Post on 12-Oct-2019
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Miguel León-Portilla
MÉXICO-TENOCHTITLANMetrópoli de la China
A algunos sonará increíble , si no esque absurdo . Sin embargo, es del
todo cierto que un célebre cosmógrafoalemán, oriundo de Nuremberg, Johannes Schoner (1477-1547), sostuvo en1523 que la urbe conquistada por Hernán Cortés en 1521, es decir MéxicoTenochtitIan, no era otra sino la granmetrópoli china de Quinsay, la "Ciudad
del cielo". Tal afirmación la difundiópor escrito y en varios globos terráqueos y planisferios producidos por élentre 1523 y 1533.
Su aseveración no fue hecha al azar.Johannes Schóner tuvo acceso a variostestimonios, entre ellos a la segundaCarta de relación de Hernán Cortés yasimismo al Libro de las maravillas delmundo, el célebre Millione, del veneciano Marco Polo. Y por supuesto queSchóner estaba al corriente de lo que sehabía escrito a propósito de los viajes deColón y de quienes más tarde habíanmarchado a esas tierras situadas por elrumbo del poniente. De ellas unos decían que eran un Nuevo Mundo, mientras otros se mantenían aún en la incertidumbre sobre si eran o no una partede Asia.
El tema es en verdad interesante. Serefiere nada menos que a una de las másgrandes ciudades del mundo en la primera mitad del siglo XVI. La misma quehoy aparece como objeto de asombro ,tenida como la más populosa, extensa ycontaminada, según dicen, del planeta.
Me había yo ocupado de la ciudadprehispánica y la colonia y, un poco dela moderna, esto último en el año y medio en que fui cronista de esta megolópolis. Pero, la verdad no me había enterado de que en 1523 un cosmógrafo
alemán había identificado a nuestragran TenochtitIan con la también muyextensa y célebre metrópoli de Quinsay,la "Ciudad del cielo", edificada sobreun gran lago en tierras de la China. Veamos cómo fue que Schoner llegó a estaafirmación y saquemos, si es posible, alguna conclusión del fabuloso equívoco.
Las incertidumbres en el proceso delencuentro de dos mundos
Choque y confrontación de gentes, creencias e ideas fue el trascendental encuentro y a la vez punto de partida en laformación de una nueva imagen delmundo. En materia de geografía, nadieposeía hasta entonces una visión globaldel planeta. Los pueblos indígenas enlas tierras que habían permanecidoocultas a los hombres del Viejo Mundo ,
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poseían, en algunos casos, sus propiosmapas con signos jeroglíficos. Tal era elcaso de los habitantes de buena parte delo que hoyes México. Conocían ellos
vastas extensiones de su Cemanahuac,"Todo lo que está rodead o por lasaguas". Los quechuas andinos hablabandel Tahuantisuyu, "La tierra de los cuatro rumbos " . Los chinos, coreanos, japoneses, hindúes, árabes yotros poseíancartas geográficas de las regiones delmundo a su alcance. A su vez los europeos tenían sus mapamundis según laantigua y limitada concepción de Ptolo
meo. Nuevas for mas de búsqued a yexploración iban a emprender ellos a lolargo de los siglos xv y XVI.
Respecto del que se llamaría NuevoMundo, sobre todo los españoles, portugueses, italianos e ingleses, poco a pocoycomo a tientas -muchas veces con participación de los indígenas- irían conociendo el perfil del gran continente. Sabido es que el qu e de sen cad en ó elproceso del encuentro, Cristóbal Colón,se mantuvo en la persuasión de haberllegado a los extremos del Asia. De ellodejó constancia en los diari os de suscuatro viajes y también en unos mapasque, a modo de croquis , se han conservado a través de su hermano Bartolomé.
Es verdad que Colón habló asimismode haber llegado a "un mundo, tierra ycielo nuevos", (Colón, 1984, 264), entendiendo esto , según parece, como haber arribado a un gran conjunto de tierras antes por completo desconocidaspara los europeos. La incertidumbreperduró por largo tiempo. Muchos siguieron creyendo que las Antillas y lastierras al norte de ellas eran parte del
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Asia. En cambio, se inclinaban a ver en
la que se mostraba corno una gran masaterrestre, situada al sur de las islas, un" Nuevo Mundo" , es decir una realidad
que ellos antes ni siquiera habían imagi
nado.Los mapamundis , planisferios y esfe
ras terrestres que se produjeron luegodurante la primera mitad del siglo XVI yaños siguientes, reflejan las incertidumbres. El que fue piloto de la Santa Ma~
ría, Juan de la Cosa, dibujó en 1500 ungran mapa en el que , más allá de las islas Antillanas, aparece una masa de tie
rra que va desde el extremo norte delmundo hasta los confines del sur. Loque había allí planteaba grandes incógnitas.
Resulta apasionante acercarse a losmap as de car tógrafos como AlbertoCantin o (1502), Nicolás Caverio (1502),Francisco Roselli (1506), Giovani Math eo Contarini ( 1506) Y comprobarcómo perd uran las incertidumbres quese tradu cen a veces en atrevidas hipótesis. Un canónigo de la ciudad de San
Dié en la Lorena, Martin WaldseemülIer, publicó en 1507 un opúsculo intitulad o Cosmographiae Introductio, Introducción a la Cosmografía, precisamentea la obra de Claudio Ptolomeo. En dicha Introductio, inspirado en los escritosde Americo Vespucio acerca de un Mundus Novus, y en el mapamundi de Nicolás Caverio, present ó una delineaciónde las tierras que se iban conociendocomo una "cuarta parte del mundo" . Asu porción meridional le adjudicó allí elnombre de América para honrar la memoria de Vespucio.
Lo elaborado por Waldseemüller lejos estuvo de poner término a las incertidumbres y discrepancias. En esenciaéstas pro venían de tres principales formas diferentes de interpretación. Unos,siguiendo la cautela adoptada entreotros por Cantina, Roselli y Contarini,prefirieron no precisar en sus mapas siel llamado Nuevo Mundo estaba unidocon el Asia. Tal es el caso del mapamundi de Johann Ruysch (1508) y devarios más, incluyendo a Diego Ribero(1529 ), Battista Aguese (1542) y Sebastián Caboto (1544). De hecho la incógnita, en lo que concierne a una posiblevinculación terrestre entre Asia y América en el extremo noroeste de ésta, no
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se despejó sino hasta el último tercio delsiglo XVIII.
Forma muy distinguida de interpretación geográfica fue la de separar porcompleto al Nuevo Mundo respecto delAsia . Siguiendo a Caverio y Waldseemüller, aparecen Johannes Stobnicza(1512) , Schoner en sus dos primerosglobos (1515 y 1520), Petrus Apianus(1520), el Visconde Mayolo (1527), Robert Thorne (1527), Simon Grineo(1532), Gerardo Mercator (1538) , Joharines Honterus (1549), Michele Tramezzini (1554) y, para no alargar lalista, Sebastián Münster en sus mapamundis que, con ligeras modificaciones,se siguieron publicando hasta la segunda mitad del siglo XVI.
Hubo un buen número de cartógrafosque hizo suya una tercera forma de concepción que representaba a las tierras aloeste y norte de las Antillas integrandouna unidad con el continente asiático. Enesta última interpretación participaron,con algunas variantes, Franciscus Monachus (1529), Oroncio Finé (1531),
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Giacomo Gastaldi (1548), HieronymoGirava (1556), Fernando Bertelli(1565), Bolognino Zaltieri (1566) yotros de tiempos aún posteriores.
La ambivalente actitud de JohannesSchOner
Este cosmógrafo y matemático alemánconstruyó a lo largo de su vida variosglobos terráqueos. Dos de ellos, dispuestos en 1515 y 1520, presentaban a lastierras del hemisferio antes ignoradocompletamente circundadas por los
océanos, es decir, del todo separadas delAsia.Sch ünerseguía entonces las delineaciones propuestas por Caverio (1502),por Waldseemüller (1507) y Stobnicza
(1512).Ahora bien, Schoner alteró radical
mente tal representación geográfica en1523. Influido por las noticias que obtuvo acerca del viaje de Magallanes,concluyó que "esa reciente navegaciónemprendida en 1519... hacia las Molucas, que algunos llaman Malucas, situa-
....
...
das en el extremo oriente , muestra que
estas nuevas tierras (las del hemisferio
occidental) pertenecen al continente de
la India Superior, que es una parte delAsia..." (Schoner c. 1523, 10.)
En esta interpretación del viaje deMagallanes, Schoner siguió la opinión de
Maximiliano Transilvano , un secretario
de Carlos V, expresada en una carta es
crita en Valladolid a fines de 1522. Di
rigiéndose Transilvano al cardenal deSalzburgo , informó en ella lo que sabía
acerca del reciente viaje de Magallanes,
dando a entender que de él podía concluirse la un ión del llamado Nuevo
Mundo con el Asia.T anto en el globo terráqueo de 1523,como en otro suyo de 1533 , Schoner
delinea t41 unión e introduce una toponi
mia que coincide, por lo que toca a laparte norte de Amér ica , con vari osnombres de lugar del Asia, conocidos
desde que se difundió el Libro de las maravillas de Marco Polo. A la vez que dis
puso Schoner esos globos, escr ibió un
Tratado con el título De Nuper sub Castiliae ac Portugaliae Regibus SerenissimisRepertis Insulis ac Regionibus... (Acerca
de las recientemente halladas islas y regiones, por orden de los reyes de Casti
lla y Portu gaL). En dicho tratado esdonde, sin dar ent rada a dudas, Scho
ner identifica a México-Tenochtitlan
con Quinsay, la "Ciudad del cielo" . Ve
amos ya lo que escribió al respecto.
México·Temistitán en la India Superioro, mejor dicho, en Cathay, la China
Sin vacilación en este punto, Schonerexpresa esto en su Opusculum Geographicum: "Siguiendo un largo circuito,
hacia el poniente, partiendo de España,hay una tierra llamada México y T emistitán en la Ind ia Superior, que los anti
guos llamaron Quinsay, es decir la Ciudad del cielo". (Schoner, c. 1523, 12.)
Para enterarnos de la ubicación quese at ribuía a Quinsay podemos acudir almapamundi de Henricu s Martellus, ela
borado en Nuremberg hacia 1490 . Enél perdu ra, aunque ya muy enriquecida,
la imagen del mundo de Ptolomeo.Quinsa y aparece en el extremo orientaldel Asia, como una de las dos ciudades
más grandes de la Tierra y precisamente edificada en una gran lagun a.
Es probable que Schoner, oriundo de
Nuremberg, donde trabajaba, conocieraese mapamundi. Ade más, como cosa
cierta puede afirm ar se que había leído
al menos la parte del libro de MarcoPolo en que éste habla de Quinsay, ex
plicando que era la "Ciudad del cielo" .Al describirla , señala que también se co
nocía con el nombre de Hang-T cheou,
que perdura hasta el presente. MarcoPolo re fiere que Hang-Tcheou, por
otro nombre Quinsay, era la capital deManzi o China meridional. Al describi r
su esplendor, entre otras cosas comenta
que:
Es tan gr ande que tiene cien millaspor circuito y posee doce mil puentes
de piedra... Porqu e hay que saberque esta ciudad está toda construida
sobre el agua que la rodea por toda spartes. Conviene , por tanto , que
haya tantos puentes.Hay en ella espléndidos palacios y
ricas casas que pertenecen a los nobles de la ciudad . T ambién se con-
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templan nu merosos templos dondese guarda n muchos ídolos, y numerosos monasterios...
Hay en ella más de tr es mil ba
ños... Los mercaderes llegan allí car
gados de variados productos ... Sushabitantes son exce lentes hombres
de guerra ... Cuando les nace un hijo
ponen por escrito el día y la hora de
su nacimiento y bajo qué signo ha
ocurrido.. . Cuando [más tarde] al
guno quiere viajar, consulta a un as
trólogo para saber si le conviene emprender el viaje o no...
Las gentes queman los cuerpos de
los que mueren ... El palacio del supr emo gobernante de Manz i es el
más grande que existe en el mundo...
En su inter ior hay jardines muy bellos... La ciudad recibe tributos inmensos... , cuarenta veces cinco mil
seiscientos pesos de oro... (MarcoPolo 1988, 82-90.)
Como vamos a verlo , esta descripciónde Quinsay, debida a Marco Polo, tiene
notables para lelos que suenan a veces aidentidades, respecto a lo que Hernán
Cortés expresó acerca de México-Te
nochtitlan en su segunda Carta de relación, fechada el 30 de octubre de 1520.
Dicha carta se publicó muy pronto enEspaña. Apare ció en Sevilla. en la im
prent a de J acob o Cro mberger, en noviembre de 152 2.
Siendo posible que Sch üner leyera en
dicha edición españo la la descripción dela metrópoli que conqu istó Cortés, cabe
pensar asimismo que tuvo acceso a laimpresión de ella en alemán. Vio ésta la
luz en marzo de 1524 y precisamente
en Nuremberg, dond e trabajaba Schoner. Esto último mueve a afirmar que el
Tratado donde identificó a la metrópolimexicana con la china, haya sido escrito
e impreso no en 1523, sino cerca de un
par de años después.Atendamos ya a la descripción qu e
hizo Cortés de México-Tenochtitlan sin
perder de vista la transcripción que hehecho de lo expresado por Marco Polo
acerca de Quinsay:
Esta gran ciudad de Temistitán estáfundada en es ta laguna salada , y
desde T ierra Firme hasta el cuerpode la ciudad, por cualquier part e que
se qui era entrar , hay dos leguas.Tiene cuatro entradas, todas de calzada hecha a mano, tan anch a comodos lanzas juntas...
Es tan grande la ciudad como Sevilla y Córdoba. Son las calles della, digo las principales, muy anchas y derechas ...
Hay sus puentes de muy anchas ymuy grandes vigas j untas y todas recias y bien labradas... Tiene esta ciudad muchas plazas, donde hay continuos mercados y trato de comprar yvender. Tiene ot ra plaza tan grandecomo dos veces la ciudad de Salamanca...
Hay en esta ciudad muchas mezquitas o casas de sus ídolos, de muy hermosos edificios... y en las principales della hay personas religiosas desu secta , que residen continuamenteen ellas...
Hay en esta gran ciudad muchascasas muy buenas y muy grandes, yla causa de haber tantas casas principales es que todos los señores de latierra, vasallos del dicho Muteczuma,
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tienen sus casas en la dicha ciudad...e además de esto hay muchos ciudadanos ricos que tienen asimismo muybuenas casas...
La gente de esta ciudad es de másmanera y pr imor en su vestido y servicio que no la otra destas provinciasy ciudades...
En todos lo señoríos destos señorestenían fuerzas hechas [guarniciones]y en ellas gente suya y susgobernadores y cogedores del servicio yrenta que de cada provincia le daban, y había cuenta y razón de lo quecada una era obligada a dar, porquetienen caracteres y figuras escritas enel papel que hacen...
Tenía [el soberano] una casa pocomenos buena que ésta donde teníaun hermoso jardín... En esta casa tenía diez estanques de agua... (Cortés1946, 31-34.)
Convergen las dos descripciones , en resumen, en los principales siguientespuntos: grandeza de la ciudad, estar
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edificada sobre el agua , tener muchospuentes, grandes mercados y mercaderes, haber asimismo templos con ídolosy monasterios, grandes palacios, uno enespecial, residencia del soberano, conhermoso jardín , casas suntuosas , asícomo en la riqueza de las metrópolis alas que afluían los tributos .
Como ahora lo estamos haciendo, esmuy verosímil que también Sch üner
comparara las dos descripciones. Deotro modo no se explicaría la identificación que hizo entre Quinsay y Tenochtitlan . Y podemos entrever que talidentificación la adujo para reforzar sunueva interpretación acerca de las tierras del " Nuevo Mundo" como partedel Asia. Si México-Tenochtitlan en elllamado Nuevo Mundo era Quinsay, resultaba evidente que todo era uno y elmismo continente. Así razonó Schoner,como lo muestra el siguiente párrafo desu Tratado:
Las regiones que se hallan situadasmás allá de la descripción de Ptolomeo no han llegado a nuestro conocimiento por medio de autoridadestan de fiar...
En el oriente, todo lo que está másallá de las Chinas, y 1800 hacia eloriente, numerosas regiones fueronhalladas por Marco Polo, un veneciano y otros . En nuestros días el genovés Colón y América Vespuciohan llegado a esos litorales, despuésde haber navegado desde España através del océano occidental y loshan recorrido. Pensando que esaparte del mundo era una isla, la hanllamado América, cuarta parte delorbe.
Pero, más recientemente, gracias amuy nuevas navegaciones realizadasen 1519 por Magallanes... hacia lasMalucas, que están situadas en el extremo oriente, se ha constatado queesa tierra era el continente de la India Superior, que es parte del Asia,donde hay inmensos reinos , grandesríos y numerosas maravillas...
Estos son los países de esas regiones: Bacalaos, así llamados por lasnuevas especies de peces..., la provincia de Tamacho, Zampa, Cavul, Tangut, Cuschin; Cathay que es Chulnana, la provincia de San Miguel; Mes-
....
sigo, que es la región de México enla cual la enorme ciudad en el granlagode Temistitán es la que losantiguos llamaron Quinsay... Luego, hacia el oeste Temiscanata, Parias, Darién, Uraba, los Caníbales e innumerables otras regiones (Schoner c.1525, xx.)
Así concluye la argumentación. Bienpudo Schoner sentirse tranquilo. En suapoyo parecían coincidir las representaciones de Quinsay y de México-Tenochtitlan en mapas de su tiempo. Yacitéel de Martellus en el que Quinsay aparece como una de las más grandes metrópolis del mundo, incluyendo la delineaciónde su gran laguna. En múltiplesmapas contemporáneos a Schoner, serepresenta a su vez a México-Tenochtitlan como una metrópoli enorme, sobreun gran lago. De hecho así se ve en elmapa que acompañó a la edición de lasegunda carta de Cortés, impresa enNuremberg en 1524. Y también, entreotros mapas, en el del anónimo conocido como "Mapa de Turín" (1523), enel que México-Tenochtitlan ocupa unlugar desmesuradamente grande, o enel debido al Conde de Mayolo (1525)enel que también destaca sobremanera laciudad en medio del lago.
Una posible conclusión
Dejo al lector discurrir sobre la lógicaque llevó a Schoner a apartarse tan radicalmente de su primera interpretación del perfil geográfico del NuevoMundo. Es decir, aquellaque, siguiendoa Caverio, Waldseemüller y otros, lohabían llevado a producir globos terráqueos en los que aparecía el continenteamericanoaislado del Asia y circundadopor los océanos. La nueva concepciónimplicó ciertamente un cambio tan radical que aproximó a Schoner a la creencia original de Colón.
El cosmógrafo alemán en su Tratadocreyó estar razonando con rigor . Entreotras cosas, tomó en cuenta lo que suspredecesores no habían podido conocer: el viaje de Magallanes y las consecuencias que de él podían deducirse.
El hecho es que Schoner en su propiodiscurrir encontró otro muy buen argumento en los escritos de Marco Polo y
Hernán Cortés. Las descripciones queambos hacían de una gran metrópoliserigida sobre el agua sorprendentementecoincidían:¡laTemistitánde Cortés no era otra sino la Quinsay de Marco Polo!
Lo más interesante del caso de Schoner es que hoy, a tantos años de distancia, encontramos que, a pesar de todo,acertó en un punto, bastante significativo. Mucho debió impresionarle lo que
Cortésy otros referían sobre la magnificencia de esa México-Ternistitán, representadaya como una enorme metrópolien varios mapas recién delineados. Tratando de identificar no pudo aceptarque, siendo tan extraordinaria, hubierapermanecido por completo desconocidapara los europeos.
El libro de lasmaravillas del mundo deMarco Polo le dio la respuesta. MéxicoTemistitán, con su gran lago, sus templos y palacios, en una región esplendente con los rayos del sol, era la verdadera "Ciudad del cielo", o sea Quinsay.
Hoy la metrópoli china, disminuidatal vez su supuesta antigua grandeza,continúa nombrándose Hangshou,como lo muestran los mapas modernosque la sitúan muy cerca del paralelo 32
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N. Por su parte México-Temistitán -laciudad de México, en un tiempo "en laregión más transparente del aire"- también ha cambiado no diremos que mucho sino radicalmente. La antigua metrópoli indígena desapareció, y sobresus ruinas se edificó la ciudad novohispana. Ésta llegó a calificarse de "ciudadde los palacios".
Todavía en el sigloXIX y hasta mediados del xx, la ciudad de México seguíasiendo, como dice un canto indígena,"lugar bueno y bello, morada de humanos". Pero, algunos años más tarde, comenzó a crecer en extensión y habitantes. Industrias innumerables se establecieron dentro de ella y en sus inmediaciones. Muchos millones de seres humanos llegaron a hacinarse en barricadasmiserables y enormes. Millones de vehículos en medio de nubes de humo yde ruido que agreden, aire ennegrecido, árboles enfermos, pájaros que a veces no alcanzan a respirar , son señalalarmante de que la ciudad no es ya lugar bueno y hermoso, morada de humanos.
Si a tantos años de distancia Schonerpudiera asomarse a la que identificó conla "Ciudad del cielo", en unos cuantosminutos saldría de su error. México eshoy la metrópoli más grande del mun,11), pero no la más habitable. ¿Será posible que, no ya por error, vuelva ella aser tenida como la "Ciudad del cielo"?La conclusión o respuesta -no ya cartográfica ni histórica sino de estrategiaecológir.i ético-política- es que ello depende de nosotros, los mexicanos. O
Referencias bibliográficas
Colón, Cristóbal, Textosydocumentos completos. Prólogo y Notas de Consuelo Varela, Alianza Editorial, Madrid, 1984.
Cortés, Hernán, Cartas de Relación. Biblioteca deAutores Españoles, Madrid, 1946.
Polo, Marco, Les Merveilles du Monde. Texte integrald'aprés les travaux de M. G. Panthier et lesmanuscrits de la Bibliotheque Nationale de Paris, ChezJean de Bonnot, Paris, 1988.
Schóner.johannes, c. 1523-1525, TractatusDe Nu
perSubCastillaeacPortugaliae Regibus Sermissimis lnsu/is ac Regionibus Schéner Charo/ipotaniepisto/a et Globus Geographicus, seriem navigationum annotantibus, incluida rn: Wiesen, Franz:DerVerschollen Globus des j ohammes Schimer von1523, Wien, 1888.
- c. 1525, Opuscu/um Geographicum, Norimbergae.