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Memo n°17 : Pedro Pablo MUTUMBAJOY
Victima Plan, Colombia
La Haya, 15-16 Octubre 2016
CONTACTS :
emilie@monsanto-tribunal.org
witnesses@monsanto-tribunal.org
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Biografía de Pedro Pablo Mutumbajoy Gómez
Nací el 24 de diciembre de 1978 en una vereda llamada La Sevilla, Baja Bota Caucana, en
ese entonces municipio de Santa Rosa, Departamento del Cauca, República de Colombia.
Hijo de padres humildes, Gustavo Mutumbajoy y Braulia Gómez. Éramos 8 hermanos: José
Devin, Cristobal, Romelia, Uvaldina, Ortencia, Pedro Pablo, Gloria y Juan. Mi padre murió
en 1982. Fue sepultado en un pueblo llamado Santa Lucía, Putumayo. En 1982 mi madre
decide trasladarse a Puerto Guzmán y compró una casita en madera y techo de zinc. En este
pueblo existían casas de yaripa (guadua), paja y cartón, principalmente. Mi madre sale
entonces a buscar nuevos horizontes a la intendencia del Putumayo en ese entonces.
En 1982 comencé mis estudios primarios en la escuela rural mixta Puerto Guzmán con la
profesora Edilma González, en 1987 terminé la primaria en este plantel escolar, en 2008
terminé el bachillerato en la Institución Educativa Amazónica y en 2013 terminé la
tecnología en gestión de empresas agropecuarias con el Servicio Nacional de Aprendizaje,
SENA, en esta misma localidad.
En 1983 mi madre compró una finca en una vereda llamada El Trébol, a unos cuarenta
minutos de Puerto Guzmán donde nos terminamos de crecer con mis tres hermanos menores.
En 1992 distinguí a una joven en la vereda El Trébol llamada Yenny Vargas de una familia
humilde. Pasaron días y meses empezamos como novios y luego formamos un hogar en
unión libre el 15 de junio de 1993. Obtuvimos cuatro hijos: John Jairo, Diana Yineth, Yudy
Paola y Yulied Alexandra.
Entre los años 2000, 2006 y 2013 las aspersiones aéreas con glifosato causaron la muerte de
un sin número de especies de seres vivos y los humanos quedamos amenazados por
enfermedades terminales como el cáncer como ya lo han advertidos médicos.
El 20 de diciembre de 2012 contrajimos matrimonio por lo civil en la Notaría de Villagarzón,
Putumayo. El 30 de diciembre de 2012 fue la ceremonia en la iglesia cristiana Pentecostés
con el pastor Rober Buchely.
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En septiembre de 2013 fui víctima de la aspersión aérea con glifosato causada por las
unidades de la Policía Antinarcóticos sobre una plantación forestal con vocación comercial.
Los daños no fueron remunerados. Fueron 350 árboles avaluados por la Secretaría
Agropecuaria del Municipio de Puerto Guzmán.
El 6 de julio del 2016 me llega una invitación desde La Haya, Holanda, al Tribunal
Internacional Monsanto que se realizará el 15 y 16 de octubre de 2016. Comenzaron entonces
unos vecinos y amigos a coordinar su apoyo para acompañarme en este evento: Kristina
Lyons, mi vecino Jorge Luis Guzmán Rocha y Pedro Arenas de la fundación Indepaz.
Soy víctima de la aspersión aérea con glifosato de Monsanto realizada por los gobiernos
estadounidenses y colombianos.
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TRIBUNAL INTERNACIONAL MONSANTO
TESTIMONIO DE PEDRO PABLO MUTUMBAJOY GÓMEZ
– COLOMBIA
PRESENTACIÓN
Mi nombre es Pedro Pablo Mutumbajoy Gómez y vengo de una zona rural conocida como El
Trébol, en el municipio de Puerto Guzmán, departamento del Putumayo, Colombia. Soy el
sexto de ocho hijos del matrimonio entre Braulia Gómez y Gustavo Mutumbajoy.
Descendemos del pueblo Inga, establecido desde hace cientos de años en la confluencia de
los ríos Putumayo, Cauca y Caquetá, territorio andino amazónico fronterizo con Ecuador.
Tengo 38 años. Mi padre murió cuando yo tenía 4 años y desde entonces mi madre asumió
sola el liderazgo de la familia. Hoy con 83 años sigue siendo, junto con mi esposa Yenny
Vargas y nuestros cuatro hijos, mi mayor compañía, apoyo e inspiración.
Tengo estudios de tecnología en Gestión de empresas agropecuarias y trabajo en diversas
labores agrícolas, pecuarias y ocasionalmente algo de minería artesanal para el sustento
diario de mi familia. Con mi madre trabajamos en la rehabilitación del bosque húmedo
tropical cultivando árboles maderables nativos de rápido crecimiento en lo que fueron
monocultivos de coca.
Vengo a este tribunal para dar testimonio de un complejo problema y a exponer una
propuesta. Represento a una de las cientos de miles de familias que han sido víctimas de las
aspersiones aéreas con glifosato realizadas por los gobiernos de Colombia, Estados Unidos y
la empresa Monsanto por más de 20 años, en el marco de la política antidroga de ambos
países.
EL PROBLEMA: POBREZA Y MISERIA
En mi país más de 600 mil hectáreas de bosques han sido reemplazadas por cultivos de coca
con fines ilícitos. Como respuesta a este problema los gobiernos de Colombia, Estados
Unidos y las Naciones Unidas establecieron un régimen de fiscalización con la pretensión de
erradicar materialmente los cultivos de coca mediante la aspersión aérea de una mezcla
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concentrada de glifosato con sustancias que aumentan su actividad y adherencia en climas
cálidos húmedos tropicales. Una práctica nunca antes vista en el mundo que ha traído
resultados más que lamentables. Una medida arbitraria porque desde el principio estaba claro
que la naturaleza del conflicto armado haría imposible prevenir, mitigar o reparar los
impactos ambientales negativos sobre la producción lícita, las familias cultivadoras y los
ecosistemas.
Después de 20 años de operaciones, Colombia reporta la aspersión aérea de la mezcla
herbicida sobre más de 1.87 millones de hectáreas, lo que implica, según especialistas, el uso
de por lo menos 22.5 millones de litros de glifosato. Más de la mitad de estas sustancias (el
54%) fueron descargadas en territorios de mis ancestros. En el año 2002, por ejemplo, el 83%
de las aspersiones aéreas con glifosato de Colombia se concentraron en tierras de los
departamentos de Putumayo, Cauca, Caquetá y Nariño. Sin embargo, los cultivos de coca, el
consumo de cocaína, así como la pobreza prevalecen y tienden a crecer.
Los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, y mucho menos Monsanto, no responden por
los daños que las aspersiones aéreas causan sobre cultivos lícitos agrícolas, pecuarios,
piscícolas, silvícolas y de otras clases. La negación de las indemnizaciones reclamadas es
algo sistemático: la misma institución que programa las aspersiones aéreas, la Dirección
Antinarcóticos de la Policía Nacional, es la que recibe los reclamos a través de las alcaldías
municipales, la que supuestamente integra y dirige un grupo técnico interinstitucional para
verificar los daños en zonas con presencia de grupos armados ilegales, la que dictamina si las
afectaciones son ciertas, resuelve los recursos de reposición cuando los afectados no
comparten su dictamen y finalmente archiva las reclamaciones.
DAÑOS EN EL VECINDARIO
Sobre las tierras de mi familia en Puerto Guzmán, Putumayo, se han realizado cuatro
aspersiones aéreas con glifosato. Tres de ellas sobre cultivos de coca entre los años 2000 y
2006. Fueron operaciones ejecutadas por tres avionetas y hasta 7 helicópteros artillados
sobrevolando el área para repeler ataques de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC). Las avionetas, helicópteros, pilotos y el glifosato fueron suministrados
desde Estados Unidos por empresas como Monsanto, Dyncorp, Sikorsky y otras en el marco
del llamado Plan Colombia. Como resultado de la aspersión se perdieron los cultivos de coca
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pero también cultivos cercanos de plátano, yuca y praderas para pastoreo de ganado. Soy
testigo de que tres meses después de una de las aspersiones que afectó corrientes de agua y
praderas nació un ternero con malformaciones: sin las patas delanteras. Algo nunca visto.
En septiembre de 2013 recibimos una última aspersión aérea con glifosato. Esta vez dañaron
un cuarto de hectárea de mi plantación forestal afectando 350 árboles maderables de rápido
crecimiento. Este cultivo silvícola, iniciado con el fin de rehabilitar los suelos afectados por
los extintos cultivos de coca, está localizado a 2 kilómetros de la cabecera municipal. Nuestra
plantación es una iniciativa familiar de largo plazo destinada a producir madera para
viviendas y la consideramos una fuente estable de ingresos para solventar nuestras
necesidades cuando lleguemos a edad avanzada.
Pero voy a citar otros casos de familias afectadas por la aspersión aérea de glifosato sobre
cultivos lícitos cerca de la cabecera municipal de Puerto Guzmán. Casos de personas que,
entre 2011 y 2015, presentaron quejas ante la Dirección Antinarcóticos de la Policía
Nacional, entidad encargada de las aspersiones aéreas con glifosato y, desde el año 2001,
responsable también de atender los reclamos de la población por orden del Consejo Nacional
de Estupefacientes.
Luis Rodrigo Martínez Andrade, propietario de un terreno de 4 hectáreas situado a 900
metros del área urbana, en suelos inundables del río Caquetá, es un señor mayor con una
discapacidad física importante pues le faltan ambas manos. A pesar de sus limitaciones
trabaja con esmero para conformar y mantener una granja integral demostrativa donde
combina reforestación con maderables nativos, enriquecimiento de praderas con arbustos
forrajeros para alimentar su ganado vacuno; cría además peces, cerdos y aves de corral. En
agosto de 2014 las operaciones herbicidas del gobierno nacional afectaron su predio dañando
árboles maderables, su cultivo de peces y el sistema silvopastoril que utilizaba para mejorar
la nutrición de su ganado y la producción de leche.
Señores, el mensaje de don Rodrigo para este tribunal es: “Queremos vivir en paz. Estamos
trabajando para reforestar, para cuidar las fuentes de agua, para recuperar lo que nosotros
mismos dañamos. ¿Y ven lo que el gobierno nos hace? Quema los árboles, quema los
suelos…!”
Magda Milena Cancimance Burbano, cabeza de familia, a quien el Frente 32 de las FARC
forzó a abandonar su finca y establecerse en el pueblo de Puerto Guzmán. En 2014, esta
señora presentó una queja por la aspersión aérea con glifosato de 5 hectáreas de plátano, yuca
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y maíz que cultivaba con ayuda de un crédito bancario. La producción agrícola estaba
destinada a pagar el crédito y obtener ingresos adicionales para la educación de sus hijos,
además de su propia alimentación.
El señor Víctor Burgos Burgos representa otro caso de personas que han sido afectadas en
repetidas ocasiones por aspersiones aéreas con glifosato de Monsanto en los departamentos
de Huila y Putumayo. En agosto de 2014 fue asperjado su cultivo de 2 hectáreas de pimienta
con los que contaba para su sostenimiento y la educación de un hijo. La pimienta forma parte
de los cultivos promovidos por USAID, la agencia de cooperación de Estados Unidos.
Para un conocimiento más detallado de estos hechos se anexa información sobre las quejas
que 75 personas presentaron por daños que las aspersiones aéreas con glifosato causaron en
lo que suman 410 hectáreas de cultivos lícitos. La mayor parte de estas afectaciones
ocurrieron a menos de 5 kilómetros del área urbana de Puerto Guzmán, en cercanías a
resguardos indígenas, y en muchos casos sobre tierras que el río Caquetá inunda en épocas de
lluvia. Cabe referir testimonios de concejales municipales que han visto las aeronaves de
aspersión descargar sus tanques con glifosato sobre el río antes de marcharse del lugar.
Pero los daños causados por las operaciones herbicidas no sólo provocaron quejas en
territorio nacional. Las aspersiones aéreas con glifosato de Monsanto también afectaron suelo
ecuatoriano y motivaron quejas de ese país desde 1999; casi al tiempo que comenzó el Plan
Colombia. Tanto que en 2008 Ecuador presentó una demanda ante la Corte Internacional de
Justicia por los daños de las aspersiones aéreas en su territorio. Esto hizo que los dos países
firmaran en 2013 una obligación de derecho internacional donde Colombia reconoció que las
aspersiones con glifosato pudieron generar un efecto nocivo en Ecuador, se comprometió a
limitar su soberanía evitando aspersiones aéreas a menos de 10 kilómetros de la frontera, a
tener el consentimiento del gobierno ecuatoriano para cambios en la fórmula y composición
de la mezcla herbicida, a brindar un procedimiento de quejas especial, ágil y sencillo para los
ecuatorianos afectados, y a entregar 15 millones de dólares para el desarrollo de zonas de
frontera en ese país.
NI RESPONSABILIDAD NI JUSTICIA
Pero los casos mencionados corresponden apenas a una fracción de la realidad pues como se
dijo antes: la mayoría de la población afectada vive en zonas de acceso difícil, costoso y
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restringido por grupos armados ilegales. Por esta razón los casos referidos en el anexo
corresponden a quienes viven cerca de la cabecera municipal donde están las instituciones
encargadas del tema.
De otra parte, el trámite de los reclamos implica el uso de tecnologías como sistemas de
posicionamiento global que están prohibidas por los grupos armados así como la elaboración
de planos topográficos por fuera del alcance técnico o económico de los afectados.
Al contrario del procedimiento especial, expedito y sencillo establecido para atender las
quejas del lado ecuatoriano, en Colombia exigir indemnizaciones por daños causados por
aspersión aérea con glifosato sobre cultivos lícitos conlleva una carrera de obstáculos muy
grandes y por lo general insalvables. Así lo confirman las estadísticas oficiales. Desde 2001
cuando se estableció el procedimiento de atención a reclamos hasta agosto de 2015 la
Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional ha recibido 17.643 solicitudes de
indemnización por daños a cultivos lícitos. Pero el 96% de estas reclamaciones fueron
negadas. Y así pasa en todas las regiones del país. En Putumayo, de 2.265 solicitudes de
indemnización durante el período mencionado también el 93.5% fueron rechazadas. No hay
garantías mínimas de imparcialidad y frecuentemente, como en mi caso, se vulnera el
derecho al debido proceso. Las familias afectadas, por lo general de bajos recursos
económicos y poca escolaridad, no tienen garantías mínimas de reparación por los daños que
causan las aspersiones aéreas con glifosato. Aquí está claro que el estado colombiano trata de
manera más justa a los ciudadanos ecuatorianos que a su propia población. Daños no
reconocidos ni reparados producto de una guerra química por el control del territorio.
JUSTICIA ALTERNATIVA
Pero hay otras formas de justicia. Estas pasan por examinar nuestra responsabilidad, ejercer
nuestro propio juicio y asumir nuestra propia forma de reparación. Como se afirmó al
comienzo, con Braulia, mi madre, decidimos reparar los suelos afectados por monocultivos
de coca y aspersiones aéreas con glifosato, en nuestra propiedad. Con nuestros propios
medios (semillas, saber y sudor) emprendimos el establecimiento de una plantación forestal
con maderables nativos. No recibimos ningún apoyo gubernamental. Por el contrario, y como
ya se mencionó, nos cayó una lluvia de glifosato en septiembre de 2013 que nos obligó a
buscar ayuda para tramitar una indemnización pretendiendo, en último término, el
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compromiso gubernamental de no realizar aspersiones aéreas sobre nuestro cultivo silvícola.
No recibimos ni una cosa ni la otra. Pero si los gobiernos de Colombia, Estados Unidos y las
Naciones Unidas apoyaran esta clase de iniciativas, el glifosato de Monsanto sería
innecesario pues tendríamos medios de vida dignos alternativos a los cultivos declarados
como ilícitos. En la silvicultura hemos encontrado una oportunidad de ponernos en paz con la
naturaleza. De resarcir los daños causados. Una alternativa que nos dignifica porque
restauramos los servicios que prestan los ecosistemas que hemos afectado. El oxígeno que
producen los bosques en rehabilitación, el carbono que secuestran los árboles cultivados en
crecimiento, el hábitat en el que nuevamente surge la vida silvestre, entre otros, traen
beneficios que mejoran la vida en nuestros predios, en nuestros vecindarios, en nuestro
planeta. Si, desde el punto de vista que sustenta nuestro propósito de reparación, se examinan
las cifras oficiales de las operaciones herbicidas con glifosato, la complejidad desaparece.
Entre los años 1996 y 2014 más de US 3000 millones de dólares fueron gastados por los
gobiernos de Colombia y Estados Unidos en erradicación forzada por aspersión aérea. Más
de 1 millón de hectáreas en tierras de mis ancestros fueron bañadas con 5.5 millones de litros
de sustancias cancerígenas. Si en lugar de adelantar una guerra química afectando los
sectores más pobres y vulnerables de la población colombiana, afectando ecosistemas críticos
para la vida en el planeta, esos recursos se hubieran usado para financiar la rehabilitación de
ecosistemas degradados por el conflicto armado, por lo menos 76.000 familias se habrían
podido dedicar, durante diez años, a la recuperación y manejo integral de sus propios predios
en zonas forestales. Por lo menos 1 millón 150 mil hectáreas de plantaciones forestales
comerciales, sistemas agroforestales y arreglos silvopastoriles hoy serían el sustento,
patrimonio y herencia de unas 383 mil personas, así como una fuente permanente de
servicios ecosistémicos rehabilitados para bienestar ecológico, económico, social, cultural y
político de la región y el mundo.
Desde 1994 a 2015 los gobiernos de Estados Unidos y Colombia causaron un sinnúmero de
problemas a los campesinos colombianos. Han causado ecocidios y enfermedades. Monsanto
es responsable de estos actos. Pedimos a los gobiernos y a Monsanto que tomen conciencia y
responsabilidad. Porque la empresa como parte del complejo militar industrial de los Estados
Unidos tiene responsabilidad en violaciones a los derechos humanos. Pedimos que se haga
justicia. Así como Monsanto, Estados Unidos y Colombia hicieron acuerdos y compromisos
de compraventa de glifosato, de esa misma manera que se reúnan para que indemnicen las
miles de quejas que fueron presentadas y negadas por la Policía Antinarcóticos colombiana.
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DATOS DEL AFECTADO POR ASPERSIÓN AÉREA DE GLIFOSATO 16/09/2013
NOMBRE PEDRO PABLO MUTUMBAJOY GÓMEZ
IDENTIFICACIÓN Cédula No. 76’271.305 de Piamonte
DIRECCIÓN Puerto Guzmán, Carrera 2ª No. 10-06. Barrio Los Prados.
MÓVIL 3208089004
CONTENIDO DE LOS DOCUMENTOS DISPONIBLES EN LA CARPETA
ARCHIVO DESCRIPCIÓN
PPM QUEJA
15 de octubre de 2013. Pedro Pablo Mutumbajoy radica el formulario de
recepción de queja por daños causados por una aspersión aérea con glifosato en
plantación forestal de su propiedad, realizada el 16 de septiembre de 2013.
Incluye documento con localización y área, especies maderables establecidas y
en manejo, coordenadas e importancia económica, ecológica, ética y social de su
proyecto. Presenta avalúo de daños realizado por el Secretario de Desarrollo
Agropecuario del municipio. Hay fotografías del predio y mapa de localización.
DIRAN
ADMISIÓN
6 de noviembre de 2013. La Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional
expide el Auto S-2013-058295 de Admisión de Queja No. 112247 en el cual:
Se admite la queja y se ordena la Certificación de Informe Previo.
DIRAN
ORDENDEVISITA
28 de noviembre de 2013. Mediante el Auto S-2013-062169 Decreto de Pruebas
Queja No. 112247, la Dirección de Antinarcóticos:
Ordena practicar Visita de Verificación de los daños.
DIRAN
NOPROCEDENCIA
25 de febrero de 2014. Con el Auto S-2014-011879 Decisión de Fondo Queja
No. 112247, notificado el 18 de marzo, la Dirección de Antinarcóticos:
Declara la no procedencia de la compensación económica.
Con base en Acta Visita de Campo No. 001 ARECI-GRUAQ de 16 de enero de
2014 y Acta No. 067 del Grupo Técnico Interinstitucional Especial de
Verificación del 7 de febrero de 2014, argumentan:
“…se encontró presencia de cultivos ilícitos de coca en la coordenada
(polígono) suministrada en la queja, se observó bosque nativo en buen estado
y no había evidencia de afectación alguna, adicionalmente no había
existencia de la actividad agrícola {sic} reportada en la queja”.
Mencionan registros fotográficos pero no el perfil profesional de funcionarios
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que buscaron evidencias de actividad agrícola en un predio silvícola.
PPM
RECREPOSICIÓN
26 de marzo de 2014. Pedro Pablo Mutumbajoy, tras consulta con el Personero
Municipal, radica Recurso de Reposición expresando su inconformidad con
la declaración de no procedencia de la compensación porque en su finca “…no
hay una sola mata de coca, ni cultivo de árboles maderables mezclados con
coca”. Tampoco acepta la afirmación de “que no se encontró evidencia de
afectación”, “que no se evidencia la implementación agrícola reportada”, y reitera
“que si existen cultivos de árboles maderables” por lo que solicita “verificar en
terreno lo narrado” y “continuar con la reparación del daño”.
PPM
PETICIÓNINF
2 de junio de 2014. Ante el silencio de la Dirección Antinarcóticos frente al
recurso de reposición, Pedro Pablo Mutumbajoy dirige petición de información
al jefe del Grupo Atención Quejas por Aspersión sobre el estado de su trámite. Y
envía copia al consejo seccional de estupefacientes del Putumayo.
DIRAN
RECREPOSICIÓN
10 de junio de 2014. Con el Auto S-2014-033162 Decisión Queja No. 112247 la
Dirección Antinarcóticos resuelve el recurso de reposición señalando, entre
otros, lo siguiente:
1) “…se dictó el Auto S-2013-062169 del 28 de noviembre de 2013 donde se
dispuso rechazar la reclamación y ordenar el correspondiente archivo de
la queja”.
NOTA: El Auto S-2013-062169 no rechaza la reclamación, ordena la visita
de verificación. Ver archivo “DIRAN ORDENDEVISITA”.
2) “…En el Área de Radicación de Cultivos Ilícitos se recibió el día 02 de
abril de 2014, el escrito de recurso de reposición con fecha de
elaboración 26 de Marzo de 2014 […] donde interpone recurso de
reposición en contra del Auto No. S-2013-011879 ARECI-GRUAQ de
fecha 25 de febrero de 2014”.
NOTA: El Auto S-2013-011879 no existe, pero sí el S-2014-011879.
3) Mencionan además que:
…una vez revisada la diligencia de comunicación personal, se observa
claramente que el auto recurrido le fue comunicado el día 17 de marzo de
2014 (por equivocación se colocó 17 de marzo de 2013) a las 08:30 AM;
lo que permite evidenciar que desde la fecha de comunicación del auto, a
la fecha de recibido en el Área de Erradicación de Cultivos Ilícitos, han
transcurrido 7 días.
Así las cosas, y de acuerdo con lo revisado respecto del escrito por medio
del cual se interpone el recurso y a la constancia que reposa dentro del
expediente; se concluye que el recurso de reposición no fue interpuesto
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dentro de la oportunidad legal.
NOTAS: La DIRAN confunde fechas, documentos y dependencias:
a) El 18 de marzo de 2014 fue notificado el Auto S-2014-011879 en la
Oficina Jurídica de la Alcaldía. No el 17 de marzo, como dice la
DIRAN. Ver sellos y manuscritos en “DIRAN NOPROCEDENCIA”,
archivo.
b) El recurso de reposición fue radicado el 26 de marzo en la Oficina
Jurídica de la Alcaldía, esto es, al 5° día siguiente a la fecha de
notificación. El 24 de marzo fue lunes festivo. Por esto:
El recurso se interpuso dentro de la oportunidad legal_
Ver sello y manuscrito en archivo “PPM_RECREPOSICIÓN”.
c) Entre la notificación real del Auto S-2014-011879 rechazando la
reclamación (el 18 de marzo) y la recepción del Recurso de
Reposición en el Área de Radicación de Cultivos Ilícitos (el 2 de
abril), transcurren ONCE días y NO SIETE como lo afirma el primer
párrafo citado en este mismo punto 3).
Sin embargo, cuenta la radicación del recurso en la Alcaldía el 26 de
marzo.
Lo anterior en tanto que la DIRAN reconoce al resolver el recurso de
reposición:
“Que se constituye en una garantía dentro del trámite de la
reclamación, las actuaciones surtidas por parte de las Alcaldías
Municipales y por ende de plena validez la diligencia de
comunicación personal...” (Auto S-2014-033162).