Post on 29-Dec-2014
Instituto Nacional de San Bartolo
Docente:
Lic. Cecilia Araniva
Asignatura:
Práctica clínica III
Tema:
Tracción cutánea
Grado:
Tercera año de bachillerato técnico en Salud, sección “C”
Alumnos:
Reyna Marisol Cortez Quinteros #12
Krissia Liliana Díaz Cornejo #14
Lilian Aracely González Hernández#20
Rosario Jazmín Guerrero Laínez #22
Nubia Gabriela Marroquín Cuellar #30
Celina Miladis Mendoza Moz #34
Karla Elizabeth Padilla Rivas #41
Cindy Vanessa Reyes Guerrero #47
Mario Humberto Rosales Jurado #51
Silvia Hassel Velásquez #53
INDICEPAG.
Introducción 4
Objetivos 5
Anatomía y fisiología de los huesos
Funciones de hueso y del sistema esquelético 6
Estructura ósea 6
Anatomía del fémur 7.8
Partes de un hueso largo 8.9
Formación de un hueso 10
Crecimiento óseo 10.11
Factores que aumentan el crecimiento y remodelación del hueso 11.12
Enfermedades del sistema óseo 12.13
Osteoporosis 12
Osteoartritis 13
Fracturas: 13
Tipos de fractura 13.15
Manifestaciones clínicas 15.18
Tratamiento médico de fracturas 18
Fracturas en sitios específicos 18.19
Complicaciones 19.22
Tipos de tracción 23
Principios de la tracción eficaz 23.24
Intervenciones de enfermería 25.27
Aplicaciones 27
Otros tipos de tracción 28.29
Complicaciones potenciales 29
Procedimiento de colocación de tracción cutánea 30.33
Conclusión 34
Glosario 35.37
Bibliografía 38
Introducción
En el presente trabajo hablaremos de lo que es la tracción cutánea la cual es una
modalidad de tratamiento utilizado para la reducción o inmovilización de fracturas y
dislocaciones, la tracción cutánea se aplica con el fin de recobrar la longitud y la
alineación del miembro lesionado además de otros objetivos.
También haremos referencia a las funciones del hueso y el sistema esquelético, la
estructura ósea, anatomía de huesos largos como el fémur, la formación de un hueso, el
crecimiento óseo y los factores que afectan la remodelación y el crecimiento de los
huesos. Al igual que trataremos la clasificación de las fracturas del fémur, sus
manifestaciones clínicas, diagnóstico y tratamiento.
Además nos enfocaremos en los diferentes tipos de tracción cutánea entre los cuales
destacan la Tracción de Russell y la Tracción de Buck; la tracción cutánea adhesiva y la
tracción cutánea no adhesiva. Estudiaremos las intervenciones de enfermería y las
aplicaciones específicas de la tracción.
Finalmente, realizaremos el procedimiento de la manera más eficaz para el aprendizaje
de nuestros compañeros y compañeras ya que como bachilleres en salud sabemos la
importancia que merecen temas como este puesto que patologías como las fracturas
suelen ser comunes en nuestra vida cotidiana. Demostrando la manera correcta de
realizar este procedimiento aseguramos la rehabilitación del paciente y el sentimiento de
realización como estudiante de enfermería.
Objetivo general
Conocer la importancia de la tracción cutánea y sus diferentes tipos, la forma correcta de realizar este procedimiento para asegurar al paciente una rehabilitación exitosa y a nosotros como estudiantes de enfermería una práctica eficaz.
Objetivos específicos
a) Exponer de la manera más clara en casos se prescribe la tracción cutánea, y lograr brindar al usuario una atención profesional.
b) Identificar los tipos de tracción cutánea, para aplicar el más adecuado dependiendo del diagnóstico del paciente tomando en cuenta edad, gravedad de su lesión y otros aspectos de importancia en caso de tener que aplicar el procedimiento de tracción.
c) Conocer datos relevantes acerca de la anatomía de huesos largos, en caso nuestro, del fémur que es uno de los principales huesos donde se aplica este procedimiento.
d) Brindar conocimiento de las intervenciones de él o la enfermera en caso sea necesario aplicar la tracción y conducir al paciente a su recuperación total.
Anatomía
Funciones del hueso y del sistema esquelético
El tejido óseo constituye aproximadamente el 18% del peso corporal, y desempeña seis
funciones básicas:
1. Sostén. El esqueleto es la estructura del organismo que da sostén a los tejidos
blandos y provee los puntos de inserción para los tendones de la mayoría de los
músculos esqueléticos.
2. Protección. El esqueleto protege de lesiones a los órganos internos más
importantes.
3. Asistencia en el movimiento. La mayoría de los músculos esqueléticos se fija a los
huesos; cuando se contraen, traccionan de éstos para producir el movimiento.
4. Homeostasis mineral. El tejido óseo almacena diversos minerales, especialmente
calcio y fósforo, lo cual contribuye a la solidez del hueso.
5. Producción de células sanguíneas. Dentro de algunos huesos, un tejido llamado
médula ósea roja produce glóbulos rojos, blancos y plaquetas, proceso llamado
hemopoyesis.
6. Almacenamiento de triglicéridos. La médula ósea amarilla está constituida
principalmente por adipocitos, los cuales almacenan triglicéridos. Éstos son reserva
potencial de energía química.
Estructura ósea
Examinaremos a continuación la estructura del hueso a nivel macroscópico. La
estructura macroscópica del hueso puede analizarse considerando las partes de un
hueso largo. Un hueso largo tiene mayor longitud que diámetro y consta de las
siguientes partes:
1. La diáfisis, es el cuerpo del hueso (porción cilíndrica larga y principal del hueso).
2. Las epífisis son las terminaciones proximal y distal del hueso.
3. Las metáfisis son las regiones de hueso maduro donde la diáfisis se une a las
epífisis.
4. El cartílago articular es una capa fina de cartílago hialino que cubre la zona de la
epífisis donde un hueso se articula con otro. El cartílago articular reduce la fricción y
absorbe los impactos en las articulaciones móviles.
5. El periostio es una vaina dura de tejido conectivo denso e irregular envuelve la
superficie ósea en los lugares que no están cubiertos por cartílago. El periostio
también protege al hueso, lo asiste en la reparación de fracturas, ayuda a la nutrición
del tejido óseo y sirve como punto de inserción a ligamentos y tendones.
6. La cavidad medular es el espacio dentro de la diáfisis que en los adultos contiene
médula ósea amarilla.
7. El endostio es una fina membrana que limita la cavidad medular. Contiene una sola
capa de células formadoras de hueso y una pequeña cantidad de tejido conectivo.
Anatomía del fémur
El fémur pertenece al esqueleto apendicular, se encuentra en el muslo y es el más largo,
pesado y resistente del cuerpo. Su extremo proximal se junta con el acetábulo del hueso
coxal y el distal, con la rótula y ala tibia. La diáfisis del fémur se angula en sentido
interno; como resultado, las articulaciones de la rodilla se hallan más cerca de la línea
media. El ángulo de convergencia es mayor en mujeres porque la pelvis femenina es
más ancha.
El extremo proximal del fémur posee cabeza esférica, que se ensambla con el acetábulo
del hueso coxal en la articulación de la cadera. El ligamento de la cabeza del fémur une
este hueso con el acetábulo. El cuello femoral es una región más angosta que se sitúa
de manera distal a la cabeza. Los trocánteres mayor y menor son prominencia que
sirven como puntos de convergencias de tendones y de algunos músculos del muslo y
glúteos.
El trocánter mayor es la protuberancia que se siente y observa en sentido anterior a la
depresión al lado de la cadera. Es la maca de referencia anatómica usada por lo general
para localizar el sitio de las inyecciones intramusculares en la cara externa del muslo. El
trocánter menor se ubica la angosta línea oblicua o intertrocanterea anterior, y entre la
cara posterior de uno y otro, la cresta intertrocanterea. Inferior la cresta intertrocanterea,
en la cara posterior de la diáfisis del fémur, se observa la tuberosidad glútea o cresta del
glúteo mayor que se fusiona con otra similar, la línea áspera del fémur. Estas líneas
sirven como área de inserción para los tendones de varios músculos del muslo.
El extremo distal del fémur se expande e incluye los cóndilos interno y externo, que se
unen con sus similares de la tibia.
Partes del fémur:
Epífisis superior: Está integrada por la cabeza, el cuello y unas prominencias
denominadas trocánteres.
Diáfisis: Es muy larga y resistente. Esta formada por tejido óseo compacto que deja una
oquedad en su parte central, la cavidad medular. No es completamente recta: presenta
una ligera incurvación de unos 12° aproximadamente.
Epífisis inferior: En su centro hay un gran surco que se denomina escotadura
intercondílea; a ambos lados presenta unas superficies lisas, los cóndilos femorales,
destinadas a articularse con la tibia. En la cara anterior tiene una depresión donde se
aloja la rótula
Partes de un hueso largo
El hueso esponjoso de las epífisis y las metáfisis contiene la médula ósea roja, mientras
que en la cavidad medular de la diáfisis se encuentra la médula ósea amarilla (en los
adultos).
Un hueso largo está cubierto por cartílago articular en sus epífisis (proximal y distal) y
por periostio alrededor de su diáfisis.
Tejido óseo compacto.
Contiene pocos espacios y es el componente más sólido del tejido óseo. Se encuentra
por debajo del periostio de todos los huesos y forma la mayor parte de la diáfisis de los
huesos largos. Proporciona protección y soporte, y ofrece resistencia a la tensión
causada por el peso y el movimiento.
Hueso esponjoso.
El tejido óseo esponjado no contiene osteonas y constituye la mayor parte de los huesos
cortos, planos e irregulares.
Partes de un hueso largo
Formación de un hueso
El proceso por el cual se forma un hueso, se denomina osificación u osteogénesis. El
“esqueleto” de un embrión humano se compone de células mesenquimatosas aisladas,
que se modelan como huesos y constituyen los sitios en los que luego tiene lugar la
osificación. Estos “huesos” proporcionan el molde para este proceso, el cual comienza
alrededor de las 6 semanas del desarrollo embrionario y sigue uno de los patrones o
formas de osificación posibles.
Los dos métodos de la formación del tejido óseo que implica el reemplazo del tejido
conectivo prexistente por hueso, no generan diferencias estructurales en el hueso
maduro, sino que son simplemente procesos distintos de desarrollo óseo. El primer tipo
de osificación, llamado osificación intramembranosa, el hueso se forma directamente en
el interior del mesénquima y se dispone en capas que parecen membranas. El segundo
tipo de, la osificación endocondral, el tejido óseo se forma adentro del cartílago hialino
que se desarrolla a partir del mesénquima.
Crecimiento óseo.
Durante la niñez, los huesos de todo el organismo aumentan su diámetro por
crecimiento por aposición. Los huesos largos crecen en longitud por la incorporación de
material óseo en el lado diafisario de la placa epifisaria por crecimiento intersticial.
Crecimiento en longitud.
Para entender cómo crece un hueso en longitud es necesario saber algunos detalles
acerca de la estructura de la placa epifisaria. Esta es una capa de cartílago hialino en la
metáfisis de un hueso en crecimiento que consta de cuatro zonas.
1. Zona de cartílago inactivo. Esta capa se encuentra cerca de la epífisis y está
constituida por condrocitos pequeños y dispersos. El termino inactivo se debe a
que no cumple otra función durante el crecimiento óseo que la de unir la placa
epifisaria a la epífisis.
2. Zona de cartílago proliferativo. Son condrocitos ligeramente mayores que se
disponen en esta zona como pilas de monedas. Estos condrocitos se dividen para
remplazar a aquellos que mueren en el lado diafisario de la placa epifisaria.
3. Zona de cartílago hipertrófico. Esta capa está compuesto por grandes
condrocitos en maduración, dispuestos en columnas.
4. Zona de cartílago calcificado. La zona final de la placa epifisaria tiene pocas
células en su espesor y está constituida en gran parte por condrocitos muertos por
la calcificación de la matriz extracelular a su alrededor. Los osteoclastos disuelven
al cartílago calcificado y luego los osteoblastos y los capilares de la diáfisis invaden
el área. Los osteoblastos liberan matriz osteoide en reemplazo del cartílago
calcificado. Como resultado, el sector de cartílago calcificado se convierte en
“diáfisis nueva”, la que se encuentran firmemente cementada al resto del hueso
diafisario.
La actividad de la placa epifisaria es el único medio por el cual la diáfisis puede
aumentar de longitud. A medida que el hueso crece, se forman condrocitos nuevos en el
lado epifisario de la placa, mientras que en el lado diafisario los viejos son remplazados
por hueso. De tal manera, el espesor de la placa epifisaria se mantiene relativamente
constante, pero el hueso de lado diafisario aumenta de longitud.-
Alrededor de los 18 años en las mujeres y de los 21 años en los varones, la placa
epifisaria se cierra; las células del cartílago epifisario dejan de dividirse y todo el
cartílago es remplazado por hueso. La placa epifisaria desaparece y deja una estructura
ósea ya de un soporte adecuado sobre la base de los patrones de tensión
experimentados durante el proceso de remodelación. Por último, el tejido óseo nuevo es
más resistente a las fracturas que el viejo.
Factores que afectan el crecimiento y la remodelación del hueso
El metabolismo normal del hueso (crecimiento en los jóvenes y remodelación en los
adultos) depende de varios factores, como la ingesta adecuada de minerales y vitaminas
y de las concentraciones suficientes de diversas hormonas.
1. Minerales. Para que se produzca el crecimiento del hueso son necesarias
grandes cantidades de calcio y fósforo y pequeñas cantidades de flúor, magnesio,
hierro y manganeso. Estos minerales resultan indispensables también durante la
remodelación ósea.
2. Vitaminas. La vitamina C se requiere para la síntesis del colágeno (principal
proteína del hueso) y para la diferenciación de los osteoblastos en osteocitos.
Para la síntesis proteica son necesarias también las vitaminas K y B 12 mientras
que la vitamina A estimula la actividad de los osteoblastos.
3. Hormonas. Durante la niñez, las hormonas más importantes para el crecimiento
óseo son los factores de crecimiento similares a la insulina (insulin-like growth
factors IGF), producidos por el hígado y el tejido óseo. Los IGF estimulan a los
osteoblastos, promueven la división celular en la placa epifisaria y en el periostio y
aumentan la síntesis de las proteínas necesarias para construir tejido óseo nuevo.
En la pubertad, la secreción de las hormonas conocidas como sexuales ejerce un
importante efecto en el crecimiento óseo. Estas hormonas son responsables del
incremento de la actividad osteoblástica y de la síntesis de matriz extracelular y
del “estirón” brusco durante la adolescencia. Finalmente, las hormonas sexuales,
cierran el crecimiento de las placas epifisarias y causan el cese de elongación de
los huesos.
Durante la edad adulta, las hormonas sexuales contribuyen a la remodelación
ósea mediante el retardo de la resorción del hueso viejo y el estímulo del depósito
de hueso nuevo.
Enfermedades del sistema óseo
Osteoporosis
La osteoporosis es una enfermedad que disminuye la cantidad de minerales en el hueso,
perdiendo fuerza la parte de hueso
trabecular y reduciéndose la zona
cortical por un defecto en la
absorción del calcio producido al
parecer por falta de manganeso, lo
que los vuelve quebradizos y
susceptibles de fracturas y de
microfracturas, y puede llevar a la
aparición de anemia o ceguera.
Osteoartritis
La osteoartritis es una enfermedad de las articulaciones o coyunturas que afecta
principalmente al cartílago. El cartílago es un tejido resbaladizo que cubre los extremos
de los huesos en una articulación. El cartílago permite que los huesos se deslicen
suavemente el uno contra el otro. También amortigua los golpes que se producen con el
movimiento físico. Con la osteoartritis, la capa superior del cartílago se rompe y se
desgasta. Como consecuencia, los huesos que antes estaban cubiertos por el cartílago
empiezan a rozarse. La fricción causa dolor, hinchazón y pérdida de movimiento en la
articulación.
Fracturas
Las fracturas es una interrupción de la continuidad de un hueso, y se define según se tipo
y magnitud. Estas lesiones ocurren cuando el hueso se somete a esfuerzos mayores de
los que pueden soportar. Las fracturas pueden depender de golpes directos, fuerzas
aplastantes, movimientos repentinos de torsión e incluso contracciones musculares muy
intensas. Aunque el hueso sufre la rotura, las estructuras adyacentes también se afectan,
lo que ocasiona edema en tejidos blandos, hemorragia muscular y articular, dislocación de
articulaciones, rotura de tendones, rotura de nervios y lesiones vasculares. Las vísceras
también pueden afectarse por la fuerza que origina la fractura o por fragmentos de la
misma.
Tipos de fractura
La fractura completa consiste en la interrupción total de la continuidad del hueso
en sentido transversal, y es frecuente que se acompañe de desplazamiento
(cambio de su posición normal).
En la fractura incompleta (por ejemplo fractura en rama verde) la lesión ocurre
solo en una parte de la sección transversal del hueso.
La fractura conminuta produce varios fragmentos óseos. La fractura cerrada
(fractura simple) no produce rotura en la piel.
En la fractura abierta (compuesta o compleja), la herida en la piel o membrana mucosa
se extiende hasta el hueso fracturado.
Las fracturas abiertas se clasifican de acuerdo con los siguientes criterios:
Grado I - herida abierta menor de 1 cm de longitud.
Grado II - herida de mayor diámetro, sin lesión extensa de tejidos blandos.
Grado III - herida más grave, con lesión amplia de tejidos blandos y alto grado de
contaminación.
Las fracturas también se describen según la posición anatómica, (en tres partes
principales: la diáfisis, las epífisis y las metáfisis) y también según el trazo de la fractura
(transversales, oblicuas, longitudinales).
Tipos de fracturas
Oblicua - fractura en ángulo con el eje; Conminuta - fractura en muchos fragmentos
relativamente pequeños; Espiral - fractura dispuesta alrededor del eje del hueso;
Compuesta o abierta - fractura que rompe la piel
En tallo verde - fractura incompleta en la que el hueso se dobla; Transversa - fractura
que atraviesa el axis del hueso; Simple - fractura que no perfora la piel
Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones clínicas de fracturas consisten en dolor, perdida de función,
deformidad, acortamiento de la extremidad, crepitación, hinchazón local y decoloración.
No todos los signos y síntomas señalados están siempre presentes en una fractura. El
diagnóstico de la fractura depende de los signos y síntomas físicos, así como de las
radiografías. Por lo general, el paciente señala que sufrió una lesión en el área afectada.
Dolor:
El dolor es continuo y se intensifica hasta que se inmoviliza los fragmentos óseos. El
espasmo muscular que acompaña a la fractura es de forma natural de inmovilización
para minimizar el movimiento ulterior de los fragmentos de la fractura.
Perdida de la función:
Después de la fractura, la extremidad no puede funcionar en forma apropiada, ya que la
función normal de los músculos depende de la integridad de los huesos en los que se
insertan. El dolor contribuye a la perdida de función. Además puede haber movimientos
anormales (movimientos en falso).
Deformidad:
El desplazamiento, la angulación y la rotación de los fragmentos en una fractura en
brazo o pierna causan deformidad visible o palpable) que se detecta cuando la
extremidad se compara con la extremidad sana. La deformidad también ocasiona edema
en tejidos blandos.
Acortamiento:
En las fracturas de huesos largos ocurre acortamiento de la extremidad por la
contracción de los músculos que se insertan por arriba y por debajo del sitio de fractura.
Los fragmentos pueden traslaparse hasta 2.5 a 5 cm.
Crepitaciones:
Cuando se explora la extremidad con las manos, puede percibirse crepitación,
ocasionado por el frotamiento reciproco de fragmentos óseos.
Edema y cambios de coloración:
El edema y los cambios de coloración cutáneos localizados (equimosis) ocurren después
de la fractura a consecuencia de traumatismo y sangrado en los tejidos. Estos signos
podrían presentarse varias horas después de la lesión.
Tratamiento médico de fracturas
Los principios de la fractura son: reducción inmovilización y recuperación de la función y
resistencia normales mediante la rehabilitación.
Reducción:
La reducción de una fractura (“fijación” del hueso) es la restauración de los fragmentos
óseos en alineación y rotación anatómicas. Los métodos empleados para la reducción
de fracturas son reducción cerrada o reducción abierta. La selección de un método en
particular depende de la naturaleza de la fractura misma; sin embargo, los principios
subyacentes son los mismos.
Reducción cerrada: por lo general, la reducción cerrad se logra al colocar los
fragmentos óseos en posición (bordes en contacto) por manipulación y tracción manual.
Se mantiene la extremidad en la posición deseada mientras se inmoviliza con yeso,
férula u otro dispositivo adecuado. Puede utilizarse reducción bajo anestesia con fijación
mediante clavos percutáneos. El dispositivo de inmovilización mantiene la reducción y
estabiliza la extremidad para la consolidación ósea. Se obtienen radiografías para
verificar que los fragmentos óseos estén bien alineados.
Se utiliza tracción (cutánea o esquelética) para reducir o estabilizar la fractura. La
tracción puede usarse hasta que el paciente se estabilice desde el punto de vista
fisiológico y sea capaz de soportar la fijación quirúrgica. El uso de tracción y la asistencia
de enfermería a un paciente en tracción se analizan con mayor detalle.
Reducción abierta: algunas fracturas requieren reducción abierta, en la que los
fragmentos óseos se alinean a través de un procedimiento quirúrgico. Suelen emplearse
dispositivos de fijación interna como clavos, alambres, tornillos, placas o varillas de
metal con el fin de mantener los fragmentos en la posición correcta hasta que su unión
sea adecuada.
Inmovilización:
Una vez reducida la fractura los fragmentos óseos deben inmovilizarse o mantenerse en
posición y alinearse correctamente hasta que ocurra su unión. La inmovilización puede
lograrse por fijación externa que incluyen vendajes, enyesados, férulas, tracción
continua o fijadores internos. Los implantes utilizados para la fijación interna sirven como
férulas internas para inmovilizar la fractura.
Mantenimiento y restauración de la función:
La reducción e inmovilización se mantiene según prescripciones para facilitar la
cicatrización ósea y de tejidos blandos. La inflamación se controla con elevación de la
extremidad lesionada y la aplicación de hilo. Se vigila el estado neurovascular
(circulación, movimiento y sensación) y se notifica al ortopedista de inmediato si se
identifica alguna alteración al respecto. La inquietud, ansiedad y molestias se controlan
con varios métodos (por ejemplo el consuelo, cambios de posición y estrategias para
aliviar el dolor, lo que incluye anestésicos).
Se alientan los ejercicios isométricos y de fijación muscular para minimizar la atrofia por
desuso y fomentar la circulación. La enfermera anima a los pacientes a participar en
actividades de la vida diaria para promover el funcionamiento independiente y la
autoestima. La reanudación gradual de actividades se fomenta dentro de la prescripción
terapéutica. Con la fijación interna el cirujano determina la cantidad de movimiento y
tensión que puede soportar la extremidad y prescribe el nivel de actividad y el apoyo de
peso.
Fracturas en sitios específicos:
Fracturas de diáfisis del humero
Estas fracturas por lo general se deben a: 1) impactos directos que originan fractura
transversal, oblicua o conminuta, y 2) una fuerza de torsión indirecta que provoca
fractura en espiral.
Son traumatismos que pueden acompañarse de lesiones en nervios y vasos sanguíneos
braquiales. La muñeca caída indica lesión en el nervio radial. La valoración
neurovascular inicial es esencial para identificar lesión nerviosa o vascular, lo cual
requiere atención inmediata.
Fracturas de diáfisis de radio y cubito
Estas fracturas son muy frecuentes en niños. Uno u otro hueso, o ambos, pueden
romperse en cualquiera de sus partes. Cuando hay fractura de ambos huesos es
frecuente el desplazamiento. El antebrazo realiza las funciones singulares de pronación
y supinación, movimientos que deben preservarse con la posición y alineación
anatómicas correctas.
Fracturas de la diáfisis del fémur
Es considerable la fuerza que se requiere para la fractura de diáfisis femoral en adultos.
La mayor parte de estas fracturas ocurre en jóvenes varones por accidentes
automovilísticos o por una caída desde una altura considerable. Es frecuente que estos
pacientes presenten traumatismos múltiples.
El paciente se presenta con el muslo agrandado, deforme y doloroso, y no puede mover
cadera ni rodilla. La fractura puede ser transversal, oblicua o conminuta. Con frecuencia,
la persona sufre de choque, ya que la extravasación de 2 a 3 U de sangre en los tejidos
de la región es común en este tipo de fractura. La expansión persistente del muslo suele
indicar continuación de la hemorragia.
Fractura de tibia y peroné
La fractura más común por debajo de la rodilla es la de tibia (y peroné), como resultado
de golpes directos, caídas con el pie en flexión o movimientos de torsión violentos. Es
común que las fracturas de tibia y peroné ocurran en forma conjunta. El paciente sufre
de dolor, deformidad, hematoma evidente y edema considerable. Con frecuencia se
trata de fracturas que implican lesión grave de tejidos blandos por la escasez de tejido
subcutáneo en el área.
Complicaciones
Las complicaciones de las fracturas caen en dos categorías: tempranas y tardías. Las
primeras incluyen choque, embolia grasosa, síndrome de compartimiento,
tromboembolia (embolia pulmonar), coagulopatía intravascular diseminada e infección.
Las segundas comprenden retraso de consolidación (unión tardía), y pseudoartrosis
(falta de unión), necrosis avascular del hueso, reacción a dispositivos de fijación
externa, síndrome de dolor regional complejo (formalmente conocido como distrofia
refleja simpática) y osificación heterotrófica.
Choque (complicación temprana)
El choque hipovolémico o traumático que resulta de hemorragia (tanto de perdida de
sangra visible como no visible) y de perdida de líquido extracelular en los tejidos
lesionados pueden ocurrir luego de fracturas de extremidades, tórax, pelvis y columna
vertebral. Debido a que el tejido óseo es muy vascular se pierden grandes volúmenes
de sangre a consecuencia de traumatismo, en especial en fracturas femorales y
pélvicas.
Síndrome de embolia grasosa (complicación temprana)
Al momento de la fractura, innumerables glóbulos grasosos pueden pasar a la sangre
debido a que la presión de la medula ósea es mayor que la de los capilares, o bien
porque la reacción del paciente a la tensión aumenta la concentración de
catecolaminas. Estas provocan movilización de ácidos grasos y promueven la aparición
de glóbulos grasosos (émbolos) en el torrente sanguíneo, los cuales se combinan con
las plaquetas y forman émbolos que después ocluyen los vasos sanguíneos de poco
calibre que irrigan el cerebro, pulmones, riñones y otros órganos. La aparición de los
síntomas es rápida y suele ocurrir de unas cuantas horas a una semana después de la
lesión, aunque en general ocurre en las primeras 24 a 72 h.
Síndrome de compartimiento (complicación temprana)
Es una complicación que surge cuando el riego sanguíneo de los músculos es menor
que el necesario para la viabilidad histica. El paciente señala dolor profundo y pulsante
y que no cede con los opioides.
La presión dentro de un compartimiento muscular puede incrementarse a un grado tal
que disminuya la microcirculación, lo que causa anoxia y necrosis de músculos y
nervios. La función permanente pueden perderse si la situación de anoxia continua por
más de 6 h.
Coagulación Intravascular Diseminada (complicación temprana)
La Coagulación Intravascular Diseminada (CID) es una enfermedad caracterizada por la
producción de una excesiva cantidad de diminutos coágulos intravasculares, con
componentes microcirculatorios defectuosos y disfunción endotelial, los cuales causan
trombos en los pequeños vasos sanguíneos, consumiendo los componentes de la
cascada de la coagulación y las plaquetas. No es una entidad por sí misma, sino que
ocurre siempre como complicación por una enfermedad subyacente.
Infección (complicación tempranas)
Las fracturas abiertas son las que tiene mayor riesgo de infectarse, aunque también una
fractura cerrada que ha sido intervenida para osteosíntesis, puede complicarse con una
infección ósea. La causa por lo general, se debe a un inadecuado desbridamiento inicial
a al demasiado manipuleo quirúrgico. Su tratamiento no gira únicamente en base a la
antibióticoterapia, sino a repetidos desbridamientos.
Retraso de consolidación (complicación tardía)
Se dice así, cuando una fractura bien reducida y bien inmovilizada, después de haber
transcurrido en tiempo suficiente para consolidar, aun no se ve la unión ósea completa, y
radiográficamente todavía se observa la línea de la fractura.
Pseudoartrosis (complicación tardía)
Se llama pseudoartrosis, cuando después de haber transcurrido el tiempo suficiente para
la unión ósea, no se ve el calo ve puentea los extremos fracturados; existe movilidad
anormal en el foco y radiográficamente se observa radiotransparencia en la zona de
fractura. Se presenta escaso dolor, o sin dolor.
Se habla de pseudoartrosis hipertrófica, cuando se observa intento de formación de
callo, como una expresión exuberante en la periferia del trazo, y que se debe a la
presencia de macromovimienos continuos durante el tratamiento.
Se habla de pseudoartrosis atrófica, cuando no hay signos de intento de formar callo;
por lo contrario, los extremos están afilados, separados unos de otros, y se debe a la
pérdida ósea, o también a daño por necrosis avascular.
Necrosis avascular (complicación tardía)
La necrosis avascular (también conocida como necrosis aséptica) puede producirse en
cualquier hueso, pero solo suele afectar a las fracturas intracapsulares (de la cabeza y el
cuello) del fémur tras un traumatismo provocando una disminución de la circulación.
La necrosis avascular se describe como cualquier interferencia con el aporte sanguíneo
al hueso en particular, lo que provoca la muerte del tejido óseo. Durante el traumatismo,
la cabeza del fémur puede girar o salirse de la articulación de la cadera, y esta
modificación de la alineación altera el aporte sanguíneo.
El proceso de la necrosis avascular puede aparecer ala lo largo de un periodo amplio
tras la reparación de la fractura.
En las fases más avanzadas de la enfermedad, se puede presentar un dolor intermitente
o constante al cargar peso y una limitación en el ADM completo de la articulación. El
tratamiento habitual de la necrosis avascular es la artroplastia con una prótesis.
Síndrome de dolor regional complejo (complicación tardía)
El síndrome de dolor regional complejo, antes llamado síndrome de distrofia refleja
simpática, es un doloroso problema poco común del sistema nervioso simpático. Suele
presentarse en la extremidad después de traumatismo y se encuentra con mayor
frecuencia en mujeres. Las manifestaciones clínica incluyen dolor urente intenso,
edema local, hiperestesia, espasmos musculares, cambios cutáneos vasomotores (es
decir, calor fluctuante, enrojecimiento, sequedad y frio, sudor, cianosis) y cambios
tróficos (como aspecto vidriado y brillante de la piel, y mayor crecimiento de vellos y
uñas). El síndrome suele ser crónico con extensión de los síntomas a otras áreas del
cuerpo. Con el síndrome de dolor regional complejo persistente ocurren atrofia muscular
por desuso y desosificación de hueso. El paciente puede exhibir afrontamiento
individual ineficaz relacionado con el dolor crónico.
Osificación heterotrófica (complicación tardía)
La osificación heterotrófica o miositis osificante es la formación anormal de huesos
cerca de huesos o en músculos como respuesta a traumatismo de tejido blando de un
traumatismo contundente, fractura reemplazo articular total. El musculo esta doloroso y
la contracción y movimientos musculares normales se ven limitados. Se ha
recomendado la movilización precoz.
La indometacina (Indocin) puede utilizarse en forma profiláctica si ocurrió contusión
muscular profunda. Por lo general la lesión ósea se reabsorbe con el paso del tiempo,
pero podría ser necesario extirpar el hueso anormal si persisten los síntomas.
Tracción
Sistema utilizado para colocar una extremidad, hueso o grupo muscular bajo tensión
mediante un juego de pesas y poleas, alineando e inmovilizando la presión existente
sobre ella.
Tipos de tracción
En la tracción recta se aplica la fuerza línea recta con la parte corporal apoyada en la
cama. La tracción de Buck y la Pélvica son ejemplos de este tipo.
La tracción equilibrada es suspensión consiste en suspender la extremidad
correspondiente por arriba de la cama y permitir cierta movilidad del paciente sin que se
perturbe la línea de tracción.
La tracción puede aplicarse a la piel (tracción cutánea) o en los huesos (tracción
esquelética). La elección entre ambos tipos depende del propósito que se consiga.
También es factible su aplicación con las manos (tracción manual), aunque en tal caso
es de carácter más bien transitorio y suele emplearse durante la aplicación de un
enyesado, administración de cuidados de la piel con calzado de espuma de caucho o
ajuste de los aparatos de tracción
Principios de la tracción eficaz
Toda vez que se aplica tracción, debe considerarse la contracción, que es la fuerza que
se aplica en dirección opuesta a la tracción. (La tercera ley de movimiento de Newton
señala que cada acción hay una opuesta de igual magnitud.) En términos generales, la
contracción necesaria se logra gracia al peso del cuerpo del paciente y los ajustes de su
posición en el hecho
Debe mantenerse la contracción para que la atracción sea eficaz.
La atracción resulta eficaz para que la reducción de factura y fines de inmovilización solo
si es continua. Es frecuente el uso de la tracción cutánea pélvica y cervical para reducir
el espasmo muscular, y es usual que se prescriba en forma intermitente
Por ningún concepto se interrumpe la tracción esquelética.
No se quita los contra pesos a menos que se halla prescrito la tracción
intermitente.
Conservación de la línea de atracción. Cualquier factor que pueda reducir la tracción o
alterar la línea de tracción resultante a de eliminarse.
Se centra el cuerpo del paciente en la cama y se alinea cuando se aplica la
tracción.
Los contra pesos deben estar suspendido libremente y no apoyarse en la cama o
piso
Los cables deben estar en línea recta y no obstruida.
Los nudos de los cables o la pieza para el pie no deben tocar la polea o la parte
de la cama que corresponde a los pies.
La línea de tracción resultante debe ser paralela al eje largo del hueso.
Debe ayudarse al sujeto para que conserve una posición terapéutica.
Intervenciones de Enfermería
Alivio de la ansiedad. Antes de la aplicación de cualquier tipo de tracción, es necesario
informar al paciente sobre la técnica, propósito y consecuencias; hablar con él sobre qué
se hará y por qué es útil para disminuir su aprensión. Después de estar sometido a
tracción durante cierto periodo, es factible que reaccione a la reclusión en un espacio
limitado. Las visitas frecuentes de familiares y amigos por la misma razón. Hay que
fomentar las actividades de distracción que pueda realizarse dentro de los límites que
imponga la tracción.
Aumento de la comodidad. Dado que el sujeto esta inmovilizado en el lecho, es
necesario que este tenga consistencia firme y este apoyado en un tablero. Se han
diseñado acojinamientos especiales para los colchones a fin de minimizar la aparición de
ulceras por decúbito y deben colocarse en la cama antes de aplicar la tracción.
Debe examinarse con frecuencia la piel en búsqueda de datos de presión o fricción
sobre prominencias óseas.
La presión en las partes del cuerpo situadas en posición inferior puede aliviarse
mediante los giros y cambios de posición del cuerpo del paciente para brindarle
comodidad dentro de los límites que impone la tracción.
La ropa de cama se debe conservar seca y sin arrugas.
Los problemas relacionados con la inmovilidad que afectan otros sistemas y aparatos y
hacen que el paciente se sienta molesto pueden llevarse al mínimo con intervenciones
preventivas. Hay que enseñar al sujeto los ejercicios de respiración profunda, que
facilitan la expansión pulmonar plena; la práctica de los ejercicios de pie y tobillo dentro
de los límites que impone la tracción disminuyen la estasis venenosa y la posible
aparición de trombosis venenosa profunda, al tiempo que el ingreso adecuado de
líquidos garantiza el flujo urinario adecuado y es útil para prevenir el estreñimiento. Se
evalúa la función de cada aparato y sistema con el fin de identificar alteraciones en su
función. Hay que vigilar al enfermo de cerca en búsqueda de las complicaciones
relacionadas con la movilidad.
Debe investigarse de inmediato todo señalamiento que haga el paciente sometido a
tracción respecto de molestias.
Mejoría de la movilidad dentro de los límites que impone la tracción. Durante este
tipo de tratamiento, es necesario que el paciente ejercite los músculos y articulaciones
no inmovilizados para llevar al mínimo su deterioro por desuso. Los movimientos activos
de todas las articulaciones no afectadas deben alentarse. Es posible consultar al
fisioterapeuta para que idee ejercicios en la cama que minimicen la pérdida de fuerza
muscular. El personal de enfermería debe apoyar y alentar al enfermo en la práctica de
ejercicios. Durante estos, hay que cerciorarse de que se mantengan las líneas de
tracción y que el paciente este en posiciones correctas, a fin de prevenir complicaciones
resultantes de alineación incorrecta.
Enseñanza al enfermo. Es imperativo que el sujeto comprenda los fundamentos del
uso de la tracción, por lo que conviene repetirle con frecuencia la información. Al
ampliarse su comprensión del tratamiento, el interesado participa en sus cuidados.
Mejoría de los cuidados personales. Al principio es factible que se requiera brindar
ayuda considerable al enfermo en sus cuidados personales. Se le ayuda en el
aprendizaje de la forma de satisfacer necesidades como comer, bañarse, vestirse y
evacuar sin ayuda mientras esta inmovilizado en el equipo de tracción. En este sentido,
suelen resultar útiles algunos dispositivos, como el trapecio colocado sobre la cama. Las
sensaciones de dependencia y frustración en el paciente son menores, además de que
experimenta mejoría de la autoestima con la reanudación de su participación en sus
cuidados personales. El sujeto requiere ayuda hasta cierto punto durante todo el
periodo de inmovilidad; pero puede participar con la enfermera en el desarrollo creativo
de rutinas con que se lleve al máximo su autonomía.
Aplicaciones de la tracción
Tracción cutánea
Es la que se logra mediante la fuerza que ejerce un contrapeso sobre una cinta, pieza de
espuma de caucho o material plástico unido a la piel. La tracción cutánea se transmite a
las estructuras musculoesqueléticas, aunque es limitada la fuerza que puede aplicarse.
Esta no debe exceder la tolerancia de la piel.
Tracción cutánea adhesiva. Tipo de tracción cutánea que se realiza aplicando pesas
de tracción con soportes adhesivos que se adhieren a la piel sobre la estructura
afectada, especialmente en huesos fracturados. La tracción cutánea adhesiva se utiliza
solo cuando está indicada una tracción continua y cuando no hay problemas importantes
en la piel de la zona afectada. Los soportes adhesivos utilizados para fijar el sistema de
tracción a la zona corporal deseada extienden la fuerza sobre una amplia superficie de
piel disminuyendo la vulnerabilidad del paciente a la lesión cutánea.
Tracción cutánea no adhesiva. Tracción cutánea en la cual la tensión terapéutica de
los pesos de tracción se aplica con correas protegidas que no inciden en la piel que
cubre la estructura orgánica afectada. Se puede quitar con facilidad, lo que facilita el
cuidado de la piel, y suele utilizarse cuando no es necesaria una tracción continua. Las
correas extienden la tensión de la tracción sobre una amplia área de la superficie
cutánea, lo que disminuye la vulnerabilidad del enfermo al trastorno cutáneo.
Otros tipos de tracción:
Dos formas de tracción cutánea empleadas en adultos son la Tracción de Russell y la
Tracción de Buck.
Tracción de Russell. Suele emplearse en fracturas de la maseta tibial y consiste en
apoyar la rodilla flexionada en un cabestrillo y aplicar fuerza de tracción horizontal a la
parte inferior de la pierna. Si se prescribe esta técnica, suele apoyarse la pierna e una
almohada para garantizar la flexión apropiada de la rodilla y evitar la presión sobre el
talón.
Tracción de Buck. Esta modalidad terapéutica, sea unilateral o bilateral, es un tipo de
tracción cutánea en que ésta se ejerce en un plano cuando precisa la inmovilización
parcial o temporal. Se utiliza en lesiones de la cadera mientras el paciente espera la
fijación quirúrgica de la misma.
Tracción de Bryant. Es utilizada en niños con un peso menor de 20 kg, en fracturas de
fémur.
Antes de aplicar la tracción, se inspecciona la piel en búsqueda de abrasiones y
trastornos circulatorios, ya que debe ser saludable el estado de la piel y la circulación
para que tolere el tratamiento. Se limpia y seca la extremidad antes de aplicar la cinta de
tracción o una bota de espuma de caucho.
Cuando se aplica la tracción de Buck con cinta, se colocan primero tiras de espuma de
caucho acojinadas con la superficie de espuma dirigida hacia la piel en cada lado de la
pierna afectada. Acto seguido, se extiende un asa de cinta de unos 10 a 15 cm de
longitud por debajo de la planta del pie. Los maléolos y la porción proximal del peroné se
acojinan con material para acojinamiento de ensayados, a fin de prevenir las ulceras por
decúbito y necrosis cutánea. Al tiempo que una persona eleva y soporta la extremidad
en talón y rodilla, otra la envuelve de manera circunferencial con el vendaje elástico
sobre la cinta de tracción, desde el tobillo hasta la esquina de la tibia. El vendaje elástico
ayuda a que la cinta se adhiera a la piel y evita su deslizamiento. Se aplica un
separador en el extremo distal de la cinta para evitar la presión a lo largo de la cara
lateral del pie. Después se acopla un cable al separador y se hace pasar primero por la
polea unida a un extremo de la cama, para colocar un contrapeso en el cable. También
se pone una zalea de borrego debajo de la pierna para reducir la fricción del talón con la
cama.
Complicaciones potenciales
Las complicaciones que pueden desarrollarse como resultado de la tracción incluyen
maceración de la piel, presión nerviosa y trastornos circulatorios. La maceración
obedece a la irritación causada por el contacto de al piel con la cita y el hule espuma o el
uso de fuerza de cizallamiento al aplicar la tracción; el riesgo es mayor para personas de
edad porque su piel es frágil y sensible.
La presión nerviosa resulta de presión sobre los nervios periféricos; pueden presentarse
pie péndulo si se aplica al nervio peroné en un punto en que pasa alrededor del cuello
de la tibia justo por debajo de la rodilla.
Los trastornos circulatorios se manifiestan, como piel fría, reducción de los pulsos
periféricos tiempo prolongado de llenado capilar y piel azulosa. La trombosis venosa
profunda, una grave afección circulatoria se manifiesta por sensibilidad de la pantorrilla,
inflamación y signo de Homans positivo.
Procedimiento de colocación de tracción cutánea
I. GENERALIDADES
Es un método para proporcionar un efecto
de tracción sobre una extremidad o parte
corporal mientras se mantiene contratación
(tracción en dirección contraria). Esta
tracción se logra mediante la fuerza de
tratamiento que ejercen las pesas sobre
una soga, cinta o pieza de hule, poleas
pesas y tiras con vendajes fijadas a la piel.
La tracción cutánea es aplicada directamente a la piel para: alinear y mantener la
reducción de una fractura, reducir el espasmo muscular, para inmovilizar una zona antes
de la cirugía, para prevenir daños a tejidos lesionados, como un tratamiento para aliviar
el dolor, y prevenir y tratar contracturas.
Al colocar una tracción es importante recordar que la cantidad de peso no debe exceder
la tolerancia de la piel o sea no emplear más de 2 a 3.5 kg en una extremidad, ya que la
contra tracción de la piel de la pelvis por lo general es de 4.5 a 9 kg, según el peso del
usuario.
Los tipos de tracción cutánea apendiculares es relativa a las extremidades y son:
Tracción de Extensión de Buck (Fracturas de extremidades inferiores), Tracción de
Russell (Fractura de meseta tibial), Tracción de Dunlop (utilizada en fracturas de
extremidades superiores), Tracción al cenit o tracción de GALLOWS (fracturas infantiles
de fémur).
Riesgos que existen al colocar a mantener una tracción cutánea: Maceración de la piel,
presión de nervios, daños neurovasculares.
II. DEFINICIÓN
Es la aplicación de un mecanismo de tracción por medio del cual se hala de manera
continua una fuerza que se aplica en dos direcciones, estiramiento con tracción, o partes
del cuerpo, a través de un sistema de sogas, poleas y pesas.
III. OBJETIVOS
Alinear y mantener la reducción de una fractura.
Reducir el espasmo muscular, para inmovilizar una zona antes de la cirugía
Prevenir y tratar contracturas.
Disminuir o eliminar el espasmo muscular.
Recobrar la longitud y alineación del miembro.
Evitar la deformidad del miembro / corregir deformidades.
Aliviar el dolor.
IV. PRECAUCIONES
Cerciorarse que el peso es el indicado por el médico.
Cerciorarse del miembro en que debe aplicarse la tracción.
Revisar la piel del miembro donde se colocara la tracción.
Cerciorarse que las bandas (esparadrapos) sean del ancho adecuado al grosor
del miembro.
Evitar la compresión de los siguientes puntos: tuberosidad de la tibia, cabeza del
peroné, tendón de Aquiles, prominencia dorsal, nervio musculo-cutáneo, nervio
ciático poplíteo externo, apófisis estiloide del cubito, epicondilo, corredero
bicipital, nervio cubital.
Cerciorarse que el nudo de las pesas este bien hecho.
Vigilar que la tablita no entre en contacto con los barrotes de la cama o la polea.
Evitar cualquier obstáculo en el trayecto de la cuerda.
Al retirar las pesas, debe realizarse entre dos personas.
Valorar en el miembro donde está colocada la tracción los siguientes aspectos:
Temperatura
Coloración
Pulso
Adormecimiento
Parálisis
Dolor
No colocar tracción cutánea en los siguientes casos:
Lesiones en la piel como heridas, abrasiones, infecciones.
Ulceras por decúbito
Fractura expuesta
Varices o problemas circulatorios.
V. EQUIPO
Equipo para rasurar.
Crema humectante.
Rollo de algodón.
Esparadrapo.
Tablilla con orificio, bandas de lona.
Vendas elásticas.
Cordel.
Pesas.
Polea.
VI. PROCEDIMIENTO
PASOS FUNDAMENTACION CIENTIFICA
1. Preparar equipo. Promueve la eficiencia, ahorro de tiempo.
2. Lavarse las manosReduce la transferencia de microorganismos.
3. Explicar al paciente el procedimiento Explicar el procedimiento a realizar disminuye la
ansiedad.
4. Rasurar el miembro si es necesario. Previene infecciones.
PASOS FUNDAMENTECION CIENTIFICA
5. Lubricar con crema humectante. Sirve como protección para la piel.
6. Colocar algodón cubriendo todo el
miembro.Amortiguar y mantener la piel integra.
7. Colocar guata con vendaje ascendente.
8. Colocar las bandas de lona a cada lado del
miembro dejando unos centímetros de
separación entre este y la tablita.
9. Colocar la venda elástica siguiendo el
retorno venoso.
Los vendajes son útiles cuando se aplican en forma
correcta. En cada vuelta de un vendaje circular la
presión ejercida aumenta casi el doble.
10.Fijar con esparadrapo antes de colocar
cordel.
11.Colocar el cordel en la polea y anudar las
pesas.
12.Dejar el miembro en posición anatómica y
colocar dispositivos mecánicos necesarios.
Si la postura es correcta se necesita muy poco
esfuerzo para mantener el cuerpo en alineación.
13.Hacer anotaciones respectivas (estado de
piel, edema, libras de peso).
CONCLUSIÓN
Nuestro trabajo de investigación profundizó su atención en lo que es la tracción cutánea,
los diferentes tipos de tracción, su aplicación específica y sus complicaciones. Tocamos
como complemento del trabajo la anatomía de huesos largos, en este caso particular, la
anatomía del fémur puesto que es en huesos largos que se aplica la tracción;
abarcamos las funciones del sistema esquelético, la formación del hueso, y los factores
que influyen en el crecimiento y la remodelación del hueso ya que son datos que es
necesario recordar al momento de aplicar tracción debido a la patología de las fracturas.
Es por medio de este informe que logramos cumplir nuestro objetivo de presentar a
nuestros compañeros de clase de una manera clara, precisa y concisa, patologías como
las fracturas, sus grados de clasificación, su diagnóstico y tratamiento. Buscando la
rehabilitación exitosa del paciente, evitar deformidades y recobrar la longitud del
miembro afectado en el usuario.
Conocemos que todo tratamiento tiene sus complicaciones y en caso nuestro
presentamos al público las complicaciones que tiene la tracción cutánea, también
presentamos los principios de una tracción eficaz y conocimos las intervenciones por
parte del personal de enfermería.
Como estudiantes de la carrera de enfermería conocemos la importancia de temas como
este y con nuestro informe hemos logrado cumplir los objetivos planteados al momento
de iniciar nuestra investigación; puesto que lo importante es conocer y brindar al
paciente un servicio profesional, lograr su rehabilitación y la autorrealización como
personal de enfermería al brindar un servicio eficaz.
GLOSARIO
A
Avulsión o arrancamiento – fractura que resulta de la tracción que ejerce un ligamento
o tendón sobre el hueso afectado.
C
Compresión – fractura ocasionada por presión (como en fracturas vertebrales).
Compuesta, fractura – fractura que en el daño también incluya la piel o membranas
mucosas, también se conoce como fracturas abiertas.
Conminuta, fractura – fractura en el que el hueso se rompe en varios fragmentos
óseos.
Contusión - moretón.
D
Desbridamiento – remoción quirúrgica de tejido desvitalizado y contaminaos, y de
material extraño.
Dislocación – separación de las superficies articulares.
E
Epifisaria, fractura – fractura que ocurre a través de la epífisis.
Extensión de Buck - Puede aplicarse unilateral o bilateralmente. Puede aplicarse
usando una bota de espuma o con cintas adhesivas colocadas en los lados de una o de
las dos piernas, fijadas mediante su recubrimiento con vendajes elásticos. Se coloca una
placa o una barra de extensión a los extremos distales de las cintas o de la bota para
poder unir las cuerdas y las pesas. Puede elevarse ligeramente la parte distal de la
cama, elevando también el dispositivo dela rodilla, para evitar la hiperextensión de ésta
si se eleva la parte distal de la cama. No debe colocarse una almohada bajo las piernas
pues la fricción disminuye la efectividad de la tracción.
F
Fractura por sobrecarga - lesión ósea causada por uso excesivo.
Fractura - ruptura de un hueso.
Fractura, reducción de una – restauración de los fragmentos de la fractura en
alineación y rotación anatómicas.
H
Hundimiento –fractura que incluye depresión de 1 o más fragmentos óseos (como en fx
craneales y faciales).
I
Impactada, fractura – fractura en que un fragmento óseo se encaja firmemente en otro.
Inflamación - reacción normal ante una lesión o enfermedad que provoca hinchazón,
dolor y rigidez.
O
Oblicua, fractura – fractura que ocurre en ángulo agudo con relación al eje del hueso.
P
Prótesis - sustituto artificial de una parte del cuerpo.
R
Rama verde, fractura en – fractura en que un lado del hueso se rompe y el otro se
dobla.
Reducción de una fractura – restauración de los fragmentos de la fractura en
alineación y rotación anatómicas.
S
Simple, fractura – fractura que permanece contenida; no rompe la piel.
T
Tracción cutánea - Es en la que la fuerza se sitúa de forma directa en la piel y los
tejidos blandos (subcutáneos). Por tanto, y de forma indirecta, también en los huesos.
Se utiliza para tratamiento a corto plazo (48 a 72 horas), hasta que es posible realizar
tracción esquelética o cirugía. Los pesos de tracción son limitados, entre 2,3 a 4,5 kg, y
está contraindicada en el caso de que existan heridas en la zona a cubrir o si la
extremidad está afectada por problemas neurovasculares (flebitis o parálisis).
Tracción de Bryant - En niños con peso inferior a 18 kg. Se aplica a los dos lados, con
las piernas verticales formando un ángulo recto con las nalgas. Se colocan retinóculos
en ambos lados de cada pierna, que se cubren con vendajes elásticos. Después se
colocan las cuerdas y las pesas en unas placas del pie unidas a las cintas del retinóculo.
El peso aplicado debe ser suficiente para elevar ligeramente las nalgas de la cama, a fin
de proporcionar la tracción y contratracción deseadas.
Tracción de Russell - Se inicia mediante una extensión de Buck añadiendo un
cabestrillo de apoyo bajo la rodilla y poleas al armazón de la tracción. Por la posición de
todos estos elementos, se duplica la cantidad de tracción ejercida, que se distribuye de
un modo más eficaz por todo el miembro afectado y por debajo de él. La tracción es
doble, pues para cualquier fuerza ejercida en una dirección existe otra fuerza igual en
dirección opuesta (ley termodinámica de Newton). Debido a la distribución de la tracción
a través de unas zonas y superficies cutáneas más amplias, este tipo de tracción implica
menores lesiones para los tejidos cutáneos.
Tracción esquelética - consiste en ejercer una fuerza directa sobre el hueso con la
ayuda de una aguja de fijación o un alambre que lo atraviese (de forma parcial o total),
conectando la aguja a unas pesas de tracción mediante cuerdas y poleas.
Transversal, fractura – fractura que ocurre en ángulo perpendicular al eje longitudinal
del hueso.
Bibliografía
a) BRUNNER, Lillian Sholtis, SUDDARTH, Doris Smith. Enfermería Médico
Quirúrgico. Edición 6, México Interamericana editores, 1998.
b) Tortora and Derrickson. Principios de Anatomía y Fisiología. Edición 11, Editorial
Médica Panamericana, 2011.
c) GISPERT, Carlos. Diccionario de Medicina Mosbi. Edición 5, Editorial Grupo
Océano, 2010.