¿Puede la literatura ayudar - · PDF filemucho más seguros que los valores y los...

Post on 27-Feb-2018

220 views 0 download

Transcript of ¿Puede la literatura ayudar - · PDF filemucho más seguros que los valores y los...

¿Puede la literatura ayudara traer al presentefantasmas pasados ypermitir un enfrentamiento«cara a cara» entre elautor y su experiencia vitalque devenga en una obra«purificadora» y, a la vez,literaria? Largo viaje haciala noche (Long Day’sJourney into Night, 1940)

del norteamericanoEugene O’Neill (1888-1953), es un ejemploclásico del poder que tienela palabra como«exorcista» de unarealidad pasada ypresente, de la posibilidadde que la literatura seconvierta en un «ajuste decuentas» liberador yenriquecedor.

La historia que se articulaen esta pieza teatral secentra en un maduromatrimonio, los Tyrone, élun célebre actor de teatro,ella una ama de casa conproblemas de salud, y susdos hijos, Jamie yEdmund. La trama seinicia en la residencia deverano de los Tyrone, unaluminosa mañana de

agosto en la que losmiembros de la familiaconversan, desayunanjuntos y, como se iráviendo a lo largo de laobra, esconden (en vano)sus problemas. Poco apoco, según transcurre eldía, O’Neill juega con la luzy sumerge a suspersonajes en un lento,doloroso y largo viaje hacia

la noche, hacia laoscuridad que representala verdadera condición delos Tyrone.

La lectura de Largo viajehacia la noche nossumerge en la propiafamilia del autor. Su padrey su hermano tuvieronambos una desmedida ydestructiva afición por labebida. Su madre, tras

darle a luz, se hizo adictaa la morfina. El propioO’Neill tuvo problemas conla bebida y sufriótuberculosis.

Eugene O’Neill

Largo viaje

hacia lanoche

ePub r1.0Hechadelluvia 13.07.14

Títulooriginal:LongDay’sJourneyintoNightEugeneO’Neill,1940Traducción:AnaAntón-Pacheco

Editordigital:HechadelluviaePubbaser1.1

ParaCarlotta,eneldoceavo

aniversariodenuestraboda.

Queridísima:Teregaloeltextooriginaldeestaobradeantiguo

dolor,escritaconlágrimasysangre.Pareceríaunregalo

tristemente

inadecuadoparaundíaquecelebralafelicidad.Perotúcomprenderás.Teloentregocomotributoalamoryternuraqueme

proporcionaronlafeenelamorquemehapermitido,

porfin,enfrentarmecon

mismuertosyescribirestaobra—escribirlaconprofundapiedad,comprensiónyperdónparacon

todoslosatormentadosTYRONE—.

Estosdoceaños,amada,hansidounViajehacialaLuz

—haciaelamor—.Conocesmi

gratitud

¡Ymiamor!

GENETaoHouse,

22deJuliode1941

PRIMERACTO

Escena

Saladeestardelaresidenciade verano deJamesTYRONE. Una mañana deagostode1912.Alfondohaydos puertas de doble hojacon cortinas. La de laderecha conduce al salónprincipal, que tiene aspectode ser utilizado en contadas

ocasiones.Laotraconduceaun saloncito interior situadoentreelcomedorylasaladeestar. Entre las dos puertas,apoyadaenlapared,hayunapequeñalibreríasobrelaquedescansa un retrato deShakespeare. Contienenovelas de Balzac, ZolayStendhal, obras filosóficas ysociológicas deSchopenhauer, Nietzschey

Marx, Engels, KrópotklnyMaxStirner, teatrodeIbsen,Shaw y Strindberg, poemasdeSwinburne,Rosetti,Wilde,ErnestDowson,Kipling,etc.

En la pared derecha, alfondo, una puerta correderaconducealporchequerodeatoda la casa. Más acá haytres ventanales que dan aljardíndesdelosquesedivisa

elpuertoyelpaseoquecorreparalelo a la orilla delmar.Entre las ventanas hay dosmesitas,unadebambúyotrade roble,apoyadascontra lapared.

En la pared opuesta unasventanas simétricas dana lapartetraseradeljardín.Bajoéstas un sofá demimbre conel respaldo contra la pared.

Más hacia el fondo hay unagran librería con puertas decristalquecontieneobrasdeDumas,VictorHugo,CharlesLever, una enciclopedia deLiteratura Universalencuadernada en cincuentatomos, tres colecciones deShakespeare, laHistoria deInglaterra de Hume, laHistoriadelConsuladoydelImperio de Thiers, la

Historia de Inglaterra deSmolíett,El ImperioRomanodeGibbon y varias obras deteatroclásicoydepoesía,asícomo diversas Historias deIrlanda. Todos estos librostienenaspectodehaber sidoleídosunayotravez.

El suelo, de madera, estácubiertoporunaalfombradecolor y diseño

indeterminados.Enel centrode la habitación hay unamesa redonda sobre la quereposauna lámpara conunapantallaverde.Estalámparaestá enchufada directamentea uno de los cuatrocasquillosdeotraquependesobre la mesa. Dentro delárea iluminada por lapantalla hay tres sillones demimbre y una mecedora de

roble tapizada en cuero,situada a la derecha de lamesa.

Aproximadamente son lasocho y media de la mañana.Elsolentraporlasventanasdeladerecha.

Al levantarse el telón, lafamiliaacabadeterminardedesayunar.MARY TYRONEy su marido entran por el

saloncito del fondoprocedentes del comedor.MARY tiene cincuenta ycuatro años. De estaturamedia, todavía posee unafigura joven y graciosa,quizá un poquito gruesa,aunque, a pesar de no irencorsetada,suscaderasysucintura no han perdido suapariencia juvenil. Su rostroes indiscutiblemente

irlandés.Entiemposhubodeser extremadamentehermosoy todavía es llamativo. Encontraste con su aspectosaludable, el rostro parecepálido y demacrado. Tienelos pómulos prominentes, lanariz larga y recta, la bocagrandeyloslabiosgruesosysensuales. No llevamaquillajealguno.Suampliafrente está enmarcada por

abundantescabellosblancos.Los ojos, de color castañooscuro, parecen negros alverse acentuados por lapalidez de su rostro y losblancos cabellos. Son de untamañopococorrienteymuyhermosos.Lascejaslastieneoscuras y rizadas las largaspestañas.

Inmediatamente llama la

atención su grannerviosismo. Sus manosjamáspermanecenenreposo.Una vez fueron hermosas.Losdedos,largosydelgados,aparecen ahora retorcidos acausadeunaartritisque lesha conferidounaspectomásbien desagradable. Como esconsciente de ello, así comode no controlar losmovimientosnerviososdesus

dedos, la gente evitamirarlos.

Va sencillamente vestida,pero las ropas que lleva lesientan bien. El pelo parececuidadosamente arregladohasta el menor detalle. Suvoz es suave y agradable ycuando está de buen humorsepercibeenellauncantarínacentoirlandés.

Su cualidad más agradablees un sencillo encanto,propio de la colegiala joveny tímida que aún no hamuerto en su interior, suinnatainocenciadeespíritu.

JamesTYRONEtienesesentay cinco años, pero parecediezañosmás joven.Aunquesólomideunmetroysetentay cinco centímetros, el aire

marcial de su porte y susanchos hombros, le hacenparecer mucho más alto. Elpasodeltiempohaempezadoa ser perceptible en surostro, que es notablementehermoso: lacabezagrandeybien formada, noble perfil yprofundos ojos castaños. Elcabello, canoso, es escaso,sobre todo en la coronilla,donde parece tener una

especie de tonsura frailunacausada por la calvicie.Lleva grabado el sello de suprofesión.Noesquemuestrela afectación propia de unactor de teatro ya que tantopor naturaleza como porinclinación es una personasencilla y nada pretenciosacuyos gustos no se hallanmuylejosdelorigenhumildede sus antepasados

irlandeses. Aún así sepercibealactor en su formade hablar, en sus gestos ymovimientos que, aunqueinconscientes, parecenresponder a una técnicaaprendida. Su voz, potente ybien modulada, esnotablemente hermosa, de loquesesienteorgulloso.

Ciertamente sus ropas no

pertenecerían jamás a unpersonaje del teatroromántico. Lleva un gastadotraje gris, unos zapatosnegrossinbrillo,unacamisasin cuello, y un pañueloblancoanudadoalrededordela garganta. No hay nadaestudiado en su desaliñadoaspecto. En su opinión, laropa ha de usarse mientrasdure. En este momento se

disponeaarreglareljardínyle importa un rábano elaspectoquepuedatener.

Nunca ha estado seriamenteenfermo. De temperamentotranquilo, posee unaimpasibilidad propia de lasgentes del campo, de vez encuandosedejaarrastrarporlamelancolía y parece estardotado de un instintivo

sentidocomún.

Cuando entran procedentesdel saloncito, TYRONE llevaa su esposa cogida por lacintura. Al entrar en la saladeestarlaatraehadasíconcariño.

TYRONE:Ahoradagustoabrazarte,MARY. Has engordadocasidiezkilos.

M A R Y(Sonriendo concariño):Me he puesto demasiadogorda ¿verdad querido?Creo que deberíaadelgazarunpoco.

TYRONE:¡Nadadeeso,señoramía!Estás perfecta. Ni hablarde adelgazar. ¿No seráporesoporloquecasinohasdesayunado,eh?

MARY:¿Que casi no hedesayunado? ¡Pero si hecomidomuchísimo!

TYRONE:Puesamímeparecequeno.Porlomenos,notodoloqueamímegustaría.

MARY(Bromeando):¡Claro! A ti te gustaríaque todos comiésemos

tanto como tú. ¡Vayaindigestión!

(Seadelantaypermaneceenpiealaderechadelamesa.)

TYRONE(Siguiéndola:)Yo creo que no soy tantragón como dices.(Satisfecho.) Gracias aDios, a mis sesenta ycinco años sigo teniendoel apetito y el estómago

de un muchacho deveinte.

MARY:De eso puedes estar bienseguro. No se puedenegar.

(Riendo,sesientaenelsillóndemimbre de la derecha. Élpasa por detrás para cogerunpurodeunacajaqueestásobre la mesa. Le corta la

punta. Se oyen las voces deJamie y Edmund en elcomedor. MARY vuelve lacabezahaciaellos.)

MARY:Cathleenestaráesperandoparaquitarlamesa.

TYRONE(En tono festivo,pero con ciertoresentimiento:)Supongo que estarántramandoalgoa espaldas

mías. Algo especialdedicadoalViejo.

(Ella permanece silenciosa,con el rostro vuelto hacia ellugar de donde proceden lasvoces. Sus manos, inquietas,descansan sobre la mesa. Élenciende el puro y se sientaen lamecedoraquehaya laderechadelamesa,sulugaracostumbrado,mientrasfuma

satisfecho.)

TYRONE:Nadacomounbuenpurodespués del desayuno.Estos tienen un saborperfecto. Han resultadouna ganga. Me salieroncasi gratis. McGuire mepusosobrelapista.

MARY(Conciertaacritud):Espero que no haya

vuelto a aconsejarte quecompres más terrenos.Porque sus gangasinmobiliarias no resultanserlotanto.

TYRONE(Aladefensiva):Bueno, MARY, yo nodiría eso. Después detodo, gracias a susconsejos, compré aquellacasadeChesnutStreety,cuandolavendí,mellevé

unbuenpellizco.

MARY(Ahora sonríe concariño, pero tambiénirónica):Ya, ya. El famoso golpede suerte…SeguroqueaMcGuire nunca se lepudoocurrirque…(Ledaunos golpecitos en lamano.) Es igual, James.Ya sé que es inútilintentar convencerte de

quenotienesojoparalosnegocios.

TYRONE(Molesto):Jamáshe creído tal cosa.Pero los terrenos sonmucho más seguros quelos valores y los bonosque venden esosestafadores de WallStreet.(Contemporizador.) Noquerrás discutir de

negocios tan temprano¿verdad?

(Pausa. Las voces de sushijossevuelvenaoír.Unodeellos sufre un ataque de tos.MARY escucha preocupada.Sus dedos tamborileaninquietossobrelamesa.)

MARY:James, creo que es aEdmundaquiendeberías

reñir por no comerbastante. Prácticamentesólo ha tomado café.Necesita comer o sequedarámuydébil.Yonohagomásquerepetírselo,pero dice que no tienehambre. Claro, que nohay nada peor que uncatarro en verano paraperderelapetito.

TYRONE:

Sí, claro, es lógico. Peronotepreocupespor…

MARY(Conpresteza):Si no me preocupo. Encuantosecuidesepondráb i en .(Como intentandoolvidarsedeello,perosinlograrlo):Aunque es una lástimaque se sienta tan malprecisamenteahora.

TYRONE:¡Sí! ¡Qué mala suerte!(La mira preocupado.)Pero no te preocupes poreso, MARY. No olvidesquetútambiéntienesquecuidarte.

MARY(Conpresteza):No, si no me preocupo.¿Por qué iba a hacerlo?¿Quétehacepensareso?

TYRONE:Nada.Sóloqueestosdíasparecesunpocodistraída.

M A R Y(Forzando unasonrisa):¿Sí? No digas tonterías,querido. Imaginacionestuyas.(Repentinamentesepone tensa.) No tienespor qué pasarte todo eldía observándome,James. Me siento

incómoda.

TYRONE(Le cubre lasmanosconlasuya):Bueno,bueno,MARY,noempiecesapensarmal.Site miro tanto es paraadmirar lo guapa que tehas puesto tan rellenita.(Su voz se tiñe deprofundo afecto.) Nosabes lo feliz que mesiento de verte así,

querida. Desde que hasregresadovuelvesaserlamismadesiempre,laqueyo tanto quiero.(Seinclina y la besaimpulsivamente en lamejilla. Luego se da lavueltayañadecomoa lafuerza.) Así que esperoque te sigas portandobien,MARY.

MARY(Volviendoelrostro):

Así lo haré, querido.(Selevanta inquieta y sedirigehacia las ventanasde la derecha.) Menosmal que se ha levantadoniebla.(Se vuelve.) Nome encuentro bien estamañana. Casi no hepodido dormir con ladichosa sirena del farosonandotodalanoche.

TYRONE:

Sí. Parecía que teníamosen el jardín una ballenaagonizante. Yo tampocohepodidodormir.

MARY(Burlona):¿No? Pues no se notabamucho. Roncabas de talmanera que casi no se tedistinguía de la sirena.(Se acerca a él riendo yle da unos cariñososgolpecitos en lamejilla.)

Notedespertaríannidiezsirenas a la vez. Esimposible.

TYRONE(Unpocopicado):Bobadas. Siempreexagerasmisronquidos.

MARY:¿Que exagero? Si tepudieras oír…(Se oyencarcajadas procedentesdel comedor. MARY

sonriente vuelve lacabeza.) ¿De qué sereirán?

TYRONE(Picado):Demí.Meapuestoloquequieras. Siempre que seríenesdelViejo.

MARY(Burlona):Sí. Todos te tomamos elpelo muchísimo… Yoque túno lopermitiría…

(Ríe. Luego adopta unaire más tranquilo.)Bueno, se rían de lo queserían,esunaliviooíraEdmund. Ha estado tandecaídoúltimamente…

T Y R O N E(Ignora estoúltimo.Resentido):Seguro que es de algúnchiste de Jamie. Ésesiempre se está burlandodealguien.

MARY:Bueno, no empieces ameterte con el pobreJamie, querido.(Conescasa convicción.) Yaverás como acaba porsaliradelante.

TYRONE:Pues más le valdríadecidirsepronto.Yatienecasitreintaycuatroaños.

MARY(Loignora):Pero ¿es que piensanpasarse todo el díametidos en el comedor?(Seaproximaa la puertadelcomedorylesllama.)¡Jamie! ¡Edmund! Venidal salón para queCathleen pueda quitar lamesa.(Edmund contesta«Ya vamos, mamá». Ellaregresaalamesa.)

TYRONE(Gruñón):Siempre encontrarásrazones para justificar loquehace.

MARY(Sesientaasuladoyledaunosgolpcitoscariñososenlamano):Anda,calla.

Sus hijos, James Jr., yEdmund,entranjuntosporlapuerta del saloncito. Ambos

vienen riendo y, alaproximarse a su padre, surisasehacemásevidente.

Jamie,elmayor,tienetreintay tres años y la constituciónde su padre —anchoshombros y cuerpo esbelto.Aunque es algo más alto ymenos robusto, parece másbajo y corpulento porquecarece del porte distinguido

de TYRONE. Tampoco poseela vitalidad de su padre. Enél se advierten síntomas dehaber llevado una vidadisipada—. Su rostro estodavíaatractivo,apesardelas secuelas causadas poreste tipo de vida, aunque hasido tan guapo comoTYRONE, conquien tieneunevidente parecido físico.Tienes unos bonitos ojos

castaños, a medio camino,entre los de su padre y sumadre, que los tiene másoscuros.Selehaempezadoacaerelpeloydalaimpresiónde que acabará por tener,comoTYRONE, una pequeñacalva. Su nariz,pronunciadamente aquilina,no es como la de ningúnmiembro de la familia y,junto con su habitual

expresión cínica, le confiereun cierto aspectomefistofélico, aunque en lasraras ocasiones en quesonríe sin segundasintenciones, su personalidadmuestra el irresistibleencantorománticoyllenodesentido del humor quecaracteriza a los irlandeses:un descarado holgazán, conun toque de poeta

sentimental que le haceatractivo para las mujeres ypopularconloshombres.

Llevauntrajeviejo—notangastadocomoeldeTYRONE— y corbata. Tiene la pieltostada por el sol y llena depecas.

Edmund es diez años másjoven que su hermano, unpoco más alto, delgado y

enjuto. Si Jamie recuerda asu padre, Edmund se parecemásasumadre,aunqueenélse advierten también rasgosde TYRONE. Su rostroirlandés,largoyafilado,estádominado por unos grandesojos oscuros. Lahipersensibilidad de la bocadeMARYestápresenteenlade su hijo, al igual que laampliafrente,másacentuada

enEdmund.El pelo, castañooscuro, ha sido ligeramenteaclaradoporelsolylollevapeinadohaciaatrás.Lanarizescomoladesumadre,perosu perfil recuerda al deTYRONE. Sus manos tienenlosmismosdedos largosquelasdeMARY.Elnerviosismoes el rasgo que amboscompartenenmayorgrado.

Evidentemente, no goza debuenasalud.Estámuchomásdelgado de lo normal, tieneen los ojos unbrillo febril ylas mejillas hundidas. —Apesardeestartostadoporelsol, su aspecto es enfermizo—. Lleva una camisa concorbata,pantalonesviejosdefranela y unas playerasmarrones.

M A R Y(Volviéndosesonrientehaciaellos):Estaba tomandoelpeloavuestro padre por laforma de roncar quetiene.(A TYRONE.) Quelo digan los chicos,James. Tienen quehaberte oído. No, Jamie,ya se que tú no.He oídoque roncabas tanto comotupadre.Igualqueél.En

cuanto pones la cabezasobre la almohada, tequedas dormido y no tedespertarían ni diezsirenas.

(Se detiene bruscamente alpercibirlamiradainquisitivadeJamie.Susonrisaseborraeintentadisimular.)

MARY:¿Qué miras, Jamie?(Se

arregla el pelo con lasmanos.) ¿Estoydespeinada? Me resultamuy difícil peinarmebien.Cadavezveopeorynunca sé dónde dejo lasgafas.

Jamie(Desvíalamirada):Estás muy bien, mamá.Estaba pensando quetienesmuybuenaspecto.

TYRONE(Consinceridad):Eso es lo queprecisamente le estabadiciendo.Sehapuestotanrellenita que dentro depoco no voy a poderabarcarlaconlosbrazos.

Edmund:Sí. La verdad es quetienesmuy buen aspecto,m am á .(Ella se siente

más segura y le sonríecon cariño. Edmund leguiña un ojo.) Tienestoda la razón sobre losronquidos de papá. ¡Quéhorror!

Jamie:Yo también le he oído.(Imitando a un actor,empieza a recitar.) «ElMoro, conozco sustrompetas…».(Su madre

ysuhermanoríen.)

TYRONE(Picado):Si tengo que ponerme aroncarparaquerecuerdesa Shakespeare, no tendrémás remedio que seguirhaciéndolo.

MARY:Bueno, bueno, James, noseaspicajoso.

(Jamieseencojedehombros

y se sienta en la silla de laderecha.)

Edmund(Enfadado):Sí, papá, por amor deDios. Nada másacabamosdedesayunaryyaempiezas.

(Se sienta en la silla de laizquierda, al lado de suhermano. Su padre leignora.)

M A R Y(En tono dereproche):Tu padre no estabahablando contigo,Edmund. No tienes porqué ponerte siempre departedeJamie.¡Niquetúfueraselhermanomayor!

Jamie(Hastiado):¿A qué viene todo esto?Olvidémoslo.

TYRONE(Condesprecio):Claro,vamosaolvidarlo.Hayqueolvidartodoynoenfrentarse con loshechos. Desde luego, esuna filosofía la mar deprácticacuandosecarecedeambición.

MARY:Cállate, James.(Le pasaun brazo por los

hombros. En tonofestivo.) Parece que estamañana te has levantadocon el pie izquierdo.(Asus hijos. Cambiando detema.)¿Dequéosveníaisriendo?

T Y R O N E(Haciendo unesfuerzo para seguir labroma):Sí, contádnoslo,muchachos. Le decía a

vuestra madre queseguramente os estabaisriendodemí.Esigual.Yaestoyacostumbrado.

Jamie(Secamente):¿Me dices a mí?Pregúntaseloalchico.

Edmund(Sonríe):Pensabadecírteloanoche,papá, pero se me olvidó.Ayer cuando salí a dar

una vuelta, entré en lataberna…

MARY(Preocupada):Edmund,yasabesquenodebesbeber.

Edmund(Ignorándola):…¿yaquenosabéisconquiénme encontré? Puescon Shaughnessy, tuarrendatario. Y llevabaunabuenacurdaencima.

MARY(Sonriendo):Esehombreesunhorror.Perotienesugracia.

TYRONE(Gruñón):Cuando se es su casero,deja de tenerla. Es unirlandés muy astuto.Capaz de engañar almismísimodiablo. ¿Ydequé se queja ahora,Edmund? Porque seguro

que de algo se iráquejando por ahí…Supongo que querrá quelerebajelarenta.Ledejola casa casi gratis sólopor no tenerla vacía ynuncamepagaelalquilerhastaqueleamenazocondesahuciarlo.

Edmund:Pues no parecía estar adisgusto. Estaba tan

satisfecho con su vidaque, lonuncavisto,hastapagó una ronda. Habíatenido una bronca con tuamigo Harker, esemillonariodelaStandardOil, y, al parecer, obtuvounavictoriaaplastante.

MARY(Divertida):¡Dios mío! Me parecequevasatenerquetomarcartas en el asunto,

James.

TYRONE:Ese Shaughnessy se va ameterenunlío.

Jamie(Malicioso):Me apuesto lo quequieras que la próximavezqueteencuentresconHarker en el Club y lesaludes con reverencia,hará como que no te ha

visto.

Edmund:Claro.Harkerpensaráqueno es de caballeros tenerdearrendatarioaunpatáncomo Shaughnessy queno se arredra anteun reydelpetróleo.

TYRONE:Esas paparruchassocialistas no vienen a

cuento. No piensoaguantarque…

MARY(Conciliadora):Sigue con la historia,Edmund.

Edmund(Haceasupadreungestoprovocador):Bueno,puescomosabéis,elestanquedelafincadeHarkerlindaconlagranjade Shaughnessy, que sededicaalacríadecerdos.

Como la cerca está rota,los cerdos se han estadobañandoenelestanque,yelcapatazdeHarkerdiceque seguramenteShaughnessy la habríaroto con el propósito deque sus cerdos sepudieranbañar.

M A R Y(Asombrada ydivertida):¡SantoCielo!

TYRONE(Enfadado, perosin ocultar ciertaadmiración):Seguro que sí. El muycanalla… Sería muypropioporsuparte.

Edmund:Entonces el propioHarker en persona fue aarmarle la bronca.(Chasquea la lengua.)¡Una decisión muy

inteligente! Si hiciesenfalta pruebas de que losoligarcasdeestepaís—ymuy especialmente losquehanheredadolapasta—tienenmenossesoqueunmosquito,ésteseríaeldatodefinitivo.

TYRONE(Admirativo sindarse cuenta de lo que hadicho):Sí. Desde luego no es

rival para Shaughnessy.(Cae en la cuenta)¡Guárdate tuscomentarios anarquistas!No quiero oírlos en mic a s a .(Pero no puedeocultar lacuriosidadquesiente.)¿Quépasó?

Edmund:Harker tenía tantasposibilidades de ganarcomosiyomeenfrentase

a Jack Johnson.Shaughnessy,que llevabaunas copas encima, leestaba esperando en lacerca.Segúnél,niledejóabrir la boca. Empezó adecirle que no era unesclavo de la StandardOil y que le traía sincuidado,quedescendíadeun rey de Irlanda y quelos magnates como

Harker eran todos de lamisma calaña porque sehabíanforradoacostaderobar el dinero a lospobres.

MARY:¡Dios mío!(No puedeevitarreír.)

Edmund:Luego le dijo que sucapataz había roto la

cerca, porque el propioHarker se lo habíamandado para que loscerdos se ahogaran en elestanque. Sus pobrescerdos, segúnShaughnessy, se habíanmuertodepulmoníaylospocosquequedabanvivoshabían pillado el cólerapor haber bebido aguaestancada. Advirtió a

Harkerqueibaairaveraun abogado para que ledemandase por daños yperjuicios. Y, paraterminar, le dijo que yatenía bastantespreocupaciones con losescarabajos de la patata,las malas hierbas, losgorgojos, las culebras ylasmofetas que había ensu granja, y que era un

hombre honrado que notenía por qué aguantarque un ladrón de laStandardOilsecolaraensugranja.Asíquemáslevaldría sacar sus suciospies de sus propiedadesantesdequeleecharalosperros. ¡Y Harker sema r chó !(Él y Jamieríen.)

MARY(Asomada, pero sin

podercontrolarlarisa):¡Qué lengua tiene esehombre!

TYRONE(Vuelve a dejarsellevarporlaadmiración):¡Maldito rufián! ¡No sepuedeconél!(Ríe.Luegose detiene bruscamente yprotesta.) ¡Sucio traidor!Acabarás metiéndome enlíos. Supongo que lediríasquemeibaaponer

furioso…

Edmund:Le dije que estaríasencantado de conocer losdetallesdelaúltimagranvictoria irlandesa. Y esverdad, papá. Deja dedisimular.

TYRONE:No me hace ningunagracia.

MARY(Bromeando):Vamos, James, claro queloestás.

TYRONE:Mira, MARY, comobroma,pase,pero…

Edmund:Le dije a Shaughnessyque debería haberañadido que unmillonariodelaStandard

Oil debería estarleagradecido de que,gracias a sus cerdos, suestanque hubieraadquirido el perfumeadecuado.

TYRONE:¡No te atreverías!(Frunce el entrecejo.)¡Nomezclesmis asuntoscon tus opinionessocialistasyanarquistas!

Edmund:Shaugnessycasiseechaallorar por no habérseleocurrido, pero measeguró que lo iba aincluir, junto con otraslindezas por el estilo, enuna carta que le estáescribiendo.(Él y Jamieríen.)

¿De qué os reís? No le

veo la gracia. ¡Ten hijosparaesto!Mevasameteren pleitos por culpa deesetraidor.

MARY:Vamos,James,nopierdaslacalma.

TYRONE(Se vuelve haciaJamie):Y tú, apoyándole, erestodavía peor que él.Seguro que lamentas no

haber estado allí parapoder sugerir aShaughnessy otroscuantosinsultos.Paraesosíquesirves.

MARY:¡James!Notienesporquémeterte con Jamie.(Jamiehaceademándeira contestar a su padre,pero termina porencogersedehombros.)

E d m u n d(Nervioso yexasperado):¡PoramordeDios,papá!Siempiezasotravez,mel a r g o .(Se levantabruscamente.) Además,me he dejado el libroa r r i b a .(Enojado, sedirigeharíaelsalón.)Yocreía,papá,queacabaríascansándote de oírte a tim i smo.(Sale. TYRONE

se queda mirándoleenfadado.)

MARY:No le hagas caso, James.Ya sabes que no seencuentra bien.(Se oyetoser a Edmundmientrassubelasescaleras.MARYañade nerviosa.) Loscatarros en verano ponena cualquiera de malhumor.

J a m i e(Sinceramentepreocupado):No es un simple catarro.El chico está fatal.(Supadre intenta advertirlecon la mirada, peroJamienolonota.)

MARY(Resentida, se vuelveharíaJamie):¿Porquédiceseso?Esunsimple catarro. ¿Qué ibaa ser si no? ¡Siempre te

imaginaslopeor!

TYRONE(Advirtiendo denuevoaJamieconlamirada.Suavemente):LoqueJamiequieredeciresquealomejorselehacomplicadoelcatarroconotra cosa y por eso sesientetanmal.

Jamie:Claro, mamá. Eso queríadecir.

TYRONE:EldoctorHardycreequepodría tener algo demalaria, como cuandoestuvoen los trópicos.Siesasí,selepasaráconunpocodequinina.

MARY(Le mira con ciertarepentinahostilidad):¡El doctor Hardy! Nocreerénadadeloquedigaaunque lo jure sobre un

montón de biblias.Conozco bien a losmédicos. Todos soniguales. Dirán lo quequieras escuchar con talde tenerte como pacienteelmayortiempoposible.

(Derepentesecalla,comositemiera haberse puesto enevidencia, al notar los ojosde su hijo y de su marido

fijos en ella. Se llevanerviosa las manos al pelo.Sonríefornidamente.)

MARY:¿Quépasa?¿Quémiráis?¿Es que el pelo se meha…?

TYRONE(Con aire un pococulpable,lepasaelbrazoporlos hombros y la abrazasuavemente):Atupelonolepasanada.

Cuantomásguapaymásgordita estás, másvanidosa te vuelves.Dentro de nada vas apasarte el día mirándotealespejo.

MARY(Algomástranquila):Laverdad es quedeberíahacerme unas gafasnuevas. Tengo los ojosfatal.

TYRONE(Galante):Tienes unos ojospreciososy lo sabesmuybien.

(Labesa.ElrostrodeMARYse ilumina reflejando almismo tiempo una ciertatimidez. Repentina ysorprendentemente,surostroparece regresar a lajuventud, pero no como si

fueraunasombradelpasado,sino mostrando algo quetodavíaestávivoenella.)

MARY:No seas bobo, James.¡DelantedeJamie!

TYRONE:¡Como si Jamie nosupiera que todas estascosasquedicesdelpeloylos ojos no son para que

te digan piropos! ¿Eh,Jamie?

J ami e :(Su rostro paracehaberse relajado. Cuandosonríeasumadreconcariño,muestra cierto encantojuvenil):Claro, mamá. No creasquevasaengañarnos.

MARY(Sonríe.Suvozsetiñede un cantarín acentoirlandés.) ¡Qué cosas decísvosotros dos!(Luego, con

seriedadinfantil:)Antessíqueteníaunpeloprecioso,¿verdad,James?

TYRONE:¡El más bonito delmundo!

MARY:Tenía unos tonos rojizosmuyextrañosylollevabatan largo queme llegabapor debajo de la rodilla.Tú también te tienes que

acordar,Jamie.Hastaquenació Edmund no tuveunasolacana.Empezarona salirme entonces.(Desaparece el tonoinfantil.)

TYRONE(Rápidamente):Ysetepusomáshermosoquenunca…

M A R Y(Otra vezavergonzada, perosatisfecha):

¿Oyes lo que dice tupadre, Jamie? ¡Despuésdetreintaycincoañosdematrimonio! Por algo esun gran actor ¿verdad?¿Quétepasa,James?¿Esque quieres tomarme elpeloporquemeheestadoriendo de cómo roncabasanoche? Bueno, pues, enesecaso,loretiro:loqueanocheoíeralasirenadel

faro.(Se echa a reír yellos también ríen.Repentinamenteadoptaelaire de un ama de casamuy ocupada.) No puedoquedarme aquíescuchando vuestroscumplidos. Tengo quehablar de la comida conla cocinera y ver si hayque comprar algo.(Selevantay,debuenhumor,

suspira resignada.) ¡EsaBridget es tan perezosa!¡Y tan lenta! Empieza acontarme cosas de sufamiliasinpararynomedeja abrir la boca pararegañarla. Bueno, manosalaobra.(Sedirigehacialapuertadel salón yallíse vuelve preocupada.)James, no olvides queEdmund no puede

ayudarteeneljardín¿eh?(En su rostro vuelveapercibirse una miradade obstinación.) No esqueestédébil,claro,peroa lo mejor suda y luegocoge frío.(Sale por elsaloncito. TYRONE sevuelvehaciaJamieconladesaprobaciónpintadaenelrostro.)

TYRONE:

¡Eres un cabeza dechorlito! ¿Es que notienessentidocomún?Loúnico que tenemos queevitar es decir cosas quepuedan preocuparlarespectoaEdmund.

J a m i e(Encogiéndose dehombros):Bueno.Allátú.Perocreoquehacemosmalendejarque mamá siga

engañándose. Será peorcuando se entere de laverdad. Además, estáclaro que todas esastonterías del catarro delchico las dice paradisimular. Ella sospechalaverdad.

TYRONE:¿Y qué es lo quesospecha?Todavíanohaynadaseguro.

Jamie:Pues yo sí lo estoy. Ellunes pasado fui conEdmund a ver al doctorHardy y estaba hecho unlío.Yanoopinalomismoqueantes.Yeso losabestútanbiencomoyo.Ayerestuvistehablandoconélcuando subiste alpueblo,¿verdad?

TYRONE:

Sí,pero todavíanopodíaasegurarmenada.Mevaallamar hoy antes de queEdmundvayaaverle.

Jamie:Pero cree que estuberculosis,¿no,papá?

TYRONE(Demalagana):Dijo que podría ser algoasí.

Jamie(Afectado):

¡Pobre chico! ¡Malditasea!(Se vuelve hacia supadre con gestoacusador) Si le hubieravisto un médico cuandoempezó a sentirse mal,esto se podría haberevitado.

TYRONE:¿Qué tiene Hardy demalo? Siempre queestamosaquí,vamosasu

consulta.

Jamie:¡Todo lo que haceHardyestámal!¡Inclusoenesteagujeroseleconsideraunmatasanos!

TYRONE:¡Eso es! ¡Métete con él!¡Con todos! ¡Tú siemprecrees que todo el mundoesunfarsante!

Jamie(Despectivo):¡Tu única razón paradecir que Hardy es unbuenmédico es que sólocobra un dólar por laconsulta!

TYRONE(Picado):¡Yaestábien!Ahoraqueestás sereno no te toleroq u e …(Intentacontrolarse. A la

defensiva.) Si lo quesugieresesque le lleveaunodeesosmédicosdelaalta sociedad que sededicanadesplumaralosveraneantes…

Jamie:¿Esqueacasonopuedes?Eres uno de los mayoresterratenientesdeaquí.

TYRONE:

Eso no quiere decir quesea rico. Todo lo tengohipotecado.

Jamie:Porque,enlugardepagarlashipotecas,tededicasaseguir comprando fincas.SiEdmund fueseun acredetierra,nohabríalímiteparaloquetegastaríasenél.

TYRONE:¡Mientes! ¡Y tambiénmientes respecto aHardy! Ni se da aires degrandeza ni anda por ahíencochesdelujonitienelaconsultaenunsitiodemoda. ¡Eso es lo que tecobranesostipos!Nosusconocimientos médicos.¡Cinco dólares portomartelatensión!

J a m i e(Se encoge dehombros):Vale, vale. ¡Seré idiota!No sé para que discutocontigo. No se puedehacercambiaralagente.

TYRONE(Cada vez másenfadado):No. No se puede.Demasiado bien lo ségracias a ti. Ya heperdido la esperanza de

que tú vayas a hacerlo.¿Cómo te atreves adecirme lo que debohacer con mi dinero?Nunca has sidoconsciente de lo quecuestaganarloynuncaloserás. Jamás has logradoahorrar un solo dólar.Alacabar la temporadasiempre estás sin uncéntimo. ¡Todo te lo

gastas en putas y enwhisky!

Jamie:¡Cielo santo! Si con loquegano…

TYRONE:Másde loquemerecesygraciasamí.Sinofuerasmi hijo ni un soloempresario te daría unpapel con esa fama que

tienes.Asíque tengoquetragarme mi orgullo yponerme a mendigartrabajo para ti diciendoque has hecho borrón ycuenta nueva, aunquebienséquenoescierto.

Jamie:Nunca he querido seractor.Túmehasobligadoadedicarmealteatro.

TYRONE:¡Embustero! ¿Qué teinteresaba, eh? Tú medijiste que te buscara untrabajo y el teatro es elúnico mundo queconozco. Lo único quesabíashacereraandarporahí,debarenbar.Loquetehabríagustadoesvivira mi costa toda tu vida.¡Después de todo lo que

me he gastado en darteestudios,loúnicoquehashechoesconseguirqueteexpulsaran de todaspartes!

Jamie:¡Por amor de Dios! Nosaques a relucir esahistoria de tiempos demaricastaña.

TYRONE:

Puesquetengasquevenira vivir durante losveranos ami costa no esuna historia demasiadoantigua…

Jamie:—Mepagolacomidaylacamaconmitrabajoenlahuerta. Y de paso teahorras tener quecontrataraalguien.

TYRONE:¡Vaya cosa! Si hastatengoqueobligarteaquelo hagas…(Su ira setransforma en queja.)Todo esto me importaríamenos si, por lo menos,te viera agradecido. Perolo único que obtengo enpago es que me llamestacaño, que temetas conmi profesión y que te

burles de todo elmundo.Excepto de ti mismo,claro.

Jamie(Secamente):Eso último no es verdad,papá.Loquepasaesquelas cosas que me digo amímismo,nolasoyes.

TYRONE(Lemiraperplejoyluego cita mecánicamente.)«Laingratitud,lapeordelasplagas».

Jamie:Me lo veía venir. ¡Diosmío, cuántosmillones deveces…!(Calla,hastiadode discutir, y se encogede hombros.) Vale, papá,soy un inútil. Lo que túdigas, con tal de que tecalles.

TYRONE(Indignado, peroentonodesúplica):¡Si tuvieras algo de

ambición y no dijesestantas majaderías…!Todavía podríasconseguir algo. Teníastalento para llegar a serunbuenactor.Todavíalotienes.Eresmihijo…

Jamie(Harto):¡Déjalo!Ese temanomeinteresa.Ya ti, tampoco.(TYRONE calla.) ¿Porqué empezamos a

discutir? ¡Ah, sí! Porculpa del doctor Hardy.¿CuándodicesquetevaallamarporlodeEdmund?

TYRONE:A la hora de comer.(Hace una pausa. A ladefensiva.)Nohaymejormédico para tratar aEdmund. Hardy le haestado viendo cada vezque se ha puesto malo

desde que era pequeño.Conoce su constituciónmejor que cualquier otromédico.Noesque,comocrees, yo sea un tacaño.(Amargamente.) Además,¿qué podría hacer elmejor especialista delpaísporEdmunddespuésde que se ha dedicado adestrozar su salud con lavidaquehallevadodesde

que le expulsaron de laUniversidad? Inclusoantes, cuando iba alcolegio, llevaba una vidadisipada, haciéndose elgallito, imitando la vidaque tú hacías enBroadway, a pesar de notener tu constituciónfísica. Tú eres tan fuertecomo yo—por lomenoslo eras cuando tenías su

edad—, pero Edmundsiempre ha sido unmanojodenervios, comosu madre. Se lo herepetido año tras año,pero nunca me ha hechocaso. Y ahora ya esdemasiadotarde.

Jamie(Vehementemente):¿Cómoqueesdemasiadotarde? Lo dices como sipensarasque…

TYRONE(Culpable):¡Noseasidiota!Loúnicoque quiero decir es quetodo el mundo sabe queha arruinado su salud yque tendrá que pasarbastantetiempohastaqueserecupere.

Jamie(Mira fijamente a supadre sin hacer caso de suexplicación):Ya sé lo que los

campesinos irlandesespiensan de latuberculosis:quenotieneremedio. Yprobablemente es verdadcuando se vive en unapocilga. Pero aquí, conlosmétodosmodernos…

TYRONE:¿Es que acaso crees queno lo sé? ¿Qué insinúas?¡Ynovuelvasacomparar

aIrlandaconunapocilga!(Entonoacusador.) ¡Mástevaldríanohablarde laenfermedad de Edmund!¡Tú tienes la culpa detodoloquelepasa!

Jamie:¿Queyo…?Noescierto.¡Eso no te lo aguanto,papá!

TYRONE:

¡Esverdad!Tuinfluenciasobre él ha sido nefasta.Desde niño te haconsiderado una especiede héroe. ¡Menudoejemplo! Que yo sepa,siempre lehasdadounosconsejos infames. Letratabascomosiyafueraun hombre, llenándole lacabezadeideasabsurdas,cuandonoeramásqueun

niño, incapaz de advertirhastaquépuntoestabastúinfluido por tu propiofracaso. Gracias a ti,llegó a creer que todoslos hombres tenemos unprecio y que las únicasmujeres que no seprostituyen son unasestúpidas.

Jamie(Intentando mostrarseindiferente, pero

justificándose):Bueno, que le he dadoconsejos, es cierto, perosólo desde que empezó ameterse en líos. Sehubierareídodemísiyohubiera pretendido hacerel papel del buenhermanomayor.Loúnicoquehicefuehablarleconfranqueza, de igual aigual, para que no

cometiese los mismoserrores que yo hecomet i do.(Cínicamentese encoge de hombros.)Bueno, si no sabes cómosalir adelante, por lomenos, has de ir concuidado.

(Su padre le mira condesprecio. De repente Jamieparece verdaderamente

afectado.)

Jamie:Esoquehasdichoesunasucia mentira, papá.Sabes muy bien cuántoquiero al chico y lounidos que hemos estadosiempre.Muchomás queotros hermanos. Haríacualquiercosaporél.

TYRONE(Impresionadoyentonoconciliador):

Me imagino que túcreerías hacerlo por subien, Jamie. Nunca hepensadoque lohicierasapropósito.

Jamie:¡Además,sería falso!Megustaría ver si alguienpuedeinfluirenEdmund.Todos creen que puedenhacer con él lo quequieran, porque parece

una persona tranquila,pero ¡es un cabezota demildemonios,siempresesale con la suya y losdemás pueden irse ahacer puñetas! ¿Quétengo que ver yo contodas las locuras que hahechodurantetodosestosaños? ¡Enrolarse en unbarco para vermundo…!Bien que le dije que no

estabadeacuerdoconsusplanes.¿Esquetúmevesa mí, deambulando porlasplayasdeAméricadelSur, viviendo en sitioscochambrososybebiendoveneno? ¡No, gracias!Prefiero Broadway, unahabitaciónconbañoyunbar donde sirvan unwhiskydecente.

TYRONE:

¡Broadway! ¡Allí te hasconvertidoenloqueeres!(Con orgullo.) Edmund,haya lo que haya hecho,porlomenoshatenidoelvalor de apañárselas élsolo, sin recurrir amí encuanto se quedaba sindinero.

Jamie(Picado):Pero siempre haterminado volviendo a

casa sin blanca, ¿no? Y,además, ¿qué ha sacadocon tanto andar por ahí?Piénsalo bien.(Se callaavergonzado.)¡Diosmío!¡Qué cosas me hacesdecir! No era miintención…

TYRONE(Ignorándolo):Enelperiódicolehanidobastante bien las cosas.Yoesperabaque,por fin,

diera con algo que legustase.

Jamie(Otravezmolesto):¡Es un periodicucho demalamuerte!Tediganloque te digan, yo sé que,como periodista, es unamierda. Si no fueraporque es hijo tuyo…(Avergonzado, calla denuevo.) ¡Tampoco esverdad! Todos están

encantadosdetenerloconellos, pero lo mejor queescribe,nolohaceparaelperiódico. Ha escritoalgunas parodias y unospoemas que sonestupendos.(De malagana.) Aunque para loque le van a servir…(Precipitadamente.) Perohaempezadobien…

TYRONE:

Sí, no lo ha hecho mal.Tú siempredecías que tehabría gustado dedicarteal periodismo, pero noestabas dispuesto aempezar desde abajo.Esperabasque…

Jamie:¡PoramordeDios,papá!¿Es que no puedesdejarmeenpaz?

TYRONE(Lemirafijamente,luego retira la mirada.Pausa):¡Esuna lástimaquehayaido a ponerse maloprecisamente ahora! Nopodría haber encontradopeor momento.(Incapazde ocultar sudesasosiego, añade.) Nipara tu madre. Es unapena que todo esto la

intranquilice tantoprecisamente en unmomentoenquenecesitano tener preocupaciones.Ha estado tan bienduranteestosdosúltimosmeses.Desdequevolvió.(Selequiebralavoz.)Yome sentía en el paraíso.Esta casa había vuelto aser un hogar. Pero nohace falta que te lo diga,

Jamie.

(Por vez primera, su hijo lemira con simpatía, como si,repentinamente, se vieranunidos por un lazo queanularasuantagonismo.)

Jamie(Casisuavemente):A mí me pasaba igual,papá.

TYRONE:Sí. Esta vez da la

impresión de que seencuentra fuertey segurade sí misma. Parece otrapersona. Tiene controlsobre sus nervios —porlo menos lo tenía hastaque Edmund cayóenfermo—.Ahorasenotaque está preocupada ytensa. Ojalá pudiéramosocultarle la verdad, pero,si hay que enviar a

Edmund a un sanatorio,va a ser imposible. Lopeor de todo es que supadre murió detuberculosis. Ella leadoraba y nunca hapodido olvidarlo. Sí. Levaaresultardifícil.¡Perolo conseguirá! ¡Ahoratiene fuerza de voluntad!Tenemos que ayudarla,Jamie. Todo lo que

podamos.

Jamie(Afectado):Claro que sí, papá.(Dubitativo.)Aunqueestáalgo nerviosa, estamañana parece que tienemuybuenaspecto.

TYRONE(Seguro de lo quedice):Nunca ha estado mejor.Estádemuybuenhumor.(De repente frunce el

ceño y mira a Jamieasaltado por la duda.)¿Por qué dices que«parece» que tiene buenaspecto? ¿Por qué razónno iba a tenerlo? ¿Quédemonios estásinsinuando?

Jamie:No te pongas nervioso.¡Por Dios, papá,deberíamos poder hablar

deestosinpelearnos!

TYRONE:Losiento,Jamie.(Tenso.)Pero,dime…

Jamie:Nohaynadaquedecir.Alomejor no tengo razón,pero es que anoche…Bueno, ya sabes lo quepasa,nopuedoolvidarmedel pasado, no puedo

evitar ciertas sospechas.A ti te pasa lo mismo.(Con amargura.) Eso eslomalo.Ymamálopasamal porque se da cuentade que no le quitamos lavistadeencima.

TYRONE(Contristeza):Ya lo sé. (Tenso.)Bueno,¿quémeibasadecir?¿Tehasquedadomudo?

Jamie:Nada.Yatedigoquealomejorson tonteríasmías.Me desperté a eso de lastresy laoíqueestabaenel cuarto de huéspedes.Luego fue al cuarto debaño. Me hice eldormido. Al llegar aldescansillo se quedóquieta, como si quisieraasegurarse de que todos

dormíamos.

TYRONE(Forzando unasonrisa):¡Por amor deDios! ¿Esoestodo?Mehadichoquela sirena del faro no ladejó dormir en toda lanoche. Además, desdeque Edmund se pusoenfermo, se pasa lasnocheslevantándosecadados por tres para ver

cómoseencuentra.

Jamie(Conpresteza):Sí, es verdad. Se quedóescuchando en la puertadesucuarto.(Denuevoleasalta la duda.) Lo queme preocupa es queestuviera en el cuarto delos huéspedes. No pudeevitarpensarquepasaallílasnochescuando…

TYRONE:¡Peronoeselcasoahora!Tenía sus razones.¿Dónde iba a ir para nooírme roncar?(Se dejallevar por la ira y elrencor.) ¡Dios mío!¿Cómo puedes vivir conunamente tan sucia? Noloentiendo.

Jamie(Ofendido):

¡No empieces otra vez!Acabo de decirte queseguramente estabaequivocado.¿Esquenotedas cuenta de que mealegraría tanto como túdenotenerrazón?

TYRONE(Conciliador):Ya sé que es así, Jamie.(Pausa. Su expresión setorna sombría. Hablalentamente, expresando

un supersticioso temor.)Sería como unamaldiciónquenopudierasobreponerse a laspreocupaciones que lecausa Edmund. Durantela larga enfermedad quepadeciócuandolotrajoalmundoempezóa…

Jamie:¡Noempezóporsugusto!

TYRONE:—Nolaculpo,Jamie.

Jamie(Mordaz):¿A quién culpas,entonces? ¿A Edmundporhabernacido?

TYRONE:¡Imbécil! Nadie tuvo laculpa.

Jamie:¿Cómo que no?La culpa

fuede aquelhijodeputadelmédico.Segúnmamá,era otromatasanos comoHardy.Claro,¿cómoibastúallamaraunbuen…?

TYRONE:¡Mientes!(Furioso.) ¡Asíque yo tengo la culpa!Eso es lo que quieresdecir ¿no? ¡Mal hijo!¡Inútil!

Jamie(Leindicaconungestoquesumadreseaproximaalsalón):¡Shhh!

(TYRONE se levantarápidamenteysedirigehaciala ventana de la derecha.Jamie continúa hablando enuntonototalmentedistinto.)

Jamie:Bueno, si hay que podar

elsetodelaentrada,másvalequeempecemos.

(MARY entra por la puertadel saloncito. Mira a ambosrápidamente, como sisospechara algo, con airenervioso.)

T Y R O N E(Se vuelvesimulandocordialidad):Sí, vamos. Hace unamañana demasiado

hermosa paradesperdiciarladiscutiendo aquí dentro.Mira, MARY, ya no haynieblaenelpuerto.Sehalevantado.

M A R Y(Aproximándose aél):Eso espero, querido.(AJamie, forzando unasonrisa.) ¿Te he oídodecir que vais a podar el

setodelaentrada,Jamie?¡No lo puedo creer!¡Debes necesitar dineroconmuchaurgencia!

Jamie(Enbroma):¿Y cuándo no?(Le guiñaun ojo mientras dirige asu padre una miradaburlona.) ¡Espero cobrarel sábado un buen jornalpara poder irme dejuerga!

MARY(Nolesiguelabroma.Se arregla nerviosa elvestido):¿Por qué estabaisdiscutiendo?

J a m i e(Se encoge dehombros):Porlomismodesiempre.

MARY:Me ha parecido escucharalgo de unmédico y quetu padre te acusaba de

tenerunamentesucia.

Jamie(Conpresteza):¡Ah, eso! Pues estabadiciendo que el doctorHardy no es lo que yoconsideraría el mejormédicodelmundo.

MARY(Sabe que miente.Vagamente:)Oh, no. Yo tampoco lodiría.(Cambia de tema yfuerzauna sonrisa.) ¡Esa

Bridget! Creí que nuncaibaadejarmeenpaz.Meha estado contando lavida y milagros de unprimo segundo suyo, éseque es policía en SanL u i s .(Nerviosa eirritada.) Bueno, si ibaisa podar el seto, ¿por quéno os vais?(Rápidamente.) Quierodecir que deberíais

aprovechar que ahorahace sol, porque luegovolverá a caer la niebla.(Para sí.) Seguro quecaerá la niebla.(Derepente se da cuenta deque ambos la estánmirando fijamente y semira las manos.) Meduelen tanto las manosquecontodaseguridadséque esta tarde volverá a

caer la niebla. El reumapredice el tiempomuchomejor que tú, James.(Secontempla lasmanos conuna mezcla de asco yfascinación.) ¡Uf! ¡Sonhorribles! Nadie creeríalo hermosas que eranantes.(Ambos la miranconcrecientetemor.)

TYRONE(Letomalasmanosylasapartadesuvista):

Vamos, vamos, MARY.Deja de decir tonterías.Sonlasmanosmásbellasdelmundo.

(Ella sonríe con el rostroalegre y le besa agradecida.TYRONE se vuelve hacia suhijo.)

TYRONE:Vamos, Jamie. Tumadretiene razón en reñirnos.

Hay que ponerse atrabajar. Además, coneste sol, podrás quitarteparte de los kilos que tehas echado encima contantobeber.

(Abre la puerta y sale alporche desapareciendoescaleras abajo. Jamie selevanta,sequita lachaquetay se dirige hacia la puerta.

Una vez allí, se vuelveintentando evitar la miradade su madre, pero ellatampocolemira.)

Jamie(Conextrañaternura):Todosestamosorgullososde ti, mamá. Estamosmuy contentos.(Ella sequeda rígida y le miraasustada y a ladefensiva.) Pero todavíahas te tener cuidado. No

debes preocuparte tantopor Edmund. Ya veráscomoseponebien.

MARY(Lemiraresentida):¡Claro que se pondrábien!Nosédeque tengoquetenercuidado.

Jamie(Desairadoydolido,seencogedehombros):Vale, mamá. Sientohaberlodicho.

(Sale al porche.Ella espera,rígida,hastaquedesaparecepor la escalera. Entonces sedeja caer en la silla que élhabía ocupado. Su rostroevidencia una sordadesesperarían, mientras quesus manos jugueteannerviosamente con losobjetos que hay sobre lamesa. Edmund baja por la

escalera que conduce a laentrada principal. Al llegaral final sufre un ataque detos.Ellaseponerápidamenteen pie, como si quisieraescapar de lo que acaba deoír,ysedirigeconprestezaala ventana de la derecha.Cuando Edmund entra, ellaestámirandopor laventana,aparentemente serena. Traeun libro en la mano. MARY

se vuelve hacia él; en suslabios se dibuja una sonrisamaternal.)

MARY:Vaya, estás aquí. Iba abuscarte.

Edmund:Estabaesperandoaquesemarcharan. No tengoganas de discutir. Meencuentrofatal.

MARY(Casidemalhumor):Bueno,noestarástanmalcomo dices. Eres comoun niño. Te gustatenernos a todospendientes de ti.(Conpresteza.) Es una broma,cariño. Ya supongo loincómodo que debesestar.Perohoy te sientesmejor, ¿verdad?(Preocupada le toma del

brazo.) De cualquierforma, te estás quedandomuy delgado. Tienes quehacer reposo. Siéntate yte pondré cómodo.(Sesienta en la mecedora yellaleponeuncojínenlaespalda.)Así.¿Quétal?

Edmund:Estupendo. Gracias,mamá.

MARY(Lebesadulcemente):Loquenecesitasesquetecuide tu madre. A pesarde lograndequeeres,yasabes que todavía siguessiendomibebé.

Edmund(Latomadelamano.Serio):No te preocupes por mí.Tienes que cuidarte. Esoesloqueimporta.

MARY(Evitando mirarle alosojos):Pero si ya me cuido,c a r i ñ o .(Fuerza unasonrisa.) ¿Es que no veslo gorda que me hepuesto? Voy a tener quesacarme todos losvestidos.

(Se da la vuelta y se dirigehacia la ventana de la

derecha. Intenta hablar entonoligeroydivertido.)

MARY:Yahanempezadoapodarelseto. ¡PobreJamie!Lopocoquelegustatrabajaren la parte delantera deljardín porque le ve lagente que pasa por lacarretera… Ahí van losChatfieldensuMercedesnuevo. Es bonito

¿verdad? No comonuestro Packard desegunda mano. ¡PobreJamie! Se ha agachadodetrás del seto para queno levean.Hansaludadoa tu padre y él les hadevuelto el saludo comosi estuviera en unescenario. ¡Con ese trajeviejo y asqueroso quetantas veces he intentado

tirar a la basura!(Sepercibe en su voz ciertaamargura.) La verdad esque si tuviera un pocomás de amor propio, nosepondríaenridículo.

Edmund:Yocreoquehacebien alno dar importancia a loque diga la gente. Jamiees idiota poravergonzarse ante los

Chatfield. ¡Si nadie losconoce fuera de estepoblacho!

MARY(Satisfecha):Es verdad, Edmund.Tienes razón. No sonnadie fuera de aquí.Jamieesbobo.(Haceunapausaycontinúamirandopor la ventana.Nostálgica.) De todasformas,losChatfieldyla

gente de su clasesignifican algo. Tienencasas bonitas y bienpuestas. No tienen queavergonzarse de ellasantelosdemás.Recibenasusamigos,quienes,asuvez, los invitan a ellos.No viven aislados de losdemás.(Sevuelve.)Noesque quiera formar partede esa gente. Ya sabes

que nunca me hangustadoni este pueblonisus habitantes. Paraempezar, nunca hequeridoviviraquí,peroatu padre le gustaba estesitio y se empeñó enhacerseunacasa.Asíque,desdeentonces,hetenidoque volver todos losveranos.

Edmund:

Bueno.Estoesmejorquepasarse el veranometidoen un hotel de NuevaYork¿no?Yelpueblonoestá tan mal. A mí megusta. Supongo queporque es el único hogarquehetenido.

MARY:Yo nunca lo heconsiderado mi hogar.Desde el principio todo

estuvo mal. Tu padre noquería gastarse el dineronecesario para que lascosas quedaran bien, asíque nada es de buenacalidad. Por eso notenemosamigosaquí.Medaría vergüenza queentraran por esa puerta.Perotupadretampocohaqueridohaceramigos.Nole gusta hacer visitas ni

recibir,sinoirsealCluboacharlarenunbar.ComohacéisJamieytú,perolaculpa no es vuestra. Nohabéis tenido ocasión deconocer a personaspresentables.Sihubieraispodido salir con chicasdecentesenlugarde…nohabríais llevado esa vidaque os ha hecho caer endesgracia.Ahoraninguna

familia respetable ospermitiría salir con sushijas.

Edmund(Irritado):¡Oh, mamá, olvídalo!¿Quémásda?Jamieyyonos moriríamos deaburrimiento con unachicadeésas.YparaquévamosahablardelViejo.Noselepuedecambiar.

MARY(Mecánicamente):No llamesasía tupadre.Deberías ser másr e s p e t u o s o .(Condesgana.) Ya sé quehablar no sirve de nada.Pero algunas veces mesiento tan sola…(Letiemblan los labios yvuelvelamirada.)

Edmund:

Tienes que ser justa,mamá. A lo mejor laculpa fue suya alprincipio, pero ya sabesque luego, aunquehubiese querido él, nohabrías podido recibirv i s i t a s …(Culpable,intentaarreglarlo.)Vaya,que no te habríaapetecido.

MARY(Albordedelllanto):

Cállate.Nohacefaltaquemelorecuerdes.

Edmund:Por favor, no lo tomesasí, mamá. Estoyintentando ayudarte. Noestá bien olvidar todo,hay que recordar ciertascosas. Así siempreestarásalerta.Yasabesloque te ha ocurrido otrasveces.(Angustiado.) ¡Por

Dios, mamá! Tú sabesque no me gustarecordártelo. Si lo hagoahora es porque ha sidotan maravilloso tenerteotra vez en casa, que teencuentres tan bien…Seríaterribleque…

MARY(Conmovida):Por favor, cariño, ya séquelohacesconlamejorintención, pero…(Suvoz

sellenadeinquietud.)Noveo por qué has de deciresas cosas. ¿Qué te pasaestamañana?

Edmund(Evasivo):Nada.Supongoque al noencontrarme bien, estoyunpocotriste.

MARY:Nomemientas.¿Porquéestás tan suspicaz de

repente?

Edmund:¿Yo?

MARY:Sí, tú. Y tu padre. YJamie también.EspecialmenteJamie.

Edmund:Bueno, mamá, noempieces a imaginartecosas.

MARY(Agitandolasmanos):Vivir en este ambientelleno de constantessospechas, me hace lascosas mucho másdifíciles. Todos estáis alacechoyningunoosfiáisde mí. No tenéisconfianza.

Edmund:Nodigastonterías.¡Claro

quetenemosconfianzaenti!

MARY:Si pudiera ir a pasar eldía a algún sitio…Aunque sólo fuera unatarde…Si,por lomenos,tuviera algunaamigaconquien charlar, aunquefuera de cosas sinimportancia, de nadaserio…Poderolvidarpor

unas horas… Poderhablarconalguienquenoseanlascriadas…NoconesaidiotadeCathleen.

E dm u n d(Preocupado, seponeenpieylarodeaconunbrazo):Bastaya,mamá.Teestásangustiandosinrazón.

MARY:Tu padre se marcha porahí con sus amigos. Al

clubounbar.Y Jamieytútambiénosvais.Tenéisvuestros amigos. Pero yome quedo sola. Siempreheestadosola.

E d m u n d(Intentandoconsolarla):Vamos,vamos.Sabesqueno es así. Siempre nosquedamos alguno parahacerte compañía osalimoscontigoadaruna

vueltaenelcoche.

MARY(Conamargura):¡Porque no os atrevéis adejarme sola!(Se vuelvehada él.) Insisto en queme digas por qué estástan raro esta mañana.¿Por qué me has tenidoquerecordarque…?

Edmund(Tras vacilar uninstante, dice con aireculpable):

A lo mejor es unatontería, pero anochecuando entraste en mihabitación no estabadormido.Novolvisteatucuartoconpapá.Tefuistea la habitación de loshuéspedes y pasaste allítodalanoche.

MARY:¡Porque los ronquidos detu padre me estaban

volviendo loca! ¡PoramordeDios! ¿Acaso esla primera vez que mevoyadormiralcuartodelos huéspedes?(Conamargura.)Yaveoloquehas creído… Eso eracuando…

E d m u n d(Excesivamentevehemente):¡Nohecreídonada!

MARY:

¡Así que te hiciste eldormidoparaespiarme!

Edmund:No. Me hice el dormidoporque sabía que, si tedabascuentadequeteníafiebreynopodíadormir,teibasapreocupar.

MARY:Seguro que Jamietambién se hizo el

dormido.Ytupadre…

Edmund:¡Yaestábien,mamá!

MARY:¡Oh, Edmund, no puedosoportarquehastatú…!

(Empieza a atusarse el pelocon las manos de la formanerviosa y distraída quesuele adoptar. De repenteparece que quisiera

vengarse.)

MARY:¡Osestaríabienempleadoquefueraverdad!

Edmund:¡Nodigaseso,mamá!Esloquedicescuando…

MARY:¡Deja yade sospechar demí! ¡Cariño, por favor!¡Me haces daño! Si no

podía dormir, era porquenodejabadepensarenti.¡Por eso! Estoy muypreocupada por ti desdeque caíste enfermo.(Leabraza con ternura.Asustada.)

Edmund(Tranquilizador):Eso son bobadas. Sabesquesólotengouncatarro.

MARY:

Sí.Claro.

Edmund:Pero, escucha, mamá.Quiero que me prometasque no vas a preocuparteaunque tenga algo másgrave. Antes o despuésacabaré por ponermebien.Y que vas a seguircuidándote.

MARY(Asustada):

No me gusta que digastonterías. ¿Cómo ibas ateneralgomásgrave?¡Yclaro que te lo prometo!Palabra de honor.(Amargamente.) Vas adecir que he dado tantasveces mi palabra yluego…

Edmund:¡No!

M A R Y(Su amargura seconvierteenimpotencia):No te culpo de nadacariño. ¿Cómo ibas apoder evitarlo? Nopodemosolvidarque…

Edmund(La toma por loshombros):¡Mamá!¡Yaestábien!

MARY(Con una sonrisaforzada):Bueno, cariño, no quería

ponermetantriste.Nomehagascaso.Aver,vamosaversitienesfiebre.No.Tienes la frente fría.Desde luego, ahora notienes.

Edmund:¿Olvidar?Erestúquien…

MARY:Pero si yo me encuentromuy bien, cariño.(Le

mira calculadora, casicon astucia, de formaextraña.) Un pococansada y nerviosadespuésdepasartanmalanoche. La verdad es quemevendríabienecharmeun rato hasta la hora decomer.

(Edmund la mirainstintivamente como si

sospechara algo. Luegoaparta la miradaavergonzado. Ella continúaapresuradamente.)

MARY:¿Qué vas a hacer tú?¿Leer? Te sentaría bientomar el aire. Pero, sisales, no te acalores.Llévateunsombreroparaelsol.

(Se detiene y le mirafijamente.Élevitasumirada.Hay una pausa tensa. Luegoelladiceburlona.)

MARY:¿Oesquenoteatrevesadejarmesola?

Edmund(Atormentado):¡No! ¿Quieres hacer elfavor de no decir esascosas?Creo que deberías

acostarte un rato.(Seencaminahacialapuerta.Forzando un tono debroma.) Voy a echar unamano a Jamie. Meencanta estar tumbado ala sombra viéndoletrabajar.

(Suelta una carcajadafornidayellaleimita.Luegosale al porche y desaparece

escaleras abajo. MARYmuestra una primerareacción de alivio y parecerelajarse. Se deja caer enuno de los sillones demimbre,echalacabezahaciaatrásycierralosojos.Pero,súbitamente, vuelve aponerse en tensión. Abre losojos y mira a su alrededordominadaporelpánicoylosnervios. Comienza una

desesperada batalla consigomisma. Sus largos dedos,retorcidos por el reúma,tamborileansobrelosbrazosdelsillón,comosiestuvierandotados de movimiento,independientes de suvoluntad.)

SEGUNDOACTO

PRIMERAESCENA

Escena La misma. Sonalrededor de la una menoscuarto.Elsolyanoentraenla habitación por lasventanasdeladerecha.Enelexterior el día es todavíabueno, pero bochornoso,

mientras que una ligeraneblinasuavizalosrayosdelsol. Edmund está sentado enel sillón situado a laizquierdadelamesaleyendoun libro. Más bien estáintentando concentrarse enla lectura, pero no loconsigue.Dalaimpresióndeestarescuchandoalgúnruidoprocedentedelpisosuperior.Parece más nervioso y tiene

peor aspecto que en el actoanterior.

Cathleen entra procedentedel saloncito. Lleva unabandeja con una botella dewhisky, varios vasos altos yuna jarradeaguaconhielo.Es una rolliza campesinairlandesadeunosveinteañosde rostro sonrosado yagradable,pelonegroyojos

azules (simpática, ignorante,desmañada y estúpida).Coloca la bandeja sobre lamesa. Edmund finge estartotalmente absorbido en lalectura y no le prestaatención,peroellaloignora.

Cathleen(Confamiliaridadydesparpajo):Aquí está el whisky. Yaes casi lahorade comer.¿Llamo a su padre y al

señorito Jamie o lesllamausted?

Edmund(Sinapartar lavistadellibro):Llámalostú.

Cathleen:Yapodría supadremirardevezencuandoelreloj.Siempreselasapañaparaque comamos tarde, yentoncesBridgetmeponeverde,comosiyotuviera

la culpa. Pero es unhombre muy guapoaunque ya sea viejo.Usted nunca será tanguapo, ni tampoco elseñorito Jamie.(Sueltauna risita.) ¡Pero lo quees al señorito Jamie, nose le pasaría la hora detomarse un trago situvierareloj!

Edmund(Deja de intentar

ignorarla y le hace unamueca):¡Miraquélista!

Cathleen:¿Esquesecreeustedquesoy tonta? Pues mire, loque usted quiere es quevaya a avisarles parapoder tomarse un tragopor su cuenta antes dequevengan.

Edmund:

Mira, pues no se mehabíaocurrido…

Cathleen:¡Claro, cómo se le iba aocurrir a usted una cosaasí!

Edmund:Peroahoraquelodices…

C a t h l e e n(Repentinamenteadoptaunairevirtuoso):Jamás sugeriría a ningún

hombre ni a ningunamujer que probasen unasola gota de alcohol,señoritoEdmund.De esose murió un tío mío enI r l anda .(Echa marchaatrás.) Claro, que unagotadevezencuando,nohace mal a nadie. Sobretodocuandoestástristeotienesuncatarro.

Edmund:

Gracias por la excusa.(Con forzadaindiferencia.) Más valeque también llames amimadre.

Cathleen:¿Por qué? Siempre espuntual. No hace faltaavisarla. Que Dios labendiga por lo bien queseportaconloscriados.

Edmund:Estádormida.

Cathleen:Pues cuando terminé dearreglar el piso de arribano lo estaba. Estabaechada en la cama delcuarto de los huéspedesconlosojosbienabiertos.Me dijo que le dolíamucholacabeza.

Edmund(Su indiferencia estodavíamásforzada):Bueno, pues entoncesavisaamipadre.

Cathleen(Se dirige hacia lapuerta, refunfuñando, perosinperdersubuenhumor):Noesdeextrañarqueporlasnochesunaacabeconlospieshechospolvo.Nopienso salir con este sol.A ver si me da una

insolación. Les llamarédesdeelporche.

(Sale al porche dejando quela puerta se cierre de golpetras ella. Un momentodespuésselaoyegritar.)

Cathleen:¡Señor TYRONE!¡Señorito Jamie! ¡Ya eslahora!

(Edmundquehapermanecido

con la mirada fija yatemorizada, se olvida dellibro y se pone en pie de unsalto.)

Edmund:¡Diosmío!

(Tomalabotellaysesirveunwhisky,leañadeaguaybebe.Alhacerlooyequealguienseaproxima por la puertaprincipal. Apresuradamente

deja el vaso en la bandeja yvuelve a sentarse, abriendoel libro. Jamie entra por elsalón, con la chaqueta albrazo.Sehaquitadoelcuellode la camisa y la corbata ylos llevaenlamano.Conunpañueloselimpiaelsudordela frente. Edmund le miracomo si acabase deinterrumpir su lectura ysonríeconcinismo.)

Jamie:¿Con queaprovechándote, eh? Nodisimules, chico. Erespeoractorqueyo.

Edmund(Haceunamueca):Sí, me he tomado untrago.

J a m i e(Afectuosamente lepone una mano en elhombro):Así estámejor. ¿Por qué

querías engañarme?Somosamigos,¿no?

Edmund:No sabía si eras tú quienvenía.

Jamie:Obligué al viejo a mirarelreloj.Cuandoyoestabaa mitad de camino,Cathleen empezó a darvoces. ¡Nuestra alondra

irlandesa! ¡Debería serpregonera!

Edmund:Por eso me puse unacopa. ¿Por qué no haceslo mismo ahora quepuedes?

Jamie:Eso mismo estabapensando.(Se dirige conrapidezalaventanadela

derecha.) El viejo estabacharlando con el capitánTurner. Todavía sigue.(Regresay se toma unacopa.) Ahora hay queocultárselo a Ojo deÁguila. Cada vez que setoma una copa se fija enel nivel del whisky quequedaenlabotella.

(Llenaelvasocontantaagua

como whisky han bebido, laechadentrodelabotellaylaagita.)

Jamie:Yaestá. (LlenaelvasodeaguaylocolocasobrelamesaalladodeEdmund.)Yaquíestátuagua.

Edmund:¡Estupendo! Pero nopensarás que vas a

engañarle.

Jamie:Alomejorno leengaño,pero no tendrá pruebas.(Se pone el cuello de lacamisa y la corbata.)Esperemos que no se leolvide que es la hora decomer con tantoescucharse a sí mismo.Estoymuerto de hambre.(Sesientaalotroladode

la mesa frente aEdmund.) Eso es lo quemefastidiadetrabajarenla parte de la carretera.Cadavezquepasaalgunodeesosimbécileshaceunnumerito.

Edmund(Contristeza):Tienes suerte al tenerhambre. Tal como mesiento, me importa unrábanonovolveracomer

enmivida.

Jamie(Lemirapreocupado):Mira, chico, ya meconoces. Nunca te heechado sermones,peroeldoctor Hardy tenía razóncuando te advirtió quedejarasdebeber.

Edmund:Lovoyadejar en cuantome dé esta tarde las

malas noticias. Que metome ahora un par decopasvaadarigual.

Jamie(Dubitativo):Me alegro de que estéspreparado para oír malasnoticias. No lo pasarástanmal.(Sedacuentadeque Edmund le estámirando fijamente.)Bueno, lo que quierodecir es que, bueno, que

no estás bien y que conengañarte a ti mismo noibasaconseguirnada.

Edmund(Incómodo):No me engaño.Demasiadobienséquelomal que me siento y lafiebre y los escalofríosquetengoporlanochenoson ninguna broma.Creoque lo último que mediagnosticó el doctor

Hardy era cierto. Debeser otra vez la dichosamalaria.

Jamie:Alomejor.Peronoestéstanseguro.

Edmund:¿Por qué? ¿Tú crees quepuedeser?

Jamie:¿Cómo cono lo voy a

saber?Yonosoymédico.(Bruscamente.) ¿Dóndeestámamá?

Edmund:Arriba.

J a m i e(Le mirainquisitivamente):¿Cuándosubió?

Edmund:Cuandoyomeacerquéalseto, más o menos. Dijo

queibaaecharseunrato.

Jamie:Nomedijisteque…

Edmund(Aladefensiva):¿Por qué tenía quehacerlo? ¿Qué pasa?Estaba cansada. Anochecasinodurmió.

Jamie:Ya lo sé. (Pausa. Loshermanos evitan

mirarse.)

Edmund:Esa maldita sirena delfaro tampoco me dejódormir a mí.(Otrapausa.)

Jamie:O sea que ha estadoarribatodalamañanaellasola.¿Hassubidoaverla?

Edmund:

No. He estado leyendo.Queríadejarladormir.

Jamie:¿Vaabajaracomer?

Edmund:Claro.

Jamie(Secamente):Noloveo tanclaro.A lomejor no le apetececomer. Ya sabes quealgunas veces ha

empezado a comer solaenelpisodearribay…

E d m u n d(Asustado yresentido):¡Vale ya, Jamie! ¿Esqueno se te ocurren másq u e … ?(Intentandoconvencerle.) No tienespor qué sospechar nada.Cathleen acaba de verla.Mamá no le dijo que nopensasebajaracomer.

Jamie:¿Entonces no estabadormida?

Edmund:En aquel momento no,peroestabaechada,segúnCathleen.

Jamie:¿En el cuarto de loshuéspedes?

Edmund:

Sí.¿Yqué?

Jamie(Estalla):¡Imbécil! ¿Cómo la hasdejadosolatantotiempo?¿Porquénohas subidoaverquéhacía?

Edmund:Porquemehaacusado—yatiyapapá—deestarespiándola y de nofiarnos de ella. Me hizo

sentirme avergonzado.¿Te imaginas cómo sedebe sentir? Me dio supalabra de honor deque…

Jamie(Hastiado):Deberíassaberqueesodaigual.

Edmund:¡Estavezno!

Jamie:

Eso es lo que hemoscreído otras veces.(Seinclina y a través de lamesa aprieta con afectoel brazo de su hermano.)Mira, chico, ya sé quecrees que soy un hijo deputayuncínico,peronoolvides que he vistomáscosas que tú. Hasta queempezaste el bachilleratono te enteraste de lo que

pasaba. Papá y yohicimos todo lo posiblepara que no lo supieras.Pero diez años antes dequetelodijéramosyoyalosabía.Laconozcomuybien y llevo toda lamañana pensando en loque anoche hizo cuandocreyó que estábamosdormidos. No me lo hepodido quitar de la

cabeza.Yahoramedicestúqueselashaarregladopara que la dejases solatodalamañana.

Edmund:¡Nomedijonada! ¡Estásloco!

Jamie(Contemporizador):¡Vale, chico! No teenfades conmigo. Esperoque, como tú dices, sean

locuras mías. Estaba tancontento pensando queesta vez…(Sedetiene.Atravésdelsalóndirige lamiradaharíaelvestíbulo.Baja la vozapresuradamente.) Estábajando. Has ganado.Supongo que soy undesconfiadodemierda.

(Los dos están tensos y a la

expectativa.Jamiediceentredientes.)

Jamie:¡Vaya! ¡Debería habermetomadootracopa!

Edmund:Yotambién.

(Carraspea nervioso, lo quele provoca un verdaderoataque de tos. Jamie lemirapreocupado. MARY entra al

salón principal. Al principiono se le nota nada extraño,exceptoquequizáestámenosnerviosa,más omenos igualqueantesdeldesayuno,peroluegosepercibequetienelosojos más brillantes y quetanto en su voz como en susmovimientos hay un extrañodespego,comosisuspropiaspalabras y actos no leperteneciesen.)

MARY(Sedirigepreocupadaharía Edmund le pasa unbrazoporloshombros):No debes toser. Es malopara la garganta. Noquerrás que, además delcatarro,seteirrite.

(Lebesa.Éldejadetoserylamira con aprensión, pero apesar de sus sospechas, suternura le hace olvidarlas ysólocreeloquequierecreer

en este momento. Por otrolado,Jamiesedacuenta,trasuna escrutadora mirada, deque sus sospechas sonciertas. Se pone a mirar alsueloysurostromuestraunaexpresión de agrio cinismo.MARY continúa, sentada enel brazo del sofá donde estáEdmund, con el brazo sobresushombros,detalmodoquesu rostro se encuentra por

encimadelsuyoyélnopuedeverla.)

MARY:Parece que la he tomadocontigo con tanto decirteno hagas esto ni aquello.Perdona, cariño. Es quequierocuidarte.

Edmund:Ya lo sé, mamá. ¿Y tú?¿Hasdescansado?

MARY:Sí. Estoy mucho mejor.He estado echada desdeque saliste.Es loque, deverdad, me hacía faltadespués de haber pasadosemejante noche. Ya noestoynerviosa.

Edmund:Estupendo.

(Ella le da unos golpecitos

con la mano en el hombro,Jamie le mira deformaextraña, casi con desprecio,preguntándosesisuhermanorealmente siente loquedice.Edmund no lo nota, pero sumadresí.)

MARY(En un forzado tonodebroma):¡Dios mío, Jamie!Pareces preocupadísimo.¿Quétepasaahora?

Jamie(Sinmirarla):Nada.

MARY:¡Huy! Se me habíaolvidado que has estadopodando el seto de lacarretera.Esoesloqueteha puesto de mal humor¿eh?

Jamie:Sitúlodices,mamá…

MARY(Enelmismotono):Bueno, siempre te pasaigual,¿no?¡Eresuncrío!¿Verdad,Edmund?

Edmund:Esidiotaporpreocuparsedeloquedigalagente.

MARY(Deformaextraña):Sí.Loquehayquehaceres olvidarse de ellos.(SedacuentadequeJamiela

está mirando conamargura y cambia detema.) ¿Dónde estávuestropadre?Heoído aCathleenquelellamaba.

Edmund:Según Jamie, de charlacon el capitán Turner;como siempre, llegarátarde.

(Jamieselevantayseacerca

a la ventana de la derecha,aliviado por poder darles laespalda.)

MARY:Le he dicho mil veces aCathleen que vaya abuscarlodondeestéyquese lodigaallí. ¡Miraqueponerseadarvocescomosiestofueraunataberna!

J a m i e(Mirando por laventana):

Allí está.(Burlón.)¡Debería ser másrespetuosa y nointerrumpir a lafamosísimaVoz!

M A R Y(Con presteza ydejándose llevar por elresentimiento):¡Tú sí que deberías tenermás respeto! ¡Deja deburlarte de tu padre! ¡Nolo permitiré! ¡Deberías

estar orgulloso de ser suhijo! Como todo elmundo, tiene susdefectos. ¡Pero gracias asu propio trabajo halogrado salir de lamiseriaydelaignoranciay llegar a la cima dentrodesuprofesión!Todosleadmiranytúdeberíasserel último en burlarse deél. ¡Tú, que, gracias a tu

padre, nunca has tenidoque matarte a trabajar!(Jamie, molesto, se havueltoamirarlaacusadoryllenodeanimadversión.Ellapestañeasintiéndoseculpable y continúa entono más suave.)Recuerdaque tupadre seestá haciendo viejo,Jamie. Deberías tenermásconsideración.

Jamie:¿Yo?

Edmund(Intranquilo):¡Déjalo Jamie!(Jamie seponeamirarotravezporla ventana.) Mamá, poramordeDios,¿porquétemetesconJamie?

MARY(Enfadada):Porquesiempre tienequeestar burlándose dealguien, siempre tiene

que sacar a relucir losdefectos de los demás.(Abruptamentecambiadetono hablando de formaimpersonalcondespego.)Aunque supongo que lavidalehahechoasíyqueno puede evitarlo. Nadiepuede pasar por alto loque le hace la vida. Lascosas suceden sin que tedes cuenta y luego se

interponen entre lo queeres y lo que te gustaríaser hasta que acabas pornosertúmismo.

(Edmund siente ciertaaprensión ante las palabrasde sumadre. Intentamirarlaalosojos,peroellaapartalamirada. Jamie se vuelvehacia ella y rápidamentevuelve a mirar por la

ventana.)

Jamíe(Fríamente):Tengo hambre. ¡A ver sielviejosedecideavenir!Nohayderechoaquenoshaga esperar antes de lascomidasy luegosequejedequetodoestáfrío.

Mary(Con resentimiento, demanera automática ysuperficial):Sí, Jamie, es

desesperante. No teimaginashastaquépunto.No te imaginas loque esintentar llevar una casacon unos criados quesaben que su empleo noes permanente. Losbuenoscriadossevanconlas familias que tienenuna casa durante todo elaño,nosóloenverano.Ytu padre ni siquiera

quiere pagar los sueldosquepidenparaelverano.Así que cada temporadatengo que apañármelasconunaseriedepalurdosidiotas. Pero ya me hasoídoquejarmemilveces.Él también.Pero le entrapor unoídoy le sale porelotro.Dicequegastarsedinero en una casa esdesperdiciarlo.Ha vivido

en hoteles demasiadotiempo. Nunca en losmejores,porsupuesto.Desegunda categoría. Nosabe lo que significatener un hogar. Pero loquiere tener. Hasta estáorgullosodeestacasa.Leencanta venir aquí.(Seríe, un poco triste, perocon cierto humor.) Laverdad es que, si lo

piensas, incluso tienegracia. Es una personarara.

E d m u n d(Intentando denuevomirarlaalosojos):¿Aquévieneeso,mamá?

MARY(Con presteza y sindarle importancia. Le da uncachetitoenlamejilla):Por nada en especial,cariño. Bobadas.(Mientras está hablando,

Cathleen entra por elsaloncito.)

Cathleen(Conligereza):La comida está servida,señora. Fui a avisar alseñor TYRONE, comoustedmeordenó,perohaseguidohablandoconeseseñor, contándole lo quepasócuando…

MARY(Indiferente):

Bien, Cathleen. Dile aBridget que lo siento,pero que tendrá queesperarhastaqueelseñorTYRONEllegue.

(Cathleen murmura «Sí,señora» y sale por elsaloncito, hablando entredientes.)

Jamie:¡Mierda! ¿Por qué no

empezamossinél?Noslohadichootrasveces.

M A R Y(Sonriendoindiferente):Lodicepordecir.¿Esquetodavía no conoces a tupadre? Le molestaríamuchísimo.

Edmund(Se pone en pie,como si hubiese encontradounaexcusaparamarcharse):Voy a decirle que venga.

(Sale por el porche. Unmomentomás tarde se leoye gritar conexasperación.) ¡Papá!¡Ven! ¡Que nos vamos apasareldíaesperándote!

(MARY se ha levantado delbrazo del sillón en queestaba sentada. Sus manostamborilean nerviosas sobrela mesa. Sin mirar a Jamie,

nota su cínica miradadirigida a su rostro y a susmanos.)

MARY(Tensa):¿Quémiras?

Jamie:Ya lo sabes (Se vuelvehacialaventana.)

MARY:Nolosé.

Jamie:

¡Vamos, mamá! ¿Es quecrees que me vas aengañar?Noestoyciego.

M A R Y(Le miradirectamente, con expresióntozuda):Nosédequemehablas.

Jamie:¿No? Pues mírate en elespejo.

Edmund(Entraporelporchedelantero):

Ya viene papá. Estaráaquídentrodeunminuto.(Miraalosdos.Sumadrele evita. Intranquilo.)¿Qué ha pasado? ¿Quépasamamá?

M A R Y(Aliviada por sullegada,sedejallevarporlosnervios):Tu hermano deberíaavergonzarse de símismo. No sé que ha

estadoinsinuando.

Edmund(Se vuelve haciaJamie):¡ Imbéc i l !(Amenazador,daunpasoendirecciónaél.Jamieledalaespaldayseencogedehombros.)

M A R Y(Todavía másalterada,tomaEdmundporelbrazo,excitada):¡Estáte quieto ahoramismo! ¿Me oyes?

¡Cómo te atreves a usarese lenguaje en mipresencia!(Bruscamente,tanto su tono como suactitud se tiñen de laextraña indiferenciaanterior.)Notienesrazónal echar la culpa a tuhermano.Nopuedeevitarser como es. Como lepasaatupadre.Yamí.Yati.

Edmund(Asustado, intentamantenerlaesperanza):¡Miente! ¿Verdad,mamá?

M A R Y(Desviando lamirada):¿En qué miente? Pareceque estás jugando conJamiealosacertijos.(Susojosseencuentranconsumirada acusadora yasustada. Balbucea.)

¡Edmund! ¡No!(Apartala mirada einstantáneamente vuelvea mostrar un extrañodespecho.Concalma.)Tupadre está subiendo lasescalera. Voy a avisar aBridget.

(Sale por el saloncito.Edmund se aproximalentamente a su silla. Tiene

aspecto enfermizo yangustiado.)

Jamie(Desde la ventana sinmoverse):Bueno,¿quéteparece?

Edmund(Se niega a aceptarnada delante de su hermano,mostrando una débilresistencia):¿Quequémeparecequé?Eres un mentiroso.(Jamie vuelve a

encogersedehombros.Seoyecerrarselapuertadelporche. Edmund hablacon frialdad.) Aquí estápapá.Esperoqueserelajeun poco con ayuda de labotella.(TYRONE entradesdeelsalón.Seponelachaqueta.)

TYRONE:Sientohabermeretrasado.ElcapitánTurnersepuso

a hablar y cuandoempieza no hay quien lehagacallar.

J a m i e(Secamente, sinvolverse):Querrás decir que se hapuesto a escuchar.(Supadre le mira condesaprobación.Seacercaalamesaycompruebalacantidad de whisky quehay en la botella. Jamie

lo nota sin volverse.) Note preocupes. No hadisminuido.

TYRONE:No estaba midiéndolo.(Cáusticamente.)Comosieso significara algocuando tú estás cerca.Conozco muy bien lostrucosqueempleas.

Edmund(Hastiado):

¿No has dicho queíbamosatomaruntrago?

T Y R O N E(Frunce elentrecejo):MeparecebienqueJamiese tomeun tragodespuésde haberse pasado lamañana trabajando, perotúno.EldoctorHardy…

Edmund:¡Que se vaya al infiernoel doctor Hardy! No me

voyamorirportomarmeun trago. Lo necesito,papá.

T Y R O N E(Le mirapreocupado y simulacordialidad):Pues venga. Siempre hedicho que un trago debuen whisky conmoderaciónyantesdelascomidas,eslomejorparaabrir el apetito.(Edmund

seponeenpiecuandosupadre le pasa la botella.Se sirve una generosacantidad.TYRONEfrunceel ceño.) He dicho conmoderación.(Sesirveylepasa la botella a Jamie.)La moderación no vacontigo ¿verdad?(Jamiele ignora y se sirve congenerosidad. Su padregruñe entre dientes y,

dándose por venado,adopta su aire cordial yle levanta su vaso.)Bueno,¡saludyfelicidad!(Edmund sonríeamargamente.)

Edmund:¿Estásdebroma?

TYRONE:¿Porqué?

Edmund:

Pornada.(Beben).

T Y R O N E(Percibe elambienteenrarecido):¿Qué ha pasado aquí? Elambiente está tan tensoque se podría cortar conun cuchillo.(Se vuelve aJamieconresentimiento.)Si ya te has tomado tutrago ¿a que viene eseairetantenebroso?

J a m i e(Se encoge de

hombros):Ya lo verás dentro de unrato.

Edmund:Cállate,Jamie.

T Y R O N E(Intranquilo,cambiadetema):Creíquelacomidaestabaservida. ¿Dónde estávuestramadre?

MARY(Regresa desde elsaloncito.Lesllama):

Aquí estoy.(Entra.Aparece excitada ynerviosa. Cuando hablamira a todos ladosexcepto a ellos.) Hetenido que tranquilizar aBridget. Estaba furiosaporque otra vez llegastetarde y no le falta razón.Dice que allá tú si lacomidasepasaporhabertenido que meterla en el

horno .(Cada vez másnerviosa.)¡Estoyhastalacoronilladeintentarvivircomo si esto fuera deverdadunhogar! ¡Nomeayudáis lo más mínimo!¡No hacéis nada! ¡Nosabes cómo comportarteen una casa! ¡Porque noquieres tenerla! ¡Nuncahas querido, ni cuandonos casamos! ¡Deberías

haberte quedado solteroviviendoenhoteluchosdemalamuerteyyéndotedeborrachera con tusamigos!(Comosihablaseconsigo misma, dice deforma extraña.)Y así nohabríapasadonada.

(Se quedan mirándola.TYRONE se da cuenta de loque sucede. Repentinamente

pareceunancianocansadoyamargado.Edmundlemiraypercibe que se ha dadocuenta, pero, aún así, nopuede evitar advertir a sumadre.)

Edmund:¡Mamá!,dejadehablaryvamosacomer.

M A R Y(Inmediatamenteadquiere el aire despegado.Incluso sonríe para sus

adentrosconironía):Sí. No está bien quesaque a relucir el pasadocuando Jamie y tu padretienen hambre.(Le pasael brazo a Edmund porlos hombros.Solícitamente, pero sinabandonar su tonoremoto.) Espero quetengas apetito, cariño.Tienes que comer más.

(Se queda mirando elvaso de whisky que haysobre la mesa a su lado.Conpresteza.)¿Quéhaceesevasoahí?¿Hasestadobebiendo? ¿Cómopuedesestartanloco?¿Esquenosabes que es lo peor quepuedes hacer?(Se vuelvea TYRONE.) Tú tienes laculpa,James.¿Porquéselohaspermitido?¿Esque

quieres matarle? ¿No teacuerdasdemipadre?Noparaba hasta que ya nopodíamás.Decíaque losmédicos son idiotas.Creía que el whisky esbueno para abrir elapetito, como tú.(Susojos adquieren unaexpresión aterrada.Balbucea.)Pero,claro,nohay punto de

comparación. No sé porqué he… Perdóname porhaberte dicho esas cosas,James. Un poquito dewhiskyno le sentarámalaEdmund.Siseleabreelapetito, hasta puede irlebien.

(Da un cachetito en lamejilla a Edmund, hablandocon el mismo despego. El

aparta la cabeza. Ella noparece notarlo, peroinstintivamente se separa deél.)

Jamie:(Bruscamente.Intentaocultarsunerviosismo):¡Por amor de Dios!¡Vamos a comer! Heestado toda la mañanatrabajando. Creo que meloheganado.(Pordetrásde su padre se acerca a

Edmundyletomaporloshombros sin mirar a sumadre.) Vamos allenarnos la barriga,chico.

(Edmund se levanta, sinmirarasumadre.Pasanasulado y se dirigen hacia elsaloncito.)

TYRONE(Hastiado):Sí, muchachos.

Acompañad a vuestramadre. Yo voy ahoramismo.

(Pero ellos no la esperan.Ella les mira dolida y,cuando entran al saloncito,les sigue. TYRONE tiene losojos fijos en ella, triste yacusador.MARYlonotaysevuelveconpresteza,perosinatreverseamirarle.)

MARY:¿Porquémemirasdeesamanera?(Se lleva lasmanos al pelo.) ¿Estoydespeinada? Estaba tancansada por la malanoche que he pasado quemeheechadounrato.Medormíunpoquitoymehasentado muy bien. Peroestoy segura de habermearregladoelpeloantesde

b a j a r .(Forzando unarisita.)Aunque, como esnatural,noencontrabalasg a f a s .(Bruscamente.)¡Deja de mirarme, porfavor! Parece que meacusas de…(En tonopacificador.) ¡James, nocomprendesque…!

TYRONE(Hastiado y conira:)¡Lo que comprendo es

que me he comportadocomounidiotaalconfiarenti!(Seapartadeellayse sirve una generosaracióndewhisky.)

M A R Y(Con gestodesafiante):No sé qué quieres decircon eso de «confiar enmí». Sólo he sentidodesconfianzay sospechaspor tu parte.

(Acusadoramente.) ¿Porqué sigues bebiendo?Creíaqueantesdecomersolamente te tomabasuno.(Amargamente.) Yaséloquevaapasar.Estanoche estarás borracho.Bueno, tampoco será laprimera vez ¿verdad? Nila milésima.(De nuevoadopta un tonosuplicante.) ¡Por favor,

James! ¿Es que nocomprendes? ¡Estoy tanpreocupada por Edmund!Tengomiedodeque…

TYRONE:Notejustifiques,MARY.Medaigual.

MARY(Dolida):¿Quiénsejustifica?¿Quéquieres decir? ¿No irás apensar que…? ¡No,

James,porfavor!(Adoptade nuevo el airedespegado, sin darimportancia a lo quedice.)¿Esquenovamosacomer, querido? Yo notengohambre, pero tú sí.(TYRONE lentamente seaproxima hasta el lugardonde ella se encuentra,en el umbral. Caminacomounanciano.Cuando

llega a su lado, ella ledice suplicante.) ¡James!¡He hecho tantosesfuerzos! ¡Tantos! ¡Porfavor,créeme!

TYRONE(Conmovido a supesar.Contristeza):Supongo que sí, MARY.(Llenodepena.)

M A R Y(Nuevamente surostro adopta una expresióntozuda):

No sé que quieres decir.¿Qué es lo que tenía quehaberseguidohaciendo?

TYRONE(Sinesperanza):Noimporta.Yaesigual.

(Echa a andar y ella semantieneasuladohastaquedesaparecen por elsaloncito.)

Telón

SEGUNDAESCENA

EscenaLamisma,unamediahora más tarde. La bandejacon la botella de whisky hasido retirada de la mesa. Allevantarseeltelón,lafamiliaregresa del comedor. MARYentra la primera, procedente

del saloncito. La sigue sumarido. No se comporta conella como lo hacia alprincipio del primer acto.Evita mirarla o roerla. Surostroexpresaunamezfladedesaprobación, cansancio yresignación.JamieyEdmundsiguen a su padre. El rostrode Jamie refleja cinismo yEdmund trata de imitar estegesto defensivo de su

hermanoperonoloconsigue.Se advierte claramente queestá afligido y que seencuentramalfísicamente.

MARY de nuevo estáterriblementenerviosa,comosi la tensión sufrida duranteel almuerzo hubiera sidodemasiado para ella. Pero,sin embargo, su rostrocontinúa expresando la

extraña indiferencia queparece alejarla de laangustia provocada por sunerviosismo.

Al entrar, va diciendo unflujo de palabras quepronuncia casimecánicamente, unarutinaria conversaciónfamiliar. No parece darsecuenta de que su familia

prestatanpocaatenciónaloquedicecomoellamisma.Alhablar, se acerca a laizquierda de la mesa ypermanece en pie mirandohaciael frente,mientrasquecon una mano se arreglamecánica einconscientemente el vestidoy con la otra tamborileasobre la mesa. TYRONEenciendeunpuro y sedirige

a la puerta corrediza, dondepermanecemirandoaljardín.Jamie llena unapipa que hatomado de un tarro que haysobre la librería del fondo.Edmundsesientaenunasillajunto a la mesa, dando laespalda a su madre para notenerquemirarla.

MARY:No sirve para nadadiscutir con Bridget. No

te escucha. No puedoponerme seria con ella,porque siempre meamenaza con marcharse.Hay veces que realmentehace lo que puede. Lomalo es que,precisamente en esasocasiones, decides llegartarde, James. Bueno,siempre queda elconsuelo de pensar que,

tal como guisa, nunca sesabesihaceloquepuedeo si todo le da igual.(Seríe divertida, perodistante, conindiferencia.) Noimporta.Elveranoestáapuntodeacabar,graciasaDios. Cuando empiece latemporada podremosvolvera tushoteluchosya los viajes en tren. Los

aborrezco, pero, almenos,no tienenporquéparecerunhogar,nitengoqueocuparmedellevarlacasa. ¿Cómo íbamos aesperar que Bridget yCathleen se comportasencomo si esto fuera unacasa normal? Saben quenoloes.Nuncalohasidoynuncaloserá.

TYRONE(Ásperamente, sin

volverse):No. Ya no lo podrá ser.Pero sí lo ha sido, antesdequetú…

MARY(Surostroadoptaunaexpresiónobcecada):¿Antes de que yo qué?(Se produce un silencioembarazoso. Ella vuelvea adoptar su airedistante.) No, no. Digasloquedigas,noescierto,

querido. Nunca fue unhogar. Siempre haspreferido irte al club o aunbar.Y,porloqueamíse refiere, siempre heestado tan sola como enuna habitación de hotelde segunda categoría.Recuerda que sé muybien lo que es un hogar.Abandoné el mío paracasarme contigo: la casa

de mi padre.(Inmediatamente, porasociación de ideas, sevuelve hacia Edmund.Demuestra ternura yamabilidad, pero sinabandonar sudistanciamiento.) Mepreocupas, Edmund. Casino has probado lacomida. Ésa no es formadecuidarte.Eslógicoque

yo no tenga apetito. Mehe puesto demasiadogorda. Pero tú tienes quec o m e r .(Con airematernal.) Prométemeque vas a comer, cariño.Queloharáspormí.

Edmund(Hastiado):Sí,mamá.

M A R Y(Le da unosgolpecitos en la mejilla y élevitaapartarse):

Esoestámuybien.

(Seproduceotrapausatensa.De repente suena el teléfonoen el vestíbulo y todos sequedanenvarados.)

TYRONE:Yo contestaré. McGuiredijoquemeibaa llamar.(Sale por el salónprincipal.)

MARY(Conindiferencia):

McGuire. Seguro quetiene por ahí algúnterreno que nadie,excepto vuestro padre,quiere comprar. Ya notiene importancia, peronunca he comprendidocómo puede seguircomprando tierras yluego dice que no mepuedecomprarunacasa.

(Sedetieneaescucharaloírla voz de TYRONEprocedente del salónprincipal.)

TYRONE:D í g a m e .(Con falsacordialidad.)¿Cómoestá,doctor?(Jamiedejademirarpor

la ventana. Los dedos deMARY tamborilean más

fuerte sobre lamesa. La vozde TYRONE trata de ocultarlas malas noticias que leestán dando.) Ya veo…(Apresuradamente.) Bueno,ya se lo explicará cuando leveaestatarde.Sí,seguroqueirá. A las cuatro. Yo mepasaré por ahí para charlarcon usted un poco antes.Tengo que ir a la ciudad aresolverunosasuntos.Adiós,

doctor.

Edmund(Hastiado):No parecen buenasnoticias.(Jamie le mira con

lástima. El rostro de MARYestá lleno de terror y susmanos demuestran suagitación. TYRONE entra,evidenciando su inquietud apesar de la indiferencia conquesedirigeaEdmund.)Era

el doctor Hardy. Queríaasegurarse de que irías averlealascuatro.

Edmund(Hastiado):¿Qué te ha dicho? Laverdad es que ya meimportaunrábano.

MARY(Irrumpeexcitada):Nocreerénadade loquedigaaunquelojuresobrela Biblia. No le hagas

caso,Edmund.

TYRONE(Brusco):¡MARY!

M A R Y(Todavía másexcitada):¡Todos sabemos por quéconfías en él, James!¡Porquesushonorariosnosonaltos!Nodigasnada.Conozco muy bien aldoctorHardy.Alafuerza,tengo que conocerle,

después de tantos años.¡Esunignorante!Deberíahaber una ley queprohibiesequeesetipodegente ejerciese lamedicina. ¡No tiene niidea…! ¡Cuando estáshecha polvo y te hasvuelto medio loca, sesienta, tecoge lamanoytesueltaunsermónsobrelafuerzadevoluntad!(Su

rostro muestra unaexpresión de intensodolor causado por losrecuerdos. Pierde elcontrolmomentáneamente.Expresa odio.) ¡Tehumilla a propósito! ¡Teobliga a rogar y asuplicar! ¡Te trata comosifuerasuncriminal!¡Nocomprende nada! Y sin

embargo, fue un tipocomo él quien te dio lamedicina por vezprimera, pero cuanto tedistecuentadeloqueeraya fue demasiado tarde.(Apasionadamente.)¡Odio a los médicos!Hacen lo que sea, lo quesea, con tal de que sigasyendo a su consulta.¡Hasta venderían su

alma! ¡Y, loqueespeor,son capaces de vender latuyasinque teenteres,ycuando te das cuenta yaes demasiado tarde parasalirdelinfierno!

Edmund:¡Mamá, por amor deDios,dejadehablar!

TYRONE(Angustiado):Sí, MARY, no es

momento…

MARY(Repentinamente sesiente culpable y confundida.Balbucea):Yo… Perdóname,querido.Tienesrazón.Yade nada vale enfadarse.(Se ha serenado y su voztieneuntonodistante.)Sinoosimporta,voyasubirun momento. Tengo quearreglarme el pelo.

(Sonriendo.) Si consigoencontrarlasgafas,claro.Enseguidabajo.

TYRONE(Cuando ella sedirigehacialapuerta,entonodesúplicayreproche):¡MARY!

MARY(Sevuelvehaciaél):Sí, querido. ¿Quéquieres?

TYRONE(Desarmado):Nada.

MARY(Con una extrañasonrisaburlona):Puedessubiraver loquehagosinotefíasdemí.

TYRONE:¡Comosifueraaservirdealgo! Lo dejarías paramás tarde. Además, nosoy tu guardián. Esto noesunacárcel.

MARY:

No. Ya sé que tú siguescreyendoqueesunhogar.(Añade rápidamente,arrepentida pero condespego.) Lo siento,querido. No quería serdesagradable. No tieneslaculpa.

(Se vuelve y desaparece porel saloncito. Los trespermanecen en silencio.

Parecenesperarque terminede subir antes de empezar ahablar.)

Jamie(Conbrutalcinismo):¡Apincharseotravez!

Edmund(Enfadado):¡Nohablesasí!

TYRONE:¡Sí!¡Sí!¡Cierralabocayno uses ese asquerosolenguaje de Broadway!

¿Es qué no sienteslástima? ¿No te davergüenza?(Pierde elcontrol.)¡Deberíaechartea lacalleapatadas!Perosabes muy bien quiénlloraría por ti, quién tejustificaría y quiénsuplicaríahastaqueyotepermitiesevolver.

Jamie(Coneldolorreflejadoenelrostro):

¿Es qué crees que no losé? ¿Que no sientolástima? Siento por ellatoda la pena del mundo.Sé muy bien con quétienequeenfrentarse,queya es comprenderla másque tú. Mis palabras noquieren decir que yocarezca de sentimientos.Simplemente he dichoalgoquetodossabemosy

que ahora hemos deaceptar.(Amargamente.)El tratamiento no valepara nada. Sólomomentáneamente. Laverdadesquehemossidoidiotas al creer que tienesolución…(Cínicamente.) ¡Nuncaacabandedejarlo!

E dm u n d(Con desprecio,parodia el cinismo de su

hermano):¡Nunca lo dejan! ¡Notienen salida! ¡Sequedancolgados! ¡No podemossalir adelante porquesomos unos perdidos,unosdeshechoshumanos!(Con desdén.) ¡Dios! Siyo llegase a decir esascosas…

Jamie(Por un momento sesienteherido,pero se encoge

secamentedehombros):Bueno, pues tus poemastampoco son muyoptimistas.Niesoslibrosque lees y que tantoa d m i r a s .(Señala lapequeña librería delfondo.) Ése del nombreque no hay quienpronuncie,porejemplo.

Edmund:Nietzsche. No sabes lo

que dices. No lo hasleído.

Jamie:Lo suficiente para saberque no es más que unidiota.

TYRONE:¡Callaroslosdos!Nohayninguna diferencia entrelas teorías que tú hasaprendidoenBroadwayy

las que Edmund hasacado de los libros.Todas apestan por igual.Los dos habéisabandonado la fe en quenacisteis y fuisteiseducados:laverdaderafedelaIglesiacatólica.¡Alhaber renegado de ellavais por el camino de laautodestrucción!(Losdosle miran con aire de

suficiencia.Seolvidandesu disputa y se unencontraél.)

Edmund:¡Esosíqueson tonterías,papá!

Jamie:Por lo menos no somosunos hipócritas.(Cáusticamente.)Además, últimamente tú

no has gastado muchospantalones porarrodillarteenMisa.

TYRONE:¡Enlaprácticapuedequeyo sea un mal católico,pero Dios me perdonará,porque tengo fe!(Furioso.) ¡No mientas!A lo mejor no voy aMisa, pero no ha pasadounsolodíademividasin

que haya caído derodillas.

Edmund(Mordaz):¿Pararezarpormamá?

TYRONE:Sí. Me he pasado estosañosrezandoporella.

Edmund:Entonces Nietzsche tiener a z ó n .(Cita de «Asíhablaba Zaratustra».)

«Dios ha muerto: supiedadporloshombreslecausólamuerte».

TYRONE(Leignora):Sivuestramadretambiénhubiera rezado… No esque haya renegado de sufe,pero lahaolvidado,yporesonotienefuerzadeespíritu para lucharcontra su maldición.(Resignado.)¿Dequénos

sirve hablar? Ya hemospasado por ello antes yvolveremos a pasar otravez. No tiene remedio.(Amargamente.) ¡Peroojalá no me hubierahecho ilusiones esta vez!¡Nunca más volveré atenerconfianza!

Edmund:¿Cómo puedes decir esopapá?(Desafiante.) ¡Yo

no he perdido lasesperanzas! Todavía notiene dependencia. Puededejarlo.Voyahablarconella.

J a m i e(Se encoge dehombros):No podrás. Te oirá sinescucharte. Parecerá queestá contigo, pero no loestará.Ya sabes cómo sepone.

TYRONE:Sí. El veneno siempre leafecta de la mismamanera. De ahora enadelante seguiráalejándose de nosotroshasta que al terminar lanoche…

Edmund(Angustiado):¡Déjalo papá!(Bruscamente se levantade la silla.) Voy a

vestirme.(Con amarguraal salir.) Voy a hacertanto ruido que no podrásospecharquehesubidoaespiarla.

(Desapareceporelsalón.Sele oye subir las escaleraspisandoconfuerza.)

Jamie(Trasunapausa):¿Qué te ha dicho eldoctorHardydelchico?

TYRONE(Confrialdad):Lo que tú creías. Tienetuberculosis.

Jamie:¡Malditasea!

TYRONE:No le queda ningunaduda.

Jamie:Tendrá que ir a unsanatorio.

TYRONE:Sí, y cuanto antesmejor,segúndiceHardy.Paraély para los demás. Creeque Edmund, si leobedece, tardará encurarseentreseismesesyun año.(Suspiraapesadumbrado yresentido.) Nunca creíaque un hijo mío… Estono viene de mi familia.

Todos nosotros hemossidofuertescomotoros.

Jamie:¡A quién le importa dedónde venga! ¿DóndequieremandarleHardy?

TYRONE:Para eso tengo que ir averle.

Jamie:Bueno, pues elige un

buensitio;quenoseauncuchitril.

TYRONE(Dolido):¡LemandarédondeHardycreaquedebeir!

Jamie:Pues no le largues aHardy esas historias deque estás a punto de quete lleven a un asiloporque los impuestos y

las hipotecas te hanarruinado.

TYRONE:¡Tampoco puedo irtirandoeldinerocomosifuera millonario! ¿PorquérazónnohededeciraHardylaverdad?

Jamie:¡Porque creerá quequieres que te

recomiende cualquiercuchitril, y además sedará cuanta de que no escierto,sobretodosiluegoseenteradequehasidoaver a McGuire para queese bocazas demercachifle te estafe conotra finca que no valgaparanada!

TYRONE(Furioso):No te metas en mis

asuntos.

Jamie:No son tus asuntos, sinolos de Edmund. Lo queme preocupa es que conesas ideas que tienes decampesino irlandés sobreque la tuberculosis notieneremedio,erescapazdecreerquenomerecelapena gastarte más dineroque el estrictamente

necesario.

TYRONE:¡Mentira!

Jamie:Vale. Soy un mentiroso.Pruébamelo. Quiero quemelopruebes.Poresohesacadoarelucireltema.

TYRONE(Todavíafurioso):¡Espero de corazón queEdmund se cure! Y no

menciones a Irlanda. Lallevasenlacara,¡asíquemásvalequetecalles!

Jamie:Pues me la tendré quelavar bien lavada.(Antesde que su padre puedareaccionar ante suinsulto a la verde Erín,añade secamente,mientras se encoge dehombros.) Bueno, ya he

dicho todo lo que teníaquedecir.Ahoratetocaat i .(Bruscamente.) Ycomo te vas a la ciudad,dime qué quieres quehagaestatarde.Hastaquenosigaspodandoel seto,no tengo nada que hacer,porque supongo que noquerrás que siga yo solo.Ya sé que eso esprivilegiotuyo.

TYRONE:No. Lo estropearías.Comotodoloquehaces.

Jamie:Entonces iré conEdmund. Si se entera delo que le ha pasado amamá,sepuedellevarundisgustoserio.

T Y R O N E(Olvidando ladiscusión):Sí. Vete con Edmund,

Jamie. Anímalo sip u e d e s .(Cáusticamenteañade.)¡Siesquepuedeshacerlo sinemborracharte!

Jamie:¿Conquédinero?Queyosepaelwhiskylovenden,no lo regalan.(Se dirigehacia la puerta delsalón.)Voyavestirme.

(Se detiene en la puerta alver a su madre aproximarsedesde laentrada,haciéndoseaunladoparadejarlapasar.Ella tiene los ojos másbrillantes y cierto airedistante.Estecambiosehacemásperceptibleamedidaquelaescenaprogresa.)

MARY(Vagamente):No veo mis gafas por

ningún sitio. ¿Las hasvisto tú, Jamie?(No lemira. Jamie dirige lavista hacia otro sitio,ignorando su preguntaaunque ella no esperauna respuesta. Ellacontinúa aproximándosey se dirige a su maridosinmirarle.) Tú tampocolas habrás visto, ¿verdadJ a m e s ?(Jamie

desaparecedetrásdeellaporelsalón.)

TYRONE(Se pone a mirarhaciaelexteriorporlapuertacorrediza):No,MARY.

MARY:¿Qué le pasa a Jamie?¿Te has vuelto a metercon él? No deberíastratarlesiemprecontantodesprecio. No tiene la

culpa. Si hubiera crecidoen un verdadero hogar,seguramente seríadistinto.(Se acerca a lasventanas de la derecha.Contonosuperficial.)Noeres muy buenoprediciendo el tiempo,querido. Fíjate en laneblina que hay. Casi nosevelaotraorilla.

TYRONE(Intentando hablar

connaturalidad):Sí, creo que me heprecipitado.Metemoquevamosa tenerotranochedeniebla.

MARY:Bueno, esta nochenomevaaimportar.

TYRONE:No, ya me imagino queno,MARY.

MARY(Se vuelve a mirarlerápidamente. Tras unapausa):¿DóndehaidoJamie?Noestáeneljardín.

TYRONE:Va con Edmund almédico. Estarácambiándose.(Aliviadode encontrar una excusapara alejarse de ella.)Más vale que yo haga lo

mismo o llegaré tarde alClub.

(Empieza a andar hada lapuerta del salón, peroinstintivamente ella le tomadelbrazo.)

MARY(Entonosuplicante):No te vayas todavía. Noquiero quedarme sola.(Precipitadamente.)Quierodecir,que todavía

espronto.Yasabesquetegusta presumir de quetardas en vestirte ladécima parte del tiempoque tardan los chicos.(Vagamente.) Hay algoque quiero decirte. ¿Quéera?Semehaolvidado…Me alegro de que Jamievaya al pueblo. Esperoque no le hayas dadodinero…

TYRONE:No.

MARY:Se lo gastaría en lataberna y ya sabes quélengua tan sucia tienecuandoestáborracho.Noesquemeimporteloquepueda decir esta noche,pero siempre acaba porponerte furioso, sobretodo si tú también estás

borracho, como supongoquelovasaestar.

T Y R O N E(Conresentimiento):No lo voy a estar. Yonuncameemborracho.

M A R Y(Bromeando,indiferente):Bueno,yaséquenosetenotará.Nunca se te nota.Quiennoteconozcanoseda cuenta, pero después

detreintaycincoañosdematrimonio…

TYRONE:¡Jamás he tenido quesuspender unarepresentación!¡Ésaeslamejor prueba de ello!(Conamargura.)Ysimeemborracho, tú no eresquien deberíareprochármelo. Nadietienemejoresrazonesque

yoparahacerlo.

MARY:¿Razones?¿Quérazones?Siemprebebesdemasiadocuando vas al club, ¿no?Especialmente cuando teencuentras con McGuire.Yaseocupaéldequeseaasí.Nocreasqueteestoyriñendo, querido. Puedeshacer lo que quieras. Nomeimporta.

TYRONE:Ya sé que no. (Se vuelvehadaelsalón,deseosodeescapar). Tengo quevestirme.

MARY(Denuevolecogedelbrazo,suplicante):No, por favor, espera unratito, cariño. Por lomenoshastaquebajeunodeloschicos.Siempreosvais.

T Y R O N E(Con amargatristeza):Eres tú quien se va,MARY.

MARY:¿Yo? ¡Qué tontería,James! ¿Cómo iba adejaros?¿Dóndeibaair?¿A quién iría a ver? Notengoamigos.

TYRONE:

Tú tienes la culpa…(Secalla, suspiradesesperanzado.Persuasivamente.) Desdeluego hay algo quepodrías hacer esta tardequetesentaríabien.Vetea dar un paseo en coche.Sal de casa. Toma unpoco de aire y de sol.(Herido.)Hecompradoelcocheporti.Túsabesque

nomegustanesostrastos.Prefiero andar o coger elt ranvía.(Con crecienteresentimiento.) Aquí loteníascuandovolvistedelsanatorio. Yo esperabaque te distraería y tealegrarías.Antessolíasirde paseo todos los días,peroúltimamentecasinolohasusado.Mecostóundinero que, en realidad,

nomesobraba,yademástengo que mantener yalimentar al chófer ypagarlesusueldotantosilo usas como si no.(Conamargura.) ¡Undespilfarro! ¡Undespilfarroque terminarállevándome al asilocuando sea viejo! ¿Y dequé ha servido? ¡Lomismo podría haber

tirado el dinero por laventana!

MARY(Distanteytranquila):Sí, James, fue undespilfarro.Noteníasquehabercompradouncocheusado. Como siempre, tetomaronelpelo.Siemprete empeñas en comprar«gangas» de segundamano.

TYRONE:¡Esdeunadelasmejoresmarcas! Todo el mundodicequeesmuchomejorque los que fabricanahora.

MARY(Ignorándole):Igual que lo de contrataraSmythe.Noeramásqueunaprendizdemecánico.Jamás había sido chófer.

Ya sé que cobra menosque un profesional, perobien lo compensa con loque se lleva de comisiónen el taller. Siempre hayalgo estropeado. Y metemo que Smythe seocupadequeseaasí.

TYRONE:¡No te creo! No será unchófer de millonarios,pero estoy seguro de que

es honrado. ¡Cuando tepones a sospechar de lagente eres peor queJamie!

MARY:Noteenfades,cariño.Yonome ofendí cuandomeregalaste el coche. Sabíaque no lo hacías parahumillarme. Es tu formade hacer las cosas. Te loagradecíymeconmovió.

Sabía que no te habíaresultadofácilhabérmelocomprado. Lo consideréunapruebade cuántomequerías.Atumodo.Sobretodo cuando estabasconvencidodequenomeibaaservirdenada.

TYRONE:¡MARY!(Súbitamente laabraza. Deshecho.)¡Querida MARY! Te lo

pido por amor de Dios,por mí y por los chicos.¡Déjaloahora!

MARY(Confundida por unsegundo y sintiéndoseculpable,tartamudea):Yo…¡James!¡Porfavor!(Inmediatamente sevuelve a poner a ladefensiva.) ¿Qué tengoque dejar? ¿A qué terefieres?(TYRONE deja

caerlosbrazosdeshecho.Impulsivamente ella lerodea con un brazo.)¡James! Siempre noshemosqueridoy siemprenos querremos.Más valeque lo recordemos. Nointentemos entender loque no podemoscomprender. No esposibleimpedirloquenopodemosevitar…Lavida

nos ha hecho cosas queno podemos justificar niexplicar.

Ty r ó ne(Como si no lahubieraoído.Conamargura):¿Ni siquiera lo vas aintentar?

Mary(Deja caer los brazossin esperanza y se vuelvefríamente):¿Ir a dar una vuelta estatarde?Claroquesí,sieso

es loquequieres,aunquemesentiríamenossolasime quedase aquí. Notengo a nadie a quieninvitaravenirconmigoynunca sé dónde decir aSmythe que vaya. Si porlo menos tuvieraamigas… Iría a verlas,charlaríamos y nosreiríamos un rato. Pero,claro, no tengo ninguna.

Nunca las he tenido.(Sucomportamiento se hacecada vez más distante.)Enelcolegio,teníatantasamigas… Sus familiasvivían en unas casaspreciosas.Yo iba a pasartemporadas con ellas yellas venían a casa depapá. Pero, claro, comomecaséconunactor—yya sabes la fama que

entonces tenían losactores—, muchasempezaronamirarmeporencima del hombro. Y,luego,nadamáscasarnos,vino el escándalo deaquella amante tuya quete quería demandar. Apartir de entonces, todasmisamigasmeignoraronome compadecieron.Yoodiaba a las que me

ignoraban mucho másque a las que me teníanlástima.

Tyrone (Semuestraresentidoyculpable):¡Por amor de Dios, noempieces a sacar cosasque ya están enterradas!Siempiezasarecordarunpasado tan lejano cuandosóloacabadeempezar latarde, no sé qué va a

pasarestanoche.

Mary(Lemiradesafiante):Ahora que lo pienso,tengo que ir a la ciudad.Necesitoiralafarmacia.

T y r o n e (Amargamente;burlón):Bueno, espero que seascapaz de guardarte unpoco de reserva y que tequeden suficientesrecetas.Novayaaserque

nos des otra noche comoaquélla que te pasastegritandoporquenoteníasy saliste corriendo de lacasa en camisón. Tepusiste como loca y casitetirasalmar.

Mary(Intentaignorarlo):Tengoquecomprarpastadedientes,jabónycremapara la cara.(Sederrumba.) ¡James! No

me hagas recordar… Nomehumilles…

Tyrone(Avergonzado):Lo siento, Mary.Perdóname.

Mary(De nuevo fríamente yaladefensiva):No importa. Eso quedicesnohapasadonunca.Debeshaberlosoñado.

(La mira fijamente, ya sin

esperanza. La voz de ellaparecealejarsemásymás.)

Mary:Era tan fuerte antes deque naciera Edmund…¿Te acuerdas, James?Jamásmeponíanerviosa.A pesar de queviajábamos temporadatras temporada, en trenessincochescama,pasandocada noche en un hotel

distinto, de terceracategoría, comiendo malydandoaluzenaquellassórdidas habitacionessucias, nunca me poníaenferma. Pero la gota deagua que colmó el vasofue el nacimiento deEdmund. Me puse tanmala… Y aquelmedicuchodelhotel…Loúnico que sabía era que

teníamuchos dolores.Leresultó muy fácilquitármelos…

Tyrone:¡PoramordeDios,Mary!Olvídatedelpasado.

M a r y(Extrañamentecalmadaytranquila):¿Por qué? ¿Cómo voy aolvidarlo?Elpasadoeselpresente, ¿no? Tambiénes el futuro. Todos nos

queremos engañar, perolavidanonoslopermite.(Continúa.)Sóloyotengola culpa. Juré que novolveríaatenermáshijoscuandoEugenemurió.Yofui la única culpable desu muerte. Si no lehubiera dejado con mimadre para irme contigode gira… Me escribistediciendo que te sentías

solo y me echabas demenos…Nunca debierondejar entrar a Jamie, quetenía sarampión, en lahabitación del niño(Seendurecesurostro.) Creoque Jamie lo hizo apropósito. Le teníaenvidia. Le odiaba.(Tyrone empieza aprotestar.)AunqueJamiesólo tenía siete años, no

eratonto.Lehabíandichoque el niño podríamorirse.Lo sabía.Nuncaselohepodidoperdonar.

Ty ro ne (Con amargura ytristeza):¿Has regresado conEugene? ¿Es que nopuedes dejar que nuestrohijodescanseenpaz?

Mary(Comosinolehubieraoído):

Yotuvelaculpa.Deberíahaberme quedado conEugeneen lugardecederymarcharmecontigosóloporque te quería. Sobretodo no debería habermedejado convencer paratener otro hijo que mehicieseolvidarsumuerte.Yoyasabíaquelosniñosnecesitan crecer en unhogar, si se espera que

sean unos niñosnormales, y que lasmujeres necesitan unverdadero hogar para serbuenas madres. Desdeque me quedéembarazada de Edmundestuve asustada. Sabíaque iba a pasarme algohorrible porque, despuésde lo que había ocurridocon Eugene, yo había

demostrado ser unamalamadreynomerecíatenerotro hijo. Dios mecastigaría. Nunca debíhabertenidoaEdmund.

Ty r o n e (Incómodo, mirahaciaelsalón):¡Mary! Ten muchocuidadoconloquedices.Como Edmund te oigadecir que nunca hasqueridotenerlo…Yaestá

bastante preocupadocomoparaque…

Mary(Violentamente):¡Mentira! ¿Quién hadicho que yo no quería?Más que nada en elmundo… ¡No entiendesnada! Lo decía por él…Nuncahasidofeliz.Niloserá.Ysu salud…Desdequenacióhasidounniñonervioso y demasiado

sensible.Pormiculpa.Yahora, desdeque está tanenfermo, no hago másquerecordaraEugeneyami padre… Estoyasustada y me sientoresponsable de que…(Entonces se detiene yvuelve a desdecirseobstinadamente.) ¡Quétontería estoy diciendo!No sé por qué me

imagino unas cosas tanhorribles sin motivo…Un catarro es lo másnormaldelmundo.

(Tyrone la mira fijamente ysuspira resignado. Se dirigehada el salón y ve queEdmundbajaporlaescaleraqueconducealaentrada.)

Ty r o n e (En voz baja,avisandoaMary):

¡Aquí viene Edmund!¡Por amor de Dios,compórtate!Porlomenoshasta que se marche.Hazlo por él.(Tyrone, ala expectativa, fuerza ensu rostro una sonrisapaternal. Mary, asustaday dominada por losnervios, no puede evitarque sus manos recorranlapecheradelvestido,el

cuello y finalmente elpelo, a causa de lainquietud y eldesasosiego que lainvaden.CuandoEdmundse aproxima a la puerta,no puede volverse paramirarle. Lentamente sedirige a las ventanas dela izquierdaypermanecede espaldas al salón.Entra Edmund. Se ha

puesto un traje de sargaazul, cuello duro ycorbata y zapatosnegros.)

T y r o n e (Con forzadanaturalidad):¡Vaya, tienes buenaspecto!Yo también voya cambiarme.(Pasa a sulado.)

Edmund(Secamente):Un momento, papá. Ya

sabes que no me gustatocar temasdesagradables, pero notengo dinero ni para eltranvía.

Tyrone(Comosirecitaseunaconferencia mil vecesrepetida):Nosetendrádineronuncahasta que no se aprendelo que vale…(Con aireculpable, se detiene

mirando el rostro de suhijo con piedad ypreocupación.) Porexperiencia sabes lo quequiero decir. Trabajasteduro antes de caerenfermo. Estoy orgullosode tu magníficocomportamiento.(Sacaun rollo de billetes delbolsillo del pantalón ycuidadosamente elige

uno. Edmund lo coge, lomira y se quedaasombrado. De nuevo supadre reacciona comosiemprelohace.)Gracias,hijo mío.(Citando dememoria.) «Mucho másdoloroso que lamordedura de laserpiente…».

Edmund:«Es la ingratitud de un

hijo».Ya losé.Papá,medejas de piedra. ¡Unbilletedediezpavos!

Tyrone(Avergonzado):Guárdatelo.Alomejorteencuentras con tusamigos en el pueblo y teapetecepasarunratoconellos. No puedes ir conlosbolsillosvacíos.

Edmund:

¿De verdad? Bueno,gracias, papá.(Se sientepor un momentoverdaderamenteencantado y agradecido.Luego se queda mirandoa su padre como sisospechara algo.) Pero¿por qué razón, derepente…?(Cínicamente.)¿EsqueeldoctorHardy te ha dicho

que voy a morirme?(Sedacuentadequesupadrese ha molestado.)Perdona. Es un golpebajo. Era una broma,papá.(Le pasa un brazopor los hombros y leabrazaconcariño.)Teloagradezco mucho, deverdad,papá.

T y r o n e (Conmovido, ledevuelveelabrazo):

Denada,muchacho.

Mary(Se vuelve súbitamentehada ellos asustada yenfadada):¡No lo toleraré!(Da unapatada contra el suelo.)¿Me oyes, Edmund? Noseas siniestro. ¡Mira quedecir que te vas amorir!¡La culpa la tienen esoslibrotesquelees,quesólotratan de muerte y de

angustias! Tu padre nodeberíadejarte leerlos.Ylos poemas que escribesson todavía peores. ¡Escomo si estuvierascansado de vivir! ¡A tuedad! ¡Y con la vida pordelante! Esa actitud lahas aprendido en loslibros ¡Tú no estásenfermo!

Tyrone:

¡Mary,cállate!

M a r y(Adoptandoinmediatamente un tonodistante):Pero, James, es absurdoqueEdmundsepongatanmacabro y organice estejaleo sin motivos…(Sevuelve a Edmund,evitando mirarle a losojos. En broma y concariño.) No importa

cariño. Soy una pesada.(Se acerca a él.) Lo quequieres es que te mimecomositodavíafuerasunniñopequeñito,¿aquesí?(Lepasaunbrazopor lacintura y le estrecha.Edmund permanecerígido. La voz de Maryempieza a temblar.)Bueno,notelotomesasí,cariño, por favor. No

digas esas cosas tanhorribles. Ya sé que nodebería tomarte en serio,pero no puedo evitarlo.Me has asustado tanto…(Sederrumbayempiezaasollozarsobresuhombro.Edmund,apesarsuyo,seconmueve y le da unosgolpecitos en la espaldacon ternura y algoconfundido.)

Edmund:Mamá, no llores.(Susojos se encuentran conlosdesupadre.)

Ty r o n e (Seco, intentandoaferrarse a algo pero sinmuchasesperanzas):Alomejorsiledicesatumadre lo que ibas a…(Mirando el reloj.) ¡Diosmío, se me ha hechotardísimo! Voy a tener

que darme prisa.(Saleapresuradamente por elsalón. Mary levanta lacabeza.Vuelveaadoptarun aire maternal ysolicito, aunque distante.Parece olvidar quetodavía tiene los ojosllenosdelágrimas.)

Mary:¿Cómo te encuentras,ca r i ño?(Le pone una

manoen la frente.) Estásalgo caliente, pero debeser porque has estado alsol. Tienes mucho mejoraspectoqueestamañana.(Le coge de la mano.)Ven. Siéntate. No debesestar tanto rato de pie.Tienes que aprender aadministrar tus fuerzas.(Le hace sentarse y ellalohacesobreelbrazodel

sillón. Le pasa un brazopor los hombros, peroevitando mirarle a losojos.)

Edmund(Empezandoadarsecuenta de que elcomportamiento de sumadretienesentido):Oye,mamá…

M a r y(Le interrumperápidamente):Bueno, bueno… No

hables. Reposa unp o q u i t o .(En tonoconvincente.) ¿Sabes unacosa? Creo que lo mejorsería que te quedaras encasa y me dejarasocuparmede ti.Si vas alpueblo en ese tranvía tanlento y con este calor,acabarás agotado.Estarías mucho mejoraquíconmigo.

Edmund(Impotente):No te olvides de quetengounacitaconHardy.(Intenta mostrarsecariñoso con ella.) Oye,mamá…

Mary(Rápidamente):Le puedes llamar y ledices que no teencuentras bien.(Excitada.) Es perder eltiempo y el dinero. Sólo

va a contarte mentiras.Por lacuentaque le trae,te dirá que tienes algog r a v e .(Se ríe entredientes.) ¡Eres unaboba…! Lo único quesabe recetar es fuerza devoluntad. ¡Eso sí! Sepondrátodosolemne…

Edmund(Intenta mirarle alosojos):¡Mamá, por favor,

escucha! Quiero pedirteuna cosa. Sólo acabasde… de… empezar.Todavía puedes dejarlo.Si lo intentas loconseguirás. Todos teayudaremos. Haré lo quequieras. Por favor,mamá…

Mary(Suplicante):¡Por favor, no hables deloquenosabes!

Edmund(Desanimado):Bueno. Me callo. Yasabía que no iba a servirdenada.

Mary(Obstinada):Además, no sé quéquieres decir. Eres lapersona menos indicadapara decir nada. Nadamás volver yo delsanatorio, te pusisteenfermo. El médico me

dijo que no debíaangustiarme por nada, ydesde que llegué no hehecho otra cosa quepreocuparme por tucu l pa .(Distraídamente.)¡Aunque no me estoyjustificando, claro! Sóloestaba intentandoexplicarte que… ¡No meestoy justificando!(Leestrecha contra sí.

Suplicante.) Prométeme,cariño, que no crees quemeestoyjustificando.

Edmund(Amargamente):¿Y qué más tengo quecreer?

M a r y(Retira el brazolentamente,denuevoconaireremotoyfrío):Supongo que esinevitablequesospeches.

Edmund(Avergonzado, pero

todavíaamargamente):¿Quéesperabas?

Mary:Nada.No tienes laculpa.¿Cómo ibas a creermecuando ni yo misma mefío de mí? Me heconvertido en unaembustera. Hubo untiempo en que jamásmentía.Ahora tengo quehacerlo, especialmente a

mímisma.Peronopuedoesperar que mecomprendas porqueincluso yo no meentiendo. Nunca heentendido nada, excepto,una vez, hace muchotiempo, cuando descubríque mi alma ya no mepertenecía.(Hace unapausaybajalavozhastalograr un tono

confidencial.) Pero algúndía, cariño, volveré aencontrarla. Un díacuando todos estéis bienyveaquetúteencuentrasfuerteyfelizycontentoyyo ya no tenga quesentirme culpable…algún día… cuando laSantísima Virgen Maríame perdone y medevuelvalafeensuamor

y en sumisericordia queyo tenía en mis días decolegio. Cuando puedavolver a rezarle. Cuandoya nadieme crea.Ella símecreeráyconsuayudaserá fácil. Me oiré a mímismallorardeangustia,pero a la vez, reiré degozo porque habrérecuperado la confianzaenmímisma.(Alverque

Edmund permanecesilencioso, añade contristeza.) Naturalmente,esto tampoco te lo crees.(Se levantadel brazodelsillón y se dirige a lasventanas de la derecha,dándole la espalda.Indiferente.) Ahora quemeacuerdo,podríamosiralpueblo.Semeolvidabaque tengo que ir a la

farmacia.Peronoquerrásentrar conmigo. Te daríavergüenza.

Edmund(Abatido):Por favor, mamá, novayas.

Mary:Supongoqueterepartiráscon Jamie los diezdólaresque tehadado tupadre.Siemprecompartís

todo, ¿verdad? Buenoschicos.Yameimaginoloque va a hacer con suparte. Se irá aemborrachar por ahí, conesasmujeresque tanto legustan.(Se vuelve haríaélsuplicanteyasustada.)¡Edmund! Prométemeque no vas a beber. ¡Esmuypeligroso!Acuérdatedeloquetedijoeldoctor

Hardy…

Edmund(Amargamente):Yo creía que era unimbécil.

Mary(Compadecida):¡Edmund!(Se oye la vozde Jamie en el salón.«Vamos, chico,larguémonos.» Maryvuelve a adoptar un airedistante.) Vete, Edmund,

Jamie te está esperando.(Sedirigehacialapuertadel salón.) Ahí bajatambiéntupadre.

(Voz de Tyrone. «Vamos,Edmund.» Mary le besafríamente.)

Mary:Adiós, cariño. Si vais avenir a cenar, no tardéis.Díselo a tu padre. Ya

sabes cómo se poneBridget.

(Él se vuelve y saleapresuradamente. Tyronedicedesdelaentrada«Adiós,Mary»,yluegoJamie«Adiós,mamá».Ellacontesta.)

Mary:Adiós.

(Se oye cómo la puertaprincipalsecierratrasellos.

Se aproxima a la mesa ypermanece en pie con unamano tamborileando sobreella y arreglándose el pelocon la otra. Mira a sualrededor asustada ymurmuraparasí.)

Mary:¡Qué solitario está esto!(Entonces se endurece surostro y dice condesprecio.) Ya estás

mintiéndote otra vez.Querías librarte de ellos.Su desprecio y sudisgusto no son buenacompañía. Estás contentadeque sehayan ido.(Ríeentre dientes condesprecio.) Entonces,¿por qué me siento tansola,Diosmío?

TERCERACTO

Escena

Escena.Lamisma.Sonmásomenos las seisymediade latarde. La oscuridad haempezado a invadir lahabitación. Una oscuridadtemprana debido a la nieblaque se ha levantado en labahíayqueproduceelefectode unas cortinas blancas

corridas al otro lado de lasventanas.

Se oye con regularidad lasirena de un faro situado enla bocana del puerto quegime como una ballenaherida.Delpuerto,asimismo,procede el tañir de lascampanas de los yatesanclados.

Sobre la mesa se encuentra

la bandeja que contiene labotelladewhisky,losvasosylajarra,talcomoestabanenlaescenapreviaalalmuerzodelactoanterior.

Maryyladoncella,Cathleen,están en escena. Esta últimase encuentra a la izquierdadelamesa.Tieneenlamanoun vaso de whisky vacío,dandolaimpresióndequelo

ha olvidado. Muestra losefectos de la bebida. En surostro,simpleysimpático,seaprecia una expresióncomplacidaysatisfecha.

Mary está más pálida queantes y sus ojos tienen unbrillo artificial. Su aire dedistanciamiento es másintenso.Sehasumergidomásen sí misma, encontrando

refugio y alivio en su sueñodonde la realidad delpresente no es sino unaapariencia que se puedeaceptar o desecharimpunemente —inclusocínicamente— o sertotalmente ignorada.Avecesadopta un aire alegre yjovial, como si, en espíritu,pudieraconvertirsedenuevo,sencillay tranquilamente,en

la parlanchina colegiala,alegreyconfiada,desusdíasescolares. Lleva el vestidoquesepusoparairalpueblo,una prenda sencilla ybastantecara,quelesentaríamuy bien si no fuera por laforma descuidada, casidesaliñada, en que lo lleva.Ya no tiene el pelocuidadosamente peinado,sino desgreñado, y el moño

ligeramente torcido. Trata aCathleen con granfamiliaridad, como si ladoncella fuera una viejaamiga.Allevantarseeltelón,seencuentraenpiejuntoalapuerta corrediza mirando elexterior. Se escucha ellamentodelfaro.

M a r y(Divertida, en tonoinfantil):¡El faro! ¿No te parece

horrible,Cathleen?

Cathleen(En un tono másfamiliar que el habitual,aunque sin parecerdescarada, porqueciertamentesientecariñoporsuseñora):Claro que sí. Parece unalmaenpena.

Mary(Continúacomosinolahubiera oído. Durante casitoda la escena Mary da laimpresión de no prestar

atención a la muchacha, aquientieneconsigocasicomounaexcusaparapoderhablarconalguien):Esta noche no memolesta.Peroanochecasime vuelvo loca. Estuvedespiertatodalanoche.

Cathleen:Dichoso faro. ¿Sabe quehe pasado mucho miedocuando volvíamos de laciudad? Creía que ese

idiota de Smythe nos ibaaestrellarcontraunárbolo que nos caeríamos aunazanja.Noseveíaunosus propias narices. Leagradezcomuchoquemedejara ir con usted en elasiento de atrás. Si llegoa ir delante… Eseimbécil… No sabe tenerlasmanos quietas. Comote descuides, empieza a

pellizcarte el trasero o,bueno, ya sabe… conperdón, señora, pero esverdad.

Mary(Soñadora):Noeslanieblaloquemeangustia, Cathleen. Laverdad es que meencanta.

Cathleen:Dicen que es muy buena

paraelcutis.

Mary:Oculta el mundo. Loesconde. Me hace sentirquetodoesdiferente,quenada es lo que parece.Nadie puede encontrarte.Eresinalcanzable.

Cathleen:No me importaría siSmythe fuera un chófer

guapo y elegante comoalgunos que yo he visto;buenosinosepropasase,que yo soy una chicadecente. Pero ¡ese cerdode Smythe…! Ya le hedicho que no se crea quevoyahacercasoauntipocomo él. Se lo headvertido: un día voy adarleuntortazoquelovaa dejar atontado durante

unasemana.¡Yvayasiselodoy!

Mary:Loquenomegustaes lasirena. No puedesolvidartedeella.Tehacerecordar, te avisa paraque retornes.(Sonríeextrañamente.) Pero nopodráhacerloestanoche.Es un sonido espantoso.Como ningún otro.(Ríe

infantilmente.) Bueno,quizás se parezca a losronquidos del señor.Siempre le he tomado elpelo por cómo ronca.Noha dejado de hacerlodesde que le conozco,sobre todo cuando bebemucho. Pero es como unniño,noquiereaceptarlo.(Ríemientrasseacercaalamesa.)Bueno,supongo

queyotambiénroncaréaveces y tampoco megustaría admitirlo. Asíque no tengo ningúnderecho a reírme de él.(Se sienta en lamecedora, a la derechadelamesa.)

Cathleen:Claro, todas las personassanas roncan. Dicen quees señal de buena salud.

(Preocupada.) ¿Qué horaes, señora? Tengo quevolver a la cocina.Bridgetsequejadequelahumedadlaponepeordelreuma y está que echachispas. Me va a matar.(Deja el vaso sobre lamesaj se dirige hacia lapuertadelsaloncito.)

Mary(Atemorizada):No. No te vayas,

Cathleen. No quieroquedarmesolatodavía.

Cathleen:Están al volver. El señory los señoritos llegaránenseguida.

Mary:No creo que vengan acenar.Tienen una excusaestupenda para quedarseen un bar del pueblo en

lugar de venir a casa.(Cathleen la miraasombradaconexpresiónestúpida. Marycontinúasonriendo.) No tepreocupes deBridget. Lediré que te he retenido.Cuandotevayas,lellevasun poco de whisky. Yaverás como entonces noleimporta.

Cathleen(Hace una mueca.

Vuelve a encontrarse a susanchas):No, señora. Eso es loúnicoquelaponedebuenhumor.Leencanta.

Mary(Soñadora):¿Sabes, Cathleen? Nosiempre he estadoenferma. Hace yamuchotiempo, tenía muy buenasalud.

C a t h l e e n(Otra vez

preocupada):El señor se va a darcuenta de que… paraestascosastieneunojo…

Mary(Divertida):Bueno, pues haremos lomismo que hace Jamie.Leecharemosunpocodeagua.

Cathleen(HaceloquelediceMary mientras ríe entredientes):

¡Que Dios nos ayude!Casi es agua. Lo va anotarencuantolopruebe.

Marx(Indiferente):Cuando vuelva estará tanborracho que no se darácuenta de nada.Ahora síque tiene una buenaexcusa para ahogar suspenas en alcohol, comodiceél.

Cathleen(Filosóficamente):No es tan malo que unhombrebeba.Losquenobebensonmuyaburridos.(Asombrada, con aspectoestúpido.) ¿Una buenaexcusa, dice usted? ¿Porlo del señorito Edmund?Yamehedadocuentadeque el señor está muypreocupadoporél.

Mary(A la defensiva, casicomo si lo hicieramecánicamente, sin sentiremociónalguna):No seas tonta, Cathleen.¿Por qué iba apreocuparse? Una gripeno tiene importancia.Además, el señor jamássepreocupa.Anoserporeldinero,oporsusfincasoporquevayaaacabaren

la miseria… Porquecomo lo demás no loentiende, no tienedequép r e o c u p a r s e .(Ríedivertida pero distante.)Mimarido es un hombremuyparticular,Cathleen.

Cathleen:Peroesuncaballerofino,guapo y amable, señora.Lodemásnoimporta.

Mary:Bueno, es igual. Le hequerido entrañablementedurante treinta y seisaños. Eso demuestra queyo sé que tiene uncorazón de oro y que nopuedeevitarsercomoes.

Cathleen(Tranquilizada):Claro, señora, ¿cómo nova a quererle si todo el

mundo sabe que vabesando por donde ustedp i s a ?(Intentasobreponerse al soporcausado por el últimowhisky para dar laimpresión de que puedemantener laconversación.) ¿Y ustednunca ha pensadodedicarse al teatro,señora?

Mary(Ofendida):¿Cómo se te ha ocurridosemejante tontería?Pertenezco a una familiarespetable y me eduquéen uno de los mejoresinternados del MedioOeste. Antes de conoceral señor Tyrone nisiquiera sabíaqueexistíael teatro. Era muyreligiosa. Incluso soñaba

con meterme monja.Jamáshetenidoelmenordeseodeseractriz.

Cathleen(Condescaro:)Pues yo no la veo demonja,señora.

Mary(Ignorándola):Nunca me he sentido agustoenelteatro.Apesarde que el señor siempremellevabaconéldegira,

nunca he tenido relacióncon las personas de sucompañía ni con gentesde teatro. Siempre hansido amables conmigo yyoconellos.Peronomesentía cómoda. No es eltipo de vida que megusta. Siempre se hainterpuesto entre mí y…(Selevantabruscamente).No hablemos de cosas

pasadas que ya no sepueden cambiar.(Sedirige al porche y mirahada el exterior.) ¡Quéespesaeslaniebla!Noseve la carretera. Podríapasarcualquieraporahíyno lo veríamos. ¡Ojalásiempre fuera igual!Estáoscureciendo. Enseguidasehará denoche, graciasa Dios.(Se vuelve.

Vagamente.) Has sidomuy amable haciéndomecompañía esta tarde,Cathleen. Si no hubierasvenido conmigo a laciudad,mehabríasentidomuysola.

Cathleen:¿Es que acaso no esmejor pasear en un buencoche que quedarse aquíescuchando las mentiras

que cuenta Bridget sobresu familia? Para mí hasido como una fiesta,señora.(Haceunapausa.Luego continúa con aireestúpido.) Sólo hay unacosa que no me hagustado.

Mary(Ausente):¿QuécosaCathleen?

Cathleen:

El comportamiento delfarmacéuticocuandoledila receta.(Indignada.)¡Quégrosero!

Mary(Obstinada, en actitudausente):¿A qué te refieres? ¿Quéfarmacia? ¿Cuál receta?(Con presteza, mientrasCathleen la miraasombrada.) ¡Ah! Lareceta de las medicinas

para la artritis de lasmanos. Se me habíaolvidado. ¿Qué te dijo?(Aparentandoindiferencia.) Aunque noimporta porque, de todasformas, te dio lamedicina…

Cathleen:Pues a mí sí que meimportó.Nomegustaqueme traten como a una

ladrona. Se puso amirarme y me dijo enplanofensivo«¿Dedóndehassacadoesto?»,yyoledigo «De donde a ustedno le importa, pero si leinteresa saberlo, es parami señora, la señoraTyrone, que me estáesperando en el coche».Esolecerróelpico.Miróhacialacalleydijo«Ah»

y se fue a buscar lamedicina.

Mary(Indiferente):Sí.Meconoce.(Sesientaenelsillóndeladerechadelamesa.Añadeenvozsuave y distante.) Tengoquetomarla,porquesino,no se me quitan losdolores. Todos losdolores… De las manos,quierodecir.(Levantalas

manos y las mira conlástima. Ahora notiemblan.) ¡Mis pobresmanos!Nolovasacreer,pero hubo un tiempocuando,juntoconlosojosy el pelo, eranmimayoratractivo. También teníamuy buen tipo.(El tonode su voz se va haciendocada vez más soñador.)Eran manos de músico.

Me encantaba el piano.Era lo que más megustaba estudiar cuandoestaba en el Colegio.Amaba la músicaprofundamente.LaMadreIsabel y mi profesora demúsica decían que era laestudiante mejor dotadaque hablan tenido. Mipadre quería que tomaraclases particulares. Me

mimaba tanto que hacíatodo lo que yo le pedía.Me habría mandado aestudiaraEuropadespuésde que saliera delcolegio…yyohabríaido,de no habermeenamoradodelseñor.Oalo mejor me habríametido monja. Yo teníadossueños.Sermonjaeraelmásbonitode losdos.

Elotroeraserconcertistade piano.(Se detienemirándose las manosfijamente. Cathleenpestañea para combatirla somnolencia y elmareo que siente.) ¡Hacetanto tiempoqueno tocoel piano! Aunquequisiera, no podría conestas manos. Después decasarme seguí con la

música. Pero no teníasentido. Una noche encada sitio, trenes sucios,hoteles baratos, sin losniños, sin un hogar…(Continúa mirándose lasmanosconunamezcladeasco y fascinación.)Fíjate qué feas son,Cathleen.Completamenteestropeadas…Parecequehe tenido un accidente.

(Seríeconaireextraño.)Bueno, pensándolo bien,ha sido así…(Repentinamente se ponelas manos detrás de laespalda.) No quieroverlas. Me recuerdantodavíamásquelasirenaq u e …(Desafiante ysegura de sí.) Perotampoco pueden tocarmeya.(Vuelveamirarse las

manos con deliberación.)Se han ido.Ya no sientodolor.

Cathleen(Sincomprender):¿Es que se ha tomado lamedicina? Pues la hacedecir cosas muy raras,señora. Si no laconociera, creería que haestado empinando elcodo.

Mary(Soñadora):Tequitaeldolor.Tellevahastadondeno tepuedenalcanzar. Sólo es real lafelicidad pasada.(Haceuna pausa. Luego, comosi sus palabras hubiesenconjuradoelpasadofeliz,cambiacompletamentedecomportamiento y deexpresión. Parece másjoven.Comosi fuerauna

inocente colegiala.Sonríetímidamente.)Sielseñor te parece guapoahora, tendrías quehaberlo visto cuando leconocí.Teníafamadeseruno de los hombres másguapos del país. Laschicas del colegio que lehabían visto actuar o enfotografía estaban locasporél.Eraungranídolo,

¿sabes? Las mujeres leesperabanenlapuertadelteatroparaverlodecerca.Así que te puedesimaginar cómo meemocioné cuando mipadre me escribiódiciéndome que JamesTyrone y él se habíanhechoamigosyqueyoleiba a conocer cuandoregresase a casa para las

vacaciones de SemanaSanta. Enseñé la carta atodas las chicas y semorían de envidia. Mipadremellevóalteatroaverle.Eraunaobra sobrela revolución francesa yel papel principal era eldeunnoble.Yonopodíadejar demirarle. Cuandolemetíanenlacárcelmeeché a llorar. Pero luego

me dio mucha rabiaporqueteníalosojosylanariz rojos y no se mepasaba. Mi padre mellevó a su camerino parasaludarlecuandoacabólar e p r e s e n t a c i ó n .(Ríeexcitada perotímidamente.) Estaba tanavergonzada que sólosabía tartamudear y mepuse colorada como una

idiota.Peroélnoparecíapensarquefueratonta.Sémuy bien que se fijó enmí desde el momento enque nos conocimos.(Coqueta.) Me imaginoqueyanotendríalanarizy los ojos rojos. Laverdadesqueentoncesyoeramuyguapa,Cathleen.Y él era como un sueño,conelmaquillajeyaquel

traje de noble que lesentaba tan bien. Eradistinto de los hombresnormales, como siperteneciera a otromundo. Pero no por esodejaba de ser sencillo,amable y pocopretencioso, no era nadaengreído.Meenamoréenaquel mismo momento.Luego me dijo que él

también. Se me olvidótodoaquellodesermonjao pianista. Sólo queríaconvertirmeensuesposa.(Hace una pausa,mirando hacia adelantecon los ojos brillantes ysoñadores y una sonrisajuvenil tierna yextasiada.) ¡Hace yatreinta y seis años, perotodavíapuedoverlocomo

si fuera ahora mismo!Desdeentoncesnohemosdejadodequerernos.Yniun escándalo en lostreinta y seis años.Ninguna mujer. Bueno,quiero decir, desde quemeconoció.Mehahechomuy feliz, Cathleen. Meha hecho olvidar tantasotras cosas…(Intentandosobreponerse al sopor.

Sentimental.)

Cathleen:Es todo un caballero yusted una mujer consuerte.(Agitada) ¿Puedollevar el whisky aBridget, señora? Ya casidebeser lahoradecenarydeberíairmealacocinapara ayudarla. Si no ladamosalgoquelacalme,meva a tirar un cuchillo

cuandomeveaaparecer.

M a r y(Algo exasperadaporque se ve obligada aabandonarsuensueño):Bueno, bueno, márchate.Yanomehacesfalta.

Cathleen(Aliviada):Gracias, señora.(Echaenun vaso una buenacantidad de whisky y sedirige al saloncito.) Notardarán en llegar. El

señorylosseñoritos…

Mary(Impaciente):No van a venir. Dile aBridget que no losesperaré.Puedesservirlacena a las seis y media.Aunquenotengohambre,mesentaréalamesayseacabó.

Cathleen:Debería comer algo,

señora. ¡Vaya medicinatan rara que la deja sinapetito!

M a r y(Que ha vuelto aregresar a sus sueños,reaccionaconmelancolía):¿Qué medicina? No séqué quieres decir.(Despidiéndola.) LlévaleesoaBridget.

Cathleen:Sí,señora.

(Desapareceporelsaloncito.Mary espera hasta que oyecerrarse la puerta de lacocina tras ella. Luegoregresa a sus sueños,relajada, mirando fijamenteal vacío. Sus brazosdescansan sobre los delsillón. Las manos, con losdedos largos, retorcidos, ylos nudillos inflamados,permanecen en completa

calma. Las sombras vaninvadiendo la habitarían.Desde el mundo exteriorllega el gemido melancólicodelasirenaacompañadoporun coro de campanas,apagadas por la niebla,procedentes de los barcosanclados en el puerto. ElrostrodeMarynodemuestraoírlo, pero sus manos seagitanylosdedosrevolotean

por unmomento en el vacío.Frunce ti ceño ymecánicamente sacude lacabeza como para espantaralgo que la abruma.Repentinamente, pierde elaspectojuvenilyvuelveaseruna mujer madura,amargada,cínicaytriste.)

Mary(Conamargura):Eres una estúpidasentimental. ¿Quéhayde

romántico en aquelprimer encuentro? ¡Unídolo del teatro y unabobacolegialaromántica!Eras mucho más felizantes de saber que élexistía. En el colegio.Cuando rezabas a laSantísima Virgen. (Conañoranza.) ¡Si pudierarecuperar la fe perdida ypoder volver a rezar!

(Hace una pausa, luegocomienzaarecitarelAveMaría, desanimada.)«Dios te salve, María,llena eres de gracia. Elseñor es contigo.Benditatú eres entre todas lasmujeres.»(Burlona.) ¡Yesperas que la SantísimaVirgen crea las palabrasde una drogadictaembustera…! ¡A ella no

puedes ocultarle nada…!(Se pone en pie de unsalto. Con las manoscomienza a arreglarse elpelo distraídamente.)Tengo que subir. No essuficiente. Cuando sevuelve a empezar no setienelamedidaexactadelo que necesitas.(Sedirige haría el salón,pero se detiene en la

puerta al oír vocesprocedentes del jardín.Adopta un aire deculpabilidad.) Deben sere l l o s …(Vuelve asentarseapresuradamente. Surostro aparece obstinadoy a la defensiva.) ¿Porqué habrán tenido quevolver?¡Sinoquieren!Yyo preferiría estar sola.

(Repentinamente cambiade actitud. Parecesentirse aliviada yanhelante.) ¡Cómo mealegro de que hayanvuelto! ¡Me sentía tansola!

(Seoyelapuertaalcerrarsey Tyrone grita intranquilodesdeelvestíbulo.)

Tyrone:

¿Estásahí,Mary?

(Se enciende la luz de laentrada que, atravesando elsalón,iluminaaMary.)

Mary(Se levanta del sillón,con el rostro iluminado,prestamente):Estoyaquí,querido.Enelcuartodeestar.Teestabaesperando.

(Tyroneentraprocedentedel

salón. Edmund viene tras él.Tyrone ha bebido mucho,pero apenas si se le nota, anoserporlamiradaunpocovidriosa y porque, de vez encuando,seletrabalalengua.También Edmund ha tomadounas cuantas copas, pero nomuestra sentir sus efectos,aparte de que sus hundidasmejillasestán sofocadasy lebrillan febriles los ojos. Se

detienen en el umbral y lacontemplan. Lo que vensupera lo esperado. PeroMary, por ahora, no se dacuenta de sus miradasreprobadoras. Primero besaa su marido y luego aEdmund. Se comporta deforma demasiado efusiva.Ellos, lo aceptan agobiados.Mary,excitada.)

Mary:

Me alegro tanto de quehayáis vuelto. Ya habíaperdido la esperanza.Creía que no ibais avolver. ¡Qué noche tanlúgubre con esta niebla!Los bares deben estarmucho más animados,llenosdegentedivertida.No, no digáis que no. Sémuy bien cómo debéissentiros. No me quejo.

Todavía os tengo queestar más agradecida porhabervenido.Estabaaquísola, tan triste…Venidysentaros.(Se sienta en elextremo izquierda de lamesa, Edmund a suderecha y Tyrone en lamecedorade laderecha.)Lacenaestaráenseguida.La verdad es que habéisvenido un poco pronto.

Toma el whisky, cariño.¿Te pongo una copa?(Lohace sin esperar larespuesta.) ¿Y a ti,Edmund? No quieroobligarte, pero antes decenar abre el apetito. Tesentará bien.(Le poneuna copa. No cogen losvasos. Ella parece nodarse cuenta de sumutismo.) ¿Dónde está

Jamie? Bueno, ya sé quemientras le quede dineroparaunacopanovolverá.(Se inclina y coge a sumarido de la mano. Contristeza.)Metemoqueyahace mucho tiempo quehemos perdido a Jamie,c a r i ño .(Su rostro seendurece.) Pero nodebemos permitirle quearrastre consigo a

Edmund. Es lo que legustaría.Le tieneenvidiaporque es el pequeño.Como le pasaba conEugene. No estarásatisfecho hasta queconviertaaEdmundenunfracasadocomoél.

Edmund(Dolorido):Cállate,mamá.

Tyrone(Hastiado):

Sí, Mary, cuanto menosdigas…(A Edmund, unpoco ebrio.) De todasformas, no creas que tumadre no deja de tenerrazón en lo que dice.Yapuedes cuidarte de tuhermano o acabaráemponzoñando tu vidaconesamalditalenguadevíboraquetiene…

Edmund(Enelmismotono):

Vamos,papá…

Mary (Continúa como sinada):Es difícil creer, al verleahora,cómoeraJamiedeniño. ¿Te acuerdas de losano y feliz que era depequeño, James? Niaquellos trenes sucios, nilos hoteles tan malos, niel ir de acá para allá,comiendo aquellas

porquerías, pudieron conél. Siempre estaba debuen humor. Casi nuncalloraba.IgualqueEugeneantes de que, por miculpa,semuriese.

Tyrone:¡Por amor de Dios! ¡Soyun imbécil! ¡Por quéhabrévueltoacasa!

Edmund:

¡Cállate,papá!

Mary(Sonríe a Edmund conternura,perodistante):Edmund sí que era unproblema cuando erapequeño, siempreenfurruñado y asustadoporcualquiercosa.(Ledaunos golpecitos en lamano,entonodebroma.)Todoelmundodecíaqueerasunllorón.

E d m u n d(Sin podercontrolarsemás):A lomejor es queme dicuenta de que habíabuenas razones parallorar.

Tyrone(Entonodereproche,peroconcompasión):Vamos,vamos,chico.Nohagascasoa…

Mary(Comosinoleshubieraoído.Contristeza):

¡Quién iba a pensar queJamie se convertiría ennuestradesgracia!James,¿te acuerdas de quecuando lo mandamosinterno al colegio traíaunas notas estupendasaño tras año? Todos lequerían. Sus profesoressiempre decían que teníauna inteligenciabrillantísima y que

aprendía sin ningúnesfuerzo. Inclusodespuésde que empezase a bebery le expulsaran, nosdecían que lo habíansentidomuchísimoporlobuen chico y lo buenestudiantequeera.Todosle aseguraban un futuromaravilloso si se tomabalas cosas en serio.(Haceuna pausa. Luego,

distante y tristemente,añade.) ¡Qué pena!¡Pobre Jamie! Es difícilcomprender…(Repentinamentesufreuncambio. Su rostro seendurece y se quedamirando fijamente a sumarido, acusadora yhostil.) No. No lo es. Túle convertiste en unborracho. Desde que

nació no te ha visto unasolavezsinunvasoenlamano. Siempre tenías labotella en la mesa decada una de aquellosasquerosos hoteles. Y,cuando ledolía la tripaotenía pesadillas, túsiempre lo arreglabasdándole una cucharaditade whisky para que setranquilizara.

Tyrone(Dolido):¿Así que yo tengo laculpa de que ese vago sehaya convertido en unborracho?¿Paratenerqueoírestohevenidoacasa?¡Me lo debía haberimaginado! ¡Encuanto tetomas ese veneno tededicasaecharlaculpaatodosmenosatimisma!

Edmund:

Papá, ¿no me habíasdicho que no hicierac a s o ?(Resentido.)Además, es verdad.Hacías lo mismoconmigo. Me acuerdomuy bien de tuscucharaditascadavezqueteníaunapesadilla.

M a r y(En tono distante.Recordando):Sí. De pequeño siempre

tenías pesadillas. Nacisteasustado. Yo tenía tantomiedo de traerte alm u n d o …(Hace unapausa. Después continúacon la misma frialdad.)¡Edmund, por favor, nopiensesqueyoculpoatupadre! No se le ocurríanadamejor.Cuandoteníadiez años tuvo que dejarde ir a la escuela. Sus

padres eran unosirlandeses de lo máspobre e inculto. Estoyconvencidadequecreíanqueelwhiskyeselmejorremedio cuando un niñoestáenfermooasustado.

(Tyrone está a punto desaltar en defensa de sufamilia, pero intervieneEdmund.)

Edmund(Cortante):¡ P a p á !(Cambiando detema.)¿Vamosaecharuntragoono?

T y r o n e (Intentandocontrolarse.Derrotado):Tienes razón.No deberíahacerle caso como unidiota.(Coge su vaso.)Atusalud,muchacho.

(Edmund bebe, pero Tyrone

permanece inmóvil mirandoelvasoquetieneenlamano.Inmediatamente Edmundpercibeloaguadoqueestáelwhisky.Frunceelceño,miraa la botella después a sumadre.Vaadeciralgo,perosedetiene.)

M a r y(En otro tono.Pesarosa):James, siento habertedado la impresión de

estardemalhumor.Noloestoy. Todo está ya tanlejano.Peromedolióquedijeras que no deberíashaber vuelto a casa.Cuando regresasteis, mesentí tan aliviada y tancontenta, tanagradecida… Cuandoempiezaacaerlanieblayseestásolo,unosesientetanabrumado…

Tyrone(Conmovido):Si te vas a comportarcomo realmente eres,mealegro de haber vuelto,Mary.

Mary:Me sentía tan sola quehiceveniraCathleenparatener alguien con quienh a b l a r .(Vuelve acomportarse como unatímida colegiala.) ¿Sabes

loqueleestabacontando,cariño? Lo de aquellanoche cuando mi padreme llevóa tucamerinoyme enamoré de ti. ¿Teacuerdas?

T y r o n e (Profundamenteconmovido.Convozronca):¿Es que crees que puedoolvidarlo, Mary?(Edmund aparta la vistade ellos, triste y

confundido.)

Mary(Conternura):No.Yaséquetodavíamequieres,apesardetodo.

Tyrone (Intentadisimularlaslágrimas. Pestañea.Apasionadamente):¡Sí! ¡Pongo a Dios portestigo de que siempreseráasí!

Mary:Yo también te quiero,

cariño, a pesar de todo.(Pausa. Edmund parecemuyconfuso.Maryvuelvea comportarse fríamente,como si hablara dealguien que contemplasea distancia.) Pero tengoque confesarte, James,que, aunque no pudieraevitar amarte, jamás mehabría casado contigo dehaber sabido que bebías

tanto.Noolvidaréaquellaprimeranochecuandotusamigotes tuvieron quetraerte desde el bar alhotel. Llamaron a lapuerta de nuestrahabitación y salieroncorriendoantesdequeyotuviera tiempo de abrir.Todavía estábamos ennuestra luna demiel, ¿teacuerdas?

Ty r o n e (Vehemente, perodemostrando sentirseculpable):¡No me acuerdo! ¡Noestábamos de luna demiel! ¡Jamás han tenidoque meterme en la camaniquesuspenderunasolarepresentación!

Mary(Comosiélnohubieradichonada):Te había estado

esperando horas y horasen aquella espantosahabitación.Me inventabaexcusas. Me decía a mímismaqueteníaqueseracausa de algún asuntorelacionadoconel teatro.No sabía nada de tumundo. Luego empecé aasustarme. No hacía másque pensar en toda clasede accidentes horribles.

Me puse de rodillas yrecé para que no tehubiese pasado nada.Entonces te trajeron y tedejaron en la puerta.(Suspira brevemente, contristes.) No sabía queaquello sucedería confrecuencia a partir deentonces,que tendríaqueesperarte muchas vecesen aquellas horribles

habitaciones… Al final,casimeacostumbré.

Edmund(Interrumpeconunafría mirada de odio para supadre):¡Dios! No me extrañaq u e …(Se controla.Malhumorado.) ¿Cuándovamos a cenar, mamá?Yaestábien.

Tyrone (Abrumado por lavergüenza, intenta disimular

jugueteandoconsureloj):Sí, ya va siendo hora.Ve am o s… (Se quedamirando al reloj como sino lo viera. Implorante.)¡Mary!¿Esquenopuedesolvidar?

Mary(Confríapiedad):No,cariño.Peroperdono.Siempre te perdono. Notesientasculpable.Sientohaber pensado en voz

alta. No quiero ponermetriste ni que te pongastriste tú. Sólo quierorecordar el pasado feliz.(Vuelveaadoptarelairetímido de sus díasjuveniles.) ¿Te acuerdasde nuestra boda, cariño?Seguro que has olvidadocómo era mi traje denovia.Loshombresnoosfijáis en esas cosas. No

les dais importancia.¡Pero te aseguro que síera importante para mí!No sabes cómo mepreocupaba. Estaba tanemocionada y me sentíatan feliz…Mi padre medijo que podíacomprarme lo quequisiera, costara lo quecostara. Decía que nohabría nada

suficientemente buenopara mí. Creo que memimaba demasiado. Mimadre no. Era muyreligiosa y muy estricta.Yo creo que me teníaalgo de envidia. No leparecía bien que mecasara,sobretodoconunactor. Ella hubierapreferidoquememetiesemonja. Reñía ami padre

«Nunca dices que no teimporta lo que cuestanlas cosas cuando soy yoquien las compra. Lamimas tanto quecompadezco a su maridoel día que esa niña secase.Vaa esperarque leregalelaluna.Nuncaseráuna esposa como Diosmanda».(Ríeconcariño.)¡Pobre mamá!(Sonríe a

Tyrone con unacoquetería extraña yfuera de lugar.) ¿Verdadque no tenía razón,James? No he sido tanmalaesposa¿eh?

T y r o n e (Malhumorado,intentasonreír):Nomequejo,Mary.

Mary(Surostromuestraunasobradeculpa):Por lo menos te he

querido con todo micorazónyhehecholoquehe podido. Dadas lascircunstancias…(Vuelvea adoptar su expresióntímida.) ¡Aquel traje denoviacasi terminacon lamodista y conmigo…!(Ríe.) Yo me puse muypesada.Nuncameparecíadel todo bien.Al final lamodista me dijo que si

volvía a tocarlo, acabaríapor estropearlodefinitivamente, así quela hice marcharse parapodermirarmebienenelespejo. Estabamaravillosa. Era muypresumida.Medecíaamímisma«Aunquetengaslanariz,labocaylasorejasun poquitín grandes, tusojos, tu tipo y tusmanos

lo compensan. Eres tanguapa como cualquieractriz que él hayaconocidoyesoque túnousas maquillaje».(Haceuna pausa y frunce lafrente tratando derecordar.) Me preguntodonde habré puesto mitraje de novia. Solíatenerloenvuelto enpapelde seda dentro de mi

baúl. Esperaba habertenido una hija y que,cuando se casara… Nopodría haber encontradoun traje más bonito;además, ya sabía que tú,James, ibas a tener muypresente lo que tecostaría.Ledirías que selo comprase en lasrebajas.Eradesedasuavey brillante, ribeteado con

un maravilloso encaje,con volantitos en elcuello y en los puños ycon incrustacionesbordadas en los plieguesquedabancaídaalacola.El cuerpo era muyentallado, tanto que tuveque contener el alientocuando me lo ajustaronpara que me hiciera lacintura muy fina. Mi

padre me dejó ponerencajes hasta en loszapatos,queerantambiénde seda. En el velollevaba pequeñas floresdeazahar. ¡Ay,cómomegustaba aquel vestido!¡Era tan bonito! ¿Dóndeestará?Devezencuandolo sacaba, cuando estabatriste, pero siempreterminaba llorando, así

que,por fin,undía,hacem u c h o…(Frunce denuevo la frente.) ¿Dóndelo habré metido?Seguramente estará enuno de los viejos baúlesdeldesván.Yalobuscaré.

(Se detiene, mirando haciadelante. Tyrone suspira,sacudiendo la cabezaresignado mientras intenta

buscar los ojos de su hijo,pero Edmund está mirandofijamentehaciaelsuelo.)

Tyrone (Forzando un tonodistendido):¿No es ya hora de cenar,c a r i ño?(Intenta haceruna broma.) Siempre meriñes por llegar tarde,pero, para una vez quesoy puntual, resulta queno está la cena.(Ella no

parece oírle. Añadeamable.) Bueno, pues sino podemos cenar,podemos beber. Se mehabía olvidado esto.(Bebe mientras Edmundleobserva.Tyronetuerceel gesto y mira a suesposallenodesospecha.Brusco.) ¿Quién hatocado mi whisky? ¡Lamitad es agua! Jamie no

ha estado en casa y,además, no es tan tonto.Cualquiera se daríacuenta de que… ¡Mary,contéstame!(Enfadado.)¡Espero que no te hayadado por beber ademásde…!

Edmund:¡Cállate, papá!(A sumadre, sin mirarla.) Hasinvitado a Cathleen y a

Bridget,¿verdadmamá?

M a r y(Indiferente y sininmutarse):Sí,claro.Trabajanmuchoy se les paga poco. Y,como soy yo quien llevala casa, tengo que hacerloposibleparaquenosevayan. Además, queríaagradecer aCathleen queme haya acompañado alpueblo y que fuera a

recoger mi receta a lafarmacia.

Edmund:¡Mamá, por amor deDios! Pero ¿cómo te fíasde ella? ¿Es que quieresque todo el mundo losepa?

M a r y(Se endurece surostro):¿Qué van a saber? ¿Quetengoreúmaenlasmanos

y que debo tomarmedicinasparaquesemepase el dolor? ¿Por quéiba a avergonzarme dee s o ?(Se vuelve haciaEdmund, acusadora, casivengativa.) ¡No sabía loque era el reúma hastaque naciste tu!¡Pregúntaselo a tu padre!(Edmund, aparta lamirada,estremecido.)

Tyrone:No le hagas caso,muchacho. No le desninguna importancia.Cuandoempiezaaverensusmanoslajustificacióndeloquehace,esqueyase encuentra demasiadolejosdenosotros.

Mary(Sevuelvehaciaélconuna ofensiva sonrisa detriunfo):

Mealegrodequetehayasdado cuenta, James.A lomejor así dejáis dehacerme recordar. ¡Tú yEdmund!(Bruscamente,en tono enérgico.) ¿Porqué no enciendes la luz,James? Se está haciendodenoche.Yaséquenotegusta,peroEdmundtehademostrado que unabombilla casi no gasta

electricidad. No tienesentido que te comportescomo un tacaño pormiedo a terminar en unasilo.

T y r o n e (Reaccionamecánicamente):¡Nuncahedichoquevayaa arruinarme por teneruna bombilla encendida!¡Es una y otra y otra loque da dinero a la

Compañía Eléctrica!(Selevanta y enciende lapantalla de la mesa.Brusco.) Pero es absurdointentar hacerte entrar enrazón.(AEdmund.)Voyapor otra botella dewhisky,muchacho.Aversipodemosecharunbuent r a g o .(Sale por elsaloncitotrasero.)

M a r y(Distante pero

divertida):Va a bajar al sótano porla puerta del jardín paraque no le vean lascriadas. Le da vergüenzatener elwhisky guardadoenel sótano.Tupadreesextraño, Edmund. A míme ha costado muchotiempo llegar aentenderle. Tú tambiéntienes que intentarlo. No

le debes despreciar porser tan roñoso. Su padreabandonóasuesposayasus seis hijos un añodespués de llegar aAmérica. Les dijo quetenía la premonición deque iba amorir pronto yque quería regresar aIrlanda para morir allí.Así que semarchó y allímurió.Tambiéndebióser

un tipo muy raro. Tupadre tuvoqueponerse atrabajar en un taller decerrajería cuandosolamente tenía diezaños.

Edmund:Vamos, mamá. Esahistoriadeltalleryaselahe oído a papá cincuentamilveces.

Mary:Sí,hijo,yalosé.Peronocreo que hayas intentadocomprender…

E d m u n d(Lo ignora.Apenado):¡Escucha,mamá!Nocreoque hayas ido tan lejoscomo para olvidarte detodo. No me haspreguntado qué me handicho esta tarde. ¿O es

quenoteimporta?

Mary(Agitada):¡No digas esas cosas!¡Mehacesdaño!

Edmund:Lo que tengo es grave,mamá. Ahora el doctorHardyestáseguro.

M a r y(A la defensiva,burlona):¡Ese viejomentiroso!Ya

te advertí que seinventaría…

Edmund(Obstinadamente):Ha llamado a unespecialista para que mevea,ypoderconfirmarlo.

Mary(Loignora):¡NomehablesdeHardy!Si hubieras visto lo quedijo el médico que tuveen el sanatorio, y ése sí

que sabe lo que dice, deltratamiento que me pusoHardy… ¡Nos dijo quedeberíaestarenlacárcel!¡Queeraincreíblequenome hubiera vuelto loca!Yo le contesté que unavez llegué a enloquecer,aquella noche que salícorriendo en camisón yquería tirarmealmar.Teacuerdas, ¿verdad? ¿Y

quieres que todavía mefíe de lo que diga eldoctorHardy?¡Oh,no!

Edmund(Conamargura):Me acuerdoperfectamente. Fuecuando papá y Jamiedecidieron que ya nomelo podían ocultar más.Jamie me lo contó. Lellamé embustero. Intentépegarle. Pero yo sabía

que no me estabamintiendo.(Le tiembla lavoz, se le llenan los ojosde lágrimas.) ¡Toda mivida se convirtió en uninfierno!

Mary(Apenada):¡Oh, no! ¡Hijomío! ¡Mehacestantodaño!

Edmund(Frío):Lo siento, mamá. Has

sido tú quien empezó.(Persiste con tozudez)Escucha, mamá. Te lovoy a decir tanto siquieres oírlo como si no.Tengo que ir a unsanatorio.

Mary(Asombrada, como sinunca hubiera pensado enestaposibilidad):¿Que tienes que irte?(Violentamente.) ¡No!

¡Noloconsentiré!¿Cómose atreve Hardy a decirsemejante cosa sinconsultarme antes? ¿Porqué lo ha consentido tupadre? ¿Con quéderecho? ¡Tú eres mihijo!¡QueélseocupedeJamie!(Cada vez másexcitada y virulenta.) Sémuy bien por qué quieremandarte a un sanatorio.

¡Para separarte de mí!Nunca ha dejado deintentarlo. ¡Siempre haestado celoso de todos ydecadaunodemishijos!¡Siempre maquinandopara que yo losabandonara! Por esomurió Eugene. Pero,sobretodo,tienecelosdeti. Sabe que eres mipreferidoporque…

Edmund(Destrozado):¡Deja de decir locuras,mamá! ¡Deja de echarlela culpa! ¿Por qué ahorano quieres queme vaya?Mehepasadolavidaporahí y nunca he visto queseterompieraelcorazón.

Mary(Conamargura):Me temo que, a pesar detodo, no eres muysensible.(Triste.) Podías

haberte figurado, cariño,quedesdequesupequetúsabías… lo mío… mealegraba que estuvierasdondenopudierasverme.

Edmund(Angustiado):¡Mamá! ¡No!(Ciegamente la toma dela mano, peroinmediatamente vuelve asoltarla, sumido en latristeza.) Todas estas

historiasdelomuchoqueme quieres cuando nisiquiera estásdispuesta aescuchar lo que intentodecirtesobrelomal…

M a r y(Bruscamente setransforma en una madreprotectorayabsorbente):Vamos, vamos. Ya estábien. No te quieroescuchar porque sé queno tiene la menor

importancia. Sonmentiras de Hardy.(Edmund se estremece.Ella mantiene el tonojocoso, pero dejatraslucir ciertoresentimiento.)Eresigualque tu padre, cariño. Teencanta hacer escenastrágicas para llamar laatención.(Una risita.) Sitedierapie,empezaríasa

decirme que te estásmuriendo.

Edmund:Hay quien se muere. Tupropiopadre…

Mary(Cortante):¿Por qué lo tienes quemencionar?Nohaypuntode comparación. Mipadre tenía tuberculosis.(Furiosa.) No me gusta

que te pongas macabro.¡Te prohíbo que mehablesdelamuertedemipadre!¿Hasoído?

Edmund(Se endurece surostro.Torvo):Sí,mamá,teheoídomuybien. ¡Ojalá estuvierasordo!(Se levanta de lasilla y se le quedamirandoacusadoramente.) ¡A

vecesesmuydifíciltenerqueaceptarquetupropiamadreesunadrogadicta!

(Mary retrocede. Su rostroparececarentedevida,comosi fuera una máscara deescayola. Edmund searrepiente inmediatamentede lo que ha dicho.Tartamudeaapenado.)

Mary(Se dirige lentamente

haría las ventanas de laderecha, como un autómata.Miraharíaelexterior.Suvozsuenalejanaeimpersonal):¡Escucha esa horriblesirena! Y las campanas.¿Por qué será que laniebla hace que todoparezca tan lúgubrey tanperdido?

Edmund(Agobiado):No… No me puedoquedar aquí. No quiero

cenar.

(Sale huyendo por el salón.Ella permanecemirando porla ventana hasta que oyecerrarse la puerta principal.Luego regresa al sillón j sesienta con la miradaperdida.)

Mary:Tengo que subir. No essuf i c i ente .(Hace una

pausa. Con añoranza.)Esperoque,algúndía,porcasualidad, me inyecteuna sobredosis. Nuncapodría hacerlo apropósito. La SantísimaVirgennomeperdonaría.

(OyequeregresaTyroneyseda la vuelta cuando él entrapor el salonríto con unabotella de whisky que acaba

deabrir.Estáfurioso.)

Tyrone(Iracundo):El cerrojo está arañado.Eseborrachohaintentadoabrirlo con un alambre,como ha hecho otrasveces.(Satisfecho, comosi hubiera ganado unabatalla en su perpetuaguerraconsuhijo.) Peroesta vez le he vencido.Este cerrojo no lo abre

cualquier ladronzuelo.(Deja la botella en labandejayrepentinamentepercibe la ausencia deEdmund.) ¿Dónde estáEdmund?

Mary(Entonoausente):Ha salido.A lomejor haido a buscar a Jamie.Supongo que todavía lequedará dinero y noparará hasta gastárselo.

Me ha dicho que noquiere cenar. Estos díasno tiene mucho apetito.(Tozudamente.) Aunquesólotieneuncatarro.

(Tyrone la mira fijamente,sacude la cabezadescorazonado, se sirve unabuena cantidad de whisky yse la bebe. Repentinamenteparece como si Mary no

pudieraresistirmás,seechaallorarysolloza.)

Mary:¡Oh, James, estoy tana s u s t a d a !(Ella selevanta, le echa losbrazos al cuello y ocultael rostro en su hombro.Solloza.) ¡Sé que va amorir!

Tyrone:

¡No digas eso! ¡No escierto!Mehanprometidoque dentro de seismesesestarácurado.

Mary:¡Nomemientas!Sémuybien cuando estásactuando. ¡Y será pormiculpa!Nuncadebívolvera quedarme embarazada.Habríasidomejorparaél.Asínohabríasufridopor

mi culpa. ¡No habríatenido que saber que sumadreesunadrogadicta!¡Nolahabríaodiado!

Tyrone(Letiemblalavoz):¡Calla,Mary,poramordeDios! Él te quiere. Sabequeesunamaldiciónquecayó sobre tiinesperadamente, sin quete dieras cuenta. Estáorgulloso de que tú seas

su madre.(Bruscamente,aloírabrirselapuertadela cocina.) ¡Shh! ¡Queviene Cathleen! Noquerrásqueteveallorar.

(Marysevuelverápidamentehacia las ventanas de laizquierda mientras se secalos ojos apresuradamente.Un momento después entraCathleen por la puerta del

saloncito. Sus pasos soninseguros y parece un pocoebria.)

Cathleen(Al veraTyrone sesobresalta.Condignidad):La cena está servida,señor.(Sube el tono devoz innecesariamente.)La cena está servida,s e ñ o r a .(Abandona eltono digno y se dirige aTyroneconfamiliaridady

buen humor.) Así que yaha vuelto, ¿eh? Vaya,vaya… ¡Cómo se va aponer Bridget! La hedicho que la señora medijoquenovendríausted.(Al percibir una miradaacusadora en sus ojos.)¡Nomemire así!Me hetomadoun trago,peronolo he robado. Me haninvitado.(Seda lavuelta

con aire digno ydesaparece por elsaloncito.)

T y r o n e (Suspira. Luegoadopta un aire teatralmentecampechano):Vamos,cariño.Cenemos.Tengounhambredelobo.

Mary(Se aproxima a él. Denuevo su rostro parece unamáscara y su tono de voz esremoto):

Me temoque vas a tenerque excusarme, James.No podría comer nada.Las manos me duelenmuchísimo. Creo que lomejorquepuedohaceressubir a acostarme ydescansar. Buenasnoches, cariño.(Le besamecánicamente y sevuelvehaciaelsalón.)

Tyrone(Conaspereza):

¿Conquesubesapormásde ese maldito veneno,eh?Antesdequeacabelanoche vas a parecer elespectrodeunloco.

Ma r y(Empieza a alejarse,impersonal):No sé de qué estáshablando, James. Cuandobebes dices unas cosastan espantosas… ComoEdmundyJamie.

(Sale por el salón. Tyronepermanece un instante sinsaber qué hacer. Es unanciano triste, aturdido ydestrozado. Se dirije por elsaloncito hacia el comedorconpasocansado.)

Telón

CUARTOACTO

Escena

Escena. La misma. Esalrededordemedianoche.Lalámpara del vestíbulo estáapagada,asíqueahorayanoentra luz a través del salón.En el cuarto de estar sóloestá encendida la pantallaque hay sobre la mesa. Lamuralladeniebla,másdensa

quenunca,sepercibealotrolado de los ventanales.Cuandoselevanteeltelón,seoye la sirena y acontinuación las campanasde losbarcosanclados en elpuerto.

Tyrone está sentado a lamesa. Lleva puestas unasantiparras y está haciendosolitarios. Se ha quitado la

chaqueta y ahora viste unagastada bata marrón. En labotella que hay sobre labandejasóloquedaunterciode whisky. De reserva se hatraído otra botella delsótano.Estáborracho,loquedemuestra por el modo enque mira cada carta,dubitativamente,cerciorándose de su valor,aunque luego las distribuye

sobre la mesa como si noestuviera seguro de lo queestá haciendo. Tiene lamirada vidriosa, los ojosabotargados y el labioinferior caído.Pero, a pesarde todo el alcohol que llevadentro, no ha logradoolvidar, y tiene el mismoaspecto del final del terceracto:unancianoentristecidoy derrotado sumido en una

resignadadesilusión.

Al levantarse el telón,terminaunsolitarioyrecogelas cartas. Las baraja connegligenciayunpardeellascaen al suelo. Las recogedificultosamente y, cuandocomienzaabarajardenuevo,oyequealguien entrapor lapuerta principal. Mira porencima de las antiparras

haciaelsalón.

Tyrone(Conlavozpastosa):¿Quién es? ¿Eres tú,Edmund?(La voz deEdmund contestasecamente «Sí». Luego,evidentemente, chota conalgo que hay en elvestíbuloporqueseleoyemaldecir. Un momentodespués se enciende unalámpara.Tyronefrunceel

ceñoygrita.) ¡Apagaesaluzantesdeirte!

(Pero Edmund no lo hace.Entra desde el salón. Estátambién borracho, pero aligual que su padre, lo llevabastante bien, apenas simuestra señales físicas deello,exceptoenlosojosyenuna leve agresividad en lamanera de comportarse.

Tyrone,alprincipio,lehablacariñosamente.Aliviado.)

Tyrone:Mealegrodequeestésdevuelta,muchacho.Me hesentido muy solo.(Conresentimiento).Lahicistebuena escapándote ydejándomeaquísolotodalanoche.Yasabíasque…(Repentinamenteirritado.) ¡Te he dicho

que apagues esa luz! Noestamos en un baile. Nohay ninguna razón paratener todas las lucesencendidas a estas horasdelanoche.¡Eldineronoesparaquemarlo!

Edmund(Demalhumor):¡Todas las lucesencendidas! ¡Unabombilla! ¡Todo elmundo deja encendida la

luz del vestíbulo hastaqueseacuestan!(Sefrotalarodilla.)Casimepartola pierna contra elperchero.

Tyrone:Esta luz llega hasta laentrada. Si estuvierassereno verías muy bienpordondeandas.

Edmund:

¡Si yo estuviera sereno!¡Nomehagasreír!

Tyrone:¡Me importa un pito loque hacen los otros! Siquierentirareldineroporlaventanaparapresumir,alláellos.

Edmund:¡Porunabombilla! ¡Miraqueeresroñoso!Yatehe

demostrado con pelos yseñales que, aunque ladejasesencendida toda lanoche, no te iba a costarmás que un vaso dewhisky.

Tyrone:¡Al cuerno tusdemostraciones! Lapruebaestáenlosrecibosquetengoquepagar.

Edmund(Sesientafrenteasupadre.Condesdén):Claro, los hechos noimportan. La únicaverdad es lo que teconviene creer a ti.(Burlón.) Por ejemplo:Shakespeare era irlandésycatólico.

Tyrone(Obcecado):Y lo era. La prueba estáensusobras.

Edmund:Puesno lo era.Ynohayninguna prueba. Tú eresel único que lo dice.(Burlón.) El Duque deWellington. ¡Otro buencatólicoirlandés!

Tyrone:Yo nunca he dicho quefuera un buen católico.Renegóde su fe, perono

poresodejódeserlo.

Edmund:Pues no lo era. Lo quepasa es que tú necesitascreer que, para poderderrotar a Napoleón, ungeneral tenía que serirlandésycatólico.

Tyrone:No pienso discutircontigo.Sólo te hedicho

que apagues la luz de laentrada.

Edmund:Ya te he oído, pero pormí, se puede quedarencendida.

Tyrone:¡No te pongas insolente!¿Vasaobedecermeono?

Edmund:¡No! Apágala tú, so

tacaño.

T y r o n e (Furioso yamenazador):¡Escúchame! Te heaguantado muchas cosasporque,aveces,hecreídoquetantaslocurassólosepueden hacer si se estámal de la cabeza. Te lasheexcusadoyjamástehelevantado la mano. Perosiemprehayunagotaque

colma el vaso. O meobedeces y apagas la luzo,apesardelosañosquetienes, te doy unabofetada que…(Repentinamenterecuerda la enfermedadde Edmund y deinmediato aparecearrepentido yavergonzado.)¡Perdóname, muchacho!

Habíaolvidadoque…Nodeberías hacerme perderlapaciencia.

E d m u n d(Tambiénavergonzado):Olvídalo, papá. Yotambién lo siento. Notengoderechoaportarmeasí.Esqueestoyunpocotrompa. Voy a apagar laluz.

Tyrone:

No.Déjalo.(Bruscamentese pone en pie un pocotorpemente y empieza aencenderlasbombillasdela lámpara con aire deautocompasión,infantilmente teatral.)¡Encendamostodas!¡Quebrillen! ¡Que se vayan alcuerno! ¡Si voy a acabaren un asilo, cuanto antesm e j o r !(Acaba de

encenderlasluces.)

E dm u n d(Le ha estadoobservandosonrienteyahorale hace un gesto que denotabuenhumor.Enbroma):¡Estupendo final, papá!(Ríe.)Eresmaravilloso.

Ty r o n e (Se sienta, algoavergonzado, y gruñelastimeramente):¡Eso! Ríete de un viejoloco ¡Elpobre idiota!De

todas formas, mi telóncaerá en un asilo, ¡y noestoy de broma!(Al verque Edmund todavíasonríe, cambia de tema.)Bueno, bueno. Nodiscutamos. Tú, quetienes cerebro, aunquehacestodoloposibleparademostrar lo contrario,antes o despuésaprenderásloquevaleun

dólar. No como esecondenado vagabundoque tienes por hermano.Ya me he dado porvencido. Nunca tendrásentido común. Porcierto,¿dóndeestá?

Edmund:¡Yyoquésé!

Tyrone:Creíaquehabíasvueltoa

buscarle.

Edmund:No.Mefuiadarunpaseopor la playa. No le hevistodesdeestatarde.

Tyrone:Claro,si terepartisteconél, como un idiota, eldineroquetedi…

Edmund:Por supuesto que me lo

repartí.Siemprequeélhatenido algo, lo hacompartidoconmigo.

Tyrone:Entoncesnohacefaltaseradivino para saber queestáenelburdel.

Edmund:¿Yqué?¿Porquénoibaair?

Tyrone(Condesdén):

Claro, ¿por qué, no?Allíes donde mejor está.Porque si alguna vezpiensa en otra cosa quenoseaenwhiskyyputas,yo me iba a llevar unasorpresa.

Edmund:¡Vamos, papá! Siempiezas con eso, melargo.(Empieza aponerseenpie.)

Tyrone(Conciliador):Bueno,bueno,mecallaré.Bien sabeDios que amítampocome gusta hablardel tema. ¿Nos tomamosuntrago?

Edmund:Esoesotracosa.

Tyrone (Le pasa la botella,mecánicamente):No debería dejarte. Ya

hasbebidobastante.

Edmund(Se sirve bastante.Unpocoebrio):Bastantenoessuficiente.(Ledevuelvelabotella.)

Tyrone:Essuficienteentuestado.

Edmund:¡Olvídate de mi estado!(Levanta su vaso.) ¡A tusalud!

Tyrone:¡A la tuya!(Beben.) Sihas estado paseando porla playa debes estarhelado con tantahumedad.

Edmund:Bueno, me dejé caer porla taberna a la ida y a lavuelta.

Tyrone:

No hace noche para salirapasear.

Edmund:Me encanta la niebla,justo lo queme apetecía.(Parece estar másachispado.)

Tyrone:Deberías tener sentidocomún y no arriesgartea…

Edmund:¡Al cuerno el sentidocomún! Todos estamoslocos. ¿Qué falta hace elsentido común?(Consorna,citaaDowson.)

Elllantoylarisanoperduran

elamor,elodioyeldeseo,

piensoyo,nos

abandonanaltraspasarel

umbral.Losdíasdevinoyrosasnoperduran.Enunbrumososueño

fugazmentepercibimosundifuso

senderoquesepierdedentro

deunsueño.

(Con la mirada perdidaantesí.)Laniebla estabatal y como yo esperaba.Desdelamitaddel jardínyanoseveía lacasa.Noparecía estar aquí.Ni lasotras casas de lacarretera. Sólo sedistinguían unos metrosde camino. No había niun alma. Todo parecíairreal.Nadaeracomoes.

Eso es lo que yoquería…, encontrarmesolo conmigo mismo enotro mundo donde laverdad es incierta y lavida retrocede ante sí.Más allá del puerto,cuando la carretera sedesliza paralela a laplaya, incluso dejé desentirqueestabaentierrafirme.Lanieblayelagua

se entremezclaban de talmanera que me parecíacaminar por el fondo delmar.Comosimehubieraahogado. Como si fueraunespectroenel interiorde otro espectro inmersoen una gloriosa paz.(Observaquesupadre lemira fijamente con unamezcla de preocuparían,irritación y disgusto.

Hace una muecaburlona.) No me mirescomo si me hubieravuelto loco. Lo que digotiene sentido. ¿Por quétengo que ver la vida talcomo es si puedoevitarlo?Esloquesucedecon las Gorgonas: si lasmiras de frente teconviertes en piedra. Ocomo con Pan: su visión

teproduce lamuertey teconviertesenunespectroparaelrestodetuvida.

Tyrone (Impresionado, perosin dejar de sentirnuevamenteciertarepulsión):Tendrás alma de poeta,pero un alma bienmacabr a .(Fuerza unasonrisa.) ¡Al infierno tupesimismo! Ya estoybastante deprimido.

(Suspira.) ¿Por qué norecuerdas a Shakespearey te olvidas de esospoetastros? Él teenseñaría a expresar tussentimientos, porquedijotodo lo que merece lapena saber.(Cita,utilizando su hermosavoz) «Estamos hechos desueños y un sueñocircundanuestrasvidas».

Edmund(Irónico):¡Estupendo! ¡Precioso!Pero eso no es lo que yoquería decir. Estamoshechos de estiércol, asíque bebamos paraolvidar.Esoes loqueyocreo.

Tyrone(Asqueado):¡Ag!Guárdateesasideas.No debería haberteinvitadoauntrago.

Edmund:¡Buena la he cogido! ¡Ytútampocolohacesmal!(Le guiña un ojo concariño.) ¡Aunque nohayas tenido quesuspender ni una solafunción!(Agresivo.)¿Quéhay de malo enemborracharse?¿Noesloque queríamos? Nodisimulemos, papá. Esta

noche, no… Sabemosmuybien lo que estamosintentando olvidar.(Apresuradamente.) Peromás vale no hablar deello. Ya no sirve paranada.

Tyrone(Resignado):No, Lo único quepodemos hacer es volveraresignarnos.

Edmund:O emborracharnos paraolvidar.(Recita —y lohacebien—irónico,peroapasionadamente aBaudelaire.) «Siemprehas de estar embriagado.Lo demás carece deimportancia: esto es loúnico importante. Si nodeseas sentir el horriblepesodeltiemposobretus

hombros, aplastándotecontra la tierra, no dejesde estar ebrio. ¿Québeber? Vino, poesía,virtud…Segúnlodesees.Pero embriágate. Y sialguna vez despiertas enlas escaleras de unpalacio, en la verdeladeradeuncaminooenla angustiosa soledad detuhabitacióny te sientes

abandonado por laembriaguez, pregunta alviento, a las olas, a lasestrellas,alospájaros,alreloj, a cualquier cosaque levante el vuelo,suspire, se mezcla, canteo hable, pregunta quéhora es. Y viento, ola,estrella, pájaro o reloj tecontestará: «¡Es hora deembriagarse!

¡Embriágatesinoquieresserunmártir esclavizadopor el tiempo! ¡No dejesde estar ebrio! A tuplacer,devino,depoesía,o de virtud».(Provoca asupadreconungesto.)

Tyrone(Consocarronería):Yo que tú no mepreocuparía de la virtud.(Asqueado.) ¡Puaf! ¡Noson más que bobadas

morbosas! Lo poco deverdad que has dicho yalo escribió Shakespeare;claroqueconmuchamásg r a n d e z a .(Elogioso.)Perorecitarlohacesbien.¿Quiénhaescritoeso?

Edmund:Baudelaire.

Tyrone:¿Yesequiénes?

Edmund:También tiene un poemasobre Jamie y la GranEsperanzaBlanca.

Tyrone:¿Sobre ese borracho?¡Quiera Dios que pierdael último tranvía y tengaque quedarse en elpueblo!

E d m u n d(Le ignora y

continúa):Aunque fuera francés,jamás estuviese enBroadway y murieseantes de que nacieraJamie, le conocía muybien.A él y a su NuevaYork. (Recita el EpílogodeBaudelaire.)

Conelcorazónenpazascendíalpresidio

desdecuyatorrelaciudadsevislumbra:hospitales,burdeles,prisioneseinfiernosenlosqueelmalgerminacualflor.

Túsabes,Satán,señordemiangustia,quenoporvanaslágrimasascendía

esahora,sinoque,libertino

decrépitoytriste,porlibarelplacerdelaenormerameracuyainfernalbellezamehacerejuvenecer.¡Yasiduermesdepesadosvapores

saciada,saturadadeldíao,hermosa,teocultastraseldoradoencajedelveladoatardecer,

teamo,infameciudad.Lasramerasy

loscondenadosdisfrutanplaceres

quelosseresvulgaresnuncacomprenderán!

T y r o n e (Disgustado ymolesto):¡Porquerías macabras!¿De dónde has sacadoesos gustos literarios?

¡Porquerías, despecho ypesimismo! Supongo queése será otro ateo.Cuando niegas a Dios,niegas la esperanza. Ésees tu problema. Si tepusierasderodillas…

Edmund(Como si no lehubieraoído.Consorna):¿No te parece una buenasemblanza de Jamie?Acosado por sí mismo y

por el whisky, escondidoen un hotel deBroadwayconalgunaputagorda—porque le gustan gordas— mientras le recita«Cynara» de Dowson…(Recita burlón, peroemocionado.)Su cálido corazón sobreelmíotodalanochesentílatir. Toda una noche deamor durmió entre mis

brazos. Ciertamente erandulces los besos de suboca comprada. Mas yo,desolado y enfermo deuna antigua pasión,desperté a la realidad deun gris amanecer: A mimanera, Cynara, te hesidofiel…(Con sorna.) ¡Y la pobrey gorda reina del cabaretsin entender ni una

palabra, perosospechando que la estáninsultando! ¡Jamie,incapaz de ser fiel a unasola mujer en toda suvidaysinhaberconocidojamás a una Cynara, allítumbado sintiéndosesuperior, mientrasdisfruta de placeres «quelos vulgares nuncacomprenderán»!(Ríe.)

¡Está como una cabra!¡Como una verdaderacabra!

Tyrone (Desconcertado. Convozaguardentosa):¡Sí, qué locura! Sirezarais… Cuando seniega a Dios, se rechazalacordura.

Edmund(Ignorándolo):Pero ¿quién soy yo parasentirme superior?Yohe

hecholomismo.NoestoymáslocoqueDowson,enmedio de su resaca deabsenta, inspirado poruna tabernera estúpidaque creía que se tratabadeunpobrelocoyquelemandó a paseo paracasarse con un camarero.¡Cyna r a !(Ríe. Luego,sereno, con verdaderacompasión.) ¡Pobre

Dowson! El alcohol y latuberculosisacabaronconé l .(Se estremece, ydurante un segundoparece asustado yangustiado.Luegoutilizala ironía comoautodefensa.) Quizássería mejor cambiar detema.

Tyrone(Embotado):¡Vaya gustos que tienes

para elegir escritores!¡Esa dichosa bibliotecaque tienes!(Señala lapequeña librería delfondo.) Voltaire,Rousseau, Schopenhauer,Nietzsche, Ibsen…¡Ateos,locos,idiotas!¿Ylospoetas?EseDowsonyese Baudelaire…Swinburne, Oscar Wilde,Whitman, Poe…

¡Putañeros ydegenerados! ¡Puaf!¡Cuando pienso en lastres colecciones deShakespeare que tengoahí(señalaconlacabezaa la librería grande) yquepuedesleer…!

Edmund(Provocador):Pues dicen que ésetambién empinaba elcodo…

Tyrone:¡Mienten! ¡Claro que legustaríaecharuntragodevez en cuando! Como atodo el mundo. Pero nobebía tanto como paraque se le embotase elcerebro y ponerse aescribir porquerías ycosas macabras. No lecompares con esos quetienes ahí.(Señala haría

lalibreríapequeña.)¡Eseasqueroso de Zola! ¡Y eldrogadicto de DanteGabriel Rossetti!…(Seestremece y parecepreocupado.)

Edmund(Secamente y a ladefensiva):Mejor será quecambiemos de tema.(Pausa.) Además, nopuedes acusarme de no

haber leído aShakespeare. ¿No teacuerdas de que una vezapostaste cinco dólares aque no me aprendía unpapel en una semana,igualquetúhacíasenlosbuenostiempos?PuesmeaprendíMacbethalpiedela letra. Túme dabas lasentradas.

Tyrone(Conaprobación):

Es verdad.(Sonríeafectuosamente ysuspira.) Aquello fueterrible, ver cómoasesinabas el texto. Nohacíamásquepensarquedebíahabertepagadocontal de que no me lorecitaras.(Chasquea lalenguayEdmund lehaceun gesto. De repente sesobresaltaaloírunruido

en el piso superior. Contemor.) ¿Has oído? Estápor ahí. Yo creía que sehabríaidoalacama.

Edmund:¡Olvídalo!¿Quétepareceotro trago?(Extiende lamanoycogelabotella,sesirve una copa y se lapasa a su padre.Mientras, Tyrone sesirve, simulando

despreocupación.)¿Cuándo subió mamá aacostarse?

Tyrone:Nada más irte tú. Noquiso cenar. ¿Por quésalistehuyendo?

Edmund:Por nada.(Bruscamentelevanta su vaso.) Bueno,atusalud.

Tyrone(Mecánicamente):A la tuya, muchacho.(Beben. Tyrone escuchaatentamente los ruidosprocedentes del piso dearriba. Con temor.) ¡Nohace más que moverse!¡Espero que no se leocurrabajar!

Edmund(Pensativo):¡Ojalá no! Ya sólo será

unespectroperdidoensupropio pasado…(Haceuna pausa, angustiado.)…Antes de que yonaciera…

Tyrone:Pero¿novesqueamímehace lo mismo? Pareceque la única época felizque haya conocido fueraen casa de su padre. Orezando o tocando el

piano en su colegio.Desde luego, antes deconocerme a mí.(Suamargura, se mezcla conlos celos y elresentimiento.) Ya te hedicho que no hay quefiarse de sus recuerdos.Su casa tan maravillosaera de lo más corriente.Su padre no era el grancaballero irlandés, noble

ygeneroso,queelladice.Era una personaagradable y un buenconversador. A mí megustabayyolegustabaaél.Vivíabiengraciasasunegocio de ultramarinos.Pero tenía susdebilidades. Ella semeteconmigo porque bebo,pero olvida que éltambién lo hacía. Cierto

que no probó una gotahasta que tuvo cuarentaaños, pero a partir deentoncesbiensedesquitó.Seconvirtióenunasiduobebedor de champán. Lopeor. Pero eso era partedesu«posse».Sólobebíachampán. Bueno, puesbienprontoacabóconél.El champán y lat u b e r c u l o s i s …(Se

detiene sintiéndoseculpableantesuhijo.)

Edmund(Mordaz):No hay forma de evitarlos temas desagradables¿verdad?

Tyrone(Suspiraresignado):N o .(Intenta mostrarsecampechano.) ¿Qué tal siechamos un par demanitas a las cartas,

muchacho?

Edmund:Bueno.

T y r o n e (Barajando sinmuchasoltura):No podemos cerrar elquiosco hasta que llegueJamie. El últimotranvía…Peroesperoquelo pierda… Además, noquiero subir hasta queellaseduerma.

Edmund:Niyotampoco.

Tyrone (Continúa barajandodistraídamente):Comote ibadiciendo,nopuedes tomar loquediceal pie de la letra. Comoeso del piano y de serconcertista. Se lometieronlasmonjasenlacabeza. Era su favoritaporqueeramuyreligiosa.

Esas santas mujeres sonunas ingenuas, la verdad.No se dan cuenta de queentretodaslasque,másomenos,tocanbien,niunasola llega a darconciertos. No es que tumadre tocara mal. Lohacía bien para su edad,pero no por eso hay quedar por sentado que ibaa…

Edmund(Cortante):¿Por qué no repartes sivamosajugar?

Tyrone:¿Qué? Ah sí, ya voy…(Repartesinpensarenloque hace.) Y eso de queibaametersemonja…Eslopeordetodo.Tumadreeraunadelaschicasmásguapas que he visto. Yella también lo sabía. A

pesar de su timidez y detanto sonrojarse, era unapresumidayunacoqueta,que Dios la bendiga. Noestaba hecha pararenunciar al mundo, sinollena de salud, de buenhumor y de ganas deenamorarse.

Edmund:¡Papá,poramordeDios!¡Hazelfavordecogertus

cartas!

T y r o n e (Las levanta,desanimado:)Averquetenemosaquí…(Ambos miran sus cartassin prestarles atención.Se sobresaltan. Tyronesusurra.)

Tyrone:¡Escucha!

Edmund:

¡Estábajandolaescalera!

Tyrone(Apresuradamente):Vamosajugar.Hazcomoquenotehasdadocuentayvolveráasubir.

Edmund(Mirando haría elsalón.Aliviado):No la veo. Debe habervueltoasubir.

Tyrone:¡GraciasaDios!

Edmund:La verdad es que habríasido terrible tener queverla tal y como debeestar ahora.(Conamargodolor.) Lo peor es tenerque aceptar que se aisledetrás de un muro. Escomo si se ocultaradentrodeunamuralla deniebla para perderse trasella. ¡Y deliberadamente,

esoeslomalo!¡Hayalgoen ella que la impulsa ahuir de nosotros, alibrarse de nuestrapresencia, a olvidar queexistimos!¡Escomosi,apesar de amarnos,tambiénnosodiara!

T y r o n e (Le reprochadulcemente):Vamos, vamos,muchacho…Ellanotiene

la culpa. Es ese malditoveneno.

Edmund(Conamargura):Sí, pero lo usa con esefin… Por lo menos, estavez ha sido con ese fin.(Bruscamente.)Metocaamí, ¿no?(Echa unacarta.)

T y r o n e (jugandomecánicamente. Le reprochacondulzura):

Tu enfermedad la hahecho preocuparsedemasiado, diga lo quediga. No seas tan duroconella.Recuerdaquenoes responsable. Cuandoese maldito veneno seapoderadeuno…

E dm u n d(Su rostro seendureceysequedamirandoasupadreacusadoramente):¿Y por qué empezó a

tomarlo? ¡Sé muy bienqueellanotienelaculpa!¡Sé quién la tiene! ¡Tú!¡Tumalditatacañería!¡Site hubieras gastado eldineroenunbuenmédicocuando se puso tanenferma al nacer yo, nosehabríaenteradodequeexiste la morfina! Pero,claro, llamaste a unmedicucho de hotel que,

para que no te dierascuenta de su ignorancia,¡tiróporel caminodeenmedio sin importarle loque sucedería después!¡Pero, claro, sushonorarios no eran altos!Otradetusgangas…

Tyrone(Dolidoyenfadado):¡Cállate! ¿Cómo teatrevesahablardeloqueno sabes?(Intenta

controlarse.) Tienes queponerte en mi lugar,muchacho. ¿Cómo iba asaberyoquesetratabadeesa clase de médico?Teníabuenafamay…

Edmund:¡Entre los borrachos quevivían en el hotel,supongo!

Tyrone:

¡Mentira! Le pedí alpropietario del hotel queme recomendase elmejor…

Edmund:¡Sí, claro! Mientras lehablabas del asilo y deque te convendría unoque no cobrase mucho.¡Conozco tus trucos!¡Vaya si los conozcodespuésdeloquehevisto

estatarde!

Ty rone (Culpable y a ladefensiva):¿Qué ha pasado estatarde?

Edmund:Ya no tiene importancia.¡Estamos hablando demamá! Y te estoydiciendo, que a pesar deloquedigas, tu tacañeríatuvolaculpa.

Tyrone:¡Y yo te digo que esmentira! Cierra la bocaahoramismoo…

Edmund(Ignorándole):¿Porquéno laenviasteaun sanatorio para que latratasen cuando te distecuenta de que era unaadicta a la morfina, eh?Pues te lo voy a decir;

porque eso habríasignificado gastarte másdinero. Me juego lo quequieras a que dijiste queel mejor remedio era lafuerzadevoluntad.Yesoesloquesiguescreyendoenelfondodetucorazón,a pesar de lo que handicho los médicos, queson los queverdaderamente saben de

quévalacosa.

Tyrone:¡Más mentiras!Ahora locomprendo muy bien.Pero ¿qué podía haberhecho yo entonces? ¡Nisabía lo que era lamorfina!Pasaronmuchosaños hasta que me dicuenta de que algo ibamal.Creía quenunca ibaa ponerse bien. ¿Que por

qué no la envié a que lapusieran en tratamiento,d i c e s ?(Amargamente.)¿Es que acaso no la heenviado ya? Me hegastado miles de dólaresen hospitales. Unapérdidadedinero,porque¿paraquélehanservido?Siempre vuelve aempezar.

Edmund:

¡Porque tú nunca le hasdadomotivosparadesearmantenerse alejada deello! Ni siquiera le hasdado un hogar, aparte deeste caserón destartaladoen un pueblo que odia yque te has negado aadecentar para hacerlohabitable.Pero,esosí,¡túsigues comprando fincasy creyendo en esas

historias que te cuentacualquier golfo que dicetener unamina de oro, ode plata o de cualquiercosaquetesueneadinerorápido! ¡Tú que la hasarrastrado de acá paraallá, una noche aquí yotra allí, temporada trastemporada, sin quepudierahablar connadie,esperándote noche tras

noche en hoteluchossucios hasta que llegabascon una buena trompadespués de que hubierancerrado todos los bares!¡Cono, no es de extrañarque no quisiera curarse!¡Cuando lo pienso, odiohastaelairequerespiras!

Tyrone(Dolido):¡ E d m u n d !(Furioso.)¿Cómoteatrevesahablar

así a tu padre, insolente?¡Después de todo lo quehehechoporti!

Edmund:¡Ya hablaremos despuésde lo que has hecho pormí!

Ty r o n e (De nuevo conaspectoculpable,leignora):¿Quieres dejar de repetiresasabsurdasacusacionesque tu madre sólo hace

cuando el veneno se haapoderadodeella?Nuncala he arrastrado, como tudices, en contra de suvoluntad. Es natural quequisiera que ella vinieraconmigo. La amaba. Yella me acompañabaporque también meamaba y quería estarconmigo.Ésa es la únicaverdad, diga lo que diga

cuandoseencuentrafuerade sí. Además no teníapor qué haberse sentidosola. Siempre podríahaber hablado con losmiembros de micompañía. Además teníaasushijos.Yoinsistíaenque lleváramos unaniñera,apesardeldineroquemecostaba.

Edmund(Conamargura):

Ya. Tu único rasgo degenerosidad. Pero laverdadesqueteníascelosde nosotros porque nosprestaba mucha atencióny querías que nosquitaran de en medio.¡Otro error! Si mehubiera cuidado ella, sehabría distraído y a lomejorhabríapodidodejarde…

Tyrone (Dominado por elrencor):Si quieres insistir enjuzgar las cosas por loqueelladice,reconocerásque si no hubierasn a c i d o…(Se detieneavergonzado.)

E d m u n d(Repentinamenteagotado y con aspectolamentable):Claro.Yaséqueesoeslo

queellacree,papá.

Tyrone (Intentandohacerlaspaces):¡No,nolocree!Tequieretodo lo que una madrepuedequereraunhijo.Telo he recordado porquemehaspuestodetanmalhumor con tu manía desacararelucirelpasadoydiciendoquemeodias…

Edmund(Resignado):

Lo siento, papá. No erami intención.(Derepentesonríe, bromeando,palpablementeborracho.)Me pasa como a mamá.No puedo evitar que megustesapesardetodo.

Tyrone(Lehaceungesto):Yopodríadecirlomismode ti.No eres como paraestar orgulloso, pero, alfin y al cabo, eres mi

hijo.(Los dos sonríen unpoco borrachos, peromostrándose verdaderoafecto.Tyronecambiadetema.) ¿Qué pasa con lascartas?¿Aquiénletoca?

Edmund:Creo que a mí.(Tyroneecha una carta. Edmundla recoge y vuelven aolvidarsedeljuego.)

Tyrone:Nodebespermitirquelasmalasnoticiasquetehandado hoy te depriman.Los dosmédicosme hanaseguradoque,sihacesloque te dicen en ese sitiodonde vas a ir, dentro deseis meses o, comomucho, un año, estaráscurado.

Edmund(El rostro de nuevoendurecido):No me hagas reír. No telocreesnitú.

Ty r o n e (Con demasiadavehemencia):¡Claro que me lo creo!¿Porquéno ibaacreerlosiHardyyelespecialistamehan…?

Edmund:

Lo que crees es que mevoyamorir.

Tyrone:¡Eso no es cierto! ¡Estásloco!

E d m u n d(Todavía másamargamente):Así que ¿para qué gastardinero?Poresomevasamandaraunsanatoriodebeneficencia.

Tyrone(Culpableyconfuso):¡Qué beneficencia ni quéocho cuartos! Que yosepa,vasairalSanatoriode Hilltown, y los dosmédicoshandichoqueeselquemásteconviene.

Edmund(Hundido):Elquemás teconvieneati.Prácticamentenotevaa costar nada. O casi

nada. ¡No me mientas,papá!Tú sabesmuybienque el Sanatorio deHilltown es unainstitución de caridad.Jamie sospechaba queibasairleaHardyconelcuentodelasiloylesacólaverdad.

Tyrone(Furioso):¡Ese borracho! Se hadedicado a hablarte mal

demí desde que eras asídepequeño.

Edmund:¡Asíqueesverdad!

Tyrone:No es como tú crees.¿Quéhaydemaloenquesea una instituciónpública? El estado tienelos medios necesariospara hacer sanatorios

mucho mejores quecualquier instituciónprivada.¿Porquénoibaaaprovecharme de ello?Estoyenmiderecho.Ytúen el tuyo. Somosresidentes en este estado¿no? Como terrateniente,pago mis buenosimpuestos y ayudo a sumantenimiento.

E d m u n d(Con amarga

ironía):Tus propiedades valenmedio millón dedólares…

Tyrone:¡Mentira! Todo estáhipotecado.

Edmund:PuestantoHardycomoelespecialista sabían bienloquevalen.Megustaríasaber lo que pensarán de

ti después de habertevisto allí, lamentándotedequevasaacabarenelasilo, insinuando que loque querías es que mellevasenaunainstitucióndecaridad.

Tyrone:¡Falso! Lo único que lesdije fue que no puedopermitirme enviarte a unsanatorio para

millonarios porque notengo dinero. ¡Ésa es laverdad!

Edmund:Por eso te fuiste luego averaMcGuireparaqueteestafase con otra finca.(Tyrone empieza anegarlo.) ¡No memientas! Nos loencontramosenelbardelhotel después de que

estuvo contigo. Jamieempezóatomarleelpeloconque te timaba y bienquesereíaMcGuire.

Tyrone(Débilmente,miente):Si dijo que… es unembustero…

Edmund:¡No mientas!(Conintensidad.) ¡Por Dios,papá, que desde que me

embarquéymevi soloycomprendí lo que estrabajar como una mulaporunjornalindecente,yestarsinblancaymorirtede hambre y tener quedormirenelbancodeunparqueporquenotienesadónde ir, he estadointentando respetarteporquemedicuentadeloque habías pasado de

niño! He intentado pasarmuchas cosas por alto.¡Dios, en esta casa, opasaslascosasporaltoote vuelves loco! Heintentado justificarmeante mí mismo lasguarradas que os hehecho. He intentadocomprender por quémamá dice que, cuandohaydineropormedio,no

puedesevitarcomportartecomolohaces.¡Pero,porDios, que esto esdemasiado!Medanganasde vomitar. No por laforma asquerosa en queme estás tratando. ¡Meimporta un carajo!Yo tehe tratado igual más deuna vez. ¡Pero que, acosta de la tuberculosisde tuhijo, toda laciudad

se entere de que eres unviejo roñoso y no teimporte!…¿Esqueno tedas cuenta de que Hardyvaaircontándoloporahíy se va a enterar todo elmundo? Papá, coño, ¿esquenotequedaorgulloniamor propio?(Dominadoporlaira.)¡Peronocreasque tevoyadejar salirteconlatuya!¡Nopiensoir

a ese sanatorio estatalpara que te ahorres unoscuantos dólares y luegolos inviertas en mástierras de mierda!¡Asqueroso tacaño!(Seatraganta, la voz letiembla de rabia y luegosufreunataquedetos.)

Tyrone (Hundido en la sillaalverseatacado.Tartamudeaconmás arrepentimiento que

ira):¡Tranquilízate! ¡Nodigasesas cosas! ¡Estásborracho!Notelotendréen cuenta. Vamos,muchacho,notosas.¡Hayque ver cómo te haspuesto por nada! ¿Quiénhadichoquetengasqueira Hilltown? Puedes irdonde te apetezca. Meimportaunrábano loque

cueste. Lo único que meimporta es que te pongasbien. Y no me llamesroñoso sólo porque noquiera que los médicosme desplumen creyendoque soy millonario.(Edmund ha dejado detoser. Parece enfermo ydebilitado. Su padre lemira asustado.) Parecesencontrarte débil,

muchacho. Más vale quetomesalgo.

Edmund(Toma la botella yllenasuvaso.Débilmente):Gracias.(Vacíaelvasodeuntrago.)

Tyrone (Se llena el vaso yacaba la botella. Bebe.Inclina la cabeza y miratorpementelascartasquehaysobrelamesa.Indiferente):¿A quién le toca?

(Continúa en el mismotono, sin mostrarresentimiento.) ¡Que soyun viejo roñoso! Bueno,quizás tengasrazón.A lomejornopuedoevitarloapesar de que, desde quetuve algo, me he pasadola vida tirando el dineroenlosbaresparainvitaralagenteoprestándoseloaunos gorrones que sabía

muybiennomeloibanadevolver.(Con el labiocaído hace un gesto dedesprecio.) ¡Claro, queeso era cuando yo estaballeno de whisky en unbar! No me pasa lomismo cuando estoysereno y en mi casa. Enmi casa fue dondeaprendí el valor de undólarycogímiedoairal

asilo. Desde entonces hetenido una suerteincreíble. Aunquesiempre he estadotemiendo que las cosascambiasen y me quedarasin nada. Pero, cuantomás tierras tienes, másseguro te sientes. A lomejor no es lógico, peroasí es. Si quiebra unbanco, te quedas sin

dinero, pero la tierrasiempre está bajo tusp i e s .(Repentinamenteadopta un aire desuperioridad.)¿Dicesquehas comprendido lo queyo pasé de pequeño, eh?¡Unamierda!¿Cómoibasa darte cuenta? Tú hastenido todo, niñeras,colegios, universidad…aunque ahí duraste poco.

Has tenido ropa,comida… Bueno, ya séque pasaste una malatemporada teniendo quemanchartelasmanosparaganarte la vida, lejos decasa y sin blanca en unpaísextraño.Yterespetoporello.Peroparatisóloera una experienciaromántica.Unjuego.

Edmund(Sarcástico):

Sí, sobre todo cuandointenté suicidarme en elbardeJimmieelCura.

Tyrone:Estabasloco.Ningúnhijomío podría… Estabasborracho.

Edmund:Estaba perfectamentesereno. Ése es elproblema. Que pensé

demasiado.

Ty r o n e (Con brusquedadagudizadaporelalcohol):¡Noempiecesadecirotravez esas cosas macabrasy ateas! No piensoescucharte.Loquequeríaes dejarte bien claroq u e…(Con desprecio.)¡Túquévasasaberloquecuesta ganar un dólar!Cuando yo tenía diez

años, mi padre abandonóamimadreysemarchóamoriraIrlanda.Loquelesucedió pronto, bien quese lo merecía, y esperoque se esté asando en elinfierno. Confundió conazúcarelvenenopara lasratas. O con harina o nosé qué… La gente decíaquenofueporerror,peroesmentira.Enmifamilia

nadie…

Edmund:Pues yo no diría que fueporerror.

Tyrone:¡Y dale con ponersemacabro!Eso te lohabrámetido tu hermano en lacabeza.Siempretienequecreer lo peor. Pero noimporta. Mi madre se

quedó sola, unaextranjera en tierraextraña, con cuatro niñospequeños: yo, unahermanaunpocomayorydos más pequeños. Misdoshermanosmayoressehabían marchado a otrositio. No podían hacernada para ayudarnos. Yatenían bastante conintentar sobrevivir.

Nuestra pobreza no teníaun carajo de romántica.Nosecharondosvecesdeaquella casucha quellamábamos nuestrohogar y tiraron a la callelas pocas cosas que teníami madre, mientras mishermanas y mi madrelloraban. Yo tambiénlloraba, aunque intentabano hacerlo porque era el

hombre de la familia. ¡Alosdiezaños!Seacabólaescuela. Me puse atrabajardocehorasaldíaen un taller de cerrajeríapara aprender a hacerlimas. Un establoasquerosoeraaquelsitio.La lluvia entraba por eltejado, en verano teachicharrabas y eninvierno no había estufa,

asíque,conelfrío,nosesentían las manos. Lapoca luz que habíaentraba por dosventanucos tan suciosque, cuando estabanublado, casi tenía quedoblarme en dos parapoder ver las malditaslimas. ¡Y tú vienes ahablarme de trabajar!¿Cuánto dirás que me

pagaban? Cincuentacentavosporsemana. ¡Escierto! ¡Cincuentacentavospor semana!Mipobremadresepasabaeldíalavandoyfregandoenlas casas de los yanquis,mi hermana mayor eracosturera y las dospequeñas llevaban lacasa. Nunca íbamossuficientemente

abrigadosnicomíamoslonecesario. Recuerdo queuna vez, sería el día deAcción de Gracias o enNavidad,unodeaquellosyanquisledioamimadreunapropinadeundólaryse lo gastó todo encomidaparanosotros.Noolvidaréquemientrasnosabrazaba y nos besabadecía con el rostro

anegado en lágrimas«¡Loado seaDios porquehapermitidoque,porunavez, ninguno tengamosque quedarnos conhambre!».(Se seca losojos.) Era una mujervaliente, dulce yadmirable. ¡La másvaliente y admirable detodas!

Edmund(Conmovido):

Sí,debióserlo.

Tyrone:Su único temor eraponerseenfermayacabarsuvidaenunasilo.(Haceuna pausa. Luego añadesarcástico.) Fue entoncescuandomeconvertíenuntacaño.Undólarentoncesvalíamucho.Ycuandoserecibeuna lecciónasí, esdifícil olvidarla. Tienes

que ir buscando gangas.Perdóname si es eso loquehehechoconestodelsanatorio estatal. Losmédicos me dijeron queera un buen sitio.Créeme,Edmund.Tejuroque no pensaba obligartea ir allí si no querías.(Vehemente.) ¡Escoge elque más te guste! ¡Sinimportar lo que cueste!

Siemprey cuandono seademasiado para mibolsillo, claro.(Al oíresta puntualización, loslabios de Edmund hacenuna mueca. Ya nomuestraresentimiento.Supadre continúa en tonoindiferente.) Elespecialista también merecomendó otrosanatorio. Uno de los

mejores del país. Lo haconstruido un grupo demillonarios parabeneficio de lostrabajadores de susempresas. Tú tendrásderecho a ir comoresidente en este Estado.Como contribuyen conmucho dinero, no resultademasiadocaro.Sólosonsiete dólares semanales,

pero, de hecho, eltratamiento vale diezveces más.(Conpremura.)Peroquequedeclaro que no quieroobligarte a nada.Sencillamente, estoyrepitiéndote lo que mehandicho.

E dm u n d(Ocultando unasonrisa,comodepasada):Yalosé.Meparecebien.

Allí iré. Arreglado.(Repentinamente vuelveaparecer desasosegado.Con resignación.)Además, ya me importaun bledo. ¡Olvidémoslo!(Cambiandodetema.)¿Ynuestra partida? ¿Quiénjuega?

Tyrone(Mecánicamente):No sé. Creo que yo. No,t ú .(Edmund tira una

carta. Su padre la coge.Cuando vaa tirar vuelveaolvidarsedeljuego.)Sí,es posible que la vidahayasidodemasiadoduraconmigo para enseñarmelo que vale un dólar.Porque, comoconsecuencia, arruiné micarrera de actor.(Tristemente.) Nunca hequerido admitirlo,

muchacho, pero estanoche me siento tanhundido que ya nada meimporta,asíqueparaquéseguir fingiendo.Aquellamaldita obra cuyosderechoscompréporcasinada y que luego fueéxito tan grande —y detaquilla también— acabócon mi carrera alproporcionarme una

fortuna de una forma tansencilla. No quería hacerningunaotraobra,asíquecuando quise darmecuenta,elpapelmehabíatiranizado. Entoncesintenté hacer otras, peroera demasiado tarde. Mehabíanidentificadoconelpapely el públiconomequeríaverenningúnotro.No les faltaba razón.

Después de tantos añosrepitiéndolo, sinmolestarme en aprenderotro,sintrabajarenserio,perdí el talentoque teníaal principio. ¡Cadatemporadamecaíanentretreintaycincoycuarentamil dólares con sóloponer la mano! Era unatentación demasiadogrande. Pero antes de

comprar los derechos deesa obra yo eraconsiderado una de lasmayores promesas delteatro americano. Claroquehabíatrabajadocomounburro.Dejémiempleoen el taller y empecé ahacer papelitos sinimportancia sólo porqueme encantaba el teatro.Estaballenodeambición.

Leía todas las obras quese escribían. Estudié aShakespeare como sifueralaBiblia.Abasedeestudio, conseguí perderaquel acento irlandés tanfuerte que tenía. Meencantaba Shakespeare.Habría participado encualquiera de sus obrassólo por el placer desentirme inmerso en su

poesía. Y lo hacía bien.Me inspiraba. De nohaberlodejado,mehabríaconvertido en un granactor clásico. Seguro.Una noche, cuando en1874EdwinBoothvinoaChicago para hacer elpapel de Bruto con lacompañía en la que yoestaba,yohiceCasio.Yalanochesiguienteélhizo

Casio y yo Bruto. LuegohiceOtelo,cuandoélhizoYago…LaprimeranochequeyohiceOtelo,Boothle dijo a nuestrorepresentante «Ese jovenhace Otelo mejor queyo» .(Con orgullo.) ¡Lodecía Booth, el mejoractor de todos lostiempos! ¡Y era verdad!Yo sólo tenía veintisiete

años. Cuando lo piensoahora, me doy cuenta deque aquella noche fue elpunto culminante de micarrera.¡Habíalogradoloquequería!Duranteunosaños continuéascendiendo, lleno deambición.Mecasécontumadre. Pregúntale cómoera yo en aquella época.Suamorfueunincentivo

más para continuarluchando.Perounosañosdespués mi buena malasuerte me hizo tropezarcon lo que se convertiríaen mi fortuna. Alprincipio sólo pensé quese trataba de unestupendo papelromántico que mevendría como anillo aldedo. Pero, desde el

principio,fuetaléxitodetaquilla que…Ahora erala vida quien me ganabala partida. ¡Treinta ycinco o cuarenta mil debeneficio neto portemporada! Una fortunaen aquella época…Incluso ahora.(Conamargura.) No sé quécoñoquerríacomprarquemereciese el haber…

Bueno,noimporta.Yaesdemasiado tarde paralamentarse.(Mira suscartas distraído.) Metocaamí,¿no?

Edmund(Conmovido, miracomprensivo a su padre.Lentamente):Me alegro de que me lohayas contado, papá.Ahora te conozcomuchomejor.

T y r o n e (Sonriendovagamente):Creo que habría sidomejor que no te hubieracontadonada.Alomejorsólo he conseguido quetodavía me despreciesmás. No es la mejormaneradedemostrarteelvalordeldinero.(Comosiesta frase hubiera dadolugar a su habitual

asociaríandeideas,mirala lámpara condesaprobación.) Todaestaluzmehacedañoalavista. No te importa quela apague ¿verdad? Nohacen falta tantasbombillasencendidas,asíque para qué vamos aregalar dinero a lacompañíaeléctrica.

Edmund(Controlando las

ganas de reírse. De buenhumor):Claroqueno.Apágalas.

T y r o n e (Se levantapesadamente e inseguro seponeenpie.Suspensamientosvuelven hacia el temaanterior):No.Noséqueera loqueesperaba conseguir.(Aflojaunabombilla.)Tejuro solemnemente,Edmund, que no me

importaríano tenerniunacre de tierra a minombre,niunpeniqueenel Banco…(Afloja otrabombilla.) …Y queacabaríafelizmisdíasenun asilo si ahora pudieradecirquefuielgranactorque todos esperaban.(Afloja la tercerabombilla dejando sóloencendidalapantallaque

hay sobre la mesa yvuelve a sentarsepesadamente. Edmund nopuede contener unacarcajada irónica.Tyrone se siente dolido.)¿Dequécoñoteríes?

Edmund:Detino,papá.Delavida.Esunalocura.

Tyrone(Gruñeentredientes):

¡Ya empezamos con tuscosas siniestras! No haynada malo en la vida.Somos nosotrosqu i e n e s…(Cita.) «Elproblema, querido Bruto,no está en las estrellas,sino en nosotros, susesc l avos .»(Hace unapausa.Tristemente). ¡LasalabanzasqueBoothhizode mi Otelo! Obligué al

representante a que meescribiera sus palabrasexactas.Lasllevédurantemuchos años en micartera. Solía leerlas devez en cuando hasta queya no pude soportar lomalquemehacíansentir.¿Dónde estarán ahora?Por aquí. Recuerdo quelas guardé con muchocuidado…

Edmund(Sarcástico):A lo mejor están en unbaúl del desván con eltraje de novia de mamá.(Al ver que su padre lemira fijamente, añaderápidamente.) Bueno,¿vamos a jugar de unavezono?(Tomalacartaque había echado supadre y empieza. Juegandurante unos momentos,

como si jugasenmecánicamente alajedrez, Tyrone sedetieneaoírunruidoenelpisosuperior.)

Tyrone:Todavía está por ahí.Sabe Dios cuando seacostará.

Edmund:¡Caray, papá, déjala en

paz!(Extiende lamano yse sirveun trago.Tyroneempiezaaprotestar,peroacaba por callarse.Edmund bebe. Deja elvaso sobre la mesa.Cambia de expresión.Cuando empieza ahablar, lo hace como sipretendiera escudarsedeliberadamente en laembriaguez y la

sensiblería.) Sí. Estásobre nosotros. Más alláde nosotros. Un espectroamenazando con unpasado, que nosotrosintentamos olvidarmientras agudizamos losoídos en busca del másleve sonido y la nieblagotea desde el tejadocomo el compás de unviejo y delirante reloj…

Comolaslágrimasdeunaramera tendida sobreunamesa anegada de cervezaen cualquier antro demala muerte.(Ríesentimental.) No estámal, ¿eh? Es mío, no deBaudelaire. ¡En serio!(Hablador por elalcohol.)Mehascontadotus recuerdos másimborrables. ¿Quieres

que te cuente los míos?Todos están relacionadoscon el mar. Escucha.Estaba enrolado en latripulación delSquarehead, rumbo aBuenosAires, había lunallena y soplaban losalisios. Aquel cascarónharíaunoscatorcenudos.Yo estaba tumbado en lacofamirando hacia proa,

mientras el agua sedeshacía en espuma bajomi cuerpo. Los mástiles,arbolados de velasblancasqueresplandecíanbajo la luz de la luna, seelevaban sobre mí. Meemborraché con subelleza y su melodiosoritmo y, por un instante,me sentí perdido…, semeescapabalavida.¡Me

encontraba libre! ¡Medisolví en elmar, pasé aformar parte de lasblancas velas y de laespuma ondulante, meconvertí en luz de luna,en barco, en cieloestrellado! Carecía depasado y de futuro. Eraparte integrante deaquella paz, de aquellaunidad…Y,rebosantede

salvajealegría,mesentíamás allá de mi propiavida, de la vida en latierra, ¡me encontraba enla Vida!… Era parte delpropio Dios, si quieres.Otra vez sucedió cuandotrabajaba en laAmericanLine. Estaba en la cofa,haciendo la guardia delamanecer. Esta vez elmar se encontraba en

calma. Sólo se percibíaun suave balanceo. Lospasajeros dormían y nohabía nadie de latripulaciónalavista.Laschimeneas despedían unhumo negro. Dejé deprestar atención a laguardiayempecéasoñar,perdido en mi soledad,libre y distante,mientrasobservabacómolaaurora

ascendíasobreelmaryelcielo, que dormíanenlazados, cubriéndoloscomo un sueño de color.Entoncesllegóelinstantedeéxtasisylibertad.¡Erala paz, el final de labúsqueda, el últimopuerto, la alegría de versuperadas las mezquinasambiciones, los tristesdeseos y los dolorosos

sueños humanos! Luego,ha vuelto a sucedermeotras veces: nadando enuna playa solitaria, lejosde la orilla, tumbadosobre la arena… hevuelto a tener la mismasensación. Yo constituíaparte del sol, de la arenacálida, flotaba como unalga mecida entre lasrocas…Loséxtasisdelos

santos han debido seralgo así. Como si unamano invisible levantarael velo que cubre lascosas.Lasvesduranteunsegundo y, una vezdescubierto su secreto,pasas a formar parte deesemismosecreto.¡Todotiene sentido durante unsegundo! Luego vuelve adescender el velo y te

quedas solo, de nuevoperdido entre la niebla,errante, sin rumbo…(Hace una mueca.) ¡Quégran error haber nacidohombre cuando podríahaber sido una gaviota ounpez! ¡Siempre seréunextraño sin hogar, sinesperanza y sin amor,siempre un vagabundo,unpocoenamoradode la

muerte!

T y r o n e (Le miraimpresionado):Desde luego, tienesmadera de poeta.(Protesta desasosegado.)¡Peroesodequenotieneshogar y de que amas lamuerte no son más quetushabitualesestupidecesmacabras!

Edmund(Consorna):

¡Madera de poeta! No.Me temo que más biensoy como esos tipos quefuman sin tragarse elhumo. Sería incapaz deescribir lo que acabo decontarte. Me ha salido atrompicones,tartamudeando. Y eso eslo único, lo que seguiréhaciendo, balbucear. Sisigovivo,claro…Bueno,

porlomenos,serápoesíarealista. Nosotros, loshijos de la niebla, sólosabemos balbucear.(Pausa. Ambos sesobresaltan al escucharun ruido en el exterior,como si alguien hubieratropezado en losescalonesyhubieracaídoenelsuelo.Edmundhaceun gesto.) Vaya, el

hermano ausente. Debehaberlacogidobuena.

Ty r o n e (Endureciendo elgesto):¡Ese borracho! ¡Malasuerte, ha cogido elúltimo tranvía!(Se poneen pie.) Mételo en lacama, Edmund. Voy asalir al porche. Cuandoestá borracho tiene unalengua de víbora y no

quieroperderlosestribos.

(Saleporlapuertaquedaalporche lateral mientras lapuertaprincipalsecierradegolpe detrás de Jamie.Edmund observa divertido aJamie,queaparecehaciendoeses. Entra Jamie. Está muyborracho y casi no puedetenerse en pie. Tiene lamirada vidriosa, la cara

abotargada y la bocaentreabiertaconuna sonrisaburlona. Se le traba lalengua.)

Jamie(Apoyado en el quiciode la puerta para no caerse.Enaltavoz):¡Ahdelacasa!

Edmund(Rápidamente):¡Nogrites!

Jamie(Laguiñaunojo):¡Ah! ¡Hola, chico!(Con

gran seriedad.) Estoycomounacuba.

Edmund(Secamente):Gracias por contarme tugransecreto.

Jamie(Burlón):Es verdad. ¡Vaya unanoticia!, ¿no?(Se inclinapara sacudirse lospantalones.)Hetenidoungrave tropiezo. Los

escalones han queridoatacarme.Sehanqueridoaprovechar de la nieblapara tenderme unatrampa. Deberíamosponerunfaroeneljardín.Tampoco es que aquíhaya mucha luz.(Demalhumor.) Pero, bueno, ¿esque estamos en lafuneraria? Vamos aencender un poquito la

luz.(Seacercaa lamesarecitandoaKipling.)

¡VadodelríoKabul,vadodelríoKabulen

lanoche!Siguelasestacasque

guíantuspasosparacruzarelvadodelríoKabulenla

noche.

(Dificultosamente consigueencender las tres bombillasdelalámpara.)

Jamie:Así está mejor. ¡Que elviejo Gaspar se vaya alcarajo! ¿Dónde está eseviejotacaño?

Edmund:Enelporche.

Jamie:

¡No querrá que vivamosen las tinieblas delinfierno!(Se fija en labotella llena de whisky.)¡Vaya! ¿Es que tengodelirium tremens?(Seinclina torpemente y lacoge.) Pues no. Es deverdad. ¿Qué le pasa alviejo esta noche? Debeestar medio lelo paradejarse esto aquí. No

dejes escapar la ocasión.Ésa es la clave de miéxito.(Sesirveunabuenacantidad.)

Edmund:Tal como estás, te vas acaerredondo.

Jamie:Habló la voz de laexperiencia. Corta elrollo, chico. Todavía

estás en pañales.(Sesienta en una sillamientras sostiene el vasoconcuidado.)

Edmund:Bueno, por mí, puedesseguir…Como si acabasK.O.

Jamie:Esoeslomalo.Nopuedo.Llevo dentro suficiente

alcohol como paradormirla durante unoscuantos días, pero nomehaceefecto.Bueno,quiénsabe.(Bebe.)

Edmund:Pásame la botella. Yotambién necesito untrago.

J a m i e(Con repentinapreocupación fraternal,sujetandolabotella):

Ni hablar.Delante demíno.Acuérdatedeloqueteha dicho elmédico.A lomejor,anadieleimportaque temueras, pero amísí.Mi hermanito. Con loque yo te quiero, chico.Lo demás me da igual.Sólo me quedas tú.(Acerca la botella haríasí.) Nada de alcohol.Tendrás que pasar sobre

micadáver.

(Se percibe una verdaderasinceridad bajo la actitudsentimentalqueleprovocaelalcohol.)

Edmund(Irritable):Cortaelrollo.

Jamie(Sesientedolidoyseleendureceelrostro):¿Conquenoteimportaloque tediga,eh?Sóloson

tonteríasdeborracho.(Lepasa la botella.) Bueno,si quieres matarte, pormí…

Edmund(Sedacuentadequelehamolestado.Afectuoso):Claro que sé que tepreocupas pormí, Jamie.Voy a dejar de beber.Pero mañana. Hoy hanpasadodemasiadascosas.(Se sirve un trago.)

Salud.

Jamie(Poruninstantepareceestar sobrio. Le miracompasivo):Yalosé,chico.¡Vayadíaque has tenido!(Cínico.)Seguro que el viejoGaspar te ha dejadobeber.¿Noteharegaladouna caja de whisky paraque te la lleves a esesanatorio para

deshauciados que te habuscado?Cuantoantes lapalmes, menos le cuesta.(Con odio y desprecio.)¡Tenemosunpadrequeesuncanalla!Hayqueverloparacreerlo.

Edmund(Aladefensiva):Bueno, papá no es tanmalo si te pones apensarlo… ¡Ymétete tusgraciasdondetequepan!

Jamie(Cínico):¿Tehahechoelnumeritode las lágrimas,eh?Puestehatomadoelpelo.Peroa mí no me engaña. Yano.(Lentamente.)Aunquehayunacosaqueavecesme da pena. Pero se lomerece. Sólo él tiene laculpa.(Apresuradamente.) ¡Ahacer puñetas!(Coge la

botella y se sirve otracopa,dando la impresiónde estar otra vezborracho.) Parece que laestoy cogiendo. Ésta metumba. ¿Le has dicho alviejoGasparquelesaquéaHardyqueesesanatorioes una instituciónbenéfica?

Edmund(Pesaroso):Sí. Le he dicho que no

pensaba ir. Pero ya estátodo arreglado. Dice quepodré ir donde se mea n t o j e .(Sinresentimiento, añadesonriendo.) Dentro de unlimite,claro.

Jamie(Imitandoasupadre):Claro, muchacho. Dentrode un límite.(Burlón.) Osea, a otro sitio igual decochambroso. Si ya te

digo que el papel quemejor le va es el deGaspar, el viejo usurerodeLasCampanas.

Edmund(Irritado):¡Cállate,coño!Teheoídoesa historia de Gasparmás de un millón deveces.

J a m i e(Se encoge dehombros.Convozpastosa):Bueno, bueno, como

quieras… Allá tú. Es tuvida. Y nunca mejordicho.

Edmund(Cambiadetema):¿Quéhasestadohaciendoenelpueblo?¿HasestadoencasadeMamieBums?

Jamie(Muyborracho,asienteconlacabeza):Claro.¿Dóndesinoibaaencontrar la adecuadacompañía femenina? Y

amor. No te olvides delamor. ¿Que serían loshombres sin el amor deuna mujer? Pájaros sinalas.

Edmund(Chasquealalengua,dejándose llevar por elalcohol):Estáscomounacabra.

Jamie(Cita «El Burdel» deOscarWilde.)

Entonces,volviéndomehaciamiamada,dije:«Losmuertosbailancon

losmuertos,elpolvodanzaentre

elpolvo.»Peroella…ellaoyóel

violíny,abandonándome,

entró:elamorentróencasa

delalujuria.Entonces

repentinamentelamelodíasequebró

losbailarinescesaronensuvals…

Jamie(Sedetiene,con lavozpastosa):Noesdeltodoapropiado.Sihallegadoelamor,yonomehedadocuenta.A

lo mejor se trata de unamor fantasma.(Pausa.)¿AquenosabesacuáldelasvampiresasdeMamieelegí para que mebendijera con su amor?PuesaVioletalaGorda.

Edmund(Ríeembriagado):¡No me digas! ¡Vayagusto! ¡Pero si pesa unatonelada!¿Porqué?¿Parareírte?

Jamie:Nadadebromas.Ibamuyenserio.Cuandolleguéalantro de Mamie, sentíamuchapenademímismoyde todos los inútilesdeestepuñeteromundo.Mehacía falta echar unabuenalloradaenunpechomaternal.Ya sabes cómose siente uno cuando lacoges triste. Nada más

abrirmelapuerta,Mamieempezó a contarme suspenas.Quesilascosasleiban fatal y que si iba atenerqueponeraVioletalaGordaenlaputacalle.No les gusta a losclientes. Lo único quesabe hacer es tocar elpiano. Pero a Vi le hadado ahora poremborracharse y ya ni

siquiera toca, así que nogana ni para comer, yaunque sea una buenachica y a Mamie le damucha pena porque nosabe cómo cono va aganarse la vida, losnegociossonlosnegociosy no puede dejar que sucasa se convierta en unasilo para putas gordas.Bueno, pues me dio

lástima de Violeta laGorda y le solté dospavos para que mepermitiera el placer deacompañarla arriba. Sinmalas intenciones, ojo.Una cosa es que megusten gordas, pero notanto. Sólo quería hablarun poco de las infinitasmiseriasdeestemundo.

Edmund(Ríeentredientes):

¡Pobre Vi! Seguro queempezaste a recitarle aKipling, aSwinburney aDowson y le dedicasteesode«Siempre,Cynara,te he sido fiel a mimanera…»

Jamie(Haceungesto):¡Claro! ¡Con la curdallorona que llevaba! Ellase lo tomó bien un rato.Pero luego se cabreó.

Creía que yo estabacachondeándome yempezó a chillarme.Quesi ella valía más que unborracho que le daba porlapoesíaytal.Ysepusoa llorar.Así que no tuvemás remedio que decirleque la quería porque lasgordassonmitipoytuveque demostrárselo. Sequedó convencida y,

cuandomefui,mediounbesoymedijoqueestabalocapormí.Lloramosunpoco más al despedirnosy todo quedó muy bien.Sólo que Mamie Burnsdebecreerqueheperdidountornillo.

Edmund(Citaburlón):

Lasramerasyloscondenados

disfrutanplaceresquelosseresvulgares

nuncacomprenderán.

Jamie(Asienteconlacabeza.Se le traba la lengua alhablar):¡Exactamente! Me lo hepasado de miedo.Deberías haber venidoconmigo, chico. MamieBurnsmepreguntóporti.

Sientequeestésenfermo.De verdad.(Hace unapausa. Como si estuvieseen un escenario.) ¡Estanochehe abierto los ojoshacialagran,carreraqueme aguarda! ¡Dejarélibres los escenariosparaqueseanocupadosporlasfocasmalabaristas,osea,la encarnación del máspuro arte! ¡Utilizaré mi

talento natural allí dondemejorseaprecieylograréllegaralacimadeléxito!¡Me convertiré en elamantedelamujergordadel circo Barnum!(Edmund ríe. Jamiemuestra un arrogantedesdén.) ¡Uf! ¿Teimaginas aplastado porunagordadeesasenunacasa de putas de pueblo?

¡Yo! ¡Que he tenidorendidas amis pies a lasmáshermosasmujeresdeB r o a d w a y !(Cita aKliping, «Sestina deTrampRojal»):

Engeneral,heprobadotodo,

losfelicescaminosquedominanla

tierra…

(Melancólico.) No sirve.Los caminos felices sonuna mierda. Los buenosson los difíciles. Y asíestoyyo,enningúnsitio.Igual que todos, aunqueesosmamonesnoquieranadmitirlo.

Edmund(Burlón):¡Como no cortes, acabasllorando…!

Jamie(Se sobresalta y sequedamirandoasuhermanocon hostilidad. Con vozpastosa):¡No te pases!(Conbrusquedad.) Tienesrazón. ¡Al cuerno loslloros! Violeta la Gordaes una buena chica. Mealegro de habermequedadoconella.Caridadcristiana.Lehecuradosu

tristeza.Deberías habertevenido, chico. Paraolvidar tus problemas.¡Mira que volver a casapara pensar en lo que yano tiene remedio! ¡Seacabó! Ya no haysolución…(Se detienedandocabezadas,conlosojos medio cerrados. Derepente levanta lamirada,se leendureceel

rostroycitaburlón.)

Simecolgasenenlamásaltacolina,

madrequerida,madrequerida,

séquetuamormeacompañaría…

Edmund(Violentamente):¡Cállate!

J ami e(Cruel, con la vozimpregnada de odio, pero entonoburlón):¿Dónde está la loca?¿Durmiendo?

(Edmund se estremece comosilehubieranabofeteado.Surostro parece enfermo ydolorido. Lleno de rabia seponeenpiedeunsalto.)

Edmund:

¡Hijodeputa!

(Le da a su hermano unpuñetazo en el rostro.Durante un segundo, Jamieparecequevaadevolvérselo,peroderepentesedacuentacon asombro de lo que hadicho y vuelve a sentarsedesmadejado.)

Jamie(Apenado):Gracias, chico. Me lo

teníamerecido.Noséquéme ha pasado… Elwhisky. Ya sabes comosoy.

Edmund(Calmado):Nodiríasloquehasdichoa no ser que… ¡Joder,Jamie,aunqueestéscomounacubanotienesningúnd e r e c h o !(Hace unapausa. Apenado.) Sientohaberte atizado. Tú y yo

n o …(Se hunde en elsillón.)

Jamie(Secamente):Vale.Melohemerecido.Es que tengo unalengua… Me la deberíacortar.(Oculta el rostroentre las manos. Conresignación.) Creo quetodoesporqueestoymuyjodido. Creía que mamáestavezibaa…Creíaque

ya lo había dejado. Elladice que siempre tengoque pensar lo peor, peroestavezno era así.Todolo contrario.(Le tiemblala voz) Será que no lapuedo perdonar…todavía. Significabamuchoparamí.Medecíaa mí mismo «Si ella lopuede dejar, yo tambiénp o d r é » .(Empieza a

sollozar y lo peor es quesu llanto parece sincero,no lágrimas deborracho.)

Edmund(A punto de llorartambién):¿Es que crees que no sécómo te sientes, Jamie?¡Cállate!

J a m i e(Intentandocontrolarse):Yo sabía lo de mamá

desde mucho antes quetú.Nunca olvidaré el díaen que me di cuenta. Lapesqué con la jeringuillaen la mano. Hastaentonces creía quesolamente se pinchabanlas putas.(Hace unapausa.)Y luego lo de tutuberculosis. Me hahecho polvo. Tú eresmucho más que un

hermanoparamí.Ereselúnico amigo que tengo.Tequiero tantoqueharíacualquiercosaporti.

Edmund(Se inclina y le daunos golpecitos de consueloenelhombro):Yalosé,Jamie.

Jamie(Hadejadodellorarydeja caer las manos delrostro. Con una extrañaamargura):

Pero con todo lo quehabrásoídodeciramamáy al viejo Gaspar de mimala leche, no meextrañaría que pensasesque, como papá ya estáviejo y no puede durarmuchoytútevasamoriry mamá y yoheredaríamos todo, yoestoyesperandoque…

Edmund(Indignado):

¡Cállate, imbécil! ¿Cómose te ha metido en lacabeza que…?(Se quedamirando a su hermanoacusadoramente.)¡Esoeslo que quiero saber!¿Cómo se te ha metidoesoenlacabeza?

Jamie(Confuso,pareceestarotravezborracho):¡No seas imbécil! Pueseso. Como siempre

pienso lo peor…(Pareceresentido.) ¿Pero es quevasaacusarmeamí?¡Notepasesdelisto!Sédelavida mucho más que tú.No creas que porquehayas leído tantos librosvas a engañarme. ¡Noeres más que un niñogrande! ¡El nene demamá y de papá! ¡Lagran esperanza de la

familia! ¡Vaya humosque te has estado dandoestosdías!¿Yacuentodequé? ¡Por un par depoemas y por trabajar enun periodicucho depueblo! ¡Era muchomejor lo que yo escribíaen la revista de laUniversidad! ¡Despierta,que no eres nadie!No tedejes engañar por lo que

estos paletos digan sobretu futuro.(Repentinamente cambiadetonoyparececontrito.Edmund ha vuelto elrostrointentandoignorarla andanada.) Caramba,chico, perdona. No mehagascaso.Yasabesqueno lo siento así. Estoymuy orgulloso de lo queescribes.

(Insistentemente.) ¿Cómono iba a estar orgulloso?Joder, aunque sólo fuerapor egoísmo. Me echasbuena fama.Además, yohe sido quien te hacriado. ¿Quién te haenseñadotodoloquehayque saber de lasmujerespara no acabar metiendolapatay enunbuen lío?¿Y quién fue el primero

que te dijo que leyeraspoesía? ¿Quién terecomendó a Swinburne?¡Yo! Y, como yo queríaser escritor, pues temetíenlacabezaquetúibasaser escritor. ¡Cono, claroque eres más que unhermano para mí! ¡Si tehe hecho yo! ¡Eres miFrankestein!

(Ahora parecearrogantemente divertido.Edmundestádisfrutandoconello.)

Edmund:Vale.Soy tuFrankestein.C e l e b r é m o s l o .(Ríe.)¡Estáscomounacabra!

Jamie(Convozpastosa):Yo me voy a tomar unacopa, pero tú ni hablar.

Tengo que cuidarte.(Seinclina haría adelante yafectuosamente toma lamanodesuhermano.)Note preocupes del asuntodel sanatorio. ¡Joder, sipodrás salir enseguida!En seis meses estarás enlacalle.Y,alomejor,nisiquiera tienestuberculosis.Losmédicosson una panda de

farsantes. A mí medijeron hace unos añosquesinodejabadebeberlaibaapalmaryaquímetienes. Son unoscriminales. Con tal dellevarse la pasta… Estoyconvencidodequeenesodel sanatorio estatal hayalgúnchanchullopolítico.Seguro que los médicosse llevan una pasta por

cada paciente quemandanallí.

Edmund(Divertido, a supesar):¡Eres el colmo! ¡El Díadel Juicio Final andarásporahídiciendoquetodoestabaamañado!

Jamie:Pues no iba a dejar detener razón. Si untas alJuez,teabsuelven,perosi

no tienes pasta, a la putamierda.(Haceunamuecadespués de decir establasfemia y Edmund nopuede contener la risa.Jamie continúa.) «Por lotanto, llénate bien labolsa». Es lo mejor quepuedes hacer.(Burlón.)¡La clave del éxito!¡Mírame amí!(Suelta lamano de Edmund para

servirse un trago y se lobebe.Miraa suhermanocon verdadero afecto,vuelveacogerle lamanoy reanuda el diálogo convozpastosa,perollenadeconvincente sinceridad.)Mira, chico, te vas amarchar y a lo mejor notenemos ocasión dehablar. O a lo mejorluego no estoy tan

borracho como paradecírtelo. Así que tienequeserahora.Esalgoquetenía que haberte dichohace ya tiempo… Por tub i e n .(Se detieneluchando consigo mismo.Edmund le mirafijamente,impresionadoeintranquilo. Jamie rompea hablar.) No sonchorradas de borracho.

«In vino veritas», dicen.Yo que túme lo tomaríaen serio. Tengo queprevenirte contra… mí.Mamá y papá tienenrazón. Soy un malejemplo.Ylopeoresquelohagoapropósito.

Edmund(Incómodo):¡Cállate, no quiero oírtedecirque…!

Jamie:¡Cállate, chico!¡Deliberadamente hehecho todo lo que hepodidoparaquefuerasuninútil!Por lomenos, hansidounade cal y otra dearena.Hayalgoenmíqueodialavida.Queríasertumaestro, que aprendiesesde mis errores. Por lomenos eso creía yo a

veces. Pero no es así.Hacíaquemiserroresnoparecieran tan graves.Hacía que parecierarománticoemborracharse.Hacíaquelas putas parecieranfascinantesvampiresasenvez de pobresmujerzuelas enfermas yestúpidas, que es lo queson. Me burlaba del

trabajo.Noqueríaquelascosas te fueran bienporque entonces yotodavía parecería peor atulado.Queríaquefuerasun fracasado. Siempre tehe tenido envidia. ¡Elniñito de mamá, elpreferido de papá!(Miraa Edmund con crecienteanimadversión.) Además,mamáempezóadrogarse

cuando naciste tú.Ya séque no tienes la culpa,pero es igual, ¡vete ahacerpuñetas,teodio…!

Edmund(Casiasustado):¡Jamie! ¡Cállate! ¡Estásloco!

Jamie:Pero no creas. Te quieromucho más de lo que teodio. El haberte dicho

esto es buena prueba deello. Porque a lo mejoracabas odiándome y ereslo único que tengo. Perono quería soltarte todoesto, no quería haber idotan lejos. No sé que mehapasado.Loquequeríadecirteesqueesperoquetodo te salga bien. Perocon cuidado, porque voya intentar que fracases.

No puedo evitarlo. Meodio amímismo. Tengoque vengarme. De todos.Especialmente de ti.Oscar Wilde enLaPrisión de Reading nosabía loquedecía.Aqueltipo ya estaba muerto ytenía, por tanto, que darmuerte a lo que másamaba. Como debe ser.Poreso,loquehamuerto

en mí desea que no tepongasbien.¡Inclusoalomejor me alegro de quemamá haya vuelto arecaer! ¡Necesitocompañía para no ser elúnicocadáverde lacasa!(Suelta una risitaangustiosa.)

Edmund:¡Jamie, joder, estásvolviéndomeloco!

Jamie:Siteparasapensar,verásquetengorazón.Piénsalocuando estés en elsanatorio.Haztealaideade que tienes queolvidarme,quenoexisto,quemehemuerto.Dileala gente «Yo tenía unhermano,peromurió».Ycuandovuelvas,búscame.Terecibiréconlosbrazos

abiertos y, en cuanto tedescuides,¡zas!,puñaladaporlaespalda.

Edmund:¡Cállate.Nopiensoseguirescuchándote!

Jamie(Comosinolehubieraoído):Pero no me olvides.Recuerda que te lo headvertido… por tu bien.Créeme. No hay mayor

amor que el de quiensalva a su propiohermano de sí mismo.(Muy ebrio, dandocabezadas.) Ya está. Mesiento mucho mejorahora. Me he confesado.Pero tú me absolverás.¿No, chico? Eres un tipoestupendo. Claro que loeres. Como que te hehecho yo. Tienes que

ponertebien.Noteirásamorir,¿eh?Eresloúnicoque me queda. Que Dioste bendiga, chico.(Losojos se le cierran. En unsusurro.) La última copamehadejadoK.O.

(Aunque parece estarcompletamente dormido, noes así. Edmund angustiadooculta el rostro entre las

manos.Tyroneentradesdeelporche por la puertacorredera sin hacer ruido,conelbatínhúmedoacausade la niebla y el cuellolevantadoparaprotegerse lagarganta. Hay en su rostrouna expresión mezcla dedisgusto y lástima. Edmundnoadviertequehaentrado.)

Tyrone(Envozbaja):Gracias aDios que se ha

d o r m i d o .(Edmundlevanta la miradasobresaltado.) Creía quenunca iba a dejar dehablar.(Sebajael cuellodelabata.)Másvalequele dejemos dormirla.(Edmund permanecesilencioso. Tyrone leobserva y luegocontinúa.) He oído loúltimo que ha dicho. Ya

te lo había advertido.Espero que, ahora que lohas oído de sus propioslabios, te des pore n t e r a d o .(Edmundparece no haberle oído.Tyrone, conmiseratívo,añade.)Tampocovayasatomártelo muy a pecho,muchacho. Le encantahacerse el malo cuandoestáborracho.Teaprecia.

Es lo único que le quedade bueno.(Inclina lacabeza para mirar aJamie con amargatristeza.) ¡Vayaespectáculoquehetenidoque presenciar! ¡Miprimogénito, quien yoesperaba llevara minombre con honor ydignidad, quien tenía unfuturotanbrillante!

Edmund(Apenado):¿Quierescallarte,papá?

Tyrone(Sesirveuntrago):¡Un inútil! ¡Unalcohólico que no sirveparanada!

(Bebe. Jamie, inquieto alnotar la presencia de supadre, intenta salir de sutorpor. Abre los ojos eintenta mirar a su padre.

Tyrone da un paso haciaatrásaladefensiva,mientrasseleendureceelrostro.)

Jamie(Leseñalaconeldedoy recita con énfasisdramático):Ha llegado Clarence, elfalso, huidizo y perjuroClarence,quemeapuñalóen los campos deTewksbury.Apoderaosdeél, Furias, y llevadlo al

t o r m e n t o .(Resentido.)¿Qué coño miras?(ConsornacitaaRosseti.)

Miramirostro.MellamoPodría-haber-

sido.TambiénmellamoNo-más,Demasiado

Tarde,Adiós.

Tyrone:Lo sé muy bien y sabeDiosquenoquierooírte.

Edmund:¡Papá!¡Déjalo!

Jamie(Burlón):Se me ha ocurrido unagran idea,papá.¿PorquénoreponesLasCampanasesta temporada? Hay unpapel que podrías hacer

hasta sin maquillarte. Eldel viejo Gaspar, elusurero.(Tyrone seda lavuelta intentandocontrolarse.)

Edmund:¡Cállate,Jamie!

Jamie(Burlón):AfirmoqueEdwinBoothno tuvo ocasión de daruna representación la

mitaddebuenaquelaquehaceunafocaamaestradaenuncirco.Lasfocassoninteligentes y honradas.No se dedican a darlecciones sobre ArteDramático.Sabenquesonunas pobres desgraciadasysóloquierenganarsesusardinadiaria.

Tyrone (Herido, se vuelvefurioso):

¡Borracho!

Edmund:¡Papá! ¿Es que quieresque, por vuestras peleas,baje mamá? ¡Duérmete,Jamie! ¡Ya has dichosuficientes burradas!(Tyronesevuelve.)

Jamie(Convozpastosa):Bueno, chico. No quieropeleas. Tengo un sueño

delcarajo.

(Cierra los ojos dandocabezadas. Tyrone se acercaalamesaysesientadespuésdevolverlasillaparanovera Jamie. Inmediatamenteparecesomnoliento.)

Tyrone(Fatigado):¡Ojaláseacuesteparaqueyo también pueda irme ala cama! ¡Estoy molido!

Ya no me puedo quedartodalanocheenpiecomohacíaantes.Estoyviejo…viejo y acabado.(Da unenorme bostezo.) Se mecierranlosojos.Creoquevoy a echar unacabezadita ¿Y tú,Edmund? A ver simientrastanto…

(Se calla. Se le cierran los

ojos, entreabre la boca ycomienza a respirarpesadamente. Edmund sesienta en tensión. Sesobresalta al oír un ruido ydirige la mirada hada elsalón. Luego se sienta a laespera, con los ojos muyabiertos y aferrado a losbrazos del sillón.Repentinamenteseenciendenlas luces del salón y un

momento más tarde alguienempieza a tocar el piano alcomienzo de uno de losvalses más sencillos deChopin, torpemente, comouna colegiala que lo tocarapor vez primera. Tyroneparece despertarsecompletamente con el temordibujado en su rostro,mientras que Jamie sesobresalta y abre los ojos.

Por un momento escuchanparalizados. La música cesatansúbitamentecomoempezóyMaryapareceenlapuerta.Sobre el camisón lleva unabata de color azul celeste, yen los pies unas delicadaschinelas con pompones. Ensu rostro, más pálido quenunca, los ojos negrosparecen enormes. Brillancomo el azabache.

Extrañamente, su rostroparecemuyjoven,comosisele hubieran borrado lasmarcasde laexperiencia.Escomo una máscara demármol que representase lainocencia juvenil. Sus labiosesbozan una tímida sonrisa.Lleva recogidos los blancoscabellos en dos trenzas quecaen sobre su pecho. Sobreun brazo lleva colgando

descuidadamente un vestidode novia antiguo, de satén yencaje, que arrastra por elsuelo, como si hubieseolvidado que lo lleva. Alllegar al umbral, parecedudar y permanece mirandohada la habitación con elceñofruncidocomosifueraabuscar algo y hubieraolvidado de qué se trataba.Ellos la miran fijamente,

pero no les presta másatención que a los objetosque hay en la habitación,muebles,ventanas,cosasquele resultan familiares y queacepta automáticamentecomosiestuviesenensusitionormal, pero sin prestarlesdemasiadaatención.)

Jamie(Rompeelsilencio,conamargura y burlón, a ladefensiva):

La escena de la locura.¡EntraOfelia!

(Tanto su padre como suhermanosevuelven furiosos.Edmund, más rápido, leabofetea en la boca con elenvésdelamano.)

Tyrone (Le tiembla la voz acausadelairareprimida):¡Bien hecho, Edmund!¡Traidor! ¡A su propia

madre!

Jamie(Balbucea sintiéndoseculpable,sinresentimiento):¡Está bien, chico! Me lomerecía. Pero ya te hedicho como esperaba…(Se cubre el rostro conlas manos y empieza asollozar.)

Tyrone:¡Mañana te echo a lacalleapatadas!(Pero los

sollozos de Jamie ledesarman, se vuelve y letoma por el hombro,sacudiéndolesuavemente.) ¡Jamie, poramordeDios,cállate!

(EntonceshablaMary,loquevuelveadejarlosparalizadosmientras la miran fijamente.No ha prestado ningunaatención al incidente, como

si fuera parte del ambientefamiliarde lahabitación,untelón de fondo que no lepreocupa. Cuando habla, lohacecomoparasímisma,noparalosdemás.)

Mary:¡Quémaltocoahora!Mefalta práctica. LaHermana Teresa se va aenfadar muchísimo. Mevaadecirquenoesjusto

que mi padre se gastetanto dinero en clasesparticulares.Tiene razón,porque es tan bueno, tangeneroso y está tanorgulloso de mí… Deahora en adelante voy aensayar todos los días.Pero amismanos les hadebido ocurrir algoespantoso. Tengo losdedos tan rígidos…

(Levanta lasmanos y lasmira incrédula yasustada.) Tengo losnudillos hinchados. ¡Quéfeas! Voy a ir a laenfermería a ver qué medice la Hermana Marta.(Dulcemente sonríemostrando confianza yafecto.)Yaesviejayestáunpocochiflada,peronopor eso la quieromenos.

Además, tiene unasmedicinas en suarmaritoque curan todo. Me daráalgo para que me pongaen las manos y dirá queen cuanto rece a laSantísima Virgen se mepondrán bien.(Se olvidadelasmanosyentraenlahabitaciónarrastrandoeltrajedenovia.Miraasualrededordistraídamente,

mientrasvuelvea fruncirla frente.) Vamos a ver.¿Qué estaba buscando?Es terrible lo despistadaque me he vuelto.Siempreestoysoñandoy,claro,semeolvidatodo.

Tyrone(Envozbaja):¿Qué es eso que lleva,Edmund?

Edmund(Resignado):

Supongo que su vestidodenovia.

Tyrone:¡Dios mío!(Se pone enpieinterponiéndoseensucamino. Angustiado.)¡Mary!¿Esqueno tienesbastante con…?(Secontrola. En tonopersuasivo.) Ven,dámelo. ¿No ves que, silopisas,sevaarompery

ademásseensuciarási loarrastras por el suelo?Luegotedaríapena.

(Ella le deja cogerlo,mirándole como si no lereconociera, sin mostrar niafectonianimosidad.)

M a r y(Con la tímidacorrección de unamuchachita bien educadapara con un caballeroancianoqueleprestaayuda):

Gracias. Es usted muyamable.(Mirasutrajedenovia con unamezcla deasombroeinterés.)Esunvestido de novia. Esprecioso ¿verdad?(Unasombra cruza por surostro y pareceligeramente intranquila.)¡Ah, ya me acuerdo! Loheencontradoenunbaúldel desván. Pero no sé

paraquéloqueríabuscar.Voy a ser monja, bueno,si encuentro lo que…(Mira alrededor de lahabitación con el ceñofruncido.) ¿Qué estarébuscando?Séqueesalgoque he perdido.(Sesepara de Tyrone, comosi simplemente fuera unobstáculoensucamino.)

Tyrone(Desesperanzado):

¡Mary!(Peronoconsiguellegar hasta ella, queparecenooírle.Sedaporvencido, encerrándose ensímismo,serenoysobrio,sin poder protegerse yacon el alcohol. Se hundeen su sillón, abrazado altraje de novia,dulcementeprotector.)

Jamie(Sedescubreel rostro,con losojosa laalturade la

mesa. Repentinamentetambién parece sobrio. Conresignación):No sirve de nada, papá.(Recita «La despedida»de Swinburne,correctamente, con untonodeamargatristeza.)

Despidámonos.Ellanolonotará

vayamoshaciaelmar,

comolosvientos,henchidosdearenay

espuma.¿Quépodemoshacer?

Nadapodemos,puesasísonlascosas,yelmundoamargocomounalágrima.

Yestascosas,aunquelasintentesmostrar,ellanolasconocerá.

M a r y(Mirando a sualrededor):Algo que echomucho demenos.Nopuedehabersep e r d i d o .(Empieza amoversedetrásdelasilladeJamie)

Jamie(Se vuelve y lamiraalos ojos sin poder evitarexclamar):¡Mamá!(Ella no parecehaberlooído.Jamieretira

lamirada.) ¡Mierda! ¡Nosirve de nada!(Continúarecitando con crecienteamargura.)

Marchemos,canciones,mías.Ellanonosescuchará.

Marchemosjuntossintemor.

Quedamosyaensilencio,yanoes

tiempodecantaryanoquedanadadelosviejostiempos

queridos.Niatiniamínos

amacomolaamamos.No;aunque,como

ángelescantemosasuoído,

ellanonosescuchará.

M a r y(Mirando a su

alrededor):¡Es algo que necesito!Recuerdo que, cuandotodavía no lo habíaperdido, no tenía miedoni me sentía sola. Nopuede haberse perdidopara siempre. Memoriría. Porque ya notendría esperanzas de…(Parece una sonámbula.Salepordetrásdelasilla

aJamieysedirigehaciaadelante, a la izquierda,pasando por detrás deEdmund.)

Edmund(Impulsivamente sevuelve y la coge del brazo.Suplicante, parece un niñoherido):¡Mamá!¡Noesuncatarrode verano! ¡Tengotuberculosis!

M a r y(Por un momento

pareceafectada.Tiemblaysuexpresión muestra terror.Exclama distraída, comoparasí):¡No!(Einstantáneamentevuelve a alejarse.Murmura suave, perofríamente.) ¡No debestocarme! No debesabrazarme. No está bien.Voyasermonja.

(Jamie suelta el brazo de su

madrequesedirigehacia laizquierda, hacia el extremodel sofá que se encuentrabajo las ventanas se sienta,mirando hacia delante, conlas manos cruzadas en suregazo, en la actitud de unacolegiala.)

Jamie(Mira a Edmund conuna mezcla de piedad yenvidia):¡Imbécil! ¡No sirve para

n a d a !(ContinúarecitandoaSwinburne.)

Marchemos,marchemos, no nosverá.Cantemosjuntosuna vez más.Seguramente tambiénellarecordandodíasycancionesque fueron,se volverá hacianosotros suspirando.

Mas nosotros de aquímarcharemos, comosi nunca hubiéramosestado.No.Y aunqueal verme todos mecompadezcan, ella nomeverá.

Tyrone (Intentando salir desu estupefacción sinesperanza):¡Somos idiotas! No

deberíamos hacerleningún caso. Es eseveneno.Aunque nunca lahabía visto tan hundidacomo hoy.(Malhumorado.) Pásamelabotella,Jamie. ¡Ydejade recitar esos malditospoemas! ¡En mi casa nolospiensotolerar!

(Jamie lepasa labotella. Se

sirve un trago sin soltar elvestido de novia quedescansasobresusrodillasylosujetacuidadosamenteconel otro brazo. Luego ledevuelve labotella.Jamiesesirveyse lapasaaEdmund,quien también lo hace.Tyrone levantasuvasoysushijos le imitanmecánicamente, pero, antesde que puedan beber, Mary

rompe a hablar y dejan losvasossobrelamesa,comosise hubieran olvidado deellos.)

Mary(Conlamiradaperdidasoñadoramente, su rostroparece extraordinariamentejoven e inocente. Sus labiosmuestran una tímida sonrisamientras, en voz alta, hablaconsigomisma):He estado hablando conla Madre Isabel. Es tan

simpática y tan buena.Una santa. La quieromuchísimo.Alomejorespecado, pero la quieromás que a mi propiamadre. Es tancomprensiva.A veces nohacefaltanihablar.Esosojos tan azules que tienete llegan directamente alcorazón.Nopuedes tenersecretosconella.Nosela

puede engañar aunque sequiera.(Yergue lacabezacon un gesto rebelde.)Bueno, pero esta vez noha sido tan comprensiva.Le he dicho que queríameterme monja, queestabamuy segura demivocación, que le habíapedidoa laVirgenMaríaque me iluminase y mehiciera merecedora de

ello. Le he dicho a laMadreque,cuandoestabarezandoenlacapilladelaVirgen de Lourdes quehay en la islita del lago,tuve una visión. Le hedicho que estabacompletamente seguradeque la Virgen Santísimame había sonreído y mehabía dado su bendición.Pero laMadre Isabelme

ha dicho que no erasuficiente, que tenía quedemostrarle que aquellono era producto de miimaginación.Diceque,siestoy tan segura, no meimportará someterme aunaprueba.Cuandosalgadel colegio me iré a micasa y llevaré la vida deuna chica normal, yendoa fiestas y a bailes y

divirtiéndome. Y si,después de dos o tresaños, sigo estando igualdesegura,podrévolveraverla y hablaremos.(Indignada.) ¡Nunca creíque la santa Madre medaría semejantesconsejos! La verdad esque me quedé de piedra.Le dije que haría lo queme dijese, aunque sabía

que era una pérdida detiempo.Despuésdehaberhabladoconella,mesentímuy confundida, así queme fui a la capilla y lerecéalaVirgenparaqueme diera paz, porquesabía que Ella iba aescucharmis oraciones ysiempre me amará y mepreservarádelospeligrosquemeacechenmientras

yotengafeenElla.(Haceuna pausa y su rostro secubre de inquietud. Sepasa una mano por lafrente como si quisieraaclararsuspensamientos.Vagamente.) Todo estopasó durante el inviernodel último año en elcolegio. Luego, enprimavera,mepasóalgo.Ah, sí, ya me acuerdo…

Me enamoré de JamesTyroneyfuifelizdurantealgúntiempo…

(Se queda mirando al varíocomo en un triste sueño.Tyrone se remueve en susillón. Edmund y Jamiepermaneceninmóviles.)

Telón

EUGENE O’NEILL (NuevaYork, EEUU, 16 de octubrede1888 -Boston,EEUU,27de noviembre de 1953).Eugene Gladstone O’Neill

fue un dramaturgoe s t a d o u n i d e n s e ,PremioNobel deLiteratura y cuatroveces (una de ellas demodopóstumo)ganadordelPremioPulitzer.

Más que cualquier otrodramaturgo, O’Neillintrodujo un realismodramático que ya habíaniniciado Antón Chéjov,Henrik Ibsen, y August

Strindberg en el teatroestadounidense. En general,sus obras cuentan conpersonajes que viven en losmárgenes de la sociedad, yque luchanpormantener susesperanzas y aspiraciones,aunque suelen acabardesilusionadas y cayendo enla desesperación. Explora enlaspartesmássórdidasde lacondiciónhumana.

A pesar de que EugeneO’Neill nació en lahabitación de un hotel deBroadway,enNuevaYork,suinfancia está íntimamenteunida a New London enConnecticut. Su familiacontabaconunapropiedadenesaciudaddesdeantesdequeélnacierayantesdeiravivirallídemododefinitivoerasuresidenciadeverano.Debido

a la profesión de su padre,pasósusprimerosañosentrebambalinas en los teatros yen los trenes en los que lafamilia se desplazaba de unlugaraotro.Alossieteaños,O’Neill es enviado a uninternado católico en el queencuentra como únicoconsuelolalectura.

Tras suspender en laUniversidad de Princeton,

tuvo bastantes empleosprecarios.Tuvounempleoenuna oficina de venta porcorreo, en la compañía deteatrodesupadre,setrasladóa Honduras a buscar oro,pasó varios años comomarinero, vivió en BuenosAires y durante ese tiemposufre una depresión que leempuja al alcoholismo. Suspadres,asícomosuhermano

mayor Jamie (que bebióhasta morir a los 45 años)murieron en el plazo de tresaños. Como forma deevasión, O’Neill se dedicó aescribir.

A la vez que se une a unacompañía de teatro deaficionados, los«Provincetown Players», querepresentará alguna de susprimeras obras, O’Neill

también obtiene un empleoen elNewLondonTelegraphdeConnecticut,yescribesusprimeras7u8obras.Decidededicarse a la escritura deobras de teatro a tiempocompleto tras su experienciaen el Gaylord FarmsSanatorium, a donde habíaacudido tras contraertuberculosis. Durante losaños 1910 O’Neill es un

habitualenlaescenaliterariade Greenwich Village, endonde se reúne con muchosamigos radicales entre losque el más famoso es JohnReed, fundador del PartidoComunista de los EstadosUnidos. O’Neill tambiénmantuvo durante esa épocaunromancecon laesposadeReed, la escritora LouiseBryant. O’Neill fue

interpretado por JackNicholson en la película de1 9 8 1 ,Rojos, de WarrenBeatty,sobrelavidadeJohnReed,endonde representaelanticomunismo y lasobriedad. En 1914 empiezaa estudiar arte dramático enHarvard.

En 1929 O’Neill se trasladaal Valle del Loira, y pasa avivirenelCastillodePlessis,

en Saint-Antoine-du-Rocher,Indre-et-Loire. En 1937 setraslada a Danville, enCalifornia, en donde viviráhasta1944.Sucasa,conocidacomo Tao House, es hoy unmuseo, el«Eugene O’NeillNationalHistoricSite».

Laprimerarepresentacióndeuna obra de O’Neill,Másallá del horizonte, enBroadway en 1920 fue un

éxito absoluto y le valió aO’Neill obtener el PremioPulitzer. Sus obras másconocidassonDeseobajolosolmos, Extraño interludiocon el que gana elPulitzerpor tercera vez,AElectra lesientabienel luto, en dondese nota la influencia deldrama griego,El gran DiosBrown, en donde un poeta yun racionalista se enfrentan,

y su única comediaTierrasvírgenes, una melancólicareescrituradelainfanciaquehubiera deseado tener. En1936, obtiene elPremioNobeldeLiteratura.Trasunapausa de casi una década,O’NeillescribelaobraLlegael hombre de hielo en 1946.El año siguienteUna lunapara el bastardo es unfracaso,sóloserávistacomo

sumejorobradiezañosmástarde.

Tras haber padecidonumerosos problemas desalud (entre ellos elalcoholismo)durantemuchosaños, O’Neill padeciótambién en sus últimos añosla enfermedad de Parkinson,lo que le ocasionabatemblores en las manos quele impidieron escribir en sus

diez últimos años de vida.Trató de dictar, pero leresultaba imposible escribirdeesemodo.

O’Neill murió en un estadoavanzado de la enfermedaddeParkinsonenlahabitación401 del hotel Sheraton deBoston, el 27 de noviembrede 1953, a los 65 años. Eledificio ahora se hatransformado en un

dormitorio del Shelton Hallde la universidad deBoston.Fue enterrado en el ForestHills Cemetery en JamaicaPlain,Massachusetts.

A pesar de que susinstrucciones escritasestipulabanque sus obras nodebían publicarse hasta 25años después de su muerte,en 1956 Carlotta ordenó suobra maestra autobiográfica,

Largo viaje hacia la nochesobreundíadelavidadeunafamilia problemática, paraque se publicara, lo queocasionó la inmediataaclamación de la crítica, yquehoyseconsiderasuobramás completa. Otras obraspublicadas póstumamentefueronUn toque de poeta(1958) yMás mansionesmajestuosas en 1967. Con

partedeldinerogeneradoporestas obras, y siguiendodisposiciones testamentariasdel propio O’Neill, quiendeseaba mostrar suagradecimientoalpaísquelehabía concedido el PremioNobel,seinstituyóelPremioO’Neill,queesotorgadocadaaño por el Teatro RealDramático (conocido comoDramaten)deSuecia.