Tocó el quinto Ángel Entonces vi una estrella que habíaLa apariencia de estas langostas era...

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Tocó el quinto Ángel... Entonces vi una estrella que había caído del cielo a la tierra. Se le dio la llave del pozo del Abismo.

Los tres ayes del águila anuncian lo que se avecina y que el vidente contempla con horror.

Una estrella caída del cielo que tiene potestad sobre el abismo / La estrella es probablemente el ángel caído.

Hasta aquí todos los castigos vienen de la naturaleza.

El engañador pudo influenciar a los hombres para que no se convirtieran.

9.1

Abrió el pozo del Abismo y subió del pozo una humareda como la de un horno grande, y el sol y el aire se oscurecieron con la humareda del pozo.

Este abre el pozo del abismo de donde salen llamas y humareda / Esto indica su origen maligno.

El pozo del abismo es el lugar de los ángeles caídos / Infierno en hebreo / Sol y hades en griego.

Es el lugar para todos los ateos y pecadores.

Lugar del diablo y sus ángeles / Este fue el lugar que abrió el ángel.

9.2

De la humareda salieron langostas sobre la tierra y se les dio un poder como el que tienen los escorpiones de la tierra.

Las langostas muerden como escorpiones.

9.3

Se les dijo que no causaran daño a la hierba de la tierra, ni a nada verde, ni a ningún árbol; sólo a los hombres que no llevaran en la frente el sello de Dios.

Las langostas no causarán daño a los vegetales de la tierra sólo podrán atormentar a los hombres no sellados, pero no matarlos.

Mensaje de esperanza para los cristianos, los sellados.

9.4

Se les dio poder, no para matarlos, sino para atormentarlos durante cinco meses. El tormento que producen es como el del escorpión cuando pica a alguien.

El tormento es limitado, cinco meses.

9.5

En aquellos días, buscarán los hombres la muerte y no la encontrarán; desearán morir y la muerte huirá de ellos.

Es sin duda un castigo medicinal para que se conviertan.

9.6

La apariencia de estas langostas era parecida a caballos preparados para la guerra; sobre sus cabezas tenían como coronas que parecían de oro; sus rostros eran como rostros humanos.

La descripción de las langostas era como algo sobrenatural.

Extraña mezcla humano, animal, reptil.

Las coronas de oro muestran la fuerza e invencibilidad.

Los rostros humanos de las langostas hablan de su inteligencia y planeamientos de sus actos.

9.7

Tenían cabellos como cabellos de mujer y sus dientes eran como de león.

El cabello de mujer insinúa la astuta enseñanza diabólica que desvía a los hombres, como la belleza de la mujer.

Los dientes de león hacen ver la imposibilidad de dañarlas.

9.8

Tenían corazas como corazas de hierro y el ruido de sus alas como el estrépito de carros de muchos caballos que corren al combate.

Las alas muestran la rapidez y ligereza de movimiento.

9.9

Tienen colas parecidas a las de los escorpiones, con aguijones y en sus colas, el poder de causar daño a los hombres durante cinco meses.

Las colas largas hablan del largo alcance.

9.10

Tienen sobre sí, como rey, al Ángel del Abismo, llamado en hebreo «Abaddón» y en griego «Apolión».

La descripción de las langostas es terrorífica.

Es un ejército de caballería cruel mandada por Satanás.

Tienen sobre sí, como rey, al Ángel el destructor.

9.11

El primer ¡Ay! ha pasado. Mira que detrás vienen todavía otros dos.

9.12

Tocó el sexto Ángel... Entonces oí una voz que salía de los cuatro cuernos del altar de oro que está delante de Dios.

Segundo Ay.

9.13

Tocó y decía al sexto Ángel que tenía la trompeta: «Suelta a los cuatro Ángeles atados junto al gran río Eufrates».

Son ángeles caídos muy dañinos, por eso estaban atados.

9.14

Y fueron soltados los cuatro Ángeles que estaban preparados para la hora, el día, el mes y el año, para matar a la tercera parte de los hombres.

Se suelta la caballería de los ángeles.

9.15

El número de su tropa de caballería era de 200.000.000; pude oír su número.

9.16

Así vi en la visión los caballos y a los que los montaban: tenían corazas de color de fuego, de jacinto (safiro) y de azufre; las cabezas de los caballos como cabezas de león y de sus bocas salía fuego y humo y azufre.

Ejército infernal.

9.17

Y fue exterminada la tercera parte de los hombres por estas tres plagas: por el fuego, el humo y el azufre que salían de sus bocas.

Tiene una meta, acabar con la tercera parte de la humanidad.

9.18

Porque el poder de los caballos está en su boca y en sus colas; pues sus colas, semejantes a serpientes, tienen cabezas y con ellas causan daño.

9.19

Pero los demás hombres, los no exterminados por estas plagas, no se convirtieron de las obras de sus manos; no dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no pueden ver ni oír ni caminar.

Siguieron pecando igual.

9.20

No se convirtieron de sus asesinatos ni de sus hechicerías ni de sus fornicaciones ni de sus rapiñas.9.21