Post on 06-Sep-2020
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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Los pueblos Otomíes en
Tlalnepantla
Rafael Garduño Garduño Cronista Municipal de Tlalnepantla de Baz
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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D.R. H. Ayuntamiento de Tlalnepantla de Baz. 2020
D.R. Instituto Municipal de la Cultura y las Artes.
D.R. Rafael Garduño Garduño, Cronista Municipal.
Foto de portada: Lámina 21 del Lienzo de Tlaxcala
Se prohíbe la reproducción para fines mercantiles por cualquier medio
sin la autorización del autor y titulares de los derechos de esta obra.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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H. Ayuntamiento de Tlalnepantla de Baz
2019-2021
Mtro. Raciel Pérez Cruz Presidente Municipal
C. Lourdes Jezabel Delgado Flores
Primera Síndica
C. Eduardo Guerrero Villegas
Segundo Síndico
C. Martha Elba Soto Mojica
Tercera Síndica
C. María de la Luz Hernández Camacho
Primera Regidora
C. Víctor Manuel Pérez Ramírez
Segundo Regidor
C. Krishna Karina Romero Velázquez
Tercera Regidora
C. Carlos Alberto Cruz Jiménez
Cuarto Regidor
C. Victoria Hernández Arellano
Quinta Regidora
C. Jorge Morales Jiménez
Sexto Regidor
C. María de Lourdes Curiel Rocha
Séptima Regidora
C. Francisco Vicente Domínguez
Ramírez
Octavo Regidor
C. Arleth Stephanie Grimaldo Osorio
Novena Regidora
C. Karen Aketzali Zamarripa
Quiñones
Décima Regidora
C. Alonso Adrián Juárez Jiménez
Décimo Primer Regidor
C. Itze Lizbeth Nava López
Décima Segunda Regidora
C. Alina Alejandra Luna Gómez
Décima Tercera Regidora
C. Juan Andrés López Camacho
Décimo Cuarto Regidor
C. Irma Lorena Roa López
Décima Quinta Regidora
C. Silvia Téllez González
Décima Sexta Regidora
C. Iván Moisés Gatica López
Director General de Bienestar
Lic. Siddhartha García García
Titular del Instituto Municipal de la Cultura y las Artes
C. Rafael Garduño Garduño
Cronista Municipal
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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ÍNDICE
Introducción
Mensaje
Historia Precolonial
Origen de los Otomíes
Otomíes… ¿un pueblo antiguo?
Tlalnepantla, congregación
a) Segunda congregación
b) Tercera congregación
c) Cuarta congregación
Presencia otomí en el Valle de México
Presencia de religiosos en la región
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39
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Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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INTRODUCCIÓN
Para el Maestro Raciel Pérez Cruz, Presidente Municipal
Constitucional, el fortalecimiento de la identidad es abrevar en la historia
para escribir el porvenir.
En el rescate diario de los acontecimientos del pasado de nuestros
pueblos, nos enriquece y enorgullece saber que algunos de nuestros amigos
y parientes políticos descienden de alguna rama étnica, como los otomíes o
mexicas que habitaron la región de Tlalnepantla.
Por ello, con el propósito de reforzar no sólo nuestras raíces, si no
también rescatar la memoria histórica de los lugares que se conocieron
como asentamientos de origen otomí, es que el H. Ayuntamiento de
Tlalnepantla pone en sus manos esta edición, para tratar brevemente la
historia de una raza que acertó a sobrevivir entre remembranzas tangibles
como lo fue su participación en la construcción del monasterio y templo
franciscano.
Con la llegada de Xólotl en el siglo XII al XIII a la Cuenca de
México se dieron los primeros cambios y consecuentemente los
asentamientos humanos, entre ellos el pueblo otomí, cuya historia se
entrelaza desde el enfrentamiento entre la Triple Alianza y los Tepanecas,
hasta la llegada del conquistador acompañado de tlaxcaltecas cuyos orígenes
se remontaron hasta la Sierra de Monte Alto y Monte Bajo. Una historia que
nos habla de pueblos desaparecidos como el de Teocalhueyacan.
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Rafael Garduño Garduño
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Fragmento de la Lámina 1 del Códice Xólotl, que
muestra la llegada del rey chichimeca a la Cuenca de
México
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MENSAJE
En este año de 2020 queremos proseguir con la tarea que nos hemos
trazado: divulgar la historia de nuestros pueblos, labor que recae en el
Instituto Municipal de la Cultura y las Artes, así como en el trabajo de
nuestro Cronista Municipal, cuya investigación ha sido recopilada de
manuscritos que datan de casi 500 años de antigüedad sobre los hechos y
eventos del pasado de esta región y que ha llevado a plasmar esa
información en esta valiosa obra.
Quienes ocupamos un cargo en la administración pública, estamos
comprometidos a servir con nuestros conciudadanos a través de diversas
acciones, entre ellas, la cultura, en la que divulgar la historia municipal
forma parte fundamental para el resguardo de la memoria histórica.
En esta ocasión se pone en el conocimiento de grandes y pequeños
lectores una breve reseña histórica de una de las razas originarias que
formaron parte importante del nacimiento de un pueblo que hasta la fecha
prevalece: Tlalnepantla “Tierra de En medio”.
Sea pues de su agrado la lectura de la presente edición.
Mtro. Raciel Pérez Cruz
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Fragmento de la Lámina 2 del Códice Xólotl, que
muestra el reino de Tenayuca y atrás a Chiconcuauh y
a su esposa Cihuaxóchitl gobernando el señorío otomí
de Xaltocan
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Historia precolonial
La historia prehispánica de Tlalnepantla de Baz a partir del siglo XII-XIII se
remonta a la llegada del pueblo chichimeca a esta vasta región, la cual
geográficamente ha sufrido cambios radicales por la urbanización constante,
por lo que ubicar estos lugares en el entorno actual es importante para saber
cómo se rodearon hace varias centurias.
El valle o planicie que actualmente muestra Tlalnepantla, es posible
que en el pasado haya formado parte de las aguas del gran lago de Texcoco.
Con los años, al desecarse la laguna, las riberas fueron ocupadas por algunos
asentamientos indígenas cuyo origen pudo haber sido tolteca, chichimeca,
mexica y otomí, como es el caso de Ixtacala y Chalma que se establecieron
en tierras salitrosas.
La existencia de la raza chichimeca en la región se conoce gracias al
estudio del Códice Xólotl, donde también quedó registro de varios grupos
toltecas que ya habitaban por toda la región, es menester apuntar que su
presencia se debió a la emigración realizada de su antiguo reino de Tula.1
Es importante señalar que a pesar de que los toltecas alcanzaron un
mayor avance cultural al de sus contemporáneos, no tuvieron ni efectuaron
acciones sobresalientes, no obstante ganaron el reconocimiento del caudillo
1 Algunos autores plantean que la antigua Tollan, capital de los toltecas, fue destruida,
mientras que otros deducen que el abandono de la ciudad fue consecuencia de problemas sociales y escasez de alimentos.
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Xólotl y estrecharon lazos con ellos a través de la unión matrimonial con
descendientes de grandes señores, como fue el caso de Nopaltzin,
primogénito de Xólotl con Azcaxochitzin hija del príncipe Pochotl y nieta
de Topiltzin último rey de los toltecas.2
Origen de los otomíes
El pueblo otomí, reconocido como hñahñu, ñuhu, ñhato o ñuhmu,
tiene una historia que se pierde en los tiempos. No obstante, para el
propósito que nos ocupa, el municipio de Tlalnepantla de Baz, se tomarán
en cuenta los datos concernientes al Estado de México, donde los otomíes
inician con un poblado cuya importancia fue tal, aún mucho después de la
conquista española, como puede acotarse, que el pueblo de Villa del Carbón
formaba parte de la provincia de Jilotepec.3
La crónica inicia con la llegada de hombres y mujeres provenientes
del norte del país, después de que los chichimecas se asentarán en la región
de Tenayuca. Su comienzo surge con el arribo de grupos raciales a la
Cuenca de México, luego de que Xólotl, caudillo de los chichimecas,
ocupara las tierras llanas al pie del cerro de El Tenayo a finales del siglo
2 Alva Ixtlixóchitl, Fernando de, Obras Históricas, Historia de la Nación Chichimeca, Tomo
II, UNAM 1985, Capítulo V, p. 18 3 Brambila Paz, Rosa, El centro de los otomíes, Arqueología Mexicana, vol. XIII, núm. 73,
2005, p. 22. Nota: Villa del Carbón colinda con el poblado otomí Chapa de Mota.
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XII, principios del XIII, e hicieran presencia personajes como
Chiconcuauh,4 quien desposaría a Cihuaxóchitl, hija de Xólotl y Tamiyauh,
soberanos de los chichimecas.
Los manuscritos narran que luego de haber concedido en matrimonio
a su hija, Xólotl le otorgó al príncipe otomí también las tierras de Xaltocan,
territorio localizado dentro de una laguna al nororiente de la gran capital
chichimeca Tenayuca Oztopolco, “como a 4 o 5 leguas de Azcapotzalco”.5
Después de tomar posesión de las tierras que le habían concedido,
Chiconcuauh las distribuyó entre las familias que le acompañaban hacia el
norte y oriente del Valle de México, hasta llegar a Tepemaxalco,6 pueblo
asentado entre los montes de la Sierra hoy denominada de Guadalupe.
Para poder tener una visión más amplia del pueblo otomí se debe
también considerar la historia de otros municipios actuales que llegaron a
pertenecer al reino de los chichimecas en el siglo XIII, pero que luego de la
expansión militar de los tepanecas estuvo bajo el gobierno de Azcapotzalco,
4 La historia señala que llegó acompañado de otros dos importantes señores y que estos
eran hermanos suyos. El mayor Aculhua y el menor Tzontecoma. Fray Juan de Torquemada relata: “A los cuarenta y siete años que ya el gran chichimeca Xólotl tenía tomada posesión de la tierra y era señor universal de ella, así por razón de no haber en ella quien le contradijese, como porque de los que consigo tenía le reconocían por mayor, vinieron de las partes del poniente tres señores, con voz y título de reyes, los cuales trajeron consigo un muy crecido y pujante ejército de gente, que todos parecían gigantes por ser crecidos de cuerpo y muy apersonados”. Torquemada, Fray Juan de, Monarquía Indiana, UNAM 1964, p. 28 y Alva Ixtlixóchitl, Fernando de, op. cit. p. 17 5 Torquemada, op. cit. p. 29
6 Tepemaxalco “cerro hendido” (Pueblo de San Pedro Barrientos)
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y hacia el año de 1430, bajo el mandato de los mexicas.7
La distribución de tierras que hizo Xólotl al iniciar su gobierno en
Tenayuca, alcanzó rumbos tan distantes como Veracruz o Toluca. Aquellas
tierras habían estado ocupadas por toltecas, chalcas, tepanecas y otomíes;
pero, en los chichimecas residía el poder y a ellos se les debía rendir tributo.
Se menciona en algunas fuentes históricas, que hacia el año de 1283
Acolhua tomó posesión de Azcapotzalco y fortaleció el reino tepaneca de tal
manera que para 1343, fecha en que muere Acolhua, la población se había
convertido en un Huey Tlachtohcayotl que mantenía control comercial y su
descendencia gobernaba en al menos 40 importantes ciudades o pueblos
indígenas del Valle de México.8
El dominio tepaneca sometió a pueblos como Cuautitlán, Tultitlán,
Tepotzotlán y Xaltocan, de ascendencia otomí. Xaltocan había sido
otorgado a Chiconcuauh, hermano de Acolnahuacatl, quien también había
7 González Gamio Ángeles, Martínez Domínguez Margarita G., Rescate histórico de los
barrios de Azcapotzalco. Delegación Azcapotzalco CDMEX 2018, p. 58. Después de que murió Tezozomoc, rey de Azcapotzalco en 1426, Itzcoatl, nombrado rey de los mexicas aprovechó la crisis por la que pasaban los tepanecas y buscaron liberarse del yugo de sus enemigos y aún más, del gobierno déspota de Maxtla, a través de la formación de una alianza con otros grupos de Texcoco y Tacuba, que traería como consecuencia que los mexicas se convirtieran en gobernantes por casi un siglo. 8 González Gamio, op. cit. p. 56. Nota: las fechas en que toma posesión de Azcapotzalco el
yerno de Xólotl parecen no concordar, ya que el Códice Xólotl señala como el año de la muerte del soberano chichimeca en 1232, por lo tanto no podía haber dado en matrimonio a su hija Cuetlaxóchitl a Acolhua. Pareciera una confusión con otro personaje de similar nombre y queda entonces la duda de si fueron fundadores o no de Azcapotzalco, que según la historia, provenían de un poblado de la Sierra de Monte Alto nombrado Azcapotzaltongo “pequeño hormiguero” o “en el hormiguerito”.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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sido escogido por Xólotl para esposo de su hija mayor Cuetlaxóchitl.
En general, diversas obras escritas tratan el tema de los otomíes en
las que señalan su presencia en Teotihuacan o Tula. No obstante, es poco
probable encontrar información extensa de los pueblos otomíes en el valle
de México antes de la llegada de los chichimecas y posterior a la conquista
por los mexicas en el siglo XV.
Las mejores noticias se obtienen del Lienzo de Tlaxcala, en donde
los tlaxcaltecas, de origen otomí, hicieron referencia a pueblos que los
europeos avasallaron en su camino, tal como sucedió con el pueblo de
Calacoaya, hoy situado en territorio municipal de Atizapán de Zaragoza.
El pueblo
otomí no se asentó
sólo en Xaltocan,
también lo hicieron en
otras partes del
territorio mexiquense
como Chapa de Mota
y por toda la Sierra de
Monte Alto y Monte
Bajo, en poblados
como Cahuacán y
Azcapotzaltongo.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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Ha llamado poderosamente la atención el hecho de que los tepanecas
pasaron y se establecieron por estos lugares y el que los otomíes tuvieron
relaciones sociales y militares con los chichimecas de Xólotl.
En el caso de los tepanecas, se dice que mantuvieron una relación
estrecha con los otomíes, al compartir deidades como Otonteuctli o Xocotl,
y que en su tránsito hacia el Valle de México, pasaron por un poblado otomí
de nombre Azcapotzaltongo, donde se asentaron por muy poco tiempo.9
Mientras que el códice Xólotl señala el matrimonio de Chiconcuauh
y Cihuaxóchitl, que toman posesión de Xaltocan,10
otros contradicen esta
información al señalar y colocar nombres de los actores históricos en
diferentes fechas y épocas.
Uno de los estudiosos de los otomíes, Pablo Escalante Gonzalbo, en
su aportación para la Historia General Ilustrada del Estado de México,
2011, en el capítulo que le corresponde: “Los otomíes en el mundo
prehispánico”, hace referencias más amplias de ello con respecto a ciertas
dudas que se exponen del atraso cultural de esta raza que, en otras fuentes,
9 López Mora, Rebeca, Otomíes y Mexicanos en la tierra de En medio, UNAM, FES Acatlán,
p. 45 10
Alva Ixtlixóchitl, op. cit. p. 17 dice: “…sino que también le dio tierras en que poblasen los vasallos que traían y los dos de ellos los casó con sus dos hijas, dándoles con ellas pueblos y señoríos; casando a la infanta Cuetlaxxóchitzin con Aculhua y le dio con ella la ciudad de Azcaputzalco por cabeza de su señorío; y a la otra infanta Tzihuacxochitl la casó con Chiconquauhtli y le dio a Xaltocan por cabeza de señorío que lo fue por muchos años de la nación otomí”. Por su parte Escalante Gonzalbo, op. cit. p. 236, enfatiza que “el dominio otomí en Xaltocan corresponde al periodo de transición entre la época tolteca y la época mexica, que fue muy inestable en el Valle de México”.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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son reconocidas como probables fundadores de urbes importantes en el
mundo prehispánico como Tlapacoya, Cuicuilco o Teotihuacan.11
A pesar de las noticias sobre los otomíes, que llegaron a ser grandes
cazadores y agricultores, conocedores del uso y explotación del maguey, así
como su forma de vida gastronómica y de vestido de las que se tiene
registro en diversos manuscritos; se agrega el hecho de tributar productos
del campo, ropajes y animales como: guajolotes, conejos, ciervos, liebres,
codornices; armas como el arco y la flecha; vestido como mantas y
sandalias, así como el maíz, evidencia de que aquellos indígenas habitantes
de zonas cerriles, tenían los conocimientos suficientes para proveerse de lo
necesario para subsistir.
Empero las coincidencias de su existencia en el Valle de México y
otras regiones aledañas son muy altas aunque en la actualidad se tenga
conocimiento de asentamientos otomíes, principalmente en las zonas
agrestes de las Sierras de Monte Alto y Monte Bajo.
Si bien es cierto que Xaltocan después del siglo XII-XIII fue un
reino otomí y diseminó sus dominios en lugares como Tepemaxalco (San
Pedro Barrientos, en el municipio de Tlalnepantla de Baz) y de acuerdo a las
fuentes consultadas, también Jilotepec, población que se localiza al norte del
Estado de México en los límites con el Estado de Hidalgo, compartían el
11
Escalante Gonzalbo Pablo, Los otomíes en el México prehispánico, Historia General Ilustrada del Estado de México, 2011, Vol. 2, Etnohistoria, Secretaría de Educación del Gibierno del Estado de México, p. 227
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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gobierno o reino de los otomíes en amplia región, aunque Xaltocan perdió
poder y presencia al ser abandonado, Jilotepec mantendría la hegemonía
otomí hasta llegado el siglo XVI, que reemplazó, de alguna manera, al reino
de Xaltocan.
La guerra que los chichimecas de Cuautitlán le habían declarado a
los xaltocanecas durante varios años, motivó el abandono de la isla de
Xaltocan hacia el año de 1395, sin embargo, algunas décadas después de
que se formó la Triple Alianza, volvería a ser repoblado el sitio por gente de
origen nahua.12
Otomíes… ¿pueblo antiguo?
La información antigua de los pueblos de origen otomí en esta región
actual de Tlalnepantla de Baz, difiere de aquella otra que se ha escrito en
diversas obras históricas mexiquenses durante las últimas décadas, en la que
refieren que algunos núcleos poblacionales se asentaron antes y después de
la conquista europea, en una región cuyos límites no eran tan conocidos
como el área de 83.7 kilómetros cuadrados que posee hoy el municipio.13
12
https://archivohistorico1820.wordpress.com/ Breve historia del municipio de Nextlalpan. Consultado en diciembre de 2019. 13
Monografía Municipal de Tlalnepantla de Baz 2019, p.19
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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Se mencionan 19 pueblos en el Bando Municipal 2020 con sus
nombres compuestos por vocablos del idioma español y de la lengua
náhuatl: que señala e indica la cantidad y categoría de las 249 comunidades;
San Andrés Atenco
San Pedro Barrientos (Tepemaxalco)
San Lucas Patoni, (Comilco?)
San Lucas Tepetlacalco
San Jerónimo Tepetlacalco (Petlacalco o Zacualtitlan?)
San Bartolomé Tenayuca
Santa Cecilia Acatitlan
San Juan Ixtacala
San Juan Ixhuatepec
San Pablo Xalpa
Tequexquinahuac (Transfiguración)
San Rafael (Cuetlachtepetl)
Santa María Tlayacampa
Los Reyes (Oztocoayan)
San Miguel Chalma
La Loma (¿?)
Xocoyahualco (Santa María Nativitas)
San José Puente de Vigas
Puente de Vigas
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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Para comprender la historia de los pueblos en el Valle o Cuenca de
México, es necesario remontarse al pasado, mucho antes del reino mexica
en Tenochtitlan14
e incluso considerar, más allá del reinado de los Toltecas
de Tula y hasta de los propios Teotihuacanos.
Si bien los relatos de pueblos indígenas que hicieran religiosos como
fray Toribio de Benavente Motolinía, fray Juan de Torquemada y fray
Bernardino de Sahagún, tratan sobre diversos aspectos de la raza otomí,
queda claro que se refieren a los pueblos establecidos a la llegada de los
religiosos a la América indígena. Motolinía refirió que:
…todo lo alto de las montañas alrededor de México está
lleno de ellos, y de otros pueblos muchos, todos son de
otomíes, …el riñón de ellos es Xilotepec, Tula y
Otumba.15
Torquemada por su parte anota que Xilotepec (Jilotepec) y Tula
fueron las ciudades otomíes más importantes y por lo mismo, vitales para la
historia de este pueblo indígena:
Allí comienza la grandísima provincia o reino de los
otomíes, coge a Tepeji, Tula, Xilotepec, cabeza de este
reino, Chapa, Xiquipilco, Atocpan y Querétaro, en cuyo 14
Entre los años 1428 a 1521 15
Motolinía fray Toribio de Benavente, Memoriales o Libro de las cosas de la Nueva España y de los naturales. Riñón, palabra utilizada para señalar un núcleo poblacional.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
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medio de estos pueblos referidos hay otros innumerables,
porque lo eran sus gentes y distintas de los mexicanos.16
Bernardino de Sahagún en un manuscrito del siglo XVI, en el
Capítulo XXIX, párrafo sexto, hizo una excelente descripción de los
otomíes en cuanto a vestimenta, conducta social, política, cultura
gastronómica y religiosa.
Los hombres traían mantas y sus maxtles con que cubrían
las partes secretas; andaban calzados con cutaras y las
mujeres traían naguas y huipiles que son sus camisas. Las
mantas que traían los hombres eran buenas y galanas, y el
calzado polido. Ni más ni menos, las mujeres traían muy
buena ropa de naguas y camisas.
Entre ellos había señores y mandones que mandaban
a sus súbditos. Había principales, personas conocidas
como los que llaman calpixques que regían a los demás…
También los dichos otomíes tenían sementeras y troxes,
comían buenas comidas y buenas bebidas. Su dios se
llamaba Yocipa, al cual tenían hecho muy buen cu, que era
un jacal hecho de paja muy atusada, cuya hechura
solamente a su cu era dedicada y nadie hacía la casa de
aquella forma… Los que eran señores o principales traían
en el labio un bezote de chalchihuite o de cobre, y los que
eran hombres valientes en la guerra traían orejeras de oro,
de cobre, de caracol o de la piedra con que se hacen los
16
Torquemada, Vol. 1, p. 393
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
30
espejos… Su comida y mantenimiento era el maíz y
frijoles, y axí, sal y tomates, usaban por comida, más que
otra cosa, los tamales colorados que llaman xocotamales y
frijoles cocidos y comían perritos, conejos, venados o
topos.17
A través de estos y otros relatos, se puede dar cuenta de que los
pueblos de origen otomí estuvieron dispersos por el territorio
mesoamericano y que el nombrado Jilotepec llegó a ser la cabeza principal
en determinada época del mundo otomí y al mismo tiempo, el sitio habría
fungido como frontera entre los cazadores recolectores y otras civilizaciones
del Altiplano Central y el imperio mexica y el tarasco.
17
Sahagún fray Bernardino de, Historia general de las cosas de la Nueva España, Vol II, Conaculta, México, 2000, pp. 960-962.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
31
Uno de los manuscritos más antiguos que se conocen con
representaciones del glifo de Jilotepec es el Códice de Huichapan18
y en la
18
Es un manuscrito de origen otomí que contiene glosas en otomí antiguo que ofrece testimonio de una lengua que ha evolucionado. Lo integran varias secciones que narran la historia del Convento de San Mateo Huichapan a partir del siglo XVI al XVII, y muestra fechas calendáricas, así como una serie de topónimos. La última de las partes, narra en unos Anales de la historia de Xilotepec, de México-Tenochtitlan y Cuautitlán. Como muchos otros códices, fue sustraído de México y estuvo en una colección privada, pero posteriormente fue devuelto al Museo Nacional de México y se localiza en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, Dr. Eusebio Dávalos Hurtado.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
32
Matrícula de Tributos19
aparece Jilotepec20
como receptáculo de tributos de
otros pueblos señalados que sin lugar a dudas también eran parte de la
comunidad otomí.
Ante la carencia de códices y manuscritos antiguos que ofrezcan
datos de los pueblos otomíes, tanto que Oscar Reyes Retana Márquez
19
www.codices.inah.gob.mx/micrositio/matricula/index.html. Fue elaborada por tlacuilos mexicas para registrar los tributos que los pueblos sometidos pagaban a la Triple Alianza (Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan). Se considera que haya sido realizado hacia el siglo XVI con papel amate y son varias hojas sueltas que miden 29 cm. por 49 cm. Es un documento de carácter económico-administrativo. En sus láminas se anotaron a 326 comunidades concentradas en 39 provincias. Los dibujos y glifos señalan las cantidades de tributo que debían pagar y el período de entrega, destacan piezas de oro, mantas, trajes e insignias para guerreros, plumas de ave, frijol, cacao y diversos objetos. 20
Lámina del Códice Huichapan, (página 31). La existencia del Códice Jilotepec, atrajo las miradas de investigadores históricos mexiquenses, que encontraron en este manuscrito del siglo XVIII, la gran oportunidad de enriquecer la historia de los pueblos de origen otomí. (Glifo de Xilotepec, página 32)
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
33
comentó en alguna de sus obras que no son suficientes para colmar las
lagunas históricas existentes, por su parte Xavier Noguez señaló:
El campo de la investigación de la historia y cultura de los
otomíes requiere, urgentemente, de la creación de un corpus
documental accesible tanto para los especialistas en la materia,
como para el público en general, en especial los habitantes
actuales de pueblos y comunidades de este grupo lingüístico. El
conocimiento de su historia es otra de las deudas no saldadas,
cuya prioridad se exige en estos tiempos.21
Algunos documentos antiguos como los Códices Techialoyan
también dan muestras geográficas de asentamientos otomíes.
Sin embargo, para la reseña que hoy nos ocupa, debemos remitirnos
a la región que dominó Tlalnepantla en el siglo XVI luego de la llegada de
los franciscanos a los pueblos que se encontraron, primeramente, bajo el
gobierno de los chichimecas de Xólotl, luego en el de los tepanecas de
Azcapotzalco y posteriormente al de los mexicas, para dejar correr el tiempo
hasta la separación de varias porciones territoriales que se sucedieron en la
Tierra de Enmedio hacia el siglo XIX.
21
Códice Jilotepec, prólogo, Xavier Noguez, Colegio Mexiquense, 2013, p. 12
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
34
Los estudios realizados
por la historiadora María
Teresa Jarquín O. que plasmó
en su obra Congregaciones de
pueblos en el Estado de
México22
son evidencia de la
cantidad de lugares que se
localizaron en el antiguo
territorio de la cabecera de
Tlalnepantla.
Aquellas poblaciones
habitadas por pequeños y
grandes grupos familiares
fueron mencionadas en
diversos manuscritos que
representan el testimonio escrito sobre el origen de estas.
En la actualidad se conoce la existencia de 19 pueblos, de los cuales
su mayoría son mencionados en los documentos de los repositorios
22
Jarquín O., María Teresa. Congregaciones de pueblos en el Estado de México. Fuentes para la Historia del Estado de México, El Colegio Mexiquense, A.C. 1994. Nota: A la fecha se han reconocido dos etapas de congregaciones: una a mediados del siglo XVI y la otra entre finales del mismo siglo y principios del siglo XVII, 1598-1606. Como una muestra de lo anterior, está la unión de los pueblos de Teocalhueyacan y Tenayuca para fundar Tlalnepantla hacia el año 1555, aunque otros datos señalan que bien pudo ser hacia el año de 1525 el inicio de la construcción del monasterio de San Francisco.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
35
históricos y que no dan lugar a dudas al
ordenamiento virreinal para llevar a cabo
las congregaciones o reducciones de los
naturales de la Nueva España.
Asimismo y como complemento
de la información que fue rescatada por la
paleografía, se puede contar que la que
ofrece en el Índice de Documentos
Relativos a los Pueblos del Estado de
México”, una recopilación del autor
Mario Colín Sánchez que ha sido
consultada por cientos de investigadores de la historia mexiquense.23
23
Mario Colín Sánchez estudió Derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (1942-1947). Desde muy joven se inició en el periodismo y escribió sobre temas políticos e históricos. La política y la labor editorial fueron actividades que ocuparon toda su vida. Militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), desempeñó cargos administrativos y culturales en el Estado de México: fue diputado local y federal en varias ocasiones; rector del Instituto Científico y Literario Autónomo del Estado de México (1951-1952); asesor del Centro de Estudios Históricos del Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IEPES) del PRI; presidente del Comité Regional en San Luis Potosí; delegado por su partido en varios estados; juez de primera instancia; director del registro público de Tlalnepantla; secretario de Educación (1981-1983) y director de Patrimonio Cultural y Artístico del Gobierno del Estado de México, donde planeó y dirigió la colección Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, que rebasó los cien títulos. Coordinó las colecciones Testimonios de Atlacomulco, Colección Naucalpan, Testimonios del Estado de México y las Series Juana de Asbaje y Joaquín Arcadio Pagaza, entre otras. Su biblioteca personal forma parte del Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de México.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
36
En esta obra que abarca varios tomos divididos en: Ramo Indios,
Ramo Tierras, Ramo Mercedes, entre los 30 mil 835 volúmenes, se
encuentran cuantiosos extractos de los expedientes localizados en el
Archivo General de la Nación, cuyos temas agrarios y poblacionales son de
gran utilidad para conocer el pasado de aquellas regiones que hoy
conforman el Estado de México y por ende, de Tlalnepantla.
Recuérdese que en el siglo XVI al XIX, la entonces Intendencia de
México mostraba otra faceta geográfica, donde la extensión territorial del
ahora nombrado Estado de México era mayor.
La maestra María Teresa Jarquín hace referencias a la segunda
congregación en las páginas 221 a la 228 de su obra literaria, donde se
pueden leer los nombres antiguos en los que respetó la ortografía original,
proveniente del castellano y la lengua náhuatl del siglo XVI.
Sin embargo, hasta la fecha no ha sido posible la localización de los
sitios nombrados, para considerar el orden en que fueron anotados en el
manuscrito original, su similitud geográfica con los que actualmente se
conoce en el territorio municipal y el significado de los vocablos mexicanos.
Es importante destacar que la región sufrió diversos cambios
geográficos a lo largo del tiempo, lo que seguramente obligó a desaparecer y
crear nuevos asentamientos indígenas, ya en las riberas del lago de Texcoco
o dentro de él.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
37
La falta de investigaciones más precisas en los suelos de
Tlalnepantla impiden dar fe exacta de la zona y los terrenos que pudieron
haber ocupado las aguas salitrosas de aquel gran manto acuífero,24
del cual
se tienen referencias25
de que llegaron hasta las partes llanas del actual
municipio de Tlalnepantla de Baz. El documento que se expone a
continuación ofrece información interesante en la que señala a poblaciones
de ocupación salinera.
Tlalnepantla, congregación
(Al margen: Mandamiento de diligencias para hacer las aquí
contenidas en Tlalnepantla que van cometidas a el alcalde mayor
de Tacuba).
Don Juan de Mendoza, etcétera. Hago saber a vos don
Alonso Farfán de los Godos, alcalde mayor de Tacuba, a quien
tengo cometido y encargado el hacer y ejecutar las
congregaciones mandadas hacer en el partido de Tlalnepantla,
que habiéndose cometido a don Antonio de Cuenca y
Contreras la demarcación de los pueblos de dicho partido, en el
primer auto de elección que hizo para las congregaciones
dellos, fue de parecer se hiciesen cuatro en esta manera: la
24
Unas cuantas construcciones erigidas durante las últimas décadas han contado con el aval del INAH, pero la mayoría no han sido, ni son objeto de estudios estratigráficos o arqueológicos, perdiéndose la oportunidad de enriquecer el acervo histórico de esta ciudad. 25
López Mora Rebeca, op. cit. pp. 22-23
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
38
primera en Tlalnepantla que tiene trescientos treinta y cinco
tributarios con los setenta de Tenayuca inclusos en él y setenta
y cuatro de Los reyes Otocoayan de la parte de Tenayuca,
treinta y cinco del barrio de la Transfiguración Tlayacac y San
Bartolomé Nonoalco, San Felipe Auzcomahuacan, Santa
Cecilia Acatitlan, San Rafael Cuetlahtepec, San Lucas
Comilco, Santa María Tuoman, San Juan Amealco, Santa Cruz
Chimalpa, San Pedro Tepemaxalco, en que entran los dos
barrios de Tlaixpan y Texcacoa, Santiago Tepetlac, Santa
María Ocotitlan, San Marcos Ahilhuiloacan, San Sebastián
Tlaxcaltitlan, Santo Tomás Huehue Cuautitlan, San Miguel
Cuautepec, San Pedro Ezcapuzaltongo, Tequiztla, que todos
hacían número de novecientos ochenta tributarios y medio. 26
En esta primera congregación se pueden leer los nombres de varios
pueblos que actualmente existen dentro de la jurisdicción de Tlalnepantla de
Baz como: Tenayuca, Los Reyes, Santa Cecilia, San Rafael, San Lucas y
San Pedro (Barrientos), los restantes parecen ubicarse en la actual Alcaldía
Gustavo A. Madero. Y otros como el barrio Transfiguración Tlayacac
fueron parte del pueblo de Tequexquinahuac y algunos más en los
municipios de Naucalpan y Atizapan.
Es de anotar que no hubo diferencia racial a la hora de congregarlos
porque se puede observar que otomíes de Tequexquinahuac y Tepemaxalco
fueron reunidos con mexicas de Santa Cecilia y Los Reyes.
26
Jarquín O. María Teresa, op. cit. p. 221
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
39
Segunda congregación
Segunda en Santa María Nativitas, sujeto de Tlalnepantla del y
de los pueblos de San Francisco Matlactepec, San Lorenzo
Teocalhuacan y San Mateo Tesoloapan, que hacían número de
cuatrocientos setenta y nueve tributarios. (Jarquín O. María
Teresa, op. cit. p. 222)
En esta congregación de pueblos se pueden leer los nombres de algunos que
se ubican en Naucalpan y Atizapan.
Tercera congregación
Tercera en San Miguel Tecpan donde juntaban a San Luis
Cauyuacan, Santa María Nativitas Mazatla, La Magdalena
Cahuacan, San Francisco Nacazhuacan, San Miguel Hila, Santa
Ana Jilotzingo, San Pablo El Viejo y Santiago Tlazala, que
hacían número de cuatrocientos setenta y seis tributarios.
(Jarquín O. María Teresa, op. cit. p. 223)
En esta otra comunidad se pueden leer los nombres de pueblos que se
ubicaron en Monte Alto y Monte Bajo, hoy ciudad Nicolás Romero.
Cuarta congregación
La cuarta en San Jerónimo Zacualtitlan, sujeto de Santiago
Tlaltelolco, del y de Santiago y San Lucas Cuautlapan sus
sujetos, San Pablo Tlalistacan con el pago de Tlampiaco, Santo
Tomás Xalpa, San Antonio Teocomaco y Santa María
Cuautepec, que hacía número de trescientos cuarenta y nueve, y
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
40
habiéndolo notificado y hecho saber por los naturales de los
dichos pueblos, y habiéndolos oído y recibido las alegaciones e
informaciones que quisieron dar, mudó de parecer y le tuvo de
que las dichas congregaciones se hiciesen y ejecutasen en la
forma y manera que se contiene en la relación que se os ha dado
para su ejecución, conque los pueblo que en su primero auto de
elección mandaba levantar para las partes que quedan referidas
se quedasen en sus puestos, y que en el de San Lorenzo y San
Andrés que aunque son dos iglesias en sólo un pueblo se
llegasen a él las casas que tienen derramadas, y con el de San
Juan Amealco a quien mandó primero congregar en el llano de
Tlalnepantla juntamente con Santa María Ticoman y Santiago
Tepetlac se congregasen Santa Cruz Chimalpa, respecto de ser
salineros y que es trato de mucha consideración y a la gran falta
que harían a la ciudad de México si cesasen en el beneficio de la
sal y que en San Felipe Auzcomahuacan que asimismo primero
había mandado congregar en el dicho llano y en el segundo auto
de elección dejó su puesto, se congregasen San Antonio
Teocomaco y Santa María Cuautepec, con distinción de barrios
y oficiales para ser doctrinados de los religiosos de Tlalnepantla,
y que en San Pedro Tepemaxalco que tiene sesenta y nueve
tributarios, en que entran los dos barrios de Tlaixpan y Texcacoa
a quien mandó poblar en el dicho llano, se poblase por bajo de
San Rafael, a quien dejó en su puesto en el segundo auto
elección en el pago que llaman Iztatlalan por de sí y quedarán de
la iglesia de Tlalnepantla, la distancia que hay de Santo
Domingo de México a las casas reales y que Santa María
Ocotitlan mandada primero poblar en el dicho llano se pueble
entre el dicho pueblo de San Rafael y el de Santa Cecilia que
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
41
dejó en sus puestos, todo lo cual parece haberse notificado y
dado a entender a los naturales de todos los dichos pueblos y
constar de consentimiento ni contradicción, y habiéndose visto
las diligencias por el licenciado Vasco López de Vivero a quien
le cometí para que las viese y examinase y la justificación
dellas, le pareció que atento que todos los pueblos estaban cerca
de las cabeceras para ser doctrinados y donde se habían de poner
doctrinas que eran en San Pedro Escapuzaltongo, que le tenían
ofrecido a los labradores que allí tienen haciendas y hecho
escritura para la paga, y en San Miguel Tecpan y en San
Francisco Matlactepec y San Mateo Tecoloapan y Santa María
Ocotitlan donde también los labradores que tenían haciendas
junto a los dichos pueblos, tenían ofrecido darles doctrina y para
el ministro que los doctrinase doscientos cincuenta pesos cada
año, y atento el riesgo y daño que podría resultar a los dichos
indios de perder sus tierras y que se las ocupases españoles, que
estaba bien la reducción y reducciones que el dicho don Antonio
de Cuenca había mandado hacer segunda vez con las
declaraciones de su último parecer y resolución y que así se
podrían mandar ejecutar, con el pueblo de San Francisco
Nacashuayacan se pasase al de San Pedro Escapuzaltongo,
donde ellos lo tenían consentido y pedido en caso que no los
dejasen en su puesto, atento a que aunque los labradores que allí
tenían haciendas y les habían ofrecido y hecho obligación de
darles doctrina y asistente, eran muy pocos en número por ser
sólo noventa y seis tributarios y medio, aunque era de
consideración la falta que podrían hacer a las dichas haciendas
para el beneficio dellas, y que esto se hiciese y ejecutase así,
extendiendo su parecer en lo que toca a las doctrinas para que se
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
42
supliesen del convento de Tlalnepantla, donde eran y han sido
siempre doctrinados todos los dicho pueblos, pues los labradores
que ayudaban para el sustento del ministro y que en caso que no
quisiesen proveer los dichos ministros se podía acudir al
ordinario para que nombrase cura que los administrase y los
demás pueblos que quedaban en sus puestos y sin mudarse, los
podrían administrar y sacramentar de la cabecera como hasta
aquí lo habían fecho.27
En esta última congregación, llama la atención el pueblo de San
Jerónimo Zacualtitlan “sujeto de Santiago Tlaltelolco”, el cual parece
tratarse del actual San Jerónimo Tepetlacalco debido a la coincidencia de los
datos con otros manuscritos, aunque se ignora cuándo se dio el cambio de
nombre náhuatl.28
Continúa el ordenamiento:
Y aprobó y dio por bastantes las diligencias fechas por el
doctor Luis de Villanueva Zapata, licenciados don Pedro de
Loza Puertocarrero y Blas de Sande y Luis Maldonado del
Corral, regidor de México, personas de quien me ayudo para la
27
Jarquín O. María Teresa, op. cit. pp.221-224 28
En la Lámina número 4 de la Matrícula de Tributos el pueblo tributario denominado Petlacalco “La casa de los petates” ha sido considerado por varios autores como el antecedente de San Jerónimo Tepetlacalco tal como lo refiere López Mora, op. cit. p. 49 “Otra parte de los pueblos otomíes cercanos a Teocalhueyacan quedaron dentro de la provincia tributaria encabezada por Petlacalco (San Jerónimo Tepetlacalco)”
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
43
mejor inteligencia breve y buen despacho de estas materias
como tan importantes, y habiéndoles largamente oído y
entendido lo que a cada uno se le ofreció por las consultas que
me hicieron, por última resolución ordené y mandé se ejecutasen
las reducciones de Tlalnepantla: San Pedro Ezcapuzaltongo, San
Miguel Tecpan, San Jerónimo Zacualtitlan y Santa María
Nativitas, conforme el último parecer de don Antonio de
Cuenca, con que se conformó el dicho licenciado Vivero,
conque en lo que tocaba a los pueblos que en su primero auto y
parecer levantaba para las reducciones precedentes y después
por el último y segundo dejó en sus puestos, de que queda hecha
relación, se hiciesen las diligencias que abajo están declaradas.
Por tanto, confiado de vos, que las haréis con el cuidado y
diligencia que de vos confío, por la presente os ordeno y mando
no los levantéis hasta que se os envíe orden para ello, y para
poderlo disponer haréis información de oficio con testigos de
crédito y con toda claridad y distinción de las verdaderas
distancias en que está cada pueblo de los que así el dicho don
Antonio de Cuenca en el dicho su último parecer mandaba
quedar en sus puestos y de la que tienen entre sí unos con otros
y qué vacío y blanco quedaría si así se dejasen, y demás de
averiguar con testigos las distancias susoreferidas ha de constar
por medida y fe que ha de dar y mandado de el escribano de
vuestra comisión, y fecho con vuestro parecer jurado lo
enviaréis con toda brevedad para que vistos por mí los autos y
diligencias que sobre ello hiciéredes se provea y mande en razón
de la quedada o mudanza de los dichos pueblos los que se deba
ejecutar, que los días que en esto os ocupáredes y el salario que
hubiéredes de haber vos y vuestros oficiales os mandaré pagar
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
44
conforme a vuestros nombramientos constando por los autos de
la ocupación. Fecho en México a diecinueve días del mes de
noviembre de mil seiscientos tres años. El Marqués de
Montesclaros, por mandado del Virrey, Pedro de Campos.29
Con estas noticias, resulta evidente que varias poblaciones, algunas
ya no existentes, se encontraron dentro del territorio antiguo de Tlalnepantla
entre los siglos XVI al XVII.
Las congregaciones fueron realizadas conforme a la extensión
territorial que dominaba la religión católica y tuvo como población principal
al pueblo de Tlalnepantla, por ello es que se tienen nombres de poblaciones
que en la actualidad se localizan en otros municipios como Atizapán de
Zaragoza, Nicolás Romero o alcaldías como Azcapotzalco y Gustavo A.
Madero.
Es importante tener presente que algunos de ellos son de origen
mexica y otros otomíes, sin olvidar que muchos nombres de pueblos en
lengua otomí, cambiaron a lengua náhuatl, lo cual puede generar
confusiones.
También se debe considerar la existencia y ubicación actual de
pueblos como San Marcos Achilquiloacan, San Sebastián Tlaxconatlan, San
Jerónimo Zacualtitlan, San Lucas Cuautlalpan, Santo Tomás Xalpan entre
29
Vol. 1, exp. 72, fs. 48-50. AGNM. Congregaciones. Y Jarquín O. op. cit. pp. 223-224 y De la Torre Villar Ernesto, Las congregaciones de los pueblos de indios fase terminal: aprobaciones y rectificaciones. UNAM 1995 pp. 155-161.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
45
otros que desaparecieron al efectuarse las congregaciones y algunos que
debido al desarrollo urbano cambiaron sus nombres originales por nombres
totalmente castellanizados para las colonias y fraccionamientos
Es el caso que ocurrió en Tlalnepantla donde barrios o pueblos
dejaron de existir y otros como Tlayacampa, Ixtacala, San Andrés Atenco,
Chalma y San Lucas Tepetlacalco no fueron nombrados, así como el pueblo
de Tequexquinahuac que en el siglo XVI-XVII se nombró Transfiguración
Tlayacac con dos barrios: Yauteco y Tequizquinahuac, de donde tomó el
nombre actual, pero se desconoce dónde pudo estar el asentamiento de
Yauteco “Lugar del Yautle” que de acuerdo con los diccionarios del náhuatl
significa lugar donde hay una hierba aromatizante llamada yauhtli o pericón.
Sin duda, al efectuarse las congregaciones de 1603, muchos lugares
habitados por unas cuantas personas desaparecieron y con ellos sus nombres
originales. No obstante, si se toman en cuenta los datos de manuscritos
antiguos que fueron traducidos del náhuatl o del español antiguo, se puede
constatar su existencia dentro del territorio municipal que hoy se conoce.
Al trasladarnos hacia el siglo XV, varios de aquellos lugares
habitados inicialmente por familias otomíes, fueron ocupados por mexicas
después de las batallas entre la Triple Alianza y los tepanecas de
Azcapotzalco.
En los tiempos del chichimeca Xólotl, señoríos como Cahuacan de
origen otomí apoyaron a Xaltocan, del mismo origen, que eran gobernados
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
46
por Chiconcuauh, no sólo por la alianza matrimonial con Cuetlaxóchilt, sino
también porque los dos pueblos pertenecían al mismo tronco racial y
lingüístico.
La guerra emprendida por Tenochtitlan, Tacuba y Texcoco contra
Azcapotzalco hacia el año de 1427, llevó a los mexicas con Izcoatl, como su
gobernante, a conquistar poblaciones que se encontraron bajo el dominio de
los tepanecas como: Cahuacan en la sierra de Monte Alto y Teocalhueyacan,
sin olvidar otras poblaciones como Calacoaya y Tizapan.
De acuerdo con los datos que se muestran en la lámina 4 de la
Matrícula de Tributos, pueblos cercanos a Teocalhueyacan quedaron dentro
del grupo que tendría que tributar para el nuevo reino mexica a través de la
recolección que haría Petlacalco30
(¿San Jerónimo Tepetlacalco?).
30
Arqueología Mexicana No. 14, La Matrícula de Tributos, edición especial, Serie Códices, 2003, pp. 28-29. La Matrícula es un documento que se conserva en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, y sirvió para tomar cuenta en cantidad y fechas en que los pueblos sometidos debían hacer entrega del tributo exigido. El códice pertenece a un género que se denomina de administración pública o “tequiámatl” que significa “papeles o registros de tributos” y su contenido es principalmente de carácter económico. (pág. 47)
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
47
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
48
Como se ha mencionado anteriormente, algunos pueblos aún
subsisten, aunque varios de ellos ya no en la región del municipio de
Tlalnepantla como es el caso de Yopico,31
Tecoloapan,32
Tepexpan,33
Tequemecan,34
Huitzilopochco,35
Colhuatzinco,36
Colotlan,37
Tepepullan,38
Ólac39
y otros que aún se pueden observar dentro de la extensión territorial
municipal como Petlacalco,40
Tepetlacalco41
y Xaxalpan, “Lugar muy
arenoso” (San Pablo Xalpa).
Todas estas poblaciones estuvieron bajo el dominio de Tacuba
(Tlacopan), ya que aquellos que estuvieron sujetos a Azcapotzalco, luego de
su derrota, pasaron a estar bajo la égida del vencedor. En el Memorial de los
pueblos de Tlacopan,42
se señala a Xilotzinco, Cahuacan y a
Teocalhueyecan, entre los pueblos sujetos a esa cabeza, y que fueron
repartidos a través de encomiendas entre los recién llegados españoles.
31
“Lugar de los yope”. Fue un barrio de Azcapotzalco donde se veneraba a Yopico dios de los orfebres y sus habitantes eran grandes agricultores. González Gamio op. cit. p. 108 32
“Río de los Tecolotes” (San Mateo Tecoloapan), pertenece actualmente al municipio de Atizapán de Zaragoza. 33
“Sobre los cimientos” pueblo cerca de Jiquipilco, Estado de México. 34
“Lugar de ropas de piedra” Se ignora su ubicación. 35
“Lugar de Huitzilopochtli” dios de la guerra. (San Diego Churubusco, Ciudad de México) 36
“Lugarcito de los Colhuas” Se ignora su ubicación. 37
“Donde abundan los alacranes” Se ignora su ubicación. 38
“Lugar del cerro grande” Tenango de Tepepulla, San Juan Bautista, México. 39
“Donde se mueve el agua” Olac, D.F. (Alcaldía Magdalena Contreras) 40
“La casa de los petates” (San Jerónimo Tepetlacalco) 41
“Lugar de sepulcros” (San Lucas Tepetlacalco) 42
www.europeana.eu. Fac-similé du memorial de los pueblos de la cabecera de Tlacopan.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
49
Presencia otomí en el Valle de México
Fernando de Alva Ixtlixóchitl al igual que Fray Juan de
Torquemada43
coincide en que 47 años después del arribo de los
chichimecas al Valle de México, comenzaron a llegar varios grupos
indígenas con la intención de establecerse por la región.
Cuando llegaron la nación de los aculhuas, que salieron de las
últimas tierras de la provincia de Michuacan, que era la misma
nación de los chichimecas michuaque, aunque venían divididos
en tres parcialidades, que cada una de ellas tenían diferente
lenguaje, trayendo cada una de ellas su caudillo y señor. Los
que se llamaban tepanecas traían por caudillo y señor a
Acolhua, que era el más principal de los tres; el segundo se
decía Chiconcuauh, caudillo y señor de los otomíes, que era la
más remota y de lenguaje muy extraño y diferente… El tercero
se llamaba Tzontecomatl, caudillo y señor de los verdaderos
aculhuas44
.
Chiconcuauh se casó con una de las hijas del señor chichimeca
Xólotl, viéndose favorecido con las tierras de Xaltocan, quien, recordemos
fue una cabeza importante del señorío hasta que los tepanecas de
Azcapotzalco dominaron el territorio, lo que obligó a sus habitantes otomíes
43
Torquemada, Fray Juan de, Monarquía Indiana, UNAM 1964, p. 28. 44
Alva Ixtlixólchitl, op. cit. cap. V, p. 17
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
50
a emigrar hacia el nororiente del valle, y a otras tierras que hoy se conocen
como Otumba y Metztitlan.
Los datos vertidos por Ixtlixóchitl en su “Historia de la Nación
Chichimeca” parecen no concordar con los de otros manuscritos, en lo que
se refiere a las fechas. Por ejemplo, la edad que tenía Xólotl al llegar
Chiconcuauh, la propia edad de sus hijas y la fecha de su muerte en 1232.
No hay congruencia con las fechas que se anotaron en el Códice Xólotl,
aunque lo importante sea el inicio del asentamiento otomí en la región a
través del matrimonio entre Chiconcuauh y Cihuaxóchitl.
Luego de obtener el dominio y soberanía de Xaltocan, los pueblos
que se fueron estableciendo como parte del reino, avanzaron hasta la actual
región de Monte Alto y Monte Bajo para llegar a Chapa de Mota como ya se
explicó y como consecuencia de ello también por la zona de Tlalnepantla,
especialmente en Tepemaxalco hoy pueblo de San Pedro Barrientos,
Cuitlachtepec (pueblo de San Rafael).
Se mencionan otros lugares en el antiguo manuscrito Los Anales de
Cuauhtitlan: Temacpalco, Cuauhxomalco, Otlayo, Cuauhtepec,
Tezonyocan, Tlacochcalco y Ecatepec, donde Cuauhtepec y Ecatepec
forman parte actual de la alcaldía Gustavo A. Madero y del Estado de
México, respectivamente.
Varios de los pueblos mencionados desaparecieron como
consecuencia de las congregaciones y sólo algunos permanecieron con su
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
51
nombre indígena, aunque como ya se mencionó, como parte de las
divisiones territoriales y el desarrollo urbano, cambiaron de nombre.
La formación de la Triple Alianza contra Azcapotzalco trajo como
efecto que los pueblos que
dependían del antiguo señorío
tepaneca, ahora quedaran bajo
el dominio mexica y entre los
que se señalan se encontraron
también Tecpa, Cuauhuacan y
Teocalhueyacan.
Este último pueblo al
igual que Tizapán (Atizapán)
seguramente que estuvieron
ocupados por familias de
origen otomí pero que no
tenían mucha importancia a
nivel de señoríos, aunque
Chimalpain45
antiguo cronista indígena del siglo XVI, anotó que la madre
de Tlacaelleltzin había sido señora otomí de Teocalhueyacan de nombre
Cacamacihuatzin.46
45
Chimalpain nació en Amecameca hacia el año de 1579 y perteneció a la nobleza chalca, al ser bautizado se le nombró Domingo Francisco de San Antón Muñoz Chimalpain Cuauhtlehuanitzin, sus estudios lo llevaron a ser un gran historiador y una de sus más
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
52
Lo anterior permitiría deducir que el grupo étnico otomí sostuvo
relaciones estrechas con otros grupos raciales como los mexicas y los
tepanecas, con quienes, según la historia de estos, compartían el culto a la
deidad Otonteuctli o Xocotl.
Además se debe recordar el paso de los tepanecas por la Sierra de
Monte Alto, quienes por un tiempo se establecieron y debió haber sido
significativo el hecho, porque al recibir más adelante el señorío de
Azcapotzalco, este nombre del pueblo se derivó de aquel otro ubicado en la
serranía y que habían ocupado: Azcapotzaltongo.
Como ya se mencionó los grupos étnicos de la Triple Alianza
conquistaron los pueblos que estaban bajo el dominio de los tepaneca,
convirtiéndolos en tributarios, entre ellos los de origen otomí que
seguramente, les fueron cambiados los nombres originales por otros en
náhuatl como se conocen hasta la actualidad.
El Códice Mendoza47
refiere con claridad el tipo y cantidad de
tributos que debían aportar todos los pueblos que ahora estaban sometidos al
famosas obras es: “Las ocho relaciones y el memorial de Colhuacan” que se encuentran en el repositorio de la Biblioteca Nacional de París. En ellas narra la historia de los señoríos de Colhuacan, Tenochtitlan, Texcoco y de otros importantes señoríos de la región. 46
Domingo Chimalpain, Las ocho relaciones y el memorial de Culhuacan, (paleografía y traducción de Rafael Tena) México, Conaculta, 1998, tomo II Séptima relación, p. 53. 47
Recibe el nombre de Códice Mendoza o Mendocino por el primer virrey de la Nueva España don Antonio de Mendoza quien gobernó de 1535 a 1550 y quien mandara elaborarlo para enviárselo al rey Carlos V, con la intención de informarle sobre la vida de los antiguos mexicanos. Está hecho con papel europeo. Se localiza resguardado en la Biblioteca Bodleian de la universidad de Oxford desde 1659. Se compone de tres partes:
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
53
gobierno mexica. Las dos planchas del manuscrito que muestran los glifos
toponímicos difieren de la Matrícula de tributos que no contempla la misma
cantidad de pueblos y entre ellos el de Teocalhueyacan.
En la Lámina 4 de la Matrícula de Tributos se visualizan 12
topónimos, mientras que en el Códice Mendoza, se muestran dos planchas
que suman 24. Quizá esto se deba al deterioro del primer manuscrito que
sólo muestra la mitad del mismo.
Ambos documentos apuntan a que aquellos pueblos cercanos a
Teocalhueyacan rindieron contribuciones al pueblo de Petlacalco que se
convirtió en cabecera tributaria. En anotaciones de la historiadora Rebeca
López Mora en su obra Otomíes y Mexicanos en la Tierra de En medio, y en
revistas especializadas como Arqueología Mexicana se explica que
Petlacalco es en la actualidad el pueblo de San Jerónimo Tepetlacalco, lo
que puede ser objeto de diferencias al notarse que tomaron de la Matrícula
de Tributos el pueblo de Petlacalco como el de San Jerónimo y Tepetlacalco
como el de San Lucas aunque bien pudiera ser al revés.
Aquí se deben hacer algunas precisiones como la del significado de
Petlacalco y su topónimo dibujado en ambos códices: “La casa de los
Anales mexicanos formado por 18 láminas que contienen fechas en los que pasaron los hechos pintados desde la fundación de Tenochtitlan, reinados y conquistas mexicas. El libro de tributos: tiene 39 láminas y refiere los pueblos conquistados y el pago de tributos con productos naturales y elaborados. Y el tercero refiere la Etnografía en 16 láminas donde se presentan las costumbres, educación, ritos, ceremonias, instrucción militar, oficios, fiestas, juegos, así como la aplicación de los castigos a los delitos cometidos. (ver Página 51)
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
54
petates” y es que el glifo lo explica por sí mismo al mostrar los elementos
que lo identifican tal como son calli-casa y petlatl-petate, sin embargo,
queda por dilucidar la fecha y el por qué se le agregó la raíz “te” de tepetlatl
que unido significa tepetate y dividido en te de tetl, piedra y petlatl, petate.
Por otra parte, el glifo de (San Lucas) Tepetlacalco, que también se
encuentra en la Matrícula de Tributos muestra sus elementos que le dan el
significado que se anota en la Matrícula de Tributos: Lugar de sepulcros,
aunque en otros diccionarios, las dos palabras náhuatl, petlacalco y
tepetlacalco parecen tener un significado diferente:
Topco, petlacalco… en morral y caja.48
Tetopco, tepetlacalco… en el cofre, en la petaca de alguien.49
Ahmo tetopco, tepetlacalco timayahuiz… No te arrojes en el cofre de
las personas, en el arca de la gente.50
Como se puede leer, la primera palabra petlacalco se anota con un
significado de caja, en la segunda como petaca, sinónimo de estuche, joyero,
urna y en la tercera como arca. Empero la traducción al decir de algunos
estudiosos del idioma náhuatl, varía debido a que en dichos pueblos se
llevaba a cabo funciones de gobierno, donde un personaje denominado
Petlacalcatl o Petlacatl fungía como el cobrador de los tributos.
48
Diccionario del náhuatl, en el español de México. UNAM 2008, p. 315 49
Idem p. 320 50
Idem
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
55
Lo que quedaría por aclarar es si dicho lugar donde se recolectaron
los tributos fue San Lucas Tepetlacalco o San Jerónimo Petlacalco, que
como ya se mencionó antes, se desconoce la fecha en que pudo habérsele
agregado el prefijo “te” para quedar como Tepetlacalco que cambia
totalmente el significado del primero vocablo: En la casa de petates, por
Lugar del Petlacalcatl, “donde está el funcionario que recoge los tributos” o
Lugar de urnas o cofres.
Luego de tomar el poder en sus manos, los mexicas sometieron con
dureza a los pueblos otomíes, aumentándoles la carga tributaria. La rebeldía
de los otomíes, de negarse a dar el tributo, obligó a Moctezuma Ilhuicamina
(1398-1469) a enfrentarlos militarmente y de manera tan violenta que no
escaparon niños, mujeres y ancianos de aquellas terribles matanzas.
Para 1486 los otomíes de pueblos como Chapa de Mota, Jilotepec y
Cahuacan entre otros, se negaban a pagar el tributo impuesto por los
mexicas, por lo que Ahuitzol51
, luego de tomar el reino de Tenochtitlan,
decidió atacarlos.
Entre las poblaciones que los mexicas atacaron se encontró Chiluca,
pueblo muy cercano a Teocalhueyacan, al igual que otros de la sierra de
Monte Alto y del Valle de Toluca: Illa, Cahuacan Jiquipilco, Xocotitla y
Jilotepec. A todos ellos los obligaron a pagar tributos tan altos de madera,
maíz, frijol, coas, ciervos, conejos y pieles de otros animales.
51
Ahuitzol fue el octavo rey mexica y gobernó Tenochtitlan de 1486 a 1502. Fue un gran guerrero que dominó gran parte del centro y sur del actual México.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
56
Tan excesiva imposición y el maltrato del que fueron objeto, obligó
a los pueblos otomíes o a gran parte de su población, a huir hacia otros
lugares como Tliliuhquitepec, territorio hoy del estado de Tlaxcala, suceso
que queda registrado con la llegada de Cortés a Teocalhueyacan, después
del ataque de los mexicas que provocó que huyera en aquella “noche triste”.
Los relatos históricos cuentan que después de huir de Tenochtitlan,
los europeos se encaminaron hasta el pueblo de Teocalhueyacan, donde los
nativos de Tlaxcala, que los acompañaban, inmediatamente reconocieron
que sus raíces provenían de ese lugar.52
En las crónicas se interpreta un pasaje histórico de Fernando de Alva
Ixtilixóchitl en el que el Señor de Tlaxcala reconoce ante un emisario
mexica contar entre su gente con algunos que huyeron de Zacaxochitlan,
Teocalhueyacan, Cahuacan y Mazahuacan, poblados de la Sierra de Monte
Alto y Monte Bajo, que encontraron refugio en tierras de Tlaxcala.
Aunque las fuentes señalan que el Señor de Tlaxcala reconocía
“tener entre sus filas a gente de los mexicas” de esos pueblos, es posible
que se referían a otomíes que estuvieron bajo el sometimiento de los
mexicas y que fueron quienes huyeron para unirse al grupo otomí de
Tliliuhquitepec.
Las crónicas de la huida de Cortés en la fecha en que se ha
nombrado “de la noche triste”, nos ilustran, al igual que el Lienzo de
52
Códice Florentino, George Baudot y Tzvetan Todorov, Relatos aztecas de la conquista, México 1992, Grijalvo, p. 131.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
57
Tlaxcala, en el sentido de que luego de que huyeron, tomaron camino hacia
Totoltepec, hoy Los Remedios, en el municipio de Naucalpan, hasta donde
llegaron gente del pueblo otomí de Teocalhueyacan, para ofrecerles comida
e invitarlos para que acudieran hasta su pueblo que se localizaba cerca de
Tizapan y Atenco, dos pueblos antiguos que hoy se reconocen como
Atizapan de Zaragoza y San Andrés Atenco.53
Lo anterior lleva a deducir que los pobladores de Teocalhueyacan
no contaban con un Tlatoani o Gran Señor, sino con un personaje de cierta
importancia que los representaba y al que según las crónicas del Códice
Florentino lo nombraban Otoncóatl.54
53
López Mora Rebeca, op. cit. pp. 53-54 54
Idem, p. 53
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
58
Realizada la invitación para que los invasores europeos acudieran al
pueblo otomí al día siguiente, estos pasaron por tierras de Calacoayan,
donde asesinarían a sus inermes pobladores. La historia cuenta que quizá fue
una venganza por la derrota sufrida en Tenochtitlan, aunque se dejó escrito
que aquellos otomíes sufrieron la agresión al confundirlos con aliados de los
mexicas. El relato del Códice Florentino lleva a reconocer la geografía del
lugar al mencionar que luego que pasaron por Calacoayan, siguieron a una
llanura para enseguida “trepar” a Teocalhueyacan.
Uno de los grandes dilemas históricos que han existido en esta
región es si Teocalhueyacan estuvo en partes llanas o encima del cerro de
San Andrés Atenco. La mención de “trepar” indica que la población se
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
59
encontró en la cima de un cerro al que con el tiempo se conoció como San
Lorenzo, nombre que le agregaron los franciscanos al pueblo nativo de
Teocalhueyacan.
Presencia de religiosos en la región
Con la llegada de Cortés a América en 1519, dos religiosos hicieron
presencia ante las comunidades indígenas: fray Juan Díaz y Fray Bartolomé
de Olmedo. Cuatro años después cruzaron el Atlántico otros tres clérigos,
fray Juan de Tecto,55
fray Juan de Aora56
y fray Pedro de Gante,57
cuya
misión de evangelizar se vería trastocada por la muerte de dos de ellos. Fray
Pedro quedó sólo en la ciudad de Texcoco donde abordó su tarea
evangelizadora a través de la enseñanza e ideas educativas que impulsó,
especialmente en los niños.
En el año de 1524 llegaron a la Nueva España otros doce religiosos
de la misma orden Franciscana que se diseminaron por aquellos antiguos
55
Mendieta fray Jerónimo de, Historia Eclesiástica Indiana, UNAM, 1994, pp. 33-45. Fue un misionero franciscano de origen Flandes, cuyo verdadero nombre fue Johan Dekkers, murió dos años después de su llegada. Se cuenta que quizá fue asesinado por Cortés o que murió de hambre durante la expedición a Las Hibueras que hiciera el invasor en octubre de 1524. 56
Idem, de origen flandes, murió en 1524, al poco tiempo de su llegada a la ciudad de Texcoco, su verdadero nombre fue Johann Van Der Awera. 57
Idem, su nombre flandes, Peter de Moore, o Pedro de Mura. Se dice que construyó más de 100 templos y fue muy estimado por los indígenas de los pueblos a quienes enseñó varios oficios.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
60
pueblos de Texcoco, México, Tlaxcala, Huexotzingo y Tlalnepantla, donde
según los manuscritos iniciaron la construcción de capillas y conventos.
Posteriormente llegaron otro tipo de religiosos que se asentaron por los
rumbos de Azcapotzalco: los Dominicos y con ellos su aplicación en la
construcción de capillas y conventos.
Con la edificación de ermitas, capillas y templos de origen
franciscano primero, y de las otras órdenes religiosas que fueron llegando
después a la Nueva España, los nombres originales de los pueblos fueron
cambiando al anteponerles el nombre cristiano de un santo o una virgen.
De esa forma se fueron reconociendo, a partir de la primera mitad
del siglo XVI, poblaciones como San Francisco Atizapán, San Mateo
Tecoloapan, San Lucas Tepetlacalco, San Andrés Atenco, San Pedro
Barrientos, San Pablo Xalpa y otros más.
Sin embargo, hubo poblaciones como Calacoaya y Tequexquinahuac
que mantuvieron su nombre original y otros que lo perdieron como el
pueblo de Los Reyes (Oztocoayan), San Rafael (Cuitlachtepec), San Pedro
Barrientos (Tepemaxalco) y el barrio antiguo nombrado la Loma.
Con esta información se permite deducir que sumado a las
congregaciones de pequeñas poblaciones, desaparecieron decenas de
localidades que en la mayoría de los casos no aparecen en manuscritos,
mapas o códices.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
61
La presencia de los religiosos en la región influyó para llevar a cabo
la reunión de las familias indígenas en un solo lugar. Terminó con un
sistema de señoríos que había regido por muchos años proporcionando
orden político, social y económico. El poder de la triple Alianza, como lo
comenta la historiadora Rebeca López Mora fue siendo minado al romper
los lazos que los unían.
La imposición de una República de indios se dio principalmente
donde existieron caciques
nativos, otomíes o mexicas,
generándose nuevas formas de
gobierno a través de las
repúblicas indígenas.
En el caso que nos
ocupa, las comunidades de
origen otomí sufrieron
alteraciones, tanto en lenguaje
como en situación geográfica.
Es decir, su idioma original fue
usurpado por el idioma náhuatl
que los mexicas impusieron
luego de tomar el poder en
1426.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
62
Posteriormente, a la llegada de los europeos a las costas mexicanas,
tan pronto se dieran las batallas en contra de los mexicas gobernados por
Moctezuma, Cuitláhuac y Cuauhtémoc, los aliados indígenas, en su mayoría
de origen otomí, pensaron que al ser liberados de la opresión de los mexicas,
se verían libres y disfrutando de todo aquellos que les había sido impedido,
principalmente su libertad.
No sabían ni imaginaron que los conquistadores pensaban muy
diferente. Ellos creyeron que tenían derecho a exigir una compensación, una
parte de lo conquistado. El propio Cortés después de apoderarse de
Tenochtitlan tuvo conciencia de que quienes integraban su ejército debían
obtener un beneficio.
Así aplicó la práctica de la encomienda que consistía en otorgarle a
cada soldado un número de habitantes cuya obligación fue rendirle tributo al
encomendero. Aunque al principio la Corona real no estaba de acuerdo con
aplicar la encomienda por los resultados desastrosos que se habían dado en
otros lugares, el rey no tuvo más remedio que aceptarla al saber que esta
sería cuidadosamente regulada.
Contando con el apoyo de los Tlachtoque o Tlaloque,58
aquellos que
gobernaban los pueblos nativos y que hacían el papel de recolectores del
tributo indígena, los encomenderos recibieron sus aportaciones bajo el
antiguo sistema tributario, sin embargo y a pesar de los pagos en especie y
58
Fueron funcionarios responsables de los asuntos públicos, impartición de justicia, procuración de obras públicas.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
63
la aplicación de la mano de obra, comenzaron a presentarse una serie de
abusos en contra de los naturales mexicanos y otomíes por igual.
La encomienda trastocó la vida de los originarios de la Cuenca o
Valle de México que observaron cómo sus pueblos iban, de manera gradual,
siendo avasallados por la imposición de un nuevo sistema político-
económico y social. Entre aquellas poblaciones dos fueron preponderantes:
Tenayuca habitada por mexicas y Teocalhueyacan habitada por otomíes.
La diferencia entre uno y otro pueblo fue que el primero había sido
gobernado por Tlatoanis y el lugar ostentaba la categoría de Huey Altepetl,
mientras que el segundo sólo contaba con un representante común, aunque
debe considerarse que en el pasado inmediato habían sido anfitriones de las
huestes de Hernán Cortés.
Las noticias señalan que el último Tlatoani de Tenayuca fue un hijo
de Moctezuma quien después de ser bautizado recibió el nombre de Rodrigo
de Paz,59
aunque también se sabe que no residió en la población después de
que los conquistadores tomaran posesión del reino mexica.
De igual modo, como lo habían hecho los mexicas en el siglo XV al
destruir todo vestigio histórico de sus dominadores, los invasores españoles
comenzaron a desaparecer todo tipo de vestigio tangible e intangible,
principalmente en aquellos lugares donde las manifestaciones religiosas,
educativas, de comercio o políticas fueron más dominantes.
59
López Mora, Rebeca, op. cit. p. 101
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
64
Luego del año de 1603 quedaron formados definitivamente los
pueblos que en el siglo XXI conocemos como San Lucas Tepetlacalco, San
Andrés Atenco, San Pedro Barrientos, Tequexquinahuac y San Jerónimo
Tepetlacalco.
Sin duda, que aquellos pueblos que hoy se localizan en territorio
municipal de otras entidades municipales como Atizapán, Naucalpan y
Nicolás Romero, formaron parte de la historia local al estar constituidos
dentro de una doctrina eclesiástica con cabecera en Tlalnepantla y dentro de
la jurisdicción política y de gobierno de Tacuba como fue el caso de San
Lorenzo Teocalhueyacan.
En algunos lugares como La Loma y San Rafael cuyo origen indica
ser otomí, así como Santa María Tlayacampa, son escasos de información
en los siglos XV al XVI. Sin embargo, al consultar información en el Índice
de documentos relativos a los pueblos del Estado de México (1968), se
observa una alusión de posesiones en manos de particulares que indican su
posición geográfica en estos pueblos.
Una etapa importante en el desarrollo de los pueblos otomíes en
Tlalnepantla, fue aquella en la que los nativos supieron aprovechar para su
beneficio, el abandono de tierras y el usufructúo de ellas.
Todo lo contrario de sus vecinos mexicas que fueron alejándose de la
productividad como consecuencia de varios factores como mantener en su
posesión tierras de mala calidad, los desastres naturales y consecuentemente
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
65
las epidemias que azotaron el Valle de México luego de la llegada y
establecimiento de familias llegadas de España.
Las parcialidades de los pueblos otomíes y mexicas convivieron en
paz luego de la creación de una nueva población nombrada Tlalnepantla,
donde cada uno contó con gobernador, hasta la fecha en que se instituyeron
los gobiernos municipales de Ayuntamientos en el siglo XIX a través de la
implantación de un sistema republicano federal.
Revisando diversos tipos de documentos en el Archivo General de la
Nación, se pudieron encontrar nombres de personas descendientes de
aquellos caciques y tlatoanis que fueron elegidos como gobernadores de
indios antes del siglo XIX y que en épocas de la Independencia, y posterior
a la creación de la República Mexicana, ocuparon cargos dentro de las
administraciones municipales
Sin embargo, esta nueva práctica ocasionó que las nuevas formas de
elegir a sus representantes causaran la pérdida de usos y costumbres que
habían utilizado de manera autónoma. Los bienes que los pueblos habían
mantenido para sí, ahora formarían parte de los bienes comunes del
Ayuntamiento y otros repartidos entre los pobladores de Tlalnepantla, sin
importar su origen indígena, español o mestizo.
Las cosas no resultaron ser tan sencillas, pues una vez que fueron
nombrados los gobernadores indios de cada grupo racial, recayó entre los
mexicanos la responsabilidad en quienes tenían un parentesco consanguíneo
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
66
con el antiguo Tlatoani, y en el caso de los otomíes, recayó en alguien que
posiblemente fuera elegido desde la cabecera principal que era Tacuba, o
quien fuera un recolector de tributos.60
Es difícil asegurar lo anterior por la
falta de información de la raza otomí en la región.
Luego de que se creara el pueblo de Tlalnepantla, surge la necesidad
también de crear un gobierno local, aquel donde el indígena tuviera
autoridad como gobernador.
Durante más de 200 años, la presencia de gobernadores indios estaría
presente en las comunidades mexicas y otomíes. El sistema aplicado a partir
de la colonización no tuvo variaciones, sino hasta llegado el siglo XIX que
es cuando da inicio una serie de reformas políticas y de gobierno en la
península ibérica que contribuiría a que en la Nueva España se tomaran
decisiones que a la postre causaron la emancipación de la monarquía para
convertirse en un país libre y democrático.
Las primeros indicios llegaron con la promulgación de las Leyes de
Cádiz en 1812 y la conformación del Ayuntamiento Constitucional de 1813,
pero cuya duración fue muy corta, hasta 1814 y fue hasta el año de 1820 en
que nuevamente Fernando VII restableció la Constitución de Cádiz de 1812,
para establecer un Ayuntamiento definitivo en Tlalnepantla el 16 de julio de
ese año 1820, que también tendría poca duración, bajo el régimen del
emperador Iturbide cuyo derrocamiento se dio en 1823.
60
Idem p. 102
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
67
Con el paso del tiempo, y al llegar a su término la guerra de
Independencia en 1821, el sistema de Intendencias en que se dividió la
Nueva España, desapareció y se convirtieron en los estados que dieron
forma a la delimitación y figura de municipios que, a través de elecciones
constitucionales en el año de 1825 serían creados los primeros gobiernos y
Ayuntamientos por elección popular bajo la Constitución Federal de los
Estados Unidos Mexicanos aprobada el 3 de octubre de 1824 y publicada el
25 del mismo mes.
Mucho es lo que falta de anotar de aquella raza otomí que formó
parte importante de la historia de la “Tierra de enmedio” y cuyas huellas son
visibles en la estructura arquitectónica del ex monasterio y catedral de
Corpus Christi.
Los pueblos Otomíes en Tlalnepantla
68
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69
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70
Esta obra se
terminó de imprimir
en abril de 2020.