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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

DIRECTORIO

José Enrique Villa RiveraDirector General

Efrén Parada AriasSecretario General

José Madrid FloresSecretario Académico

Luis Antonio Cardenas RíosSecretario Técnico

Luis Humberto Fabila CastilloSecretario de Investigación y Posgrado

Manuel Quintero QuinteroSecretario de Extensión e Integración Social

Víctor Manuel López LópezSecretario de Servicios Educativos

Mario Alberto Rodríguez CasasSecretario de Administración

Luis Eduardo Zedillo Ponce de LeónSecretario Ejecutivo de la Comisión deOperación y Fomento de Actividades

Académicas

Jesús Ortíz GutiérrezSecretario Ejecutivo del Patronato de Obras

e Instalaciones

Juan Ángel Chávez RamírezAbogado General

Fernando Fuentes MuñizCoordinador de Comunicación Social

Mario Sánchez SilvaDirector del Centro de InvestigacionesEconómicas, Administrativas y Sociales

Índice

Mundo Siglo XXI es una publicación del Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales del Instituto Politécnico Nacional. Año 2005número 3, revista trimestral, diciembre 2005. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo del Título Número 04-2005-062012204200-102, Certificadode Licitud de Título Número 13222, Certificado de Licitud de Contenido Número 10795, ISSN 1870 - 2872. Impresión: Estampa artes gráficas, privada del Dr.Márquez No. 53. Tiraje: 2,000 ejemplares. Establecimiento de la publicación, suscripción y distribución por: Centro de Investigaciones Económicas, Admi-nistrativas y Sociales, IPN, Lauro Aguirre No. 120, Col. Agricultura, C.P. 11360, México D.F., Tel: 5729-60-00 Ext. 63117; Fax: 5396-95-07. e-mail. [email protected] del ejemplar en la República mexicana: $40.00. Las ideas expresadas en los artículos son responsabilidad exclusiva de los autores. Se autoriza lareproducción total o parcial de los materiales, siempre y cuando se mencione la fuente. No se responde por textos no solicitados.

Editorial 1

Fundamentos y Debate

Michel ChossudovskyLa Guerra Nuclear contra Irán 5

Jonh Saxe-FernándezPresidencia Imperial y capital monopolista 13

Héctor Guillén Romo Auge, declinaciòn y renacimineto de laeconomìa anglosajona estándar del desarrollo 21

Axel DidrikssonUniversidad e integración regional: un escenariopara la Universidad Latinoamericana 33

Guillermo AlmeyraDiez observaciones sobre la revolución boliviana 47

Artículos y Miscelánea

Pedro MendozaGlobalización financiera y crecimiento económico 55

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Mundo Siglo XXI

Luis ArizmendiDirector

CONSEJO EDITORIAL

Jaime Aboites, Víctor Antonio Acevedo,Carlos Aguirre, Francisco Almagro(Cuba), Guillermo Almeyra (Argentina),Elmar Altvater (Alemania), Jesús Arroyo,Guillermo Aullet, Alicia Bazarte, SergioBerumen, Julio Boltvinik, Atilio Borón (Ar-gentina), Roberto Castañeda, FilibertoCastil lo, Axel Didrikson, BolívarEcheverría (Ecuador), Carlos Fazio, Mag-dalena Galindo, Alejandro Gálvez, JuanGonzález García, Jorge Gasca, DiódoroGuerra, Oscar Guerra, Héctor Guillén(Francia), John Holloway (Irlanda), MichelHusson (Francia), Ramón Jiménez, Arge-lia Juárez, María del Pilar Longar, Luis Lo-zano, Irma Manrique, Ramón Martínez,Francis Mestries, Humberto Monteón, Al-berto Montoya, David Moreno, AlejandroMungaray, Abel Ogaz, EnriqueRajchenberg, Federico Reina, HumbertoRíos, Gabriela Riquelme, Luis ArturoRivas, Blanca Rubio, Américo Saldivar,José Augusto Sánchez, John Saxe-Fernández (Costa Rica), HoracioSobarzo, José Sobrevilla, Abelino TorresMontes de Oca, Carlos Valdés, GuillermoVelázquez

David MárquezDiseño Gráfico

Xóchitl MoralesFormación

Gricelda GuzmánCorrección de Estilo

Raquel BarrónComercialización

Mundo Siglo XXI

Daniel RamosLa fase de tendencia declinante del crecimientoeconómico de México, 1970 - 2006 69

Francis MestriesUna experiencia de desarrollo regional,campesino integral 81

Ma. de Lourdes Sánchez/Ángel AlvaradoProgramas de desarrollo regional sustentable,el caso de San Andrés Totoltepec 95

Sergio Rosales/Victor AcevedoLa nueva orientación de la política científica ytecnológica en las regiones del país 101

Proyección CIECAS

Xóchitl Morales VázquezDr. Humberto Monteón, reconocimiento asu trayectoria histórica 112

Frutos Prohibidos, de la Dra. Ma. del Pilar Longar 113

Reseña, Mexico: una era de decadencia social 114

Mundo Siglo XXI expresa su reconocimiento al pintor Janitzio Escalera por faci-litarnos el acceso a sus pinturas para ilustrar nuestra portada e interiores.

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El impacto de la globalización en la universidad pública deAmérica Latina y el Caribe tiene rasgos específicos; ha sidoincruento pero no ha sido convincente.

Si partimos de un periodo que comprende los últimosveinticinco años, muy significativo por cierto por la profundidadde los cambios que han ocurrido, la globalización ha sidoprofusamente incorporada en el imaginario universitario como laexpresión del abandono del Estado de sus compromisos sociales yfinancieros referidos a la educación superior pública; por laampliación de las brechas científico-tecnológicas; por la profundizaciónde la segmentación social que se representa en una inmanentediversidad institucional; por la prefiguración de la institución deeducación superior privada como un nuevo fenómeno de desigualdad,pero que aparece bajo el signo de ser el prototipo de una supuestaexcelencia académica que responde fehacientemente al mercado ylos mercados laborales; y, por la propagación de una idea decontenido tecnocrático que ha vulgarizado el uso y manejo de lasnuevas tecnologías como símbolo de modernidad, cuando amenudo lo que ha ocurrido es un reforzamiento de la enseñanzatradicional y la reproducción de la obsolescencia de los contenidos

Universidad e integración regional:un escenario para

la Universidad LatinoamericanaA X E L D I D R I K S S O N *

* Director del Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU) NacionalAutónoma de México (UNAM). Coordinador General Regional de la Redde Macrouniversidades de América Latina y el Caribe.

RESUMEN:El mundo globalizado actual, con su pensamiento tecnocrático y neoliberal, ha hecho olvidaral Estado su compromiso de política social de ser proveedor de una educación pública pertinente, a lavez que, se aleja cada vez más del concepto de mantener la primacía del conocimiento como bienpúblico. Tan es así que se observa una dualidad contrastante: por un lado, la educación pública, marginadatodavía más por la brecha digital, y, por otro, la universidad privada, que recurre a las nuevas tecnologíascomo símbolo de modernidad y usa bajo esta pantalla los contenidos y currícula en aras del manejo dela imagen institucionalizada. En respuesta a este impacto de la globalización, está surgiendo una lentaintegración no subordinada, relacionada necesariamente con la historia de las universidades y países deLatinoamérica y el Caribe, que plantea nuevos paradigmas, retos y oportunidades para la planta docentey la comunidad estudiantil de la región.

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y la curricula, tan sólo con el manejo de la imagen y lamercadotecnia de instituciones que consideran que la simpleextensión del cómputo y la informatización de los estudios,ya garantiza “per se” la calidad “moderna” del servicioque ofrecen.

En contraste, la universidad pública de la región se haposicionado frente a estas tendencias, sobre todo buscandosu organización en redes de cooperación horizontales,organizando plataformas de movilidad de estudiantes,profesores e investigadores, propiciando proyectos deinvestigación conjuntos en áreas de frontera y de granimpacto en la problemática ingente de la región,aprovechando y compartiendo infraestructura y tecnologías,y prefigurando frentes comunes, bajo diferentes formas ymanifestaciones, para mantener la primacía delconocimiento como bien público y a la educación comoun valor social fundamental que debe garantizarse desdepolíticas de Estado.

Desde ambas posturas y tendencias, la globalización,como se expresa de forma dominante en otras latitudes,ha adquirido en la región su particularidad histórica bajola forma de un proceso dual y complejo de integración;quizás emulando al que ocurre en Europa con lacreación de un espacio común de educación superior,pero diferente al de una integración subordinada entratados de liberalización comercial, o de otros esquemasde mercantilización, y en la búsqueda de construcción deun escenario alternativo siempre descrito como unautopía, pero que avanza desesperadamente lento.

El concepto de integración está directamenterelacionado con la historia de las universidades y de lospaíses de América Latina y el Caribe. Desde su forma másemblemática y auténtica, de mediados del siglo XIX,cuando Simón Bolívar lanza en 1822 su convocatoria deintegración continental de la Gran Colombia, hasta laotra, más bien impuesta y de dominio postulada dediversas maneras por diferentes gobiernos de los EstadosUnidos, que se expresa en su forma más cruda como un“destino manifiesto”.

La idea de integración, desde estos polos, se haredefinido y manifestado de diversas maneras, para intentaruna vía la de la integración latinoamericanista de raícespropias y con una expresión liberadora, u otra –la de laintegración subordinada–.

Ahora la idea de integración regional aparecerelacionada a la de la globalización: también y de nuevobajo la forma de un dominio unipolar de los Estados Unidoscon la sujeción a criterios neoliberales y de mercado, frentea una de carácter alternativa frente a la problemática ingentey en la búsqueda de soluciones originales y estructurales.1

En la médula de esta integración, está la posibilidad deuna globalización endógena sustentada en el plenodesarrollo de una democracia ciudadana y de laredefinición del papel de las instituciones públicas ysociales de la región. Hasta ahora, está en ciernes uncomplejo proceso de cambio en el carácter de los Estadosde América Latina y el Caribe, complejo pero tambiénharto desigual, que busca sustituir a gobiernos depolíticas fallidas, que no han alcanzado respuestasadecuadas a las demandas de la sociedad, y que no hanpodido poner en marcha cambios fundamentales paraposicionar a la región en el nuevo concierto interdependientede naciones, con bases económicas y sociales articuladas alos nuevos conocimientos. Se ha alcanzado ya la evidenciade que es posible que una sociedad se reconstruya desdeel plano de un nuevo desarrollo sustentado en la ciencia yla tecnología, en nuevos conocimientos y aprendizajessociales con perspectivas estratégicas, si se realizan cambiosprofundos en las instituciones sociales y en el Estado.2

Lo anterior hace que en este trabajo se ponga el acentoen una idea de integración no económica, porque en ellose han encontrado más obstáculos que posibilidades(como con los tratados de libre comercio o similares), sinoen una que tenga como punto de partida y eje dearticulación la educación, la ciencia y la cultura, con elsustento de una democracia ciudadana,3 la transformacióndel Estado en un gobierno de carácter social, y deinstituciones, como las universidades, proponiendoconvertirlas en entidades estratégicas para alcanzar unnuevo desarrollo.

Postular la integración regional desde la educación, laciencia y la cultura debe tener como actores fundamentalesa las universidades, sobre todo públicas, que son las queen América Latina y el Caribe han conquistado lalegitimidad de mantener la raíz y la identidad históricas,el carácter del conocimiento como un bien público,concentrar los mejores esfuerzos en la producción ytransferencia de conocimientos, y se han destacadocomo instituciones de raigambre social y de formaciónde nueva ciudadanía, con todo y sus enormes problemasy contradicciones.

Las rupturas de la globalización

A partir de la década de los ochenta, se presentaronmuy importantes modificaciones políticas, sociales y

1 Ver, por ejemplo, Jaime Preciado, Alberto Rocha y Elia Marum,Dinámicas y Escenarios Estratégicos de la Integración en AméricaLatina, Universidad de Guadalajara. México, 2002.2 Axel Didriksson, La Universidad del Futuro, CESU-UNAM,México, 2000.3 “La Democracia en América Latina, hacia una democracia deciudadanos y ciudadanas”, en Programa de Naciones Unidas parael Desarrollo, PNUD, Nueva York, 2004.

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UNIVERSIDAD E INTEGRACIÓN REGIONAL: UN ESCENARIO PARA LA UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA

económicas en la mayoría de los países de la región,mismas que desde ya indicaban profundas alteracionesy adecuaciones en los sistemas educativos del nivel. Estoocurrió por efecto de políticas que buscaron emularmedidas, mecanismos y ejemplos que aparecían comoejemplares en la nueva ola de globalización dominante.

Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en otraslatitudes del mundo, en donde los modelos de educaciónsuperior se constituyeron bajo pautas de orientación haciala diferenciación institucional, en la región las tendenciasy los cambios que se resintieron, hicieron referencia a unlargo periodo de contracción, que provocó movimientosde adecuación constantes que alteraron de manera definitivala relación de participación y de conducción de los sectorestradicionales, que deterioraron fuertemente la capacidadde legitimidad de los órganos de poder, de sus propósitosy de sus estrategias.

Tanto los cambios de políticas de los gobiernos, comola ubicación relativa de los componentes de los sistemasde educación superior, estuvieron estrechamenterelacionados con el papel asignado por el Estado a lasuniversidades, así como por su determinación a las políticasmacroeconómicas de ajuste estructural, a la apertura delas economías y a la importancia creciente del conocimiento,sobre todo técnico y administrativo.

Durante la década de los ochenta, pero sobre todo durantelos noventa, la relativa estabilidad en la que loscomponentes universitarios y de formación de elitesprofesionalizantes venía operando, fue radicalmente alterada.Uno de los impactos de mayor influencia que se presentaron,fue la presencia de un conjunto de innovaciones centradasen la microelectrónica, la informática, la biotecnología,los nuevos materiales y las nuevas ciencias integradasde la sociedad y el conocimiento que prefiguraron unparadigma diferente, desde las perspectivas de lasinstituciones sociales (como las universidades públicasde la región), que tenían como misión la formación derecursos humanos, en su pasado inmediato, determinadaspor un mercado de trabajo rígido y por una formaciónuni-disciplinaria cerrada.

Con la necesaria búsqueda de la reorganización de lasprincipales empresas y sectores productivos y de servicios,en correspondencia con la nueva base tecno-económica,se presentó una fase de reorganización sustancial de lasesferas socio-institucionales que segmentaron los sistemasde educación superior, propiciaron el crecimiento de laempresa privada universitaria y potenciaron las bases deun sistema de profesiones intermedias de formación estrecha.

A partir de esas fechas, se presentó un periodo decontracción económica de carácter general, conocidoampliamente como la “década perdida” de América Latinay el Caribe, que se prolongó hasta finales del siglo XX.

Para entonces el ingreso real por habitante disminuyó demanera drástica y, con ello, los recursos públicosorientados hacia las instituciones de educación superior,sobre todo hacia las Macrouniversidades Públicas.4

El pago de la deuda externa e interna se convirtió en laprioridad a partir de la cual se definió la distribucióninterna de los presupuestos gubernamentales, el controldel déficit fiscal y la inflación.

Desde entonces, se vivió en la región una suerte deeuforia globalizadoras de carácter neoliberal, que de maneradiferenciada pero constante se expresó en las nuevasconformaciones de integración económica en bloques(como el Tratado de Libre Comercio o NAFTA y elMERCOSUR), en la liberalización de los mercados demercancías y de capitales, en la privatización de lasempresas públicas, y en la apertura de las economías ala inversión extranjera de todo tipo. No obstante, los logroseconómicos suscitados por estas políticas no incidieronde forma estructural en el mejoramiento de la calidad devida y en el bienestar de las mayorías de la región, ni enlos indicadores generales de desarrollo humano,incluyendo el de sus niveles educativos; estos siguieronsiendo precarios, por decir lo menos.

El balance de estas políticas en la educación, fueseñalado por la UNESCO, en un reciente informe: “…laimplementación de medidas de austeridad ha comprometido elacceso, la calidad y la equidad en la educación. El promediodel tiempo pasado en el sistema escolar por las cohortesjuveniles actuales de América Latina es de menos denueve años, siendo éste apenas superior en año y medioal de veinte años antes. Este promedio encubre grandesdesigualdades derivadas del nivel de ingreso de lospadres y del hecho de vivir en el campo o en las ciudades,y queda muy por debajo de los doce años, que es, a juicio dela Comisión Económica para América Latina y el Caribe, elmínimo de educación necesario para ganar un salario quepermita al interesado, entre otros factores sociopolíticos,liberarse de la pobreza a lo largo de su vida activa. Como,a juzgar por el indicador compuesto de la pobreza humanadel PNUD (Indice de la Pobreza Humana), que mide lascarencias en lo concerniente a las dimensionesfundamentales del desarrollo humano, la pobreza afecta amás del 5% de la población en todos los países de la región,salvo en Argentina, Costa Rica, Cuba, Chile y Uruguay, y a

4 Para el concepto de macrouniversidades públicas, ver AxelDidriksson, Las Macrouniversidades en América Latina y el Caribe,IESALC-UNESCO, Caracas, 2002.

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más del 20% en Bolivia, El Salvador, Guatemala, Hondurasy Nicaragua, resulta preocupante semejante falta deprogreso en el número de años pasado en la escuela”.5

Con todo y estas condiciones, para la década de losnoventa, se volvió a vivir un nuevo crecimiento de laeducación superior, desde otras perspectivas y muy diferenteal que ocurrió durante los cincuenta y setenta –como sesabe, el crecimiento PIB durante los noventa en la regiónfue apenas un poco superior respecto de los ochenta, hastaalcanzar una tasa de alrededor del 3%–.

Por ejemplo, del 1.9% de personas de entre los 20 y 24años que estudiaban en la educación superior en la regiónen 1950, se brincó al 20.7% como promedio en 1994, con locual la región entró de lleno al modelo de masificación deeste nivel educativo, con todo y sus importantesdiferencias subregionales y por país.6 En ese mismo año,la matrícula total de la educación superior en los 19 paísesde América Latina y el Caribe era de 7 millones, 405 mil 257estudiantes, de la cual el 68.5% se localizaba enuniversidades de carácter público, el restante se encontrabaestudiando en empresas privadas o en otro tipo deinstituciones. El total de universidades de la región paraentonces era de 812.7

A pesar de este crecimiento de las matrículas, de lasdemandas sociales y económicas en el periodo, los recursoscon los que contaban las universidades no eran losadecuados ni los suficientes: “…en América Latina y elCaribe, la proporción destinada al gasto en educaciónsuperior es menor al 0.9%, a lo largo de todo el periodoconsiderado (de los ochenta a mediados de los noventa:nota mía, AD) con excepción de Costa Rica y Venezuela quedestinan un poco más de 1%. Se observa un decrecimientoen la proporción en el transcurso de la década de los

ochenta y una recuperación a finales de la misma, la cualalcanza los valores de 1980. La variación que se presentaen los países analizados va de 0.42% a 1.4%. Comoreferencia es pertinente señalar que el promedio en lospaíses de la OCDE para 1992 es de 1.2, con una variaciónde 0.3% al 2.2%... La inversión pública por alumno deeducación superior, en dólares por año, fue de 1,469 en1980 y de 1,325 en 1990. Cabe destacar que el promediopor alumno en los países de la OCDE (1995) es de 7,940dólares por año, que representa casi seis veces más que enlos países de América Latina”.8

Hacia fines de los noventa la tasa de escolarizaciónen América Latina y el Caribe fluctúa alrededor del 19%del grupo de edad correspondiente, (lo cual significa a126 millones 458 mil estudiantes matriculados) mientrasque en otros países desarrollados ya alcanzaba a más del60%. De ese total poco más del 50% ya se ubican eninstituciones de carácter privado, debido a que en losúltimos veinte años el ritmo de crecimiento de laeducación superior pública disminuyó severamente: del2.5% como tasa anual frente al 8% del sector privado. Elgasto en educación superior se ubicaba en una mediadel 0.88% respecto del PIB, cuando en los países de laOCDE se ubican entre el 1.2% y el 2%.

Con datos registrados para los inicios del 2000, elInstituto Internacional para la Educación Superior deAmérica Latina y el Caribe (IESALC) de la UNESCO, reportalos siguientes indicadores sobre la inequidad en la que sedesarrolla la educación superior en algunos paísesrepresentativos de la región:

• Tres de cada estudiante matriculado provienen del40% más rico (Colombia);

• Sólo el 4% de los jóvenes pobres ingresa a laeducación superior frente al 50% de los ricos. El 80% delgasto público en educación superior se destina a los dosquintiles más ricos (Perú);

• Los principales beneficiarios de la educaciónsuperior gratuita son los ricos. El sistema tiene un efectoredistributivo progresivo desde los ricos y regresivo desdelos pobres (Argentina);

• Los estratos I y II han incrementado sustancialmentesu participación en la matrícula de las universidadespúblicas (Venezuela);

• El 71% de los estudiantes que asiste a la educaciónsuperior pertenece al 40% más rico, mientras que sólo el13% proviene del 40% más pobre (Costa Rica)”.9

Al nivel de la cobertura de población indígena, lasituación en la región es verdaderamente deplorable, siendoque estos grupos poblacionales ocupan un lugardestacado en la historia y la identidad de la misma. Datos delmismo IESALC son elocuentes, porque muestran que con46.2 millones de habitantes indígenas que viven sobre

5 UNESCO, “Estadísticas de la educación 2001”, América Latinay el Caribe, informe regional 2002., UNESCO, París, p. 12.6 Carmen García Guadilla, “El valor de la pertinencia en lasdinámicas de transformación de la educación superior en AméricaLatina”, La educación superior en el siglo XXI, en: CRESALC-UNESCO, Visión de América Latina y el Caribe. Tomo 1,CRESALC-UNESCO, Caracas, 1997, p. 48. La autora señala allí,que: “este promedio encubre grandes diferencias regionales,encontrándose un país, Argentina, que ya ha alcanzado el modelode acceso universal; 12 países que caen en el modelo de acceso demasas, con promedios entre 25% y 35%; y seis países que todavíaestán en el modelo de elite, esto es con tasas de escolarizaciónmenores al 15%”.7 Idem, p. 49.8 Angel Díaz Barriga, et. al, “Financiamiento y gestión de laeducación superior en América Latina y el Caribe”, La educaciónsuperior en el siglo XXI, en: CRESALC-UNESCO, Visión de AméricaLatina y el Caribe, Tomo 2, Caracas, 1997, p. 671-672.9 Claudio Rama, El nuevo escenario de la educación superior enAmérica Latina y el Caribe: una nueva reforma., Mim., IESALC-UNESCO, México, marzo 2004, p. 7

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UNIVERSIDAD E INTEGRACIÓN REGIONAL: UN ESCENARIO PARA LA UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA

todo en Perú, México, Guatemala, Bolivia y Ecuador, endonde se ubica la línea de pobreza genérica, “sólo cercadel 1.5% de la cobertura de la educación superior pertenecea personas de origen indígena.10A lo sumo puede llegar aalcanzar a no más del 3%.

Sin embargo, y aún con el incremento del número deuniversidades y otros agrupamientos, las Macrouniversidadesfueron las instituciones que mantuvieron su nivel detamaño (1.8 millones de estudiantes en alrededor de 28universidades), las que reprodujeron un sitio privilegiadoen el espectro de la diversificación y las que llegaron aexpresarse, a veces de forma exclusiva, como las únicasinstituciones complejas, sobre todo por su crecimientoen la investigación y el posgrado.Destacan en estosaspectos las Macrouniversidades de México, de Brasil yArgentina, y con desarrollos intermedios, las universidadesnacionales de Colombia, Perú, Venezuela, Chile, PuertoRico y Cuba.

Esto significó que las Macrouniversiades de AméricaLatina y el Caribe, encontraron su propio paso en lalógica de los cambios que empezaron a ocurrir de formaacelerada a partir de la década de los ochenta, en el contextodel nuevo debate que giró alrededor de los conceptos decalidad, transparencia en el financiamiento, rendiciónde cuentas, flexibilidad curricular, equidad y pertinencia,uso y manejo de nuevas tecnologías de la información,telecomunicaciones y producción y transferencia de nuevosconocimientos, todo ello dentro de nuevos ordenamientosjurídicos, legislativos, políticos y organizacionales.

Por ello, hacia las universidades públicas de mayorarraigo en la región, sobre todo hacia las grandes ycomplejas –como el conjunto de las Macrouniversidades–,recayó el peso específico de orientar respuestas y debatessobre el desarrollo de nuevas líneas de investigación, lavinculación con el aparato productivo y de servicios, sutecnologización y, sobre todo, la formación de cierto tipode recursos humanos relacionados con la producción denuevos conocimientos.

Las Macroniversidades empezaron a resentir queesto tenía que hacerse, es decir, iniciar un largo periodode cambios de fondo en sus estructuras, en sus sistemasorganizacionales y en su administración y gobierno; encircunstancias muy difíciles desde el plano político yeconómico, sobre todo por la contracción de losrecursos públicos hacia la educación superior, y porquela demanda social no dejó de seguir creciendo.

Desde el plano más general, durante el periodoconsiderado, lo anterior se manifestó en el contexto de lareorientación del papel del Estado bajo la lógica de un“Estado Evaluador”, que definió su papel de intervenciónbuscando garantizar –sin que lo hiciera para sí mismo en sutotalidad– elevar sustancialmente la calidad de los

productos de investigación y de docencia; con lo cualse promovió la competitividad y las nociones de mercadoentre éstas y los institutos privados. Esto mismo se hizoevidente en las perspectivas de la acción del Estado hacia elconjunto de las actividades de producción y generaciónde conocimientos técnicos y científicos. Como fueseñalado por Dagnino y Thomas:

“La adopción del mercado como criterio básico para ladefinición de necesidades y prioridades generó una situacióntal que el argumento de la ‘eficiencia’ de una institución ouna línea de investigación no resulta ya suficiente paracontinuar apoyándola. Ahora es la ‘funcionalidad’ de esaactividad, definida por la colocación de su ‘output’ en elmercado, el principal criterio para determinar lajustificación de la continuidad del financiamiento.Coherentemente con las determinaciones globales delmodelo neoliberal del Estado –que implican la restriccióndel papel subsidiario del mismo a las áreas de seguridad,salud y educación– la función de promover la generacióndel saber científico e innovaciones tecnológicas escapa delámbito estatal para insertarse en una problemática esferapúblico-privada. Más allá del deficitario ejercicio de lasfunciones de salud y educación, el Estado Latinoamericanoalcanzó en la última década en la línea de restricción desu función de ciencia y tecnología. Tres indicadores muestranesto claramente: a) no se tendió a la creación de nuevasinstituciones; b) el presupuesto de los sistemas de I+Dnacionales se encuentra en estado estacionario; c) seestán instrumentando políticas de desestatización deunidades de I+D”.11

Esta reorientación de las políticas estatales hacia laeducación superior, la ciencia y la tecnología permeó todoel periodo de los ochenta hasta finales de los noventa,con un giro que implicaba pasar del énfasis en la atencióna la demanda social, de la inversión en la expansión de lasuniversidades y de la formación masiva de recursoshumanos, a la evaluación, a la acreditación y a la justificacióndel destino del gasto público.

De modo paralelo, se dio relevancia a una concepciónque sostenía que el objetivo de las universidades y delas instituciones de educación superior, debía favorecerlos requerimientos de las empresas, por lo que sepromovieron organismos de vinculación y oficinas deinnovación tecnológica, incubadoras de empresas de basetecnológica y programas de transferencia de conocimientosque, buscando emular la tendencia de otros países en estesentido, apenas alcanzo un desarrollo muy pobre en la

10 Idem, p. 11.11 Dagnino Renato y Davyt Thomas, La evaluación de lainvestigación científica en América Latina, UNICAMP, Brasil,1996, p. 38.

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región, ubicándose funcionalmente en algunas institu-ciones y regiones de un número pequeño de países.

Desde el plano del financiamiento del Estado, lacontracción derivada de las crisis de los ochenta, impulsópolíticas denominadas de “diversificación de recursos”, quecaminaron paralelas a la baja de los subsidios gubernamentales,a la proliferación de los programas de estímulos sectorialese individualizados hacia las plantas académicas, y labúsqueda de una ansiada “excelencia” que justificarala utilidad del servicio educativo y de investigacióndesde la perspectiva de una optimización de los gastos.

En general, el resultado del balance que puede realizarserespecto a este giro de las políticas nacionales referidas a laeducación superior, la ciencia y la tecnología en AméricaLatina y el Caribe es que, sobre la base que las empresas ylas instituciones gubernamentales orientarían recursosfrescos y se diversificarían las fuentes de financiamiento,se mantuvieron estancadas las inversiones hacia nuevoscampos y hacia una posibilidad de nueva expansión de lademanda y la oferta; vaya, que se “dejo hacer” con políticasque se mantuvieron en una suerte de indefinición, perocon orientaciones de mercado hacia una investigación deobjetivos de corto plazo y de escasa trascendencia.

Frente a ello, las comunidades científicas y académicasoptaron por un patrón de sobrevivencia y sometimiento:“el autocontrol ejercido por la propia comunidad en términosde “calidad” de la producción, tiende a evidenciar un “gastoexcesivo”en la base de la pirámide de la comunidadcientífica. La elite científica, en su intento de supervivencia,se somete a políticas de optimización del gasto”.12 Esto semanifestó de forma directa y de forma predominante enlas Macrouniversidades, siempre y cuando en ellas sehabía concentrado y se encontraba desarrollandofuertemente la producción y transferencia de nuevosconocimientos, y se había desplegado la investigación enciencia y tecnología.

A partir de entonces, la agenda de las Macrouniversidadesempezó a cambiar de forma significativa. De la insistenciaen los temas de atención a la demanda social, delcrecimiento, de la descentralización o de la planeación sepasó, en el lapso de dos décadas, a la insistencia en temascomo la evaluación y la acreditación, al uso y manejo dela contracción financiera y los programas de recursosextraordinarios condicionados, a la competitividad,alcobro de colegiaturas y al incremento de los recursospropios, a la internacionalización y a la intervención delos organismos financieros internacionales.

Con ello, los actores tradicionales del cambio en lasMacrouniversidades, (los estudiantes y los sindicatos)

pasaron a un plano menos protagónico respecto de las refor-mas universitarias (se concentraron en sus reivindicaciones gre-miales); pero emergieron los investigadores, los funcionariosy los directivos académicos universitarios como los ac-tores más relevantes en la definición de los cambiosinternos y externos de las instituciones.

También fueron modificados los esquemastradicionales de otorgamiento de los subsidios federalesy de la asignación de los recursos. Las políticas dediversificación introdujeron una mayor competitividadentre las instituciones, y surgió la idea de que lasMacrouniversidades tendrían que empezar a dejar de serlas instituciones de educación superior más representativasdel espectro nacional. Por ejemplo,en México, se llegóa decir que el Instituto Tecnológico de Monterrey (elITESM), la institución de educación superior privada másgrande del país, ya era más nacional que la propia UNAM.

Aún así, por ejemplo, respecto a la capacidad instaladaen el pregrado y sobre todo en el posgrado, en lo referido alnúmero de investigadores, en el número de proyectos yde productividad científica, en la capacidad cultural de susiniciativas, claramente las Macrouniversidades semantuvieron en el liderazgo del conjunto del sistema deeducación superior, y aún en el del conjunto nacional yregional. La concentración de investigadores y programasde posgrado en las Macrouniversidades de América Latinay el Caribe rebasaba, desde entonces, con mucho, el espectroincluso regional. La capacidad instalada que se tenía en laUNAM, en la UBA, en la Universidad de Puerto Rico, enla Central de Venezuela, en las universidades centralesde Brasil, en la Universidad de la República de Uruguay,o en la Universidad de la Habana, por mencionar algunascuantas, no tenía referente en ninguna otra instituciónpública o privada de la región, aún en la de susrespectivos países.

De forma paralela, a la ocurrencia de esas mutacionesen las Macrouniversidades, durante la década de losnoventa, la cooperación regional en y desde laeducación superior se intensifico notablemente. Con éxitosrelativos y con muchos programas y proyectos en marcha,los temas de la movilidad universitaria, de lasequivalencias de títulos y grados, de los programasconjuntos en diferentes ámbitos y niveles, del usoextensivo de nuevas tecnologías, de los programas de títuloscompartidos, del establecimiento de redes y de programasde trabajo multilaterales, empezaron a cobrar gran actualidady desde entonces se convirtieron en parte de la agendaprioritaria del cambio en las instituciones de educaciónsuperior a nivel regional.

En la práctica y con la excepción de las institucionesde más baja calidad y menos representativas, la granmayoría de las Macrouniversidades, empezaron a poner12 Idem, P. 40.

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en marcha algún tipo de relaciones “globales” a nivel bila-teral, trilateral, y en algunos casos a nivel sub-regional oregional a lo largo y ancho de América Latina y el Caribe.

Entre los ejemplos más representativos, lo anteriorse presentó directamente con la suscripción del Tratadode Libre Comercio (TLC o NAFTA) entre los Estados Unidos,México y Canadá, bajo la forma de nuevos requerimientos parael cambio en las instituciones universitarias, particularmentede México, como consecuencia de un proceso inédito deintegración geo-económica que tuvo como eje la movilidadde los recursos humanos de alto nivel, procesos cada vezmás dinámicos de producción y transferencia deconocimientos y tecnologías, y una mayor interdependenciaderivada de las telecomunicaciones y la informática.

Esto obligó a las instituciones de educación superiorde México, a desarrollar políticas de atención a losemigrantes estudiantes y académicos, a desarrollarprogramas virtuales y a distancia, a flexibilizar sussistemas de equivalencias de créditos, títulos y grados,a diversificar sus ofertas de formación y a buscar ubicarseen sitios de posicionamiento de prestigio internacional.

A pesar de que el TLC no contemplo el tema de lamovilidad universitaria de forma explícita, si desató unaserie de reuniones y proyectos conjuntos directamenteinfluenciados por éste. Desde la primera reunión trilateralsobre cooperación en educación superior, celebrada enWingspread, U.S.A., en 1992, las representaciones oficialesde los tres países (de México, de Estados Unidos y de Ca-nadá), consideraron que la colaboración educativa trilateralpodía llegar a ser muy benéfica para estos países, paraalcanzar un mejor entendimiento y lograr una asociaciónmás fuerte, lo cual permitiría fortalecer la calidad de lasinstituciones, de su docencia y de su investigación.

El objetivo propuesto, aunque no logrado, fue “eldesarrollo de una dimensión norteamericana de educaciónsuperior”, facilitar la movilidad de estudiantes yacadémicos en este ámbito, usar de forma conjuntainformación, manejar las nuevas tecnologías de informaciónpara el mutuo reconocimiento, y poner en marchaprogramas de colaboración múltiples y a diferentes niveles.

Durante la segunda conferencia trilateral deinstituciones de educación superior (1993), se creó unaComisión de Trabajo Trilateral, para avanzar en cincotemas de interés común: movilidad de estudiantes yacadémicos; establecimiento de redes de información eimpacto de las nuevas tecnologías; colaboraciónestratégica; desarrollo del personal académico; yrecursos financieros.

En esta reunión se establecieron seis iniciativas (denuevo, aún sin lograrse):

• El establecimiento de una red norteamericana deeducación a distancia e investigación.

• La formación de un mecanismo trilateral de relacióneducación superior-empresa.

• El establecimiento de programas que posibiliten lacolaboración del personal académico y de los funcionariosentre los tres países para reunirse a explorar acciones decolaboración trilaterales.

• El establecimiento de una base de informaciónelectrónica en cada país.

• El fortalecimiento y la expansión de programas deestudios en Norteamérica.

• El establecimiento de un programa de apoyo alintercambio trilateral intensivo, a la investigación yla capacitación para estudiantes.

Para entonces, la ANUIES (Asociación Nacional deUniversidades e Instituciones de Educación Superior),de México, reportaba (en 1993) que unas 30 instituciones deeducación superior mexicanas habían puesto en marchaactividades de cooperación con sus similares de EstadosUnidos y de Canadá, que existían 1,368 acuerdos internacionales,de los cuales el 36.3% eran con Estados Unidos y el 5.4% conCanadá. Según este estudio, se indicaba que de formapreferente estos acuerdos tenían que ver, sobre todo,con el intercambio de profesores e investigadores, conproyectos de investigación conjuntos.13

De forma paralela y de manera especial, durante laprimera mitad de la década de los noventa, se dio impulsoa la intención de promover formas de evaluación yacreditación “trilaterales” para la práctica profesional. Paraentonces, sin embargo, se pudo comprobar que despuésde varios años de intentos e intenciones, la realidad delas asimetrías y las indiferencias se impuso, bajo la formamás tradicional de una bilateralidad interinstitucionalen las relaciones y no por la deseada trilateralidad.

Con esta realidad, durante la reunión trilateral celebradaen la ciudad de Guadalajara, México, en 1996, fuerondetectados los siguientes problemas cruciales queimpidieron alcanzar los objetivos propuestos:

• El ámbito de la aplicabilidad: en relación a laacreditación profesional, el sistema propuesto no ha podidoser ampliamente aplicable al conjunto de las actividadesprofesionales de los tres países.

• El objeto considerado: en materia de equivalencias nose ha avanzado de manera definida dado que las asimetríasse imponen para evitar el reconocimiento de los periodosde estudio, y no se ha avanzado en el principio de laconfianza mutua.

13 Alejandro Mungaray y Juan Manuel Ocegera, “La educaciónsuperior en la integración de América del Norte”, en: Sylvie Didou,et.al. Integración Económica y Política de Educación Superior.ANUIES, México, 1998.

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• La ausencia de sistemas nacionales de acreditaciónde calidad trilaterales.

• Las crisis económicas recurrentes en México, y losvaivenes de las crisis políticas en los Estados Unidos.

• El proteccionismo impuesto por los Estados Unidos ala transferencia de conocimientos y tecnologías con un altovalor comercial.

• La escasa colaboración y comprensión entre lossistemas de educación superior de tres países.

Mientras esto ocurría en el marco de la fallidaintegración en la educación superior entre México,Estados Unidos y Canadá, en donde las instituciones deeducación superior protagonistas fueron lasMacrouniversidades de México, en el sur del continenteLatinoamericano se avanzaba en la constitución de otrobloque de países, denominado el MERCOSUR.

En este caso, sí se presentan de forma explícita accionescomunes en torno a la integración educativa y cultural entrelos países miembros (Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay.Chile se incorpora en 1996, y recientemente lo ha hechotambién Bolivia).

A inicio de la década de los noventa, se firmo el acuerdo“MERCOSUR Cultural y Educativo” para cooperar en lassiguientes áreas:

• Capacitación de la conciencia ciudadana favorable ala integración.

• Formación para el desarrollo.• Armonización de los sistemas educativos.Entre sus resultados más importantes alcanzados entre

1994 y 1997, se tienen los siguientes:• El reconocimiento de certificados, títulos y estudios.

En agosto de 1994, los ministros de los gobiernosrespectivos firmaron el protocolo de integración educativoy reconocimiento de certificados, títulos y estudios de nivelprimario y nivel medio no técnico.

• Simultáneamente, Argentina reconoció como válidoel título de bachiller de los primeros cuatro paísesintegrantes del MERCOSUR.

• Para el nivel medio técnico se han puesto las basesde la integración y de un sistema de revalidación detítulos y certificados.

• En la educación superior, las tareas de cooperación sehan concentrado en el nivel de postgrado, así como enun sistema de reconocimiento de títulos para la realizaciónde estudios de ese nivel.

• Se ha conformado un sistema de informacióneducativa que permite enlazar los sistemas de información delos cuatro países.

• Se ha avanzado en la enseñanza común de losrespectivos idiomas y se han elaborado contenidos comunesde varias asignaturas del nivel elemental y medio.

Al nivel de la participación de un grupo deMacrouniversidades, quizás el avance más importante,en el contexto del MERCOSUR, fue el de la creación de laAsociación de Universidades Grupo Montevideo(AUGM). Se trata de una experiencia de cooperaciónuniversitaria de carácter horizontal, dentro de unesquema de crecimiento regulado por la capacidad deinteracción del conjunto.

En agosto de 1991, se firma el Acta de IntenciónFundacional refrendada por 8 universidades públicas(5 argentinas, 1 uruguaya, 1 paraguaya y 1 brasileña),en su gran mayoría lidereada por Macrouniversidades.Desde 1992, empezaron a organizarse encuentros paraavanzar en la cooperación académica en las siguientesáreas: biología molecular, farmacología de productosnaturales, matemática aplicada, educación para laintegración, desarrollo rural, microelectrónica y químicafina. En ese mismo año se firman los Estatutos de la AUGM.

Al nivel más general, en la región de América Latinaexisten trabajando, también de manera muy expresiva yrelevante, en la perspectiva de la movilidad universitaria y lacooperación, organismos como la Organización UniversitariaInteramericana (OUI) y la Unión de Universidades deAmérica Latina (UDUAL), con sede en la UniversidadNacional Autónoma de México (UNAM). Durante losúltimos años se han consolidado proyectos de cooperaciónsub-regional como el Consejo Superior de Universidadesde Centroamérica, o la red de Universidades delAmazonas (UNAMAZ).14

Asimismo, tienen presencia en América Latina y elCaribe diversas agencias de cooperación europeas einternacionales, entre las que vale la pena destacar a laAsociación Internacional de Universidades y la AgenciaEspañola de Cooperación Internacional. Esta última administraactualmente recursos financieros del propio gobiernoespañol, del PNUD (Programa de las Naciones Unidas parael Desarrollo), de la UE (Unión Europea) y del SELA (SistemaEconómica para América Latina) destinados a losprogramas macro de cooperación como INTERCAMPUS(movilidad de estudiantes y académicos), MEC-MER(cooperación científica), IBERCUE (cooperaciónuniversidad-empresa) y acciones específicas de apoyo.

La Unión Europea, por decisión adoptada el 10 de marzode 1994, ofrece el programa ALFA para América Latinainspirado en programas de índole similar a los de Europa(como ERASMUS, TEMPUS y COMETT). El mismo tiene

14 Ver para mayor información al respecto: José Silvio, “Introduccióna la gestión de redes académicas en América Latina”; así como: LuisE. Aragón. “Oito Pontos Críticos sobre a formacao de redes naAmérica Latina”, En: Revista Interamericana de gestión y liderazgouniversitario, IGLU, No. 10, Canadá, abril, 1996.

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UNIVERSIDAD E INTEGRACIÓN REGIONAL: UN ESCENARIO PARA LA UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA

como objetivo: “fomentar la cooperación entre redes deinstituciones de enseñanza superior de América Latina yEuropa”, así como promover programas de cooperación entorno a dos ejes: la gestión institucional y la formacióncientífica y tecnológica.

Lo anterior da cuenta de que la movilidad universitariaen la región adquirió una importancia creciente en elcontexto del desarrollo de las Macrouniversidades y deque se encuentra relacionada directamente a los procesosde integración y formación de bloques geo-económicos.Asimismo, revela que la cooperación académica coninstituciones del extranjero, se volvió un elementofundamental para el diseño de políticas institucionales quebuscaban explícitamente la internacionalización de susprogramas y alcanzar más altos niveles de valoración desus estudios.

Sin embargo, a pesar de la tendencia, el establecimientode relaciones de movilidad universitaria, se realiza sobretodo por la vía de convenios interinstitucionales, que llevana cabo por la vía de las oficinas de intercambio académico,con las que cuenta la mayoría de las Macrouniversidadesde todos los países de América Latina y el Caribe. En losúltimos años, se ha buscado que esta movilidad se orientepor el reconocimiento de la calidad de los programas delicenciatura y de postgrado, y ello se ha establecidocomo fundamental para facilitar la cooperación regional.

Asimismo, si se observa el fenómeno de la movilidaduniversitaria en la región durante los últimos años, sepodrá observar, sobre todo, las limitaciones de lasagencias donantes bilaterales y multilaterales al apoyarprogramas de reforma estructural en la educación y agran escala, por lo que en una gran cantidad de casos,se ha señalado, que la experiencia ha sido negativa.

Este modelo de comportamiento de la cooperacióninternacional hacia la educación superior, se puede sintetizar,de acuerdo con Jaques Hallak, de la siguiente manera:

• Tendencia de las agencias de cooperación a aplicarsoluciones “estándar” sujetas a pautas excesivamentegenerales que muchas veces responden a modas.

• Tendencia a entender los temas educativosexclusivamente como un asunto “técnico”, que relegalos aspectos políticos, en el mejor de los casos, comouna “incómoda molestia”.

• Programas de financiamiento que normalmente nosuperan la corta duración, con respecto al tiemponecesario para obtener los resultados requeridos.

• Políticas de asignación de fondos que priorizan elapoyo a áreas consideradas de necesidades más imperiosasy que entrañan la suspensión del financiamiento aproyectos previos exitosos.

• Comportamiento que traduce implícitamente la ideaestablecida de que quien recibe la cooperación tiene el

“problema” y quien administra el programa tiene la“solución” y los recursos requeridos para aplicarla.

• Aún cuando lo que se financia sea un proyecto o unaidea de quien demanda la cooperación, aquella debe seraceptada y aprobada por quien dispone de los fondos.15

Otras deficiencias de los programas de cooperacióninternacional hacia la educación superior, son señaladaspor otro autor (Brovetto, 1996), sobre todo cuando se llevaa cabo de forma vertical e induce a la fuga de cerebros,tanto interna como externa. Esta tiene las siguientesconsecuencias:

• Desarraigo del personal académico respecto a supropia realidad y a la problemática correspondiente, quese produce cuando el investigador ha sido formado y haradicado en instituciones académicas del mundodesarrollado. Ello se ve acrecentado dadas las deficienciasde las políticas orientadas a impulsar la labor científica ysu directa vinculación con la realidad que caracteriza anuestros países.

• Reproducción de un fenómeno dual de “emigraciónfísica”, cuando el personal calificado emigra de formacasi definitiva del país del cual obtuvo su formaciónfundamental, y de “emigración temática”, cuando a pesarde ocurrir un retorno geográfico al medio original sepermanece dentro de la problemática científica del mundodesarrollado.16

Durante los últimos diez años, un nuevo fenómeno seha incorporado al debate universitario latinoamericano: lacreciente comercialización de los servicios educativos,bajo el amparo de los convenios suscritos por los gobiernoscon la Organización Mundial del Comercio (OMC)y suAcuerdo General sobre Comercio y Servicios (mejorconocido como GATS por sus siglas en inglés).

El impacto de esta liberalización de los servicioseducativos en la región aún está en ciernes, pero ya esnotable la presencia de una importante cantidad deinstituciones que se están incorporando al mercadotransfronterizo de educación.

Por ejemplo, tomando el caso mexicano ya operan en elterritorio las siguientes instituciones: la Open University(Reino Unido), la Universidad Nacional de Educación aDistancia (España), Phoenix University (Estados Unidos),Atlantic Intercontinental University (Estados Unidos),Birchman Internacional University (Estados Unidos), OracleUniversity (Estados Unidos), Endicott Collage(Estados Unidos), Wetbridge University (Estados

15 Jaques Hallak, Financiar el Sector de Educación: negociar conlos organismos de cooperación, Instituto Internacional dePlaneamiento de la Educación, UNESCO, París, 1996, p. 36.16 Jorge Brovetto, Cooperación internacional en educaciónsuperior, Mim., Montevideo, 1996, p. 3.

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Unidos), Wethill University (Estados Unidos), y, franquiciasdel Pacific Western University (Estados Unidos ), entre otras.

Hacia el resto de la región la penetración de nuevasinstituciones via franquicias o inversiones directas, o bienbajo la forma de empresas e-learning también estácreciendo, y ello se asemeja a una tendencia de crecimientoen diferentes partes del mundo, como lo señala JuanRamón de la Fuente: “Sin duda el mercadolatinoamericano de servicios educativos resulta muyatractivo y las presiones por abrirlo serán de granimportancia, a juzgar por las tendencias que se observan enotras latitudes. Las instituciones de educación superior deAustralia doblaron el número de estudiantes extranjeros ensus sedes foráneas y ahora tienen el 29% de losestudiantes de otros países inscritos en ellas; dichassedes atienden a más de la mitad de los estudiantes deHong Kong y Singapur que asisten a instituciones australianas.Por su parte, las universidades británicas enrolaron en sussubsidiarias extranjeras a 140 mil estudiantes en 1996 encomparación con los 200 mil estudiantes que se encontrabanen Inglaterra ese año”.17

Frente a estos problemas, en el debate Latinoamericano,desde la perspectiva del balance que puede realizarse de lamovilidad universitaria durante la última década, hanvenido surgiendo nuevos componentes estratégicos ynuevas políticas y programas, experiencias y redes decooperación, que están poniendo en marcha proyectosinnovadores en esta materia.

Por ello, se ha vuelto necesario y es ahora posibleponer en marcha una nueva estrategia de cooperación ymovilidad universitaria de carácter horizontal, con elobjetivo de posibilitar la creación y potenciación de lascapacidades sociales de los países de América Latina,para producir y transferir conocimientos científico-tecnológicos propios a nivel nacional, regional einternacional. Para ello, la movilidad universitaria debeconcentrarse en apoyar la realización de cambiosprofundos en las instituciones de educación superior,que sean apoyados por un conjunto de esfuerzosarticulados de cooperación académica.

Algunos programas universitarios de movilidaduniversitaria en América Latina están llevando a caboesfuerzos importantes para alcanzar el objetivo anterior.Esto ocurre con la Asociación de Universidades GrupoMontevideo (AUGM), con los que realiza el propio IESALC-UNESCO, y otras redes de intercambio y cooperaciónacadémica, como la Red de Macrouniversidades Públicasde América Latina y el Caribe.

Desde las perspectivas estratégicas de estas iniciati-vas, se concibe que el cambio estructural de la educa-ción superior es un imperativo, y que en éste juega unpapel muy relevante la puesta en marcha de iniciativas deuna nueva articulación de la cooperación regional e inter-nacional. El propósito fundamental de esta cooperación debeestar dirigida a fortalecer los componentes claves de la inte-gración y la articulación de los sujetos, instituciones, agen-cias y recursos para garantizar una estructura flexible deredes y de movilidad académica que evite sustituir, alte-rar o dirigir la iniciativa local.

El desarrollo de una capacidad propia de produccióny transferencia de conocimientos, o su potenciación local,subregional y regional, debe ser el objetivo central de lasnuevas formas de cooperación. Ello significa que los actoreslocales son los principales responsables del diseño yformulación de las propuestas, programas y proyectosde cambio y los actores principales del proceso detransformación.

La integración como vía para la nueva ReformaUniversitaria

En un mundo caracterizado por su acelerado progresotecnológico, en donde el valor de los nuevos conocimientosse ha impuesto como el principal paradigma de lareorganización laboral, con secuencias de crisis económicasy alteraciones políticas de gran alcance, las universidadesde países como los de América Latina son lugares queresienten profundos impactos desde su entorno para iniciartransformaciones desde su interior.

Ubicadas como instituciones degran trascendenciapara fines de desarrollo económico, cultural y social, lasexpectativas que se ciernen sobre las universidades estánprovocando presiones sin límites, la redefinición depolíticas y planes, la frecuencia de programas yalternativas en la búsqueda de nuevos modelos deorganización.

Estas tendencias e impactos hacen referencia a unadialéctica de escenarios que han alterado de formasignificativa lo que la idea de universidad era hasta haceunas cuantas décadas, en relación a sus funciones, a sussectores, a su gobernabilidad, a su calidad y a su lugarmismo en la sociedad.

Habrá que destacar, no obstante, que el impacto delnuevo patrón social, tecnológico y productivo global hapropiciado, la emergencia de redes, estructuras decooperación y nuevos marcos de integración a nivelregional e interinstitucional que presentan, en tendencia,la posibilidad de construir un escenario alternativo oparalelo al de la competitividad institucionalizada y a lalógica del modelo (dominante) de mercado.

17 Juan Ramón de la Fuente, Internalization at Home: Bringing theWorld to the Campus and Classroom, Mim, México, 2004, p. 6.

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Lo anterior hace referencia a la posibilidad de consti-tuir un escenario de nueva reforma universitaria que apun-ta a una mayor cooperación horizontal entre institucionesy sectores, que se estructura en redes y en espacios comu-nitarios y trabaja en colaboración, sin perder su identidadinstitucional.

Este escenario de nueva reforma universitaria, quebuscaría impulsar un modelo alternativo de universidad,caracterizado como de producción y transferencia delvalor social de los conocimientos y de pertinencia de lastareas académicas de la universidad, se sostiene en latransformación de las estructuras en redes y en la cooperaciónhorizontal que da prioridad a los proyectos conjuntos (ointerinstitucionales), a la más amplia movilidad ocupacionaldel personal académico y de los estudiantes, a lahomologación de cursos y títulos, a la coparticipación derecursos y a una orientación educativa social solidaria. Losvalores educativos se comparten y se concentran más enel cambio de contenidos del conocimiento y lasdisciplinas, en la creación de nuevas habilidades ycapacidades sociales, que buscan relacionar prioridadesnacionales o regionales con el trabajo en nuevas áreasdel conocimiento y en la innovación que buscadiversificar el riesgo. Este escenario se sostiene en laintensificación de la participación de las comunidades yen el incremento diversificado en la obtención de recursos.

Por ello, el escenario de cambio de cooperación eintegración, desde la educación superior, la ciencia y lacultura, para alcanzar un nuevo estado de valorizaciónsocial de los conocimientos, se presenta como uno decarácter alternativo, porque pone el acento en la atencióna las nuevas demandas y requerimientos de lasinstituciones de educación superior, que deben empezardesde ahora a planear las nuevas estructuras organizativasque favorezcan el acceso a un conocimiento de valorsocial, y sus procesos formativos en la creación de lanueva fuerza de trabajo regional y global.

Este escenario de integración universitaria, posibilita eltrabajo en diferentes redes, la participación de lascomunidades en la democratización interna y de la vidapública, así como la generalización de medios ambientespara un aprendizaje permanente. Se trata de un cambiode modelo pedagógico y organizacional que comprendeque la acción educativa se sostiene en la unidad de lodiferente, en la construcción de nuevos objetos deconocimiento, en la reflexión sobre el otro y la totalidad,en el impulso a esquemas de autoaprendizaje y en elreconocimiento de la diversidad.

Esta concepción de reforma universitaria se sostieneen la identificación de las fortalezas institucionales yregionales, en la comprensión de los desarrollosoriginales, en la búsqueda de la reconstitución de las

propias capacidades de los individuos y de los sectores,y no en su diferenciación o en la reproducción de susinequidades. En términos de políticas en la educaciónsuperior, significa un modelo de cambio que favorece elintercambio de experiencias, la articulación de susfunciones, las interrelaciones y no la competitividad.

Sobre todo esta concepción alternativa supone pensarla calidad educativa no desde los productos y los fines,sino desde las condiciones reales del desarrollo generalcomún, y desde el valor social de los conocimientos quese producen y distribuyen, y que se vinculan con lasprioridades nacionales.

En la experiencia que se tiene del desarrollo de esteescenario, se muestra que el cambio se asume desde loscuerpos de staff y del primer nivel de la administración y sepone en marcha bajo formas de “auto-regulación” yconsensuamiento, que su proyecto es de largo plazo y quese han preparado previamente las condiciones para que sealcancen niveles óptimos de participación entre lascomunidades involucradas. Estos se especifican, si se haceposible realizar cambio a nivel del plano organizativo quepueda empezar a articular el trabajo de escuelas, facultades,centros e institutos que se mantienen concentrados en lareproducción de su quehacer fundamental, avanzando, porasí decirlo, verticalmente, para después plantearseesquemas de interrelacionamiento entre sí o con otros delexterior y conformar con ello esquemas de cooperación conotras instituciones o centros de estudio o de investigación.El cambio que se postula debe partir, entonces, de laadopción de estructuras más flexibles y dinámicas.

Lo que implica esto es un cambio de paradigma de loque es la reforma universitaria en la época contemporánea,hacia la concepción de una organización abierta, dediferente nivel de participación de sus múltiples actores;flexible, auto-regulada y con una fuerte orientación socialy regional. La producción de conocimientos implica queel conocimiento que se produce en la investigación, perotambién en los nuevos sistemas de aprendizaje, se definepor el contexto de su aplicación y su utilidad pública.

Por ello, la producción y transferencia de conocimientoshace referencia a un proceso articulado, desde elconocimiento existente hacia el que se produce y recrea. Estoincluye, por tanto, un conjunto de elementos y componentesdel saber hacer y saber cómo, experticia, técnicas ycapacidades muy variadas, mecanismos, programas,instituciones, agencias y actores del proceso. Una instituciónque se organiza para producir y transferir conocimientos ala sociedad debe ser, por tanto, compleja, dinámica ydiferenciada.

La organización de la innovación requiere de unaincrementada eficacia en la toma de decisiones, en sudescentralización, en su mayor participación horizontal,

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con mayor delegación de responsabilidades y autoridades,y de una amplia integración de unidades autónomas. Setrata, por ello, de una organización cooperativa y de redes,en la perspectiva siguiente: “Las organizaciones en reddifieren en arquitectura de las estructuras diseñadasjerárquicamente, los recursos no son concentrados enel centro ni distribuidos hacia las unidades básicas, elconocimiento y las competencias se distribuyen por toda lainstitución y residen en múltiples lugares. No todas lasunidades operativas interactúan en un medio ambientecomparable, ni poseen los mismos recursos; ellas puedenjugar diferentes papeles dentro de la organización. En eldesarrollo de nuevos servicios o estrategias algunasunidades juegan un papel de liderazgo, mientras otras jueganal apoyo. La integración se facilita a través de los valorescompartidos, los estándares comunes, la comunicaciónhorizontal extensa y la socialización. Algunas estructuras,tales como los proyectos grupales y los equipos de trabajoson únicamente temporales. La organización en red dependede una planeación y un sistema de presupuestación fuertepero flexible, así como de incentivos comunes”.18

Como también lo describe Carlota Pérez: “Este sistemaes mucho más como un sistema ecológico donde loimportante son las interrelaciones en un conjunto armónicode múltiples participantes. Entendido de esta manera,puede decirse que todo país tiene un sistema nacional deinnovación, lo que podríamos llamar un ambiente territorialpara la innovación, sólo que unos son pésimos y otrosexcelentes; en unos se da fácilmente la cooperación, enotros hay grandes resistencias; en unos hay canales decomunicación entre los diversos actores, en otros lapráctica común son los compartimientos estancos; en unosel mundo educativo se comunica con el mundo de laproducción para conocer sus necesidades y actualizarseconstantemente, en otros los dos mundos se observan delejos; en unos el sistema financiero se involucra en losproyectos concretos, los aspectos técnicos del mercadoy las estrategias de largo plazo de sus clientes, en otrossólo se ocupa de mirar estados financieros y estimar tasasde retorno en el corto plazo; en unos los ingenieros ogerentes de la industria dan clases en la universidad ylos profesores investigan en los laboratorios de lasplantas industriales, en otros las puertas están cerradasen ambos lados para este tipo de colaboración cotidiana”.19

Esto supone que, para iniciar una reforma hacia unaintegración regional sustentada en la innovación, desdelas estructuras actuales segmentadas y lineales de lasactuales universidades, poco articuladas a las demandas dela sociedad y escasamente congruentes con losrequerimientos de una economía que se transforma, se requiereponer en marcha estructuras de organización horizontal enredes, que puedan convertirse en la punta de latransformación general dentro de una trayectoriaprospectiva de mediano plazo.

Este punto de arranque no podrá ocurrir si no se garantizanmecanismos de plena participación de las comunidadesacadémicas y la modernización de las relaciones laborales,para garantizar la calidad de los procesos académicos, y si nose asumen reformas sustanciales en la legislación y las formasde gobierno para establecer canales de comunicación einformación permanentes para regular el ejercicio del gasto,potenciar y desarrollar la infraestructura y sostener unaadecuada transferencia de conocimientos respecto a losrequerimientos de la sociedad.

En los últimos años, la administración académica einstitucional ha sido tema de un muy importante debate,que ha superado el tradicional tratamiento intuitivo basadoen su evaluación conforme a la experiencia y los resultadoscuantificables, hacia desarrollos que permiten valorar eldesempeño cualitativo dentro de modelos de racionalizacióny uso óptimo de recursos.

Los nuevos paradigmas de organización académicasurgen con la creación y desempeño de unidadesacadémicas complejas que relacionan individuos, equiposde trabajo en redes de diferente nivel y perspectivas, conla puesta en marcha de estructuras interdisciplinarias ycon la autonomía relativa de sus instancias orgánicas.

Se trata de un paradigma que se lleva a cabo paramantener y desarrollar una capacidad anticipatoria, con elfin de permitir la flexibilidad necesaria para prever problemasy plantear soluciones a los desafíos que se presentan conlos impactos y fronteras de la ciencia, la tecnología y laproducción y transferencia de conocimientos.

Lo que se pretende es generar con ello, ambientesinstitucionales propicios para posibilitar una frecuentey audaz interrelación entre las instancias y losprocesos académicos, y el surgimiento y proliferaciónde cuerpos académicos híbridos. Esto supone avanzarcontra la inercia que se impone de relaciones rígidas dejerarquía y subordinación, la existencia de una autoridadformal y una normatividad excesivamente detallada queentra, frecuentemente, en contradicción con el carácteresencialmente creativo de la actividad académica. Estopermitiría que la organización de las diversas instanciasacadémicas se manifieste como una red de relacioneshorizontales, que asegure la integridad y el funcionamiento

18 David Dill and Sporn Barbara, Emerging Patterns of SocialDemand and University Reform: Through a Glass Darkly,Pergamon, Great Britain, 1995, p. 218-219.19 Carlota Pérez, “Nueva concepción de la tecnología y sistemanacional de innovación”, Cuadernos del CENDES, año 13, Segundaépoca, enero-abril, Caracas, 1996. p. 27.

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UNIVERSIDAD E INTEGRACIÓN REGIONAL: UN ESCENARIO PARA LA UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA

eficaz de un sistema de articulación e integración delos conocimientos.

El salto organizativo central, sin embargo, puede ocurrirsi se da inicio a la discusión y a la propulsión deinstancias de transferencia de conocimientos. Hastaahora, las funciones de producción y transmisión deconocimientos habían sido los ejes estructurales deldesarrollo de las instituciones de educación superior.Ahora hay que pensar en desplegar una nueva funciónsustantiva más, la de transferencia de conocimientos haciala sociedad, en particular hacia los actores sociales yeconómicos reales cuyo papel se relaciona directamentecon el uso y la explotación del conocimiento.

Una efectiva transferencia de conocimientos dependede la formación y desarrollo de habilidades y aprendizajesespecíficos, para adaptar el conocimiento producido ytransmitido para su uso social y económico. Esto tiene quever con las perspectivas de la responsabilidad socialque tienen las instituciones de educación superior, ycon las normas y procedimientos para la realización depatentes y la propiedad intelectual, las relaciones de estasinstituciones con las empresas privadas y sociales, con elEstado, con otras instituciones y con el espectro másamplio de la cooperación internacional y la participacióncon las redes internacionales del conocimiento.

En una economía nacional dinámica, la relación entreconocimiento académico e innovación en la produccióneconómica resulta estratégica para fines de nuevodesarrollo relacionado con el bienestar. Es esto lo queahora aparece en el componente productivo con el másalto valor agregado, y que se expresa en la transferenciade una capacidad proveniente del conocimiento.

Para que ocurra la realización de este tipo deconocimiento, se requiere contar con una base institucionaly con un sistema nacional de aprendizajes y deinnovación, mismo que no tiene un comportamiento lineal,como si ocurriera una secuencia de operaciones que vande la investigación básica a la aplicada, del proceso deinnovación, al producto y hacia el mercado, conformandocon ello nuevos nichos de innovación tecnológica.

En la nueva realidad, estas funciones antes formalizadas,han sido reemplazadas por correlaciones complejas ymultivariadas que se alteran entre si en el tiempo y en elespacio, alrededor de las nuevas habilidades y capacidadesde los trabajadores del conocimiento.

Se ha podido comprobar que, cuando las universidadeshan dinamizado sus estructuras y realizado cambiosinstitucionales pertinentes, alcanzan mucha más flexibilidadpara conducir los nuevos modos de innovación en los quese da el conocimiento.

Esto hace que el problema ya no sea tanto la escasez deun nuevo conocimiento, sino la falta de comprensión de lo

que se puede hacer con él, cómo realizarlo de la maneramás productiva y cómo llevar a cabo una previsión desus desarrollos a mediano y largo plazos. Lo que laexperiencia indica, es que una nueva estructura académicay organizativa en las universidades se concentra tanto enlos productos que pueda innovar o generar, pero tambiénen la articulación que pueda propiciar entre sus procesosy resultados académicos y educativos con la produccióneconómica y social, construida bajo la forma de complejosacadémico-industriales, o de redes profesionales académico-productivas-culturales, no necesariamente estables, sinoa menudo transitorias, puntuales y convergentes, deacuerdo a niveles de correspondencia de flujos y relaciónorgánica de sus sistemas de comunicación.

La nueva política universitaria, así, debe relacionarseimbricadamente con la científico-tecnológica y operar encorrespondencia a estructuras mucho más horizontalesdesde el plano de sus particulares dinámicas, conagendas basadas en la concepción de “desarrollo deprioridades estratégicas”, en una división del trabajobasada en la producción y transferencia de conocimientos.

A diferencia de otros países desarrollados, enAmérica Latina, las universidades deben ser concebidascomo entidades claves y componentes esenciales parael desarrollo de ésta nueva estrategia de integración.

En ellas, se puede ahora constatar que la produccióndel conocimiento científico y tecnológico, ha cambiado enlos últimos veinte años de forma significativa. El cambiomás importante es que, frente a una industria dependientey consumidora de ciencia y tecnología de importación,algunas universidades en lo individual han probado sercapaces de flexibilizar sus estructuras para innovar en losderroteros de la producción de nuevos conocimientos, yesto las ha convertido en puntas y nichos dinámicoshacia el futuro.

En la medida que la ciencia y la tecnología hanalcanzado este nivel básico, los académicos universitarios–parte fundamental del sector de trabajadores delconocimiento– se han visto compelidos a llevar a cabotrabajos y proyectos que mantienen un alto nivel,empujando con ello cambios, si se quiere a menudoinvisibles y cotidianos, en las universidades, pero sobretodo en el nivel de interrelación de diferentes disciplinas yde colaboración con sectores de la sociedad y la economía.El papel que juega, o debe jugar, la universidad es otro.

Este se concentra en la definición de prioridades en laproducción y transferencia del conocimiento como bienpúblico, como un bien social desde un compromiso no privadoal respecto de la investigación y la docencia que realiza. Esdecir, que sus productos, procesos e instancias de gestiónpara su desarrollo no pueden ser capturados para laobtención de un bien privado, o para su apropiación privada.

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AXEL DIDRIKSSON

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Esto es lo que tiene que ver con una nueva categoríade investigación que debe establecerse: la investigaciónestratégica. La investigación de carácter estratégico difierede la investigación “orientada por la curiosidad”, asícomo la de “utilidad económica”, porque no se remite auna sola disciplina, ni responde a intereses individualesde los investigadores, ni a los intereses económicos dealguna empresa privada.

La investigación estratégica responde a intereses decorto, mediano y largo plazos, es básica, aplicada oexperimental, pero depende del establecimiento deprioridades nacionales, sociales o específicas quecontemplen una solución relacionada a un contexto, aproblemas y es inter y transdisciplinaria.

La investigación estratégica presupone, por lo tanto,la definición explícita de problemas a atender, de soluciónfundamental para el desarrollo del país o la región, y elbienestar de las mayorías de la población, sobre todo delas más pobres.

Esto significa que la universidad innovadora, debepasar a comprometerse a resolver problemas concretos,a desarrollar tecnologías fundamentales y promover lageneración y transferencia de nuevos conocimientos ysoluciones tecnológicas, desde las anteriores perspectivas.No se trata, con ello, de que las universidades pasen a serparte de los indicadores de productividad nacionales ode los componentes del Producto Nacional Bruto. Se tratamás bien, de un paso previo, de la producción delconocimiento y su difusión dentro de la sociedad y laeconomía, de ser parte de un producto de innovaciónantes de que el conocimiento científico y tecnológicosea comercializable.

Esta condición central para la articulación de launiversidad a las nuevas políticas de desarrollo del escenariode innovación que se propone, pasan por elestablecimiento de cambios importantes en las estructurasbásicas de las instituciones. Esto es así, porque lasuniversidades sufren de una creciente brecha entrelas cantidades y las calidades de sus procesos educativos yde sus componentes esenciales.

Desde un enfoque prospectivo, el objetivo desuperación de estas magras condiciones es posibilitar lapuesta en marcha de una trayectoria de transformaciónradical. Esta trayectoria tiene como imagen-objetivo elestablecimiento de un revolucionamiento en losaspectos sustantivos del quehacer académico y en laorganización socio-institucional de la universidad. Unarevolución académica en las universidades, debe estarcentrada en el mejoramiento de los aspectos de la calidaddel proceso educativo, y en el establecimiento de unnuevo paradigma de producción y transferencia deconocimientos.

Tomando en cuenta lo anterior, se puede decir que laeducación universitaria es, esencialmente, un procesocualitativo. Pero si estamos seriamente interesados enevaluar su calidad tenemos que poner en el centro elcarácter, el contenido y la orientación de esta educación,comprendida como un proceso de transformación de losindividuos y de la sociedad, relacionando los cuatroúltimos enfoques mencionados. Ubicar tan solo losrécords de los productos de investigación, o las tasas deempleo de los egresados no representa el problemaprincipal a ser abordado, desde esta perspectiva.

Las posibilidades de aportar en lo fundamental, seconcentran en el estudio y las alternativas respecto alcarácter de las actividades educativas. Si evaluamos lainstitución como un todo, se debe encontrar el caminopara evaluar la significancia del esfuerzo de docencia einvestigación, desde el plano de los cambios que estaspromueven, y no solo de lo que se produce por suintermedio.

Los métodos para ello deben ser apropiados. Estosno pueden descansar en la aplicación de indicadores deejecución, sino en aquellos que penetren en el carácterde la experiencia del estudiante y de los académicos ygeneren evidencias que den bases para realizar juiciosconcretos acerca del trayecto de la institución, su cursoy su devenir.

El eje de la calidad del proceso educativo, entonces,se ubica en la utilidad social de los conocimientosproducidos y distribuidos por la institución universitaria.Este concepto de calidad, se relaciona directamente conla valorización actual del conocimientos. Este es el nuevoobjetivo del trabajo y la riqueza y es el eje de los nuevosmedios de producción. El trabajador del conocimiento seha convertido en el actor y el sujeto más importante de lasociedad y de la producción, el indicador más relevantedel desarrollo económico. Generar, formar y desarrollarestos trabajadores del conocimiento, desde el plano dela calidad social de los aprendizajes que obtiene, de suscapacidades y habilidades, constituye el objetivoespecífico de un cambio de fondo en la universidad.

Esto supone la idea de una universidad de innovacióncon pertinencia social. Esta es una institución socialactiva y dinámica, sustentada en la formación detrabajadores del conocimiento, con un alto nivel,compromiso y responsabilidad con el cambio social, lademocracia, la paz y el desarrollo sustentable. Es unauniversidad en donde la calidad social del valor de losconocimientos que produce y transfiere se presenta comoun principio organizativo, el eje de sus cambios se ubicaen el carácter de sus procesos educativos, y el perfil dela institución responde tanto a los retos que plantean latransición democrática y el desarrollo para el bienestar.