Post on 28-Jan-2016
Cuando Jesús estuvo en la tierra, llamó a algunas personas para que viviesen más cerca de Él. Unos respondían a su llamada, pero otros no se atrevían a seguirle.
Los apóstoles dejaron todo para estar con Jesús, escuchar sus enseñanzas y seguir sus
mandatos. Jesús nos llama a todos a seguirlo, a amar a Dios
y a los demás como él lo hizo.
Seguir a Jesús es entregar la vida como él la entregó. Es ayudar a todos, especialmente a los más necesitados.Los apóstoles vivían con Jesús. Él les explicaba cosas de Dios y les anunciaba la Buena Noticia. Jesús los envió a anunciar el reino de Dios por todo el mundo.
Los obispos y los sacerdotes, sucesores de los apóstoles, tienen la misma misión: enseñar el mensaje de Jesús, celebrar la Eucaristía y dirigir su Iglesia como verdaderos pastores.
Jesús se hace realmente presente en la Eucaristía en forma de pan y vino, que el
sacerdote convierte en el cuerpo y la sangre de Jesús.
Por la acción del Espíritu Santo, lo que parece pan y vino es el Cuerpo y la Sangre del Señor.
Jesús también se hace presente a través de sus enseñanzas. Por medio de ellas sabemos que Jesús murió y resucitó y que está vivo entre nosotros.
El domingo es un día diferente porque la mayoría de las personas no trabajan y pueden descansar. Para los cristianos, además, el domingo es un día muy especial porque nos reunimos con nuestros hermanos en la iglesia para asistir a la Eucaristía.
El domingo es el día del Señor resucitado. Desde hace más de dos mil años la comunidad cristiana se reúne para celebrarlo en la Eucaristía. Damos gracias a Dios porque ha creado todas las cosas, nos ha dado la vida y nos invita a disfrutarla.
En la Eucaristía Jesús nos une y nos envía a anunciar el Evangelio a todas las
personas.
¡Gracias, Señor, porque en la Eucaristía recibimos a Jesús, que se nos da como
alimento de la Vida que dura para siempre!