Post on 27-Jan-2016
Los hábitos son acciones que tienen un efecto directo en nuestra vida y que realizamos de forma metódica y
constante. Ese efecto puede ser tanto positivo como negativo, es nuestra elección el fin deseado y, en
consecuencia, qué conducta queremos conservar.
Nuestras vidas se enfrentan en ocasiones a episodios desagradables que deseamos olvidar, y para lograrlo
decidimos recurrir a puertas traseras que nos generan un escape precario, un alivio efímero, una amnesia
momentánea cuyo precio es inicialmente tan económico, que preferimos no atender a las consecuencias
secundarias que en la mayoría de los casos resultan peor al problema inicial.
Es en esas circunstancias cuando buscamos remedios de rápida acción, de efecto inmediato, de provecho
instantáneo, pero mientras más súbita la maniobra, más breve es el alivio. Ahora bien, es esa misma
brevedad la que nos pone a riesgo de adoptar los hábitos indeseados, aquellos que tienen efectos nocivos
para nuestro ser. En otras palabras, el sufrimiento, la depresión, y la frustración son la cama perfecta para
procrear los malos hábitos.
Y es que en esos momentos es cuando nos encontramos más vulnerables a realizar pequeños cambios al
buscar la satisfacción inmediata. Cambios, que en el momento no pensamos que pueden volverse parte de
nuestra rutina, pero que sorprendentemente son aprendidos con velocidad y luego son increíblemente difíciles
de dejar.
Para revertir los efectos del hábito adverso, solo debemos seguir estos simples pasos:
1.- Aceptación: debes identificar el mal hábito, tener claridad de su existencia y de las razones por las cuales
lo adquiriste.
2.- Conciencia: debes reconocer el mal que te hace, el daño que produce en ti, lo mal que te sientes ante su
ocurrencia.
3.- Visualización: observar que es lo que quieres lograr, siente la sensación de bienestar que experimentarás
cuando lo anules. Piensa en el futuro.
4.- Tomar la decisión: definir con exactitud cuáles son los pasos a seguir, cuáles los compromisos que
asumes, cuál será el camino de vuelta a la tranquilidad.
5.- Fuerza de voluntad: tener la firme convicción de que puedes, con la confianza en que no volverás atrás.
Con fe en tu carácter y en la capacidad de sostenerte en tu decisión.
6.- Tomar acción: no lo dejes para después, no le des más tiempo para que se arraigue en ti, actúa
inmediatamente.
Es importante que tomemos por máxima de ahora en más, dejar aquellos hábitos que puedan ser dañinos
para nosotros, ya sea a corto o largo plazo, e incorporar a nuestra rutina aquellos que puedan hacernos sentir
más a gusto en el día a día, que contribuyan a la plenitud en nuestras vidas, que impulsen nuestro camino al
crecimiento continuo.
“Sea que nos guste o no nos guste, todo lo que está sucediendo en este momento es producto de las
decisiones que tomamos en el pasado”. Depack Chopra.