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Organiza Consejería de la Presidencia. Junta de Andalucía

COlabOra Consejería de Cultura

Museo de Málaga

Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia

Junta de Andalucía

Dirección Regional de Tánger Tetuán

Ministerio de Cultura

Reino de Marruecos

EXPOSiCiÓn

PrOduCE Agencia Andaluza de Instituciones Culturales. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía

rEPrOduCCiÓn fOtOgráfiCa Movol Color Digital, s.l.

tranSPOrtE y mOntajE Logística de Actos, s.l.

CatálOgO

PrOduCE Agencia Andaluza de Instituciones Culturales. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía

fOtOgrafíaS Antonio Pérez

tEXtOS Felipe Benítez Reyes, Abderrahman El Fathi, Miguel Romero y Antonio Pérez

traduCCiÓn  Dr. Aly Tawfik Eldaly y Traductores del Sur, s.l.

diSEñO y maquEtaCiÓn underbau [Juanjo Justicia+Joaquín Labayen]

imPrESiÓn y EnCuadErnaCiÓn TecnoGraphic, s.l.

© dE la EdiCiÓn COnSEjEría dE la PrESidEnCia. junta dE andaluCía

© dE laS fOtOgrafíaS antOniO PérEz

© dE lOS tEXtOS SuS autOrES

© dE laS traduCCiOnES traduCtOrES dEl Sur, S.l. TexTo InsTITucIonal e «Imágenes que se Rozan»

dr. aly tawfik Eldaly E ikram bOukayOua «lugaRes con lugaRes», «mIRadas asocIadas», «RIsala Ila qadIs», «BInoculaRes»

dEPÓSitO lEgal SE- 4316/2011

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PrÓlOgOmaría dEl mar mOrEnO ruiz

Consejera de La PresidenCiajunta de andaLuCía

lugarES COn lugarESfEliPE bEnítEz rEyES

miradaS aSOCiadaS «SimEtríaS dE un ESPaCiO»

abdErrahman El fathi

imágEnESquE SE rOzan

miguEl rOmErO

binOCularESantOniO PérEz

riSala ila qadiSabdErrahman El fathi

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andaluCía, nEXO gEOgráfiCO EntrE EurOPa y El nOrtE dE áfriCa, ha sido siempre consciente de su papel como puente entre ambas culturas. Muestra de ello, son las intensas relaciones de cooperación con el Norte de Marruecos que Andalucía viene desarrollando desde hace más de veinte años en todos los ámbitos de actividad. Estas relaciones han ido tejiendo una red institucional, eco-nómica y cultural que convierte a estos territorios en una referencia en la cooperación transfronteriza.

La cultura es una vía esencial para lograr el acer-camiento entre los pueblos y el conocimiento mutuo una herramienta esencial para la convivencia, el diá-logo y la realización de un trabajo conjunto. «Sime-

trías de un Espacio», exposición itinerante organizada por la Consejería de la Presidencia en colaboración con la Consejería de Cultura, a través de su Agen-cia Andaluza de Instituciones Culturales, y sobre la que versa el presente catálogo, pretende mostrar la enorme cercanía y similitud presente en la realidad de ambas orillas, recreando un espacio común.

Así, la colección fotográfica ilustra claramente la continuidad geográfica, cultural y social entre las zonas vecinas de ambos países, que no son más que el reflejo de siglos de historia en común. A través de una sucesión de imágenes contrapuestas repre-sentativas de los elementos más característicos de ambas regiones, el visitante se verá sorprendido por las semejanzas tan evidentes que resultan de com-

PrÓlOgOmaría dEl mar mOrEnO ruiz

Consejera de La PresidenCiajunta de andaLuCía

parar los espacios donde se desarrolla la vida diaria de las poblaciones andaluza y marroquí.

Con la vocación de seguir trabajando por el acerca-miento institucional y socioeconómico de Andalucía y el Norte de Marruecos y consolidando la coopera-ción e interlocución, esperamos que, «Simetrías de un Espacio» contribuya no sólo a mostrar una vez más la enorme proximidad que existe en todos los ámbitos entre las sociedades que habitan en ambas orillas del Estrecho, sino a hacerla aún mayor. ii

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EStaS fOtOgrafíaS dE antOniO PérEz PrOPOnEn un viajE mágiCO, un viaje que admite la dualidad: puedes estar al mismo tiempo en Tánger y en Tarifa, puedes ser el observador de la noche iluminada de Almería a la vez que el observador de la noche-con perfume de espliego en su nombre– de Alhoceima, a la que los de esta orilla llamamos Alhucemas.

En estas fotografías, los pasos de unos viandantes que cruzan la plaza de San Antonio, en Cádiz, pue-den fundirse con los pasos de unas muchachas que atraviesan la plaza de Moulay el Mehdi, en Tetuán. El paseo marítimo de Larache puede aliarse en apa-riencia con la calle de la Corredera de Vejer, ya tierra adentro. Las ruinas romanas de Volúbilis se confun-den aquí con las de Baelo Claudia.

Estas fotografías nos hablan de lo diversos que son los decorados del mundo y de lo parecidos que son en esencia, porque al fin y al cabo los actores somos los mismos: nosotros, los de aquí o los de allá, con nuestras incertidumbres y desvelos, con nues-tras dichas y aspiraciones, con nuestras ilusiones prudentes y con nuestras decepciones secretas, en el fluir de la vida. Nos separan las fronteras, que son convenciones, pero nos unen los afanes propios de ese fluir, que son misteriosamente universales.

Los caminos de esta propuesta llevan a la vez a Chefchaouen y al Torrejón, a Hinojos y a Bab Taza. Son las simetrías hechizadas del espacio. Son los tru-cos de magia de la mirada: los territorios fundidos.

Antonio Pérez nos propone espejismos. Y los espejismos suelen ser convincentes, porque nos ofrecen una irrealidad que a veces logra corregir los desajustes de la realidad misma.

lugarES COn lugarESfEliPE bEnítEz rEyES

La Sierra de las Nieves rondeña se alía aquí con el parque tangerino de Bouachem. La tarifeña aldea de Betis con el barrio de Marshan, con sus pedre-gales fraternos.

Estamos más cerca que lejos, sin saberlo quizá del todo. Marruecos y Andalucía, con sus simetrías y asimetrías de ida y vuelta. Como dos signos de inte-rrogación que abarcan un mar, un mar que a veces se convierte en tumba inmerecida. Y nosotros buscando respuestas para esa pregunta recíproca, para esa pre-gunta tal vez retórica, a la que Antonio Pérez ha dado contestación contundente con estas fotos. ii

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miradaS aSOCiadaS, diStraídaS, sólo somos capaces de respirar el mismo aire. Adoramos siempre las dis-tancias desde los balcones de nuestras miradas, allá y aquí los niños son ajenos a todo mar a toda ajena brisa, todo es lo mismo sin dejar de ser propio.

Desde las colinas de Mershan, antaño tumbas feni-cias, no apto para… pero sí para soñadores ansiosos de volar sin alas, en aquel paraíso pétreo, los deseos se anticipan desbordantes y fluyen como nuestros aires prohibidos para alcanzar sus semejantes ensoñacio-nes desde la Aldea de Betis en Tarifa. Instantáneas que captan no sólo imágenes, momentos, deseos e impotencias. Estas fotografías pretenden ilusionar nuestras miradas, la fantasía que escapa a nuestros ojos, retenida en sensaciones insalvables.

Desde Bouhachem y tras ese paraje tangerino, con paso firme y elucubrante parece flotar una chi-laba recogida con manos de un Charif, por miedo

miradaS aSOCiadaS «SimEtríaS dE un ESPaCiO»

abdErrahman El fathi

a volar y acabar de nuevo rendida a los vientos y al paisaje del Parque Natural Sierra de las Nieves en Ronda.

Cuando las arenas se refugian en las olas, son pre-sagios de una vida, que acaba sometida a los deseos de la mar. Así se veían, se despertaban esas arenas en las playas de Tánger para volver a emprender su huida en los espumosos deseos, contemplados y absortos ante la llamada de Playa Santa María del Mar en Cádiz. Mientras, el Puerto de Tánger, espe-ra, ahí, confuso, sin saber por qué se refugió en su eterna carga, al fondo, inmóvil, mientras se captaba la esencia de la bajamar.

La carretera hacia Jaén conduce a Chefchauen, así rezaba un cartel en el pulso juguetón de Antonio Pérez, son carreteras que no muestran caminos ni conducen a lugares, son andares en la memoria única, sólo abordada por siluetas imaginarias.

Desde Tánger hasta Armilla mis norias alcanzan lugares y sueños así me contaba una niña mientras subía a su particular tiovivo. Las palomitas sabían igual, hablábamos el mismo lenguaje, el de la felicidad, compartíamos caramelos y chocolatinas, jugábamos con globos, todo es de color desde mi sonrisa, la tuya, desde tus presagios a los míos.

Mientras iniciábamos el ritual de los viajes emer-gen entre jolgorios y cánticos, la iniciación al jue-go del amor en travesía, cada uno a su manera, con su particular caricia, pero siempre, ¡ay!, siempre nos conduce a ti, al viaje, al camino desde Nador, a cualquier lugar de Cádiz, siempre a lomos de tus deseos.

De nuevo la hermosa confusión, entrando por Almería me sorprendió la carretera de Khmis M’diq, sorteaba paisajes para alcanzar el mismo techo en tus cielos, tus cordilleras, tus árboles milenarios que

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me hablaban de ti mientras la confusión de nuevo, me arrebataba el camino hacia ti.

La noche parecía iluminar por igual las azoteas de Al Houceima hasta llegar al Puerto de Almería. Nada hacía sospechar que aquella noche no era la mía, el almuecín y el repicar de las campanas reclamaban cada uno por igual, la misma noche que nos protege, las mismas luces que nos deslumbran.

La tierra que pisamos es la que tú pisas la que antaño fuera refugio de civilizaciones, batallas y deseos, aquella misma levanta polvos de caminos consumados, desde Baelo Claudia hasta reencontrarse

con Volúbilis. Cuántas distancias para sucumbir a mis pies, entregada a mis súplicas del tiempo.

Cada poro subterráneo de nuestras tierras protege la biosfera compartida, en cada sorbo eólico del vien-to se guardan milenarios vientos, que generan paz y sosiego, en cada parpadeo, en diminutas ráfagas de viento. Todo es lo mismo, lo mismo es todo lo que nos une. ¿Será ese levante de los sueños arenosos?

Desde el balcón de mi casa en Tánger organizaba juegos de niños en las mojadas arenas de mi infancia, sólo interrumpidas por alguna grúa que importunaba mis sueños, desde Getares a la muerte complaciente de una ola que vino acompañada, y sola, renuncia a su viaje, bajo los pies necesarios para el camino.

Y porqué todos los caminos son recorridos, unos en carreta y otros con las miradas. Bab Taza e Hinojos

siembran en el mismo asfalto, ilusiones y caminos, unos a caballo con caminar seguro y altivo y otros en borriquito con majestuosidad y firmeza. Todos confluyen y se alejan.

A lo lejos se divisaba mi casa, ahí está, no será la mía, pues sí es la nuestra. La que comparten nues-tras miradas mientras arribamos a sus orillas. Tánger desde El Puerto de Santa María, mismo mar misma distancia, un solo viaje.

Mientras correteaban los niños y las niñas a la salida de sus colegios recibían abrazos y de una orilla a otra, el aire acogía en sus brazos el baile matinal, olvidado en los pupitres, que afloraba en las carteras de la infancia. Lo compartíamos todo aquella mañana, el mismo sol, el ansia de llegar a los besos de una madre que un día dejó olvidados en la puerta de un colegio. Cádiz y Nador unidos por la infancia.

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Te acuerdas de la puesta de sol, de nuestro primer beso, de nuestro abrazo, de la arena que levantaba el viento y de los paseos que daba la gente a nuestro alrededor, que curiosos volvían a merodear nuestra particular isla del amor. Pero dónde fue eso, no sé, no me acuerdo, o en las Playas de Punta Paloma o en las Playas de Tánger, o en ambas. Qué más da.

El repicar de las campanas en la Plaza de la Cate-dral de Cádiz se dejaba oír desde mi Minarete en Tánger y así el caminar pausado de los transeúntes abría pasos de algodón.

Y el Balcón del Atlántico de Larache, ahora entre-gado a la calle de la Corredera de Vejer de la Frontera, entre el fluir ajeno de sus vecinos, ajenos al golpe de viento, que los inmortaliza Antonio Pérez.

Y de nuevo caminamos juntos, en las mismas vereas, por el camino de El Torrejón de Cádiz y las montañas escabrosas de Chefchauen. Entre las faldas

de las cordilleras se mecen pueblos entre un camino y otro entre arbustos y soledades.

Siempre con ese caminar lento y pausado nos acerca entre babuchas de mi pasado y sandalias de mi presente, mientras espero el viaje que me lleve a tu Cádiz, y el tuyo a nuestro Nador. La espera se hizo larga cuando pasabas por mi lado y yo ajeno a tus prisas y tus sueños.

Cuando arribamos otros atracaban en puertos lejanos, surcaban mares a lomos de un Boraq desde Tarifa a Tánger. El camino se abre de ida y vuelta como la historia caprichosa, nos recibe en cada gui-ño de la mañana, y al atardecer, se olvida tendido

ese abrazo ya rendido y relajado, tras la fulgurante travesía del tiempo.

Y en círculo, trazábamos en el tiempo todos los andares en la Plaza de San Antonio, gira, gira, gira y vuelve a girar, como en una noria, y al abrir los ojos de nuevo en Plaza Muley El Mehdi de Tetuán, los mismos pasos olvidados en Cádiz se repiten bajo el mismo sol, sólo silenciados por la bocina de un coche, el aleteo de una paloma, y rumor de las aguas en la fuente de Tetuán.

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El ESPaCiO y El tiEmPO SOn algO rECurrEntE en fotografía, parámetros que sostienen muchos de los trabajos que hemos podido disfrutar en el mundo de la imagen. El realizar una fotografía obliga a fijar un cuándo y un dónde. Siempre me ha maravillado el poder mágico de lo fotográfico: cuando hojeo mis viejos álbumes de viajes, percibo que el viaje en mi cabeza ya es otro, que he ido rellenando los espacios entre fotos y que, con el paso del tiempo, ese pasado que reconstru-yo en el presente, poco tiene que ver con aquellas aventuras vividas. Mis viajes ya son otros.

imágEnESquE SE rOzan

miguEl rOmErO

Antonio Pérez se sirve de las posibilidades que ofrece la cámara, luchando contra el carácter discon-tinuo de la imagen fija, buscando ordenar el caos de la vida diaria. La fotografía necesita de un antes y un después en el tiempo, y un antes y un después en el espacio, de esa forma las imágenes suelen continuar en la mente del espectador de múltiples maneras, y Antonio Pérez determina con su trabajo «Simetrías de un Espacio» esa continuidad. Reconstruye y fija la imagen saltando en el espacio y el tiempo, creando dípticos que encajan a la perfección, desafiando lo fotográfico. Al igual que inventamos nuestros viajes pasados, el autor delimita el «fuera de campo» y el «fuera de tiempo» ofreciendo lo continuo.

Pocas veces reparamos en la importancia de colo-car una imagen al lado de otra. La tarea en la que seleccionamos las fotografías y les otorgamos un orden se llama en el mundo fotográfico «edición»; es una labor tan importante como la de disparar con la cámara: el alma del proyecto reside en la articula-ción correcta del discurso.

En este trabajo, la edición es especial, ya que uti-liza imágenes pareadas estableciendo nuevos ritmos entre los elementos expuestos. El orden elegido por el autor, condiciona directamente al espectador, juega con él, y lo obliga a detenerse. Si queremos comprender «Simetrías de un Espacio» la pausa es obligada.

Estamos ante un ejercicio de imagen comparada, dos imágenes obligadas a buscarse, y a encontrar, como en el juego, diferencias y similitudes. Vemos líneas que continúan de un lugar a otro, personas que

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salen de una imagen y llegan a otra, autobuses en dos mitades. Antonio Pérez se sirve del fragmento para construir un todo con la imagen adyacente. En su afán por lo lúdico, permite que el trabajo tenga una doble dirección de lectura, de izquierda a derecha y viceversa, estableciendo una clara alusión a la forma de leer diferenciada de ambos territorios.

Dos lugares cercanos, que se rozan con el mar y están destinados a entenderse. Muchas veces hemos oído comentar el parecido entre el norte de Marrue-cos y el sur de España, pero pocas veces los hemos visto enfrentados. Estamos ante un trabajo de bús-queda y encuentro que permite reflexionar sobre dos territorios a través de la sonrisa.

No debemos olvidar que las imágenes se rozan entre ellas, y que cualquier contacto entre fotogra-fías es determinante para un uso y objetivo final. En este caso no sólo se tocan, sino que la cercanía física

entre imágenes es clave en el trabajo. Antonio Pérez ha buscado el contacto. Al igual que en los mapas, todo esta separado por delgadas líneas que obligan a separar territorios, lugares que son iguales, y son sólo esas líneas imaginarias las que determinan que se pertenezca a un lugar u otro. El trabajo «Simetrías de un Espacio» realiza la misma función, diluye esas líneas entre territorios, y los une a través de una mirada, miradas que hablan entre ellas, que buscan confundirse, de tal forma que un lugar puede ser el otro y este último puede ser el primero. Una tesis que el fotógrafo demuestra visualmente, encajando de forma sutil su puzzle elegido.

Estas imágenes demuestran que hay pautas igua-les, un mundo construido en el que existen compor-tamientos y formas de vida similares. Por ello no debemos quedarnos en la superficie y reflexionar sobre la construcción de dos mundos paralelos. El autor, sin darnos cuenta, consigue alcanzar lo mágico a través del roce de imágenes. ii

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binOCularESantOniO PérEz

dE PEquEñO mE Crié En una PEquEña aldEa a nueve kilóme-tros de Tarifa, un lugar llamado El Torrejón. Mis pequeñas aventuras corrían paralelas a las de Daniel «El Mochuelo» y las de Shanti Andía marinero. Al amanecer, después de días sin pausa de viento de Poniente, el estrecho se abría con claridad ante nues-tros ojos ofreciendo todo lo que contenía.

Frente a mí, en la distancia aparecía una tierra desconocida, un espacio separado por el mar del que emergían montañas. Mi imaginación generaba todo un mundo paralelo. Imaginaba cómo sería la vida allí,

cómo serían aquellas personas, e incluso imaginaba un niño como yo que imaginaba a ese otro niño que era yo. Alguien pequeño que miraba hacia nuestra casa, desde el otro lado, preguntándose las mismas preguntas que yo me hacía.

Debía haber otros «Antonios» frente a mí, otros pequeños que junto a sus amigos corrían el mismo tipo de aventuras y desventuras. Seguro que busca-ban espárragos y tagarninas en primavera, maris-caban en las mareas de enero, caminaban un par de kilómetros para jugar al fútbol en las mañanas de domingo o cambiaban los nidos de las gallinas por las mañanas.

Un día, de vuelta de un viaje, mi padre trajo un regalo para mi abuelo, unos binoculares, grandes, negros, pesados y serios. Abrir el estuche y utili-zarlos en familia los días claros era todo un ritual y una fiesta.

Este aparato tenía la particularidad de transfor-mar el mundo, veías todo más cerca, pero cuidado, si te equivocabas y los utilizabas al revés, todo se veía distante y lejano. El peligro acecha ante esa máquina de mirar, uno no debe equivocarse, uno puede alejarse de sí mismo y de lo que es. ii

Tarifa, (Cádiz) 16 de mayo de 2011

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fOtOgrafíaSSimEtríaS dE un ESPaCiO

Aldea de Betis Tarifa (Cádiz) | Barrio de Mars-han Tánger (Región Tánger-Tetuán)

Parque Natural Sierra de las Nieves, Ronda (Mála-ga) | Parque Natural Regional Boauchen (Región Tánger-Tetuán)

Playa de Santa María del Mar (Cádiz) | Playa de Tánger (Región Tánger-Te-tuán)

Mirador del Estrecho Puerto Bujeo, Algeciras (Cádiz) | Mirador Moha-med VI Alhoceima (Región Taza-Al Hoceima-Taounate)

Carretera hacia Jaén (Jaén) | Carretera desde Chefchaouen (Región Tán-ger-Tetuán)

Feria en Tánger (Región Tánger-Tetuán) | Feria en Armilla (Granada)

Viajeros. Nador-Lugar des-conocido hacia Cádiz

Khmis M’Diq (Región Tánger-Tetuán) | A-92 entrando en la provincia de Almería (Almería)

Al Hoceima vista nocturna (Región Taza-Al Hoceima-Taounate) | Almería vista nocturna

01 0704

02 0805

03 0906

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Baelo Claudia Tarifa (Cádiz) | Volúbilis (Región de Meknes-Tafilalet)

Reserva de la Biosfera Intercontinental España-Marruecos (Parques Eólicos)

Playa de Getares Algeciras (Cádiz) | Playa de Martil Martil (Región Tánger-Te-tuán)

Camino de Hinojos (Huel-va) | Camino de Bab Taza (Región Tánger-Tetuán)

Viajeros. El Puerto de Santa María (Cádiz)-Tánger

Salida del colegio Cádiz (Cádiz) | Salida del colegio Nador (Región Oriental)

Playa de Punta Paloma Tarifa (Cádiz) | Playa de Tánger (Región Tánger-Te-tuán)

Plaza del 9 de Abril del 1947 Tánger (Región Tán-ger-Tetuán) | Plaza de la Catedral (Cádiz)

Corniche Atlántica Lara-che (Región Tánger-Te-tuán) | Calle de la Corre-dera Vejer de la Frontetra (Cádiz)

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Camino hacia Chef-chaouen (Región Tánger-Tetuán) | Camino hacia El Torrejón Tarifa (Cádiz)

Avenida del 3 de Mar-zo Nador (Región Orien-tal) | Área de servicio autopista Jerez-Sevilla

Viajeros. Tarifa (Cádiz)-Tánger

Paseo Marítimo de Pablo Ruiz Picasso (Mála-ga) | Plaza Mohamed VI Alhoceima (Región Taza-Al Hoceima-Taounate)

Plaza de San Antonio (Cádiz) | Plaza de Moulay el Medí Tetuán (Región Tánger-Tetuán)

Festival de Jazz de Tán-ger (Región Tánger-Te-tuán) | Festival de Cine Europeo de Sevilla (Sevilla)

Mar Chica Nador (Región Oriental) | Playa Chica Tarifa (Cádiz)

Estación de tren «Nador Ville» (Región Orien-tal) | Estación de tren «María Zambrano» (Mála-ga)

Parada de tren San Fernando-Bahía Sur (Cádiz) | Parada de tren Taourit (Región Oriental)

19 2522

20 2623

21 2724

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Viajeros. Cádiz-Nador

Avenida del Puerto (Cádiz) | Avenida Moha-med VI Tánger (Región Tánger-Tetuán)

Tren trayecto Tánger-Si-di Kacen | Tren trayecto Sevilla-Córdoba

Antigua Estación de tren, Museo de Arte Contempo-ráneo, Tetuán (Región Tán-ger-Tetuán) | Estación de tren (Huelva)

Bosque de cedros Issaguen (Región Taza-Alhoceima-Taounate) | Bosque de chopos Villanueva de Mesía (Granada)

Autovía A 49 Huelva-Sevi-lla | Entrada a la ciudad de Berkane (Región Oriental)

Mirador en Ronda (Mála-ga) | Corniche en Alhoce-ima (Región Taza-Alhocei-ma-Taounate)

Viajeros. Tarifa(Cádiz)-Tánger

28 3431

29 3532

30 33

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No es la misma, sin dudaes diferente cuando camina su frente por la mar

reaparece desnuda al atardecer,así es Qadis, espalda del agua

ofrenda del cielo a la luzse eleva con su sombra a los sentidos,

su nombre es el deseo donde languidecenefímeras historias de niebla.

Mis recuerdos cuando te mirose reflejan desde Tánger

cuando se asoma desde mi corazónpara verte entre mi bahía,

risueña y sedosaamarga como tu distancia.

riSala ila qadiSabdErrahman El fathi

Más entrañable que un adiós en un pasilloEstrecho,

más sincero que una nube de verano,así es nuestro amor,

con olor a sal.

No había sentimiento en su mirada,ciudades alocadas en su vientre

redes de lluvia en sus venasasí es el camino hacia Tánger.

Nada se correspondía, tentadopor un mar de cuerpos espumosos

siempre sombríos, coronados de sal,y ese azul mojado en mi habitación.te aguardaba en mis ojos frondosos

expectante como si la mar no nos viera,se abría paso hacia el estrecho, de nuevo,

sin bahíacon voz de ola

y alma de ojos tristes.

Tu presencia impregnala brisa de mi bahía

su contagioso rumor de aguas lejanastraslúcidas, reclamaban su presencia,no soportaba su desafiante desnudo

su vespertina y fugaz travesura en mi almohaday su sosiego delirante

reflejado en mi ventana.

Se mueren de pena mis olasen tu bahía

son penas eternas por tu ausencia.

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