Post on 21-Jul-2016
description
En el hogar moderno los pescados asumen un aspecto de alienígenas. Abrimos la puerta de la heladera y hay ojos. Eso no es lo usual. La mayoría de la comida viene pre-empaquetada, en envases marcados y coloridos. Los ojos no son parte del trato. Los pescados frescos no son conscientes de este arreglo, se toman la molestia de fastidiar a los ingenuos. Por eso los pescaderos (la palabra misma está desapareciendo) nos preguntarán si queremos el pescado limpio. También les cortan las cabezas y las conservan para sus propios propósitos. ¿Vieron alguna vez sus baldes, llenos de cabezas de pescado, ojos mirando fijo en todas las direcciones? Limpio todos
LimPiAr un PEscAdo
los pescados de la misma manera, cortándoles por el vientre del cuello a la cola, sacándoles las vísceras y raspándoles el interior con un cuchillo, debajo de la canilla abierta. Limpiar mis propios pescados, eviscerarlos, sacarles las escamas me mantiene en contacto con la esencia del mar y con todas las cosas acuáticas. Tener los dedos sucios de las entrañas amarillas. cuando limpio mis pescados, dejo las cabezas intactas, unidas a los cuerpos a los que pertenecen. Les echo encima sal, un poco de perejil y los pongo al frío. me resulta tranquilizador tener algo con ojos en la heladera, mirando hacia el exterior desde la ciega y fría compañía de vegetales y productos lácteos.
Todas tus historias son sobre ti
mismo, dijo ella, incluso cuando
parecen ser sobre otra gente.
no iba a negarlo, ni a darle el
gusto de tener la razón. Así que
cité a Proust, quien dijo que los
escritores no inventan libros; los
encuentran en sí mismos y los
traducen. Eso pareció resolver
el problema y ella se quedó
callada. Hundí mis dedos en
TrAducción
un bol de agua perfumada y
empecé con el arroz. un dejo
de arcilla y a hojas y a metal me
tomó por sorpresa. ¿Qué hay en
el arroz?, le pregunté. ¿caldo
de hongos? ¿cartuchos de
escopeta? ¿Lombriz? no, dijo,
mirando a través de la luz de la
vela, las historias que todavía
no has escrito están en el arroz.
debes estar paladeándolas.
El trabajo de ella consiste en mantener limpia la iglesia, arreglar las flores, cambiar las velas. Al mediodía le prepara la comida al cura. Pero su principal preocupación es el bienestar de las estatuas de alabastro, especialmente la virgen. La semana pasada, me dice, tuvieron que levantar la estatua de la virgen, correrla un rato. “no puede imaginarse lo que pesaba”, dice sonriente, como hablándome de una niña desobediente pero querida. El viento se ha detenido. Todo está en calma. camino con el cura hasta el bar del pueblo. después, en la plaza, los niños se agolpan a mi alrededor,
LEVAnTAr A LA VirgEn
jugando y charlando, como si me hubiesen conocido de toda la vida. soy un extraño que ha llegado a este lugar minúsculo y que pronto se irá. La mujer de la iglesia, el cura, el cielo, los niños, la placita con su árbol y dos hamacas. una conspiración de sustantivos. Pero el efecto es el de un flujo entre una cosa y la siguiente, en un viaje que ha perdido todos los puntos de referencia y sólo ofrece la salvación de la continuidad. Levantar ese modelo de la virgen de proporciones reales se destaca como un desafío a todo lo que es inalterable en un pueblo de llanura. Era tan pesada. no pueden imaginarse.
Entre la navidad y el día de Año
nuevo llovió sin tregua. Todos
los días, ambos jugábamos a las
cartas para ver quién caminaría
por el barro mojado para
comprar vino y todos los días yo
perdía. El día de Año nuevo, a
pesar de hacer trampa, volví a
perder a las cartas. me negué
a ir a buscar el vino. deseé que
el tedio tal vez se rompiera con
una pelea, pero mi compañero,
más moribundo que yo mismo,
oLVido
sencillamente se acurrucó en su
litera y se echó a dormir. Afuera,
la perra del granjero le ladraba a
la lluvia desde los confines de su
perrera de metal. salí a la media
luz. La sombra azul de una
montaña. La lluvia caía oblicua
por los olivares. más allá de
los árboles, el mar gris. olvido.
nada existía fuera de esa isla. La
montaña solitaria, olivos, lluvia,
el mar distante. En algún lugar,
detrás de la lluvia, el monólogo
intimidante de una motosierra.
W h o p u t t h e s e b o x e s h e r e ? A n
e m p t y r o a d . S c a t t e r e d t r e e s ,
n o n e b e a r i n g f r u i t . A s k y f u l l
o f c l o u d s t h a t w i l l n o t r a i n . N o
s i g n s o f h u m a n l i f e . A n d y e t t h e s e
b o x e s , l i n e d u p p r e c i s e l y a t t h e
r o a d s i d e , b a n k e d o n t h e s a n d y s o i l
i n n e a t p i l e s . C a r d b o a r d b o x e s
¿Quién puso estas cajas aquí? un
camino vacío. Árboles dispersos,
ninguno dando frutos. un cielo lleno
de nubes que no van a dar lluvia.
ninguna señal de vida humana. Y,
sin embargo, estas cajas, alineadas
precisamente al borde del camino,
depositadas sobre el suelo arenoso en
Abrir unA cAjA /O p e N i N g A B O x
w i t h n o t h i n g w r i t t e n o n t h e m .
N o m e s s a g e o r m a r k o r c o m p a n y
s t a m p . p l a i n b r o w n c a r d , w i t h
t h e t o p s f o l d e d o v e r a n d t u c k e d
u n d e r. W h o e v e r l e f t t h e m h e r e
k n e w i t w o u l d n o t r a i n . i w a t c h
t h e b o x e s , a s i f e x p e c t i n g t h e m
t o m a k e t h e f i r s t m o v e . i w a i t t o
pilas ordenadas. cajas de cartón sin
nada escrito en ellas. ningún mensaje,
o marca, o sello de compañía. cartón
marrón liso, con las partes de arriba
plegadas y metidas. Quienquiera las
haya dejado aquí sabía que no iba
a llover. observo las cajas como si
esperase que ellas dieran el primer
s e e i f a n y o n e w i l l c o m e : i f a n y o n e
i s w a t c h i n g m e w a t c h t h e b o x e s ,
r e a d y t o l e a p o u t a n d c o n f r o n t
m e w i t h a n a n g r y s h o u t , c o m e u p
c l o s e a n d f a c e t o f a c e t o s w e a r
a t m e , a b u s e m e , c u r s e m e . i c a n
h e a r t h e m a n , u n s h a v e n f o r a w e e k ,
s m e l l h i s s w e a t , w a t c h t h e b i g v e i n
t h r o b b i n g i n h i s n e c k . S i l e n c e .
paso. Espero a ver si va a venir
alguien: si alguien me está observando
observar las cajas, listo para aparecerse
de un salto y encararme con un grito
airado, acercarse más e insultarme,
maltratarme, maldecirme. Puedo oír
al hombre, con barba de una semana,
oler su transpiración, contemplar su
gran vena palpitándole en el cuello.
T h e r e i s n o t h i n g h e r e . N o t e v e n
b i r d s . S o i l i s t e n f o r t h e s o u n d s
t h a t a r e n o t h e r e , a n d b e g i n t o
h e a r t h e m : d i s t a n t s h o u t i n g , a
t r a c t o r, a c r o w ’s c a w. T h e m o r e
i h e a r t h e s e a b s e n t s o u n d s t h e
d e e p e r t h e s i l e n c e g r o w s . i
a p p r o a c h t h e f i r s t b o x , l o o s e n t h e
f l a p . O p e n i t .
silencio. Aquí no hay nadie. ni siquiera
pájaros. de modo que escucho los
sonidos que aquí no hay y empiezo a
oírlos: un griterío a lo lejos, un tractor,
el graznido de un cuervo. cuanto
más oigo esos sonidos ausentes,
más profundo se hace el silencio. me
acerco a la primera caja, aflojo la parte
de arriba. La abro.
(Pontypool, Gales, 1956)Embajador cultural del país de Gales, es poeta, narrador y traductor. Realizó estudios de antropología, participó como poeta en conciertos punk en los 70 y vivió en Londres, donde, apartado de la vida artística, trabajó como lechero y aserrador. Luego de sufrir un accidente laboral, se mudó a Creta y compró un bote de pesca de seis metros; por los nueve años siguientes viajó en y alrededor del Mediterráneo. Luego de una larga caminata por el norte de España decidió regresar a Gales, y se estableció en Cardiff, dando clases y dirigiendo la maestría en Escritura Creativa en la Cardiff University.
Richard Gwyn
Su poesía incluye One Night in Icarus Street y Stone dog, flower red/Gos de pedra flor vermella (ambos de 1995), Walking on Bones (2000), y Being in Water (2001). Su primera novela, The Colour of a Dog Running Away (2005), fue publicada en el Reino Unido y en Estados Unidos y fue traducida a varios idiomas. Sus libros más recientes son Sad Giraffe Café (2010), una colección de poemas en prosa, y The Vagabondʼs Breakfast (2011), una memoria.Página oficial: http://www.richardgwyn.com/
SECSecretaría de Cultura