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UNIVERSIDAD DEL ISTMO
FACULTAD DE EDUCACIÓN MAESTRIA EN EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
MANUAL PARA LA ELABORACIÓN DE UNA GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA EN
PERIODONCIA PARA ESTUDIANTES DE LA LICENCIATURA EN ODONTOLOGÍA
LUIS ANTONIO CALLEJAS RIVERA
GUATEMALA 18 DE NOVIEMBRE DE 2015
UNIVERSIDAD DEL ISTMO
FACULTAD DE EDUCACIÓN
MANUAL PARA LA ELABORACIÓN DE UNA GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA EN PERIODONCIA PARA ESTUDIANTES DE LA LICENCIATURA EN ODONTOLOGÍA
MEMORIA DE INVESTIGACIÓN PRESENTADA AL HONORABLE CONSEJO DIRECTIVO DE LA
FACULTAD DE EDUCACIÓN
POR
LUIS ANTONIO CALLEJAS RIVERA
AL CONFERÍRSELE EL TÍTULO DE
MÁSTER EN EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
GUATEMALA 18 DE NOVIEMBRE DE 2015
Guatemala, 6 de noviembre de 2015. Licenciada María Mercedes Pineda García de Carranza Directora de Maestría en Educación Universitaria Facultad de Educación Estimada Licenciada de Carranza: Por este medio informo que he concluido la revisión de forma y estilo de la Memoria de Investigación que presenta el estudiante LUIS ANTONIO CALLEJAS RIVERA, carné 20131326, de la carrera de Maestría en Educación Universitaria, que se titula “MANUAL PARA LA ELABORACIÓN DE UNA GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA EN PERIODONCIA PARA ESTUDIANTES DE LA LICENCIATURA EN ODONTOLOGÍA”. Luego de la revisión, hago constar que LUIS ANTONIO CALLEJAS RIVERA, ha incluido las sugerencias dadas para el enriquecimiento del trabajo. Por lo anterior emito el dictamen positivo sobre dicho trabajo y confirmo que está listo para su reproducción digital. Atentamente,
Licenciada Carmen Amalia Méndez Santizo Revisora de forma y estilo
INDICE
ABSTRACT
ANTECEDENTES
JUSTIFICACIÓN
1. MARCO CONTEXTUAL ............................................................................................... 1
1.1. Situación inicial ......................................................................................................... 1
1.2. Complicación ............................................................................................................ 1
1.1. Descripción de la propuesta de solución ................................................................... 2
1.3. Objetivos................................................................................................................... 2
1.3.1. Objetivo General ................................................................................................ 2
1.3.2. Objetivos Específicos ........................................................................................ 3
2. MARCO TEÓRICO....................................................................................................... 4
2.1. El estudiante de la carrera de Licenciatura en Odontología ...................................... 4
2.1.1. Estilo de vida ..................................................................................................... 4
2.1.2. Notas constitutivas de la persona humana......................................................... 6
2.1.3. Desarrollo psico-social ....................................................................................... 7
2.1.4. Educación de la inteligencia y la voluntad ........................................................ 10
2.1.5. El ámbito de la afectividad ............................................................................... 12
2.2. Práctica Clínica Profesional en Periodoncia ............................................................ 14
2.2.1. Perfil de ingreso y egreso de los estudiantes ................................................... 18
2.3. Competencias a fortalecer en el educando y en el educador .................................. 21
2.3.1. Didáctica y planificación de competencias ....................................................... 21
2.3.2. Experiencias en otros ámbitos ......................................................................... 24
3. GUÍA PARA LA ELABORACIÓN DE UN MANUAL DE PRÁCTICA CLÍNICA EN
PERIODONCIA ......................................................................................................... 27
3.1. Guías de práctica clínica ......................................................................................... 27
3.1.1. Descripción ...................................................................................................... 27
3.1.2. Directrices para la elaboración de Guías de práctica clínica ............................ 28
4. CONCLUSIONES ...................................................................................................... 43
5. RECOMENDACIONES .............................................................................................. 44
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................................................................... 45
ANEXOS ................................................................................................................... 48
ABSTRACT
El objetivo del presente trabajo, fue la elaboración de un Manual para la realización de
una Guía de Práctica Clínica en Periodoncia, para los estudiantes de la Licenciatura en
Odontología. Se hizo un análisis sobre el estudiante de la carrera de Licenciatura en
Odontología y su entorno, ahondando en su estilo de vida, su desarrollo psicosocial, su
definición como persona, así como su educación en la voluntad y en el ámbito de la
afectividad.
A continuación, se realizó una descripción sobre el quehacer en la práctica clínica
profesional, enfocada en el área de Periodoncia. En esta sección se recopiló información
sobre el perfil de ingreso y egreso del estudiante de odontología, las competencias a
fortalecer, y se realizó una descripción sobre cómo debería ser la didáctica y planificación de
dichas competencias.
Una vez descritas las características propias de los estudiantes, y la importancia de la
adquisición de competencias para su vida profesional, se procedió a la realización de un
Manual para la elaboración de una Guía de práctica clínica en Periodoncia.
ANTECEDENTES
El odontólogo actual debe ser un profesional integral. Los retos que conlleva esta
profesión en la actualidad, incluyen no sólo que el odontólogo sea un excelente y cuidadoso
ejecutor mecánico; sino, además, que sus acciones estén basadas en fundamentos teóricos
y que, idealmente, estos se basen en la mejor evidencia disponible en el campo. La
profesión odontológica exige la toma de decisiones terapéuticas, para lo cual se requiere de
un bagaje de conocimientos teóricos, cuya aplicación debe llevar a mejorar la salud oral del
paciente, optimizando los recursos disponibles.
La Periodoncia, como especialidad del saber odontológico, no escapa de esta
realidad. Sin embargo, un hallazgo particular y común en las aulas y clínicas odontológicas
universitarias, es el encontrarse ante la dificultad de que, aunque a los estudiantes se les
enseña en la teoría, un amplio contenido teórico, al momento de enfrentarse a una situación
clínica, no son capaces de aplicar esos conocimientos a su realidad inmediata, es decir,
existe una brecha entre lo teórico y lo práctico.
Es frecuente para los profesores que imparten cualquier disciplina universitaria,
enfrentarse con el problema sobre el modo de transmitir el conocimiento de manera que,
además de atrayente, también se efectiva; sin embargo, en la enseñanza de áreas de la
salud, esto se vuelve crítico, ya que si el estudiante no es capaz de aplicar de forma correcta
lo aprendido en clases, a una situación clínica real; lo cual puede llegar a repercutir en la
salud de la persona tratada.
JUSTIFICACIÓN
Por todo lo anterior, se recomendaría la elaboración de una Guía de Práctica Clínica
que facilite, tanto al profesor como al estudiante, el aprendizaje de un bagaje básico en
Periodoncia, para desarrollar las habilidades en dicha materia, en las cuales un odontólogo
general debe estar capacitado; así como las herramientas mediante las cuales, los
estudiantes de odontología pueden adquirir y poner en práctica dichos conocimientos, con el
fin de tomar decisiones basadas en la mejor evidencia disponible, y brindar una atención
integral a sus pacientes en la consulta dental.
Con esta guía, a los estudiantes se les facilitará la toma de decisiones clínicas, a los
demás docentes se les facilitará la enseñanza en la clínica de Periodoncia, teniendo esto
una repercusión en los pacientes; ya que serán tratados de una manera más eficiente, pues
la toma de decisiones respecto a diagnóstico y tratamiento, será más profesional con una
base científica.
Se espera que con esto, los estudiantes de odontología que empiezan su práctica
clínica, brindarán mejores servicios odontológicos a las pacientes optimizando los recursos.
1
1. MARCO CONTEXTUAL
1.1 El estudiante de la carrera de Licenciatura en Odontología
La carrera universitaria de Licenciatura en Odontología, que se imparte en las
diferentes facultades de odontología, tiene una duración aproximada de seis años. Durante
los primeros cuatro semestres, los estudiantes cursan materias de ciencia básica; al entrar al
quinto semestre, los estudiantes empiezan a cursar materias en las que deben aplicar los
conocimientos teóricos en pacientes, una de ellas es el curso de Periodoncia. Luego de
haber aprobado el curso, los estudiantes deben atender integralmente, cinco pacientes en
promedio, desde el sexto al décimo semestre. Dentro de la atención integral todos los
pacientes deben pasar por la especialidad de Periodoncia y los estudiantes deben prevenir,
diagnosticar y tratar las enfermedades periodontales.
En el caso particular de la Periodoncia, esta especialidad versa en el diagnóstico y
tratamiento de enfermedades altamente prevalentes a nivel mundial, como los son la
gingivitis y periodontitis, enfermedades que, además, actualmente continúan siendo sub-
diagnosticadas, subvaloradas y, por ende, sub-tratadas por muchos odontólogos generales;
además, como consecuencia final, llevan a la pérdida dental. Todo lo anterior no solo
repercute en la salud individual del paciente, sino en su calidad de vida y en el sistema de
salud en el que está inmerso.
1.2. Complicación
La profesión odontológica exige la toma de decisiones terapéuticas, para lo cual
requiere de una gran cantidad de conocimientos teóricos, cuya aplicación debe llevar a
mejorar la salud oral del paciente, optimizando los recursos disponibles. Sin embargo, un
hallazgo particular y común en las aulas y clínicas odontológicas universitarias, consiste en
encontrar que, aunque a los estudiantes se les enseña en la teoría un amplio contenido
teórico, al momento de enfrentarse a una situación clínica, no son capaces de aplicar esos
conocimientos a su realidad inmediata; es decir, existe una brecha entre lo teórico y lo
práctico.
2
Para los profesores que imparten cualquier disciplina universitaria, es frecuente
enfrentarse al problema sobre la forma de transmitir el conocimiento de manera no solo
atrayente, sino también efectiva en la enseñanza de áreas de la salud. Esto se vuelve
crítico, ya que si el estudiante no es capaz de aplicar de forma correcta lo enseñado en
clases, en una situación clínica real, puede llegar a repercutir en la salud de la persona
tratada.
1.3. Descripción de la propuesta de solución
La realización de un Manual de Práctica Clínica, facilitará tanto al profesor como al
estudiante, el aprendizaje y la aplicación clínica de los conceptos básicos en Periodoncia.
Con esto el estudiante desarrollará las habilidades necesarias en dicha materia, para las
cuales un odontólogo general debe estar capacitado; asimismo, pueden adquirir y poner en
práctica dichos conocimientos, con el fin de tomar decisiones basadas en la mejor evidencia
disponible y brindar una atención integral a sus pacientes en la consulta dental.
Las guías para la práctica clínica han sido definidas como “Declaraciones
desarrolladas de forma sistemática para ayudar a los médicos y a los pacientes a tomar
decisiones sobre la atención sanitaria adecuada en unas circunstancias clínicas específicas.
Están diseñadas para ayudar a los médicos a asimilar, evaluar e implementar la siempre
creciente cantidad de datos y opiniones sobre la mejor y más actual manera de proceder.
Las guías clínicas no pretenden ser ni un recetario de cocina ni un tratado, sino que, en
aquellos puntos en los que exista una evidencia de cambio en la práctica que afecte a los
resultados finales de los pacientes y una sólida base de investigación que apoye la eficacia
de un procedimiento, pueden ayudar a los médicos y a otros profesionales sanitarios en la
toma de decisiones sobre el cuidado apropiado y efectivo de sus pacientes” (ALONSO, y
otros, 2007 pág. 19).
1.4. Objetivos
1.4.1. Objetivo General
- Desarrollar una manual para la elaboración de una Guía de Práctica Clínica en
Periodoncia para estudiantes de la licenciatura en odontología
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1.4.2. Objetivos Específicos
- Evaluar la necesidad de Guías de práctica clínica en Periodoncia
- Realizar búsqueda de manuales para la realización de Guías de Práctica clínica
- Evaluar y comparar Guías de Práctica Clínica en odontología existentes.
4
1. MARCO TEÓRICO
1.1 El estudiante de la carrera de Licenciatura en Odontología
2.1.1. Estilo de vida
A nivel de Pregrado, la educación en la carrera de Odontología puede considerarse un
procedimiento pedagógico único. El estudiante debe adquirir habilidades no solo
académicas, sino interpersonales en un periodo entre 4 a 6 años. El desenlace de cualquier
programa educativo que forma odontólogos, debe ser la “… producción de odontólogos
éticos y competentes para practicar la odontología general a un nivel acorde a las
expectativas de la sociedad a la que están destinados a servir, y deben estar comprometidos
con una mejora constantes tanto educativa como profesional durante toda la carrera”
(SEDKY, 2012 pág. 142). Por lo anterior, su estilo de vida debería de estar enfocado no
solamente en la adquisición de conocimientos académicos propios de la carrera; sino en la
constante reflexión sobre la situación social, económica y política en que se encuentran
inmersos. Sin embargo, puede que, debido a la alta carga académica enfocada en el área
odontológica, el estudiante tenga pocos espacios para el conocimiento de estos otros temas
que le atañen.
“El ingreso a la universidad genera una serie de cambios en la vida de los jóvenes que
van desde separarse de su familia, en el caso de los estudiantes que tienen que desplazarse
a las ciudades en busca de la universidad y dejar sus hogares; además de adaptarse a
nuevas normas, compañeros de estudio, niveles elevados de estrés y manejo del tiempo”
(IBAÑEZ, y otros pág. 28). Por otro lado, el tiempo para compensar ese estrés con otras
actividades ajenas al estudio, es muy limitado; por lo que el estudiante aprende a lidiar con
altos niveles de tensión de una manera poco sana, ya que no tiene mucho acceso a
actividades extracurriculares o en las que pueda interactuar con personas con otros
intereses o que se dediquen a otras actividades diferentes a la odontología.
Otro cambio importante, es la cantidad de horas de sueño que los estudiantes tienen
durante un día. La calidad y cantidad de sueño son esenciales para la salud y bienestar de
las personas y, a la vez, tiene un rol muy importante en el proceso de memoria y
5
aprendizaje. En los estudiantes de odontología, los hábitos de sueño cambian por la alta
carga académica y el incremento en las horas de trabajo, haciendo que duerman menos y
que el sueño sea de peor calidad, debido al alto nivel de estrés en el que se desempeñan.
Diversos estudios han demostrado que el estilo de vida de los estudiantes, futuros
profesionales que ofrecerán servicios asistenciales, se ve modificado por las exigencias
académicas como: preparar sus clases, presentar exámenes, intervenir en clase, exponer
temas, hablar con profesores, lidiar con pacientes, administrar su tiempo y, en la mayoría de
las veces, también son los responsables por el pago que deben realizar sus pacientes a la
facultad. Por tanto, “… en su formación se les somete a estrés y en la mayoría de las veces
determina la adquisición de comportamientos de riesgo para la salud (exceso en el consumo
de cafeína, tabaco, estimulantes o tranquilizantes, ingesta hipercalórica, hipersódica o
hiperlípida). Este estilo de vida les convierte en sujetos vulnerables a alteraciones, tanto a
nivel fisiológico, cognitivo-afectivo, como conductual; generando cansancio emocional y
físico” (PRECIADO, y otros, 2010 pág. 13).
“Los estudiantes universitarios en general, y muy en particular los de odontología, están
sometidos a cargas académicas prolongadas que le requieren desarrollar actividades todo el
día. Deben asistir a cursos teóricos entre seis u ocho horas al día y realizar prácticas en
alguna institución que les exige ciertos comportamientos y actividades productivas”
(PRECIADO, y otros, 2010 pág. 13), por lo que, además, su tiempo para compartir con sus
pares (ajenos a la carrera) e incluso con familiares, es muy limitado; lo que afecta sus
relaciones sociales y familiares (CASTILLA Y CORTAZAR, 1996 pág. 199).
Además, una particularidad de la carrera en odontología, es la delicada combinación que
se debe tener en la adquisición de conocimientos en diversos ámbitos: conocimientos
mecánicos (destrezas manuales para el trabajo mecánico en boca), conocimientos biológicos
científicos (que respalden la ejecución mecánica) y conocimientos psicológicos (que
permitan el manejo y trato con su principal motivo de trabajo: el ser humano). Sin embargo,
la asimilación de las dos primeras áreas del conocimiento, tomando en cuenta el énfasis que
se otorga a cada una de ellas, no es la adecuada; porque, posiblemente por la falta de
tiempo, se deja en un tercer plano los conocimientos psicológicos.
6
Lo anterior, hace que en muchos de los programas de estudio no exista ni un solo curso
orientado directamente al área psicológica y, que los contenidos de la misma, se impartan
dentro de otros cursos (tales como Ética, o se aprendan empíricamente en el día a día,
cuando comienzan a tratar con
2.1.2. Notas constitutivas de la persona humana
Más allá de cuerpo y alma somos persona. El concepto como tal de persona implica que
cada ser es único e irrepetible con una innegable dignidad. Es difícil explicar el concepto de
persona, en él se engloba la individualidad e irrepetibilidad del mismo. Es decir, podía haber
tantas definiciones de persona como personas en el mundo. Pero es necesario que cada uno
valore esa individualidad, con el fin de entregarla a los demás y dignificar y respetar al
prójimo.
Son diversas las concepciones metafísicas que, acerca de la persona se han formulado.
Una de ellas, la de Zubiri, la describe como “Realidad en propiedad”, (CASTILLA Y
CORTAZAR, 1996 pág. 198) dando a entender que la persona tiene como suyas, no sólo sus
propiedades, sino también su propia realidad. Es decir, cada persona es única e irrepetible
por la realidad en la que le ha tocado desenvolverse y en la cual ha adquirido sus propias
habilidades, características, dones y percepciones que la individualizan.
Además, en la medida en que nos vemos a nosotros mismos, y nos definimos como
persona, definimos a las demás personas y establecemos relaciones, mezclamos realidades
y convivimos. Este es un tipo de apertura hacia los demás, apertura hacia la convivencia. En
opinión de Zubiri, citado por Castilla y Cortázar: “... la apertura a los demás es constitutiva
de la persona misma. El problema a resolver es ver en qué medida en el mí mismo están los
demás, o dicho en otras palabras, los demás son yo mismo” (CASTILLA Y CORTAZAR
págs. 198-199).
Por lo anterior, la definición de persona en cualquier perfil profesional debe estar bien
clara, sobre todo a nivel individualizada; es decir, cada alumno en formación debe tener clara
su propia conceptualización de persona, y, en especial, en carreras como la de odontología,
en la cual se trata a personas, se debe tener siempre presente los conceptos de
individualidad, unicidad y dignidad propias de cada individuo.
7
Acá, vale la pena rescatar el concepto de Zubiri, en el que afirma: “… los demás
hombres, antes que realidades con las que hago mi vida, son realidades con las que estoy
en convivencia. Y este mí mismo, es aquel desde el cual hago mi vida” (CASTILLA Y
CORTAZAR, 1996 pág. 199); en este contexto, ante el concepto que se tenga sobre el otro,
se parte el autoconcepto de la persona como tal; es decir, todas aquellas características que
otorgamos al otro como persona (raciocinio, empatía, resiliencia, etc.), nos las otorgamos a
nosotros mismos al autodefinirnos como persona.
Otra descripción sobre persona humana es la que realiza Mounier, en la que afirma:
“… una persona es un ser espiritual constituido como tal por una manera de subsistencia y
de independencia en su ser; conserva esa subsistencia por la adhesión a una jerarquía de
valores libremente aceptados, asumidos y vividos en un compromiso responsable y una
conversión constante; de ese modo unifica toda su actividad en la libertad y desarrolla,
además, a impulso de actos creadores, su propia vocación como persona” (Mounier 1961 en
(MORENO, 2005 pág. 34), esta definición es válida en la medida en que exalta la dignidad
de la persona como ser espiritual, con una jerarquía de valores establecidos; lo cual ha de
enfatizarse específicamente, en las personas en proceso de aprendizaje, tal como lo son los
estudiantes de odontología, quienes requieren una conceptualización propia como personas,
guiada por la espiritualidad y valores que les permitan su adecuado desarrollo como
profesionales.
El conocimiento básico sobre la complejidad de lo que es una persona, es primordial para
el futuro profesional en odontología, ya este se encontrará en su profesión, en su día a día
con personas aquejadas, no solamente por dolores físicos, sino con una complejidad tal en
su ser, escalas de valores determinados, espiritualidad y, sobre todo, una individualidad
propia, que por lo tanto, demanda un trato óptimamente individualizado.
2.1.3. Desarrollo psico-social
El desarrollo social de los adultos jóvenes, como es el caso del estudiante de
odontología, se centra en la interacción y relación con los demás. “Si el sentido de la
identidad personal es fuerte y está bien afianzado, los individuos aprenden a establecer
relaciones interpersonales estrechas y aspiran a embarcarse en compromisos a largo plazo,
8
laboral o personalmente” (MORRISON, 1999 pág. 229); lo anterior viene ligado con el
concepto de persona del que se habló en el apartado anterior. En la medida en que el
estudiante de odontología, como adulto joven, reconozca sus fortalezas, debilidades, y
características que lo hacen ser único e irrepetible, tendrá la capacidad de reconocer y
respetar esas características en el otro, lo que puede facilitar el desarrollo de las habilidades
necesarias para establecer vínculos interpersonales y profesionales adecuados con cada
persona que tenga bajo su responsabilidad profesional.
Según Yuni: “El desarrollo psicosocial es un proceso marcado por periodos
diferenciados de cambios personales; cambios propiciados y precipitados por cada contexto
socio-cultural que impone significados y oportunidades/limitaciones para los diferentes
momentos del desarrollo humano” (YUNI, y otros, 2005 pág. 61); en particular, el estudiante
de odontología se encuentra atravesando por una serie de constantes cambios en su vida,
que hacen que ese desarrollo psicosocial vaya poco a poco madurando; en muchas
ocasiones, a fuerza de experiencia y conocimiento empírico. Es así como, el estudiante de
primer ingreso en la carrera, posee aún algunas características de adolescente (ya que inicia
su carrera alrededor de los 18 años); y, en un periodo relativamente corto (entre 4-6 años),
deben desarrollar habilidades propias de adultos como la negociación y la empatía para
poder tener éxito en su profesión.
Citando nuevamente a Yuni: “El desarrollo psicosocial supone el trabajo psíquico por
parte de un sujeto particular atravesado por las posibilidades, expectativas, ideales y
restricciones propios del psiquismo colectivo que se gesta en el marco de un contexto social,
cultural e histórico determinado” (Ibídem), por lo que la adquisición de este desarrollo
psicosocial también se torna individualizado.
De esta manera, cada ser humano recibe en el proceso de socialización que acontece a
lo largo de toda su existencia, las pautas y principios inherentes a cada institución del orden
social a la que pertenece. Entre los sistemas sociales que acogen al individuo encontramos
la familia, el vecindario, los establecimientos educativos, establecimientos religiosos, grupos
de pares y grupos donde ejerce funciones laborales, entre otros. Estos sistemas sociales,
son los encargados de proveerle al sujeto las herramientas y recursos necesarios para
afrontar las demandas contextuales, propias del proceso histórico en que acontecen
(Ibídem).
9
Nuevamente el mismo autor, opina: “Las instituciones serán las encargadas de impartir
los principios que rigen la vida comunal y de prescribir las acciones consideradas correctas
para favorecer los intercambios entre sus miembros” (YUNI, y otros, 2005 pág. 62), por lo
tanto, las instituciones universitarias son las encargadas de velar porque se inculquen
valores que promuevan las interacciones sociales y comunales sanas, basadas en el respeto
y la tolerancia de los futuros profesionales. Sin embargo, a estas alturas, el bagaje de
valores y actitudes que estos traigan desde sus hogares e instituciones educativas previas,
también juega un papel determinante.
Por lo tanto, el desarrollo psicosocial del estudiante de odontología, está influenciado no
solo por un contexto institucional, sino por un contexto histórico personal que permitirá el
desarrollo de ciertas habilidades psicosociales. Las habilidades psicosociales, son aquellas
que le permitirán una futura interacción sana y adecuada con su medio y con quienes
interactúa. Está por demás decir, que el desarrollo óptimo de estas habilidades, es básico en
el perfil de alguien que, de manera profesional, tendrá que interactuar diariamente con
pacientes.
Como parte de las habilidades psicosociales esenciales que deben adquirir los
estudiantes de odontología, está la empatía. La empatía, según Rivera: “… es una
compleja forma de deducción psicológica en la que la observación, la memoria, el
conocimiento y el razonamiento se combinan para producir una idea de los pensamientos y
sentimientos de otros. La empatía constituye una habilidad psicosocial básica para las
relaciones humanas que se expresa en forma voluntaria” (RIVERA, y otros, 2011 pág. 64).
La empatía es básicamente la habilidad para “ponerse en la situación del otro”; es decir tener
una idea cercana de los miedos, sentimientos, pensamientos de la otra persona. Esta
habilidad, compleja de desarrollar, es indispensable en una profesión como la odontológica,
en donde el acercamiento con el paciente debe basarse en la confianza, la cual muchas
veces se consolida con la actitud y comprensión que el profesional tenga sobre la situación
emocional y física en la que encuentra el paciente. En la medida en que el profesional
desarrolle un acercamiento empático, el paciente tendrá más oportunidad de confiar en él.
La empatía y confianza, son cualidades que se desarrollan y fortalecen, gracias a una
adecuada comunicación profesional-paciente. A este respecto, Sherman y Cramer señalan:
10
“… el componente clave para una efectiva comunicación y compresión, es la capacidad
de demostrar empatía clínica” (RIVERA, y otros pág. 65). Estos investigadores sugieren que
con el fin de mejorar la relación odontólogo-paciente, el entrenamiento en habilidades
interpersonales debe ser constante durante todo el proceso de formación profesional de los
estudiantes de odontología (Ibídem. Pág. 64). En consecuencia, dentro del currículum del
estudiante de odontología, se deben incorporar, constantemente, competencias
psicosociales explícitas, tales como la empatía, el diálogo, el conocimiento de uno mismo, la
autoestima, el respeto y aprecio de la diversidad, la cooperación, la colaboración y la
resolución de conflictos.
2.1.4. Educación de la inteligencia y la voluntad
La formación del pensamiento, va más allá del conocimiento teórico adquirido; pasa por
la tarea de aprender a pensar, de entrenar el pensar mediante tareas de reflexión,
abstracción, análisis, síntesis y resolución de problemas. La educación de la inteligencia
favorece no solo al área cognitiva, sino que facilita la introspección de los pensamientos,
sentimientos y emociones.
Según Ortiz, en la medida en que se educa la inteligencia, el individuo: “… puede
analizar la información, no quedarse con lo primero que se le dice, puede plantearse y
resolver situaciones problemáticas y combatir el facilismo, puede estar alerta y no dejarse
manipular y puede discutir ideas con fundamento razonado” (ORTIZ, 2007 pág. 29). De ahí,
que para la formación de seres pensantes, se debe de fortalecer la educación de la
inteligencia.
El fortalecimiento de la educación de la inteligencia debe pasar, además, por un análisis
individualizado de las fortalezas y debilidades que cada estudiante posea, respetando las
individualidades de cada uno al momento de adquirir destrezas y conocimientos. En este
sentido, la teoría de las inteligencias múltiples puede ser un aporte importante para descubrir
estas particularidades en cada individuo. A este respecto, Ortiz considera: “La teoría de las
Inteligencias Múltiples pasa a responder a la filosofía de la educación centrada en la
persona, entendiendo que no hay una única y uniforme forma de aprender: mientras la
mayoría de las personas poseen un gran espectro de inteligencias, cada una tiene
características propias para aprender” (ORTIZ, 2007 pág. 66); en consecuencia, se puede
11
afirmar que cada individuo, es más eminente en ciertas inteligencias que se combinan de
diferentes maneras a la hora de adquirir conocimientos, por lo que el desarrollo de un
aprendizaje basado en inteligencias múltiples, es inclusivo y brinda a los alumnos mayores
oportunidades de aprender desarrollando su máximo potencial.
Otro aprendizaje que se estimula mediante la educación de la inteligencia, es el de
aprender a elegir, es decir, que la educación de la inteligencia puede ir de la mano con la
educación de la voluntad. Aprender a elegir significa “… aprender a autorregularse,
autogobernarse, a elegir bien, desarrollando la capacidad de conocer los valores y accionar
sobre ellos” (Ibídem. Pág. 29). Una educación que no prepara a sus estudiantes en la
formación positiva de la voluntad hacia ser personas íntegras, está destinada a ser el futuro
fracaso de toda una sociedad.
Para Llano: “La voluntad es una de las facultades espirituales, o superiores del hombre,
por la que éste se encuentra capacitado para atender al bien aprehendido por el
entendimiento” (LLANO, 1999 pág. 75). En otras palabras, la voluntad es aquella capacidad
humana para tomar decisiones sobre lo que se desea o no, con base en un bagaje de
conocimientos previos.
La voluntad es una característica íntima de cada persona, es inviolable, nadie puede
hacer que hagamos algo en contra de nuestra voluntad; es lo que motiva y mueve
internamente al ser humano, es el querer. Por esta razón, la educación de la voluntad hacia
el bien mayor debe ser una constante en la vida de todo ser humano.
En este sentido, es importante que el estudiante de odontología sea capaz de distinguir
que cada acto en su vida, está guiado por su propia voluntad y que se debe tener claro de
qué es lo que se quiere, para lograr dirigir todas las fuerzas de la voluntad hacia ese querer,
de una forma consciente.
En estos términos, la educación de la voluntad en el ámbito del estudiante de
odontología, debe ir dirigida hacia el bien mayor, orientado a procurar la salud de las
personas a quienes se está tratando. Esta búsqueda constante de lo que queremos, debe
ser encausada y enfocada correctamente en el marco ético de la profesión. Un mal
encausamiento de la voluntad, puede llevarnos a tener profesionales cuya voluntad los
12
mueve a la obtención de reconocimiento para alimentar su ego; otros, movidos por intereses
económicos, y sin una verdadera de vocación de servicio al prójimo, como se requiere en las
carreras concernientes al área de la salud. Tal y como lo afirma Llano, debe “… procurarse
mediante un entorno vivencial o intelectual que facilite el buen actuar de la voluntad”
(LLANO, 1999 pág. 84).
La voluntad, puede educarse mediante estímulos que lleven a la persona a tomar
decisiones correctas, basadas en un bagaje de razonamientos éticos y morales que le guíen.
2.1.5. El ámbito de la afectividad
Emocionalmente, el estudiante de odontología debe contar con cierto grado de
inteligencia emocional, que le permita, no solo lidiar con sus propias emociones, sino
comprender y lidiar con emociones ajenas. Esto mejorará su capacidad de interacción con
sus pacientes y sus pares profesionales.
Por otra parte, la relación entre las emociones, los sentimientos, la inteligencia y la
voluntad, es lógica y consecuente. Es decir, una persona cuya inteligencia emocional haya
sido adecuadamente estimulada, escogerá las emociones y sentimientos a las que dará
prioridad. Asimismo, esta persona, tendrá la capacidad de realizar el análisis cognitivo
necesario para establecer sus motivaciones, analizar sus opciones; determinar, de estas
opciones, cuáles quiere para su vida y poner en marcha, mediante su fuerza de voluntad, las
acciones necesarias para concretarlas. En todo lo anterior, por supuesto, debe haber un
equilibrio: pues son la voluntad y la inteligencia, quienes deben dirigir todo este proceso, sin
menospreciar o liquidar los sentimientos y emociones, que son, al fin y al cabo, elementos
humanizantes.
En el ámbito de la afectividad, es necesario que se distingan las emociones básicas que
el ser humano puede experimentar, y que reconozca las motivaciones en cada una de ellas.
Según Poveda, existen cuatro divisiones de los sentimientos:
a. Sentimientos sensibles: son aquellos que se estimulan a través de los sentidos, y
cuya separación de lo meramente sensorial, es muchas veces casi imperceptible,
“… tal como el dolor, el hambre y la sed, en los que unas veces parece predominar
13
lo sensorial y otras lo sensitivo, sin que, en ningún caso, pueda señalarse una línea
de separación neta entre ambos. Las características de los sentimientos sensibles (o
sensoriales) revelan la existencia de fenómenos psíquicos en los que su proximidad a
lo corpóreo permite distinguirlos del resto de la vida anímica” (POVEDA, 1991). Si
careciéramos de estos sentimientos, podríamos sufrir daños a nivel físico; tal es el
caso de la saciedad, cuya presencia impide que comamos de más; o del hambre,
cuya manifestación, aunque también relativa, puede indicar inanición y falta de
calorías para ejercer actividades diarias. En el caso de dolor, se trata de un
mecanismo de alerta que posee el cuerpo, para indicar que existe o se está
produciendo un potencial daño, su objetivo o función consiste en alertar al sistema
nervioso, para que detecte dónde y qué estímulo produce daño, para así poder
detenerlo.
b. Sentimientos vitales y corporales: son sentimientos que expresan una condición física
generalizada, en la que, pueden estar involucrados varios o todos los aspectos
sensoriales, pero que va más allá de éstos, para convertirse en una sensación
primaria y que indica una condición corporal generalizada, no ubicable
anatómicamente: cansancio, bienestar, malestar, estados saludables, el vigor. Estos
sentimientos nos permiten sumar las condiciones físicas pasadas y presentes, y
condicionar el futuro según la sensación generalizada que estemos experimentando;
inclusive nos pueden alertar sobre límites que posee nuestro cuerpo. Por lo tanto, con
la ausencia de este tipo de sentimientos, no tendríamos modulación y conciencia de
nuestro estado físico primario, lo cual es de vital importancia para la toma de
decisiones en muchos ámbitos, para el esclarecimiento de necesidades y para el
establecimiento de metas, necesidades y prioridades.
c. Sentimientos anímicos: “Se les designa también como sentimientos dirigidos (Lersch),
sentimientos puros del yo y sentimientos reactivos. Corresponden a un nivel
referencial más elaborado psíquicamente, es decir, más concreto e independiente de
servidumbres corporales” (Ibídem). Estos son la alegría, la cólera, la decepción, el
miedo, el asombro, etc. La expresión de estos, es una característica inherente al ser
humano, cuya carencia puede ser signo anomalía; lo que crearía múltiples problemas
a nivel de comprensión, comportamiento y socialización. Estos sentimientos pueden
14
tener algún grado de reacción-acción; es decir, después de determinada acción, por
ejemplo: después de la muerte de un ser querido (acción) viene la reacción (tristeza);
indicando, con ello, que la convivencia con esa persona, nos provocaba alegría y, por
ende, su ausencia física provoca tristeza.
d. Sentimientos espirituales: representan a los sentimientos trascendentales, que más
que indicar un estado como tal, catalogan un modo de ser: la paz, la beatitud, la
felicidad, la fe. No se presentan como reacción concreta a acciones; sino más bien,
según Poveda, como: “… estados supremos que revelan la esencia valiosa del ser
personal” (Ibídem). La carencia de este tipo de sentimientos puede llevar al nihilismo
y al vacío espiritual, a no encontrarle sentido ni a las cosas ni a la vida y a que el ser
humano vague por la vida sin motivación.
Así, la distinción de los diferentes sentimientos, puede contribuir a la formación de
profesionales con mejores competencias afectivas y conductuales; con mayor capacidad de
empatía (habilidad psicosocial inherente a un buen profesional de la salud); así como con
mejor capacidad de autocontrol y de establecimiento de relaciones interpersonales.
2.2. Práctica Clínica Profesional en Periodoncia
La Periodoncia se define como la rama de la odontología que estudia el periodonto tanto
en condiciones de salud como sus enfermedades ( AMERICAN ACADEMY OF
PERIODONTOLOGY. COMMITTE ON RESEARCHO, SCIENCE AND THERAPY, 2001 pág.
39). El periodonto incluye encía, ligamento periodontal, cemento radicular y hueso alveolar.
Estos tejidos son los encargados de brindar soporte, sostén y protección a los dientes.
Todo odontólogo general, como parte de su currículo, debe estar en capacidad de
identificar los componentes básicos del periodonto, distinguir condiciones de salud y de
enfermedad en él, y tratar aquellas para las que haya sido entrenado; así como derivar las
condiciones de mayor complejidad que correspondan al especialista en Periodoncia.
La encía en condiciones de salud, se presenta con color rosa coral pálido, siguiendo el
festoneado natural de los dientes, con ausencia de sangrado, a nivel de la unión
amelocementaria y llenando los espacios interpapilares en los sitios en los que existe punto
15
de contacto interdental. Cualquier cambio en el color, forma, posición y altura de la encía
puede ser signo de la presencia de alguna enfermedad periodontal.
Las dos enfermedades periodontales más prevalentes son la gingivitis y la periodontitis.
La gingivitis es definida como la inflamación de la encía, la cual no compromete la inserción
dental. Por otro lado, la periodontitis es una enfermedad caracterizada por inflamación de los
tejidos periodontales, cuyo progreso usualmente lleva a pérdida ósea, destrucción del
ligamento periodontal y en última instancia la pérdida dental como consecuencia de la
pérdida de soporte. Podría considerarse como la extensión de la gingivitis desde la encía
hacia el hueso y ligamento periodontal ( AMERICAN ACADEMY OF PERIODONTOLOGY.
COMMITTE ON RESEARCHO, SCIENCE AND THERAPY pág. 39) .La periodontitis tiene
como signo patognomónico la formación bolsas periodontales; una bolsa periodontal se
define como la profundización patológica del surco gíngivodentario, con presencia de signos
inflamatorios, con pérdida de inserción a expensas de la migración del epitelio de unión.
Las enfermedades gingivales y periodontales ocurren mundialmente y se presentan
prácticamente en todas las poblaciones que han sido estudiadas hasta la fecha
(ALBANDAR, y otros pág. 7). De estas dos enfermedades, la más prevalente es la gingivitis,
con reportes diversos que van entre 8.7% en niños de 4 a 6 años en Estados Unidos un
80% en niños de 4 a 6 años en Chicago. En la India la prevalencia es entre 73% y 93% en
jóvenes de 9 a 17 años y el 81%. En Suiza encontraron gingivitis en 75% de los niños de 7
años y 93% en los de 13 años (DENTINO, y otros, 2013 pág. 25).
La Organización Mundial de la Salud ha llevado a cabo amplios estudios sobre el estado
periodontal de potencialmente las poblaciones desatendidas en todo el mundo,
especialmente en los países en desarrollo. Mediante el uso de índices (en especial el Índice
Periodontal de Necesidades de Tratamiento Poblacional) ah determinado la prevalencia
tanto de la gingivitis como de la periodontitis, encontrando que, la mayoría de los sujetos
examinados tenían gingivitis, mientras que entre un 10-15% de los adultos tenían bolsas
periodontales
En los EE.UU., de estimaciones obtenidas de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
entre 1988-1994 (NHANES III), han mostrado que prevalencia global de periodontitis de
moderada a severa en adultos era del 7,3%, lo que corresponde a una persona adulta
afectada por cada 14. Aproximadamente, uno de cada cinco adultos tenían periodontitis leve,
uno de cada diez tenía periodontitis moderada, y uno de cada 30 mostró signos de
16
periodontitis severa. La prevalencia de periodontitis aumenta con la edad de la población,
pero pero la prevalencia de las formas más graves alcanzó un máximo de 70 años y se ha
estabilizado a partir de entonces. La periodontitis fue diagnosticada con mayor frecuencia en
hombres que en mujeres. Se observaron disparidades raciales y étnicas sustanciales, por
ejemplo, las personas de raza negra adultas tenían casi el doble de probabilidades de
presentar periodontitis que los adultos blancos, lo que sugiere una brecha racial significativa
(DENTINO, y otros, 2013 pág. 25).
En un análisis más reciente del NHANES de 1999-2000, se observó que la prevalencia
global de la periodontitis de moderada a severa fue sólo el 4,2% (en comparación con 7,3%
de los estudios anteriores), lo que sugiere una reducción sustancial potencialmente de
enfermedad en las últimas décadas. Las encuestas realizadas en Europa han corroborado la
sospecha de esta tendencia a la reducción de la prevalencia de periodontitis entre los
adultos (DENTINO, y otros, 2013 pág. 25).
Las mejoras en la higiene oral, los cambios en el estilo de vida y la adopción de
comportamientos de menor riesgo, en particular, el reconocimiento de los efectos nocivos de
fumar, han sido posibles razones por las que se ha observado este descenso en la
prevalencia de la periodontitis, esto al menos en los países desarrollados (DENTINO, y otros,
2013 pág. 27)
En Guatemala no existe un estudio poblacional de prevalencia de gingivitis y/o
periodontitis, por lo que se carece de información referente a la prevalencia de ambas
condiciones en la población general.
La carrera universitaria de licenciatura en Odontología en las diferentes facultades dura
aproximadamente entre diez y doce semestres. Durante los primeros cuatro semestres los
estudiantes cursan materias de ciencia básica, al entrar al quinto semestre los estudiantes
empiezan a cursar materias en las que deben aplicar los conocimientos teóricos en
pacientes, una de ellas es el curso de Periodoncia. Luego de haber aprobado el curso, los
estudiantes deben atender integralmente a pacientes en las clínicas de la Facultad. Deben
atender en promedio 5 pacientes integralmente cada semestre desde el sexto al decimo
semestre. Dentro de la atención integral todos los pacientes deben pasar por la especialidad
de Periodoncia y los estudiantes deben prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades
periodontales.
17
Los estudiantes de la licenciatura en odontología en las diferentes facultades de
odontología de Guatemala deben cursar Periodoncia I en el quinto semestre y Periodoncia II
en el sexto semestre. Dentro del programa de ambos cursos los estudiantes tienes una parte
teórica, una parte práctica que se realiza en el laboratorio y otra parte práctica se realiza en
pacientes humanos. Esta es la primera experiencia que tienen en la especialidad de
Periodoncia. El programa del curso de Periodoncia de las diferentes facultades de
odontología tiene los siguientes propósitos:
a. Que el alumno pueda desarrollar la capacidad de reconocer, diagnosticar y elaborar
un buen plan de tratamiento para cada una de las entidades patológicas del
periodonto, a través de análisis de casos clínicos.
b. Así como reconocer que paciente puede ser tratado por el alumno de pregrado y
cuando debe ser referido al especialista. Por lo que el alumno debe ser capaz de
determinar un correcto diagnóstico, pronóstico y plan de tratamiento, con ética y
responsabilidad.
c. Que el Alumno desarrolle la capacidad para diagnosticar la necesidad de cirugía en el
paciente periodontalmente tratado a través de análisis de casos clínicos.
Según el mismo programa las competencias del mismo son las siguientes:
a. Integra conocimientos teóricos- prácticos y desarrolla una práctica profesional ética,
eficaz, de excelencia orientada a la atención de los problemas de salud bucal de los
pacientes.
- Evalúa, diagnóstica y realiza planes de tratamiento, conociendo sus límites
como odontólogo general decidiendo cuando hacer referencias para un
tratamiento integral.
- Realiza procedimientos odontológicos utilizando el equipo e instrumental con
precisión y efectuando mantenimiento preventivo del mismo para una práctica
clínica eficiente.
b. Desarrolla procesos de investigación para generar nuevos conocimientos y técnicas
que fortalezcan y enriquezcan a su comunidad.
18
c. Ejerce su profesión con ética, integridad y liderazgo en su contexto personal y
profesional; realizando trabajo en equipo que promueva las relaciones humanas
enfocadas al servicio de los pacientes.
2.2.1. Perfil de ingreso y egreso de los estudiantes
A nivel de Universidad, los egresados deben ser capaces de asumir los desafíos del
mundo contemporáneo y de una sociedad cambiante; comprometidos con el desarrollo
económico, social, político y cultural del país; en permanente interacción con el entorno
nacional, con renovada vocación de servicio y espíritu de solidaridad. No obstante no se
encontró un perfil detallado del estudiante de primer ingreso ni del Odontólogo egresado de
las diferentes universidades que imparten la licenciatura en Odontologia en Guatemala salvo
el de la Universidad de San Carlos de Guatemala, de la cual se hace la referencia.
En la Universidad de San Carlos de Guatemala, el perfil de ingreso de los
estudiantes, previo a la asignación de cursos, es el siguiente:
“Al ingresar a la Facultad de Odontología, el estudiante deber poseer conocimientos,
habilidades y actitudes que le permitan responder satisfactoriamente a las exigencias propias
de la carrera de Cirujano Dentista:
a. Demostrar conocimientos de biología, matemáticas, física, química, estadística,
estudios sociales y humanísticos, así como dominio del idioma español.
b. Demostrar capacidades intelectuales, de abstracción, verbales y numéricas,
incluyendo razonamiento lógico y manejo de las relaciones espaciales y temporales.
c. Poseer actitudes positivas para su formación universitaria.
d. Demostrar conocimientos básicos del idioma inglés.
La Junta Directiva es el organismo responsable de emitir las normas que regulan el ingreso
de los estudiantes de la Facultad de Odontología.
El currículo de la Facultad de Odontología de la Universidad de San Carlos de
Guatemala está diseñado de tal forma que permite que el egresado pueda promover la salud
bucal, preferentemente de la población guatemalteca, así como obtener una formación de
19
carácter general universitario para participar como individuo y como ciudadano en la
sociedad. Para el efecto se estimula el desarrollo de valores y actitudes y la adquisición de
conocimientos y habilidades psicomotoras con énfasis en la estomatología. Basado en
principios preventivos, éticos, estéticos, sociales, humanísticos, científicos y tecnológicos, el
egresado de la carrera de Cirujano Dentista debe ser capaz de:
a. Aplicar los principios de la ciencia y la tecnología en la práctica profesional de la
estomatología.
b. Demostrar aprecio y respeto hacia la sociedad y el ambiente, contribuyendo
positivamente con iniciativas y propuestas para su protección y desarrollo.
c. Describir el desarrollo, estructura y función de los distintos órganos y sistemas que
integran el cuerpo humano en estado de salud, haciendo énfasis en el sistema
estomatognático.
d. Identificar las alteraciones de desarrollo, estructura y función del sistema
estomatognático en vinculación con las condiciones de salud y enfermedad de
individuos y comunidades.
e. Establecer el diagnóstico, pronóstico y plan de tratamiento de las patologías
prevalentes que afectan el sistema estomatognático.
f. Aplicar la tecnología y los mecanismos existentes para la prevención y tratamiento de
entidades clínicas que afectan el sistema estomatognático.
g. Establecer comunicación con distintos grupos de población y con otros miembros del
equipo de salud, para lograr una adecuada relación que favorezca las acciones
destinadas a promover, recuperar y mantener la salud del sistema estomatognático.
h. Aplicar principios de administración y evaluación de los sistemas de prestación de
servicios estomatológicos en las diferentes modalidades en las que se ejerce la
profesión.
i. Analizar el problema social de la población guatemalteca en lo relativo a salud bucal,
para proponer soluciones ante las enfermedades prevalentes tanto en el aspecto
individual como en el colectivo.
j. Conocer y describir críticamente la historia nacional, así como el proceso histórico de
la estomatología.
k. Conocer las leyes que rigen el ejercicio profesional de la estomatología en
Guatemala.
l. Evaluar críticamente la información estomatológica y contribuir a su difusión.
20
m. Valorar las diversas manifestaciones de la cultura.
n. Formular y evaluar proyectos del campo estomatológico que sustenten gestiones
financieras, académicas, de investigación y de prestación de servicios.
o. Utilizar un idioma extranjero como instrumento para manejo e interpretación de textos
que le permita analizar la información científica.
p. Desarrollar actitudes y hábitos de superación profesional.
q. Actuar éticamente y promover los derechos humanos en el ejercicio profesional. 18.
Aplicar conocimientos de odontología forense.
r. Utilizar técnicas educativas para contribuir con la población guatemalteca en la
solución de los problemas estomatológicos.
s. Identificar los diferentes aspectos de la conducta humana relacionados con la
estomatología y aplicar las técnicas pertinentes”
(JUNTA DIRECTIVA DE LA FACULTAD DE ODONTOLOGÍA págs. 6-8).
A este respecto, en la Unión Europea, se presenta un perfil, que los estudiantes de
odontología que se gradúan, deben de tener para poder ejercer como profesionales. La
entidad que rige, controla y unifica estos perfiles es la Asociación para la Educación Dental
Europea (ADEE, por sus siglas en inglés), esta asociación dice: “…que todos los Estados
miembros deben asegurar que el entrenamiento dado a los estudiantes de odontología debe
estar enfocado a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las anormalidades y
enfermedades de la los dientes, boca, maxilares y tejidos asociados” (ADEE GENERAL
ASSEMBLY, 2008 págs. 2-6). Se estableció que la educación dental debiera comprender, al
menos, cinco años, a tiempo completo, de estudios teóricos y prácticos, impartidos por una
universidad o institución reconocida. El perfil que debe tener el dentista graduado, según
ADEE, se resume de la siguiente manera:
“El nuevo dentista graduado en Europa debería:
a. Haber tenido una amplia educación académica dental y ser capaz de funcionar en
todas la áreas clínicas odontológicas
b. Ser entrenado en ciencias Biomédicas
c. Ser capaz de trabajar en conjunto con otros profesionales, tanto dentales como
relacionados a la salud, en sistemas para el cuidado de la salud
d. Tener buenas habilidades comunicativas.
21
e. Estar preparado para llevar a cabo un desarrollo profesional continuo, apoyado en el
concepto de aprendizaje permanente.
f. Ser capaz de practicar odontología basada en evidencia a través del enfoque de resolver
problemas con la mejor evidencia científica disponible combinándola con sus habilidades
clínicas” (ADEE GENERAL ASSEMBLY, 2008 págs. 2-17).
Algo que debemos notar, es que en los perfiles de los egresado de las universidades de
nuestro país, comparados con el perfil de las universidades de Europa, el egresado en el
Viejo continente, debe ser capaz de practicar una odontología basada en evidencia; esto es
algo muy importante, ya que la Odontología al ser una ciencia, el odontólogo que la práctica
debe basarse en la mejor evidencia científica disponible, para la toma de decisiones clínicas
y así poder tratar de mejor manera los pacientes. En Guatemala, se práctica una odontología
más empírica, basada más en la experiencia que en la evidencia científica.
2.2.2. Competencias a fortalecer en el educando y en el educador
2.2.2.1. Didáctica y planificación de competencias
Según Riesgo, el término competencia, se refiere a la capacidad de una persona, para
ser empleada en determinado puesto que el mercado laboral ofrezca (RIESCO GONZÁLES,
2008 pág. 80). Este concepto es integral, ya que toma en cuenta la capacidad de manejar
información, así como atributos y actitudes de la persona, e incluye la capacidad para
ejecutar tareas. El desarrollo del concepto de competencia, ha sido importado desde Europa,
conforme el enfoque del Espacio Europeo de Enseñanza Superior, y a pesar de los múltiples
intentos para unificación de criterios, estos no han sido fructíferos (YIP, y otros, 2000 pág.
324).
Por lo tanto la categorización de competencias, se divide en dos tipos: genéricas y
específicas. Las genéricas (transversales) son propias del diseño de titulación; es decir,
aquellas que posee el egresado en un grado de perfección pero suficiente. En otras
palabras, éstas aportan para la creación de un perfil básico y común. Por otro lado las
competencias específicas, constituyen la adquisición de especialidad; esto es, a conocer y
dominar una disciplina. Las competencias específicas pueden dividirse en académicas,
disciplinares y profesionales. Las académicas se refieren a los conocimientos teóricos (ser);
22
las disciplinares, se refieren a los conocimientos prácticos que requiere el sector profesional
(conocer); y las profesionales (saber hacer), son las habilidades de comunicación e
indagación que el ejercicio de una profesión requiere (ESQUIVEL DE MOLINA, 2012 pág.
14).
En el pasado, la práctica educativa estaba destinada a que el estudiante repitiera y
adquiriera conocimientos, desde un currículo tradicional, con la esperanza de que dichos
conocimientos fuesen retenidos y repetidos. En particular, la educación dental, estaba
estructurada de tal forma que, a la larga, los estudiantes terminaban aprendiendo lo que sus
profesores elegían para enseñar. Este enfoque tradicional, se basaba, sobre todo, en
educación basada en la disciplina (YIP, y otros, 2000 pág. 325). Sin embargo, de manera
incremental, se ha impulsado y generalizado el modelo educativo basado en competencias,
el cual, por supuesto, se ha extendido hasta la enseñanza de la odontología, inclusive. Lo
anterior no implica que ambos métodos de enseñanza sean mutuamente exclusivos; por el
contrario, ambos pueden verse beneficiados al implementarse conjuntamente en el proceso
de enseñanza-aprendizaje.
La educación basada en competencias, supone la identificación temprana (en el
momento de la planificación curricular), de resultados claros y específicos; es decir, de
conocimientos a los cuales se quiere llegar. El establecimiento de competencias y logros,
definen lo que los estudiantes deben aprender.
El estudiante de odontología, como futuro profesional, debe adquirir, durante su
formación, una serie de competencias a nivel intelectual, práctico y de comportamiento, que
le permitan ejercer su labor de manera ética, tomando decisiones basadas en la mejor
evidencia disponible y con el fin de buscar, siempre, el bienestar y la salud oral de las
personas.
Una competencia, se entendería en este ámbito profesional, como “…un
comportamiento complejo o una habilidad esencial del dentista general en una práctica
independiente y no supervisada” (COWPE, y otros, 2010 pág. 194). Es decir, que estas
competencias adquiridas durante el periodo de estudio, deben permitirle al estudiante,
alcanzar la suficiente seguridad e independencia para tomar decisiones por sí mismo, de la
mejor manera posible. Las competencias, como se mencionó anteriormente, incluyen
23
“conocimientos, experiencias, pensamiento crítico y habilidades para resolver problemas,
profesionalismo, valores éticos, y habilidades técnicas y de procedimientos” (DELEGATES
OF HOUSE ADEA, 2008). Las competencias combinan los atributos de los conocimientos
apropiadamente sustentados y las actitudes profesionales y un rendimiento fiable llevado a
cabo en escenarios naturales con o sin ayuda (YIP, y otros, 2000 pág. 325).
La educación basada en competencias, ofrece muchas ventajas, a saber: permite el
ensayo de acciones por parte del estudiante a través de su participación activa en el
aprendizaje de resolución de problemas; facilita el desarrollo de facultades en el análisis
crítico; mejora el conocimiento interdisciplinario, mejora en las habilidades investigativas y de
registro de datos, así como también mejora los vínculos con escenarios prácticos e
instituciones públicas (YIP, y otros, 2000 pág. 325).
El aprendizaje basado en la resolución de problemas, está íntimamente ligado a la
adquisición de competencias en odontología. Éste reduce la dependencia estudiante-
profesor; se enfoca en el aprendizaje centrado alrededor del estudiante; estimula el trabajo
en equipo y la autocrítica (YIP, y otros, 2000 pág. 325). Un estudio que comparó dos clases
de graduados en odontología, concluyó que aquellos que tuvieron una formación basada en
resolución de problemas, se sentían más competentes que quienes habían sido formados
con un currículo tradicional de comunicación, evaluación e identificación de patologías
(GREENWOOD, y otros, 1999 pág. 1).
Como lo describieron Chambers y Glassman, la adquisición de competencias se
realiza de manera paulatina, pasando por una variedad de estadios que se describirán a
continuación:
a. Novato: se encuentra en los primeros pasos de aprendizaje, en este estadio
puede presentar confusión y puede realizar imitaciones mecánicas de instructores
de laboratorio o clínicos.
b. Principiante: con mayor instrucción y práctica, el estudiante adquiere algún grado
de control en las competencias y es capaz de demostrar este control en
condiciones ideales. En este estadio los estudiantes cuentan con el fundamento
principal y capacidad de ejecución en esta etapa.
24
c. Competente: ahora el estudiante es capaz de entender las bases para la toma de
sus decisiones, y posee valores profesionales adecuados y la habilidad de cubrir
las necesidades dentales de la mayoría de sus pacientes (CHAMBERS, y otros,
1997 pág. 655).
Un objetivo, cada vez más frecuente en la educación dental, es que el alumno sea
progresivamente más autónomo; y, que con ello, logre desarrollar un buen proceso de
aprendizaje auto dirigido. Alcanzar esta meta en la educación odontológica contribuiría a
formar profesionales dispuestos a actualizarse constantemente, de manera autónoma e
inclusive autodidactas. Chambers, argumenta que la enseñanza de competencias es,
apenas, el punto de inicio para su continuidad (Ibídem, págs. 651). Existe un momento en el
que la responsabilidad de aprender es transferida de los profesores a los estudiantes
(COWPE, y otros, 2010 pág. 194). Una vez que la competencia básica ha sido adquirida, el
profesional graduado tiene como obligación dirigir su carrera hacia niveles superiores de
competencias, ya sea a través de programas en educación continua o por medio de estudios
de posgrado, entre muchas otras opciones.
2.2.2.2. Experiencias en otros ámbitos
La Asociación Americana de Educación Dental, (ADEA por sus siglas en inglés), ha
definido una serie de competencias necesarias para incorporarse al ámbito profesional
dental, como un odontólogo general. Estas competencias deben ser relevantes e
importantes, para las responsabilidades concernientes al cuidado de los pacientes de un
dentista general, directamente ligadas a las necesidades de cuidados y salud oral del
público; realistas y comprendidas por otros profesionales en el área de la salud. Es así, como
la ADEA, “… ha definido ocho criterios básicos que agrupan las competencias necesarias
con las que debe contar un dentista general:
a. Pensamiento Crítico
b. Profesionalismo
c. Habilidades de Comunicación interpersonal
d. Promoción de la Salud
e. Manejo Práctico de la Información
25
f. Cuidado del Paciente
g. Análisis, Diagnóstico y Plan de Tratamiento
h. Establecimiento y Mantenimiento de la Salud Oral” (ADEE GENERAL ASSEMBLY,
2008 pág. 21)
En 1999, los ministros de educación de 29 países europeos, firmaron la Declaración
de Boloña, comenzando así, el proceso de convergencia y armonización de los sistemas
educacionales superiores, en los países europeos. Uno de los objetivos de dicho convenio,
fue sincronizar los planes de estudio en términos de estructura, programación y enseñanza,
para que estos fueran comparables entre los diferentes países. Esto facilitaría, a los
profesores y alumnos, moverse en una Europa integrada y así poder estudiar en las
diferentes universidades y homologar los títulos universitarios, sin ningún problema. Existen
dos instituciones que han jugado el rol de sincronizar la educación dental en Europa, una es
la Asociación para la Educación Dental en Europa (ADEE, siglas en ingles) y la Red
Temática DentED (TNP, siglas en inglés) (COWPE, y otros, 2010 pág. 193).
La ADEE es una organización que, desde 1975, ha contribuido con el profesionalismo
de la odontología. Actualmente, 160 de las 200 facultades de odontología que existen en
Europa, son miembros de la ADEE; por lo que se puede decir que esta asociación, tiene un
papel legítimo, para representar oficialmente a las facultades de odontología de Europa. La
TNP fue fundada, junto con la Unión Europea en Bruselas, para converger y armonizar los
diferentes currículos dentales y transferir todos los conocimientos y actividades a la ADEE
(COWPE, y otros, 2010 pág. 193).
Las competencias planteadas por la ADEE, van de lo general a lo específico. Se
dividen en siete dominios, que representan amplias categorías de la actividad profesional y
asuntos que ocurren en la práctica de la odontología. “Los dominios son interdisciplinarios en
orientación, y deben abarcar elementos del pensamiento crítico; son los siguientes:
a. Profesionalismo
b. Habilidades sociales, interpersonales y de educación
c. Recopilación de información clínica
d. Diagnóstico y plan de tratamiento
e. Terapia: Establecer y mantener la salud oral
26
f. Prevención y promoción en salud” (ADEE GENERAL ASSEMBLY, 2008 pág. 21).
Dentro de cada dominio, debe ser identificada, al menos, una competencia principal
que esté relacionada a la actividad del dominio. La competencia principal, se define como la
habilidad del odontólogo para realizar o proveer un servicio o una tarea particular, pero
compleja. Ciertas habilidades específicas, deben ser consideradas como una subdivisión de
una competencia principal, y se definen como competencias de apoyo. El logro de una
competencia principal, requiere la adquisición y demostración de todas las competencias de
apoyo relacionadas a la tarea o servicio particular. Sin embargo, algunas competencias de
apoyo, también podrían contribuir a lograr otras competencias principales. La lista de
competencias de apoyo no pretende ser rígida y, de ninguna manera exhaustiva; se incluye
para uso individual de escuelas o países, para completar, modificar o satisfacer necesidades
nacionales o regionales particulares. La ADEE prevé que todas las facultades de odontología
europeas, adhieran la competencia principal; pero las competencias de apoyo podrían variar
en detalles, dentro de las diferentes facultades.
En el ámbito universitario, se debe tener en cuenta la importancia de la actualización
curricular constante; pues las habilidades y competencias necesarias, pueden variar con el
paso de los años. Tal es el caso de carreras como la odontología, en donde las habilidades
tecnológicas avanzarán, conforme lo haga la tecnología misma en el campo. El estudiante
debe, por lo tanto, estar en la capacidad de aprender constantemente el uso de nuevas
tecnologías, y aprovecharlas para mejorar el diagnóstico y tratamiento de sus pacientes. La
educación basada en competencias, también ofrece oportunidades para evaluar aspectos
clínicos, a través de presentaciones de casos, proyectos comunitarios y de divulgación, y
cursos multidisciplinarios (YIP, y otros, 2000 págs. 324-26).
Las competencias sugeridas previamente por la ADEA y por la ADEE, así como la
evaluación de las mismas, conforman un perfil odontológico profesional muy completo,
integral y holístico; el cual toma en cuenta, no solo herramientas técnicas, sino también
habilidades del pensamiento y sociales, deseables en cualquier profesional, no solo del área
dental, sino del área de la salud en general; por lo que la implementación de las mismas
como parámetros de calidad, no estaría de más en muchas de nuestras escuelas dentales
latinoamericanas.
27
3. GUÍA PARA LA ELABORACIÓN DE UN MANUAL DE PRÁCTICA CLÍNICA EN
PERIODONCIA
3.1. Guías de práctica clínica
3.1.1. Descripción
Las Guías de práctica clínica, se definen como: “…declaraciones desarrolladas
sistemáticamente para ayudar a los clínicos y a los pacientes a la toma de decisiones sobre
cuidados de salud apropiados para una circunstancia clínica específica” (ALONSO, y otros,
2007 pág. 19).
Las Guías clínicas, se consideran muy importantes para proporcionar información
acerca de los enfoques terapéuticos, en un lenguaje que sea accesible para la mayoría de
los médicos, teniendo beneficios potenciales para los profesionales y los pacientes. En otras
palabras, las guías clínicas podrían cerrar la brecha entre la evidencia científica y la práctica
clínica. Estas guías ayudan a los profesionales de la salud a asimilar, valorar e implementar
la gran cantidad de evidencia científica disponible (FAGGION Jr, 2007 pág. 124).
Las Guías de práctica clínica, aparecen ante la necesidad que tienen los sistemas de
salud, de unificar la variabilidad en la práctica clínica, entre los diferentes centros de atención
a pacientes; así como de los profesionales de la salud que atienden en estos centros y las
diferentes áreas geográficas donde están localizados, sabiendo que estas variaciones
conllevan a tratamientos o resultados inadecuados, así como desigualdades en la utilización
de recursos sanitarios. (WOOLF, y otros, 1999 pág. 527)
Las Guías clínicas para prevención y tratamiento de condiciones orales, han sido
publicadas, y algunas ya han sido adoptadas por organizaciones de especialistas. Estas
guías, son usualmente desarrolladas por expertos en la materia; en algunos casos, después
de una reunión de expertos, para la toma de decisiones basada en un consenso.
Para permitir la reproducción e implementación, los pasos necesarios para el
desarrollo de guías clínicas, debieran ser claramente descritos. Sin embargo, muy pocas
28
organizaciones dentales proporcionan tales pasos al público en general. En el proceso de
realización de guías clínicas, los investigadores debieran de considerar otros factores,
además de simplemente la evidencia científica, para la realización de tratamientos como: el
balance entre efectividad- eficacia, efectos adversos y costos del tratamiento. Una adecuada
evaluación de las variables relacionadas con el proceso de toma de decisiones, es
propuesto por el sistema GRADE, el cual ha sido usado para determinar recomendaciones
clínicas en odontología (FAGGION Jr, 2013 pág. 124).
A nivel mundial, existe un interés generalizado, no solo en el campo de la medicina,
sino también, en el campo odontológico, hacia la realización de guías de práctica clínica, que
estén diseñadas, no solo para mejorar la atención en los servicios de salud, sino para no
realizar intervenciones innecesarias, ineficaces o dañinas para los pacientes; con estas
guías se realiza un diagnóstico y un tratamiento más predecible, con un mínimo riesgo de
daño y con un costo aceptable. Se debe tener en consideración, que las guías de práctica
clínica, son solo un elemento de la buena toma de decisiones médicas, pues, además, se
deben considerar las preferencias de los pacientes, el costo de los tratamientos, la
experiencia de los médicos y la disponibilidad de recursos (NATIONAL HEALTH AND
MEDICAL RESEARCH COUNCIL, 1998 pág. 1) (SCOTTISH INTERCOLLEGIATE
GUIDELINES NETWORK, 2014 pág. 2).
El desarrollo, implementación y revisión de las Guías de práctica Clínica no debe ser
visto como un proceso lineal si no como un ciclo de actividades interdependientes.
3.1.2. Directrices para la elaboración de Guías de práctica clínica
“La literatura describe nueve principios básicos, para elaborar Guías de Práctica
Clínica:
- El proceso para el desarrollo y evaluación de las guías debiera de enfocarse
en el resultado.
- Las guías de práctica clínica debieran ser basadas en la mejor evidencia
disponible y deberían incluir una declaración de la fortaleza de las
recomendaciones que sugiere. El nivel de evidencia se refiere al diseño del
estudio para minimizar sesgos. La calidad se refiere a la metodología utilizada
para minimizar sesgos en el diseño y realización del estudio. La relevancia se
29
refiere a la medida en que los resultados obtenidos pueden aplicarse en otros
entornos. La fortaleza de la evidencia se relaciona a la magnitud y
confiabilidad del efecto del tratamiento visto en estudios clínicos. Idealmente,
las recomendaciones deberían ser basadas en altos niveles de evidencia,
pero muchas veces es difícil conseguir esto en salud pública.
- El método utilizado para sintetizar la evidencia disponible debe ser el que más
fortaleza presente. El convertir evidencia en una recomendación clínica
depende del juicio, experiencia y buen sentido del grupo que está realizando
la guía. El hecho de tener evidencia de alto nivel no significa que
automáticamente se convierta en una buena recomendación clínica.
- El proceso de desarrollo de las guías debe de ser multidisciplinario, este grupo
debe incluir a los docentes del área de Periodoncia, a los estudiantes, al
director de clínicas, personal administrativo y a los pacientes. Esto mejorará la
calidad y continuidad de los cuidados en salud y hará que sea más probable
que las guías sean implementadas.
- Las Guías deben ser flexibles y adaptables a las condiciones locales. Deben
incluir evidencia relevante a diferentes poblaciones a las que pueda ir dirigida
según el escenario geográfico y clínico, tomando en consideración costos y
limitaciones.
- Cuando se desarrollan las Guías se debe de tener en mente las limitaciones
de los recursos. Al realizarlas se debe incorporar una valoración económica
de las recomendaciones ya que esto ayudará en la elección entre diferentes
opciones de tratamientos.
- Las Guías se desarrollan con el objetivo de ser distribuidas e implementadas
en las poblaciones objetivo.
- La implementación e impacto que de las guías debe ser evaluado.
- Las Guías deben ser evaluadas regularmente” (NATIONAL HEALTH AND
MEDICAL RESEARCH COUNCIL, 1998 págs. 1-2).
30
Los pasos para la elaboración del manual de la Guía de Práctica Clínica en
Periodoncia, para los estudiantes de la licenciatura en odontología, son los siguientes:
a. Establecer el grupo que desarrollará la Guía de Práctica Clínica
El grupo que desarrollará la guía, debe de ser multidisciplinario en su composición,
con una representación de todos los grupos de profesionales relevantes en odontología,
personal administrativo y docente de la facultad.
Este grupo de personas, deberá estar conformado por el docente que imparte el
curso de Periodoncia a los estudiantes de la carrera de odontología; los docentes que
imparten instructoría clínica en el área de Periodoncia; y un representante del Consejo de la
Facultad, los directores de Clínicas (Administrativo y Docente). Debe existir un equilibrio
entre los miembros, tanto de los que participan activamente en el área clínica del día a día,
como de los expertos en el tema o académicos en su caso y personal administrativo. Esto
será de beneficio a la hora de valorar la información científica, y realizar las
recomendaciones; al mismo tiempo, este enfoque multidisciplinario enriquecerá y aumentará
la validez del resultado final, y facilitará su implementación (SCOTTISH INTERCOLLEGIATE
GUIDELINES NETWORK, 2014 pág. 6) (ALONSO, y otros, 2007 pág. 20).
En el grupo, debe existir un director de actividades que asegure efectivamente las
funciones que debe tener cada miembro, y que con esto se logren los objetivos marcados.
Éste debe mantener informado a todo el grupo, sobre los avances, logros y objetivos
alcanzados durante el proceso de realización de la guía. También debe estar preparado
para afrontar dificultades en el proceso de realización, y tener la capacidad de resolverlas.
Los miembros del grupo que desarrollan la guía, deben tener un compromiso con los
demás miembros, y con la realización de las actividades asignadas; y serán responsables de
cada una de las tareas que les sean asignadas por el director del grupo. Los miembros del
grupo, también deben tener en cuenta que ellos representan a un conjunto de personas, por
lo que deben estar preparados para consultar a sus colegas, con la finalidad de ampliar el
rango de opiniones que deben ser consideradas (SOCIEDAD ESPAÑOLA DE
FARMACEUTICOS DE ATENCIÓN PRIMARIA, 2002 pág. 15).
31
La cantidad de miembros del grupo, va a variar según las necesidades, la extensión y
los recursos disponibles para la realización de la guía (KISH, 2001 pág. 851).
b. Selección de los temas de la Guía
Desarrollar una Guía de práctica clínica basada en la evidencia, conlleva una gran
cantidad de recursos y tiempo. Para hacer el mejor uso de los recursos, las guías deberían
abordar necesidades específicas en el área de la salud dental; las guías deben crear la
expectativa de un posible cambio en la toma de decisiones y, en el aprovechamiento de los
recursos y, por lo tanto la atención a los pacientes mejorará (SCOTTISH
INTERCOLLEGIATE GUIDELINES NETWORK, 2014 pág. 9) (NATIONAL HEALTH AND
MEDICAL RESEARCH COUNCIL, 1998 pág. 21).
Los temas deben venir de un área de interés que tenga un alto volumen de casos, alto
costo, significante variación en la práctica y dificultad para la toma de decisiones clínicas.
Debe existir suficiente y disponible evidencia que justifique la realización de la guía.
“El alcance del tema debe ser lo suficientemente estrecho para que pueda ser explorado a
fondo y con los recursos disponibles” (ENA Clinical Practice Guidelines Committee, 2009
pág. 2).
En este caso, la selección del tema será establecido en función a que los estudiantes de
la licenciatura en Odontología, puedan hacer una aplicación de la mejor evidencia disponible
para el diagnóstico y tratamiento, de las enfermedades periodontales de los pacientes que
asisten a las clínicas dentales, de las diferentes facultades, aprovechando la mayor cantidad
de recursos.
El tema seleccionado, se desarrollará en forma de preguntas clínicas, utilizando el
sistema PICOT (Ver Anexo No 1). La creación de una pregunta, clínica suele ser el paso
más difícil del proceso. Le pregunta debe ser investigable y tener un resultado medible. “La
creación de una pregunta clínica, ayuda a limitar el sesgo inherente que se produce en cada
situación relacionada a la atención de pacientes” (ENA Clinical Practice Guidelines
Committee, 2009 pág. 3)
32
Algunos ejemplos de preguntas que se podrían utilizar para la realización de esta guía
serían los siguientes:
-¿Cómo pueden prevenirse las enfermedades periodontales?
-¿Cómo debe realizarse el examen periodontal?
-¿Cómo se realiza el diagnostico periodontal?
-¿Cómo deben de ser tratadas las enfermedades periodontales?
Por otra parte, se debe especificar claramente, el propósito por el cual la guía va a ser
realizada, al igual que la población a la que va dirigida y la población que la va a poner en
práctica. Se debe considerar la edad, el género, la condición clínica y otros factores que
podrían afectar las recomendaciones. En este caso, la guía será utilizada por los estudiantes
de odontología, y se aplicará en los pacientes que asistan a tratamientos dentales en las
clínicas de la Facultad, y que necesiten diagnóstico y tratamiento Periodontal (KISH, 2001
pág. 852).
c. Revisión Sistemática de la Literatura
Una vez conformado el grupo multidisciplinario que participará en la elaboración de la
guía, y una vez seleccionado el tema y las preguntas clínicas, se procederá a la búsqueda
de la mejor evidencia disponible. Al utilizar evidencia científica de alta calidad, será posible
dar recomendaciones que tengan un mayor peso.
La revisión de literatura debe ser lo más exhaustiva posible y estar basada en una
metodología explícita y estructurada (ALONSO, y otros, 2007 pág. 20).
Por otra parte, se debe especificar el método por el cual la evidencia científica fue
identificada y recolectada; también es necesario especificar el periodo de tiempo en el cual la
evidencia fue revisada, y se debe utilizar citaciones y referencias para identificarla (KISH,
2001 pág. 853).
En la búsqueda de literatura, deben incluirse meta-análisis, revisiones sistemáticas y
guías preexistentes; también estudios clínicos, estudios observacionales y estudios
económicos. Los estudios cualitativos, actualmente no se aceptan como evidencia que
apoye las recomendaciones de una Guía de Práctica Clínica.
33
A continuación, se presentan algunas bases de datos que pueden ser utilizadas para
la búsqueda de la evidencia científica:
- National Guideline Clearinghouse http://www.guideline.gov
- U.S. Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ) http://www.ahrq.gov
- The U.S. National Library of Medicine’s MedlinePlus
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus
- National Library of Medicine http://www.clinicaltrials.gov
- National Institute for Health and Clinical Excellence http://www.nice.org.uk
- Subject Specialist Databases (e.g., CINAHL, OVID, etc.)
- Cochrane Reviews http://www.cochrane.org
- British Medical Journal Evidence Centre (http://group.bmj.com/products/evidence-
centre)
- Scientific Library Online (Scielo) http://www.scielo.org/
- LILACS http://lilacs.bvsalud.org/es/
Todos los artículos relacionados al tema de la Guía, deben ser listados en una Tabla
de Referencias (Ver Anexo No.2). La tabla de referencia no se publica como parte de la
Guía, ya que solo sirve para tener documentados los artículos utilizados en la realización de
la misma (ENA Clinical Practice Guidelines Committee, 2009 págs. 3,4,20).
Se deben buscar y evaluar Guías preexistentes, con el fin de evitar duplicados y
desperdiciar recursos. Como regla general, un buen balance entre sensibilidad y precisión,
debiera ser alcanzado cuando se buscan Guías de Práctica Clínica preexistentes. La
sensibilidad está relacionada con el número de reportes relevantes identificados, divididos
por el número total de reportes relevantes existentes; mientras que la precisión, está
relacionada con el número de reportes relevantes identificados, por el número total de
reportes identificados. Un incremento en la sensibilidad podría implicar más tiempo y más
inversión de recursos, esto debe ser cuidadosamente tomado en cuenta por los miembros
del panel de expertos que evaluarán la viabilidad de realizar tal búsqueda (NATIONAL
HEALTH AND MEDICAL RESEARCH COUNCIL, 1998 pág. 24) (SOCIEDAD ESPAÑOLA
DE FARMACEUTICOS DE ATENCIÓN PRIMARIA, 2002 pág. 17).
34
Inicialmente, las guías se podrían buscar electrónicamente en sitios web de
organizaciones regionales o internacionales especializadas en el tema. Estas
organizaciones, puede que cuenten con recomendaciones clínicas disponibles, en forma de
declaraciones, que podrían estar publicadas en revistas especializadas.
Las búsquedas, para hallar guías existentes en bases de datos electrónicas como
Medline, Embase, the Cochrane Database of Systematics Reviews, LILACS, etc., deben ser
estratégicas y específicas. La búsqueda basada en la obtención de las referencias de
referencias (llamado "bola de nieve"), también se debe realizar para aumentar la sensibilidad
en la recuperación de las publicaciones. La literatura no publicada, debiera ser también
buscada para asegurarse que la búsqueda de literatura sea integral.
Se debe realizar una combinación de búsqueda manual y búsqueda electrónica, para
alcanzar el enfoque más integral en la identificación de estudios. Además, esta búsqueda
debe realizarse en diferentes idiomas, con el fin de abarcar la mayor diversidad de
información posible. Todas estas medidas se realizan para tratar de reducir el sesgo de
publicación, que se considera como una fuente de heterogeneidad (ENA Clinical Practice
Guidelines Committee, 2009 pág. 3; NATIONAL HEALTH AND MEDICAL RESEARCH
COUNCIL, 1998 pág. 24; SOCIEDAD ESPAÑOLA DE FARMACEUTICOS DE ATENCIÓN
PRIMARIA, 2002 pág. 17).
d. Evaluación de la calidad de evidencia
Uno de los factores que pueden influir en la decisión de un clínico al implementar una
recomendación, es el grado de confianza que se tenga en dicha recomendación; esto sería
el grado de certeza, de que dicha recomendación producirá la mejoría esperada y buen
resultado para sus pacientes. Lo anterior, está directamente relacionado con otros temas
como las preferencias del paciente y el análisis de costo-beneficio, que dicha intervención
conlleva. Por esta razón, el grupo de desarrollo de la guía, tiene que considerar, tanto la
calidad global de la evidencia de soporte, como los otros factores que podrían influir en la
fuerza de la recomendación.
35
e. Presentando la evidencia
Un principio fundamental, consiste en que cada recomendación de la guía, debe estar
basada en la mejor evidencia disponible. Para muchos cuestionamientos ya existen
revisiones sistemáticas que responden dichos cuestionamientos, y son de gran utilidad para
el grupo desarrollador de la guía; ya que, además, presentan un resumen de la evidencia
más reciente.
Una forma práctica de presentar dicha información, es mediante la elaboración de
tablas, en donde se coloque el cuestionamiento, junto con los hallazgos de las diferentes
revisiones sistemáticas. Otro aspecto de gran utilidad de las revisiones sistemáticas, es que
la calidad de los estudios incluidos en las mismas, ya ha sido previamente considerado por
el/los autores, por lo que estas consideraciones pueden ser tomadas en cuenta por el grupo
elaborador de la guía (SCOTTISH INTERCOLLEGIATE GUIDELINES NETWORK, 2014 pág.
22).
Por otro lado, la revisión de literatura realizada por el mismo grupo elaborador de la
guía, puede ser presentada, por cuestiones prácticas, a manera de tablas similares a las
usadas en las revisiones sistemáticas, en las cuales se incluyan datos relevantes como: tipo
de estudio, limitaciones, muestra, resultados, etc.
Al momento de responder cada pregunta previamente realizada, el grupo de
elaboración ya cuenta con un “cuerpo de evidencia” probablemente amplio, ante el cual se
debe analizar qué evidencia es la que cuenta con mayor fortaleza, para ser tomada en
cuenta al realizar una recomendación clínica. La revisión de esta información existente, debe
ser cuidadosa y exhaustiva, previo a la elaboración de la recomendación. El enfoque en este
punto, es el análisis de la calidad de la evidencia que servirá para realizar dicha
recomendación.
El panel elaborador de la guía, debe considerar los siguientes aspectos:
- La historia natural de la enfermedad o condición en cuestión.
- Los posibles resultados de cada intervención, tomando en cuenta la fuerza de la
evidencia asociada con cada una.
- El balance entre beneficios y riesgos
36
- La comparación entre resultados entre diferentes intervenciones (incluyendo
opciones conservadoras o el no tratamiento) para la enfermedad o condición en
cuestión.
- Un análisis económico de la mejor inversión para los mejores resultados en
salud (NATIONAL HEALTH AND MEDICAL RESEARCH COUNCIL, 1998 pág.
31).
Por otro lado, el grupo que elabora la guía, debe llegar a un consenso sobre la calidad
de la información con la que cuentan; ante lo cual, una serie de cuestionamientos sobre cada
estudio disponible, puede ser de utilidad para guiar la selección de los estudio a incluir.
Preguntas básicas que se deben realizar al analizar un estudio y su utilidad son las
siguientes:
¿Qué tan confiable es el estudio (riesgo del sesgo)?
Se debe analizar, qué tan cierto es que los resultados del estudio, se deben al
procedimiento sistemático llevado a cabo en el mismo, o si es simplemente producto del
azar. En este punto, se debe analizar la validez interna del estudio. Estudios que tienen
limitaciones y pueden presentar alto riesgo de sesgo, pueden reducir la confianza en la
validez de sus resultados. Limitaciones de los estudios clínicos aleatorios, incluyen fallas en
la asignación o en el ocultamiento de la misma, pérdida de seguimiento, fallas para
considerar la intención de tratamiento, detener el ensayo muy tempranamente por beneficios
aparentes y seleccionar el reporte de los desenlaces según los resultados deseados
(FAGGION Jr, 2013 pág. 128).
¿Qué población es la analizada en el estudio?,¿son los estudios relevantes para
nuestra población?
En este sentido, se analiza la validez externa del estudio, o qué tanta aplicabilidad
tienen los resultados del estudio, a pesar de haberse realizado en otra población, con
características diferentes a las de los pacientes que serán tratados bajo la directriz de la guía
a realizar.
37
“Para los estudios llevados a cabo en otros lugares, se debe analizar, qué factores
podrían influir de forma relevante en los posibles resultados en nuestra población objetivo.
Ejemplos de factores que pueden influir en la aplicabilidad de los resultados incluyen:
o Variaciones en el riesgo basal
o Diferencias en la composición genética de la población
o Diferencias en la cultura o estilo de vida entre las poblaciones
o Diferencias en cómo se entrega el tratamiento, o la disponibilidad de tecnologías
y recursos
o Uso de variables subrrogadas o resultados indirectos
o Uso de comparación indirecta y no directa de los resultados” (SCOTTISH
INTERCOLLEGIATE GUIDELINES NETWORK, 2014 pág. 24).
¿Qué tan fiables son las estimaciones de la magnitud del efecto?
“Esto se refiere, a menudo, a la precisión de la estimación del efecto o a la fuerza de
la evidencia. Se relaciona con el grado de confianza que el usuario puede tener, sobre la
estimación de la magnitud del efecto que se espera de una intervención o exposición. Existe
precisión alrededor de una estimación del efecto, cuando los intervalos de confianza superan
el 95%” (SCOTTISH INTERCOLLEGIATE GUIDELINES NETWORK, 2014 pág. 24).
“La fuerza de la evidencia, depende de la magnitud del efecto del tratamiento, visto en
estudios clínicos. También depende de los tamaños de los intervalos de confianza, y la
extensión en que estos hallazgos se hayan reproducido en otros estudios. La fuerza de la
evidencia, es importante por dos razones principalmente. Los efectos fuertes tienen menos
probabilidades de sufrir de sesgo que aquellos débiles, por lo que tienen mayor probabilidad
de ser reales. Y los efectos fuertes tienen mayor probabilidad de ser clínicamente
importantes” (NATIONAL HEALTH AND MEDICAL RESEARCH COUNCIL, 1998 pág. 17).
¿Cuál es la relevancia clínica o el tamaño del efecto estimado en el estudio?
En algunas ocasiones, los estudios concluyen resultados estadísticamente
significativos, pero que a la hora de aplicarlos, la diferencia o mejoría clínica no es
significativa. Esto es especialmente importante de tomar en cuenta, al comparar, por
ejemplo, dos modalidades de tratamiento, en donde uno presente mejorías estadísticamente
38
significativas frente a otro; pero clínicamente esto no sea tan representativo y, tal vez el
costo de ambos, sea muy diferente.
¿Son los diferentes estudios consistentes entre sí en cuanto a resultados?
“Esto también es conocido como heterogeneidad, este aspecto se ve en todos los
estudios relativos a un resultado en particular, para ver si todos apuntan en la misma
dirección o presentan resultados similares. Algunas veces es muy claro que la evidencia es
consistente; pero en otras ocasiones, esto está lejos de la realidad. A veces hay razones
clínicas para explicar esto, y éstas serán discutidas por el grupo de desarrollo de la guía”
(SCOTTISH INTERCOLLEGIATE GUIDELINES NETWORK, 2014 pág. 23).
¿Cuál es el posible sesgo de publicación?
El sesgo de publicación, consiste en la tendencia a publicar sólo aquellos estudios
cuyos resultados que hayan sido positivos; es decir, ante resultados desfavorables de un
tratamiento implementado, por ejemplo, existe el riesgo que el artículo no sea publicado y,
que por tanto, no sea posible acceder a dicha información.
Otro aspecto a tomar en cuenta, es cuando los estudios han sido patrocinados por
industrias, cuya conveniencia determina si se publican los resultados o no.
f. El nivel y calidad de la evidencia
El nivel de evidencia, se refiera al diseño del estudio empleado, con el fin de minimizar
el riesgo de sesgo. Considerándose, en este aspecto, a las revisiones sistemáticas y a los
estudios clínicos randomizados en los niveles mayores de evidencia (niveles I y II,
respectivamente), siempre y cuando su diseño sea correctamente ejecutado. (Ver Anexo
No.3).
“La calidad de la evidencia, por otro lado, se refiere a los métodos implementados por
los investigadores, para minimizar el riesgo en el diseño y la conducción del estudio. Por
ejemplo: actualmente existen criterios bien establecidos para evaluar la calidad de los
ensayos clínicos randomizados, en los cuales se hace énfasis a la asignación del tratamiento
39
a los grupos, si ésta asignación se ocultó al investigador y al sujeto (doble ciego) y, si
además, tuvo un seguimiento en el tiempo de los resultados en los sujetos” (NATIONAL
HEALTH AND MEDICAL RESEARCH COUNCIL, 1998 pág. 15).
“Los niveles inferiores de evidencia, no cuentan con criterios de calidad tan claros; pero,
en general, los factores que pueden influir en la estimación del resultado son: - los métodos
utilizados para la selección de los sujetos de estudio: - la comparación de los grupos de
sujetos en tratamiento versus el control (si es que lo hay); - los métodos de medición; y, - la
integridad del seguimiento” (NATIONAL HEALTH AND MEDICAL RESEARCH COUNCIL,
1998 pág. 15).
Si en algún determinado cuestionamiento, la evidencia disponible, es de pobre calidad y
nivel, las guías pueden ser desarrolladas, en ciertas instancias, bajo las recomendaciones de
expertos, si es que éstas existen, o en resultados fuera de la jerarquía de niveles de
evidencia, siempre y cuando se pueda llegar a un consenso en el tema.
g. Recomendaciones basadas en evidencia
“La evidencia es necesaria, pero no suficiente cuando se trata de hacer
recomendaciones para un tratamiento. Tomar la evidencia (en cualquiera de sus niveles y
calidades) y convertirla en una recomendación clínica útil, depende del buen juicio y
experiencia de los desarrolladores de la guía” (NATIONAL HEALTH AND MEDICAL
RESEARCH COUNCIL, 1998 pág. 17).
Aunque la evidencia es primordial, la elaboración de las guías, no deja de pasar por un
análisis subjetivo sobre las situaciones y personas en que ésta será implementada.
Al momento de realizar las respectivas recomendaciones, se debe procurar que éstas
cuenten con la suficiente fuerza para ser implementadas. La fuerza de la recomendación, es
la medida en la que se puede estar seguro, de que la adhesión a dicha recomendación
producirá más beneficios que mal. Esta fortaleza de la recomendación, se puede clasificar
en alta, moderada, débil y no recomendada (Ver Anexo No. 3).
40
“Al tener evidencia de alto nivel, como la obtenida de estudios clínicos controlados
randomizados, no significa que ésta vaya a dar una buena recomendación clínica.
Suponiendo que se tiene un estudio clínico controlado randomizado, en el que se basan
nuestras recomendaciones clínicas: si el efecto de la intervención fue pequeño y las medidas
del desenlace fueron subrogantes más que clínicas, entonces la evidencia, aunque sea de
alta calidad, sería relativamente poco útil” (NATIONAL HEALTH AND MEDICAL RESEARCH
COUNCIL, 1998 pág. 18).
“Otros factores que se consideran a la hora de hacer recomendaciones, son los
relacionados al costo efectividad de la intervención, las implicaciones económicas para el
presupuesto de salud o para la implementación total de las recomendaciones, y cualquier
desigualdad que pueda surgir, si sólo ciertos sectores de la población-objetivo, pueden tener
acceso a las intervenciones recomendadas” (NATIONAL HEALTH AND MEDICAL
RESEARCH COUNCIL, 1998 pág. 18).
“Existen básicamente cuatro criterios importantes para determinar la fuerza de la
recomendación:
- La calidad de la evidencia: en general, un alto nivel de evidencia (niveles 1 y 2),
resultarán en recomendaciones fuertes.
- Balance entre los efectos del tratamiento y los efectos secundarios.
- Preferencias del paciente: todos los pacientes son diferentes y esto debe ser
tomado en cuenta al desarrollar la guía. Por ejemplo: un paciente mayor,
probablemente tendrá mayor reticencia a realizarse un tratamiento quirúrgico
invasivo, comparado con un paciente de menor edad.
- Costo-beneficio de la terapia: la mayoría de los pacientes consideran más caros los
tratamientos, cuyos resultados no son clínicamente visibles por ellos (aunque sí
sean beneficiosos y cuantificables por el clínico tratante)” (FAGGION Jr, 2013 pág.
133).
h. Revisión de la Guía
“La guía puede ser presentada en forma de borrador a árbitros independientes (otros
miembros de la facultad ajenos al grupo elaborador de la guía), elegidos por su experiencia;
también puede pedirse que la evalúen expertos en la materia. A los revisores, se les puede
41
pedir opinión sobre la exhaustividad y exactitud de la interpretación evidencia que respalda
las recomendaciones en la guía. Los comentarios recibidos de los revisores y otros, se
pueden recoger en un informe y pueden ser discutidos por el grupo elaborador. Cada punto
establecido por los revisores, debe abordarse: y cualquier cambio que estos generen, debe
quedar registrado también; asimismo, si no se realizan cambios, las razones deben quedas
registradas por escrito” (SCOTTISH INTERCOLLEGIATE GUIDELINES NETWORK, 2014
pág. 42). Se recomienda que tanto los nombres de los elaboradores, como de los revisores,
se publiquen al momento de difundir la guía clínica, así como los comentarios y
recomendaciones de estos últimos.
Además, se deben realizar revisiones periódicas, sobre la vigencia de los
contenidos presentes en la guía. Una posible solución ante este problema, podría ser el
establecimiento de un periodo de vigencia de la misma, después del cual la Guía debe ser re
evaluada y actualizada.
i. Difusión e implementación de la Guía
La difusión de dicha guía, puede implementarse por medio de un plan piloto inicial,
con un grupo de estudiantes a los que se les prepare e informe, en el uso de la misma, un
semestre antes de su entrada a la práctica clínica en Periodoncia.
Ese periodo puede servir, no solo de prueba para medir la aceptación de los
estudiantes y pacientes, que emplearán y en quienes se aplicará la guía, respectivamente,
sino también para refinar algunos puntos que lo participantes consideren pertinentes (aclarar
dudas, realizar sugerencias al grupo elaborador, etc.).
Otra opción es la de elaborar Talleres y Seminarios, tanto con los estudiantes como
con los profesores que implementarán las guías; esto, con el fin de paliar el
desconocimiento de una práctica clínica. Para las dificultades relacionadas con las rutinas o
prácticas muy arraigadas, la influencia social de líderes de opinión, reuniones de consenso
locales o técnicas de marketing, pueden ser de utilidad.
42
“Por último, los recordatorios, tanto en papel como en formato electrónico, han
demostrado ser efectivos para los aspectos que resultan difíciles de integrar durante la
consulta o la práctica clínica diaria” (ALONSO, y otros, 2007 pág. 22).
CONCLUSIONES y RECOMENDACIONES
Conclusiones
1. La descripción del proceso descrito en este Manual, con el que se busca desarrollar,
implementar, evaluar y revisar una Guía de Práctica Clínica de Periodoncia para estudiantes
de pregrado, también puede ser aplicable para la realización de guías en un amplio rango de
áreas odontológicas; y también para diferentes tipos de intervenciones clínicas.
2. El proceso de realizar e implementar guías de práctica clínica, es altamente complejo, y
depende, no solo de la integración de actividades de todas las personas involucradas, sino
también de cambios en el comportamiento, a nivel de los estudiantes y docentes y de las
distintas instituciones.
3. La evidencia de investigación existente, demuestra que la adecuada realización de Guías
de Práctica Clínica, puede llevar a mejoras; tanto en el aprendizaje de los estudiantes, como
en la toma de decisiones clínicas, cuando atienden paciente y, para el ahorro de tiempo y
recursos. Pero solo desarrollar las guías, no es suficiente, éstas deben ser implementadas,
evaluadas y permanentemente actualizadas.
4. En la actualidad, a nivel mundial, existen muy pocas Guías de Práctica Clínica en
Periodoncia. A nivel nacional, en los sistemas de salud, solo el Instituto Guatemalteco de
Seguridad Social, IGGS, cuenta con Guías de Práctica Clínica en el área Odontológica.
Ninguna de las facultades que imparte odontología cuenta con Guías de Práctica Clínica,
adecuadamente realizadas y basadas en evidencia científica.
Recomendaciones
1. Al momento de realizar Guías de Práctica Clínica, cada Facultad debe evaluar sus
necesidades, a fin de que las Guías sean individualizadas y puedan ser aplicables en
el ámbito en que se desarrollarán.
2. Las Guías deben ser elaboradas para un periodo de vigencia establecido, con el fin
de que éstas sean evaluadas y actualizadas periódicamente.
3. Al momento de desarrollar las Guías, se debe garantizar una participación
multidisciplinaria. Con esto se logrará que las Guías sean más fácilmente aceptadas
y, a la v vez, más y mejor implementadas.
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ANEXOS
Anexo No.1. PICOT 1
Anexo No. 2. Tabla de Referencias 2
Anexo No. 3. Tabla de Nivel de Evidencia y Tabla de Niveles de
Recomendación para la práctica clínica 3
Anexo No. 4. Ejemplo de Guía de Práctica Clínica de Periodoncia 5
1
ANEXO No.1.
PICOT
La elaboración de una pregunta clínica es clave para obtener información importante.
Preguntas claras permiten una mejor utilización del tiempo, de los recursos y facilita
estrategias de búsqueda. La estructura para formular preguntas es PICOT:
- Paciente o Población: ¿Qué paciente o población/ problema se está
tratando de investigar?
- Intervención: ¿Qué se hará con paciente o problema?
- Comparación de la intervención o Grupos: ¿Cuáles son los grupos o
las intervenciones alternativas?
- Outcome (Desenlace): ¿Cuál es el efecto deseado o la mejora para el
paciente o población?
- Tiempo: Periodo de tiempo
La utilización del sistema PICOT permite encontrar parámetros claros en la búsqueda de la
literatura, y también permite la evaluación de los mismos para que puedan ser utilizados en
la atención de pacientes. La pregunta clínica final que se formula en las Guías de Práctica
Clínica, no siempre debe seguir este formato, pero cuando sea posible debiera tomar todos
estos elementos en consideración.
Ejemplo:
P I C O T
Paciente
Población
Intervención Comparación Outcome
Desenlace
Tiempo
Pacientes con
Periodontitis
Crónica Severa
Tratamiento
Periodontal No
quirúrgico
Tratamiento
Periodontal
Quirúrgico
Disminución de
la profundidad al
sondaje
3 meses
después del
tratamiento
Pregunta PICOT: ¿Los pacientes con periodontitis crónica severa tratados con un
tratamiento periodontal no quirúrgico, tienen los mismos resultados en la disminución de la
profundidad al sondaje a los 3 meses, al igual que cuando son tratados con un tratamiento
periodontal quirúrgico?
2
ANEXO No. 2.
Tabla de Referencias
1 2 3 4
Nombre del Articulo
Año
Palabras Claves
Comité Revisor Guías de Práctica
Clínica
Tipo de Publicación
Propósito de Búsqueda/ Preguntas/ Hipótesis
Diseño del estudio/Metodología
Muestra/ escenario
Mediciones/ Instrumentos/
Análisis Estadístico
Hallazgos/ implicaciones/ Conclusiones
Generalizable/ Relevante a la
práctica/ Confiable
Limitaciones
Nivel de Evidencia
Comentarios Adicionales
3
ANEXO No.3.
Tabla de Nivel de Evidencia
Nivel de Evidencia
I Evidencia obtenida de revisiones
sistemáticas y/o meta-análisis de todos los
estudios clínicos controlados randomizados
relevantes
II Evidencia obtenida de al menos un estudios
controlado randomizado apropiadamente
diseñado
III-1 Evidencia obtenida de pseudo-estudios
controlados randomizados bien diseñados
(asignación alternativa o algún otro método
de asignación)
III-2 Evidencia obtenida de estudios comparativos
con controles y asignación no randomizada
(estudios de cohorte), estudios de casos y
controles.
III-3 Evidencia obtenida de estudios comparativos
con controles históricos, estudios de dos o
más brazos, estudios sin grupo control
paralelo
IV Evidencia obtenida series de casos, opinión
o reporte de expertos
(NATIONAL HEALTH AND MEDICAL RESEARCH COUNCIL, 1998 pág. 56)
Tabla de Niveles de recomendación para la práctica clínica
Descripción Nivel
Alto
Recomendaciones:
- Refleja un alto grado de certeza clínica
- Basado en un nivel de evidencia I, II y III-1
- Basado en una consistente y buena calidad
de evidencia.
A. Alto
4
- Es Beneficioso
Moderado
Recomendaciones:
- Refleja un grado moderado de certeza
clínica
- Basado en un nivel de evidencia III-1,III-2 y
III-3
- Existen algunas inconsistencias en la
calidad de la evidencia.
- Es probable que sea Beneficioso
B. Moderada
Débil
Recomendaciones:
- Nivel de evidencia III-3 y IV. Basado en
consensos, práctica diaria, series de casos,
opiniones de expertos
- La evidencia orientada la paciente es
limitada o de baja calidad.
- Tiene una efectividad limitada o
desconocida
C. Débil
No Recomendada para la Práctica Clínica
- La evidencia disponible no es objetiva o
solo es anecdótica. La evidencia proviene de
no controlados o pobremente controlados
- Otras indicaciones para no recomendar
evidencia podrían incluir:
a. Evidencia conflictiva
b. Daños que han sido demostrados
c. Costo para la intervención supera el
beneficio
No Recomendada
Modificado de (ENA Clinical Practice Guidelines Committee, 2009 pág. 14)
5
ANEXO No. 4.
Ejemplo de Guía de Práctica Clínica de Periodoncia
GUIA PRACTICA CLINICA EN PERIODONCIA PARA ESTUDIANTES DE ODONTOLOGIA
Presentación
Introducción
Desarrollo de la Guía
A. Metodología, descripción del proceso, participación de panel de expertos
1. Revisión de guías existentes
2. Elaboración de preguntas claves
3. Definición de temas de abordaje en la guía
4. Revisión sistemática de la evidencia científica
B. Alcance y Objetivos
C. Justificación
D. Población meta de la guía
E. Metodología para recabar la evidencia
Guía de Práctica Clínica
Aspectos clínicos
A. Examen Periodontal
1. Examen intraoral y extraoral
2. Examen Periodontal general
3. Índice de placa, presencia de cálculo dental e índice gingival
4. Examen dental
5. Movilidad dental
6. Examinación oclusal
7. Radiografías y otros exámenes complementarios
8. Evaluación de relaciones sistemático-periodontales potenciales
9. Análisis de posibilidad de recibir tratamiento con implantes dentales
B. Diagnóstico y pronóstico periodontal
1. Enfermedades y condiciones periodontales
C. Prevención
1. Control de placa bacteriano
6
2. Factores de riesgo asociados a enfermedades periodontales
a. Hábito tabáquico
b. Mal control de glicemia
c. Estrés
D. Elaboración de un Plan de tratamiento
1. Interconsulta médica
2. Plan de tratamiento periodontal
3. Consulta y /o tratamientos con otras áreas odontológicas
4. Consideración en el uso de quimioterapéuticos
E. Consentimiento informado y registros del paciente
F. Procedimientos terapéuticos
1. Educación al paciente
2. Tratamiento periodontal (quirúrgico o no quirúrgico)
3. Evaluación post operatoria
G. Terapia periodontal de mantenimiento
1. Actualización de datos del paciente
2. Evaluación intra y extra oral
3. Análisis del estado de higiene oral
4. Eliminación o control de factores de riesgo nuevos o persistentes
5. Identificación y tratamientos de enfermedades o condiciones periodontales
nuevas o recurrentes.
Glosario de términos
Anexos