumisión, sin embargo cuidaba bien sus expresiones y
reacciones, se mostraba suspicaz y se reservaba en sus reacciones emocionales,
esperando siempre la aprobación del el aplicador.
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Las entrevistas y aplicación de pruebas tuvieron una duración de 16 horas en total.
MOTIVO DE DIAGNÓSTICO
Según las palabras de Acela: “Ya habían revisado el expediente, que ya se habían
informado y que respecto a eso venía, me van a hacer preguntas”.
El presente estudio psicológico es realizado a petición de la Lic. Araceli Vega Ávila, titular
del Juzgado Primero de primera instancia penal, Primer distrito judicial del Estado.
TÉCNICAS Y PRUEBAS APLICADAS
3 entrevistas realizadas los días 4, 11 y 18 de marzo del año en curso.
Test de Matrices Progresivas, escala general de Raven.
Inventario Multifásico de la Personalidad Minnesotta-2.
Test Gestáltico Visomotor de Lauretta Bender.
Test de Apercepción Temática de Henrry Murray.
Test de la Figura Humana de Karen Machover.
Test de las Relaciones Objetales.
HISTORIA CLÍNICA.
Acela Lozano Jiménez es una persona de 45 años de edad, originaria de San Miguel el
Alto, Jalisco. Ella es la cuarta de una familia de nueve hermanos, su padre y su madre. Su
papá, el señor Joaquín Lozano de la Torre falleció hace 4 años, sufría de alcoholismo y
padecía una “enfermedad de los nervios” heredada de su mamá (la señora Victoria),
según dice Acela. La señora Teresa Jiménez de 74 años de edad es la madre de Acela;
actualmente vive en San Miguel el Alto, Jalisco y se dedica a las labores del hogar, se
sabe que es una señora tranquila quien en todo momento está al pendiente de sus hijos y
los ayuda en todo lo que pueda. Celia Olivia es la mayor de los hermanos, cuenta con 50
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años de edad y vive actualmente en Toluca, tiene dos hijos, en este momento está
tratándose con un médico porque “se pone nerviosa”. Ella y su marido son quienes
frecuentan más a la señora Acela, sin embargo hace ya 2 meses que no recibe visita
alguna. Teresita es la segunda hermana tiene 48 años de edad, padece retraso mental.
Otra de sus hermanas es Estela de 46 años de edad, quien estuvo casada y tuvo dos
hijos, que actualmente viven con su ex marido; Acela comenta que “se enfermó de la
mente”, “no soportó la situación”. El siguiente es Jorge de 43 años de edad, quien trabaja
actualmente en una empresa en donde se produce calcetín, está casado y tiene 3 hijos,
Acela comenta que también “es nervioso”; ya que se desespera mucho. Otro de sus
hermanos, César, tiene 40 años de edad aproximadamente, se fue a los 17 años a E.U.A,
vive actualmente en Los Ángeles, trabaja en un restaurante coreano, vive en unión libre y
tiene un hijo, él no es “nervioso”. Oscar de 38 años de edad también vive en E.U.A., vive
en unión libre y tiene un hijo, según dice Acela también “padece de los nervios” ya que se
enoja y se altera muy fácilmente. Sigue Héctor Javier quien cuenta con 36 años de edad,
se dedica a la carpintería, gusta por tomar alcohol, “él no golpea como mi papá solo se
enoja”. Y el último de los integrantes de la familia es Joaquín Homero, quien a decir de
Acela “también” padece de los “nervios”, ya que “lleva” perdido 3 años desde que tenía 30
de edad, lo único que se conoce de él es que duerme en el campanario de la iglesia del
pueblo, esto por comentarios de una conocida de su mamá. Acela dice que la relación con
sus hermanos es buena aunque no muy frecuente, ya que tienen muy poca comunicación,
sin embargo siente agrado al recordar a su familia “que bonito se siente tener tantos
hermanos, extraño vivir con mi mamá y varios hermanos”.
La señora Acela recuerda su infancia como una etapa de muchas carencias y de
sufrimiento, por la adicción del papá al alcohol y por la escasez económica en la que
vivían.
Su educación la comenzó a la edad de 6 años en el Colegio María Isabel Martínez, donde
salió con una promedio de 9.0; a los 15 años entró a la secundaria, ya que espero 3 años
para continuar con sus estudios, en la secundaria logró aprender en forma el oficio de
secretaria, lo que le dio la oportunidad de empezar a trabajar en Loma Textil S.A de C.V,
empresa dedicada a la confección de calcetines, ahí tuvo una vida laboral de los 20 a los
28 años. Salió de la empresa porque le gustó la vida en el D.F. ya que iba a visitar a su
hermana que se había casado. Al llegar al D.F se dedicaba a ayudarle a su hermana a
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cuidar a sus hijos, pero después de un tiempo entró a trabajar a un revelado de Kodak
donde duró dos años.
Cuando ella tenía 20 años, en una visita a su hermana en el D.F. conoció a Héctor Raúl,
quien a partir de entonces, la iba a visitar a Jalisco; cuando tenía 28 años Acela, que ya
vivía en México, la empezó a invitar a salir como amigos, pero con el tiempo se hizo una
relación más fuerte, “ya era una relación de pareja, era ya como unión libre, vivía con mi
hermana aún, pero ella no sabía que tenía relaciones con él... A los treinta años me pidió
que nos casáramos, pero no se pudo. Vivimos juntos tres meses en la casa de su mamá,
después nos fuimos a vivir a la casa de junto, ahí estuvimos viviendo alrededor de 10
años desde que tenía 30 años de edad, luego nos venimos aquí a Querétaro, estuvimos
más de un año y el se quiso separar, había una niña, él quería quedarse con ella…
Se me hacía muy triste romperle la familia, se me hacía muy triste, pero ya no le gustaba
a él vivir aquí en Querétaro, por eso está vendiendo la casa, la casa está anunciada hasta
por internet. Al vender la casa nos iríamos a vivir al D.F, yo me iría a vivir a la casa de mi
hermana en el D.F.”
La entrevistada comenta que su esposo estaba anteriormente casado con la señora
Clementina con la que procreo dos hijas Nidia e Ileana, y con quien terminó su relación
por “falta de comunicación”.
Durante la entrevista inicial, que nos permitió recabar todo lo referente a su historia
clínica, y a pregunta expresa acerca de si tenía hijos contestó: “No tengo... Bueno, tuve
una… tenía 8 años, Frania Andrea Ramírez Lozano. Única hija. Estudió hasta 3° de
primaria. La niña murió hace 2 años”...
Ante el silencio se le preguntó: ¿Conoce las causas?
A lo que contestó: “No sé cómo murió. El caso es que un día se fue mi Esposo al D.F a
ver a su familia y estábamos mi hija y yo. Siempre que se iba íbamos a comer a un
Restaurant, al “Pollo Feliz”, ahí estuvimos hasta muy noche. Llegamos a la casa y le
preparé la cena. Comió nuggets de los que le sobró del “Pollo Feliz". Y ya nos fuimos a
dormir, al día siguiente le preparé la tina. Subí el gas, lo dejé en el piso de la recámara. Lo
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subí a la repisa, la niña lo vio, forcejeamos y se disparó. Le cayó el gas en la cara y rápido
le lave su cara. Le dije que sí se quería bañar. Me bajé a hacer el aseo de la casa. Subí a
ver a la niña para ver si se le ofrecía algo. La vi flotando en el agua, no sé porqué pasó.
Empecé a llorar no sé que le pasó…”. El llanto Interrumpe su relato.
Al preguntarle cómo era su relación con la niña, contestó: “Nos llevábamos bien era muy
alegre la niña. Siempre estaba contenta. Cuando la encontré flotando me llego la
desesperación, no lo podría creer. La saque, la puse en la cama, estaba esperando que
sacara el agua. Me puse nerviosa porque la vi que no respiraba estaba creyendo que ya
no estaba con vida. Le puse ropa para que estuviera con ropa. No podía dejarla así
desnuda...”. No puede continuar con el relato, debido al llanto.
¿Por qué llora?
-“Porque siempre la recuerdo. No sé cómo paso.
¿Se arrepiente? “Sí…”
¿Cómo de qué?
– “De lo que pasó- No sé cómo pasó por ese motivo me quiero suicidar me quiero morir.
Cada día que pasa digo me quiero suicidar, no quiero vivir. Me la paso llorando. Siempre
trataba que fuera Feliz. Fui muy sobreprotectora, me duele que haya muerto. La extraño
mucho”.
¿Qué extraña?
-“Extraño su presencia era muy alegre. Era muy linda muy buena niña. Era muy madura,
todo lo entendía.
Sin embargo en la tercera entrevista al retomar nuevamente este tema ella comenta:
-“Todos los días llevamos a la niña a la escuela mi esposo y yo. Un día antes la llevamos
los dos. El jueves se fue a las 10:30 al D.F, yo me fui a la casa esperando ir por la niña, a
la 1:30 salió”.
En tanto esperaba la hora de salida de la escuela ¿Qué hizo en su casa todo ese
tiempo?
- “Me dormí”
¿Se durmió?
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-“Sí… No hice quehacer, me acosté un rato. Me puse hacer un poquito de la
comida... ¡Ah! No, no hice comida…” Esta última declaración la hace sorprendida de sí
misma, en tono elevado.
Continúa el relato:
-“El jueves fuimos a comer a un restaurante de Zaragoza”.
¿Que comieron?
-“La niña milanesa y yo tacos dorados”.
A lo que le pregunto: Entonces ¿Cuándo fueron al Pollo Feliz?
-“No espéreme… El jueves fuimos al “pollo feliz”. Antes me fui un rato acostarme, fui por
la niña; ella está en la Escuela Justo Sierra. Fuimos al “pollo feliz” de Zaragoza. El jueves
nos estuvimos toda la tarde ahí hasta que se obscureció, a ella le gustaba estar ahí
porque había juegos...”
¿Cuánto tiempo estuvieron ahí?
-“De 2 a 7 estuvimos ahí…”
¿Estuvo cinco horas ahí?
-“Viendo a la niña que jugaba y como había tele… yo estuve viendo la televisión. Mientras
estuviera feliz. A las 7 regresamos a las casa, volvimos a salir a la tienda para comparar
cosas, papas chocolates y refresco.
¿Y no tenía tarea de la escuela?
-“No hizo la tarea… Estuvimos viendo tele hasta las 11. Me dijo mi esposo que la niña no
la llevara a la escuela. No fue a la escuela, como a las 9 le di cereal y le pregunté si
quería bañarse… llené la tina de agua, la tina que estaba en el cuarto de nosotros. Llene
la tina... Se metió a la tina estaba contenta bañándose en el agua, a ella le gustaba
quedarse una hora y media. Como a las 10:30 la vi flotando… Al verla empecé a llorar.
Estaba angustiada no sabía qué hacer... Y al sacarla me di cuenta que no mueve las
piernas, me entró la desesperación, ya no sabía qué hacer. Estaba asustada, no podía
creer lo que estaba viendo…”. Continúa llorando.
¿Por qué llora?
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-“Me duele recordar que… lo que pasó, es un dolor muy grande y nunca lo voy a superar.
La niña siempre era primer lugar en todo…”.
¿Por qué no pidió ayuda para que las auxiliaran?
- Me turbe, no pensé, era temprano como a las diez…”
¿Qué hizo después?
-“Salí de la casa, quería caminar, tomar aire. La ropa mojada la tiré por el pueblo de Santa
Rosa. Tome un taxi me bajé en la carretera cerca del pueblo...”
“Regresé a la casa, le dije al taxista que me esperara, no estaba muy convencida que a la
niña le hubiera pasado, entré y me convencí más de que estaba muerta. Le sentí su piel
pegada”.
Relata también que cuando él quería separarse, se firmó un convenio para que su esposo
se quedara con la niña. “Él tenía el dinero para sacarla adelante y yo no tenía estudios
para sacarla adelante. No estaba muy convencida, se me hacía muy triste, pero acepté.
La licenciada de un juzgado de lo familiar nos hizo firmar unas hojas, fue en media hora.”
Continúa con el relato: “Yo conocía un amigo, él me orientó, ¡Esa separación no estuvo
bien! A él lo conocí en el pueblito su nombre es Guillermo. En Marzo, firmé los papeles
de separación”.
Agrega que nunca le decía de sus depresiones a su esposo ya que “No quería que lo
fuera a utilizar en contra mía”.
Actualmente la señora Acela, dice sentirse “deprimida, desesperada en este lugar,
recluida”.
Para tolerar su estancia en el Centro penitenciario dice estar medicada por el Psiquiatra
del CESAM, el Dr. Jiménez, quien la revisa cada 15 días y la vio por última vez hace dos
semanas: “Él viene para ver como reacciono con el medicamento, tengo meses con el
medicamento”.
A pregunta expresa dice tomar las siguientes dosis:
• Por la mañana 1 cápsula de Simbiax.
• Por la tarde 1 tableta de Lexotan.
• Por la noche 2 tabletas de Lexotan y 1 cápsula de Simbiax.
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También dice que se entretiene realizando labores de maquila de “Pedigree”, dentro del
penal, “sólo hasta que se arregle mi caso… No… yo aquí estoy de paso”
RESULTADO DE LAS PRUEBAS:
ASPECTOS INTELECTUALES Y/O RAZONAMIENTO
Consideramos de suma importancia dar cuenta de lo siguiente:
En atención a la solicitud de la C. Juez y el material video grabado del interrogatorio
realizado a Acela y mostrado para realizar el peritaje clínico psicológico nos permitimos
hacer las siguientes observaciones, que consideramos sobresalientes por su contenido
clínico, ya que nos permiten evaluar de manera visual la conducta mostrada por Acela
durante el interrogatorio a que fue sometida por parte de las autoridades de Gobierno del
Estado: policía ministerial, psicología y psiquiatría.
Es importante resaltar que las condiciones físicas de la indiciada eran consecuencia de
varios días de recorrer las calles caminando. Existen diversos antecedentes en los anales
de la historia criminal de individuos que al cometer una falta muy grave por sus
implicaciones morales, familiares y jurídicas deciden vagar sin rumbo fijo hasta ser
detenidas o entregarse a la autoridad.1
En el caso de Acela vemos una conducta semejante que termina cuando es interrogada y
detenida por elementos de la policía de Coroneo, Gto.
Las observaciones más sobresalientes de la conducta de Acela durante el interrogatorio,
que tienen una lectura clínica son las siguientes:
Acela afirma que:
“… nunca tomo pastillas para dormir… Yo nunca tomo medicamentos, ni para la gripa, ni
para nada… Somos de poca medicina en la casa”.
Cuando un paciente padece de su sistema neurológico es común cierta familiaridad con
algunos medicamentos, ya que por lo regular son padecimientos de mediana y larga
duración que provoca el consumo de medicamentos con cierta frecuencia. Por los
1 Foucault, Michel, “Yo Pierre Riviere”, Edit. Tusquets Editores, 1ª. Edición, 2010, México, D. F.
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resultados de las pruebas psicológicas aplicadas, principalmente el Test guestáltico
visomotor de Lauretta Bender, el Machover ykh el Inventario multifásico de la
personalidad de Minnesota (por sus siglas en ingles MMPI), así como el Test de
Relaciones Objétales, podemos corroborar que efectivamente no hay indicios de
alteraciones físicas o neurológicas, que requieran de medicamento anti psicótico y/o
neurológico, ya que no hay alteraciones significativas que así lo indiquen, como
alucinaciones, lenguaje confuso o impregnado de neologismos, verborrea, alteraciones de
los sentidos, razonamiento sin sentido o ilógico, etc.
Otro indicio que corrobora lo anterior es la afirmación que Acela hace en otro momento
del interrogatorio, dice: “Nunca he estado en tratamiento Psiquiátrico, él (Héctor) quiso
llevarme a la fuerza, nunca he ido al Psicólogo, ni al Psiquiatra. Ellos son para saber
cómo es la persona…”
A la psicóloga que la interroga también le informa que: “Nunca he tomado pastillas para
dormir, nunca, nunca”.
Por otra parte durante el interrogatorio observamos que hay resequedad de la boca y
fuerza la respiración para separar las narinas. Esto lo podemos observar cuando habla de
que sabe muy bien como se lava una persona intoxicada con gas lacrimógeno: “con agua
y jabón, cuando hay un accidente así”. (Se relame los labios resecos). También Acela
misma se refiere a esa resequedad: “Tengo la boca bien seca”.
Cuando en el interrogatorio se le hace ver que el perro también había muerto se puede
observar como exagera su reacción facial y dice: “¡¿El perro?! ¡Qué raro!”.
También podemos observar un tono melodramático (esto es, cuando se exagera el sentir
que no existe) en el momento en que su marido le dice que ella mató a la niña, Acela
responde: “… ¡Un hijo duele horrible!... ¡No digas eso! No digas eso!”.No digas esa
palabra por favor: muerta, ataúd, la mataste¡”
Cuando se le interroga acerca del motivo de su huida del lugar de los hechos dice: “No se
trata de huir, sentí miedo”. Ríe cuando dice que no llevó el acido muriático.
También llama la atención cuando la respuesta que da a la pregunta de que si su “amigo”
le aconsejó que matara a su hija: “¡Él no es capaz de decirme que la matara, él no!” “Lo
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juro por lo que ustedes quieran”. Evidentemente no defiende su propia inocencia, sino la
de su amigo.
Los resultados del test multifásico de la personalidad (MMPI) indican que Acela recurre a
argumentos poco comunes o convencionales, derivado de su escaza cultura y origen
socioeconómico, hace afirmaciones inverosímiles, mediante idealizaciones y negación de
la realidad, por ejemplo cuando se refiere a dicho “amigo”, encontrado de manera casual
afirma: “Hubo química, cayó como un ángel y platicamos”.
Durante el interrogatorio el Dr. Alejandro le pregunta: “¿Cómo estás?” La respuesta no es
la de una persona preocupada por su situación jurídica o por estar privada de su libertad:
“Ya relajada, ya me desahogué, estoy en la delegación policial... Estuve en Coroneo…
fui porque estaba asustada… “Mal por la niña, pero relajada porque nunca había
hablado”.
Con todo y esas afirmaciones, durante el interrogatorio no hay indicios de ideas psicóticas
de referencia o confabulaciones, no da cuenta de ninguna alucinación o alteración de sus
sentidos e ideas, a pesar de los días que pasó vagando por la calle, no ve cosas
inexistentes, no oye voces dentro de su cabeza. Tampoco encontramos ideas o delirios
de desconfianza: al médico psiquiatra lo tutea y le dice “tienes que escuchar… me decían
“loca”, pero por insultarme, molestarme, nada más…”.
El descuido de su persona en el momento de su entrevista lo atribuye, que había ido a
Coroneo, afirmó: “…sí me baño, en éstos días no, porque fui a Coroneo”.
A pregunta del Psiquiatra: “¿Porqué le habrían de echar la culpa (de la muerte de su
hija)?” “no me iban a creer… La niña sólo fue ahogada… Al ver su boca morada, creí que
ya no...¡”. Con estas contestaciones deja al entendimiento común que sabía que su hija
había fallecido antes de que decidiera abandonarla “por miedo”, durante toda la entrevista
no hay ninguna referencia al dolor ante la muerte de su hija, ni siquiera cuando le
pregunta directamente “¿Cómo te sientes?”, y ella contesta: “Tranquila porque pude
desahogarme, hablar… Me pregunto que es lo que tengo que decirles… Y trato de
hablarles de todo lo mío, todo el rollo de años que tengo ahorita, tenía un costalito
cargando… Quiero sacar cosas”.
Otra de las respuestas que corroboran los resultados de las pruebas clínicas y de
inteligencia como el Test de matrices progresivas de Raven, cuyo resultado es un
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coeficiente intelectual “normal promedio”, es la contestación que da al psiquiatra acerca
de si ¿Todo lo recuerda muy bien?: “…No tengo Alzhéimer…” y ríe.
En el interrogatorio interviene la psicóloga por parte de la Procuraduría del Estado, de
forma directa la interroga acerca de la muerte de su hija, la respuesta se da después de
un largo silencio, niega haberle preparado comida envenenada, abre las órbitas de sus
ojos y responde con una pregunta “¡¿La comida?!”, y al silencio y la sorpresa le sigue una
extenso relato de lo que hizo después de la muerte de su hija, relato que repetirá
puntualmente durante el peritaje que ahora presentamos. A lo que la psicóloga le replica,
alzando la voz: “¡Sigues mintiendo, así no fue!”
Otros características del estado de su pensamiento es la inhibición y carencia de
creatividad, sobresale los pensamientos de preocupación por su futuro y su libertad. Su
lenguaje es jovial, y no corresponde al de una mujer de 45 años, se refiere a la mujer y al
hombre adulto como “chavo” y “chava”.
Debido a la tensión emocional puede presentar pensamiento ilógico, y tomar decisiones
poco convencionales, aunque generalmente su pensamiento es lógico y razonado. No
presenta alucinaciones.
Su coeficiente intelectual, de acuerdo al test de Raven es de un percentil de 25 y un rango
de IV, que equivale a un C. I. “inferior al término medio”, sin retraso mental de ningún
subtipo. Su capacidad intelectual le permite entender y llevar a cabo sus
responsabilidades y obligaciones que la vida le exige de manera ordinaria. Es consciente
de sus actos y los alcances jurídicos que derivan de los mismos, aunque socialmente no
se justifiquen, ella justifica sus acciones ante sí misma y ante los demás.
Esta consiente del fracaso de sus metas y propósitos en la vida (Lam. 3 del TAT).
ASPECTOS EMOCIONALES:
Acela presenta depresión derivada de la privación de su libertad y un cuadro dístímico
(depresivo) desde hace varios años, exacerbado por su encarcelamiento: en distintos
momentos de las entrevistas refería estar “muy desesperada y ansiosa” por estar presa,
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aunque ocupa su tiempo libre en trabajar en la maquila dentro del penal, “pero no por
tiempo definitivo” a decir de ella, “sólo mientras dura su caso y la liberan”.
De acuerdo con las pruebas aplicadas, también presenta un sentimiento de frustración
(lámina 3 del T.A.T) e inadecuación emocional que le hacen vivir con ansiedad las
experiencias emocionales (lamina 4 del Bender).
Presenta de acuerdo con las pruebas aplicadas negación de los estímulos agresivos
propios y ajenos (lámina 3 del Bender), debido principalmente la inter dependencia
emocional que establece con las personas más cercanas.
El control de sus impulsos se ve disminuido debido a su dificultad para aceptar sus
propias emociones (Fig. A, 3 y 7 del Bender), así mismo en el área sexual de su vida
también presenta negación de su vida sexual y por otra prácticas sexuales poco
convencionales (Lam. 8 del Bender), las cuales atribuye a la voluntad de su pareja, sin
reconocer sus propias necesidades motivacionales. Presenta rasgos de inadecuación
sexual (Lam 13 del TAT)
Los principales mecanismos de defensa que utiliza son la racionalización, la idealización,
evasión de conflictos, devaluación y proyección.
La estructuración de sus reglas morales y la aceptación de normas sociales es frágil, Lam.
6 del TAT).
En cuanto a la relación con la figura materna, esta es ambivalente, la idealiza, pero
también se muestra rechazante y en franca rivalidad (Fig., 5 del Bender y lámina 7 del
TAT). La relación con mujeres de su misma edad casi no existe y es conflictiva.
Su relación con las figuras de autoridad, principalmente la figura masculina, es de
sumisión, devaluación y seducción, pero también de reto (Test del Machover y láminas 4,
6 y 16 del TAT).
La imagen que tiene de sí misma es de dependencia emocional hacía los que la rodean
(Fig. A del Bender, y test de Machover), tiene una imagen de sí misma idealizada,
aunque en relación con su pareja su posición como mujer es de minusvalía, desprecio y
carente de afecto. En la lámina 4 del TAT dice: “Él quiere alejarse de ella, le ruega, y le
sujeta para que no se retire y el quiere alejarse… Ella no lo deja, lo tiene sujetado con sus
manos… ella lo está convenciendo de algo para que se quede…”. Esta situación genera
en Acela un sentimiento de indefensión e inseguridad.
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El trastorno depresivo que presenta se produce como consecuencia de la separación de
la pareja.
Es relevante que el test de MMPI fue contestado verazmente no al azar, los datos que
nos arroja es el diagnóstico de una persona que tiene alteraciones emocionales graves
derivadas de una situación depresiva y de limitaciones socioculturales, pero no hay
indicios de alteraciones neurológicas, como alucinaciones, lenguaje incoherente y
pensamiento disperso.
Presenta pensamiento inusual poco convencional, derivado de la certeza de que sus
juicios son los más correctos y la gente que le rodea no la comprende o no comparte sus
puntos de vista. Como por ejemplo, en la declaración de los hechos que se le imputan ella
considera que su hija no murió por envenenamiento sino por ahogamiento, aunque todas
las pruebas indican lo contrario. (Factor LFK del test de MMPI).
DIAGNÓSTICO
De acuerdo con la historia clínica y el resultado de las pruebas, Acela presenta rasgos
depresivos y alteración emocional derivado de la separación de su concubino y la pérdida
de su libertad.
No presenta sentimientos de culpa por el asesinato de su hija, predomina en Acela un
estado de ansiedad y angustia por recuperar su libertad y confía en que la autoridad le
ayudará a obtenerla.
Su coeficiente intelectual es inferior al término medio (CI 89).
Presenta rasgos de personalidad dependiente y alteración en el control de sus impulsos
agresivos y justifica sus acciones poco convencionales debido a su escasa cultura y pobre
discernimiento. Lo anterior provoca en ella ideas y conductas extrañas, y como
consecuencia presenta un marcado aislamiento social.
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RECOMENDACIONES
Se sugiere que Acela reciba tratamiento psicológico, con entrevistas periódicas (una o dos
entrevistas por semana), durante un largo plazo (por lo menos durante un año) y también
recomendamos que se valore las consecuencias que puede tener para Acela la ingesta
de medicamento neurológico a largo plazo, con el fin de prevenir un deterioro orgánico
derivado de la medicación crónica.
Consideramos que tendría un mejor curso su desarrollo personal si se le brinda apoyo
psicológico y se le disminuye paulatinamente y de manera controlada el medicamento
neurológico que ahora consume.
El grado de peligrosidad se agudiza en Acela por la falta de control de impulsos, por su
indisposición a reconocer sus errores y por qué no presenta sentimientos de culpa
(arrepentimiento).
Sin más por el momento quedo a sus órdenes,
Querétaro, Qro. 11 de abril del 2011.
A T E N T A M E N T E
MTRO. HUGO PEDROZA FALCÓN
CÉDULA PROF. 5067497