Stand Up Poetry: Geraldine Gutiérrez-Wienken

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Feliz tarde para todos. Reciban un cálido abrazo. Esta tarde tenemos el placer de presentarles, gracias al trabajo editorial de nuestra querida Gabriela Rosas, una estupenda selección de la obra poética de Geraldine Gutiérrez-Wienken. Luis Chacón/Stand Up Poetry

Transcript of Stand Up Poetry: Geraldine Gutiérrez-Wienken

Espantando elefantes. La liebre libre. Colección Cantos Iniciales. Maracay 1994

La vida avanza, casi recta.

Emily Dickinson

ALICE

Enciende grises

con un saxo que no sabe de fauvismos

Claroscuros

quemándose en la pipa

Extraña el beso sin lógica

cuando nadie la mira

Cuenta historias a un sabio

entre tazas de té

amores que pegan al cuerpo

AUDITORIO

La dama del foro

agita pancartas

No hay diálogo posible

las sombras no admiten contraste

Una agenda se cae

en medio del salón

El hombre ensaya finales

Por lo angosto de la noche

ancho es el barranco

AVENIDA PRINCIPAL

Transito este asfalto

no conozco ni al que maneja

Me revuelven las construcciones

y sus aguas

Cuántas nostalgias caben en un ladrillo

DOBLE VÍA

Frente al semáforo pensará

posibles planos cosas olvidadas

esos creyones

Traerá ciudades que no conozco

en calles doble vía

Le nombraré paisaje junto a la muerte

otra casa

PASO DE PEATONES

Contaminación en suspenso

Alto

Paso

Persuasiva ambición

cruzar

Cruzar

PARADA 121

Cuando nada te arranca una sonrisa

hay un cajero automático

por cada lágrima

cornetas

al son de las cuatro estaciones

colapsa

la gran solución para Caracas

los carros patinan

ese jeep sabe que no debe frenar

tú tan vulnerable como él

Es neblina lo que llevo

estornudos tras piropos

¡qué nice tu nariz roja!

Es posible

sentirse turista en la tristeza

decir

es una simple alergia

Mas vivo

días de no verte

Con alma de cine. España 2008. IX. Premio de Poesía Excmo. Ayto. de Ciudad Real,

España 2007

De pronto, me hallé a destiempo de mí mismo,

sentí la tierra gravitando a la deriva…

Eugenio Montejo

Al margen de este río

que jamás me dijo nada

pasan pescadores, heladeros,

ciclistas.

Gente que sólo quiere

agua helada y simpatía.

Extrañamente me faltas

reloj de esquina.

Un poco del movimiento

de la calle,

cada tienda, cada balcón

es un viaje que hago.

Con ojeras de nómada

me le cuadro al cielo gris.

Aquí todo es inofensivo.

Disfruto un poema

sobre la muerte

siendo todo tan vital.

Acostumbrada al sur

hago sombras como las nubes

en la sabana.

Vía a occidente cambian las horas.

La noche en el cabello.

A la luz de las velas,

mermelada para untar galletas,

la cosecha de mandarinas

y llega la niña del rompecabezas.

No demoran los diálogos

interrumpidos.

Su boca

recordándote una película.

Mis anécdotas ya pasan de veinte años.

En aquel entonces no entendía

a los perros, tan solos,

en carreteras desiertas.

Crecía amontonando pueblos,

empedradas callejuelas, aceras altas,

helados de fresas naturales.

Tal vez mi primer parque de leyendas.

Todo era grande.

Sin embargo, la cordillera de andinitos

es hoy mucho más grande.

Después de una larga caminata

entiendo el ardor de sus ponchos,

los motivos de sus rostros.

Hoy confío en el paisaje

como en mis amigos.

Agradezco la primera nuez

al invierno.

Me rindo a la gente que canta

de madrugada.

Cruzo calles de pueblo

en la ciudad,

buscando puntos de referencia

A partir de hoy

como si aprendiese apenas a caminar,

usaré el perfume que baja de la colina,

reuniré a la gente que convencida

espera el tranvía,

a los que sin treguas preguntan

por el futuro.

En la noche, dejaré confundir

los reflejos de esta ciudad con otras.

Tal vez New York

y la dignidad de su invierno.

La tierra del amaranto y triste neblina.

O allá, donde el sol es un rey sin honores.

Ni vendedores de flores,

ni artistas de la vida.

A la derecha o a la izquierda

da igual.

Coca-cola alumbra el camino.

Mega-ciudad acelere por favor.

Rectángulos de cielo entre rascacielos.

Ni cámaras fotográficas, ni nostalgia.

Tan sólo un ángel de la guarda

nos acompaña,

entre autobuses y luces de néon,

la bosanova amorosa

por esta cidade do Brasil.

Días en que el tráfico es un domingo.

La ciudad donde es indispensable amarse.

Sólo para peatones con alma de cine.

Todos los vendedores, todos a la vez

cantan su mercancía,

y pásele joven qué le damos

sí, lo tenemos, pásele.

Volteo continuamente,

buscando antigüedades.

Ahora se asoma una señora

en el balcón de los geranios rojos.

Aquellos días en que andábamos

en metro y metrobus.

Tortillerías, antojitos, alegrías.

Una iglesia barroca.

Mujeres, mujeres solas, niñas reunidas.

Calle La Soledad

y nosotros tomados de la mano.

Castañas de confianza. Editorial Eclepsidra, Caracas 2013

En la distancia, cara a cara,

vamos a comenzar eso también:

juntos

Paul Celan

HOJARASCA

Qué difícil creerte ave

nube en blanco de paso

adoquín barroco

si hay verdades

casi noches hojarasca

castañas en mi escritorio

OPCIONAL

El menú del día

sopa de verduras

–bien picaditas–

dos o tres palabras

un espresso por favor

¿y el acompañante?

–es opcional–

capítulo tres cuatro cinco

seis siete ocho...

COTIDIANO

Ésa que va al mercado libre

y espera luz verde

con su cesta impaciente

rebosante de lechuga y ajo-porro

y pone mala cara

al ciclista que viene por la acera

en vez de ir por la calle

al final de una larga noche

es la forma que nos salva.

SIN MOTIVO

Todos los frutos en flor

en fotografías los pastizales

lucen raros

algo modernos pero pasivos

los esmaltes de tu ausencia

escribo a sorbos

mi respiración en un cuenco

–no definitivo–

este rasgar en seda

mudar de piel en lo azul.

RELATIVO

La nieve esculpe azules

cuencos grandes

sombras de familia

sobre adoquines de papel

el caleidoscopio gira

brotan narcisos crocos

todo comienzo es relativo.

Cortapisas. 2016 (inédito)

II

ahora, en rezagos de tierra, yo misma me labro

vocifera Enriqueta Arvelo Larriva

y tú

surcas con las yemas de los dedos la incertidumbre

jacaranda y yerbas estiras las manos

el lampion acogedor se ve de lejos

nieblografía el alma toda

piel y canto decantas

pendiente de tus muertos

de uno que otro ratico

juntos

los pies sobre la tierra

le llevas el correo y el periódico a la vecina

subes las persianas y dejas que entre

la iguana de la historia:

a los rieles amarrarnos debimos

sí pero no lo hiciste nadie lo hizo nadie lo hará

niemand

cuida la tierra poda el seto después de todo

el sótano de tus correspondencias crece solo

y las persianas

(no importan)

V

horas a mano

a vuelo de pájaro desconocido

el horario las cornejas

coincidimos nunca

hier geht man rechts

por la derecha y punto

dice una acera

por aquí

estío de polillas

sin agujas el reloj

uno tras otro Th. Bernhard

J. Roth P. Celan I. Bachmann

un cuadrito fecha nombre tras bordado

metal empedrado

stolpersteine cortapisas pierres d'achoppement

antes de ayer mañana hoy

stolpersteine pierres d'achoppement

pisa corta pasa

el tiempo

sin pizca de sueño

dejado avasallado pisado

en el ombligo

del mundo

Geraldine Gutiérrez-Wienken, 1966, Venezuela Poeta e investigadora literaria. Odontólogo por la Universidad Central de Venezuela, Caracas. Magister y doctorado en Filología Alemana por la Universidad Heidelberg, Alemania, Poemarios: Espantando elefantes. La liebre libre, Maracay 1994, Con alma de cine (XI Premio de Poesía, Excmo. Ayto. de Ciudad Real, España 2008), Castañas de confianza / Kastanien des Vertrauens. Eclepsidra, Caracas 2013. Minificción: Die Pusteblume. Frankfurt, 2012). En el campo de la literatura comparada ha publicado numerosos ensayos en obras colectivas. Colabora con revistas especializadas en arte y literatura.