01. Foucault, Michel. La Gubernamentalidad.

25
Mi h I Foucault Estetica, etica y hermeneutica Introduccion, traduccion y edicion a cargo de Angel Gabilondo O HRAS ESE CIALES VOL MEN I II

Transcript of 01. Foucault, Michel. La Gubernamentalidad.

  • Mi h I FoucaultEstetica, eticay hermeneuticaIntroduccion, traduccion y ediciona cargo de Angel Gabilondo

    O HRAS ESE CIALESVOL MEN I II

  • 1'14. I +1=82.\ e

    Titulo original: Dits et ecritsTorno III: n'" 220, 221,222,229,232,233, 234, 239, 264, 269, 274Publicado en frances en 1994 por Editions Gallimard, Paris

    Tomo IV: n'" 285, 295, 297, 304, 312, 323, 329, 330, 339, 342, 345, 350, 354, 356, 358, 360, 363Publicado en frances en 1994 por Editions Gallimard, Paris

    Traducci6n de Angel Gabilondo

    Cubierta de Mario Eskenazi

    Obra publicada con la ayuda del Ministerio Frances de CulturaSumario

    . '~'."_W'4___"_ '_4"." ...

    r. ;(~t:~ ..J.~?~~!.d~ ....Quedan rigurosameme prohibidas, sin la autorizucion escrita de los titulares del copyrighl.bajo las sanciones estublecidas en las leyes, la reproduccion total 0 parcial de esta obrupor cualquier mcrodo o procedimicnto, cornprendidos la reprografia y el trutarniento informarico.y la distribucion de ejemplares de ella mediante alquiler 0 prestamo publicus.

    9

    37597397

    111129149175199203'209217225235255261275289307335353363369381393

    417

    1. La evoluci6n del concepto de individuo peligroso en lapsiquiatria legal del siglo XIX .

    '12. Dialogo sobre el poder .J. La locura y la sociedad .4. La incorporaci6n del hospital en la tecnologia moderna ..5. La filosofia analitica de la politica .6. Sexualidad y poder .7. La escena de la filosofia .8. La gubernamentalidad .9. Un placer tan sencillo .

    10. c:Es inutil sublevarse? .11. Nacimiento de la biopolitica .12. EI fil6sofo enmascarado .13. Sexualidad y soledad .14. Las mallas del poder .15. Subjetividad y verdad .16. EI combate de la castidad .17. La hermeneutica del sujeto .18. La escritura de si .19. Estructuralismo y postestructuralismo .20. c:Que es la Ilustraci6n? .~ 1. Polemica, politica y problematizaciones .2i. Foucault .23. EI cuidado de la verdad .24. EI retorno de la moral .25. La etica del cuidado de sf como practica de la libertad .26. Michel Foucault, una entrevista: sexo, poder y politica

    de la identidad .

    La creaci6n de modos de vida, Angel Gabilondo .

    1r1

    ISBN: 84-493-0711-2ISBN: 84-493-0586-1 (Obra completa)Dep6sito legal: B-47.32312001

    Impreso en Espana - Printed in Spain

    r,aWTECA . FLAaG .ECr~~I: 0.2,- 5"Dt- .:2!)O2"

    . ----~.~----------.IC, :-:ri: $...:;P.:.3~ _ _ ~_ .rr..'f~~i: ~~:.--L b rgo:,:> .r'.':

    Impreso en A & M Gratic, S.L.,08130 Stu. Perpetua de Mogoda (Barcelona)

    1994 Editions GallimardPara el texto original n" 345: 1984 PUF (Paris), y 1994 Editions Gallimard

    1999 de de la traduccion, Angel Gabilondo 1999 de todas las ediciones en castellano,

    Ediciones Paidos Iberica, S.A.,Mariano Cubi, 92 - 08021 Barcelonay Editorial Paidos, SAICF,Defensa, 599 - Buenos Aireshttp://www.paidos.com

  • 8. LA GUBERNAMENTALIDADll

    La "governamentalita' (eLa "gouvernementalite?: curso delCollege de France, ana 1977-1978: Seguridad, territorio y poblacion,4& leccion, 1 de febrero de 1978), Aut-Aut, n 167-168, septiernbre-diciembre de 1978, pags. 12-29. Un resumen de dicho curso con el mis-rna titulo de esta lecci6n se encuentra en A1InLlaire du College de France,78' annee, Histoire des systemes de pensee, annee 1977-1978, 1978,pags. 445-449.

    A traves del analisis de algunos dispositivos de seguridad, habraintentado ver c6mo aparecian los problemas especificos de la'po-blaci6n, y al mirar estos problemas un poco mas de cerca, inmedia-tamente me vi remitido al problema del gobierno. Se trataba, ensuma, en estos prime:ros cursos, de articular la serie seguridad-poblaci6n-gobiemo. Ahora quisiera hacer brevemente el inventariode este problema del gobierno.

    Nunca han faltado, ni en la Edad Media, ni en la AntigUedad gre-corromana, esos tratados que se presentaban como eConsejos al.prfncipe relativos a la manera de conducirse, de ejercer el poder,de hacerse aceptar y respetar por sus subditos: consejos para amara Dios, obedecer a Dios, hacer aceptable en la ciudad de los hom-bres la ley de Dios... Perc resulta bastante sorprendente que a par-tir del siglo XVI y en el periodo que va desde rnediados del XVI bastafinales del XVIII, veamos desarrollarse, florecer, toda una serie muyconsiderable de tratados que ya no se ofrecen exactamente comoConsejos a1 principe ni como Ciencia de la polltica, sino que,entre el consejo al prfncipe y el tratado de ciencia polftica, se pre-sentan como artes de gobernar. El problema del gobierno estallaen el siglo XVl, simultaneamente, a prop6sito de situaeiones dife-rentes y heterogeneas y bajo aspectos muy diversos. El problema,por ejemplo, del gobierno de sf mismo. La vuelta al estoicismo gira.

  • 176 ESTETICA, ETICA Y HERMENEUTlCA

    en el siglo XVI, en torno a esta reactualizacion del problema: (comogobernarse a sf mismo?. Problema igualmente del gobierno de lasalmas y de las conductas -y tal ha sido, sin duda, to do el problemade la pastoral catolica 0 protestante-. Problema asimismo del go-bierno de los ninos, que constituye la gran problematica de la pe-dagogia tal como aparece y se desarrolla en el siglo XVI. Y finalmen-te -solo quiza finalmente-, gobierno de los Estados por losprincipes. Como gobernarse, como ser gobernado, como gobernara los demas, por quien se debe aceptar ser gobernado, que hacerpara ser el mejor gobernante posible. Me parece que todos estosproblemas son, en su intensidad y en su multiplicidad tambien,muy caracterfsticos del siglo XVI; y esto en el cruce de dos procesos,por decir las cosas muy esquematicamente, Sin duda se trata delproceso que, al deshacer las estructuras feudales, va articulando,va instalando los grandes Estados territoriales, administrativos, co-loniales; y adernas, tiene lugar un movimiento distinto, que, porotra parte, no carece de interferencias con el primero, y que con laReforma, y despues la Contrarreforma, vuelve a poner en cuestionla manera bajo la que se quiere ser espiritualmente dirigido en estatierra hacia la propia salvacion,

    Movimiento, por un lado, de concentracion estatal; movimiento,por otro, de dispersion y de disidencia religiosas: es ahi, creo, en elcruce entre esos dos movimientos, donde se plantea, con esa parti-cular intensidad del siglo XVI, el problema de como ser gobernado,por quien, hasta que punto, con que fines, por que metodos. Es unaproblematica del gobierno en general.

    En toda esta inmensa y monotona literatura sobre el gobier-no que se inaugura 0, en todo caso, irrumpe en mitad del siglo XVIy que va a extenderse hasta finales del siglo XVIII, con la mutacion queintentare sefialar a continuacion, querria aislar simplemente algu-nos puntos notables. Querria senalar los puntos relativos a la defini-cion misma de 10 que se entiende por el gobierno del Estado, 10 quellamariamos, si les parece, el gobierno bajo su forma politica. Paraello creo que 10 mas sencillo seria sin duda oponer esa masa de lite-ratura sobre el gobierno a un texto que, del siglo XVI al XVIII, no hadejado de constituir, para esa literatura del gobierno, una especie depunto de repulsion, explicita 0 implicita, con relacion al cual, poroposici6n 0 por rechazo, se situa la literatura del gobierno: este tex-to abominable es evidentemente 1 principe de Maquiavelo." Resul-

    a Maquiavelo (N.), II Principe, Roma, 1532 (trad. cast.: 1 principe, Madrid,Alianza, 1981).

  • LA "GUBERNAMENTALIDAD" 177

    tarfa interesante volver a trazar las relaciones que tuvo con todoslos textos que 10 siguieron, criticaron 0 rechazaron.

    Es preciso, en primer lugar, recordar que 1principe de Maquia-vela no fue pronto abominado, sino que, al contrario, fue honradopor sus conternporaneos y sus inmediatos sucesores, y honrado, denuevo, justo a finales del siglo XVIII 0, mas bien, a principios delXIX, en el momento en que, precisamente, va desapareciendo la lite-ratura sobre el arte de gobernar. 1principe de Maquiavelo reapare-ce a principios del siglo XIX, fundamentalmente en Alemania, don-de es traducido, presentado y comentado por gente como A. W.Rehberg," H. Leo," Ranked y Kellermann. Otro tanto ocurre en Ita-lia, en un contexto que habrfa que analizar: un contexto que era,por una parte, el de Napole6n, pero tambien el que cre6 la Revolu-ci6n francesa y el problema de la revoluci6n en los Estados Unidos:

    ~c6mo y en que condiciones se puede mantener la soberania de unsoberano sobre un Estado? Igualmente aparece con Clausewitz elproblema de las relaciones entre politica y estrategia. Del mismomodo, se ha de sefialar la importancia politica, manifestada por elpropio Congreso de Viena, en 1815, de las relaciones de fuerzas ydel calculo de dichas relaciones como principio de inteligibilidady de racionalizaci6n de las relaciones internacionales. Se ha de te-ner en cuenta, por ultimo, el problema de la unidad territorial deItalia y de Alemania, pues sabemos que Maquiavelo habia sido pre-cisamente uno de los que trat6 de definir bajo que condiciones sepodia efectuar la unidad territorial de Italia.

    En este clima es en el que va a reaparecer Maquiavelo a princi-pios del siglo XIX. Pero es cierto que en ese lapso, entre el honorque se le hizo a Maquiavelo a principios del siglo XVI y este redescu-brimiento, esta revalorizaci6n de principios del XIX, hubo una largaliteratura anti-Maquiavelo, en parte bajo una forma explicita: todauna serie de libros que, en general por otra parte, proceden de me-dios catolicos, a menudo incluso de los jesuitas; por ejemplo, el tex-to de Ambrogio Politi," Discusiones sabre los libros que un cristianodebe detestar. Asimismo, se encuentra ellibro de alguien que tienela desdicha de llevar el apellido de Gentillet y el nombre de Inno-cent: Innocent Gentillet escribi6 uno de los primeros antimaquia-

    b Rehberg (A. W.), Das Buch von Fursten , Hannover, 1910.C Leo (H.), Die Briefe des Florentinischen Kanzlers , Berlin, 1826.d Ranke (L. von), Historisch-politische Zeitschrift, Berlin, 1832-1833.e Politi (L.), Disputationes de libris a christiano detestandis, 1542 (en religion, el

    Padre Ambrosio Catarina de Siena).

  • 178 ESTETICA, ETICA Y HERMENEUTICA

    velos, que se llama Discurso sobre los medios de bien gobernar, con-tra Nicolas Maquiaveloi cabe incluir tambien, mas tarde, en la lite-ratura explicitamente antimaquiavelica, el texto de Federico II de1740. g Pero, a su vez, hay toda una literatura implicita que esta enposici6n de plagio y de oposici6n sorda a Maquiavelo. Por ejemplo,ellibro Ingles de Thomas Elyot, publicado en 1580, que se titula 1gobernador, h ellibro de Paruta sobre La perfeccion de la vida politi-ca;i y quizas uno de los primeros, sobre el que, adernas, me deten-dre, el de Guillaume de La Perriere, 1 espejo politico, publicado en1567.i

    Tanto si este clima anti-Maquiavelo es manifiesto como si es lar-vado, 10 que aqui es importante es que no tiene simplemente fun-ciones negativas de barrera, de censura, de rechazo de 10 inacepta-ble; la literatura anti-Maquiavelo es un genero positivo, que tienesu objeto, sus conceptos, su estrategia, y como tal, en esta positivi-dad, es como me gustaria enfocarla.

    cQue encontramos en esta literatura anti-Maquiavelo, explicitae implicita? Por supuesto, encontramos en negativo una especie derepresentaci6n anquilosada del pensamiento de Maquiavelo; se dao se reconstruye un Maquiavelo adverso, del que por otra parte setiene necesidad para decir 10 que se quiere decir. cC6mo se caracte-riza a este principe mas 0 menos reconstituido contra el que secombate?

    En primer lugar, por un principio: en Maquiavelo, el principeesta en relaci6n de singularidad, de exterioridad, de trascendenciacon respecto a su principado. El principe de Maquiavelo recibe suprincipado, sea por herencia, sea por adquisici6n, sea por conquis-ta; de cualquier modo, no forma parte de el, le es exterior. El vincu-lo que le une a su principado es 0 bien de violencia, 0 de tradici6n,o incluso un vinculo que ha sido establecido por la transacci6n detratados y la complicidad 0 el acuerdo de otros principes, poco im-porta. De todos modos, es un vinculo puramente sintetico: no haypertenencia fundamental, esencial, natural y juridica entre el prtn-cipe y su principado. Exterioridad, trascendencia del principe, este

    f Gentillet (1.), Discours sur les moyens de bien gouverner et maintenir en bonnepaix urt royaume ou autre principaute, contre Nicolas Machiavel, 1576.

    g Federico II, Anti-Machiavel, ou Essai de critique sur ,,1. Prince de Machiavel,La Haya, 1740.

    h Elyot (T.), The Boke Named the Governour, Londres, 1531.i Paruta (P.), Della perfezione della vita politica, Venecia, 1579.j De La Perriere (G.), 1. Miroir politique, contenant diverses manieres de gouver-

    ner et policer les republiques, Paris, 1555.

  • LA "GUBERNAMENTALIDAD. 179

    es el principia. Corolario del principia: en la medida en que esta re-lacion es de exterioridad, es fragil, y no dejara de estar amenazada.Amenazada desde el exterior par los enemigos del principe quequieren tamar 0 retomar su principado; desde el interior igualmen-te, pues no hay razon a priori, raz6n inmediata para que los subdi-tos acepten la autoridad del prfncipe. En tercer lugar, de este prin-cipio y de este corolario se deduce un imperativo: que el objetivodel ejercicio del poder va a ser, par supuesto, mantener, reforzar yproteger este principado, entendido no como el conjunto constitui-do por los subditos y el territorio, e1 principado objetivo, si se quie-re, sino como la relaci6n del prfncipe can su posesi6n: ese territo-rio que ha heredado 0 que ha adquirido y los subditos que Ie estansometidos. Este principado, como relacion del principe con sussubditos yean su territorio es 10 que se trata de proteger, y no di-recta 0 fundamental mente el territorio y sus habitantes. El vinculofragil del principe con su principado es 10 que el arte de gobernar,el arte de ser principe presentado por Maquiavelo, debe tener comoobjetivo.

    AI mismo tiempo, esto trae consigo para ellibro de Maquiavelola consecuencia de que el modo de analisis va a tener dos aspectos.Por una parte, se tratara de senalar los peligros: de donde vienen,en que consisten, cual es su intensidad comparada: cual es el ma-yor, cual es el mas debil. Y en segundo lugar, se tratara de determi-nar un arte de manipular las relaciones de fuerzas que van a permi-tir al principe actuar de modo que su principado como vinculo consus subditos y can su territorio pueda estar protegido. En lmeasgenerales, digamos que 1 principe de Maquiavelo, tal como semuestra en filigrana en estos diferentes tratados, explicita 0 implf-citamente abocados al antimaquiavelismo, aparece esencialmentecomo un tratado de la habilidad del principe para conservar su prin-cipado. Creo que este tratado de la habilidad del prfncipe, del savoir-[aire del prmcipe. es 10 que la literatura anti-Maquiaveloquiere sus-tituir par. alga distinto, yen relaci6n, de nuevo, con 10 que es un artede gobernar: ser habil en conservar su principado no es, en absolu-to, poseer el arte de gobernar.

    (En que consiste el arte de gobernar? Para intentar senalar lascosas en su estado aun tosco, tornare uno de los primeros textos deesta gran literatura antimaquiavelica, el de Guillaume de La Perrie-re, que data de 1555, que se titula 1 espejo politico, que contiene di-versas maneras de gobernar.

    En este texto, muy decepcionante si se compara can el de Ma-quiavelo, vemos sin embargo bosquejarse ciertas cosas que son,

  • 180 ESTETICA, ETICA Y HERMENEUTICA

    creo, importantes. En primer lugar, (que entiende La Perriere porgobernar y gobernador, que definici6n da? Dice expresamente ensu texto: Gobernador puede ser llamado to do monarca, empera-dor, rey, principe, senor, magistrado, jueces y semejantes." ComoLa Perriere, otros, al tratar tambien del arte de gobernar, recorda-ran regularmente que se dice del mismo modo gobernar una casa,nifios, almas, una provincia, un convento, una orden religiosa, unafamilia.

    Estas observaciones, que parecen ser y que son indicaciones depuro vocabulario, tienen de hecho implicaciones politicas impor-tantes. Se trata de que, en efecto, el principe. tal como aparece enMaquiavelo 0 en las representaciones que de el se dan, es por defi-nicion -este era un principio fundamental del libro tal como eraleido- unico en su principado, y en una relaci6n de exterioridad yde trascendencia con respecto a el. Mientras que ahi se ve que elgobernador, la practica del gobierno son, por una parte, practicasmultiples, porque mucha gente gobierna: el padre de familia, el su-perior de un convento, el pedagogo y el maestro con relaci6n alnino 0 al discipulo. Hay, pues, muchos gobiernos respecto de loscuales el del principe gobernando su Estado no es mas que una delas modalidades; y por otra parte, todos esos gobiernos son interio-res a la sociedad misma 0 al Estado. En el interior del Estado esdonde el padre de familia gobernara a su familia, donde el superiorde un convento gobernara a su convento. Se dan, por tanto, a lavez, pluralidad de formas de gobierno e inmanencia de practicas degobierno respecto al Estado, multiplicidad e inmanencia de estasactividades, que se oponen radicalmente a la singularidad trascen-dente del prmcipe de Maquiavelo.

    Por supuesto, entre todas esas formas de gobierno entrecruzan-dose, entreverandose en el interior de la sociedad, en el interior delEstado, hay una forma muy particular de gobierno que es la que setrata precisamente de identificar: dicha forma particular es la quese aplicara al Estado entero. Y asi, intentando hacer la tipologia delas diferentes formas de gobierno, en un texto un poco posterior aaquel al que me referia -que data exactamente del siglo siguien-te-, Francois de La Mothe Le Vayer, en una serie de textos pedag6-gicos para el Delfin, dira que en el fondo hay tres tipos de gobiernoque competen cada uno a una forma de ciencia 0 de reflexi6n parti-

    1. cular: el gobierno de si mismo que compete a la moral; en segundolugar, el arte de gobernar una familia como es debido, que compete

    k De la Perriere (G.), op. cit., edici6n de 1567, pag. 46.

  • LA GUBERNAMENTALlDAD. 181

    a la economia y, por ultimo, la ciencia de gobernar bien e1 Estado,que compete a la politica.' Respecto a la moral y a la economia, esevidente que la politica tiene su singularidad, y La Mothe Le Vayerindica de modo claro que la politica no es exactamente ni la econo-mia ni la moral.

    Creo que 10 que importante aqui es que a pesar de esta tipolo-gfa, aquello a 10 que se refieren estas artes de gobernar, 10que pos-tulan siempre es una continuidad esencial de la primera a la se-gunda y de esta a la tercera. Mientras que la doctrina del principe 0la teoria juridica del soberano intentan continuamente marcar eonclaridad la diseontinuidad entre el poder del principe y eualquierotra forma de poder, euando se trata de explicar, de haeer valer, defundar esta diseontinuidad, entonees en estas artes de gobernar, sedebe intentar sefialar la eontinuidad, eontinuidad aseendente y des-eendente.

    Continuidad aseendente, en el sentido de que quien quiera po-der gobernar el Estado debe en primer lugar saber gobernarse a sfmismo; despues, a otro nivel, gobernar a su familia, a su bien, a sudominio, y, finalmente, Ilegara a gobernar al Estado. Esta especiede linea aseendente es la que va a earaeterizar todas esas pedago-gias del principe que son tan importantes en esta epoca y de lasque La Mothe Le Vayer ofreee un ejemplo. Para el Delfin, escribe,en primer lugar, un libra de moral, despues un libro de economia, yfinalmente un tratado de polttica.? La pedagogia del principe es laque va, pues, a asegurar esta continuidad ascendente de las dife-rentes formas de gobierno.

    Inversamente, tenemos una eontinuidad deseendente en e1 sen-tido de que, cuando un Estado esta bien gobernado, los padres defamilia saben gobernar bien su familia, sus riquezas, sus bienes, suprapiedad, y los individuos tambien se eondueen como es debido.Esta linea descendente, que hace que el buen gobierno del Estadorepereuta hasta en la eondueta de los individuos 0 la gesti6n de lasfamilias, es 10que se empieza a llamar en esta epoca precisamentela policia.

    La pedagogia del principe asegura la eontinuidad aseendente delas formas de gobierno, y la policia la continuidad descendente. Ve-mos que, en todo caso, en esta eontinuidad, la pieza esencial tanto en

    I De La Mothe Le Vayer (E), L'CEconomique du Prince, Paris, Courbe, 1653.m De La Mothe Le Vayer (E), La Geographic et la Morale du Prince, Paris, Cour-

    be, 1651; L'CEconomique du Prince, Paris, Courbe, 1653; La Politique du Prince, Pa-ris, Courbe, 1653.

  • 182 ESTETICA, ETICA Y HERMENEUTICA

    la pedagogia del principe como en la policia, el elemento central, esese gobierno de la familia al que justamente se le llama econornla.

    El arte del gobierno, tal como aparece en toda esta literatura,debe responder esencialmente a esta pregunta: i-como introducir laeconomia, es decir, la manera de administrar como es debido a losindividuos, los bienes, las riquezas, como puede hacerse en el inte-rior de una familia, como puede hacerlo un buen padre de familiaque sabe dirigir a su mujer, a sus hijos, a sus sirvientes, que sabehacer prosperar la fortuna de su familia, que sabe procurar paraella las alianzas convenientes, como introducir esta atencion, estameticulosidad, este tipo de relacion del padre de familia para conella en el interior de la gestion de un Estado?

    La introduccion de la economia dentro del ejercicio politico: esoes, creo, 10 que constituira el desafio esencial del gobierno. Ya 10 esen el siglo XVI y 10 seguin! siendo en el XVIII. En el articulo Econo-mia politica de Jean-Jacques Rousseau, se ve como sigue plantean-do el problema en estos mismos terminos, diciendo esquematica-mente: la palabra econornia designa originariamente el prudentegobierno de la casa para el bien comun de toda la familia. n El pro-blema, dice Rousseau, es: i-como podra este prudente gobierno de lafamilia, mutatis mutandis y con las discontinuidades que se sefiala-ran, ser introducido en el interior de la gestion general del Estado?Gobernar un Estado sera, pues, poner en practica la economia, unaeconomia a nivel de todo el Estado, es decir, tener con respecto a loshabitantes, a las riquezas, a las conductas de todos y cada uno, unaforma de vigilancia, de control, no menos atenta que la del padre defamilia sobre todos los de casa y sus bienes.-- Una expresion, por 10 dernas importante en el siglo XVIII, carac-teriza bien esto. Quesnay habla de un buen gobierno como de ungobierno economico: encontramos en el el momento en que apa-rece esta nocion, que en el fondo es una tautologia, ya que el artede gobernar es precisamente el arte de ejercer el poder en la formay segun el modelo de la economia. Pero si Quesnay dice gobiernoeconomico, es que la palabra econornfa, por razones que inten-tare elucidar, ya esta tomando su sentido moderno, y en ese mo-mento ya se muestra que la esencia misma de este gobierno, es de-

    n Economia: esta palabra procede de oikos, casa, y de nomos, ley, y no significaoriginariamente mas que el prudente y legitimo gobiemo de la casa, para el bien co-mun de toda la familia. Rousseau, (1.-1.), Discours sur l'economie politique (1755),en (Euvres completes, t. III, Paris, Gallimard, col. Bibliotheque de la Pleiade, 1964,pag. 241 (trad. cast.: Discurso sobre la economia, Madrid, Tecnos, 1985, pag. 3).

  • LA .GUBERNAMENTALIDAD. 183

    cir, del arte de ejercer el poder en la forma de la economfa, va a te-ner como objeto principal 10que ahora llamamos economia, EI ter-mino economfa designaba en el siglo XVI una forma de gobierno;en el XVIII designara un nivel de realidad, un campo de interven-cion, a traves de una serie de procesos complejos y creo que abso-lutamente capitales para nuestra historia. En esto consiste, portanto, 10que es gobernar y ser gobernado.

    En segundo lugar, tambien en este libro de Guillaume de La Pe-rriere, encontramos el texto siguiente: Gobierno es la recta dispo-sici6n de las cosas, de las que uno se hace cargo para conducirlas aun fin conveniente." A esta segunda frase es a la que quisiera ana-dir una nueva serie de observaciones, diferentes de las que aludiana la definici6n misma de gobemador y de gobierno.

    Gobierno es la recta disposici6n de las cosas: querria detener-me en esta palabra, cosas. Cuando nos fijamos en 1 principe deMaquiavelo para ver 10que caracteriza el conjunto de objetos sobrelos que recae el poder, nos damos cuenta de que, para Maquiavelo,el objeto, la diana en cierto modo del poder, 10 constituyen dos co-sas: por una parte, un territorio, y, por otra, la gente que habita di-cho territorio. En esto, por 10 demas, Maquiavelo no hace mas queretomar para su uso propio y los fines particulares de su analisis, unprincipio jurfdico que es el mismo par el que se definfa la soberaniaen el derecho publico, desde la Edad Media hasta el siglo XVI: la so-berania no se ejerce sobre las cosas, se ejerce ante todo sobre un te-rritorio, y, por consiguiente, sobre los sujetos que 10 habitan. En esesentido, se puede decir que el territorio es el elemento fundamentaltanto del principado de Maquiavelo como de la soberania juridicadel soberano tal como la definen los fil6sofos 0 los te6ricos del dere-cho. Naturalmente, esos territorios pueden ser fertiles 0 esteriles,pueden tener una poblaci6n densa, 0, por el contrario, dispersa, lasgentes pueden ser ricas 0 pobres, activas 0 perezosas, pero todos es-tos elementos no son mas que variables con respecto al territorioque es el fundamento mismo del principado 0 de la soberanfa.

    Ahora bien, en el texto de La Perriere, podemos ver que la defini-ci6n del gobierno no se refiere en modo alguno al territorio: se go-biema las cosas. Cuando La Perriere dice que el gobiemo gobiemalas cosas, lque quiere decir? No creo que se trate de oponer lascosas a los hombres, sino mas bien de mostrar que aquello a 10querefiere el gobierno no es, por tanto, el territorio, sino una especie decompuesto constituido por los hombres y las cosas. Es decir; que las

    o De La Perriere (G.), op. cit., edici6n de 1567, pag. 46.

  • 184 ESTETlCA, ETlCA Y HERMENEUTlCA

    cosas de las que el gobiemo debe hacerse cargo son los hombres,pero en sus relaciones, sus vfnculos, sus imbricaciones con esas co-sas que son las riquezas, los recursos, las provisiones, el territorio,por supuesto, en sus fronteras, con sus condiciones, su clima, suaridez, su fertilidad; son los hombres en sus relaciones con esas di-ferentes cosas que son los usos, las costumbres, los habitos, las ma-neras de hacer 0 de pensar, y finalmente, son los hombres en sus re-laciones tambien con esas otras cosas que pueden ser los accidenteso las desgracias, como el hambre, las epidemias 0 la muerte.

    Que el gobierno dirige las cosas entendidas asi como intrinca-ciones de los hombres y de las cosas, creo que facilmente se confir-maria en la metafora inevitable a la que siempre se hace referendaen estos tratados del gobierno, la metafora del barco. (Qw~ es go-bemar un barco? Por supuesto, es hacerse cargo de los marineros,pero es hacerse cargo al mismo tiempo del navio, de la carga; go-bernar un barco es tarnbien tener en cuenta los vientos, los es-collos, las tormentas, las inclemencias; y esta puesta en relacion delos marineros que hay que salvar con el navio que hay que salva-guardar, can la carga que hay que llevar a puerto, y sus relacionescon todos esos elementos que son los vientos, los escollos, las tor-mentas, es esta puesta en relacion 10 que caracteriza el gobierno deun barco. Otro tanto ocurre con una casa: gobemar una familia, enel fondo, no es esencialmente tener como fin salvar las propiedadesde la familia, es esencialmente tener como meta los individuos quecomponen la familia, su riqueza, su prosperidad; es tener en cuen-ta los acontecimientos que pueden ocurrir: las muertes, los naci-mientos; es tener en cuenta Las cosas que se pueden hacer, porejemplo las alianzas con otras familias. Toda esta gestion generales 10 que caracteriza al gobiemo y, en relacion con ella, el problemade la propiedad territorial para la familia 0 la adquisicion de la so-berania sobre un territorio s610 son, al final, elementos relativa-mente secundarios para el principe. Lo esencial es, por tanto, esecompuesto de hombres y de cosas, el territorio, del que la propie-dad, en cierto modo, no es sino una variable.

    Y todavia, ese tema que vemos aparecer en La Perriere, en estacuriosa definicion del gobiemo como gobiemo de las casas, vuelvea encontrarse en los siglos XVII y XVIII. Federico II, en su Antima-quiavelo, p ofrece paginas muy significativas. Dice por ejemplo:

    P Federico II, op. cit. (en L'Anti-Maquiavel, ed. critica de C. Fleischauer, en Stu-dies on Voltaire and the Eighteenth Century, Ginebra, E, Droz, 1958, vol. V, pags.199-200).

  • LA .GUBERNAMENTALJDAD" 185

    comparemos Rolanda y Rusia; Rusia es un pais que bien puede te-ner las fronteras mas ext ensas de todos los Estados europeos, (deque esta hecha? De cienagas, de bosques, de desiertos; apenas estapoblada por algunas bandas de gentes que son pobres, miserables,sin actividades y sin industrias. Cornparese por el contrario conRolanda: tambien ella esta hecha de pantanos, siendo muy peque-fia, pero en Rolanda hay una poblaci6n, una riqueza, una actividadcomercial, una flota, que hacen que Rolanda sea un pais importan-te en Europa, cosa que Rusia apenas esta empezando a ser. Asi pues,gobemar es gobernar las cosas.

    Vuelvo una vez mas al texto que citaba mas arriba, cuando LaPerriere decia: Gobierno es la recta disposici6n de las cosas de lasque se hace uno cargo para conducirlas a un fin conveniente. Elgobierno tiene pues una finalidad, una disposici6n de las cosas aconducir a un fin conveniente, y tambien en esto creo que el go-biemo se opone muy eIaramente a la soberania. Por supuesto, lasoberania, en los textos filosoficos, tambien en los textos juridicos,nunca ha sido presentada como un derecho puro y simple. Nuncase ha dicho ni por los juristas ni, a fortiori, por los teologos, que elsoberano legitimo estuviera autorizado a ejercer su poder, y punto.El soberano debe siempre, para ser un buen soberano, proponerseun fin, es decir, el bien cornun y la salvaci6n de todos.

    Torno, por ejemplo, un texto de finales del XVII; Pufendorf dice:[A los soberanos] no se les ha conferido la autoridad soberana masque para que se sirvan de ella para procurar y mantener la utilidadpublica, Un soberano no debe tener nada por ventajoso para el sino 10 es tambien para el Estado. Ahora bien, (en que consisten estebien cornun 0 ineIuso esta salvaci6n de todos, de los que hablan losjuristas y que encontramos regularmente invocados, planteadoscomo el fin mismo de la soberania? Si se mira el contenido real quejuristas y teologos dan a este bien comun, se ve que hay bien cornuncuando los sujetos obedecen todos y sin desfallecer a las leyes, ejer-cen bien los cargos que se les otorgan, practican bien los oficios alos que estan destinados, respetan el orden establecido, en la medi-da al menos en que este orden es conforme a las leyes que Dios haimpuesto a la naturaleza y a los hombres. Es decir que el bien publi-co es esencialmente la obediencia a la ley, a la ley del soberano enesta tierra, 0 a la ley del soberano absoluto, Dios. Pero de todos mo-dos, 10 que caracteriza el fin de la soberania, ese bien comun, esebien general, no es finalmente nada distinto de la sumisi6n absolu-tao Esto quiere decir que el fin de la soberania es circular: remite alejercicio mismo de la soberania; el bien es la obediencia a la ley, de

  • 186 ESTETICA, ETlCA Y HERMENEUTlCA

    modo que el bien que se propone la soberania es que las gentes leobedezcan. Circularidad esencial que, cualesquiera que sean evi-dentemente la estructura teorica, la justificaci6n moral 0 los efectospractices, no esta tan alejada de 10 que Maquiavelo decia cuandodeclaraba que el objetivo principal del principe debla ser mantenersu principado; seguimos estando en el circulo de la soberania conrelaci6n a sf misma, del principado con relacion a si mismo.

    Ahora bien, con la nueva definicion de La Perriere, con sus in-tentos de definici6n del gobierno, creo que vemos aparecer otrotipo de finalidad. El gobierno es definido por La Perriere comouna manera recta de disponer de las cosas para conducirlas no a laforma del bien comun, como decian los textos de los juristas,sino precisamente a un fin conveniente para cada una de las co-sas que hay gobernar. Lo que implica, de entrada, una pluralidadde metas especificas; por ejemplo, el gobierno tendra que actuar demodo que se produzca la mayor riqueza posible, que se proporcio-ne a la gente recursos suficientes, 0 incluso los mayores recursosposibles; el gobierno, en fin, tendra que hacer que la poblacion pue-da multiplicarse; asi pues, toda una serie de finalidades especificasque llegaran a convertirse en el objetivo mismo del gobierno. Y,para lograr esas diferentes finalidades, dispondra cosas. Esta pala-bra disponer es importante. Lo que, en efecto, permitia a la sobe-rama a1canzar su fin, la obediencia a las leyes, era la ley misma; leyy soberania se confundian absolutamente una con otra. Por el con-trario, aqui no se trata de imponer una ley a los hombres, se tratade disponer las cosas, es decir, de utilizar tacticas mas que leyes, 0,como mucha, de utilizar al maximo leyes como tacticas: hacer demodo que, por ciertos medios, tal 0 cual fin se pueda a1canzar.

    Creo que tenemos ahi una ruptura importante: mientras que elfin de la soberania se encuentra en si misma, y mientras que estaextrae sus instrumentos de si misma bajo la forma de la ley, el findel gobierno, por su parte, esta en las cosas que dirige; hay quebuscarlo en la perfeccion, la maximizacion 0 la intensificaci6n delos procesos que dirige, y los instrumentos del gobierno, en lugarde ser leyes, van a ser tacticas diversas. Regresi6n, por consiguien-te, de la ley, 0 mas bien, en la perspectiva de 10 que debe ser el go-bierno, la ley no es ciertamente el instrumento primordial. Ahi denuevo volvemos a encontrar el tema que ha circulado durante todoel siglo XVII y que esta manifiestamente explicito en el siglo XVIII entodos los textos de los economistas y de los fisi6cratas cuando ex-plican que, ciertamente, mediante la ley no se pueden alcanzar losfines del gobierno.

  • LA .GUBERNAMENTAUDAD. 187

    Cuarta observaci6n, por ultimo: Guillaume de La Perriere diceque alguien que sepa gobernar bien debe tener paciencia, sabidu-ria y diligencia." lQue entiende por paciencia? Para explicar lapalabra paciencia, toma el ejemplo de 10 que llama el rey de lasabejas, es decir, el abejorro, y sefiala: El abejorro reina sobre lacolmena sin tener necesidad de aguijon." Dios ha querido mostrarcon ella -de modo mfstico, dice- que el verdadero gobemanteno debe tener necesidad de un aguijon, es decir, de un instrumentopara matar, de una espada, para ejercer su gobierno; debe tener pa-ciencia antes que colera, 0 mas aun, no es el derecho de matar, dehacer valer su fuerza, 10 que debe ser esencial en el personaje delgobernante. lY que contenido positivo dar a esta ausencia de agui-j6n? Sera la sabidurfa y la diligencia. La sabiduria, es decir noexactamente, como decia la tradici6n, el conocimiento de las leyesdivinas y humanas, el conocimiento de la justicia y de la equidad,sino precisamente ese conocimiento de las cosas, de los objetivosque se pueden alcanzar, para cuyo logro se debe actuar de un mododeterminado, la disposicion que se debe utilizar para alcanzar-los, es ese conocimiento el que va a constituir la sabiduria del sobe-rano. Y respecto a su diligencia, es precisamente 10 que hace queel soberano, 0 mas bien, el que gobierna, no deba gobernar masque en la medida en que se considere y actue como si estuviera alservicio de quienes son gobernados. Y, una vez mas, La Perriere serefiere aquf al ejemplo del padre de familia: el padre de familia esquien se levanta mas temprano que los dernas en la casa, quien seacuesta mas tarde que los demas, es quien vela por todo, pues se con-sidera al servicio de su casa.

    Esta caracterizaci6n del gobierno es muy diferente de la carac-terizaci6n del principe tal como la encontrabamos en Maquiavelo.Ciertamente, esta noci6n de gobierno es aun muy tosca, a pesar dealgunos aspectos novedosos. Pienso que este primer esbozo de lanoci6n y de la teoria del arte de gobernar ciertamente no cay6 ensaco rota en el siglo XVI; no era s610 un asunto de te6ricos de la po-,.lftica. Se pueden sefialar sus correlatos en 10 real. Por una parte, la

    q Todo gobernador de Reino 0 Republica debe tener en sf necesariamente sa-bidurta (sagesse) paciencia y diligencia (op. cit., 1567, pag. 46). EI texto de Fou-cault ofrece suficientes argumentos para recordar que la sagesse es asimismo cor-dura y sensatez, una sabiduria practica, una efectiva prudencia, (N. del ed.)

    r Todo gobernador debe tambien tener paciencia, al modo del rey de las abejasque no tiene aguij6n, en quien la naturaleza ha querido mostrar misticamente quelos reyes y gobernadores de Republica deben usar hacia sus subditos mucha masclemencia que severidad, y mucha mas equidad que rigor, ibid.

    1Ji,I

    'I:'\H,I

    11'i'li,l,'

    t

  • 188 ESTETICA. ETICA Y HERMENEUTICA

    teoria del arte de gobemar estuvo vinculada, desde el siglo XVI, aldesarrollo de las monarqufas territoriales (aparicion de los apara-tos, de los relevos de gobiemo, etc.); tambien estaba vinculada atodo un conjunto de analisis y de saberes que se desarrollaron des-de finales del siglo XVI y que alcanzaron toda su amplitud en el si-glo XVII, esencialmente el conocimiento del Estado en sus diferen-tes datos, en sus diferentes dimensiones, en los diferentes factoresde su potencia, ya los que se llamo precisamente la estadisticacomo ciencia del Estado. Por ultimo, en tercer lugar, no se puededejar de poner en correlacion esta busqueda de un arte de gobemarcon el mercantilismo y el cameralismo.

    Para decir las cosas muy esquematicamente, el arte de gobernarencuentra a finales del siglo XVI y principios del XVII una primeraforma de cristalizacion: se organiza en torno al tema de una razonde Estado, entendida no en el sentido peyorativo y negativo que hoyse le da (destruir los principios del derecho, de la equidad 0 de lahumanidad por el solo interes del Estado), sino en un sentido positi-vo y pleno. El Estado se gobiema segun las leyes racionales que Ieson propias, que no se deducen de las sol as leyes naturales 0 divi-nas, ni de los solos preceptos de sabiduria y de prudencia; el Estado,como la naturaleza, tiene su propia racionalidad, aunque sea de untipo diferente. Al contrario, el arte de gobemar, en vez de ir a buscarsus fundamentos en reglas trascendentes, en un modelo cosmo-logico 0 en un ideal filosofico y moral, debera encontrar los princi-pios de su racionalidad en aquello que constituye la realidad especi-fica del Estado. En las proximas lecciones retomare estos elementosde la primera racionalidad estatal. Pero ya podemos decir que estarazon de Estado ha sido para el desarrollo del arte del gobiemouna especie de traba que ha durado hasta finales del siglo XVIII.

    Hay para ello, creo, algunas razones. Ante todo, razones histori-cas, en sentido estricto, bloquearon este arte de gobemar. Se trata dela serie de grandes crisis del siglo XVII: la guerra de los Treinta Afios,en primer lugar, con sus estragos y sus ruinas; en segundo lugar, du-rante toda la mitad del siglo, las grandes revueltas campesinas y ur-banas; y por ultimo, al terminar el siglo, la crisis financiera, la crisisde provisiones igualmente, que hipoteco toda la politica de las mo-narquias occidentales a finales del siglo XVII. El arte de gobemar nopodia desplegar, reflejar, tomar y multiplicar sus dimensiones masque durante un periodo de expansion, es decir, fuera de las grandesurgencias militares, economicas y politicas que no cesaron de acosaral siglo XVII de principio a fin. Razones historicas solidas y pesadas,si se quiere, que bloquearon este arte de gobemar.

  • Pienso tambien que este arte de gobernar, formulado en el sigloXVI, se encontro bloqueado en el siglo XVII por otras razones quepodriamos Hamar, en terminos que no me gustan mucho, estruc-turas institucionales y mentales. En todo caso, digamos que la pri-rnacta del problema del ejercicio de la soberania, a la vez comocuestion teorica y como principio de organizacion politica, fue unfactor fundamental en ese bloqueo del arte de gobernar. Mientrasla soberania constituyese el problema principal, mientras las insti-tuciones de soberania fuesen las instituciones fundamentales,mientras el ejercicio del poder se reflejase como ejercicio de la so-berania, el arte de gobernar no se podia desarrollar de una maneraespecffica y autonoma, y creo que tenemos un buen ejemplo de ellojustamente en el mercantilismo. El mercantilismo fue el primer es-fuerzo, iba a decir la primera sancion, de este arte de gobernar, tan-to al nivel de las practicas politicas como de los conocimientos so-bre el Estado. En este sentido, cabe decir que el mercantilismo esun primer umbral de racionalidad en este arte de gobernar del queel texto de La Perriere indicaba simplemente algunos principiosmas morales que reales. El mercantilismo es la primera racio-nalizacion del ejercicio del poder como practica del gobierno; esla primera vez que comienza a constituirse un saber del Estadoque pueda ser utilizado como tactica del gobierno; pero creo que elmercantilismo se encontro bloqueado y detenido, precisamenteporque se propuso como objetivo esencialla potencia del soberano;(como hacer de modo, no tanto que el pais sea rico, sino que elsoberano pueda disponer de riquezas, pueda tener tesoros, puedaconstituir ejercitos con los que ponga en practica su politica? Elobjetivo del mercantilismo es la potencia del soberano, y los ins-trumentos que el mercantilismo se da son leyes, ordenanzas, regla-mentos, es decir, las armas tradicionales del soberano. Objetivo: elsoberano; instrumentos: los mismos que los de la soberania. El mer-cantilismo intentaba hacer entrar las posibilidades dadas por unarte que reflejaba el del gobierno en el interior de una estructurainstitucional y mental de soberania que 10 bloqueaba.

    De modo que durante todo el siglo XVII y hasta la gran liquida-cion de los temas mercantilistas a comienzos del siglo XVIII, el artede gobemar qued6 en cierto modo atascado, atrapado entre dos co-sas. Por una parte un marco demasiado amplio, demasiado abstrac-to, demasiado rigido, que era precisamente la soberania como pro-blema y como institucion: este arte de gobernar intento avenirsecon la teoria de la soberania: intentaron deducir de una teoria reno-vada de la soberania los principios rectores de un arte de gobernar.

    A

    esde el siglo XVI, alici6n de los apara-estaba vinculada a~ desarrollaron des-1 amplitud en el si-ado en sus diferen-diferentes factoresate la estadisticalugar, no se puedem arte de gobernar

    el arte de gobernar~l XVII una primeratema de una razony negativo que hoyla equidad 0 de lanun senrido positi-~s racionales que Iees naturales 0 divi-udencia; el Estado,, aunque sea de unn vez de ir a buscarm modelo cosmo-icontrar los princi-la realidad especi-

    tre estos elementosnos decir que estaarte del gobiernodel siglo XVIII.0, razones histori,bernar; Se trata dee los Treinta Anos,segundo lugar; du-; campesinas y ur-inanciera, la crisisiohtica de las mo-te de gobernar nodimensiones masera de las grandescesaron de acosarsolidas y pesadas,

    LA "GUBERNAMENTALlDAD. 189

  • 190 ESTETICA, ETICA Y HERMENEUTICA

    Es ahi donde intervienen los juristas del siglo XVII cuando fonnulano cuando reactualizan la teorfa del contrato. La teorfa del contratosera precisamente aquella con la que el contrato fundacional, elcompromiso recfproco de los soberanos y de los subditos, va a seresa especie de matriz teorica a partir de la que se intentaran alcan-zar los principios generales de un arte de gobemar. Pero si la teorfadel contrato, si esta reflexion sobre las relaciones del soberano y sussubditos, ha tenido un papel muy importante en la teorfa del dere-cho publico -de hecho, el ejemplo de Hobbes 10prueba con eviden-cia, aunque a fin de cuentas el queria Ilegar a encontrar los princi-pios rectores de un arte de gobernar-, siempre se ha quedado en laformulacion de los principios generales del derecho publico.

    Por una parte, pues, marco demasiado amplio, demasiado abs-tracto, demasiado rigido, de la soberania, y por otra parte, un mo-delo demasiado estrecho, demasiado debil, demasiado inconsisten-te, que era el de la familia. El arte de gobemar, 0 bien intentabaalcanzar la forma general de la soberania, 0 bien -0 mejor, al mis-mo tiempo-, se ceiiia a esa especie de modelo concreto que era elgobierno de la familia. (Como hacer para que quien gobierna pue-da gobernar el Estado igual de bien, de una manera tan precisa ymeticulosa como se puede gobernar una familia? Y por eso mismo,se encontraba bloqueado por esa idea de la economia que, todaviaen esa epoca, siempre se referia solo a la gestion de un reducidoconjunto constituido por la familia y la gente de la casa. La gentede la casa y el padre de familia por una parte, el Estado y el sobera-no por otra; de este modo, el arte de gobernar no podia encontrarsu dimension propia.

    (Como se produjo el desbloqueo del arte de gobernar? Hay quereinscribir este desbloqueo, como todo bloqueo, en ciertos proce-sos generales, en concreto en la expansion demografica del sigloXVIII, vinculada a la abundancia monetaria, vinculada esta a su vezal aumento de la produccion agricola segun procesos circularesque los historiadores conocen bien. Al ser este el marco general,cabe decir, de modo mas preciso que el desbloqueo del arte de go-bernar estuvo vinculado a la aparicion del problema de la pobla-cion. 0 digamos que hay un proceso bastante sutil-que se deberfaintentar restituir en detalle- en el que se veda como la ciencia delgobierno, la economia que se centraba en algo distinto de la fami-lia, y por ultimo, el problema de la poblacion, estan relacionadosunos con otros.

    A traves del desarrollo de la ciencia del gobierno, la economia sepudo volver a centrar sobre cierto nivel de realidad que ahora ca-

  • LA GUBERNAMENTALIDAD 191

    racterizamos como economico, y, una vez mas, a traves del desa-rrollo de la ciencia del gobierno fue posible delimitar el problemaespecffico de la poblaci6n; pero tambien cabria decir que, graciasa la percepci6n de los problemas especificos de la poblaci6n y alaislamiento de ese nivel de realidad al que llamamos economia, elproblema del gobierno pudo por fin ser pensado, reflexionado ycalculado, fuera del marco juridico de la soberania. Y esta mismaestadistica, que en el marco del mercantilismo no habia po didofuncionar nunca mas que en el interior y en cierto modo en benefi-cio de una administraci6n monarquica, funcionando ella misma enla forma de la soberanfa, esta misma estadistica llegara a ser el fac-tor tecnico principal 0 uno de los factores tecnicos principales deeste desbloqueo.

    En efecto, lc6mo va a permitir el problema de la poblaci6n eldesbloqueo del arte de gobernar? La perspectiva de la poblaci6n, larealidad de los fen6menos propios de la poblaci6n van a permitirdescartar definitivamente el modelo de la familia y volver a centraresta noci6n de economia sobre algo distinto. De hecho, la estadis-tica que habia funcionado hasta entonces dentro de los marcosadministrativos y por tanto del funcionamiento de la soberania, estamisma estadistica descubre y muestra poco a poco que la pobla-ci6n tiene sus regularidades propias: su numero de muertos, su nu-mero de enfermedades, sus regularidades de accidentes. La estadis-tica muestra igualmente que la agregaci6n de la poblaci6n conllevaefectos propios y que dichos fen6menos son irreductibles a los dela familia. Tales efectos seran las grandes epidemias, las expan-siones endemicas, la espiral del trabajo y de la riqueza. La estadis-tica muestra igualmente que, por sus desplazamientos, por susmaneras de hacer, por su actividad, la poblaci6n tiene efectos eco-n6micos especificos. La estadlstica, al permitir cuantificar los fe-n6menos propios de la poblaci6n, hace aparecer su especificidadirreductible al marco reducido de la familia. Excepto para ciertonumero de temas residuales, que pueden ser temas morales 0 reli-giosos, la familia va a desaparecer como modelo del gobierno.

    En cambio, 10 que va a aparecer en este momento es la familiacomo elemento en el interior de la poblaci6n y como repetidor fun-damental de su gobierno. Dicho de otro modo, el arte de gobernar,hasta la irrupci6n del conjunto de problemas relativos a la pobla-cion, no se podia pensar mas que a partir del modele de la familia,a partir de la economia entendida como gesti6n de la familia. Porel contrario, a partir del momento en que la poblaci6n aparececomo algo completamente irreductible a la familia, de repente, esta

    'r

  • 192 ESTETICA, ETICA Y HERMENEUTICA

    ultima pasa a un segundo plano con respecto a la poblacion: apare-ce como elemento en el seno de esta. Ya no es, pues, un modelo; esun segmento, segmento simplemente privilegiado porque, cuandose quiera obtener algo de la poblacion referente al comportamien-to sexual, a la demografia, al numero de hijos, 0 al consumo, noquedara mas remedio que pasar por la familia. Pero la familia, demodelo, va a convertirse en instrumento; instrumento privilegiadopara el gobierno de las poblaciones y no modelo quimerico para elbuen gobierno. Este desplazamiento de la familia del nivel de mo-delo al nivel de la instrumentacion es absolutamente fundamental.Y, en efecto, a partir de mediados del siglo XVIII la familia apareceen esta instrumentacion con respecto a la poblacion: campanas so-bre la mortalidad, campaftas sobre el matrimonio, vacunaciones,inoculaciones. Lo que hace que la poblacion permita el desbloqueodel arte de gobernar es que elimina el modelo de la familia.

    En segundo lugar, la poblacion va a aparecer como e1 fin ultimopor excelencia del gobierno: porque, en el fondo, (cual puede ser sumeta? Ciertamente no la de gobernar, sino la de mejorar el destinode las poblaciones, aumentar sus riquezas, la duracion de su vida,su salud; y los instrumentos que el gobierno se otorgara para obte-ner estos fines son, de algun modo, inmanentes al campo de la po-blacion, ya que esencialmente sobre ella obrara directamente me-diante campafias, 0 mas aun, indirectamente mediante tecnicas quepermitiran, por ejemplo, estimular, sin que las gentes se den cuentade ello, la tasa de natalidad, 0 dirigiendo hacia tal 0 cual region, ha-cia tal actividad, los flujos de poblacion, La poblacion aparece,pues, mas que como la potencia del soberano, como el fin y el ins-trumento del gobierno. La poblacion va a aparecer como sujeto denecesidades, de aspiraciones, pero tambien como objeto entre lasmanos del gobierno, consciente frente al gobierno de 10 que quiere,e inconsciente tambien de 10 que se le hace hacer. El interes, comoconciencia de cada uno de los individuos que constituye la pobla-cion, y el interes como interes de la poblacion, cualesquiera quesean los intereses y las aspiraciones individuales de los que la com-ponen, sera el objetivo y el instrumento fundamental del gobiernode las poblaciones. Nacimiento de un arte 0, en todo caso, de tacti-cas y de tecnicas absolutamente nuevas.

    Finalmente, la poblacion sera el punto en torno al cual se organi-zara 10 que en los textos del siglo XVI se llamaba Ia paciencia del so-berano: es decir, la poblacion va a ser el objeto que el gobierno de-bera tener en cuenta en sus observaciones, en su saber, para llegarefectivamente a gobernar de modo racional y reflexivo. La constitu-

  • LA .GUBERNAMENTALIDAD" 193

    cion de un saber de gobierno es absolutamente indisociable de laconstitucion de un saber de todos los procesos que giran en torno ala poblacion en sentido amplio, eso que se llama precisamente Iaeconomia. Muy recientemente les decta que la economia politicahabia podido configurarse a partir del momenta en que, entre losdiferentes elementos de la riqueza, habia surgido un nuevo tema,que era la poblacion. AI captar esta red continua y multiple de rela-ciones entre la poblacion, el territorio y la riqueza, se constituirauna ciencia que llamamos la economia politica, y al mismo tiern-po, un tipo de intervenci6n caracteristica del gobierno, que llegaraa ser la intervencion en el campo de la economia y de la poblacion,En resumen, el transito de un arte de gobernar a una ciencia politi-ca, el paso de un regimen dominado por las estructuras de sobera-nia a un regimen dominado por las tecnicas del gobierno, tienenlugar en el siglo XVIII en torno a la poblacion, y por consiguiente, entorno al nacimiento de la economia politica.

    Con esto no quiero decir en absoluto que la soberania haya deja-do de desempefiar un papel a partir del momento en que el arte degobernar ernpezo a convertirse en ciencia politica; mas bien diria10 contrario: que jamas el problema de la soberania se planteo contanta agudeza como en ese momento, pues ya-no se trataba preci-samente, como en los siglos XVI 0 XVII, de intentar deducir un artede gobernar a partir de una teoria de la soberania, sino, dado quehabia un arte de gobernar y que se desplegaba, de ver que forma ju-ridica, que forma institucional, que fundamento de derecho iba apoder darse a la soberania que caracteriza a un Estado.

    Lean los dos textos de Rousseau. En el primero cronologica-mente, es decir, en el articulo Economia politica de la Enciclope-dia, veran como Rousseau plantea el problema del gobierno y delarte de gobernar constatando precisamente esto -y el texto es muycaracteristico desde ese punto de vista: la palabra economia de-signa esencialmente la gestion de los bienes de la familia por partedel padre de familia-i-:" pero ese modelo ya no debe ser aceptado,aunque fuese una referencia en el pasado. En nuestros dias, diceRousseau, sabemos muy bien que la economia politica ya no es laeconomia familiar, y sin referirse explicitamente ni a la fisiocracia,ni a la estadistica, ni al problema general de la poblacion, constataeste corte y el hecho de que economia -economia politica- tiene

    s Esta palabra (...) no significa originariamente mas que el prudente y Iegiti-rna gobierno de la casa, para el bien comun de toda la familia" (op. cit.. pag, 241;trad. cast.: pag. 3).

  • 194 ESTETICA, ETICA Y HERMENEUTICA

    un sentido completamente nuevo, que ya no se debe circunscribiral viejo modelo de la familia. t En todo caso, en este articulo se pro-pone definir un arte del gobierno. Despues escribira el Contrato so-cial, donde el problema sera precisamente saber como, con nocio-nes como las de naturaleza, contrato , voluntad general sepuede dar un principio general de gobierno que deje espacio, alavez, al principio juridico de la soberanta y a los elementos por losque se puede definir y caracterizar un arte del gobierno. Asf pues,la soberania no es en absoluto eliminada por la emergencia de unarte nuevo de gobernar, un arte de gobernar que ha atravesado aho-ra el umbral de una ciencia politica: el problema de la soberania nose ha eliminado; al contrario, se ha agudizado mas que nunca.

    Y en 10 que se refiere a la disciplina, cabe decir que tampoco seha eliminado. Sin duda, su organizacion, su puesta en practica, to-das las instituciones en cuyo interior habia florecido en el siglo XVIIy a principios del XVIII, las escuelas, los talleres, los ejercitos, porsupuesto se funden con ella, y no se comprende mas que por el de-sarrollo de las grandes monarqufas administrativas, pero tampoconunca la disciplina resulta mas importante y mas valorada que apartir del momenta en que se intenta gestionar la poblacion. Admi-nistrar la poblacion no quiere decir, sin mas, administrar la masacolectiva de los fenomenos 0 gestionarlos simplemente al nivel desus resultados globales; administrar la poblacion quiere decir ges-tionarla igualmente en profundidad, con delicadeza y en detalle.

    La idea del gobierno de la poblacion agudiza aun mas el proble-ma de la fundarnentacion de la soberarna -pensemos en Rousse-au- y tambien agudiza aun mas la necesidad de desarrollar lasdisciplinas (he intentado analizar esta historia de las disciplinas enotra parte)." De manera que es necesario que no comprendamosen absoluto las cosas como la sustitucion de una sociedad de sobe-rania por una sociedad de disciplina, y despues la de una sociedadde disciplina por una sociedad, digamos, de gobiemo. Se da, en efec-to, un triangulo: soberanfa-disciplina-gestion gubernamental cuyameta principal es la poblacion y cuyos mecanismos esenciales sonlos dispositivos de seguridad. En to do caso, 10 que querfa mostrar

    t ,,(C6mo podrfa asemejarse el gobierno del Estado al de la familia, cuyo fun-damento es tan distinto? (...) Con raz6n se ha distinguido la economia politica de laeconomia particular. y no teniendo el Estado nada en cornun con la familia (...), nopodrian las mismas reglas de ccnducta convenir a ambos", ibid., pags, 241 y 244(trad. cast.: pags. 3 y 7).

    U Foucault (M.), Surveiller et Punir. Naissance de la prison, Paris, Gallimard,1975 (trad, cast.: Vigilar y castigar, Madrid, Siglo XXI, 3" ed., 1978).

  • LA "GUBERNAMENTALIDAD" 195

    era un vinculo hist6rico profunda entre el movimiento que hacetambalear las constantes de la soberania tras el problema ahoraprimordial de las opciones de gobierno, el movimiento que haceaparecer a la poblacion como un dato, como un campo de interven-cion, como el fin de las tecnicas de gobierno, y en tercer lugar, elmovimiento que aisla a la economia como campo especifico de rea-lidad y a la economia politica a la vez como ciencia y como tecni-ca de intervenci6n del gobierno en dicho campo de realidad. Creoque es importante reparar en que estos tres movimientos -gobier-no, poblaci6n y economia politica- constituyen desde el siglo XVIIIuna serie solida que, aun hoy, no esta disociada.

    Afiadire aun simplemente unas palabras: si hubiese querido dar-le un titulo mas exacto al curso que ernprendi este ano, segurarnen-te no habrta elegido el de seguridad, territorio y poblacion. Loque ahora querria hacer serta algo que Hamada una historia de lagubernamentalidad. Con la palabra gubernarnentalidad quierodecir tres cosas. Por gubernamentalidad entiendo el conjunto cons-tituido por las instituciones, los procedimientos, analisis y reflexio-nes, los calculos y las tacticas que permiten ejercer esta forma tanespecifica, tan compleja, de poder, que tiene como meta principalla poblaci6n, como forma primordial de saber, la economia poltti-ca, como instrumento tecnico esencial, los dispositivos de seguri-dad. En segundo lugar, por gubernamentalidad entiendo la ten-dencia, la linea de fuerza que, en todo Occidente, no ha dejado deconducir, desde hace muchisimo tiempo, hacia la preeminenciade ese tipo de poder que se puede Hamar el gobierno sobre todoslos demas: soberania, disciplina; 10 que ha comportado, por unaparte, el desarrollo de toda una serie de aparatos especfficos de go-bierno, y por otra, el desarrollo de toda una serie de saberes. Porultimo. creo que por gubernamentalidad habria que entender elproceso 0, mas bien, el resultado del proceso por el que el Estadode justicia de la Edad Media, convertido en los siglos xv y XVI enEstado administrativo, se vio poco a poco gubernamentalizado.

    Sabemos que fascinacion ejerce hoy el amor 0 el horror del Es-tado; sabemos cuanto interes se concede al nacimiento del Estado,a su historia, a sus adelantos, a su poder, a sus abusos. Esta sobre-valoraci6n del problema del Estado la encontramos, creo, esencial-mente bajo dos formas. Bajo una forma inmediata, afectiva y tragi-ca: es ellirismo del monstruo frio frente a nosotros; tenemos unasegunda manera de sobrevalorar el problema del Estado -y bajouna forma paradojica, pues es aparentemente reductora-: es elanalisis que consiste en reducir el Estado a un numero de funcio-

  • 196 ESTETICA, ETICA Y HERMENEUTIC A

    nes, como por ejemplo el desarrollo de las fuerzas productivas, lareproduccion de las relaciones de produccion: y ese papel, reductordel Estado con respecto a otra cosa, convierte aun asi al Estado enabsolutamente esencial como meta que hay que atacar y, como esbien sabido, como posicion privilegiada que hay que ocupar. Perosin duda el Estado, ni a 10 largo de su historia ni tampoco actual-mente, ha tenido esta unidad, esta individualidad, esta funcionali-dad rigurosa, e incluso dirfa esta importancia; despues de todo, elEstado solo es quiza una realidad artificial, una abstraccion mitifi-cada cuya importancia es mucho mas reducida de 10 que se cree.Tal vez 10 que es importante para nuestra modernidad, es decir,para nuestra actualidad, no es la estatizacion de la sociedad, sinomas bien 10 que yo llamaria la gubernarnentalizacion del Estado.

    Vivimos en la era de la gubernamentalidad, que ha sido descu-bierta en el siglo XvIII. Gubernamentalizacion del Estado que es unfenomeno particularmente retorcido porque si efectivamente losproblemas de la gubernamentalidad, las tecnicas del gobierno sehan convertido en el unico reto politico y el unico espacio real de lalucha y de las rivalidades politicas, esta gubernamentalizacion delEstado ha sido sin embargo el fenorneno que le ha permitido sobre-vivir. Y es probable que si el Estado existe tal como existe ahora,sea precisamente gracias a esa gubernamentalidad que es a la vezinterior y exterior al Estado, puesto que las tacticas de gobier-no son las que permiten definir en cada momenta 10 que le debe y10 que no le debe concernir, 10 que es publico y 10 que es privado, 10que es estatal y 10 que no 10 es. Asf pues, si les parece, el Estado ensu supervivencia y el Estado en sus limites solo se deben compren-der a partir de las tacticas generales de la gubernamentalidad.

    Y quiza se podria, de una manera completamente global, gene-rica y, por consiguiente, inexacta, reconstituir las grandes for-mas, las grandes economias de poder en Occidente de la manerasiguiente: en primer lugar, el Estado de justicia, nacido en una terri-torialidad de tipo feudal y que corresponderia a grandes rasgos auna sociedad de la ley -leyes consuetudinarias y leyes escritas-,con todo un juego de compromisos y de litigios; en segundo lugar,el Estado administrativo, nacido en los siglos xv y XvI en una terri-torialidad de tipo fronterizo y ya no feudal, Estado administrativoque corresponde a una sociedad de reglamentos y de disciplinas; y,por ultimo, un Estado de gobierno que ya no es definido esencial-mente por su territorialidad, por la superficie ocupada, sino poruna masa: la masa de la poblacion, con su volumen, su densidad,naturalmente con el territorio sobre el que se extiende, pero que no

  • LA GUBERNAMENTALIDAD" 197

    es, en cierto modo, mas que un componente de aquella. Este Esta-do de gobierno, que se apoya esencialmente sobre la poblaci6n,que se refiere ala instrumentaci6n del saber econ6mico y la utiliza,corresponderia a una sociedad controlada por los dispositivos deseguridad.

    He aqui, por tanto, algunas consideraciones sobre la articulaci6ndel fen6meno, que considero importante, de la gubernamentalidad.Ahora intentare mostrar c6mo esta gubernamentalidad naci6, poruna parte, a partir de un modelo arcaico que fue el de la pastoralcristiana, en segundo lugar, apoyandose en un modelo 0 mas biensobre una tecnica diplomatico-militar, y por ultimo, en tercer lugar,c6mo esta gubernamentalidad s610 pudo adquirir las dimensionesque tiene gracias a una serie de instrumentos muy particulares, cuyaformaci6n es conternporanea precisamente del arte de gobernar, yalos que se denomina en el antiguo sentido del terrnino, el de los si-glos XVII y XVIII: la policfa. La pastoral, la nueva tecnica diplornatico-militar, y finalmente la policfa, creo que han sido los tres grandeselementos a partir de los cuales se ha podido producir ese fen6me-no fundamental en la historia de Occidente que ha sido la gubema-mentalizaci6n del Estado.