Post on 02-Jan-2016
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Profecía de los
2300 días: parte
2.
Cronograma profético
Puesto que los 2.300 años se proyectan
hasta bien avanzada la era cristiana, el
santuario no puede referirse al templo de
Jerusalén que fue destruido en el año
70 d. C.
Este era el “santuario del primer pacto” (C.S. 465, p 2).
¿Sobre que modelo se basaba el Santuario del primer pacto?
“Mira”, dijo el Señor, “hazlo conforme al modelo que se
te mostró en el monte” ( Éxodo 25:40).
Ese “modelo” es lo que Pablo llama “el verdadero tabernáculo” ... (Hebreos
8:2).
Por tanto, el santuario del que habla Daniel 8:14, es el del nuevo pacto, es
inequívocamente el santuario celestial, que Pablo dice “que levantó el Señor, y no el
hombre” (Heb.8:2; CS 463-470).
Según (Heb.8:1), Cristo es el sumo
sacerdote del Santuario celestial.
El eje central de Daniel 8:14 es que: “el santuario será purificado”.
San Juan dice: “Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de
medir y se me dijo: "Levántate y mide el templo de Dios y el altar y a los que
adoran en él”.Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte y no lo midas, porque ha
sido entregado a los gentiles (Apoc-11:1,2).
El templo de Dios -es decir, el plan de la redención que en él se representa- y los verdaderos
adoradores del Señor están a salvo-dentro de él.
Esta restauración y conservación del templo de Dios también tiene una aplicación especial
para la comprensión más plena del significado del ministerio de Cristo en el santuario celestial, el conocimiento que ha ido en
aumento desde 1844.
Después del gran chasco del 22 de octubre de 1844, la atención de los creyentes adventistas fue
dirigida hacia el santuario celestial y la obra de Cristo como sumo sacerdote en ese santuario.
Esta mención del Santuario que hace
Daniel no es una referencia al templo literal de Jerusalén, porque cuando Juan
recibió sus visiones ese templo estaba en ruinas
hacia 26 años, ya que Juan recibió la visión en
el 96 d.C.
El apóstol Juan en la isla prisión de
Patmos, lugar donde escribió el
Apocalipsis.
Una ves vencidos los 490 años, los judíos fueron rechazados como nación, (no
individualmente), como sus representantes escogidos (Mat.21:43).
“Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado á gente que haga los frutos de él”. Recuerde que esto se cumplió a partir de las
setenta semanas.
Y por esta razón ese templo nunca será restaurado como centro de culto divinamente reconocido.
Por consiguiente, “los que adoran”,- y que fueron medidos por Juan-, no son judíos
literales adorando en su templo literal, sino los que dirigen su adoración – en todo el mundo-hacia el templo celestial, donde Cristo ministra a favor de sus hijos (Heb.
8:1-2). Que sugiere una obra de juicio, lo implica,
que si hemos entregado nuestra vida a Cristo, Él nos defenderá ante el tribunal de
Dios.
En un sentido especial y según el contexto de esta profecía, la medición ocurre en un
período específico de la historia de la iglesia.
Apoc.14:7. Decía a gran voz: "¡Temed a Dios y dadle gloria, porque la
hora de su juicio ha llegado. Adorad a aquel
que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes
de las aguas.
El sumo sacerdote pasaba del lugar Santo al Santísimo, una ves en el año, para realizar su
purificación. O sea, para limpiarlo de los pecados
confesados por los hijos de Dios.
En 1844, cuando de cumplieron los 2300 años, Cristo pasó del lugar Santo al Santísimo, para
realizar su purificación, o sea la “medición” de la iglesia,
individualmente.
En un sentido más especifico: ¿Quiénes son estos “que adoran”?
Hebreo 8:10. Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de
Israel después de aquellos días--dice el Señor--: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su
corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios y ellos me serán a mí por pueblo
Es decir, el verdadero Israel espiritual, el pueblo de Dios, que contrasta con los “gentiles”, son los que “guardan los Mandamientos de Dios, y tienen el
Testimonio de Jesús” (Apoc.12:17 y 14:12
Este Israel espiritual tubo su comienzo cuando algunos israelitas “recibieron” a Jesús como su Salvador (Juan 1:12), a estos se les agregaron los gentiles que por la
predicación de los apóstoles aceptaron a Cristo (Lea por favor Gálatas 3:26-29).
La Biblia registra que por presión ejercida sobre los obedientes
hijos de Dios, cuando la iglesia se unió con el estado, e impusieron
leyes opresivas como fue la inquisición, poco a poco los fieles
hijos de Dios fueron desapareciendo, y la verdad se
echo por tierra.
Note la candela en la parte de los pies.
Al llegar 1844, Dios sucintó un pueblo movido por su Espíritu, que al investigar las Escrituras, descubrió en
(Apoc.14:7) que Dios dice: “Adorad al hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las
aguas”, y al comparar este texto con (Éxodo 20:8-11), donde dice:
“Acordarte has del día del reposo, para santificarlo: Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; Mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas: Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día del reposo y lo santificó”.
Vieron que el sábado era un monumento conmemorativo de la creación, porque los dos
textos decían lo mismo, por tanto, descubrieron la importancia que tenía
obedecer los Mandamientos de Dios, esto incluía lógicamente, la santificación del
sábado como el verdadero día de reposo, según lo registraron los apóstoles en sus
escritos (Lea 1 Juan 2:3-4).
Entonces, este remanente de 1844 retomó la fe de la iglesia primitiva.
Encontramos que la idea de la medición se usa de más de una manera.
1). Se usa como una preparación para edificar. 2). para restaurar. 3). y también para destruir. Pero aquí el sentido es para preservar.
La medición es como el sellado que se describe en Apoc.7:2,3; Y vi otro ángel que subía del nacimiento del sol, teniendo el sello del Dios vivo: y clamó con gran voz á los cuatro ángeles, á los cuales era dado hacer daño á la tierra y á la mar, Diciendo: No hagáis daño á la tierra,
ni al mar, ni á los árboles, hasta que señalemos á los siervos de nuestro Dios en sus frentes.
El sellado y la medición son ambos para la protección de los fieles de Dios en los terrores demoníacos que han de descender sobre la Tierra.
Note que el vidente-Juan-tiene que medir el Templo, pero tiene que omitir en su medición el Atrio exterior, que se les ha entregado a los
gentiles (Apoc.11:2).
Atrio en derredor del Santuario
El Templo de Jerusalén estaba dividido en cuatro atrios concéntricos, que convergían, por así decirlo, en el Lugar
Santísimo.
Estaba el Atrio de los Gentiles, donde podían entrar los no judíos pero más allá del cual no podían pasar bajo pena de muerte. Entre él y el atrio siguiente había una balaustrada en la que se encontraban lápidas que advertían a los gentiles que el pasar más adentro suponía hacerse reos de la pena capital.
El siguiente era el Atrio de las Mujeres, y éstas no podían pasar más adelante.
Luego estaba el Atrio de los Israelitas, más allá del cual no podían entrar los laicos.
Por último estaba el Atrio de los Sacerdotes, donde estaban el altar de los holocaustos, de bronce, el altar del incienso, de oro, y el Lugar Santísimo; y a este atrio solo podían entrar los sacerdotes.
El vidente había de medir el Templo; pero la fecha del Apocalipsis, como ya hemos visto, es alrededor del año
96 d C., y el Templo dejó de existir el año 70 d C. ¿Cómo se podía medir el Templo?
La solución está en lo siguiente: es casi seguro que Juan está siguiendo una descripción que se conocía de
antes. Seguramente este pasaje se habló o escribió originalmente el año 70 d C., durante el último asedio
de Jerusalén.
Juan toma esta figura, y la espiritualiza totalmente. Cuando habla del Templo, no está
pensando en los edificios sagrados de los judíos, que habían sido demolidos hacía por lo
menos veinte años.
Para él el Templo es la Iglesia Cristiana, el Pueblo de Dios. (1 Corintios 3:16) dice: ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el
Espíritu de Dios habita en vosotros?
Encontramos esta figura repetidamente en el Nuevo Testamento.
1). Los cristianos somos piedras vivas, edificados en una casa espiritual (1 Pedro 2:5).
2). La Iglesia está fundada sobre los apóstoles y los profetas; Jesús es la piedra angular; toda la Iglesia va creciendo para ser un Templo santo en el Señor (Efesios 2:20-21).
3). «¿Es que no sabéis ---dice Pablo- que sois el Templo de Dios?» (1Co 3:16).
Medir el Templo es lo mismo que sellar al pueblo de
Dios para eximirlos del terrible tiempo de la prueba; pero el resto están condenados a la destrucción.
Será purificado. Del hebreo tsadaq, que quiere decir: “ser justo”, “ser recto”. lo que
puede sugerir que se deba dar a este término un significado especial.
Los traductores sugieren varios significados, tales como “ser puesto en rectitud”, o “ser
puesto en una condición correcta”, “ser rectificado”, “ser declarado recto’, “ser
justificado’, o “ser vindicado’.
Para ayudar a determinar a cuál acontecimiento
relacionado con el santuario celestial se hace referencia aquí, será útil examinar las
ceremonias del santuario terrenal, porque los sacerdotes de ese
santuario servían “a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales”
(Heb.8:5).
Las ceremonias del santuario del desierto y del templo estaban divididas en dos
grupos principales: el culto diario y el anual.
El ministerio diario de Cristo como nuestro sumo sacerdote
estaba simbolizado por las ceremonias diarias.
El día anual de la expiación era
símbolo de una obra que Cristo debía emprender al final de la
historia.
Culto diario, lugar Santo
Culto anual, lugar Santísimo
Para un estudio detallado de estas dos fases del ministerio sacerdotal en el Santuario terrenal,
que como hemos visto, era un símbolo del Santuario celestial, en base a la importancia que tiene, dedicaremos una tercera parte a
este tema.