LUIS ARGUDIN I El país que vadetrásdo: eso es un paisaje. El paisaje es lo que no se puede tocar,...

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Argudrn difunde una"inestabilidad genera­lizada: todo se mueve, aun lo fijo. Ésa esla única seguridad, que nada es seguro.

Dice Severo Sarduy que en el arte deeste tiempo debehallarse la impronta delmodelo cosmológicodel Big-b8ng, no por­que el arte busque reflejar la teoría sinoporque arte y astronomfa corresponden aun mismo imaginario. Desde luego, hayque evadir toda consideración del artistacomo un creador en situación análoga aldios pro-verbial, al que crea en virtUd delverbo. El artista contemporáneo es cada

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ficas yse bañan en un manto de magma,se llenany vacfan inmersos en el bullir cós­mico de lo fatalmente inanimado. Es unacuestión de cosmos esta pintura, pero decosmos recién arrancado, pues el caosestá apenas ordenándose. PrTner universo,universo precario, el estudio del pintoracaba de estallar y se expande; sus 'obje­tos forman conglomerados que se proyec­tan contra la tela velozmente. He aquf unanueva celebración de la velocidad quenada tiene que ver con el futurismo, afir­mativo y arrogante; la velocidad de Luis

Red de cristal, 6leo/tela, 225 x 210 cm

Por Jaime Moreno Villa:";~atñ ñ ¡ ñ a 5 ñ ¡- 5 ñ " ñ -; , . ñ· + ñ ¡ 3 '7ia7i:abS?ra: '

.. "Del taller y sus construcciones", Museode Arte Carrillo Gil. mayo-junio de 1988.

Al contemplar la obra de Luis Argudfn, ..recordé un dicho bereber que tiene lo suyo:.. A donde vayas, tu tierra irá contigo, perocuando vuelvas serás extranjero." Éste esel lema de quien, perteneciendo a un gru­po sahárico sedentario, elige la vida del nó­mada y, como si se hiciera a la mar -lellaman la mar de arena -, se hace al de­sierto. Luis Argudfn se ha hecho al desier­to, ha emprendido una renuncia, se hadespojado de lo que tenfa y se ha interna­do en el páramo . ha elegido la pobreza yla errancia, como un cenobita que fueraal mismo tiempo aventurero.

En estas tierras, el nómada suele tran­sitar lastimosamente en las figuras del per­seguido '1 el exiliado, Efectivamente, ¿quiénes para nosotros aquél que lleva su tierraconsigo y cuando vuelve a ella es un ex­tranjero? Juzgo no ser abusivo si nombroa la renuncia de Luis Argudfn un exilio in­terior. Pero no deseo centrar estas lineasen la expatriación; quiero concentrarme enlo que se va tras quien renuncia, según eladagio bereber; quiero hablar de la tierraque lo sigue . del pals que se va con él.

El país. no el Estado; el país que cadaquien lleva consigo, como en palabras deGertrude Stein : " Al fin y al cabo cadaquién es como su tierra y su aire." El palspagano, el país de la luz que llevamos enlos ojos, esa manera torpe y Ifmpida dereconocernos paisanos o extranjeros. Elpats, porque la renuncia de Luis Argudfnestá henchida de paisaje: su obra recien­te es una mirada paisajfstica sobre los ob­jetos de un entamo cerrado, el estudio delpintor, un desierto interior, una ermita sú­bitamente poblada por objetos que pare­cen creaturas, que en algo sugieren lastentaciones del asceta . Objetos que cor­tan el cauce de negras avenidas cartográ­ficas y formaciones telúricas, objetos quese plantan a la vera de manchas hidrográ-

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mer ámbito aparece ya el tema del estu­dio y sus objetos. pero tratado con una ca­lidad hlperdesarrollada que severá borradadrásticamente. A él pertenecen sólo cua­tro obras. en papel, titu ladas Ta1/er 1, VI,IX YX . El segundo ámbito es la desnudezdel rost ro. el autorretrato del pintor en suabandono mut ante. ajeno. yermo, devas­tado . Hay autorret ratos pintados al óleoyen técnica mixta. En dos de ellos, j\rgu­drn designa con emulaci ón la procedenciade su arte: Autorretrato para Matisse yAutorretrato orozquieno. A este último sesuma un A utorretrato muralista. El tercerámbito es el paisaje áspero de la renuncia,el taller como autoctonla, humus, arcil!a,geologra. con sus objetos beldíos -comose anunciaba ya en la obra preliminar, peroen violento contraste pues ahora el artis­ta arremete contra la perfección obtenida.Este tercer ámbito es el más amplio y elmás poderoso de la muestra. Es el máspropositivo . Sin t it ubeos juzgo que debeser cons iderado paisajlstico. Esaes la im­pronta tectónica que carga el trashuman­te: "A donde vayas - reza el lema bere­ber- tu t ierra irá cont igo..." Asl parecesobrellevarla Argudln quien. a veces abíer-

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borradura: en lugar de fijar su rostro en su"momentos", Argudrn lo diferenc ia. de al­gún modo lo hace imposible. La serie delos autorretratos culmina con una tela quecontradice cuanto confirma esta pul Iónde borradura, el Autorretrato en el estu­dio, visión naturalista del joven pintorcomo será cuando comience a envejecer.obra en la que la mutación es tantomovimiento-devenir cuanto borradura­diferencia, obra que puede ser de utilidadpara hacer un corte diagonal en la pinturade Argudrn, una pintura en la que los orl­genes, que son aquello que se busca, queson lo que seguramente existe, se estánperdiendo en el momento mismo de su for ­mulación, como en la imagen cósmica elgran estallido que va quedando atrás con­forme el universo se expande, atrás como

. una certeza inalcanzable, pero al mismotiempo ahf en la expansión.

La exposición "Del taller y sus cons­trucciones" se dividió en tres ámbitos. Elpreliminar recogra obras de 1986 -lasmás antiguas de la muestra-, y aparece

1 como el horizonte perdido, despliegue dela maestrra técnica, del saber hacer queArgudrn abandonará en 1987. Eneste pri-

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130 cm

vez menos una conciencia creadora todo-o poderosa y más un sujeto dudoso. La pin­tura de Luis Argudrn expresa una pérdidatal, del saber a la vacUación.

Cuando uno se pierde, cuando se aban­dona, cuando se despoja, lo último quedeja son dos ~osas : el rostro y el pals, Elpar.s '-por ~éS lejos que uno esté de la na­ción;dellugar de nacimiento-, el país vadetrás de cada uno como un paisaje inal­canzable, es aquel fondo contra el cualnuestra silueta se imprime. Yel rostro, pormás que mude y trasmude, por más quese haga extraño, es una huella de paso ala que incluso la más extrema ajenidad noresulta ajena: la cara que se convierte enla cara de otro es el mudo testigo de la mu­danza. Rostro y peís, eso es lo que le que­da a Argudrn en la indigencia.

, Pero estos dos principios no son incon­movibles. Todo lo contrario, rostro y parsestán en borradura. Véanse los autorretra­tos de Luis Argu<Un. De primera impresiónson la fijeza pura, ya de frente (como elAutorretrato tenso), ya de perfil (como elAutorretrato maya). Esa fijeza, que con­tradirra la mutación entendida como mo­vimiento, no lo hac-,B si se la entiende como

Sin tItulo, óleo/tela, 240 x 210 cm

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ta, a veces veladamente, propone al es­pectador la contemplación del mapa de laRepública Mexicana como una súbita apa­rición en una geogratra de incendio y te­nebrismo .

Es un pafs, pero también una "crea­ción", un mundo en emergencia, una pro­fundidad impetuosa, acelerada sobre lacual se sost ienen -paradójicamente­grupos de objetos suspendidos. El valordel fondo es sustantivo. El trrptico Llenode m' 11, que abre la exposición, asr pare­ce asentarlo . Hay en él tres objetos: unmapa de la República, un banco semicu­bierto por un trapo y una calavera; ¿cuáles la sustancia de esto si no el fondo rau­do que cruza sobre la mancha del vacro?Paisaje, cósmico o telúrico, ésa es la sus­tancia de ese arte. Argudfn se equilibra en­tre los objetos reconocibles y el fondo ver­tiginoso. Su pregunta es por lo que haydetrás.

¿Quées lo que está detrás, lo que siem­pre está en el fondo? El país es lo que estádetrás, lo que da relieve, diferencia. No esraro que en la pregunta por la identidad deun solo hombre o de un pueblo entero serecurra corrientemente a las imágenesgeográficas; a los climas, a las calidadesde la luz, a la riqueza del suelo, si cadaquién -¿se dice asf, verdaderamente?_es como su país... Desde luego, existe unatopologfa pictórica que expresa esto, ma­neras de tratar el fondo de modo que If. aIgura en primer plano signifique según el

campo visual que la acoge. Es también loque Ives Bonnefoy ha elaborado comoI'arriere-pays: el sueño de lo que está de-

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¿Qué es lo que hay detrás de tal personal ' " f ondo V formatcomo contenido V centí-Es decir, ¿quién es verdaderamente esa , ,n8riti!.. Pe");ía,·plntur~ lo sabe: el fondogente?, ¿qué es lo que su primer planonos'. exteriornO.menos imÍ)é)rta'lte en la de-

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Soledad en llamas, óleoltela, 235 x 210 cm

terminación de la forma . Las constantesreferencias de Luis Argudfna la Muerte sinfin de Górostiza lo refrendan: Lleno de mt-es la interioridad del paisaje exterior, laprofundidad del afuera, la intimidad del en­torno: el estudio del pintor, sus objetos,su desierto.

¿No es cierto que se reconoce al ex­tranjero por el paisaje de fondo'que sobre­lleva7 Porque el extranjero es paisano de

,otro paisanaje. Lo que está verdaderamen­te en el fondo, lo que está detrás de cadauno no es un marco de referencia, es unacondición. Asf, cuando en México deci­mos que "cada quién tiene el país que semerece" , se pone en juego una ontologfacallejera perfectamente paisaj ística, " seestá diciendo álgo de fondo, 'se está di­ciendo qué es lo que está detrás . Pero loque está detrás, el fondo irnaqinario - 'porque el fondo siemore. e,s una}magen­nunca se alcanza, nunca tocamos fondomás que como metáfora: Nunca tocar fon ­do: eso es un paisaje. El paisaje es lo queno se puede tocar, por eso pasa por serun invento de la pintura, el paisaje pictó­rico es literalmente una tentación, el pai­sajista toca el lienzo como si estuviera ten-

tanda lo que no puede tocar. Véase aquelcuadro de Argudfn en el que una brochainmensa es atravesada por la palabra "ina­sible": ese paisaje de objetos, tentacióny tectonismo nunca toca fondo .

El país de fondo de Argudfn nunca esuna certeza. Las grandes telas que el pin ­tor ha colgado en el Museo Carrillo Gil (In­candescencia, Soledad en llsmes, etc .) ex­hiben siempre un fondo en fuga yviolentado, efectivamente intocable. Elmapa de la República Mexicana que apa­rece patente o sugerido , aquf y allá, es unareferencia simbólica en proceso de vac ia­do: no significa amor patrio, mexicanidad,folclor ni nada reconocible como " mensa-

, je", como "fondo" (contenido); es unahermosa cáscara devastada, una figura

. cósmica, un mapa en el cielo o una cons ­telación en la pared. Si es imprescindible

" no confundir el país que está en el fondocon el país patrio, es imperioso restar cual­quier moraleja a la pintura de Argudfn . Esepafs en el fondo, ese pafs sin fondo es ori­gen sólo en tanto que borradura, princip iosin cifra, origen 'perdido.

En el arte mexicano, la pregunta por loque está detrás es fundamental. El arte

paisajfst ico y el mural ism o la resolvieronen su momento. El paisajismo lo hizo pro­yectando el fondo al frente; el muralismolo hizo fund iendo un nuevo paisaje, un pai­saje histórico para la urbe . El arte muraies un arte paisajfst ico que quiso ocupar elent orno civil , un paisaje de fondo y de"fondo " - es decir, de contenido, un arteque pretendió exhibir las entretelas, mos­t rar lo que hay det rás. Tanto el muralis­mo como el arte paisajfst ico, como elabo­raciones de lo que hay detrás, fueronelaboraciones del país: ya fuera el Valle deAnáhuac del paisajista o la Conquista, laIndependencia, la Revolució n del muralis­ta , la pregunta ¿cuál es el pafs? se truecapor la de ¿cuál es el paisaje? .

Lo que está detrá s del pintor y dentrode él, dice Arqudln, su fond o, es su taller:ése es el principio de esta exposición. Setrata , desde luego , de una indagación delsujeto dudoso en su entorno. " En el fon­do - parece decirnos Argudfn - soy unacreatura de un mundo en fundición." El ta­ller es el recint o de la conflagración y elexilio, es la ermita, el desprovisto refugiodond e la desnudez se consuma y la ten­tación brota a la luz , l Qué es lo que estádet rás de todo aquel arte de intenso cál ­culo y maestría técnica Que Argudfn alcan ­zara? - Sólo un banco , un trapo, unaslámparas, un bote de pintura, una botella,el cráneo de un buey. una máscara, pin­celes en un jarro, telas y bastidores: esosson los elemen tos del paisaje interior delestudio, los elementos de la conflagracióny la dud a. Quien sueñe en aquella " sopaprimigenia" del principio del mu ndo, enaquella masa fundida, incandescente y ge­nesiaca, no errará: es el paisaje de la crea­ción , una creación sin mayúscula. Argu­dfn ha retornado al laboratorio del mundo,a un laboratorio Queresuena con las man­chas negra s de Braque, con las telas fla­mfgeras de Orozco. con el vulcanismo delOr. Atl. Man chas y borrones, Argudrnvuelve a los elementos realmente elemen­tales ; es un tributo Que en algún momen­to todo art ista verdadero debe pagar:aprender a desaprender. Luis Argudfn vapor su amar illo , por su rojo, por su verde;por sus pinceles , sus brocha s y sus telas;ha vuelto por las seis o siete cosas con lasque realmente cuenta. Recomenzando,está dejando Que el fuego lo consumatodo.

Quizá el dicho bereber vale para signi­ficar también que Quien va al desierto y re­gresa, trae el desierto de vuelta cgnsigoy por eso es extranjero. Porque sus ojosmiran hacia una amplitud más allá delpaisaje. O

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