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NEUROCIENCIA, ESTIMULACIÓN Y LENGUAJE Por: Claudia Tobar Para: Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) Año: 2015 Introducción El cerebro, el órgano más complejo del cuerpo humano, responsable de nuestra existencia y funcionamiento empieza a desarrollarse incluso antes del nacimiento y no para de modificar su forma y funcionamiento hasta la muerte. Los primeros años de vida representan un gran crecimiento en conexiones neuronales.
Imagen 1. 1. El desarrollo cerebral empieza incluso antes del nacimiento. A partir del nacimiento el cerebro empieza un acelerado crecimiento en conexiones neuronales en donde cada estímulo va a representar un aprendizaje significativo. Esto se da porque todo lo que rodea al niño es nuevo. Imaginemos por un momento ir a un lugar nuevo, una nueva ciudad. Este viaje en nuestro cerebro significa muchas conexiones de colores, estructura, idiomas y sabores diferentes. Estas nuevas experiencias van a significar que el cerebro esté trabajando a todo motor para lograr almacenar y dar sentido a todo lo que vemos. Estas experiencias en nuestra vida adulta nos enriquecen y hacen que formemos nuevos aprendizajes. Sin embargo, generalmente en el día a día de nuestra vida adulta ya no estamos rodeados de tantas novedades que nos den estas oportunidades de crecimiento cognitivo. Los niños, por otro lado, en sus primeros años de vida, están rodeados de experiencias como la que describíamos. Para ellos, algo tan rutinario como es el baño puede representar una cantidad de estímulos sensoriales de los cuales ellos van construyendo su conocimiento.
Nuestro cerebro aprende mediante estímulos que son recibidos a través de los sentidos. Newell Kephart (1971) define a los ingresos sensoriales como patrones del mundo exterior en nuestro cerebro (Connell, 2005).
Figure 1. Como aprendemos información.
El ambiente junto con estas experiencias son un importante insumo de aprendizaje para el desarrollo. Sin embargo, hay otro factor que acompaña este ambiente adecuado y es el contacto social que recibirán los bebés desde las primeras horas de nacido. El desarrollo social esta enraizado en nuestro funcionamiento cerebral de una manera tan evolutiva que hasta un recién nacido reacciona con su mirada a la de su madre cuando ella bosteza o muestra alguna expresión. Estamos diseñados para funcionar en relación a otros. Estas interacciones sociales junto con el desarrollo emocional completan el proceso de desarrollo cognitivo de los niños en sus primeros años. Estimulación y desarrollo cognitivo Uno de los pensadores más influyentes en el desarrollo cognitivo es Jean Piaget quién presentó su teoría en 1900 (Tokuhama-‐Espinosa, 2011). Él desarrolló la teoría de las etapas sensoriales, que describen las etapas por la cual los niños van formando su pensamiento concreto desde el nacimiento. Piaget decía que básicamente los niños pasan por 4 etapas, todos en el mismo orden, el tiempo que demoran en cumplir cada etapa va a variar en cada niño y hay cierta flexibilidad para la edad cronológica en la que cumplen estas etapas.
Ingreso sensorial
Integración -‐presente -‐pasado
salida de información
Figura. Etapas de desarrollo cognitivo 1
Las 4 etapas son
1. Senso-‐Motor (0-‐2 años) a. Características principales:
i. Inteligencia motriz ii. Mundo del aquí mismo iii. Sin lenguaje ni pensamiento en los primeros estadios iv. Sin noción de la realidad objetiva
2. Pre-‐operacional (2-‐4 años) a. Características principales
i. Pensamiento egocéntrico ii. Razón dominada por la percepción iii. Soluciones intuitivas más que lógicas iv. Ignoran la conservación
3. Concreta Operacional (4-‐7 años) a. Características principales
i. Comprenden la conservación ii. Lógica de clases y relaciones iii. Comprensión del concepto del numero iv. Pensamiento vinculado a los concreto v. Desarrollo de la reversibilidad en el pensamiento
4. Operación formal (7 años en adelante) a. Características principales
i. Completa generalidad del pensamiento ii. Razonamiento proposicional
iii. Capacidad de manejar lo hipotético iv. Desarrollo de un fuerte idealismo
(Lefrancois, 2001, p. 143). Estas etapas siguen siendo hasta hoy un referente importante sobre el desarrollo cognitivo de los niños en los primeros años. ¿Qué significa como educadores aplicar esta teoría? Cuando conocemos los procesos mentales por los cuales el ser humano atraviesa antes de llegar a la madurez, entendemos las limitaciones cognitivas y planificamos experiencias acorde a ese desarrollo. Como profesores debemos considerar actividades adecuadas para su nivel de pensamiento y así apoyar este lógico transcurso de desarrollo. Otro personaje influyente dentro del desarrollo cognitivo es Vygotsky. Él desarrollo entre muchas teorías, la de Zona de desarrollo próximo. Su mayor énfasis de estudio fue buscar la fuerte influencia del entorno y los factores sociales en el desarrollo del individuo. Vygotsky a diferencia de otros autores creía firmemente la que de desarrollo y potencial esta dictado por los estímulos, experiencias, eventos y entorno social a diferencia de sus pensadores sucesores que creían que nuestro desarrollo esta dicho con nuestra constitución genética. Lo que nos indica la teoría de Desarrollo Próximo es que todos estamos en constante crecimiento hacia un meta. Cada uno avanza a distinto ritmo y está más cerca o más lejos de esa meta. Lo que va a determinar que alcancemos esa meta con éxito sobre todo en los primeros años de vida, es que recibamos al apoyo necesario. Esta teoría hace énfasis que la ayuda debe ser exactamente la que necesitamos, ni muy excesiva en donde el adulto hace la actividad por los niños, ni muy débil en donde se sientan incapaces de lograrlo. Esto representa una revelación para los maestros, ya que debemos conocer a cada estudiante y saber cómo convertirnos en un andamio de apoyo para que ellos logren sus objetivos.
Grafico. Zona de desarrollo próximo 1
Para completar los acercamientos principales del desarrollo cognitivo está el aporte de los Ambientes enriquecidos. Lo que nos indica es que, el desarrollo cognitivo de los niños estará determinado por la cantidad y calidad de estímulos que reciba durante sus primeros años de vida. Los primeros tres años han demostrado ser una ventana de oportunidad única de crecimiento y conexiones neuronales. Este ambiente es un espacio con oportunidades de aprendizaje que enriquecen las posibles conexiones neuronales que se dan a nivel cerebral (Tokuhama-‐Espinosa, 2011).
Grafico. Neurona ambiente enriquecido 1
¿Qué significa crear ambientes enriquecidos? No debemos confundirnos que para crear estos espacios debemos ceder a la industria multimillonaria que hay detrás de videos, juguetes y programas que aseguran que los niños tendrán estas oportunidades enriquecedoras. Para lograr estos espacios hay que tener en mente que los niños necesitan es seguridad, retos, diversión y oportunidades de exploración. Muchos de los elementos que construyen este ambiente no necesitan más que un adulto que esté pendiente de su desarrollo, ofreciéndole guía, apoyo, cariño y retos para obtener estos beneficios. Estudios han demostrado el impacto de la pobreza en el desarrollo de redes cerebrales. Un ambiente pobre en estímulos tiene efectos en el desempeño escolar, desarrollo de pensamiento y posibilidades de éxito laboral (Lipina & Posner, 2012). Los niños de poblaciones vulnerables son más propensos a crecer en ambientes sin las oportunidades necesarias para crear estas conexiones. La falta de un adulto que les converse y desarrolle su lenguaje, la carencia de guía para resolver
problemas u organizar sus sentimientos, resulta en una desventaja cognitiva con niños creciendo en poblaciones más privilegiadas. ¿Qué debe hacer la educación? Contrarrestar esta falta de estímulo en casa, ofreciendo espacios de cuidado con oportunidades ricas en exploración sensorial, desarrollo de lenguaje, socialización y crecimiento de su autoestima.
El desarrollo “normal” de un niño hasta los tres años ha cambiado mucho (Lefracois, 2001), antes se pensaba que el niño era un adulto incompleto que todavía no tenía la madurez para realizar ciertas actividades. Hoy, gracias al campo de la neurociencia y la psicología, hemos podido evidenciar que los niños son capaces de razonamientos muy avanzados, de aprender a ritmos muy acelerados que les permite tener capacidades increíbles de aprendizaje. Existen 5 áreas básicas al tomar en cuenta en desarrollo “típico” de los niños. “Un niño con retraso en el desarrollo no alcanza las metas esperadas al mismo tiempo que otros niños de su edad y entonces está en mayor riesgo de rezagarse aún más” (Batz, 2012, p. 18). Como ya se dijo, existen 5 áreas importantes que agrupan habilidades o metas de desarrollo. Cabe recalcar estas áreas no son independientes, el niño se desarrolla como un todo, sin embargo para entender mejor su desarrollo se han desglosado en estas 5 grandes áreas. Un niño puede presentar retraso en una o más de estas áreas:
1. Motora gruesa: En como usa los músculos grandes para sentarse, caminar, correr, mantener balance, cambiar de posiciones entre otras.
2. Motora fina: sus habilidades de usar las manos y dedos para poder comer, dibujar, vestirse, jugar, escribir, etc.
3. Lenguaje: La capacidad de hablar, usar lenguaje corporal y gestos, comunicarse y entender lo que los otros dicen.
4. Cognitiva: habilidades de pensamiento, aprendizaje, compresión, resolución de problemas, razonamiento, memoria, etc.
5. Social: capacidad de interactuar y cooperar con otros, sus relaciones interpersonales con personas conocidas y desconocidas reconocimiento de emociones en sí mismo entre otros (Batz, 2012, p. 18).
Lo importante de este desarrollo integral de niño es que identificar algún retraso en cualquiera de estas áreas de manera temprana, es decir en los primeros 3 años de vida, permitirá una intervención temprana. Eso ayudará al niño a recibir ayuda a tiempo con el fin de evitar rezago escolar en el futuro. Los primeros años
son claves para el futuro de una persona. Son numerosos los estudios como el de HeadStart que han demostrado que una estimulación enriquecida de calidad en la primera infancia puede determinar éxito en la adultez en ámbitos sociales, laborales y emocionales. Desarrollo del lenguaje y comunicación El lenguaje es la capacidad que tenemos los seres humanos para comprender y utilizar uno o varios códigos (idiomas, señas, gestos, códigos, etc.)(Cruz, 2012, p. 3). El lenguaje es una tarea muy compleja y única del ser humano. Dentro del acelerado proceso de desarrollo cerebral en los primeros años el lenguaje está aprendiendo de su alrededor códigos que le permitan cumplir la necesidad que tenemos como seres sociales. Para en un futuro tener habilidades de lecto-‐escritura exitosas se debe tener bases de lenguaje sólidas, que permitan al niño conocer su estructura, y sobretodo practicar su uso. Niños que no han tenido exposición a ricas conversaciones en casa difícilmente van a poder relacionarse con textos que tenga elaborado vocabulario, por ejemplo. El desarrollo de lenguaje empieza mucho antes del habla. Los niños desde su nacimiento utilizan el llanto para comunicar sus emociones. Depende de la respuesta que reciban a ese medio de comunicación que utilizan, ellos van a aprendiendo a utilizar otros mecanismos. Más tarde los bebés usan las señas como: señalar para indicar lo que quieren o necesitan. Los cuidadores mientras más atentos y más conozcan al bebé más fácil será para ellos adelantarse a sus necesidades y apoyarles a manejar la frustración de estar limitados por el habla. Existe una teoría que indica que los niños son capaces de indicar sus emociones y necesidades muchos antes de que fisiológicamente estemos listos para hablar. El lenguaje infantil de señas es una herramienta para apoyar a los niños en este proceso de adquisición del lenguaje (Acredolo & Goodwyn, 2006). Imaginemos que un bebé en su primer año quiere acercarse al fuego, nosotros de manera muy firme nos acercamos a ellos y les decimos “No” pero acompañamos esa palabra con un movimiento de cabeza de un lado a otro para simbolizar el no. De la misma forma si un bebé de la misma edad muestra hambre y abre su boca, nuestra respuesta puede ser “Si, quieres comer” y nuevamente acompañamos esta palabra moviendo nuestra cabeza de arriba abajo para decir sí. Estas señas nos salen muy naturales, incluso las usamos con tanta frecuencia con los niños que desde pequeños imitan esos gestos para comunicarnos que no quieren comer más por ejemplo. Esta teoría es justamente eso, consiste en acompañar casi todos los comandos que usamos con los bebés con señas, de esa forma ellos aprenderán a imitar esas acciones y comunicarnos de forma más efectiva sus necesidades. Así evitamos lloros de frustraciones y no tenemos que estar adivinando que quieren o necesitan. Las autoras de este programa diseñaron alrededor de 30 señas universales para comunicarse con los bebés, aseguran que el éxito está en la constancia de los cuidadores. De ellos dependerá que los niños los utilicen y se vuelva su medio de comunicación. Este acercamiento asegura que los niños que aprendan esa dinámica de lenguaje serán niños más felices, que tengan menos episodios de lloro y frustración, lo que hará la crianza y cuidado más fácil.
Programa Baby Signs 1
¿Qué podemos hacer para estimular el lenguaje? Lo más importante es que reconozcamos a los niños desde su nacimiento como seres pensantes que están tratando de darle sentido a todo su alrededor. A pesar de que no usen nuestro lenguaje ellos están tratando de comunicarnos sus sentimientos y necesidades. Es nuestra responsabilidad como educadores estar atentos de esos mensajes y apoyarles en ese proceso, para evitar frustración y sentimiento de abandono. Desde recién nacidos los niños necesitan estar rodeados de un sistema enriquecido de lenguaje. Esto significa que los cuidadores de los bebés deben hablar con ellos de absolutamente todo lo que hacemos alrededor de ellos. Cuando los cambiamos de pañal por ejemplo, le podemos decir: “Estas sucio, debo cambiarte el pañal. Estas son tus piernas, todavía están pequeñas. Sientes frio, ya te voy a arropar. Te gusta cuando te hablo, ¿no? A mí también me gusta verte feliz” Esta conversación que puede sonar como monólogo tiene mucho impacto en el lenguaje y en el desarrollo emocional de los bebés. Ellos se sienten no solo apreciados sino importantes en su pequeño mundo. Es imprescindible que las personas a cargo de niños ya sean los padres o educadores se tomen en tiempo de hablar con los bebés sobre todo en las rutinas diarias, eso acentuará su deseo por comunicarse. Incluso repetir todo lo que estamos haciendo va a representar un estímulo importante para ellos. Existe la teoría de la prosodia de lenguaje, que lo que nos comparte es que los niños son más receptivos cuando usamos tonos de voz más suaves y alentadores que cuando somos más firmes y agresivos. Esto no significa que hay que hablar a los niños con palabras infantilizadas como “babau” para decir perro. Pero si usar tonos que les invite a preguntar más o mostrar interés con seguridad. Recordemos que nuestro cerebro está diseñado para la supervivencia, si este
inteligente órgano percibe alguna voz o instrucción como peligro va a bloquear la atención al mismo. Si les hablamos a los bebés con un tono amenazante no van a procesar el mensaje, por el contrario, van a bloquearlo. Los niños necesitan estar rodeados de palabras reales, incluso de palabras complicadas, y hay una forma divertida y muy enriquecedora de crear ese ambiente: la lectura infantil.
Desarrollo infantil 1
La lectura ha demostrado ser unos de los indicadores más importantes de éxito escolar en los niños preescolares. Un niño que tuvo experiencias lectoras antes de entrar a la escuela tiene una ventaja de millones de palabras versus sus compañeros sin esas experiencias. A través de la lectura podemos enseñar palabras ajenas a nuestras rutinas diarias que aportan inmensamente al su desarrollo de lenguaje. Leer cuentos con los niños pequeños ha demostrado tener grandes beneficios emocionales, los vínculos afectivos con sus educadores se fortalecieron al compartir estas experiencias. Esto da sentido porque el tiempo que uno dedica para leer una historia a un niño es tiempo que se lo dedica a él a decirle que es importante, que su desarrollo le importa a alguien. Estas experiencias se pueden dar en casa o en grupo en un centro de desarrollo infantil. Estos hábitos que se crean desde temprana edad son fundamentales para que los chicos sean futuros lectores, esta herramienta le facilitará el éxito académico en sus futuros años. ¿Cuándo empezar? Nunca es demasiado temprano. Desde que los bebés nacen y parecen no tener ni interés ni conocimiento de lo que pasa a su alrededor estamos creando estímulos importantes de conexiones neuronales. Los patrones de lenguaje que muchos libros ofrecen, son espacios de reconocimiento auditivo importante. Atrevámonos a compartir con ellos el increíble mundo de la lectura.
Beneficios de la lectura 1
Desarrollo Socio-‐ Emocional “La biología moderna revela que los seres humanos somos fundamentalmente criaturas sociales y emocionales” (Immordino-‐Yang & Damasio, 2007, p. 3). Se ha comprobado con evidencia científica que nuestro cerebro está diseñado para receptar emociones y utilizarlas para tomar decisiones. Desde muy pequeños estamos receptando de nuestro alrededor retroalimentación emocional de todo lo que hacemos o hacen a nuestro alrededor. En los primeros años de vida, las relaciones sociales de los niños con adultos cariñosos y receptivos son indispensables para su proceso de aprendizaje (Copple & Bredekamp, 2006). Lo mismo lo reconoce Immordino-‐Yang y Damasio cuando mencionan que sin un adecuado acceso a una retroalimentación social, moral y emocional, el aprendizaje no puede conectarse con el mundo a su alrededor (2006, p. 6).
Desarrollo emocional infantil 1
Como vemos, nacemos seres sociales, que dependemos de nuestros cuidadores no solo para satisfacer nuestras necesidades básicas de alimentación y cuidado sino para regular nuestras emociones dentro de este mundo social. Este proceso de retroalimentación que provee el adulto con el niño es básico para la percepción de sí mismo. Si reprendemos a un niño todo el tiempo, diciéndole “eres malo” cada vez que comete un error, su auto concepto se va a ver afectado. Llegando a un punto que el ya no va a escuchar “Eres malo” y se convertirá en “Soy malo”. Nuestras palabras y acciones son un importante referente en este proceso de desarrollo de la niña o niño. Tenemos que ser muy cuidadosos de apoyar este proceso madurativo para organizar sus sentimientos. Como adultos debemos tratar de ser “Más grandes, más sabios, más fuertes y más bondadosos” (Hoffman, Cooper & Powell, 2015). Esto significa que no importa qué tan mal el niño se comporte siempre nosotros debemos recordarnos estas 4 sugerencias que nos pondrán en una posición de ayudar al niño a superar esa situación; ¡a superarla!, nuestro rol no es reprenderlo ni castigarlo. Esta es la teoría de Círculo de Seguridad propuesta por Hoffman, Cooper y Powell. Esta teoría lo que indica es que los cuidadores de niños sobretodo antes de los 5 años tenemos la responsabilidad enorme de formar seres seguros, que sepan que pueden explorar su entorno y volver a sus cuidadores para recibir apoyo si lo necesitan. Somos los adultos los que creamos estas oportunidades en donde ellos sí van a llegar a límites de exploración emocional que son difícil de manejar, pero no debemos olvidar que son seres inmaduros que buscan esta retroalimentación emocional y social para crecer y poder tomar las mejores decisiones. Esto está fuertemente relacionado con la teoría de Mary Helen Immordino-‐Yang quién habla de las neuronas espejo y nuestras emociones como reflejo absoluto de que lo que percibimos. ¿Qué quiere decir esto? Imaginemos a alguien parado frente a un espejo. Nosotros estamos parados detrás de la persona, la otra nos puede ver por nuestro reflejo en el espejo, no porque nos está viendo directamente. Lo mismo pasa a nivel cerebral, nuestra percepción del mundo es un reflejo nada más de lo que a través del espejo, en donde nosotros ya estamos, vemos al resto del mundo. Esta teoría a nivel cerebral significa que las emociones van a contagiar casi todos los estímulos que entran a nuestro cerebro. Uso la
palabra contagiar por que la analogía me permite explicar que esa información no es objetiva, está llena de recuerdos e implicaciones emocionales. Cuando escuchamos una canción por ejemplo, puede ser una balada romántica, pueden dos personas escuchar exactamente la misma canción, no hay cambio en el estímulo auditivo recibido. Pero de pronto una de esas personas empieza a llorar. ¿Por qué? Al ingresar esa información al cerebro fue contagiada por los recuerdos de la persona quién al escucharla recordó que era la canción que bailo en su boda y no pude evitar tener sentimientos de anhelo y felicidad lo que le provoco llorar. Con este ejemplo podemos ver como los niños también están recibiendo información todo el tiempo como reflejo de lo que conocen. Como todavía no han vivido suficiente para tener tantas experiencias como las de un adulto sus memorias se van a limitar a los pocos recuerdos, si estas memorias son negativas, vinculadas a temores o miedos lo más probable es que al ingresar estos estímulos se procesen como algo negativo también. Es por esta razón que debemos rodear a los niños de experiencias positivas que los llenen de seguridad, para que cuando se siga construyendo aprendizaje ellos sigan anclándolo a recuerdos positivos.
Figure 2 Bebé explorando su reflejo
Como dijimos anteriormente nuestro cerebro está programado para sobrevivir. Años de evolución han formado un cerebro que huele el peligro y evita situaciones en donde percibamos una amenaza. Durante los primeros años el cerebro de los niños pasa por este proceso y los adultos a su alrededor deberán mostrarle la confianza de poder explorar y equivocarse para así poder aprender. El cerebro es un órgano complejo cuyas estructuras no funcionan de manera aislada de modo que existe una intervención generalizada de las diferentes regiones cerebrales y de grandes redes neuronales que comandan la capacidad de actuar e interactuar en el mundo (Tokuhama-‐Espinosa, 2011). A pesar de esta sinfonía de estructuras que trabajan juntas para procesar la información emocional existe un sistema en específico que la procesa. El sistema límbico está integrado por algunas de las estructuras cerebrales que están vinculadas con las
respuestas emocionales de diferente tipo, este sistema está inmerso además en el aprendizaje y la memoria (Cozolino, 2006).
Figure 3. El sistema límbico
¿Cómo crear un ambiente de aprendizaje apropiado? La Asociación Nacional para la educación de los niños en sus primeros años NAEYC en sus siglas en inglés ha creado una lista de necesidades que el ambiente de aprendizaje debe tener para ser considerado positivo (Copple & Bredekamp, 2006).
1. Crear una comunidad de aprendizaje a. Promover un ambiente en donde todos los miembros se sientan
parte de algo positivo. Una comunidad en donde los participantes sientan que contribuyen en algo. Para esto los profesores o cuidadores deben:
i. Conocer a sus estudiantes, sus personalidades, habilidades y formas de aprendizaje.
ii. Asegurarse que todos los niños reciban el apoyo que necesitan para desarrollar relaciones y sentirse parte del grupo.
iii. Trabajar para crear una sentido fuerte de identidad de la comunidad.
iv. Crear un ambiente que es organizado, ordenado, cómodo y seguro para los niños.
v. Planificar espacios y oportunidades para que los niños jueguen y trabajen de forma colaborativa.
vi. Traer en bagaje cultural de idioma y cultora de cada niño a la clase para compartir, y
vii. No permitir que los niños molesten, o acosen a niños que no se sientan todavía parte de la comunidad. Utilizar esos momentos como aprendizajes para el grupo.
2. Enseña para promover el desarrollo y aprendizaje. a. Estar siempre pendientes de que el objetivo principal es que los
niños se desarrollen, a su paso y ritmo, pero que lo hagan. Para esto debemos apoyar a los niños en la Zona de desarrollo próximo que hablamos en la primera parte de esta unidad. Ofrecer andamios para que logren sus metas.
Teoría del Apego Estos acercamientos mencionan el importante rol de las relaciones entre cuidadores y niños. Esto nos lleva a hablar sobre la teoría del apego, que fue desarrollada inicialmente por John Bowlby en 1958, quién menciona que los vínculos afectivos tienen importantes efectos en nuestro desenvolvimiento como personas sociales. Este apego justamente se forma en los primeros años de vida, con el cuidador principal del niño. Generalmente esta figura suele ser la madre, pero no es raro que muchos niños desarrollen esta relación de apego con profesores, abuelas o personas que están a su cuidado. Lo importante es que el niño cuente con esa figura de seguridad. Orbe en el 2012 dice “El tipo de apego que formemos con nuestro cuidador desde el primer año de vida constituye el punto de partida del desarrollo psicosocial de la persona” (p. 20). El apego ha demostrado ser un proceso químico a nivel cerebral en donde la liberación de oxitocina que la madre generará en una necesidad de apego y protección hacia su hijo recién nacido y en el niño generará la necesidad de proximidad y contacto con la madre (Cozolino, 2006).
Ambiente seguro 1
La teoría del apego propone que hay distintos tipos de apego a formarse durante el primer año de vida. Existen dos categorías principales dividas como apego
positivo o negativo. El apego seguro o positivo es descrito como uno que tiene una interacción cálida, confiable, segura entre el niño y su cuidador (Garrido-‐Rojas, 2006). El apego negativo o inseguro en cambio tiene dos subdivisiones, el inseguro ambivalente determina una suerte de inseguridad en el apego, gran angustia frente a la separación y ansiedad, dado por la inconsistencia en las habilidades emocionales de las figuras de apego, esto puede estar determinado por influencia de los neurotransmisores que hacen que la madre y el niño se aproximen (Cozolino, 2006). El Segundo tipo de apego negativo es el apego ansioso evitativo se refiere a la evitación del apego con muestras de ansiedad. Se produce frecuentemente cuando la figura de apego es amenazadora y muestra conductas de maltrato y abandono que pueden expresarse como supresión de cuidados, falta de alimentación y respuestas agresivas frente a los requerimientos del niño (Bowlby, 1998). Ambos casos se dan en niños que tienen mucha dificultad por adaptarse a cambios, tienen episodios de miedo que son difíciles de consolar ni con la figura de su madre. ¿Por qué los niños desarrollan este tipo de apego? Las causales puede resumirse en la siguiente frase: “Existen factores como los genéticos, emocionales o ambientales deben ser considerados al momento de buscar las causas para que se haya estructurado un apego negativo o inseguro” (Orbe, 2012, p. 32).
Tipos de apego 1
Existen patologías en los niños que pueden llevar a desarrollar un apego inseguro de ambos tipos. Pero generalmente este tipo de apego no se da por alguna deficiencia física sino por la relación del niño con su cuidador principal que generalmente es la madre. Un infante que nació y su madre experimentó una depresión postparto fuerte, por ejemplo, y ella no pudo hacerse cargo de las necesidades de cuidado del niño, puede resultar en que el niño no aprenda como relacionarse con su entorno y la respuestas de su cuidador no sean predecibles. Existen otros factores como la estructura familiar para que el apego se estructure como negativo, las diferentes esferas de la escena familiar estarán involucradas, no se trata necesariamente de un hecho relacionado con el ideal
esperado por los padres frente al hijo sino también se debe considerar los elementos intervinientes para que una relación vincular pueda darse exitosamente donde se ha de incluir también y como ya se ha dicho el factor de aprendizaje, el fisiológico y la influencia de experiencias pasadas en este caso, de los progenitores (Garrido-‐Rojas, 2006). ¿De qué nos sirve saber si el niño tiene cierto tipo de apego? Lo bueno es que es posible remediar esta situación. Con intervención de parte de la familia o del centro de ayuda a cuidar al niño se pueden dar estrategias tanto a la madre como a los otros familiares para que el niño vaya creando seguridad para poder desarrollarse emocionalmente seguro. Un niño con apego seguro será capaz de usar a su madre o cuidador como base generadora de seguridad frente a situaciones angustiantes ya que dada la sensibilidad mostrada frente a sus necesidades se genera un ambiente de confianza y disponibilidad donde el niño obtendrá respuesta y ayuda cuando se encuentre frente a situaciones estresantes (Hernandez, 2009).
Figure 4. Apego seguro
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