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Las técnicas cuantitativas en la investigación
Social: Un eslabón de la cadena.
Claudia Adriana Ferreiro
Introducción
Cuando abordamos el tema de las técnicas cuantitativas
es porque estamos reconociendo la especificidad de un grupo
de procedimientos concretos que se utilizan para investigar y
que se diferencian de las técnicas cualitativas.
Se diferencian en los instrumentos a las cuales se las asocia
(Entrevista estructurada para el primer grupo; entrevista en
profundidad para el segundo); también por las acciones de
recogida (como producto en un momento determinado en las
cuantitativas y como proceso a la largo de un período
prolongado en las cualitativas) y especialmente porque son
concebidas epistemológicamente de manera diferente.
¿Cuáles son las técnicas más utilizadas en las Ciencias
Sociales?
Los cuestionarios: cuestionario simple, la entrevista y las
escalas sociométricas, también llamadas escalas para medir
actitudes como por ejemplo la escala tipo Likert, de diferencial
semántico, escalograma de Guttman, entre otras; la
observación sistemática; pruebas estandarizadas;
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instrumentos para el análisis de contenido; datos secundarios,
etc.
Desarrollo
Con la intención de distinguir algunos rasgos propios de
cada técnica cuantitativa como así las características
comunes, abordamos lo siguiente:
Para Sierra Bravo (1999) el cuestionario es “El instrumento
básico de la observación por encuesta. Es un conjunto de
preguntas, preparado cuidadosamente sobre los hechos y
aspectos que interesan un una investigación sociológica para
su contestación por la población o su muestra” (p.306).
En las entrevistas el cuestionario lo aplica el investigador o
personas preparadas para ello; son los encuestados los que
responden a las preguntas y sus respuestas son registradas
mediante anotaciones por el encuestador.
Una escala es un conjunto de frases, preguntas o ítems que
permiten medir el nivel que consigue un atributo determinado.
Las escalas sociométricas se caracterizan porque las
respuestas de los encuestados tienen asignado un valor
numérico, lo que permite medir el nivel que alcanza la actitud
o cuestión investigada en cada sujeto.
Cuando pensamos en la observación estamos priorizando la
captación del hacer por la del decir.
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La observación en sentido amplio engloba todos los
procedimientos utilizados en las Ciencias Sociales. En sentido
restringido la observación es científica cuando el modo de
llevarla a cabo es sistemático, dentro de este aspecto en
necesario considerar: ¿Qué observar?, ¿Cómo observar?,
¿Cuándo observar? Y ¿Dónde? Estas preguntas podrán ser
respondidas por el investigador si tiene en claro que es lo que
le interesa saber. Por lo tanto se hace necesario construir una
definición más concreta de lo que se quiere registrar.
Existen distintos modos de clasificar la observación: según el
grado de involucramiento del observador (participante y no
participante); según su objeto (observación directa cuando
algo está sucediendo en ese momento y observación indirecta
cuando algo ha sucedido y trabajamos con documentos donde
esté registrado ese hecho, acontecimiento o proceso).
Para llevar a cabo la observación consideremos qué límites
vamos a utilizar. ¿El acontecimiento o el tiempo?; es decir
registrar solo el o los comportamientos que nos interesa o
tomar como unidad de observación una determinada duración
de la observación. Estas decisiones son fundamentales a la
hora de elegir el tipo de registro que haremos (registro
narrativo o con guía sistemática).
Toda prueba estandarizada contiene tres elementos que la
distinguen como tal: instrumento o prueba; procedimientos de
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aplicación y codificación y mecanismos de análisis e
interpretación de los resultados obtenidos.
¿Por qué estandarizada? Porque luego de sucesivas
aplicaciones y ajustes se ha convertido en un dispositivo
terminado, probado y listo para usar.
Su elaboración conlleva supuestos ontológicos,
epistemológicos y teóricos como así también supuestos
metodológicos y técnicos; por lo tanto cada vez que
consideremos utilizar una prueba debemos hacer un análisis
previo de dichos supuestos, los que subyacen a su
construcción.
La mayor dificultad que tienen estas pruebas es que no
responden o no consideran diferentes contextos. A modo de
anécdota, allá por la década del 90´ en los Valles Calchaquíes
estábamos evaluando el nivel de inteligencia de los niños
frente a las dificultades de aprendizaje evidenciadas en la
escuela. Utilizamos la escala de inteligencia de Weschler para
niños (WISC) cuando aún no se habían elaborado estándares
nacionales y regionales; básicamente el test recoge los datos
mediante dos tipos de pruebas: las de ejecución y las verbales.
Frente a la pregunta ¿qué es un diamante? los niños
respondían un vino (en verdad, se trataba de una marca de
vino en caja de un litro que podían ver en sus casas o en los
almacenes) en vez de decirnos una piedra preciosa (respuesta
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valorada como correcta en el test). Cómo medir el vocabulario
de los niños si no consideramos las experiencias significativas
que ellos desarrollan dentro de un contexto socio – cultural…
nos dimos cuenta a tiempo y cambiamos por las pruebas
operatorias de Piaget, nos fue mucho mejor.
En cuanto a los instrumentos para el análisis de contenido, Rut
Vieytes (2004) nos aporta lo siguiente “el análisis de contenido
como técnica se utiliza para sistematizar y analizar el
contenido de los mensajes de textos, sonidos e imágenes con
el objetivo de efectuar deducciones lógicas justificadas
concernientes a la fuente. Para ello el analista tendrá a su
disposición todo un juego de operaciones analíticas, más o
menos adaptadas a la naturaleza del material y del problema
que tratará de resolver, pudiendo utilizar una o varias que
sean complementarias entre sí para enriquecer los resultados
o hacer una interpretación fundamentada (p. 539).
Usualmente recogemos la frecuencia con la que aparece un
concepto, un comportamiento, práctica o aspecto concreto;
también podemos establecer asociaciones entre una práctica
recurrente con los acontecimientos, personas o lugares en los
que aparece. Por ejemplo, si queremos identificar que
cuestiones se asocian a las prácticas de consumo de agua en
una región donde este elemento vital es escaso, podemos
registrar en qué recipientes se acopia; de qué manera se lo
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hace; cuál es el tamaño de los utensilios que eligen para
beber; si dejan resto de líquido o no al beber; qué destino le
dan al resto; cual es la distancia que recorren para conseguir
el agua; qué grado de dificultad presenta el acceso a la misma.
Hasta aquí, hemos precisado los aspectos particulares de
algunas técnicas cuantitativas más usadas en las Ciencias
Sociales. Veamos entonces ¿Qué características comunes
presentan las técnicas cuantitativas?
Lo primero que queremos destacar es que todas las técnicas
cuantitativas son procedimientos concretos que nos permiten
medir objetos tangibles o intangibles como acontecimientos,
procesos o sistemas.
S. Steven, 1976 citado por Sierra Bravo (1999), escribió:
“medir es asignar números a objetos o acontecimientos de
acuerdo con ciertas reglas”. (p.17).
Conforme a esta definición no solo medimos cuando
comparamos algo con una unidad de medida y observamos las
veces que la contiene, sino también cuando distinguimos y
clasificamos cosas distintas, y cuando ordenamos según más o
menos las características o variables de las cosas, asignando
números a las distintas cosas y variables clasificadas y
ordenadas. Por lo tanto afirmamos que existen diversos
niveles de medida, lo que conlleva a señalar que también
existen diversos niveles de observación.
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Precisemos otras características comunes:
Todas las técnicas tienen un acusado carácter numérico
e implican las etapas de observación, clasificación y análisis.
Sierra Bravo (1999) considera que “Se trata de un
procedimiento predominantemente inductivo que busca
determinar las características externas generales de una
población basándose en la observación de muchos casos
individuales de la misma” (p.24)
La validez de los procedimientos está acompañado de
pruebas empíricas que permiten validar el instrumento
utilizado para la recogida de datos.
Para H. Schwartz (1984) las técnicas “permiten someter
a prueba hipótesis empíricas en una forma lógicamente
consistente”. (p.22)
Generalmente se predeterminan las categorías y sub-
categorías a observar1.
La intervención del investigador cuando administra estas
técnicas es menor que en las técnicas cualitativas.
Permiten abordar las problemáticas de las Ciencias
Sociales mediante la obtención de constructor o indicadores,
los primeros para las variables cualitativas, nominales u
ordinales y los segundos para las variables cuantitativas de
razón o continuas
1 En este caso utilizamos el término observar en sentido amplio, ya sea para recoger datos directa o indirectamente.
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¿Qué requisitos debe reunir un instrumento de medición?
Por confiabilidad se entiende el grado de confianza que tiene
un instrumento. Para ello debe haber pasado por la aplicación
repetida al mismo sujeto o sujetos con características similares
u objetos y producir resultados iguales.
Como sabemos los objetos de estudio en las Ciencias Sociales
son complejos: el hombre, la sociedad; los procesos sociales;
procesos de aprendizaje, entre otros y es muy difícil que dos
acontecimientos, inclusive registrados en los mismos sujetos,
suceda y observemos lo mismo. Por ello el grado de
confiabilidad estará dado por la utilización de pruebas
estandarizadas o ad – hoc, habiendo pasado por un proceso de
validación mediante la aplicación de una prueba piloto o
preliminar.
Adherimos a la definición de confiabilidad que Hernández
Sampieri, R., Fernández Collado, C. Y Baptista Pilar, L. (2006)
nos brindan “Grado en el que un instrumento produce
resultados consistentes y coherentes” (p. 277).
La validez, se refiere al grado en que un instrumento
realmente mide la variable que pretende medir.
Kerlinger (1986) nos orienta con una pregunta “Está midiendo
lo que cree que está midiendo” (p.138) es conveniente hacerla
en todos los casos cuando seleccionamos o elaboramos un
instrumento para la investigación.
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La dificultad mayor se plantea cuando trabajamos con
variables cualitativas ya que elaboramos un constructo para
poder observar y medir la variable.
Debemos ser consistentes durante el proceso de elaboración
del constructo. Por ejemplo si nosotros queremos medir en qué
grado una determinada población hace uso sostenible del
agua, debemos partir de una definición conceptual de uso
sostenible del agua que responda a la perspectiva teórica del
estudio; a partir de esta, construimos una definición
operacional la que nos debe dar elementos puntuales para
identificar los constructos.
La validez es un concepto del cual pueden tenerse diferentes
tipos de evidencia: relacionada con el contenido; relacionada
con el criterio y relacionada con el constructo.
La objetividad en las Ciencias Sociales se alcanza mediante el
consenso o acuerdos íntersubjetivos que especialistas hacen
sobre una temática específica.
¿Cómo se trasfiere esa objetividad al instrumento? Por un lado
revisando el estado del arte o de la cuestión de modo de
precisemos con que instrumentos otros investigadores han
trabajado y qué resultados obtuvieron. ¿El instrumento que
elegimos, ha sido utilizado en otras investigaciones similares?.
A su vez los métodos que permiten validar los procesos de
análisis, como los estadísticos o de triangulación, tienen que
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estar siempre presentes en toda investigación; les confieren
mayor objetividad al instrumento y a los resultados
producidos.
Hasta aquí nos detuvimos en hacer una presentación de las
técnicas cuantitativas.
A modo de cierre…
¿Podemos analizarlas sin considerar que son un eslabón
del collar? … (El que representa a todo el proceso de
investigación).
Creemos que no, por eso nos preguntamos:
¿Qué cuestiones tenemos en cuenta a la hora de seleccionar,
elaborar y administrar técnicas cuantitativas en las Ciencias
Sociales?
En todo proceso general de investigación se dan tres etapas:
La de planificación, ejecución y comunicación; cada una de
ellas contiene fases. En la de planificación debemos dar
respuesta a tres preguntas: ¿Qué se investigará?, ¿Cuál es la
base teórica del problema? Y ¿Cómo se investigará?; en la
etapa de ejecución: se recogen los datos, se realiza la
tabulación, presentación de los datos, análisis y conclusiones;
en la etapa de comunicación se elabora el informe final y se
socializa. Estas fases y etapas deben guardar coherencia
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interna, la misma se logra mediante las relaciones lógicas
desarrolladas.
Las técnicas cuantitativas si bien se aplican en la etapa de
ejecución, son diseñadas en la etapa de planificación, éstas
deben generarse a partir de las cuestiones abordadas en las
tres fases que componen esta etapa.
Entonces, para poder pensar en las técnicas, primero tenemos
que precisar los objetivos de la investigación, ver si los mismos
responden al planteo del problema de investigación y cómo
hemos definido conceptualmente las variables del problema,
las que deberán responder a la perspectiva teórica elegida y
que se visualiza en la investigación como marco teórico.
¿Cómo se vinculan las técnicas en todo ese proceso?
Estamos frente al proceso de operacionalización del estudio.
Las variables del problema se convierten en aspectos a
observar, medir o clasificar; pero si tenemos presente que en
las Cs. Sociales los problemas son complejos y generalmente
abordan variables cualitativas, por lo que es sumamente
necesario avanzar en el proceso de operacionalización de las
variables; de este modo llagamos a elaborar los constructos o
ítems, los que podremos sistematizar e incluir en
determinados instrumentos.
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Por lo ante dicho las técnicas son los procedimientos de
actuación concretos y particulares, vinculadas a las diferentes
fases del proceso de investigación.
¿También tenemos que tomar decisiones sobre las tácnicas
vinculadas a la muestra?
Si consideramos por ejemplo, que es relevante establecer
diferencias de género o etarias entre los sujetos que
consumen el agua. Nos deberíamos preguntar si ¿El
comportamiento es el mismo o presenta diferencias según se
trate de un hombre o una mujer o de adultos, jóvenes y niños?
Siempre hemos de revisar los objetivos de la investigación y el
objeto de estudio antes de determinar con quiénes
trabajaremos.
Pensar en la muestra no es solo pensar en el tamaño y el tipo
sino a que o quiénes vamos a aplicar un instrumento. ¿La
población es este caso, es toda la comunidad?, ¿nuestra
muestra, un grupo de familias?, ¿la unidad de análisis, las
viviendas y sus habitantes?
No vamos a hacer un cuestionario para ocho (8) personas, ni
vamos a observar cuatrocientos setenta y ocho casos (478).
Por consiguiente podemos inferir que existe una relación lógica
entre muestra y técnica.
Veamos todo esto en ejemplos…
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Si consideramos nuestro proyecto de investigación
presentado al CIUNT Acciones para el uso sustentable del agua
que dirige la Dra. Juana Albarracín, el mismo aborda dos
problemáticas:
a) La calidad del agua que consume parte de la población
de Tucumán, que carece de agua potable y se abastece de
pozos o ríos;
b) Las prácticas que atentan contra el uso sostenible del
agua.
Los objetivos generales del proyecto son los siguientes:
• Determinar la calidad del agua de consumo de grupos
poblacionales de Tucumán y los factores que influyen en la
misma.
• Desarrollar e implementar estrategias para paliar las
problemáticas emergentes.
• Realizar y generar acciones para la transferencia de los
resultados y la educación sanitaria de la población.
• Crear en las comunidades educativas de distintos niveles
una conciencia de la problemática mundial del agua, y brindar
formación sobre el tema.
En el tema se evidencian tres conceptos: acciones, uso
sustentable y agua y en los problemas dos: calidad de agua y
prácticas. La mayoría de estos conceptos corresponden a
variables cualitativas, por lo tanto no se pueden observar ni
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medir directamente; se hace necesario operacionalizar estas
variables.
Para operacionalizar los conceptos, Rut Vieytes señala que “los
términos que utilizamos en el modelo teórico adoptan un
carácter conceptual, pero para hacerlos operativos se los debe
convertir en variables observables. Al operacionalizar estos
términos, especificamos cuáles serán las manifestaciones
concretas y observables de estos conceptos que nos
permitirán valorarlos. Se denomina a estas expresiones
empíricas indicadores y constituyen un elemento
imprescindible para poder elaborar el instrumento”. (p.28).
Visualicémoslo en el siguiente esquema:
Definición conceptual
Dimensiones
Definición operacionalÍtems o constructos
Tomemos como ejemplo el término uso sustentable y lo
definimos conceptualmente como la utilización racional y
responsable de un recurso escaso para que este no
desaparezca.
Xavier Cazorla – Clarisó (2003) vincula este término “a un
equilibrio entre la equidad, la sustentabilidad ambiental y el
crecimiento económico” (p. 2).
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Buscamos delimitar este concepto; las dimensiones nos
permiten hacerlo y focalizar, entonces elegimos las
dimensiones: personal; social (grupos poblacionales) y política.
A partir de las dimensiones construimos una definición
operacional; entendida en este caso como el conjunto de
acciones que los sujetos, las comunidades y los gobiernos
deberían realizar para hacer uso racional del agua.
Los ítems o constructos son especificados dentro de cada
dimensión y de algún modo contienen la definición
operacional, en el sentido que se explicitan las categorías y
sub – categorías construidas a partir de la definición
conceptual; por ejemplo en la dimensión grupos poblacionales
podemos proponer los siguientes ítems:
Cantidad de litros que consume cada familia según el tipo de
uso y la frecuencia:
Para higiene de los miembros de la familia
Para limpieza de la vivienda y alimentos
Para riego de terreno sembrados (en el predio de la vivienda)
Para consumo humano y de animales domésticos
Para recreación (uso de piletas de natación)
Así mismo podríamos desarrollar las prácticas y con que
frecuencia realizan los grupos poblacionales.
Para la higiene de los miembros de la familia:
Se sumergen en una tina o bañera
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Utilizan ducha
Utilizan un jarro y un recipiente
Para limpieza de la vivienda:
Baldean los pisos
Rocían el piso y luego barren
Pasan un trapo húmedo
Utilizan la manguera y con la fuerza del agua lavan el piso
Hemos tomado los ejemplos para ilustrar el trabajo y
consideramos que son suficientes.
Ahora sí estamos en condiciones de seleccionar o elaborar la
técnica cuantitativa más adecuada.
Podemos emplear la elaboración de preguntas como estrategia
para considerar todas las cuestiones que están implicadas en
las técnicas cuantitativas; de algún modo, las respuestas que
producimos nos guiarán para un desarrollo adecuado.
Sin buscar una simplificación: ¿Vamos a priorizar los
comportamientos? elijamos la observación sistemática;
¿Vamos a priorizar la opinión, lo que los pobladores dicen?
Elijamos las entrevistas estructuradas o los cuestionarios
Bibliografía
CAZORLA – CLARISÓ, X. (2003): Conflictos en el manejo integrado
de los Recursos Hídricos: la crisis de la gobernabilidad y los
usuarios del agua. México: Universidad Autónoma del Estado
16
de Morelos. Trabajo presentado en el tercer Foro Mundial de
agua en Kyoto.
Cea D’ancona, M. A. (1998): Metodología cuantitativa:
Estrategias y técnicas de investigación social. Madrid:
Síntesis.
Hernández Sampieri, R., Fernández-Collado, C. Baptista Lucio,
P. (2006). Metodología de la investigación México: McGraw-
Hill/Interamericana Editores. (4ª. Ed.).
Kerlinger, F. (1986): Investigación del comportamiento.
México: Interamericana.
León, O y Montero, I. (1997) Diseño de investigaciones.
Madrid: Mc Graw Hill.
Schwartz, H. (1984). Sociología cualitativa. México: Trillas.
Sierra Bravo, R. (1999): Técnicas de Investigación Social.
Madrid: Paraninfo
Vieytes, Rut (2004): Metodología de la Investigación en
organizaciones, mercado y sociedad. Epistemología y técnicas.
Bs. As.: De las Ciencias
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Técnicas cuantitativas de recolección de
datos: El cuestionario
María Nélida Mena
Según Hernández Sampieri el cuestionario tal vez sea el
instrumento más utilizado para recolectar los datos; consiste
en un conjunto de preguntas respecto de una o más variables
a medir.
¿Qué tipos de preguntas puede haber?
Básicamente se consideran dos tipos de preguntas:
cerradas y abiertas.
Preguntas cerradas. Las preguntas cerradas contienen
categorías u opciones de respuesta que han sido previamente
delimitadas. Es decir, se presentan a los participantes las
posibilidades de respuesta, quienes deben acotarse a éstas.
Pueden ser dicotómicas (dos posibilidades de respuesta) o
incluir varias opciones de respuesta. Ejemplo de preguntas
cerradas dicotómicas serían:
¿Bebe agua diariamente? ( ) Sí ( ) No
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Ejemplos de preguntas cerradas con varias opciones de
respuesta serían:
¿Cuánta agua cree que debe beber a diario?
Menos de 500ml500ml a 1 litro1 litro a 2 litrosMás de 2 litros
Hay preguntas cerradas donde el sujeto puede
seleccionar más de una opción o categoría de respuesta.
Ejemplo:
¿De dónde consume el agua en su casa?
GrifoFuentes de agua mineralFuentes conectadas a la redBotellas pequeñasPozo de aguaRío
Preguntas abiertas. Las preguntas abiertas no delimitan de
antemano las alternativas de respuesta, por lo cual el número
de categorías de respuesta es muy elevado; en teoría, es
infinito, y puede variar de población en población. Ejemplo:
Desde su punto de vista, ¿qué factores influyen en la
calidad del agua de consumo de grupos poblacionales de
Tucumán?
¿Las preguntas van precodificadas o no?
Siempre que se pretenda efectuar análisis estadístico, se
requiere codificar las respuestas de los participantes a las
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preguntas del cuestionario; se debe asignar símbolos o valores
numéricos. Cuando se tienen preguntas cerradas es posible
codificar a priori o precodificar las opciones de respuesta, e
incluir esta precodificación en el cuestionario.
Ejemplo:
¿En qué condiciones obtiene el agua que toma para beber?
1. Compro agua embotellada.
2. La filtramos con un dispositivo.
3. Directamente de la toma de agua.
4. Directamente de la toma de agua y se aplican gotas
desinfectantes que la purifiquen.
5. Directamente de la toma de agua y la hervimos.
6. Del pozo de agua.
¿Qué preguntas son obligatorias?
Las preguntas llamadas demográficas o de ubicación del
sujeto encuestado: género, edad, nivel socioeconómico, estado
civil, escolaridad (nivel de estudios), localidad, barrio o zona
donde vive, pertenencia a ciertas agrupaciones, ocupación
(actividad a la que se dedica), etc. En empresas: puesto,
antigüedad, área funcional donde trabaja (gerencia,
departamento, dirección o equivalente). Planta u oficina donde
trabaja, y demás preguntas. En cada investigación se debe
analizar cuáles son pertinentes y resultarán útiles.
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¿Qué características debe tener una pregunta?
a) Las preguntas tienen que ser claras, precisas y
comprensibles para los sujetos encuestados.
b) Deben ser lo más breves posible.
c) Deben formularse con un vocabulario simple, directo y
familiar para los participantes.
d) No pueden incomodar al sujeto encuestado, ni ser percibidas
como amenazantes y nunca éste debe sentir que se le
enjuicia. Se debe inquirir de manera sutil.
e) Deben referirse preferentemente a un solo aspecto o a una
relación lógica.
f) Las preguntas no habrán de inducir las respuestas.
g) Las preguntas no pueden apoyarse en instituciones, ideas
respaldadas socialmente ni en evidencia comprobada.
h) Es aconsejable evitar preguntas que nieguen el asunto que
se interroga.
i) No deben hacerse preguntas racistas o sexistas, ni que
ofendan a los participantes.
j) En las preguntas con varias categorías de respuesta, y
donde el sujeto participante sólo tiene que elegir una, llega
a ocurrir que el orden en el que se presentan dichas
opciones afecta las respuestas de los participantes (por
ejemplo, que tiendan a favorecer a la primera o a la última
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opción de respuesta). Entonces resulta conveniente rotar el
orden de lectura de las respuestas a elegir de manera
proporcional.
¿Cómo deben ser las primeras preguntas de un
cuestionario?
A veces es conveniente iniciar con preguntas neutrales o
fáciles de contestar, para que el sujeto participante se adentre
en la situación.
Cuando se construye un cuestionario es indispensable
que se piense en cuáles son las preguntas ideales para iniciar.
Éstas deberán lograr que el sujeto se concentre en el
cuestionario. Gambara (2.002) sugiere el procedimiento de
“embudo” en la presentación de las preguntas: ir de las más
generales a las más específicas. Una característica
fundamental de un cuestionario es que las preguntas
importantes nunca deben ir al final (Mertens, 2.005).
¿De qué está formado un cuestionario?
Además de las preguntas y categoría de respuesta, un
cuestionario está formado básicamente por: portada,
introducción, instrucciones insertas a lo largo del mismo y
agradecimiento final.
Portada. Ésta incluye la carátula; en general, debe ser
atractiva gráficamente para favorecer las respuestas. Debe
incluir el nombre del cuestionario y el logotipo de la institución
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que lo patrocina. En ocasiones se agrega un logotipo propio
del cuestionario o un símbolo que lo identifique.
Introducción. Debe incluir:
Propósito general del estudio.
Motivaciones para el sujeto encuestado (importancia de su
participación).
Agradecimiento.
Tiempo aproximado de respuesta (un promedio o rango). Lo
suficientemente abierto para no presionar al sujeto, pero
tranquilizarlo.
Espacio para que firme o indique su consentimiento (a veces
se incluye al final o en ocasiones es innecesario).
Identificación de quién o quiénes lo aplican.
Explicar brevemente cómo se procesarán los cuestionarios y
una cláusula de confidencialidad del manejo de la
información individual.
Instrucciones iniciales claras y sencillas (cómo responder en
general, con ejemplos si se requiere).
Cuando el cuestionario se aplica mediante entrevista, la
mayoría de tales elementos son explicados por el
entrevistador. El cuestionario debe ser y parecer corto, fácil y
atractivo (León y Montero, 2.003).
¿De qué tamaño debe ser un cuestionario?
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No existe una regla al respecto, pero si es muy corto se
pierde información y si resulta largo llega a ser tedioso. En
este último caso, las personas se negarán a responder o, al
menos, lo contestarían en forma incompleta. El tamaño
depende del número de variables y dimensiones a medir, el
interés de los participantes y la manera como se administre.
¿Cómo se codifican las preguntas abiertas?
Las preguntas abiertas se codifican una vez que se
conocen todas las respuestas de los sujetos a los cuales se les
aplicaron, o al menos las principales tendencias de respuestas
en una muestra de los cuestionarios aplicados. Es importante
anotar que esta actividad es similar a “cerrar” una pregunta
abierta por medio de la prueba piloto, pero el producto es
diferente. En este caso, con la codificación de preguntas
abiertas se obtienen ciertas categorías que representan los
resultados finales.
El procedimiento consiste en encontrar y darles nombre
a los patrones generales de respuesta (respuestas similares o
comunes), listar estos patrones y después asignar un valor
numérico o un símbolo a cada patrón. Así, un patrón
constituirá una categoría de respuesta. Para cerrar las
preguntas abiertas se sugiere el siguiente procedimiento.,
basado parcialmente en Rojas Soriano (2.001):
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1. Seleccionar determinado número de cuestionarios mediante
un método adecuado de muestreo, que asegure la
representatividad de los participantes investigados.
2. Observar la frecuencia con que aparece cada respuesta a
determinadas preguntas.
3. Elegir las respuestas que se presentan con mayor frecuencia
(patrones generales de respuesta).
4. Clasificar las respuestas elegidas en temas, aspectos o
rubros, de acuerdo con un criterio lógico, cuidando que sean
mutuamente excluyentes.
5. Darle un nombre o título a cada tema, aspecto o rubro.
6. Asignarle el código a cada patrón general de respuesta.
¿En qué contextos puede administrarse o
aplicarse un cuestionario?
Los cuestionarios se aplican de dos maneras
fundamentales: autoadministrado y por entrevista (personal o
telefónica).
1. Autoadministrado. Autoadministrado significa que el
cuestionario se proporciona directamente a los participantes,
quienes lo contestan. No hay intermediarios y las respuestas
las marcan ellos. Pero la forma de autoadministración puede
tener distintos contextos: individual, grupal o por envío (correo
tradicional, correo electrónico y página web).
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En el caso individual, el cuestionario se entrega al sujeto
y éste lo responde, ya sea que acuda a un lugar para hacerlo
o lo conteste en su lugar de trabajo, hogar o estudio.
En el caso grupal, se reúne a los participantes en grupos
Los cuestionarios para autoadministración deben ser
particularmente atractivos.
En el caso de autoadministración por envío, se les
manda el cuestionario por correo postal privado o mensajería,
por medio del correo electrónico, también se les puede pedir
que ingresen a una página web para responderlo.
Por correo tradicional: postal o servicio de paquetería o
mensajería especializada. El cuestionario se envía junto con
una carta explicativa firmada por el investigador o
investigadores, la cual hace las funciones de la introducción
(con los elementos comentados previamente: propósito del
estudio, motivadores, agradecimiento, tiempo de respuesta,
etc., excepto las instrucciones que suelen incluirse en el
instrumento). Si la carta va membretada con el logotipo del
instrumento, mejor.
Se recomienda que los cuestionarios sean más cortos. Si
al hablar de otros instrumentos autoadministrados, donde las
instrucciones deben ser precisas y claras, esto resulta
particularmente crítico en estos casos, ya que las posibilidades
de retroalimentación y resolución de dudas se reducen al
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mínimo. La carátula, además de lo que se señaló previamente,
debe contener la fecha exacta de envío. En las instrucciones
es necesario agregar la fecha en que se requiere sea devuelto
y la forma de regresar el cuestionario contestado, paso a paso.
De ser posible, resulta aconsejable designar a una persona
para que atienda dudas y comentarios del instrumento y el
estudio, por medio telefónico y/o correo electrónico,
obviamente tienen que proporcionar sus datos completos.
Ofrecerles a los participantes un resumen de los resultados,
una vez que concluya la investigación, es una práctica
recomendable.
Asimismo, el paquete enviado a cada sujeto potencial
incluye dos sobres: uno que contiene el cuestionario y la carta,
y el otro para que devuelva el cuestionario cumplimentado.
Es fundamental contactar vía telefónica y/o correo
electrónico al futuro encuestado, para motivarlo a que
conteste el cuestionario. Una vez recibida la respuesta, es
preciso agradecerle su cooperación.
Los cuestionarios autoadministrados pueden ser
procesados de forma casi inmediata si se usa codificación por
lectura óptica. Es decir, si el papel del cuestionario cubre
ciertos requisitos y es respondido con un lápiz o bolígrafo
especial. Uno se ahorra la codificación, puesto que el sistema
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lee las respuestas y automáticamente las envía a la base de
datos correspondiente.
Por correo electrónico: se trata de un procedimiento
similar, lo único que cambia es el medio de contacto. La carta,
carátula, instrucciones y el cuestionario son enviados a través
de un correo electrónico (e-mail).
Por medio de una página de internet esta vía es similar,
en cuanto a la mecánica, a las dos anteriores. Pero en este
caso se le pide al participante (por contacto telefónico o correo
electrónico) que acceda a un sitio web, donde se localiza el
cuestionario, el cual se contesta en el momento o por etapas;
otra modalidad puede ser que se “descargue” o “baje” el
cuestionario para guardarlo como archivo en la computadora y
posteriormente, una vez contestado, se envía por correo
electrónico.
2. Por entrevista personal. Las entrevistas implican que
una persona calificada (entrevistador) aplica el cuestionario a
los sujetos participantes, el primero hace las preguntas a cada
sujeto y anota las respuestas. Su papel es crucial, es una
especie de filtro.
Rogers y Bouey (2.005) caracterizan a la entrevista
cuantitativa de la siguiente manera:
a) El principio y final de la entrevista se definen con claridad.
De hecho, tal definición se integra en el cuestionario.
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b) El mismo instrumento es aplicado a todos los participantes,
en condiciones lo más similares que sea posible.
c) El entrevistador pregunta, el entrevistado responde.
d) Se busca que sea individual, sin la intrusión de otras
personas que puedan opinar o alterar de alguna manera la
entrevista.
e) Es poco a nada anecdótica (a veces es recomendable que el
entrevistador anote cuestiones fuera de lo común como
ciertas reacciones y negativas a responder).
f) La mayoría de las preguntas suelen ser cerradas, con
mínimos elementos rebatibles, ampliaciones y sondeos.
g) El entrevistador y el propio cuestionario controlan el ritmo y
dirección de la entrevista.
h) Sólo el contexto ambiental es un elemento a considerar.
i) El entrevistador procura que el patrón de comunicación sea
similar (su lenguaje, instrucciones, etc.).
3. Por entrevista telefónica. Las entrevistas telefónicas son
la manera más rápida de realizar una encuesta. Junto con la
aplicación grupal de cuestionarios es la forma más económica
de aplicar un instrumento de medición, con la posibilidad de
asistir a los sujetos de la muestra.
Algunas recomendaciones para las entrevistas
telefónicas son las siguientes:
29
1. Enviar una carta previa, en la que indique el objetivo de la
entrevista, la persona o institución que realiza la encuesta
y el día y hora en que se efectuará la comunicación
telefónica.
2. Realizar la comunicación en el día y hora acordada.
3. El entrevistador debe identificarse y recordarle al
entrevistado el propósito del estudio; asimismo, debe
asegurarse que es un buen momento para la
comunicación.
4. Entre la carta previa y la comunicación telefónica no debe
pasar más de una semana.
5. El entrevistador debe asegurarse que está hablando con la
persona correcta o que posee el perfil adecuado según la
definición de la muestra.
6. Indicar el tiempo que tomará la entrevista.
7. Utilizar un cuestionario breve con preguntas
preferentemente estructuradas (cerradas) y sencillas. Más
de 15 a 17 preguntas suelen complicar la situación.
8. El entrevistador debe vocalizar correctamente y a la misma
velocidad de su interlocutor.
9. Anotar casos de rechazos y las razones.
10. En el entrenamiento, simular las condiciones de aplicación
(igual en la prueba piloto).
11. Establecer metas de comunicaciones telefónicas por hora.
30
12. Si se pretende grabar la entrevista, debe interrogarse al
participante si está de acuerdo.
Algunas consideraciones adicionales para la
administración del cuestionario
Cuando se tiene población analfabeta, con niveles
educativos bajos o niños que apenas comienzan a leer o no
dominan la lectura, el método más conveniente de
administración de un cuestionario es por entrevista. Aunque
hoy en día ya existen algunos cuestionarios muy gráficos que
usan escalas sencillas.
Ejemplo:
Con trabajadores de niveles de lectura básica se
recomienda utilizar entrevistas o cuestionarios
autoadministrados sencillos que se apliquen en grupos, con la
asesoría de entrevistadores o supervisores capacitados.
Escalas para medir las actitudes
Una actitud es una predisposición aprendida para
responder coherentemente de una manera favorable o
desfavorable ante un objeto, ser vivo, actividad, concepto,
31
NeutralEn
desacuerdo
De acuerdo
persona o sus símbolos (Fishbein y Ajzen, 1975; Oskamp,
1991).
Las actitudes tienen diversas propiedades, entre las que
destacan: dirección (positiva o negativa) e intensidad (alta o
baja); estas propiedades forman parte de la medición.
Los métodos más conocidos para medir por escalas las
variables que constituyen actitudes son: el método
escalamiento Likert, el diferencial semántico y la escala de
Guttman.
Escalamiento tipo Likert
Este método fue desarrollado por Rensis Likert en 1932:
sin embargo se trata de un enfoque vigente y bastante
popularizado. Consiste en un conjunto de items presentados
en forma de afirmaciones o juicios, ante los cuales se pide la
reacción de los participantes. Es decir, se presenta cada
afirmación y se solicita al sujeto que exprese su reacción
eligiendo uno de los cinco puntos o categorías de la escala. A
cada punto se le asigna un valor numérico. Así el participante
obtiene una puntuación respecto de la afirmación y al final su
puntuación total, sumando las puntuaciones obtenidas en
relación con todas las afirmaciones.
Las afirmaciones codifican al objeto de actitud que se
está midiendo. El objeto de actitud puede ser cualquier “cosa
física” (el agua, un vestido…), un individuo (el Presidente, un
32
líder histórico, mi madre, un candidato a una elección…), un
concepto o símbolo (patria, libertad, el trabajo…), una marca
(Adidas, BMW…), una actividad (comer, beber café…), una
profesión, un edificio, etc.
Tales frases o juicios deben expresar sólo una relación lógica; además,
es muy recomendable que no excedan de 20 palabras.
Opciones o puntos en las escalas Likert
Alternativa 1Muy de acuerdo De
acuerdoNi de
acuerdo,ni en
desacuerdo
En desacuerdo
Muy en desacuerdo
Alternativa 2Totalmente de
acuerdoDe
acuerdoNeutral En
desacuerdoTotalmente en
desacuerdoAlternativa 3
Siempre La mayoría de las
veces sí
Algunas veces sí, algunas veces no
La mayoría de las
veces no
Nunca
Alternativa 4Completamente
verdaderoVerdadero Ni falso, ni
verdaderoFalso Completamente
falsoLas opciones de respuesta o categorías pueden
colocarse de manera horizontal, como en la figura anterior, o
en forma vertical.
( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) Ni de acuerdo ni en descuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo
O bien utilizando recuadros en lugar de paréntesis:
33
Definitivamente sí
Probablemente sí
Indeciso
Probablemente no
Definitivamente no
Es indispensable señalar que el número de categorías de
respuesta debe ser igual para todas las afirmaciones. Pero
siempre respetando el mismo orden o jerarquía de
presentación de las opciones para todas las frases.
Forma de obtener las puntuaciones
Las puntuaciones de las escalas Likert se obtienen
sumando los valores alcanzados respecto de cada frase. Por
ello se denomina escala aditiva. Una puntuación se considera
alta o baja según el número de ítems o afirmaciones.
Cómo se construye una escala Likert
Se construye con un elevado número de afirmaciones
que califiquen al objeto de actitud y se administran a un grupo
piloto para obtener las puntuaciones del grupo en cada
afirmación. Estas puntuaciones se correlacionan con las del
grupo a toda la escala (la suma de las puntuaciones de todas
las afirmaciones), y las afirmaciones, cuyas puntuaciones se
correlacionen significativamente con las puntuaciones de toda
la escala, se seleccionan para integrar el instrumento de
34
medición. Asimismo, debe calcularse la confiabilidad y validez
de la escala.
En la actualidad, la escala original se ha extendido a preguntas
y observaciones; como se puede observar en el sgte. ejemplo:
¿Cómo considera usted el agua que bebe diariamente?
Indispensable Sumamente importante Medianamente importante
Poco importante No se toma en cuenta
Maneras de aplicar la escala Likert
Existen dos formas básicas de aplicar una escala Likert.
La primera es de manera autoadministrada: se le entrega la
escala al participante y éste marca, respecto de cada
afirmación, la categoría que mejor describe su reacción. Es
decir, marcan su respuesta. La segunda forma es la entrevista,
donde un entrevistador lee las afirmaciones y alternativas de respuesta del
sujeto, y anota lo que éste conteste. Cuando se aplica por medio de una
entrevista, es necesario que se le entregue al entrevistado una tarjeta donde se
muestren las alternativas de respuesta o categorías. Ejemplo:
De tarjeta de respuestas
Indispensable Sumamente importante
Medianamente
importante
Poco importante
No se toma
en cuenta
Al construir una escala Likert, debemos asegurarnos de
que las afirmaciones y alternativas de respuesta serán
35
5 4
2
3
1
comprendidas por los sujetos a los que se les aplicará y que
éstos tendrán la capacidad de discriminación requerida. Ello se
evalúa cuidadosamente en la prueba piloto.
Bibliografía:
1.Fishbein, M. y Ajzen, I. (1975). Belief, attitude, intention, and
behavior: An introduction to theory and research. Reading:
Addison-Wesley.
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prácticas. Madrid: Mc Graw Hill.
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Lucio, P. (2006). Metodología de la investigación (4ª. Ed.).
México: McGraw-Hill/Interamericana Editores.
4. León, O. G. y Montero, I. (2003). Métodos de investigación
en psicología y educación (3ª. Ed.). Madrid:
McGraw-Hill/Interamericana.
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and Psychology: Integrating diversity with quantitative,
qualitative, and mixed methods (2a. ed.). Thousand Oaks:
Sage.
6. Oskamp, S. (1991). Attitudes and opinions (2ª. Ed.).
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36
evaluation. Quantitative and qualitative approaches (7a. ed.,
pp. 231-244). Nueva York: Oxford University Press.
8. Rojas Soriano, R. (2.001). Guía para realizar investigaciones
sociales (26ª. Ed.). México: Plaza y Valdez.
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