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Yo pon, tu pon, si no pon tambin com La ronpondapa afro-pacfica, un aporte a la
pedagoga del reconocimiento desde el aula de preescolar 2 del hogar infantil Jairo Ojeda
Karent Roco Cabezas Rosero 20081187033
Universidad Distrital Francisco Jos de Caldas
Proyecto Curricular Licenciatura en Pedagoga Infantil
Facultad de Ciencias y Educacin
Bogot, Colombia
2015
Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
La ronpondapa afro-pacfica, un aporte a la pedagoga del reconocimiento desde el aula de
preescolar 2 del hogar infantil Jairo Ojeda
Karent Rocio Cabezas Rosero
Trabajo de grado en modalidad de monografa para optar al ttulo de:
Licenciada en Pedagoga Infantil
Directora:
Maritza Pinzn Ramrez
Universidad Distrital Francisco Jos de Caldas
Proyecto Curricular Licenciatura en Pedagoga Infantil
Facultad de Ciencias y Educacin
Bogot, Colombia
2015
Agradecimientos Agradezco a Jehov Dios, por estar siempre a mi lado, escuchando cada una de mis
splicas y cumpliendo mis sueos, tambin a mis ancestros, aquellos que me enviaban
fuerzas de resistencia para culminar la carrera y proyecto investigativo.
Con amor agradezco a mi madre Rosario Rosero, por cada palabra de aliento, porque me
demostr que para obtener un logro hay que luchar, y como muchas veces me lo ha dicho,
resistir porque esta vida es para los fuertes, palabras que quedarn marcadas como una
huella en mi mente y corazn. A mis hermanas, aquellas que me han apoyado
incondicionalmente.
A Pacheco, quien un da confo en mi talento y me apoyo para que ingresara a la
Universidad Distrital con esos miedos que hoy solo son polvo.
Agradezco a dos padres putativos, Luisa Garca Merio y Arturo Rivera Vargas, voces de
apoyo y aliento.
A cada una de mis amigas y amigos que me han dado mucho cario y compartido muchos
conocimientos, en especial a las y los del CEUNA con quienes siempre vivenciamos eso
que mencione en la tesis, Yo pon, Tu pon, Si No Pon Tambin Com una Uramba, un
intercambio de solidaridad, amor sincero y complicidad en pro de una misma lucha.
VI Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
Gracias a la Maestra Maritza Pinzn por el apoyo incondicional, por salirse de los
parmetros y entender este proyecto como una didctica que comprende el ser, el hacer
desde la prctica y del partir de las necesidades de una maestra afrocolombiana con ganas,
mostrar una parte del lado B de la historia Colombiana por medio del juego tradicional.
Y dedico este logro a cada una de esas sonrisas que permitieron que se diera en su
momento este proyecto, a cada nio y nia de los que conformaron preescolar 2 en el
Hogar Infantil Jairo Ojeda, aquellos que vivenciaron y me rectificaron que Colombia es
una diversidad que debe dejar de medirse por el color de la piel.
Resumen VII
Resumen El presente trabajo investigativo reflexiono en su misma prctica, los nios y nias
realizaron un grandioso viaje el cual les permiti construir un palenque en el que
defendan sus races y la de los otros, otras. Es as como naci una nueva pedagoga, La
Pedagoga del reconocimiento que propicio en los nios y nias del grado preescolar 2
del hogar infantil Jairo Ojeda identificar, compartir y respetar activamente la diversidad
cultural existente dentro y fuera del aula como tambin en el pas.
Se implementaron tres estrategias que permitieron ensear a las nias y los nios dicha
pedagoga y para ello se tom como ejemplo las prcticas culturales de un pueblo que por
aos en el pas colombiano ha sido relegado, invisibilizado y del que pocas veces se
cuenta sus verdaderas historias, y fue gracias a los juegos de palabras, rondas de tradicin
oral y enseanzas significativas como el de compartir que las y los sujetos cimarronearon
en el aula, urambearon entre pares y aprendieron ronpondapas propias de la regin del
pacifico, recrendose en el aula una decolonialidad sujeta a una didctica no parametral y
con miras a una pedagoga esperanzadora que transforme y fortaleca las identidades de las
y los educandos a travs del juego y la prctica vivida.
Palabras Claves: pedagoga del reconocimiento, cimarronaje, Uramba, ronpondapa
afropacfica, interculturalidad critica, colonialidad.
Contenido VIII
Contenido
Pg.
Presentacin ................................................................................................................. 1 Introduccin .................................................................................................................. 3 1. Captulo I. ................................................................................................................ 7
1.1 Contexto ............................................................................................................. 7 1.1.1 Contexto Social ............................................................................................. 7 1.1.2 Contexto Pedaggico .................................................................................... 7 1.1.3 Contexto Jurdico .......................................................................................... 8
1.2 Justificacin ...................................................................................................... 10 1.3 Planteamiento del Problema ............................................................................ 12 1.4 Objetivos .......................................................................................................... 15
1.4.1 Objetivo General ......................................................................................... 15 1.4.2 Objetivos Especficos .................................................................................. 15
1.5 Antecedentes Investigativos ............................................................................. 15 2. Captulo II. Marco Terico ................................................................................... 19
2.1 La Ronda: Parte mia, parte tuya, parte de la historia. ...................................... 19 2.2 El Origen de las Rondas Infantiles ................................................................... 22
2.2.1 Estructura y etapas de las rondas infantiles ............................................... 23 2.3 La Ronda Afropacfica ...................................................................................... 26
2.3.1 Recreacin de la palabra ronda: Ronpondapa ......................................... 28 2.3.2 La Ronpondapa Afropacifica Como Herramienta De Reconocimiento ...... 30
2.4 Cimarronaje ...................................................................................................... 31 2.5 La Uramba ........................................................................................................ 35
3. Captulo III. Marco Pedaggico ........................................................................... 37 3.1 La Didactica No Parametral, De Estela Beatriz Quintar ............................... 37 3.2 Pedagoga de la Esperanza ............................................................................. 40
4. Captulo IV. La Pedagoga del Reconocimiento ................................................ 43 4.1 Cimarroneando en el Aula ................................................................................ 46
4.1.1 Recreacin del cimarronaje dentro del aula ............................................... 47 4.2 Urambeando entre pares ................................................................................. 50
5. Captulo V. Construccin Metodolgica ............................................................ 53 5.1 Primera Etapa: Sensibilizacin y Acercamiento ............................................... 53
5.1.1 Actividad: La Chuspa de Aire ...................................................................... 54 5.1.2 Cmo Jugar La Chuspa De Aire ............................................................... 58
5.2 Segunda Etapa: Cimarroneando En El Aula .................................................... 59
Contenido IX
5.2.1 Actividad: Velo Que Bonito ......................................................................... 59 5.2.2 Cmo Se Juega y Canta La Ronda ............................................................ 60
5.3 Tercera Etapa: Urambeando Entre Pares ........................................................ 67 5.3.1 Actividad: Rondondapa Mi mamita ........................................................... 67 5.3.2 Cmo Se Juega Mi Mamita ...................................................................... 69
6. Captulo VI. Anlisis y reflexiones pedaggicas ............................................... 75 6.1 El Dilogo ......................................................................................................... 75 6.2 La Equidad ....................................................................................................... 76 6.3 Respeto Activo ................................................................................................. 77
7. A modo de conclusin ......................................................................................... 79 ANEXOS ....................................................................................................................... 81 Referencias .................................................................................................................. 95
Presentacin
Crec y viv dentro de una comunidad en la que todo se haca con msica y todo era msica, era
una cajita mgica que abras y all estaba la meloda, el ritmo, el sonido los cuerpos danzantes y
las bocas de colores, cantando Con esa secuencia de sonidos, con esa impregnacin de olores y
sabores llegu a Bogot.
En la gran ciudad capitalina, ni el ruido de los autos, ni el de la gente afanada para llegar a sus
casas, ni los reproches, ni las estigmatizacioneslograron apagar ese rumor de arrullos, de rondas,
de currulaos, de olasMe di cuenta que segua como una tortuga, transportando mi cultura, la
llevaba conmigo; y mis trenzas continuaban sealndome otras nuevas rutas de liberacin para m,
para el resto de amigas, amigos, compaeros, compaeras, estudiantes, vecinos afrocolombianos
concentrados en esta ciudad tan amable como cruel con sus visitantes.
Cuando llegu a la Universidad Distrital, se fortaleci mi resistencia, porqu el fro tambin
congela en muchos casos la cultura, no quera que mi cultura se convirtiera en estatua de sal, no
quera ser otra, ni moldearme por conveniencia Desde all, saba que quera apostarle a un
proyecto de interculturalidad desde la educacin, an ms, cuando observaba los escasos y
deprimentes puestos o espacios que ocupbamos la comunidad afrocolombiana dentro del mbito
laboral y social, comprenda que algo estaba fallando dentro del sistema social y que la escuela
tena implicaciones en ello.
Cuando ingres a mi primer trabajo formal como maestra de preescolar 2 en el Hogar Infantil Jairo
Ojeda, a pesar de la coraza que llevabaLogr asomarme a una maravillosa ventana: Vi nios y
nias diversos y diversas, con cabellos, caras, brazos, formas de hablar, de cantar diferentes y se
me vino tambin un canto de una ronda para arrullar aquel momento: Velo que bonito lo vienen
bajando, con ramos y flores lo van adorando, oiii, oaaa, San Antonio ya se va
Esos nios y nias tambin venan de distintas regiones, y tambin luchaban por adaptarse a un
nuevo medio y contexto en el que no se les preguntaban que quera o sentan, solo se les impona
2 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
olvidar y anular. Este proyecto surgi bajo la dinmica del recuerdo, yo me record, record de
donde vena, record mi proceso, los nios y las nias tambin recordaronabrimos juntos aquella
cajita de msica con los cantos de rondas, y las rondas despertaron la identidad dormida, la cultura
arropada con otra culturaarrastramos a los padres y madres a ese mar de sonidos ancestrales, que
traa tambin a los abuelos, abuelas, a los antepasados
Este proyecto se construy como mi canto de amor hacia mi historia (para ellos-ellas), y como su
canto de amor hacia su historia (para m)Esa es la magia del auto-reconocimiento y del
reconocimiento del otro y de la otra. Nunca nuestra aula de clases estuvo silente, los nios y nias
lo invadieron de lenguaje, de su propio lenguaje, de un lenguaje diverso que transport con la
magia de la oralidad a ellos, ellas, a sus madres, padres y a m, a nuestros lugares de origen.
Convencida, que as como yo jams he olvidado aquellas rondas de mi infancia que me hacan
saltar, mover mi cuerpo como un saltamontes, decid emplear la ronda como herramienta para
transformar ese mundo que imposibilita y niega a los y las que ramos diferentes culturalmente,
porque no era posible que como maestra le diera la espalda a tal hostilidad colonial.
Como el lenguaje tambin es juego, me permit jugar con mis nios, nias y renombrar la ronda
bajo el trmino de Ronpondapa. No hay nio, nia que se niegue a una ronda, la ronda facilita el
intercambio de conocimientos al salirse de los esquemas y estrategias formales educativas. Es por
eso que la tomo y tomo en especfico la Ronpondapa afropacfica por que no aparecan en el
repertorio de rondas, porque lo afro no estaba tampoco en ese repertorio-repetitivo de los
currculos escolaresPorque quera visibilizar una comunidad invisibilizada, porque saba que
quien conoce la historia del otro-otra y se sensibilizaba frente a ella, es capaz de valorarla y
respetarla, porque estaba convencida que era un ejercicio que terminara revirtindose en
autovaloracin de la propia cultura e historia.
As que la Ronpondapa afropacfica se decidi a viajar y hospedarse en el Hogar Infantil Jairo
Ojeda, se quit las chanclas, chores, pantalonetas, camisillas; se puso saco y ruana y mostr los
maravillosos rostros de los hombres, mujeres, nios y nias de la poblacin afropacfica y se
hizo espejo revertido para los otros rostros. Al final de este proyecto terminamos todos bailando
nuestra cultura viva al comps de un bombo y un tambor: Velo que bonito, lo vienen bajando,
con ramos y flores lo van adorando. Oooiii, oooaaa, San Antonio ya se va.
3
Introduccin
Esta investigacin est enfocada a la implementacin de la ronda afropacfica para construir una
pedagoga del reconocimiento a partir de las estrategias Cimarroneando en el Aula y
Urambeando entre Pares dentro del aula de preescolar 2 del Hogar Infantil Jairo Ojeda.
Est proyecto est pensado a partir de la resignificacin de la historia y del lenguaje para iniciar
procesos de descolonizacin dentro del aula, trabajar el tema de reconocimiento, respeto y
valoracin cultural entre los nios y nias de la primera infancia. Pretende la reivindicacin y
visibilizacin de la historia y la cultura de las comunidades afrocolombianas, es as como en este
ejercicio se reemplazan algunos trminos categricos por otros construidos desde nuestras culturas;
tambin se permite jugar con el lenguaje, ya que, como planteaba Freire, el lenguaje como la
imaginacin son entes transformadores y liberadores sociales; de esta manera Uramba es
Interculturalidad, Cimarronaje es Decolonialidad y Ronpondapa es Ronda.
Una nueva pedagoga aflora desde esta investigacin: La Pedagoga del Reconocimiento que se
alimenta de la Pedagoga de la Esperanza de Paulo Freire, de la Didctica no Parametral y la
Pedagoga de la Potenciacin de Estela Quintar; pero en especial de los saberes ancestrales de la
comunidad afropacfica, los saberes previos y culturales de nios, nias y maestra.
Est proyecto surge en medio de un panorama en el que hacan faltas apuestas pedaggicas y
luchas esperanzadas: Bogot es uno de los sitios de Colombia que tiene la mayor diversidad en su
poblacin, esta ciudad concentra personas de diferentes partes del pas que emigran a la capital a
causa de la violencia, del centralismo que disminuye las posibilidades de empleo en las otras
regiones, especialmente de las ms apartadas. Las escuelas capitalinas son un ejemplo de esa
diversidad, pero que a la hora de implementar programas pedaggicos y disear los currculos
escolares es echada al olvido.
4 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
Aunque existen acuerdos como el 1122 de 1998 en el cual exige el desarrollo de la Ctedra de
Estudios Afrocolombianos en todos los planteles educativos nacionales o la ley 1381 del 2010 que
anuncia el reconocimiento, fomento, proteccin, preservacin de las lenguas de los grupos tnicos
de Colombia etc. Hay poca o nula preparacin de algunos y algunas docentes de las ctedras de
estudios afrocolombianos y etnoeducacin, situacin que resulta agravante en un pas en el que
an persisten altas cifras de discriminacin, incluso, desde la primera infancia; enfermedad social
producto del desconocimiento de las identidades tnicas y culturales, de la homogenizacin social,
la monopolizacin epistemolgica por parte de Occidente que excluye el conjunto de saberes
tradicionales y ancestrales de las comunidades.
Cuando estas leyes en pro del reconocimiento de la diversidad se desconocen dentro de la escuela,
se ocasionan situaciones que resultan graves para los y las estudiantes, porque consciente o
inconscientemente ocurre la discriminacin que obliga a los nios, nias y jvenes a rechazar su
herencia ancestral para poder ser aceptados dentro de una sociedad capitalista, colonialista y
consumista que oprime a los dbiles.
La niez representa una oportunidad para construir una sociedad basada en la justicia y el respeto
activo, para educar en la diversidad y animar hacia la esperanza. El juego como actividad
inherente a esta etapa, debe tenerse en cuenta dentro de este proceso de formacin, porque, aunque
haciendo parte del mundo simblico-cultural de los nios y nias, no se le ha dado la suficiente
validez y pertinencia dentro del proceso educativo formal, no se aborda como una de las
didcticas a travs de las cuales el nio y la nia aprenden a hacer lectura de su mundo y del
mundo de los otros-otras.
Esta propuesta pedaggica se da entonces ante la carencia de pedagogas, herramientas, ldicas y
estrategias que se apropien de la necesidad de aprender a convivir dentro de la diferencia; una
pedagoga que no slo se preocupe como se ensean las matemticas, las ciencias naturales o
sociales sino que tambin ensee a los nios y nias a convivir entre ellos y ellas y con la
naturaleza, una pedagoga inclusiva que tenga en cuenta los saberes ancestrales y previos que
traen los y las estudiantes, que articule escuela, familia, cultura y sociedad y adems sea tambin
poltica.
Este proyecto pretende ser un aporte para la paz desde el respeto activo y la comprensin de las
identidades, es un compromiso, una deuda de esperanza con las comunidades afropacficas, ya que
es una necesidad histrica preservar la memoria e identidad de los grupos culturales y ancestrales
5
en medio de una sociedad meditica y consumista, donde los medios de comunicacin, el
consumismo indiscriminado, la indiferencia hacia nuestros pueblos amenazan con la aculturacin,
el aislamiento de nuestra identidad y la pertenencia a una comunidad, por tanto urge evitar el
riesgo de olvidar el pasado de los pueblos , nuestro pasado; y derrumbar practicas colonialistas
dentro de las aulas de clase.
El proyecto investigativo lo conforman VII captulos. El primer captulo hace una
contextualizacin social del barrio y localidad en la que se encuentra situado el hogar infantil,
evidenciando que es una zona comercial e industrial que no permite que sus habitantes cuenten
con zonas de esparcimiento. Una contextualizacin Pedaggica que hace una descripcin del aula
en la que se desarroll el proyecto. Una contextualizacin jurdica sobre la legislacin de las
comunidades afrocolombianas desde el marco constitucional y poltico.
Dentro del mismo captulo se encuentra la justificacin, el planteamiento problema , un objetivo
general y siete especficos, con los que se desarroll y mantuvo la propuesta pedaggica; y finaliza
con los antecedentes investigativos en donde se resaltan los aportes a las temticas que repercuten
a este proyecto, desde los trabajos investigativos realizados en Amrica Latina, resaltando las
luchas que desde la pedagoga emprendi Paulo Freire, hasta las iniciativas interculturales desde
Colombia con las exploraciones de Marulanda, el trabajo etnogrfico y de campo de las
estudiantes Olga Arango y Mara Marlene Bulla, las propuestas y proyectos de las maestras Mara
del Carmen Ararat y Ana Mara Melo.
En el Captulo II se hace un despliegue de las categoras abordadas: Ronda Infantil, Ronpondapa
Afropacfica, Jeringonza, Cimarronaje y Uramba.
En el Captulo III se resumen y explican las pedagogas asumidas para fortalecer y cimentar la
nueva Pedagoga del Reconocimiento: Didctica no Parametral de Estela Quintar y Pedagoga
de la esperanza de Paulo Freire.
El Captulo IV describe la Pedagoga del Reconocimiento y sus herramientas ldicas:
Cimarroneando en el aula y Urambeando, con las que se apuntan a generar relaciones basadas en el
dialogo, la equidad y el respeto activo por la diferencia, se fortalecen los procesos de
reconocimiento y se aporta a la preservacin de la memoria histrica y cultural de los pueblos
afrocolombianos.
6 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
En el Captulo V se expone la construccin metodolgica desde el modelo propuesto por Elliot:
Investigacin Accin Reflexin. Se explican las maneras como se construyeron y
desarrollaron las actividades que partieron desde las necesidades, curiosidades y reflexiones de
las nias y los nios de preescolar 2 del Hogar Infantil Jairo Ojeda.
En el Captulo VI se explica Por qu el proyecto logr generar relaciones basadas en el dilogo,
equidad y respeto activo por la diferencia? mediante una breve reflexin por cada uno de los
valores contenidos en el objetivo general y que demarca la anterior pregunta de referencia
reflexiva. Se concluye este captulo con la sntesis de los hallazgos y las deducciones, fruto del
desarrollo del proceso investigativo que determinaron el cumplimiento de los objetivos que se
formularon y establecieron.
El captulo VII est compuesto por los anexos que arrojan datos o informacin precisa y verdica
del documento socializado.
Captulo I.
1.1 Contexto
1.1.1 Contexto Social
Gracias a la consulta del Plan Operativo Anual (POA) del Hogar Infantil Jairo Ojeda,
documentos distritales y habitantes del sector, se logr construir la siguiente caracterizacin del
barrio Cundinamarca:
Hace parte de los siete barrios que conforman la zona. Se encuentra situado en la localidad 16
(Puente Aranda). En los Planes de Ubicacin Zonal (UPZ) corresponde al nmero 108 de la Zona
Industrial. Las grandes viviendas construidas con ladrillo y cemento, fueron adecuadas en
pequeos apartamentos o apartaestudios convirtindose en inquilinatos, habitados en su mayora
por trabajadores de la misma zona y sectores aledaos a fin de ahorrar costos y movilidad. Estas
viviendas son ocupadas hasta por cuatro o cinco familias provenientes de diferentes regiones del
pas.
Alrededor del barrio se halla gran variedad de bodegas de almacenamiento, empresas comerciales
e industriales productoras de alimentos, textiles, plsticos y productos metalmecnicos entre otros;
el mayor volumen de compradores se halla entre la poblacin flotante que por razones de empleo
o actividad econmica deben desplazarse por la zona.
1.1.2 Contexto Pedaggico
El Hogar Infantil Jairo Ojeda se encuentra ubicado en el barrio Cundinamarca, quedando al lado
del Saln Comunal del barrio, en la Calle 19c con carrera 34 y a dos cuadras del colegio distrital
Espaa sede B. El plantel est enriquecido con una estupenda diversidad tnica y cultural, que
aporta y fortalece el aprendizaje mediado por relaciones de tolerancia, respeto, afecto, entre unos y
otros.
8 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
El Hogar Infantil Jairo Ojeda es un espacio en el que los nios y nias se sienten visibilizados
puesto que se les brinda importancia a sus deseos de explorar, crear, socializar; potenciando sus
habilidades con el fin de lograr un desarrollo integral. Los padres de familia se caracterizan en su
mayora por ser jvenes, algunos y algunas trabajan en la zona o son amas de casa y cuidadoras
de sus hijos.
Descripcin del aula de los educandos
El grado preescolar 2 se encuentra constituido por 21 nios y nias entre los 4 aos y medio a 5
aos y medio. Son, en relacin con los otros y otras estudiantes, los ms grandes del Hogar
Infantil. Las nias constituyen la poblacin mayoritaria con el 75%.
Los nios y nias provienen, con sus madres y padres, de diferentes lugares del pas. Nario,
Tolima, Cesar, Valle del Cauca, Crdoba, Guajira y Cundinamarca son los departamentos
predominantes. Estos desplazamientos han generado que las familias modifiquen sus costumbres a
causa de las mismas dinmicas de la ciudad. La alegra es una de las virtudes que caracteriza a los
nios y nias de este centro educativo, les encanta escuchar msica, cuentos e historias, cantar,
bailar, colorear, realizar cartas con dibujos bellos y llamativos que llevan a sus familiares (Ver
anexo 1)
1.1.3 Contexto Jurdico
En Colombia existe un amplio marco legislativo que dicta el reconocimiento a la diversidad
tnica y cultural del pas, el derecho de las comunidades tnicas para poseer los territorios de
ocupacin ancestral, a la no discriminacin, a vivir en situacin de igualdad e inclusin en las
esferas sociales y polticas.
Estas contribuciones, en materia legislativas hacia la reivindicacin de la poblacin
afrocolombiana, se iniciaron con la Ley de Libertad de Vientres (Ley 21 de 1821), la sucedieron
el Decreto 28, de junio de 1827, que cre la Direccin de Manumisin y otras disposiciones que
abonaron el camino hacia la promulgacin de la Ley 21 de 1851, la cual determin la abolicin de
la esclavitud. A pesar que Colombia es reconocida como pas de leyes, lo que sigui luego fue
un periodo de 140 aos de silencio legislativo, durante los cuales la poblacin afrodescendiente
permaneci ignorada e invisibilizada en lo referente a sus derechos y a su presencia como sujeto
social en el territorio nacional (Roux, 2010, p. 17).
Captulo I 9
Ese amplio espacio y silencio se rompi cuando en 1991, Colombia adopt una nueva constitucin
democrtica y pluralista que reconoce la diversidad tnica y cultural del pas, protege a las
minoras y valora la existencia de indgenas en la nacin, asignando a las comunidades indgenas
dos escaos en el senado. La nueva constitucin seala el fin de la Carta Magna de 1886, que por
ms de un siglo mantuvo a los colombianos y colombianas bajo un sistema poltico altamente
centralizado que desconoca la diversidad.
Con la creacin de dos curules en el Senado para las comunidades indgenas y dos curules para las
comunidades afrocolombianas, la Constitucin de 1991 reconoce la larga tradicin de
organizaciones de los indgenas, que se han aferrado a su tierra, sus tradiciones y su lengua desde
la conquista.
Esta nueva Constitucin fue estructurada ante la necesidad de ajustar la Carta Poltica a las nuevas
realidades sociales y polticas del pas, a su diversidad cultural y tnica, a las reivindicaciones de
los movimientos sociales, e inclusive, a las demandas de la insurgencia. Asimismo, su
promulgacin respondi especialmente a la necesidad de amoldar la arquitectura del Estado a los
preceptos del Estado Social de Derecho (Roux, 2010, p. 17).
Sin embargo la nueva constitucin poltica no cuestiona la imagen de Colombia como una nacin
patriarcal mestiza (de ascendencia europea india).Tampoco rompe el silencio que las lites
colombianas han mantenido desde el comienzo del siglo XIX sobre la contribucin sustancial de la
poblacin de ascendencia africana a la formacin de la nacin, excepto en el Artculo Transitorio
55.
Este artculo, adoptado como renuncia por la Asamblea Constituyente de 1991 como respuesta a la
movilizacin de las organizaciones negras de base sin representacin, anunciaba que en el
transcurso de dos aos el Gobierno legalizara la tenencia de tierras comunales tradicionales de las
comunidades negras localizadas en la costa del pacifico.
A mediados de 1993, despus de mucho cabildeo de activistas, los negros colombianos
finalmente obtuvieron algn reconocimiento legal con la Ley 70 de Negritudes. Esta ley se centra
en las comunidades negras de las hoyas de los ros de la cuenca del Pacfico; reconoce su
propiedad de las tierras comunitarias ancestrales y protege su identidad cultural. Sin embargo, al
dar nfasis a la ascendencia afrocolombiana, la homogeneidad y la singularidad cultural, as
como la ubicacin en una regin riberea rural especfica, excluye a los negros de otras zonas y
10 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
deja tambin por fuera la negritud a los pardos (de ascendencia africana mezclada), a los zambos
(de ascendencia africana e indgena) y a los mulatos (de ascendencia africana y europea). Podra
decirse que el principal logro de la ley de negritudes ha sido el hecho de sacar algunos negros
colombianos de la invisibilidad (para usar la palabra de la antroploga Nina S. de Friedmann) a
la que estaba sometidos desde la independencia y, con ello, iniciar un debate sobre los temas de la
raza y el racismo (Helg, 2011).
En la Esfera de la Enseanza, que fue adoptada en 1960 y entr en vigor en 1962, la cual proclama
la igualdad de trato en la educacin sin distincin o exclusin; el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Polticos de 1966 ratificado por la Ley 74 de 1969 y el gran logro con el Decreto 1122 de
1998 que estipula la enseanza de la ctedra de estudios afrocolombianos y etnoeducacin en
todos los establecimientos de educacin formal en el pas.
Posteriormente el estado ha seguido sacando a flote una secuencia de decretos, tratados, convenios
y otras leyes orientadas a disminuir la situacin de desigualdad y de vulnerabilidad de la poblacin
afrodescendiente, de sus territorios y comunidades. (Ver anexo 3)
1.2 Justificacin Resulta importante la aplicacin de este trabajo pedaggico dentro del aula de clase, ya que en
Bogot escasean las propuestas pedaggicas en materia de reconocimiento e interculturalidad para
la Primera Infancia. El proyecto YO PON, TU PON SI NO PON TAMBIN COM: La
Ronpondapa afro-pacifica, un aporte a la pedagoga del reconocimiento desde el aula de
preescolar 2 del Hogar infantil Jairo Ojeda, es pionero en utilizar Las Ronpondapas
Afropacficas y las estrategias Cimarroneando en el Aula y Urambeando entre Pares para
acompaar a los nios y nias en su proceso de autoreconocimiento y reconocimiento de los
otros y otras.
Es pertinente trabajar la Pedagoga del Reconocimiento en la primera infancia, puesto que los
nios y nias nacen ligados a una cultura y por tanto no es posible separar al estudiante de ella, ya
que la cultura constituye una necesidad inevitable en los hombres y mujeres. Est proyecto viene a
acompaar y fortalecer la identidad cultural que desde temprana edad los nios y nias empiezan a
construir con sus familias y en sus territorios, en los que cimientan las primeras relaciones
interpersonales, con la naturaleza y consigo mismos, porque segn el mtodo de crianza de la
Captulo I 11
poblacin zul sudafricana una persona solamente es una persona junto con otras personas
(Brooker & Woodhead, p. 20).
Acompaar el viaje hacia la construccin personal y social de los nios y nias a travs de este
proyecto pedaggico es de suma importancia y relevancia porque es en la primera infancia en que
los nios y nias determinan y cultivan sentimientos y valoraciones, ya sea positivos o negativos,
frente a s mismos y frente a los otros y otras. Fortalecer y apreciar las identidades culturales
dentro de la escuela, es tambin un aporte a la transformacin de sociedades ms justas y
equitativas porque desde temprana edad, se les alejara de prcticas discriminatorias.
Es meritorio como parte de este proceso de inclusin y de educacin intercultural en la escuela,
presentar otras posibilidades de conocimiento, ceir nuevos procesos, actividades, proyectos, ideas
que retomen los saberes y tradiciones ancestrales, no como una cosa aislada, pegada a un
contexto especfico y exotizado, sino como una parte fundamental que nos sugiere una forma de
ver y reconocer al medio ambiente y a los seres humanos. Justamente, la ronda es una de esas
prcticas construidas y reproducidas tradicionalmente que debe tenerse en cuenta y emplearse
como una herramienta pedaggica indispensable dentro del aula de clase para formar ciudadanos
prestos al dialogo, la justicia y la tolerancia, pues es con el juego que los nios y nias aprenden
los primeros cdigos, reglas y valores para la convivencia social.
Este proyecto pretende emplear la Ronda Afropacfica para propiciar un autntico dilogo
intercultural entre los nios y nias de la primera infancia, puesto que es en estos primeros aos
que los y las estudiantes aprehenden valores que determinaran sus relaciones sociales durante el
resto de sus vidas.
Trasmitir las rondas tradicionales afropacficas, es una manera de mostrarle a los nios y nias
otras posibilidades de vivir, de creer y sentir. A travs de sus rondas los nios y nias lograrn
acercarse y conocer a uno de los territorios ms excluidos del pas: La regin Pacifica, ya que
conocer al otro y conocer sus razones de vida, sus condiciones polticas, econmicas, ideolgicas
es tambin respetarlo, entenderlo y valorarlo. Como la oralidad es la primera competencia que
desarrollan los nios y las nias, la ronda, como parte de esa oralidad, constituye un excelente
medio de aprehensin, que muchas veces es desperdiciado por los maestros y maestras. Desde este
proyecto se aprovechar la oralidad mediante la Ronda y las estrategias Cimarroneando en el
Aula Urambeando Entre Pares, como parte de una Pedagoga del Reconocimiento que deja ser,
que deja vivir, que deja pensarque educa en el respeto activo; valor esencial para erradicar
12 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
dentro de las escuelas y la sociedad las practicas de segregacin, subalternizacin, interiorizacin,
estereotipacin y construir relaciones interpersonales bajo un marco de legitimidad, dignidad e
igualdad.
1.3 Planteamiento del Problema
Desde la dcada de los 90 en Amrica Latina se ha generado un creciente inters por los trminos
Diversidad y Cultura , de igual manera, tres aos ms tarde, en Colombia tambin llegaron a
invadir las esferas educativas y polticas, cuando las comunidades afrocolombianas, indgenas y
defensores de derechos humanos los colocaron sobre las mesas de discusiones como asuntos
prioritarios e importantes para las propuestas gubernamentales y sociales; aun as, por encima de
esta coyuntura y del amparo de nuevas leyes (Ver anexo 3) que proclaman el reconocimiento, la
reivindicacin, proteccin y preservacin de las lenguas, creencias, tradiciones, territorios y
culturas de los grupos tnicos del pas, lo que se demuestra en la prctica son notables carencias
en las propuestas de interculturalidad que se presentan en las aulas de clases y los programas de
gobierno para la convivencia social, que faltos de los principios de equidad y respeto activo, lo
que hacen es perpetuar el ejercicio de utilizar la diferencia para oprimir y remarcar relaciones de
privilegio y poder.
La escuela colombiana cae en una deficiente dinmica integracionista, en el que los y las docentes
manejan de manera superficial el trabajo intercultural dentro del aula de clases.
En el caso de Bogot, aunque en los planteles educativos se concentra una poblacin de
estudiantes provenientes de distintas regiones del pas, est diversidad no es tenida en cuenta a la
hora de planear las propuestas educativas y curriculares, por el contrario, es rechazada, agredida o
mal abordada.
Aunque existen acuerdos como el 1122 de 1998, el cual exige el desarrollo de la Ctedra de
Estudios Afrocolombianos y Etnoeducacin en todos los planteles educativos, hay poca o nula
preparacin de algunos y algunas docentes en el ejercicio de estas asignaturas, situacin que resulta
agravante en un pas en el que an existen altas cifras de discriminacin, incluso desde la primera
infancia, producto del desconocimiento de la historia y de la identidad cultural, de la
homogenizacin social, la monopolizacin epistemolgica por parte de Occidente, que excluye el
conjunto de saberes tradicionales y ancestrales que las comunidades traen consigo.
Captulo I 13
En las escuelas se ven claramente algunas dificultades para asumir a las minoras, en parte a que
esa homogeneizacin social conlleva a la comparacin y desvalorizacin de los y las estudiantes
de las poblaciones minoritarias con respecto al resto del grupo escolar; y es de saber que,
aunque nadie nace con ideas o sentimientos discriminatorios, estas actitudes se van dando a medida
que interactan con espacios en los que no se fortalecen la valoracin y el respeto activo por la
diferencia; y la escuela puede llegar a ser uno de esos escenarios, cuando promueve practicas
excluyentes y no genera posibilidades para visibilizar la historia e identidad de las poblaciones
marginadas culturalmente y socialmente como las comunidades indgenas y afrocolombianas .
Dentro del Hogar Infantil Jairo Ojeda se evidenciaron algunas problemticas que indicaban la
necesidad de aplicar una educacin para la diversidad, y que se requera con urgencia una nueva
pedagoga de reconocimiento, estas dificultades fueron:
Los nios y nias de preescolar 2 presentaban dificultades para identificar y hablar de sus
lugares de origen entre ellos, ellas, con maestros, maestras y directivas del plantel; esta situacin
se le atribua a que en las familias, provenientes de otras regiones, terminaban transformando sus
huellas culturales como variantes dialectales, alimentacin y comportamientos, como
requerimiento de adaptacin y aceptacin, promovido por familiares, comunidad y docentes al
nuevo contexto capitalino; es as como las prcticas culturales de los nios y nias que nacen en
lugares distintos a la capital del pas, estn sometidas a constantes modificaciones que las
conducen al olvido y encaminan a los y las estudiantes a una aceptacin de prcticas culturales
distintas a la que inicialmente han incorporado en sus territorios de origen.
Los nios y nias, incluso algunos maestros y maestras, rechazan los diferentes dialectos y
camuflan su lenguaje para que se adapte a un lenguaje institucionalizado dentro de los espacios
acadmicos de Bogot, que deslegitimiza conceptos y expresiones autctonas, bajo la pretensin
de estandarizacin del castellano y cierta exclusividad lingstica que privilegia regularmente a la
cultura o poblacin mayoritaria.
Las anteriores situaciones evidenciadas en el Hogar Infantil Jairo Ojeda, tambin dadas en otras
escuelas, son marcas colonialistas persistentes en las sociedades actuales que siguen perpetuando
relaciones de privilegio, estableciendo marcas de valoracin de lo mejor a peor, superior a
inferior Una sociedad que aventaja al blanco sobre el negro el rico sobre el pobre, la
ciudad sobre el campo, el hombre sobre la mujer, Occidente sobre frica, la Amrica indgena y
Oriente.
14 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
Regularmente, la academia y la escuela se suman a esas dinmicas excluyentes, anuladoras,
discriminatorias cuando no da cabida a los saberes ancestrales y culturales de los nios y nias,
cuando solo cree y comparte una historia nica , cuando desconoce y deslegitimiza los aportes
histricos y culturales de los pueblos no europeos, no blancos, no occidentales. Cuando los
maestros y maestras desconocen los contextos geogrficos, culturales, sociales de los estudiantes,
cuando no logra aterrizar los conocimientos a la vida y la realidad de los y las estudiantes.
La niez representa una oportunidad para construir una sociedad basada en la justicia y el respeto
activo, para educar en la diversidad y la esperanza. El juego como actividad inherente a esta etapa,
debera tenerse en cuenta dentro de este proceso de formacin, porque, aunque haciendo parte del
mundo simblico-cultural de los nios y nias, no se le ha dado la suficiente validez y pertinencia
dentro del proceso acadmico, no se aborda como una de las didcticas a travs de las cuales el
nio o la nia aprenden (y aprehenden) a hacer lectura de su mundo y del mundo de los otros,
otras.
Dentro de ese repertorio de rondas que se cantan y juegan en las escuelas de Bogot, hace falta
incluir tambin las rondas afrocolombianas, ya que cuando los nios y nias de la dispora
ingresan a la escuela no encuentran un reflejo de identidad que los y las acerquen a sus orgenes,
historia y cultura, por otra parte no se les presenta a los otros nios y las otras nias las diferentes
posibilidades y posturas de sentir, hablar, vivir y concebir el mundo.
Inquieta por las escasas apuestas pedaggicas interculturales que en Bogot se dan, para el caso
de la Primera Infancia, y las problemticas evidenciadas en los proyectos ya existentes surge la
pregunta que hizo brotar est proyecto de investigacin.
Cmo la Ronda Afro- pacifica puede aportar a la construccin de la Pedaggica de
Reconocimiento para que los nios y nias de preescolar 2 del Hogar Infantil Jairo Ojeda
generen y fortalezcan relaciones basadas en el dilogo, la equidad y el respeto activo por
la diferencia?
Captulo I 15
1.4 Objetivos
1.4.1 Objetivo General
Implementar la Pedagoga del Reconocimiento a travs del trabajo con la Ronpondapa Afropacfica y las estrategias Cimarroneando en el Aula y Urambeando entre Pares, para que los nios y nias de preescolar 2 del Hogar Infantil Jairo Ojeda construyan relaciones basadas en el dialogo, la equidad y el respeto activo por la diferencia.
1.4.2 Objetivos Especficos
Construir mediante las estrategias pedaggicas Cimarroneando en el aula y Urambeando
entre Pares una sntesis creativa de la historia afrodiasprica para que pueda ser
fcilmente comprendida y acogida en los nios y nias de la primera infancia.
Promover la comprensin de las diferencias tnicas y culturales dentro del aula de clases a
travs del establecimiento de la ronpondapa afropacfica como espacio pedaggico.
Desarrollar las bases de una Pedagoga del Reconocimiento, con la inclusin y aplicacin
de los saberes previos y prcticas culturales de los nios y nias para la formacin de
personas y sociedades libres de discriminacin.
Incentivar la comprensin de los textos de las ronpondapas afropacficas como estrategia
de conocimiento de las diferentes cosmogonas, modos de ver y vivir que tienen los otros
y las otras.
Identificar y valorar de manera conjunta, dentro de los espacios de reflexin de la
Pedagoga del Reconocimiento, actitudes y aportes cotidianos de los nios y nias para la
paz y el respeto activo por la diferencia.
1.5 Antecedentes Investigativos En los aos 60 el investigador y pedagogo Paulo Freire dio inicio a la Pedagoga Critica que fue
retomada por muchos educadores y activistas intelectuales a lo largo del mundo hasta los 90. Su
texto La pedagoga del Oprimido (Paulo Freire) gener las bases para un anlisis social y
poltico de las condiciones vividas de las clases pobres y excluidas a partir de un repensar critico-
poltico de la pedagoga en el contexto educativo (Walsh, p. 14).
En los aos 90 el tema de la Diversidad cultural cobr gran auge en el pas (Walsh, p. 2). Se
hizo presente en las polticas pblicas y reformas educativas y constitucionales, as que el termino
16 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
interculturalidad es nuevo en el pas ya que antes de la anterior fecha el respeto a la diversidad
tnica y cultural no haba sido uno de los objetivos primordiales en las escuelas y colegios, solo
ante el trabajo incansable de los movimientos de las comunidades indgenas y afrodiaspricas se
logr abrir caminos de reflexin y discusin, siendo inicialmente los movimientos indgenas,
especialmente en Ecuador, quienes despertaron y alentaron en Amrica Latina el inicio de una
lucha por la visibilizacin, la igualdad y la defensa de los derechos a la tierra. De aqu, que estos
resurgimientos fueran el espacio del aprovechamiento del desenfocado multiculturalismo
neoliberal y una intercultural de estilo funcional que lo que realmente favoreca era a los diseos
globales, el capital y al poder.
Por efecto de la constitucin poltica de 1991 y ante ese panorama de cambios vividos en
Amrica Latina, en el pas se han dado notables intervenciones con la presentacin de proyectos y
programas a fin de proponer nuevas experiencias para educar hacia el respeto y reconocimiento de
la diversidad. A continuacin citaremos algunas propuestas y aportes en Colombia:
Aragn de Ocoro Olga y Bulla Rios Mara Marlen, estudiantes de Licenciatura en Educacin
Bsica Primaria de la Universidad Distrital, en 1995 construyeron una bella apuesta
intercultural con el proyecto de tesis: CMO SE DESCRIBEN Y DESARROLLAN ALGUNOS
JUEGOS INFANTILES DE LA REGIN PACFICA. Est propuesta, que inicialmente se
empez a desarrollar en Bogot en el barrio Britalia y que a la falta de resultados se termin
ejecutando en Buenaventura, tena como objetivos rescatar los elementos ldicos de la cultura
local y regional pacifica mediante la recopilacin de juegos, reconocer y organizar juegos de la
regin del pacifico para practicarlas en algunas comunidades de Bogot, elaborar un documento
que contribuyera a ampliar e implementar los conocimientos que tienen los nios del interior sobre
la ldica y el folklor de la regin pacfica.
Por otra parte el investigador, escritor y folklorista colombiano Octavio Marulanda, ha contribuido
al fortalecimiento de una educacin que afianza los valores de identidad cultural de la nacin con
su trabajo Las Rondas y Juegos Infantiles-Folklor Y Educacin. Est texto fue el producto de
exhaustiva investigacin del folklor colombiano que desde 1998 realiz en todas las regiones del
pas y surgi como consecuencias de innumerables experiencias con nios, nias, maestros,
maestras, promotores y promotoras de educacin y grupos familiares; y fue un gran motivador para
su escritura, lo vivido en el Primer Encuentro de Rondas y Juegos Infantiles realizado en Armero
Tolima, en 1980, al cual concurrieron nios de todo el pas (SECAB, 1998). La importancia de
Captulo I 17
este proyecto ejecutado por Marulanda, radica en que por primera vez en Colombia se estudie la
teora del juego como un aspecto esencial de la cultura.
En Bogot, la maestra e investigadora Mara del Carmen Ararat lanz la cartilla especializada
sobre afrocolombianidad Con Buen Modo se Saca Al Cimarrn del Monte a travs y con el
Colegio Distrital Carlos Arango Vlez. Esta cartilla constituye uno de los textos ms importantes
y completos en Colombia con respecto al trabajo intercultural dentro del aula de clases que
emplea la oralidad afropacfica. Este proyecto, de la profesora Ararat, inicio en 1999, como ella
misma dice: Tomando de aqu y de all me he impuesto la tarea de recopilar algunas
muestras de la Oralidad Afrocolombiana de nuestro pas, para compartirlas con mis
compaeras del Carlos Arango Vlez y con todos los que deseen leerlas. El texto recoge
en sus 76 pginas, diferentes manifestaciones orales del pacifico como refranes, coplas, retahlas,
canciones, y talleres empleadas como herramienta intercultural para que los nios y nias
comprendan la importancia que tiene la cultura para el ser, el hacer, el relacionarse y que la
comprendan no como un ente aislado y ajeno a ellos y ellas.
Otro gran aporte desde el mbito de la oralidad afropacfica lo realizo la investigadora Ana Mara
Arango Melo, con el nombre de Cocorob: Cantos y Arrullos del Pacifico Colombiano (2013).
Designo una creativa compilacin de cantos y arrullos que hacen parte de la cotidianidad y del
repertorio de cantos de los nios y nias de esta regin.
Justamente, la primera parte de este texto alberga una serie de canciones de cuna que soportaron
tambin el maravilloso Proyecto de Investigacin, de la misma autora, Velo que Bonito,
Prcticas sonoro-corporales en la primera infancia de la poblacin afrochocoana, que se estuvo
realizando desde el ao 2010 en los municipios de Tad, Crtegui, Quibdo, Bajo Baud y Atrato.
La autora define el proyecto como un esfuerzo por comprender las cosmologas, formas de
organizacin social e imaginarios que marcan la contribucin de ticas y estticas en la
relacin cuerpo sonido-movimiento en la primera infancia de los afrochocoanos
En el tercer captulo del libro COCOROB: Cantos y Arrullos del Pacifico Colombiano, se
expone una muestra de veintitrs rondas infantiles. Algunas de estas canciones responden a las
variaciones de antiguas rondas hispnicas y de otras que hacen parte fundamental de los mundos
infantiles del territorio de Pacifico.
18 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
Muchas de las rondas recopiladas son producto de la investigacin del maestro Leonidas Valencia
(algunas son composiciones de l) y otras hacen parte de la juiciosa investigacin que presenta en su
libro Compendio de cantos, poemas, rondas y otras ldicas del profesor Omar Palacios, gran
pedagogo y conocedor de la ldica en el territorio chocoano (Arango, 2013, p. 16).
Arango Melo considera que su libro Es una oportunidad para reconocer, valorar y celebrar la
diferencia en medio de unas realidades sociales que cada vez nos aproximan ms a un otro
(Arango, 2013, p. 209).
La consulta de las anteriores investigaciones y propuestas, como tambin la de otras herramientas,
cimentaron los rumbos de este proyecto que surgi ante el estudio y reflexin de las siguientes
inquietudes:
1) Hacan falta propuestas interculturales para la primera infancia. 2) Cmo aprovechar el
contexto diverso de las escuelas capitalinas para construir conocimiento? 3) Qu hacemos los y
las educadoras con la cultura? 4) Las rondas infantiles no son aprovechadas dentro de la escuela
como fuentes de construccin de conocimiento y formadoras de valores. 5) La ronda y la
interculturalidad merecan un acompaamiento desde la escuela. 6) Hacia falta aplicar un
proyecto que acudiera al juego y la ronda como herramienta de reconocimiento. 7) Los saberes
previos y prcticas ancestrales, las experiencias cotidianas sociales y culturales de los nios y
nias no eran tenidos en cuenta dentro del sistema educativo.
Por lo tanto est proyecto: Yo pon, tu pon, si no pon tambin com, La Ronpondapa afro-
pacfica, un aporte a la pedagoga del reconocimiento desde el aula de preescolar 2 del hogar
infantil Jairo Ojeda surge como aporte para que a travs de la ronda los nios y nias se
construyan relaciones basadas en el dialogo, la equidad y el respeto activo por la diferencia,
capaces de transformar y transformarse desde el encuentro con el otro-otra, de valorar las
diferentes visiones del mundo, sus herencias ancestrales y territoriales.
Captulo II. Marco Terico
1.6 La Ronda: Parte mia, parte tuya, parte de la historia. Las rondas infantiles han viajado paralelamente en los mismos viajes de los hombres y mujeres,
se han fortalecido a medida que el mismo ser humano se enriquece en el encuentro con el otro y
con la otra.
Las rondas infantiles surgen inicialmente bajo el propsito de recrear la cosmovisin de una
cultura, representar sus tradiciones y creencias. Ests constituyen la transportacin de elementos
tradicionales de un pueblo o de unos pueblos, puesto que surgieron y se han ido transformando con
el mestizaje cultural.
Cundo una ronda viaja de una regin a otra se trasmuta, ya que, como portadora de tradicin y
cultura, adopta singularidades de cada lugar que la acoge; en Colombia, por ejemplo, una misma
ronda puede ser jugada, cantada o bailada de diversas maneras en diferentes lugares y cada sitio
posee una versin distinta, es el caso de las rondas Hilito, Hilillo de oro, Arroz con leche, El
seor don Gato
Marulanda (1998, p. 52) tambin cita otros ejemplos en las que se dan variaciones en cuanto al
lxico La chuspa de aire, del Cauca, que se llama La seorita Bertha en el Tolima; y Mirn
Mirn, que es uno de los tantos nombres que en la zona Andina ha adquirido El puente est
quebrado, llamada por otros Que pase el rey etc., (Marulanda, 1998. p. 52). Otros aspectos de
transformacin lingstica es cuando los nombres o ttulos que se le dan a las rondas varan de una
regin a otra, adems de la desaparicin de algunos versos, pasajes recitativos o estrofas completas
que muchas veces tambin se enriquecen con figuras literarias o en el contacto con otras rondas
(se prestan y aportan sus elementos).
Algunas de las causas por las que se producen estos cambios en las rondas infantiles son:
20 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
1. Se adaptan de acuerdo al carcter y las tradiciones de cada regin.
2. Como iniciativa espontnea y natural de los nios y nias en cada regin. Marulanda
(1998) explica esta causa as: Los nios por naturaleza, tienden a liberarse de moldes
esquemticos, aunque no sea ese su deseo. Lo hacen inconscientemente porque en este
caso prima la intencin ldica, pero el autor tambin aclara que los nios tienden a
hacer modificaciones de forma, perifricas, dejando sin alteracin la estructura bsica y
el contenido, con lo cual la ronda y el juego no pierden nunca su funcionalidad y
fisionoma
En Colombia aunque en sus inicios, las rondas fueron una herencia hispnica, han recibido
ciertas variaciones en el proceso de adaptacin a las condiciones sociales y culturales del nuevo
contexto enfrentado a los retos del mestizaje, que se ha encargado, a travs del tiempo, de
imprimirles variantes, que en muchos casos, significan una asimilacin total. Es decir, que han
adquirido fisionoma colombiana (Marulanda, 1998, p. 52).
El folklrologo describe las principales transformaciones que se han dado dentro del juego en dos
aspectos fundamentales: Los textos y los esquemas literarios y la estructura, con sus contenidos.
Las Rondas Infantiles son una Resonancia Cultural, ya que en lo que se canta y como se canta
van incorporadas las creencias, formas de sentir, de vivir y de pensar de una
poblacinconvirtindose en parte de la tradicin popular.
Por la anterior razn los maestros y las maestras deben estar comprometidos y comprometidas con
la recuperacin y divulgacin de la ronda como una herramienta importante que aporta a la
construccin de la identidad en los nios y nias. La defensa de la ronda por parte de los
educadores y las educadoras se traduce en la defensa de los espacios en los que los nios y nias
pueden ser y en el que los saberes culturales y tradicionales se miran sin prejuicios.
Gaviria (1999, p. 8) considera que: las rondas folclricas colombianas, son especies autctonas
respetuosas de la tradicin, pues reproducen con gran fidelidad el sentido de participacin
colectiva, innato en el hombre primitivo y esencial en todas las culturas autctonas. Entonces, se
puede reafirmar que las rondas infantiles provenientes de las comunidades afrocolombianas son
una herramienta intercultural que permite propiciar espacios en donde los nios y nias tengan la
posibilidad de reconocernos y aportar a los procesos de paz porque la paz inicia en el momento
que se reconoce al otro -otra y se trabaja en equipo, no desde la individualidad.
Captulo II 21
Las Ronpondapas Velo que bonito (como se canta y juega en Buenaventura), La chuspa de
aire (como se canta y juega en Puerto tejada Cauca) y Mi mamita (como se canta y juega en
Tumaco Nario) tendrn tres dinmicas: La primera de Autoreconocimiento y valoracin de la
propia cultura: PARTE MIA; la segunda de Reconocimiento y valoracin del otro-otra:
PARTE TUYA y la tercera de Visibilizacin de los aportes histricos: PARTE DE LA
HISTORIA
PARTE MIA: Con la trasmisin de la Ronpondapa Afro-pacifica el nio y la nia reconocer
que la historia del otro se encuentra con su historia, ya que est ejercicio visibilizar los aportes
sociales y culturales que a travs del tiempo ha hecho la comunidad afrocolombiana a la historia
nacional. Es tambin un ejercicio introspectivo en el que los y las infantes a travs de los rasgos
culturales del otro-otra, valoran sus propios rasgos y huellas culturales.
PARTE TUYA: En esta fase se inicia un proceso de reconocimiento de las diversas costumbres de
cada nio y nia que conforma el grado de preescolar 2. Se generan espacios de dilogo y escucha
para compartir y comprender de donde vienen, y qu les gustaba del anterior lugar en el que vivan
para llegar a la reflexin de respetar y valorar eso que para el otro es importante; del mismo modo
recrearlo en el aula llegando a consensos de los lugares a los que se viajara y de las cosas que se
realizara en colectividad con la nica intencin de conocer cada cultura que representaba a cada
nio y nia.
Para entender lo anterior se parte de una frase muy empleada en el pacfico que se trae al aula para
trabajar en el proceso de intercambio cultural que es Yo pon, tu pon, sino pon tambin com que
quiere decir: Yo pongo, tu pones, si no pones tambin comes. Ese compartir de experiencias
parte segn la iniciativa y comodidad de cada persona, lo que quieran y se les facilite compartir,
dar a conocer, consultar etc. Aplicar este juego de palabras en el contexto signific un encuentro de
ancestralidades, un reconocimiento de las diversas prcticas de crianzas que les permiti a cada
una-uno conocer y comprender las realidades de sus compaeros y compaeras.
PARTE DE LA HISTORIA: Colombia ha dejado por mucho tiempo fuera de la historia general, la
historia de los y las negras, de los y las indgenas a causa de las dinmicas colonizadoras que
repercuten constantemente dentro de la sociedad, del gobierno y del sistema educativo. Este
proyecto propone el encuentro de los pasados de todas las comunidades excluidas, que los nios y
nias comiencen a comprender que ninguna historia es aislada puesto que nos une un hile ancestral
que nos compromete unos a otros a reconocernos.
22 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
1.7 El Origen de las Rondas Infantiles
Las rondas infantiles tienen antecedentes en las antiguas danzas de ruedas espaolas que fueron
los primeros esquemas de baile acogidos por los pueblos peninsulares y constituyeron el molde
que nos lleg durante la poca de la colonia (Marulanda, 1998, p. 25).
Para algunos autores clsicos como Platn, Estrabon, Luciano, las danzas de rueda eran una
imitacin del movimiento circular alrededor de la tierra (Machabey, A) partiendo de la base que
para la antigua Grecia los astros giraban alrededor de la tierra: el centro del universo. De hecho
el trmino ronda en su sentido ms simple quiere decir Dar vueltas alrededor de una cosa.
Este tipo de representacin coreogrfica del movimiento de los astros y la tierra, fue acogida por
el teatro con las tragedias griegas, particip en las diferentes esferas sociales y culturales de la
vida romana y durante la Edad Media, tuvo una adaptacin bajo el nombre de Carola, que
consista en un baile en los que hombres y mujeres giraban alrededor de un rbol, una hoguera,
una fuente o un personaje que representaba al diablo.
Existen referencias de otros bailes similares en diferentes partes del mundo, en Francia por ejemplo
se bailaba una danza en rueda denominada Farola, afirma Marulanda (1998; p 26) que en La
literatura musical del siglo XVII se reconoce que estas prcticas populares del canto colectivo
entrabado rtmicamente con un baile, al refinarse, dieron origen al rondo, rondat de carole,
como se deca en la Francia de aquellos tiempos.
Marulanda considera que la Carola cre un arquetipo en Europa, que se ha conservado a travs de la
historia, y no slo sintetiz una costumbre milenaria, sino que sirvi de molde espontneo para
manifestaciones colectivas de carcter ldico y festivo, como es el caso de las rondas infantiles, que
tienen una estructura idntica a la carola, de la cual puede decirse son rplicas aclimatadas por el
mestizaje. (Marulanda, 1998, p. 26).
Las rondas infantiles son una sintetizacin de las diferentes culturas, que inevitablemente
influyeron en los pueblos de la Amrica Hispnica. Segn Marulanda, el origen de las rondas y los
juegos infantiles en Colombia hay que buscarlo en los terrenos del mestizaje, tomando en
consideracin los aportes de los africanos (as) y sus descendientes, espaoles (as) e indgenas. Se
suma la misma condicin de la Espaa clsica, recin salida de la invasin rabe, que acogi un
Captulo II 23
cumulo de manifestaciones literarias, culturales, tcnicas de trabajo y cosmovisiones de los moros,
africanos y antiguos Celtas ms las heredadas por el imperio romano. Como resultado de estas
intervenciones multiculturales En este sentido, Marulanda (1998, p. 28) seala que: el lenguaje de
las rondas y de los juegos, que a menudo est lleno de alusiones muy antiguas, muchas veces
incomprensibles, es una huella, hispnica inconfundible, como que las investigaciones literarias lo
han comprobado hasta la saciedad y agrega que: En Colombia, durante el perodo colonial y la
poca republicana los maestros y maestras espaolas, sacerdotes y miembros de comunidades
eclesisticas, los misioneros y gentes de relieve social fueron quienes dieron a conocer las rondas
infantiles.
1.7.1 Estructura y etapas de las rondas infantiles
Toda ronda viene acompaada de rima, es decir de versos o estrofas que sirven de marco
literario para el canto, la declamacin o recitativo o la descripcin dialogada de los temas y
argumentos. La rima es la letra de las rondas. Marulanda define y describe los elementos
que componen la estructura de la ronda de esta manera:
1. El canto: Se expresa a travs de tonadas muy elementales, o cantinelas, glosas con
exclamaciones y estribillos, o voces individuales o en coro, emitidas al unsono,
utilizando entonaciones simples ( bitnicas, dos notas; tritnicas, tres notas), en base a un
texto inmodificable y conocido por todos.
2. La Pantomima: Es la parte teatral, que se cumple con gesticulacin sin dialogo, imitando,
remedando, inventando personajes, animales, seres u objetos, y an creando una cierta
atmsfera escnica, con determinacin de lugares, situaciones y conflictos muy sencillos.
3. La danza: Se define as los movimientos y actitudes corporales (individualmente, por
parejas, por grupos, o con integracin social) que exigen un ordenamiento basado en el
ritmocon expresiones de conjunto armnico y de sentido coreogrfico. Los
desplazamientos sobre el suelo se denominan planmetros, y los que se hacen en el
espacio, en sentido vertical, con el cuerpo (torso, cabeza, brazos, piernas) se llaman
estereomtricos.
4. El recitado: Es la elocucin individual, mltiple o colectiva, en forma de frases, versos,
textos corridos, exclamaciones repetidas, dados sin ningn tipo de entonacin musical, con
la voz natural, pero con intencin oratoria.
24 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
5. El dilogo: Es el intercambio de textos, en forma de preguntas y respuestas unas veces, y
otras de frases alternadas en actitud coloquial, con voz natural, o sin modularla. El dialogo
puede ser entre dos o ms participantes, y an entre grupos, o entre una vos y un coro que
tambin responde, o tambin pregunta.
6. El juego: No todas las rondas tienen juego, entendido como tal, es decir, como conjunto de
movimientos, combinaciones, destrezas o actitudes corporales hechos sin asociacin con
el canto ni con el ritmo, pero que llevan a cumplir un argumento, tales como saltar, correr,
acuclillarse, perseguirse, esconderse, capturarse, tocarse, darse palmadas, girar, etc.
El autor del texto Las Rondas y los Juegos Infantiles: Folklor y educacin, tambin clasifica tres
etapas dentro de la ronda:
Etapa preparatoria: Los nios y nias se renen, escogen el sitio donde van a actuar,
nombran personajes ms importante o el lder que dar las pautas.
Etapa de Realizacin o de Actuacin: Es la fase ms importante y significa que las
condiciones estn dadas para que transcurra el proceso argumental. Es cuando los nios se
desempean con mayor vivacidad y entusiasmo, y cuando logran el clmax de la funcin
recreativa.
Etapa Final o desenlace: Cumplida la actuacin se da por disuelta la ronda; pero es
frecuente que de manera instintiva surja el balance de ella, o el deseo de repetirla o
mejorarla, antes de pasar a otra cosa. Es el momento de la compensacin psquica,
derivada de la distensin y de la alegra.
La ronda y el juego infantil tienen diferencias y semejanzas, puesto que la ronda es un juego de
varias personas, en donde pueden involucrar el palmoteo ms el canto, y el juego puede llegar a ser
grupal como individual y por lo general se necesita de un objeto que le d sentido e indique de que
se trata el mismo. A continuacin un mapeo sobre las semejanzas y diferencias de las que hacen
mencin Marulanda & Gonzlez (1998) y analizan el siguiente cuadro1:
1 Octavio Marulanda, Gladys Elena Campo, Las rondas y los juegos infantiles folclor y educacin, secretaria ejecutiva del convenio Andrs bello. (1998). Cuadro realizado a partir de la lectura de las Pg. 43-45.
Captulo II 25
SEMEJANZAS DE LAS RONDAS Y LOS JUEGOS INFANTILES
RONDA JUEGO
a) La ronda es una expresin ldica.
b) Se utiliza la voz en el canto.
c) Es una tradicin oral grupal.
d) Tienen un tiempo determinado.
e) Deja aprendizajes.
f) Da seguridad y trasmite satisfaccin.
g) Es repetitivo.
h) Es una ocupacin.
i) No obliga es contagioso.
j) Se aparta de lo cotidiano.
k) Es un texto.
a) El juego es una expresin ldica.
b) Se utiliza la voz como expresin para
decir las reglas del juego.
c) Es una tradicin oral individual o
grupal.
d) Tienen un tiempo determinado.
e) Deja aprendizajes.
f) Da seguridad y trasmite satisfaccin.
g) Se juega ms de una vez.
h) Es una ocupacin.
i) No obliga Se juega si se quiere.
j) Se aparta de lo cotidiano.
k) Hace parte del texto.
DIFERENCIA DE LAS RONDAS Y LOS JUEGOS INFANTILES
RONDA JUEGO
Se llama ronda a la actuacin ldica grupal
(rueda, caracol, filas, cuadrillas etc.) para cuyo
cumplimiento se hace necesario que los nios
aporten elementos expresivos de sentido
esttico como el canto, cantinela o tonada; el
baile o el movimiento rtmico que nosotros
Denominamos juego la actuacin ldica para la
cual no se requiere el aporte de los elementos
expresivos anteriormente citados, y que se
pueden cumplir bien en forma individual o en
grupos pequeos o grandes unas veces sin uso
de objetos, y otras con uso indispensable de
26 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
asimilamos a danza; la antonimia (actuacin
mmica), con asent representativo teatral; el
sonido rtmico acompaante (palmoteo, golpes
sonoros, zapateos, exclamaciones etc.)
Movimientos corporales acordes.
No son institucionales pues su dinmica es
autnoma.
objetos. En estos ltimos, el objeto (aro, rueda,
lazo, ruedas, bolas, trompos, pelotas, piedras,
palos, cometas, etc.) por sus cualidades
naturales, determina las leyes que deben
cumplirse en el juego.
1.8 La Ronda Afropacfica
En territorios de la dispora africana, la ronda se transcribe al plano de las manifestaciones
culturales, es decir que cada palabra, concepto, estrofa, verso, copla transfiere las esferas del
juego para convertirse en la representacin o expresin de lo que viven y anhelan estas
comunidades, como en el pacifico, que les permite recordar sus orgenes, preservar y compartir
costumbres y prcticas de crianza; sus rondas contienen las tristezas, gozos, ventajas y desventajas
que sienten dentro del territorio y el estado.
Al ser poblaciones en las que la expresin corporal juega un papel muy importante, la cotidianidad
va a estar influenciada, mediada, invadida por el movimiento, la gestualidad y el cuerpo sonoro,
vibrante: Ese cuerpo que no se queda quieto y que se manifiesta a travs del baile, la ronda y el
juego.
Captulo II 27
En el caso de las rondas del pacifico, tienen la principal particularidad de la teatralizacin;
Marulanda las describe de dentro del
contexto afropacifico de esta manera:
En las rondas infantiles la expresin se
acenta, y, entonces, la primera forma de
manifestacin que les imprime relieve, es
el ritmo, que no slo hace que en ciertos
momentos las rondas se conviertan en
verdaderas danzas, sino que los coros y
recitales adquieren una dimensin
musical, clara y fluida (Las Rondas y los
Juegos Infantiles. (Marulanda, 1998, p.
25).
Las rondas del pacifico ensean cmo cuidar
un nio y una nia, como arrullarlo hasta
hacerlo dormir, las nanas o cantos de cuna se
convierten en cantos relevantes dentro de la
comunidad. La invencin de cuentos
armoniosos inducen a los nios y nias al sueo, con gran y particular imaginacin de las y los
habitantes del pacifico que transforman una cancin de cuna o arrullo en ronda juego y finaliza
siendo una danza.
Las rondas del pacifico llegan a los nios y las nias como un gnero musical, que ms que
infantil es folclrico, y con est llega la danza, la atraccin por cantar y tocar los instrumentos
musicales propios de la regin: el guas, la marimba, los cununos, las maracas, el bombo, las
claves entre otros, as que mientras se juega y canta, tambin se toca. No solo se juega la ronda,
sino que tambin se agudiza el odo, se incorpora el ritmo en el cuerpo y se desarrolla
efectivamente la motricidad gruesa que como lo evidencia Marulanda (1998) se compenetra el
sentido participativo obteniendo un alto grado de entusiasmo (Marulanda, 1998. p. 191 - 192).
28 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
1.8.1 Recreacin de la palabra ronda: Ronpondapa
La oralidad juega un papel dinmico en las rondas afropacficas, ya que en estas comunidades el
lenguaje tambin se vuelve juego, se vuelve creacin, se vuelve portador de la cultura porque es un
lenguaje cargado de sonoridad, de msica, de ritmo Esas caractersticas de las que estn
impregnadas la vida diaria del hombre y la mujer de la dispora.
De ese juego lingstico surgen en las costas Caribe y Pacifica la Jerigonza: Un juego de palabras,
una desmembracin de las frases y de su sentido comn para hacer de la conversacin un cdigo
secreto y dinmico.
La jerigonza pretende con su vocabulario ldico despistar a aquellos que no saben hablarlo para
que no entiendan ni hagan parte de la conversacin. Los nios y nias de muchas regiones
colombianas lo aprenden a temprana edad. En el pacifico sur la jerigonza se ha convertido en un
cdigo de nios, nias y adolescentes que se retoma durante la tercera edad para tambin
trasmitirla a los nietos, nietas, vecinos, familiares etc.
La manera de hablar en jerigonza es intercalar a cada silaba algunas consonantes, en especial con
la letra p, y aumentarle la vocal con la que inici o termin cierta silaba. Ejemplo:
PALABRA
ORIGINAL JERIGONZA
Ignacio Igpinapaciopo
Ventana Venpetapanapa
Carpintero Carpapinpiteperopo
Algunas palabras y frases en jerigonza usadas e interpretadas en el pacifico sur se expresan de la
siguiente manera:
Captulo II 29
PALABRA ORIGINAL
JERIGONZA
Adis Apadipiospos
Veni Vepenipi
Yo Yopo
Chuspa Chuspuspapa
Te quiero
Tepe Quipieperopo
Cmo ests?
cpomopo
espetaspas?
Hasta maana
Haspatapa
Mapaapanapa
Buenas
Bupuepenaspa
Ronda
Ronpondapa
Como est proyecto apunta a la recuperacin y la inclusin de las epistemologas excluidas dentro
de la educacin y en la atencin que la escuela debe poner sobre los aspectos culturales de los y las
estudiantes, entrar a jugar con el juego que propone la lingstica afropacfica y se permitir
renombrar a la ronda con el termino de ronpondapa, palabra construida en la jerigonza que en
su originalidad dice ronda.
30 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
1.8.2 La Ronpondapa Afropacifica Como Herramienta De
Reconocimiento
El juego hace parte fundamental en la vida de los nios y las nias, no slo como medio de
recreacin sino tambin para la adquisicin de destrezas sensomotrices, la transmisin y
preservacin cultural y la formacin en valores. Al no tener est caractersticas formalizantes, el
nio y la nia se involucran fcilmente en l y genera un espacio didctico propicio para inducir al
nio-nia en temas relacionados con el reconocimiento del mundo, la autopercepcin y la
valoracin del otro.
El principal canal de transmisin de la Ronpondapa Afropacfica es la oralidad, se transmite de
adulto a nio-nia y de nio (a) a nio (a). Teniendo en cuenta est forma natural o libre de
difusin, implementar est estrategia dentro de la escuela facilita el trabajo intercultural que se
realiza dentro de ella, La Ronpondapa permite el autoreconocimiento y reconocer al otro -otra
mediante la dinmica de esto es lo que s, esto es lo que te comparto, con lo que te comparte,
revivo lo que s. Ese s es entendido desde las construcciones que he formado a partir del
encuentro con el medio ambiente y con la comunidad a la cual pertenezcoEst es el inicio de un
trabajo para erradicar la discriminacin dentro de las sociedades.
Cuando La Ronpondapa hace que el nio o la nia explore, memorice, comunique algo, exprese
un sentimiento, trasmita conocimientos previos o ya construidos colectivamente, imagine, cante,
desarrolle habilidades corporales, enriquezca su lenguaje para ser entendido por los otros/as ( todas
estas destrezas destinadas en la primera infancia para nios y nias entre 4 y 5 aos) se convierte
en un canal, propicio para que los nios y nias compartan valores, para depositar semillas de
respeto, para abandonar actitudes discriminaras porque el nio no slo aprende, sino que
ensea lo aprendido a padres, madres, compaeros, compaeras o a las personas de su entorno.
Cada Ronpondapa se adapta al territorio que la utiliza, cada comunidad deposita en ella sus
rasgos distintivos, as que mediante la Ronpondapa el nio, la nia se transporta a un territorio y
a una comunidad especifica, ya que como dice Marulanda (1998; p 50)
Al margen de cualquier aplicacin especfica que se d en las rondas infantiles en las reas estticas
o en las preocupaciones educativas, ellas poseen una cualidad indiscutible en el desenvolvimiento de
las facultades intelectuales del nio: es el estmulo de la imaginacin
Captulo II 31
Cuando se habla de Ronpondapa Afropacfica, se remite a un lugar geogrfico, una poblacin con
unos rasgos culturales, polticos y sociales particulares. La inclusin de la Ronpondapa en el
repertorio de rondas del Hogar Infantil Jairo Ojeda, es tambin la inclusin de un territorio y de los
saberes de ese territorio que por muchos aos ha sido marginado dentro de la educacin tradicional
con enfoque occidentalista.
La Ronpondapa Afropacfica se convierte en una herramienta pedaggica que abre caminos para
la interculturalidad, mediante el encuentro de las diferentes culturas que convergen dentro del
plantel educativo
1.9 Cimarronaje
El Cimarronaje, son formas de resistencia y liberacin, ya sea de cuerpo, pensamiento y accionar,
que como acto de rebelda emprendieron los y las indgenas, africanos, africanas y sus
descendientes en contra del sistema colonial opresor, para abrir caminos a los procesos de
reestructuracin y fortalecimiento social, poltico y cultural de estos pueblos.
Inicialmente el trmino Cimarrn fue impuesto por los colonizadores espaoles para hacer una
analoga entre el ganado domestico que escapaba a las montaas y los esclavizados indios y
negros que lograban fugarse de los espaoles (Price, 1981, p. 12). Los colonizadores franceses
Viernes , 17 septiembre de 2014
Silvana una nia de Cali (Valle) conoca la
ronda infantil la chuspa de aire y varias
veces se la explico y repiti con gran
insistencia a sus compaeras Karen y Jimena
nacidas en Bogot.
Hasta que un da sus grandes amigas se aprendieron la ronpondapa y estaban
tan emocionadas que durante la jornada la cantaron y jugaron una y otra vez
hasta regresar para la casa.
32 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
emplearon la palabra marrn y los ingleses la palabra maroon como derivaciones del trmino
espaol.
En el caso de las, los africanos y sus descendientes se agruparon por afinidades tnicas, lingsticas
e histricas para preservar lo que Nina de Friedmann denomina Huellas de Africana, es decir,
El bagaje cultural sumergido en el subconsciente de los africanos esclavizados, que se hace
perceptible en la organizacin social, en la msica, en la religin o en el teatro de carnaval de sus
descendientes, justamente a esos momentos en los que se conspiraba, compartan,
intercambiaban saberes y representaciones simblicas de la dispora se conocieron con el
nombre de Cabildos negros (Friedmann, N.).
Los cabildos negros son significativos ya que permitieron que por aos un pueblo que fue
explotado, saqueado y oprimido mantuviera su identidad ancestral, conservara sus conocimientos,
evocara su tierra, olores, sabores y preservara sus creencias a travs de la oralidad.
Los cabildos actuaban tambin como centros de auxilio momentneos, apoyos para los que
llegaban de frica en situacin de esclavizacin, respaldar a los y las que deseaban comprar la
carta de libertad y recaudar fondos para las diferentes necesidades de la comunidad. En
Cartagena de Indias fueron famosos los cabildos Arar y Mina hasta que, en el siglo XVIII, sus
casas fueron cerradas por las autoridades.
Gracias a esos momentos de conspiracin en los cabildos se dio la construccin de los palenques,
que eran asentamientos de personas de distintos lugares del continente africano. Navarrete (2003)
describe las caractersticas de los palenques de esta manera:
Eran asentamientos estables de base agrcola, en muchos casos, defendidos con estacas y fosos
escondidos; para las guerras contra las milicias espaolas, los cimarrones usaban armas de fuego,
arcos y flechas. Las empalizadas con las que rodeaban sus aldeas dieron origen al nombre genrico de
palenque, utilizado para denominar a las comunidades cimarronas en gran parte de las indias
espaolas. (Arango, 2013, p. 10).
Y en cuanto a los que significo en trminos de animacin y reivindicacin cultural y social Rafael
Daz (2003) describe estos espacios como La posibilidad real de que tanto africanos, como sus
descendientes, en Amrica pudieran inventar, recrear, asimilar o modificar su cultura sin sentir el
peso de los esquemas culturales impuestos por la sociedad colonial.( p. 17)
Captulo II 33
Aunque existe muy poca informacin y registros acerca de los palenques en Amrica Latina, en
Colombia se tiene referencia que desde muy temprano existieron palenques en la pennsula de la
Guajira, Cartagena, Santa Marta y Cauca. A lo largo y ancho de todo el territorio cartagenero se
multiplicaron los palenques, especialmente en el norte que sobresalieron los asentamientos de
Betancur y Matuber ubicados en la Sierra de Luruaco. En el centro se destacaron las comunidades
cimarronas de San Miguel y El Arenal, situadas en las estribaciones de la Sierra de Mara, en el
sur, se citan los asentamientos de Cimarrn y Norosi que se instauraron en la Serrana de San
Lucas y ejercieron su dominio en los territorios situados entre los ros Magdalena y Nech. Por otra
parte, fue posible detectar la existencia de palenques en Remedios y Zaragoza, dos poblaciones
mineras al norte de la provincia de Antioquia, las cuales tenan contacto y comunicacin con el
puerto de Cartagena a travs de los ros que circundaban en la regin (Navarrete, 2003, p. 18).
En el siglo XVIII los palenques se situaron a lo largo de los valles formados por los ros Cauca y
Magdalena. Un buen ejemplo lo constituye El Castigo, ubicado en el suroccidente del virreinato de
Santa Fe.
El cuadro social de los palenques era bastante heterogneo puesto que convivan dentro de ellos
personas de diferentes grupos culturales de frica como por ejemplo: Congos, Angolas, Minas,
Arars, Luangos, Pops, Jolofos, Branes, bran, carabal, goyo y bifara criollos nacidos en los
palenques llamados del monte o de la montaa y criollos de la provincia de Cartagena
Segn Thornton clasifica las acciones de resistencia de los esclavizados en tres clases: resistencia
cotidiana, las otras dos nombradas por Gabriel Debien como Petit marronage y gran
marronage.
Entre las luchas de los y las mujeres provenientes de frica y sus descendientes estaban la
reivindicacin en el campo lingstico y creencias. Con respecto a esta ltima los colonos y el
cristianismo deformaron y desvirtuaron esa espiritualidad, bajo los nombres de brujera o
hechicera siendo cruelmente estigmatizados y condenados, cuando eran prcticas africanas de
sanacin porque estos hombres y mujeres provenientes de frica y sus descendientes eran
maravillosos especialistas en zoologa y botnica, dedicados a sanar los males fsicos y espirituales
en un mundo de unidad entre vivos y muertos, Los curanderos y curanderas eran llamados (as)
maestros (ras) o mohanes .
34 Yo pon, tu pon, si no pon tambin com
Estas formas de ver y vivir la espiritualidad choc con la religiosidad de los espaoles ya que
consideraron estas creencias y practicas amenazantes para una religin que estableca una moral
acomodada y en beneficio del poder colonial, fue as como muchos de estos (as) conocedores (as)
de del mundo de los animales, las plantas, los minerales y el corazn de los seres humanos fueron
cruelmente castigados ante y por el Tribunal del Santo Oficio.
La oralidad constituy la herramienta fundamental para la resistencia y preservacin de toda la
sabidura ancestral africana, a travs de la palabra se logr la transmisin de rituales y de la
riqueza iconogrfica de las culturas africanas.
Tipos de Cimarronaje
Cundo la estrategia para recobrar la libertad se centraba en la guerra, se cobijaba bajo el nombre
de CIMARRINAJE ARMADO y a los y las acogan este tipo de lucha se les denominaban
Cimarrones huidos o alzados
El cimarronaje Jurdico, se daba cuando los esclavizados se valan de las vas jurdicos para dejar
su condicin de sometido. Dentro de ste medio existan diferentes opciones: La manumisin
conseguida por concepcin o gracia, es decir, cuando el exclavizador liberaba por voluntad propia
al esclavizado, sin ningn tipo de pago, contraprestacin u intercambio; la auto manumisin,
consista cuando la libertad se lograba porque el mismo esclavizado pagaba el dinero equivalente a
su precio y pagaba su carta de libertad, lograda gracias a la solidaridad , al ahorro, el trabajo arduo
y los vnculos de apoyo entre la comunidad esclavizad