Post on 09-Mar-2016
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¿Qué es? Pag. 8
Pag. 6,7
Nuestro Himno Nacional Pag. 11
INFORME BRONQUILITIS Pag. 9
Nota central
Pag. 3
Pag. 4
Pag. 8
Pag. 10
Pag. 11
Pag. 12
Salmo 8
Una nueva y gloriosa nación
Humor
Informe: Bronquiolitis
Un viaje especial
Recibiendo una cosecha diaria.
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Lugar Kids
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¿Qué es Servolución?
Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra!, ¡tu gloria se extiende más allá del cielo! 2 Con la alabanza de los pequeños, de los niñitos de pecho, has construido una fortaleza por causa de tus enemigos, para acabar con rebeldes y adversarios. 3 Cuando veo el cielo que tú mismo hiciste, y la luna y las estrellas que pusiste en él, 4 pienso: ¿Qué es el hombre? ¿Qué es el ser humano?
¿Por qué lo recuerdas y te preocupas por él? 5 Pues lo hiciste casi como un dios, lo rodeaste de honor y dignidad, 6 le diste autoridad sobre tus obras, lo pusiste por encima de todo: 7 sobre las ovejas y los bueyes, sobre los animales salvajes, 8 sobre las aves que vuelan por el cielo, sobre los peces que viven en el mar, ¡sobre todo lo que hay en el mar! 9 Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra!
SALMO 8
“No se engañen; de Dios nadie se burla. Todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará.” Gálatas 6:7 Dios tiene muchas maneras de bendecir a sus hijos. El ya nos bendijo con toda bendición espiritual cuando recibimos a Cristo en nues-tro corazón. Esas bendiciones incluyen: 1. Que El nos declaró justos al perdonarnos todos los pe-cados. (como si nunca hubiéramos pecado). 2. Nos hizo nacer de nuevo (nuestro espíritu estaba muerto y El lo revivió) 3. Nos incluyó en su fami-lia. (somos hijos de Dios) 4. Nos dio vida eterna. 5. Nos dio una herencia juntamente con Cristo. Además de todas estas ben-diciones espirituales, Dios tiene preparadas innumera-bles bendiciones para la vi-da diaria. El está esperando bendecirnos de una manera especial. Para eso, ha crea-do métodos a los cuales de-bemos estar atentos si que-remos alcanzar bendición para nuestras vidas.
Uno de esos métodos se lla-ma siembra. En la Biblia, la ley de la siembra y la cosecha está muy clara. Si la pudiéramos poner en una fórmula, sería así: Se siembra 1 y se cose-cha 30, 60 o 100. Eso indica un rendimiento de cosecha del 3000. 6000 o 10.000% más de lo sembrado. Quiere decir que una cosecha esca-sa en el Reino de los Cielos sería del 3000%. ¡WOW! ¡Si eso es escaso, como será el mejor rendimiento! Cuando aprendemos que a nuestro lado pasan por día cientos de oportunidades de sembrar, hacemos de nues-tra vida una nueva cosa. Ya no estaremos atentos solo a lo que nos pasa a nosotros, sino que nuestros ojos físi-cos y espirituales estarán mirando alrededor para ver la oportunidad de sembrar nuestra semilla para luego recoger abundantemente una cosecha para nosotros. San Pablo decía que “...Todo lo que el hombre sembrare, eso también co-sechará.”
Significa que la misma espe-cie que siembro, esa cose-cho. Si siembro paz, cosecho paz, si siembro alegría cose-cho alegrías, si siembro di-nero, cosecho dinero, si siembro palabras de sani-dad, recibo sanidad, y así contínuamente. ¿Qué estás esperando para empezar a ver dónde podés plantar una semilla que te dé fruto abundante? Podrás decir: “¿Cómo puedo sembrar semillas de paz, alegría, dinero, si no los ten-go?” 2Corintios 9:10 nos dice: “Dios, que da la semilla que se siembra y el alimento que se come, les dará a ust-edes todo lo necesario para su siembra, y la hará crecer, y hará que la generosidad de ustedes produzca una gran cosecha.” ¿Qué te parece? Dios está dispuesto a darte la semilla que estás necesitando para sembrar y obtener una gran cosecha. ¿No es maravilloso? Animate a sembrar en otros y comenzá a vivir la aven-tura de cosechar siempre.
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Cuentan de un hombre muy rico acostumbrado a viajar, que cuando ya era anciano, se enfermó gravemente . Ya en sus últimas horas de vida quiso hablar con su mayordomo para
agradecerle sus servi-cios durante toda su vi-da. Cuando el hombre se acercó a su cama para escucharlo, el enfermo le dijo: “querido Juan, quiero agradecerte to-
dos estos años de ser-vicio fiel a mí. Yo ya es-toy a punto de em-prender el último viaje de mi vida y quería despedirme de ti.” El mayordomo comenzó a llorar delante del en-fermo muy amarga-mente y le dijo a su patrón que estaba muy triste porque toda la vi-da había estado a su servicio y lo veía cómo preparaba detallada-mente cada viaje que hacía y ahora veía que para este último viaje, él no se había prepara-do.
Usted y yo solemos prepararnos para mu-chas cosas en la vida. Hacemos preparativos cada día para ir a traba-jar, para ir a la escuela, para hacer la comida, para viajar, etc.
Sin embargo mucha gente no ha hecho pre-parativos para empren-der el último viaje de su vida. Claro, quién piensa en salir de este mundo. Uno quiere quedarse lo
más posible aquí, pero la realidad es que un día nos tenemos que ir y para eso hay que pre-pararse. Jesús hizo todo lo nece-sario para que estemos seguros de dónde va-mos a pasar la eterni-dad luego de esta vida. Nuestro último viaje co-mienza cuando nace-mos. En realidad, la vi-da aquí en la Tierra es un paso entre la eterni-dad y la eternidad. Dios diseñó este paso por aquí para que decida-
mos dónde vamos a pa-sar la eternidad que nos espera. Esto es muy importante para usted, porque si lo cree, lo va a vivir y si no lo cree lo va a vivir
igual. Sería una pena no haber creído durante toda la vida que hay al-go más allá de nuestra existencia y de repente darse cuenta que era verdad demasiado tar-de.
Dios movilizó el cielo para que tengamos una oportunidad de vivir eternamente con él. Se hizo hombre en la figura de Jesucristo, vi-vió entre nosotros como un hombre, enseñó, sanó a los enfermos, li-beró a los endemonia-dos, y luego entregó su vida por nosotros en la Cruz. Al tercer día, re-sucitó de los muertos para darnos la esperan-za de la vida eterna.
NOTA CENTRAL
Para poder disfrutar de todos los beneficios de la vida eterna que Dios nos quiere dar, solo es necesario dar un paso de fe, entregando la vi-da al Señor Jesús. Cuando lo hacemos, El
viene a vivir a nuestras vidas y comienza a re-novarla desde adentro. Es en ese instante que ya tenemos preparadas nuestras vidas para el viaje especial que nos espera.
Vamos hacia un destino de gloria eterna o con-fusión eterna. Uno es el que decide. Ya está todo dado por Dios para que tomemos la decisión correcta. ¿Por qué vivir buscando lo que ya otro encontró hace más de 2000 años? Jesús dijo: “El que cree en mi, tiene vida eterna y no verá la muerte si-no que tendrá la luz de la vida.” Notemos que Jesús no dijo que si creemos, te-
nemos que esperar has-ta tener la vida eterna. El dijo: ya tiene vida eterna. Esa vida co-mienza aquí y ahora si le entregamos al co-razón a El.
Nada en este mundo puede darnos lo que Dios ya nos ha dado en Jesús. ¿Estás listo para abrir tu corazón a El? Si es así, hacé esta sencilla oración para
entregarle tu corazón a Jesús: “Señor Jesús, sé ahora que me amas y entien-do que te necesito. Te entrego mi vida y te re-cibo como mi Señor y Salvador. Ocupá el tro-no de mi vida y dame la vida eterna que
prometiste a los que creen en ti. Te lo pido en tu nombre, amén” Si hiciste esta oración, Jesús ha venido a vivir a tu vida ahora. Comienza desde este momento la vida de
aventura que Dios tenía preparada para vos desde antes de la fun-dación del mundo. Te animo a que te reú-nas con otros cristianos en una iglesia donde se adore a Dios, se hable
de Su palabra y se vean las señales sobrenatu-rales de su poder. Al estar con otros cris-tianos, tu vida se irá fortaleciendo cada vez más. Deseo que toda la ben-dición de Dios te alcan-ce en este tiempo. Amén.
Por el pastor Oscar Ferro
Una revolución de servicio. Iglesia Lugar de Sanidad
Ya están disponibles las reme-ras de Servolución. Son una buena manera de identificar-nos con el servicio a los demás y a la ciudad. Podés pedirla en la iglesia. Hablá con Matias o Denise. Servolución es un grupo de tra-bajo levantado para servir a la
sociedad que nos rodea en to-dos los ámbitos que lo necesi-te. Tu ayuda genera buenas cosas y bendiciones en la ciu-dad.
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INFORME
9
HIMNO NACIONAL AR-
GENTINO
(VERSION COMPLETA)
¡Oíd, mortales!, el grito sa-
grado:¡libertad!, ¡libertad!,
¡libertad! Oíd el ruido de ro-
tas cadenas ved en trono a la
noble igualdad.
Se levanta a la faz de la Tierra
una nueva y gloriosa Nación
coronada su sien de laureles y
a sus plantas rendido un león.
De los nuevos campeones los
rostros, Marte mismo parece
animar la grandeza se anida en
sus pechos a su marcha todo
hacen temblar.
Se conmueven del Inca las
tumbas y en sus huesos revive
el ardor lo que ve renovando a
sus hijos de la Patria el anti-
guo esplendor.
Pero sierras y muros se sienten
retumbar con horrible fragor
todo el país se conturba por
gritos de venganza, de guerra
y furor.
En los fieros tiranos la envidia
escupió su pestífera hiel.
Su estandarte sangriento le-
vantan provocando a la lid
más cruel.
¿No los veis sobre Méjico y
Quito arrojarse con saña tenaz,
y cuál lloran bañados en san-
gre Potosí, Cochabamba y La
Paz? ¿No los veis sobre el tris-
te Caracas luto y llanto y
muerte esparcir? ¿No los veis
devorando cual fieras todo
pueblo que logran rendir?
A vosotros se atreve, argenti-
nos el orgullo del vil invasor.
Vuestros campos ya pisa con-
tando tantas glorias hollar
vencedor.
Mas los bravos que unidos ju-
raron su feliz libertad sostener,
a estos tigres sedientos de san-
gre fuertes pechos sabrán opo-
ner.
El valiente argentino a las ar-
mas corre ardiendo con brío y
valor, el clarín de la guerra,
cual trueno, en los campos del
Sud resonó.
Buenos Aires se pone a la
frente de los pueblos de la
ínclita Unión, y con brazos ro-
bustos desgarran al ibérico al-
tivo león.
San José, San Lorenzo, Suipa-
cha. Ambas Piedras, Salta y
Tucumán, la colonia y las mis-
mas murallas del tirano en la
Banda Oriental, son letreros
eternos que dicen: aquí el bra-
zo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Pa-
tria su cerviz orgullosa dobló.
La victoria al guerrero argenti-
no con sus alas brillantes cu-
brió, y azorado a su vista el
tirano con infamia a la fuga se
dio; sus banderas, sus armas
se rinden por trofeos a la Li-
bertad, y sobre alas de gloria
alza el Pueblo trono digno a su
gran Majestad.
Desde un polo hasta el otro re-
suena de la fama el sonoro
clarín, y de América el nom-
bre enseñando les repite:
¡Mortales, oíd!
Ya su trono dignísimo abrie-
ron las Provincias Unidas
del Sud! Y los libres del
mundo responden: ¡Al gran
Pueblo Argentino, salud!
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir
Juegos que jugaban nuestros padres y abuelos.
Preguntale a tus papis como se jugaban estos juegos!
Rayuela Payana
Mancha venenosa Trompo
Figuritas